Introducción
Los modelos ganaderos en la costa caribe se establecieron con la deforestación de los bosques. Esto ha hecho que predomine en la actualidad el pastoreo de los animales en monocultivos de gramíneas, lo que ha generado un paisaje ganadero fragmentado. La pérdida de la cobertura arbórea tiene efectos negativos sobre el suelo, la diversidad de fauna y flora, la conservación de las fuentes hídricas y en general sobre los recursos naturales. Mauricio (1) y Rousseau y colaboradores (2) mencionan procesos de erosión de suelos en sistemas ganaderos, mientras que Hall y colaboradores (3) y Sanfiorenzo (4) exponen la contaminación de fuentes de agua y la pérdida de servicios ecosistémicos, al igual que Bohórquez, Sanín y Silva (5) y Rivera, Armbrechta y Calle (6), quienes resaltan la extinción masiva de ecosistemas para el establecimiento de pasturas en monocultivo.
El modelo de monocultivo de gramíneas ha demostrado no ser la mejor alternativa tecnológica en los ecosistemas tropicales (1), debido a la baja calidad nutricional de estas especies, más aún cuando predomina el pastoreo continuo. Además, este modelo de producción de forraje es más susceptible al ataque de plagas, a la estacionalidad y variabilidad climática. Estas condiciones generan periodos críticos en las épocas de sequía, lo cual afecta la producción de leche, carne y los parámetros reproductivos en los sistemas de producción bovina.
La pérdida de diversidad, el incremento de áreas en proceso de desertificación, la degradación de pasturas, la pérdida de los recursos hídricos, el cambio climático y la baja rentabilidad de los sistemas ganaderos hace necesario buscar alternativas que reduzcan los problemas generados por el modelo ganadero actual. La incorporación de árboles y arbustos en sistemas ganaderos tiene múltiples beneficios, pero comúnmente se establecen especies arbóreas que hacen aportes nutricionales. Esto hace que se desconozcan otros beneficios como la recuperación o conservación del suelo, la recuperación de pasturas degradadas, la conservación de fuentes hídricas, la conectividad entre parches de bosques, el bienestar animal (sombra), los servicios ecosistémicos como la polinización, el control biológico de plagas, la captura de gases con efecto invernadero, entre otros.
Los sistemas agrosilvopastoriles tienen un efecto benéfico sobre las propiedades del suelo (7), al potenciar la actividad biológica (8), el ciclaje de nutrientes (9) y la fertilidad (10). También se han encontrado efectos positivos de estos sistemas en la conservación de agua, debido a la reducción de la pérdida de esta a través de escorrentía y a la disminución en la tasa de evaporación, lo que es importante especialmente en ecosistemas secos (11,12).
El efecto de estos beneficios depende en gran medida del porcentaje de cobertura arbórea, el arreglo silvopastoril y la diversidad estructural y funcional. Tilman, Reich y Knops (13) mencionan que la estabilidad del funcionamiento de un ecosistema aumenta con la diversidad. Por eso, en una primera aproximación, el objetivo de este trabajo fue recuperar parte del conocimiento local de pequeños productores ganaderos sobre especies arbóreas nativas que permitan mejorar las alternativas nutricionales en las fincas ganaderas, pero al mismo tiempo contribuir al diseño participativo de sistemas silvopastoriles que beneficien la conectividad entre relictos de bosque, y se favorezcan los procesos ecológicos de las especies de fauna que predominan en la región, además de recuperar el uso de especies arbóreas nativas que están en peligro de extinción.
Materiales y métodos
El estudio se desarrolló en los departamentos de Bolívar, Cesar y La Guajira. Se encuestaron 35 pequeños productores ganaderos en los tres departamentos, a quienes se les preguntó sobre las especies arbóreas consumidas por bovinos, parte de la planta consumida (hojas o frutos), acceso al material (directamente de la planta o del suelo) y la época de consumo (sequía o durante todo el año); además, sobre qué otros animales domésticos o silvestres consumían las especies arbóreas.
Una vez identificadas las especies arbóreas por los productores, se seleccionaron árboles de cada especie que tuvieran el manejo natural que hacen los productores en la región. De estos individuos se colectaron muestras para clasificación taxonómica y para determinar la calidad nutricional. La clasificación taxonómica se realizó en el Herbario Forestal de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas. También se tomaron muestras (250 g) de la parte de la planta (hojas o frutos) que según los productores consumían los animales, y se enviaron al laboratorio de nutrición. Se determinó proteína cruda (PC), digestibilidad in vitro de la materia seca (DIVMS), fibra detergente neutra (FDN), fibra detergente ácida (FDA), energía metabolizable (EM), calcio (Ca) y fósforo (P). Se utilizó la estadística descriptiva para el análisis de los datos.
Resultados
Los productores identificaron 16 especies arbóreas con potencial forrajero, las cuales son consumidas por diferentes animales domésticos y silvestres. Se encontró que los bovinos consumen las hojas de las 16 especies y los frutos de 14 de ellas.
La tabla 1 presenta las especies arbóreas consumidas (hojas) por los bovinos. Se observó que el mayor porcentaje de productores mencionó que el consumo de las hojas por los bovinos se realiza directamente de la planta, aunque hay cinco especies cuyas hojas son consumidas del suelo. También se halló que el consumo de las hojas se realiza durante todo el año, aunque un bajo porcentaje de productores considera que el consumo de algunas especies se realiza en la época seca. Un bajo porcentaje de productores considera que las hojas de Gliricidia sepium y Guazuma ulmifolia son consumidas por los bovinos directamente de la planta y del suelo.
Se evidenció un comportamiento contrario en el consumo de frutos con relación al consumo de hojas. El mayor porcentaje de productores menciona que el consumo de los frutos se realiza directamente del suelo, aunque en algunas especies el animal puede acceder a ellos directamente de la planta. También se encontró que el mayor consumo de los frutos por los bovinos se hace principalmente en la época seca (tabla 2).
Los productores mencionan que las especies identificadas en su mayoría son consumidas por otras especies de animales domésticos, especialmente por pequeños rumiantes y por especies de monogástricos. Se pudo evidenciar que una especie (P. pinnatum) es consumida solo por bovinos y algunas no son consumidas por monogástricos (tabla 3). Los productores mencionan el consumo de G. sepium, C. cujete y C. alba (57, 66 y 11,4 % de los productores respectivamente) por gallinas.
Las especies arbóreas identificadas por los productores, con potencial forrajero para los bovinos, también hacen aportes a la dieta de varias especies de animales silvestres, especialmente venados y aves (tabla 4).
La tabla 5 presenta la calidad nutricional de las hojas de las especies arbóreas evaluadas, según el manejo natural que hacen los productores en la costa Caribe. Aunque existen diferencias entre especies, se encontró un nivel alto de PC en la mayoría de las especies evaluadas. También se observaron diferencias en la DIVMS, puesto que se hallaron especies con valores desde bajos hasta aceptables, lo que concuerda con las concentraciones de FDN y FDA. Todas las especies evaluadas hacen buenos aportes de energía y minerales.
La calidad nutricional de los frutos también presentó diferencias entre especies. En términos generales, se encontró de baja a aceptable DIVMS, con concentraciones bajas a medias de PC, buenos aportes de energía y minerales (tabla 6).
Discusión
La utilización de especies arbóreas en las fincas ganaderas es una práctica que nuevamente está tomando fuerza. Los campesinos son conscientes del deterioro de los recursos naturales y del efecto en la calidad de vida de las comunidades, debido a los problemas que han traído los sistemas ganaderos convencionales. Nguyen y colaboradores (14) mencionan que los campesinos siembran diversidad de árboles en las fincas. Igualmente, Velarde (15) hace referencia al conocimiento local de productores sobre arreglos silvopastoriles como estrategia de adaptación al cambio climático. Esto corresponde con lo encontrado en este trabajo, en el que los productores consultados de la costa caribe identificaron 16 especies que los bovinos consumen. Según este estudio, predominó el consumo de ellas o de la fracción de la planta (hojas o tallos) de acuerdo con la época del año; por ejemplo, el consumo de las hojas en la mayoría de las especies se hace directamente a través de ramoneo, pero el de las hojas de algunas arbóreas se realiza directamente del suelo y en épocas de sequía. Esto posiblemente se puede explicar porque en esta época la base forrajera, que son las gramíneas, tiene baja producción y hay defoliación de algunas especies de árboles, lo que hace que el animal consuma las hojas directamente del suelo.
Existe una amplia diversidad de especies arbóreas en el bosque seco tropical, muchas con potencial multipropósito para ser incorporadas en sistemas silvopastoriles; es importante recopilar, valorar y reconocer el conocimiento local. A pesar de que un bajo porcentaje de los productores consultados reconoció el consumo de las hojas de dos especies (P. guamacho y C. cainito), no es clara la época del año, lo que muestra la necesidad de realizar investigaciones participativas en esta área que permitan determinar verdaderamente el potencial de las especies de este ecosistema estratégico y el papel ecológico de ellas en los sistemas ganaderos.
Un bajo porcentaje de productores considera que las hojas de G. sepium y G. ulmifolia son consumidas por los bovinos directamente de la planta y del suelo. Este hecho podría hacer pensar que estas especies son poco palatables para los bovinos. Lo dicho se puede explicar por el manejo que hacen los productores de estas especies, las cuales culturalmente son utilizadas sobre todo en la época seca, en la que el productor las cosecha y las suministra a los animales en los comederos.
En general, los productores consideran que las hojas de las especies identificadas (bajo condiciones de crecimiento natural) son menos consumidas en la época seca. Este podría ser un argumento para no incorporar estas arbóreas en los sistemas ganaderos, pero se debe tener en cuenta el efecto multipropósito de los árboles. En la época seca, fisiológicamente algunas especies se defolian y eso podría explicar el menor consumo de las hojas directamente de la planta, pero este proceso fisiológico mejora las condiciones del suelo. Seddaiua y colaboradores (7) afirman que los sistemas agrosilvopastoriles tienen un efecto benéfico sobre las propiedades del suelo. Vallejo y colaboradores (16) argumentan que el mayor ingreso de materia orgánica que proviene de la hojarasca de los distintos estratos arbóreos incrementa el sustrato para los microorganismos edáficos. Rodríguez (17) encontró mayores cantidades de P y potasio (K) disponible en el suelo, y lo atribuyen al ciclaje de nutrientes que hacen los árboles a partir de la hojarasca. Estas interacciones favorecen la reducción de fertilizantes y la conservación de humedad en el suelo, favoreciendo el incremento de la producción de las gramíneas.
Por lo general, se observa que las especies identificadas hacen aportes forrajeros (hojas y frutos) durante el año, los cuales son estratégicos en el manejo nutricional de los animales en las épocas de sequía, en las que las pasturas reducen su producción y se afecta negativamente la productividad de las fincas ganaderas. Esto concuerda con lo expuesto por Murgueitio y colaboradores (18), quienes mencionan que la estacionalidad en la producción de forrajes limita el desempeño de los animales y que los sistemas silvopastoriles tienen la capacidad de ofrecer alimento a lo largo del año, para que los animales manifiesten su potencial genético.
Se encontró mayor consumo de frutos en la época seca y directamente del suelo. Esto se puede explicar por la fisiología de las especies arbóreas, las cuales fructifican en la época seca. Dicha dinámica favorece el manejo nutricional de la finca, ya que las especies herbáceas reducen su producción y los animales pueden acceder a los frutos en esta época crítica. A este respecto, Esquivel (19) encontró mayor producción de frutos de especies arbóreas durante la época seca. Es común en la costa Caribe que se recojan los frutos de A. saman y se suplementen los animales en los comederos.
Se evidenció, por otra parte, que varias de las especies identificadas por los productores son consumidas por otros animales domésticos. Este hecho permite diseñar modelos que contribuyan a mejorar los sistemas ganaderos, pero que además mejoren la seguridad alimentaria de las familias en estos sistemas. Nicholls y Altieri (20) se refieren a la importancia de la integración de la diversidad y el conocimiento local en el manejo comunitario sustentable de los recursos naturales y en los modelos agroecológicos. Así mismo, Moreno (21) menciona el reconocimiento que hacen los campesinos a los sistemas agrosilvopastoriles por los múltiples usos que permite la reducción de insumos externos al sistema.
El establecimiento de diferentes arreglos de sistemas silvopastoriles diversos contribuye estructural y funcionalmente a mejorar la conectividad entre remanentes de bosques. También incrementa la diversidad de fauna al favorecer los procesos ecológicos. En cuanto a esto, Tilman, Reich y Knops (13) afirman que la diversidad aumenta la estabilidad del funcionamiento de un ecosistema. El incremento de la diversidad en sistemas silvopastoriles favorece el control de plagas, enfermedades y parásitos (6,22). El incremento de la diversidad de especies de animales silvestres y sus beneficios no solo se da por establecer sitios de percha o resguardo para los animales; también se deben considerar especies arbóreas que hagan aportes a la dieta. Los productores mencionaron que la mayoría de las especies arbóreas identificadas en este trabajo son consumidas por varios animales silvestres, que cumplen funciones ecológicas que pueden favorecer a los sistemas ganaderos.
Se presentaron diferencias en la calidad nutricional de las hojas de las especies evaluadas. A pesar de tener en general altas concentraciones de PC, EM y otros nutrientes, los porcentajes de DIVMS, FDN y FDA no son los ideales en algunas de las arbóreas analizadas, lo que hace que los nutrientes tengan bajo o medio grado de aprovechamiento por las especies de rumiantes. Esto se puede explicar por el tiempo de rebrote del material, ya que las muestras se tomaron de árboles que crecieron naturalmente y no de cultivos forrajeros o árboles con manejo forrajero. A pesar de que la calidad nutricional del forraje de las especies arbóreas y arbustivas no varía tan rápido como el de las gramíneas, en periodos prolongados de tiempo tal calidad se reduce. Alvear y Apráez (23) mencionan la importancia de los aportes de PC de las especies arbóreas forrajeras en condiciones de trópico bajo; mientras que Pérez (24) encontró un incremento del consumo voluntario al ofrecer a los animales forraje de especies arbóreas forrajeras, lo que demuestra la importancia del aprovechamiento de estos recursos del bosque seco tropical.
La calidad nutricional de los frutos presentó un comportamiento aceptable. Aunque hubo concentraciones de PC de bajas a moderadas, los aportes de EM, P y Ca son buenos, lo que mejora la digestibilidad, y los contenidos de fibra fueron menores a los encontrados en el forraje. Este hecho, en general, permite un mejor aprovechamiento de los nutrientes, más aún cuando son consumidos en época seca, tiempo en el que las pasturas presentan baja producción y calidad nutricional, siendo un recurso importante para los animales en este ecosistema. Esquivel (19) menciona que las especies arbóreas producen altas cantidades de frutos y de buena calidad, especialmente en las épocas de sequía que son las más críticas para el ganado.
Conclusiones
El conocimiento local de los campesinos y productores ganaderos sobre la diversidad de especies arbóreas con potencial forrajero contribuye al diseño participativo de
sistemas silvopastoriles, al incremento de la diversidad funcional y a la construcción de estrategias de conectividad entre relictos de bosque.
Falta información concluyente sobre el verdadero potencial forrajero y los aportes nutricionales de algunas de las especies identificadas en este trabajo, debido a que el material evaluado correspondió a forraje con avanzada edad de rebrote.
Las futuras investigaciones deben abordar para el objetivo nutricional el manejo de edades de rebrote, los metabolitos secundarios y otros aspectos importantes en la nutrición.