1. Introducción
Desde 1958 aproximadamente, el conflicto político-militar colombiano comenzó a desarrollar su etapa más intensa con la creación de grupos guerrilleros y paramilitares. Pese a que Colombia ha sido una tierra muy fértil para la emergencia de guerrillas de todo tipo, según Pizarro (2017), los procesos de paz en Colombia también han tenido protagonismo, los intentos de terminar el conflicto también han estado en la primera plana de los medios de comunicación. Desafortunadamente, solo después de la muerte de más de doscientos veinte personas, cifras del Centro de Memoria Histórica (2013), se realizó el proceso de paz más importante para el país bajo la batuta del gobierno de Juan Manuel Santos con la guerrilla denominada FARC-EP durante los años 2012 y 2016. Esta guerrilla, desde su creación en 1964, decidió hacer su acercamiento definitivo de diálogo después de medio siglo de conflicto armado con el Estado, dejando atrás otros encuentros fallidos como el proceso del Caguán en el gobierno de Andrés Pastrana Arango.
Esta temática, al ser de gran relevancia para un país inmerso en el conflicto político militar, siempre estuvo en el visor de los medios de comunicación colombianos. Las narrativas empleadas en cada página, fotografía, video y audio, influyeron en la formación de la opinión en cada individuo a partir del discurso periodístico empleado por cada medio, permeando, en palabras de Halbwachs (2004), la "memoria colectiva" colombiana, creando un patrón de pensamiento referente al tema de la paz.
La finalidad de este artículo resultado de investigación, es analizar la narrativa del discurso periodístico de la Revista Semana en el marco del proceso de paz en Colombia durante el periodo de 2015-2016. Su pertinencia radica en la repercusión social que causó dicho proceso entre la guerrilla de las FARC y el Gobierno colombiano, específicamente en la manera que fue retratado por los medios de comunicación, ya que la narrativa juega un papel clave al momento de comunicar una idea con la sociedad desde un medio masivo de comunicación, en donde se utiliza el lenguaje para dar una forma a un discurso que construye opinión pública. Por consiguiente, la problemática se plantea a partir de la necesidad del análisis de narrativas de acontecimientos importantes para la sociedad colombiana y cómo influyen estas en aspectos importantes como lo social y educativo.
2. Revisión de la literatura
La línea principal de esta investigación se enmarca dentro de las narrativas del discurso periodístico, por lo tanto, se concibe el discurso como "una unidad observacional, es decir, la unidad que interpretamos al ver o escuchar una emisión. Es decir, una gramática solo puede describir textos, y por lo tanto solo da una aproximación de las verdaderas estructuras empíricas de discursos emitidos" (van Dijk, 1983, p. 20). Por otro lado, en palabras de Baena (1999) y Carvalho (2008), el discurso periodístico puede verse como una práctica social que emplea el lenguaje literario y estructuras de técnicas noticiosas para dar información a diversos espectadores a través de un medio de comunicación, manteniendo una comunicación efectiva. De la misma forma, una representación mediática de problemáticas sociales, que en eficiencia a su difusión tienen la capacidad de ser virales y sus mensajes propagandísticos aún mayores (Carrasco, Villar y Tejedor, 2017).
A la par de los cambios asociados a la globalización, para Mellado et al. (2020), la digitalización ha desestabilizado lo que se daba por sentado en cuanto a estudios de periodismo y comunicación se refiere. En ese sentido, hablar de comunicación efectiva nos lleva a pensar en un complejo proceso de comunicación que implica una enunciación de expresiones y sus respectivos contenidos, que solo puede darse entre sujetos o comunidades que comparten el mismo código cultural, lo que nos quiere decir, que es un mismo sistema simbólico. Dice Narváez (2013) que "estos códigos son los que permiten construir los diferentes discursos sobre la realidad natural o social; en otros términos, construir la cultura, el mismo sistema de símbolos" (p. 41-42).
En ese orden de ideas, la comunicación efectiva del discurso periodístico siempre se ve intervenida por los intereses particulares del poder, por lo tanto, los actores también juegan un papel importante al intervenir en un conflicto, puesto que suelen construir un relato (García y Peñamarín, 2020), y su acción se encamina hacia un fin y un valor de reconocimiento. Siendo el poder una capacidad que permite al sujeto como ser social influir de forma asimétrica en las decisiones de otros sujetos para favorecer la voluntad, intereses y los valores del sujeto quien posee el poder (Castells, 2009). No obstante, y en consecuencia con la noción de Castells, el poder no puede ligarse solo a los aspectos estatales como la fuerza pública o el mismo Gobierno, lo cual aún suele darse en tiempos posmodernos. El poder es cierta modificación, la forma a menudo diferente de una serie de conflictos que constituyen el cuerpo social, conflictos de tipo económico y político donde son partícipes estos actores. Igualmente, el poder puede ser la estratificación, la institucionalización, la definición de técnicas, instrumentos y armas que son útiles en todos esos conflictos. En este orden de ideas, esto puede considerarse en un momento dado como cierta relación de poder o cierto ejercicio del poder (Foucault, 2012).
Por consiguiente, en un contexto donde el poder, desde sus distintas relaciones, juega un rol influyente en la construcción de la realidad social mediante discursos sociales (sobretodo actualmente), como "una sociedad hiperconectada el concepto de espacio público se transforma dando lugar a nuevos contextos para la acción colectiva" (Rodríguez et al., 2021, p. 49), esto nos hace repensar y/o analizar el funcionamiento de la semiosis social entendida como "la dimensión significante de los fenómenos sociales en tanto procesos de producción de sentido" (Verón, 1993, p. 125). Por ello es importante el análisis de un discurso periodístico que influye en gran medida en las perspectivas de los individuos, un discurso periodístico sensible al tiempo, ya que esto no es otra cosa que la descripción de las huellas de las condiciones productivas en los mismos discursos, y aquí pueden ser discursos de su generación o las que dan cuenta de sus efectos, como lo proponen Reynolds (2019) y Verón (1993), y que deben hacer posible que la población acceda al conocimiento, Martín (2019).
El poder en los medios no solo conlleva ciertas problemáticas distintas al planteamiento de limitar los espacios de la información y el control total de las narrativas; también es el querer controlar al sujeto a nivel del deseo, del mercado; el cómo programarlo mientras es explotado económicamente, "es la reglamentación de cualquier tipo de necesidad, acostumbrando a la gente a que entre el sujeto y su deseo haya siempre una mercancía que lo 'valore' y domestique, es decir lo cuantifique, lo haga mercantilizable", (Barbero,1978, p. 47), de modo que "las características latentes y manifiestas de los contenidos noticiosos son relevantes por los efectos que pueden ocasionar en las audiencias" (Rodelo y Muñiz, 2016, p. 54-55).
En consecuencia, surge una comunicación política o una comunicación de lo político, entendida como "la comunicación que tiene a la política y lo político como naturaleza y propósito" (del Valle, 2018, p. 39), la cual se expresa en diferentes estrategias y técnicas psicológicas y discursivas con fines políticos, siendo estas generadas por distintos actores y en contextos definidos previamente con estos propósitos, ocasionando un efecto dominante sobre la percepción acerca de un fenómeno social, como lo propone el autor. Es así como la política usa la comunicación para instituir o destituir sentidos, proyectos y agentes. Esta acción "se hace en dos campos prioritarios: las percepciones y las emociones. Por eso la comunicación política consiste en instituir o destituir percepciones e instituir o destituir emociones" (Rincón, 2018, p. 196).
Por consiguiente, en este contexto de violencia armada colombiana, incluyendo la violencia contra periodistas, se obstaculiza la construcción de procesos sociales democráticos (De León Vásquez y González, 2020), donde los intereses de dominación que se establecen por parte de las hegemonías en varias zonas del país, conforman un juego de poder en el cual "los pobres tienen las armas del gobierno que los representa mientras los ricos poseen los medios desde los que hacen su propia guerra" (Barbero, 2004, p. 300). En este orden de ideas, es importante saber que el discurso periodístico tiene una estructura, y que esta estructura tiene intrínsecamente una narrativa. La narración en el discurso periodístico crea una atmosfera de lo oculto para el espectador, quien debe decodificar el mensaje y crear su opinión, así que, "[e]l encuentro con una narración significa descubrir (de-velar) lo no dicho, lo oculto" (Guzmán et al., 2017, p. 19); por otro lado, la narración es a su vez una forma de argumentación escrita tradicional (Díaz, 2002).
Es así como, según Díaz (2002), en una revista o en un periódico se publica un texto en el que más allá de refutar o cuestionar los planteamientos o acciones de un personaje público, quien argumenta busca influir en el mayor número de lectores razonables de ese diario, o el auditorio concebido como "el conjunto de aquellos sobre los cuales el orador quiere influir con su argumentación" (Perelman,1997, p. 35).
Por ello, partiendo de descubrir lo oculto, es clave reconocer que estas narraciones se rigen por marcos interpretativos por ambos actores: el periodista y el lector. El primero lo utiliza para comprender la realidad y plantear discursivamente los acontecimientos, debido a que el periodismo se cruza con todos los campos de la sociedad (Carvalho, 2008), en términos informativos. El segundo lo utilizará para comprender el discurso trasmitido por el primero y situar sus referentes en una interpretación, como diría Cuvardic (2002). En este punto, el periodista es el narrador, quien estructura la narración, él pone su propio estilo y se rige por el de su editorial. De modo que, para hablar de este periodista narrador, podemos citarlo como, "la figura en la que el justo se encuentra consigo mismo" (Benjamín, 2001, p. 134), ya que desde la narración expuesta crea una atmosfera de perspectivas, afecta la opinión del lector, empero, la idea inicial en su complemento se distorsionará, se decodificará el mensaje principal, pero se abrirá un sinfín de interpretaciones a partir de ello.
En este sentido, el papel de la narración es de gran relevancia al momento de plantear un discurso periodístico, ya que es una descripción del acontecimiento. Por ello, las narraciones describen de manera transitoria un estado de eventos y hechos relevantes o no, reconociendo diferentes intereses en su público, dependiendo del uso del lenguaje Ochs (2000). El lenguaje puede concebirse como "un principio dedicado a la comunicación de contenidos espirituales relativos a los objetos respectivamente tratados: la técnica, el arte, la justicia o la religión" (Benjamín, 2001, p. 59), al igual que cada lenguaje se comunica a sí mismo, la entidad lingüística de las cosas es su lenguaje. Así mismo, podríamos entender el discurso como un suceso de comunicación en donde se emplea el lenguaje con el fin de exponer ideas o creencias, formando narrativas que pueden ocasionar que toda una sociedad prevalezca a merced de quienes manejan dicho discurso (van Dijk, 2000).
La responsabilidad de comunicar no exime a ningún medio, ya que afecta a un contexto sociocultural determinado, por ende, "los conocimientos y los discursos son interdependientes y no están circunscritos solo a lo verbal, por lo que se convierten en los soportes audiovisuales y significantes de la cultura" (Orozco,1996, p. 25). En ese sentido, el uso adecuado del lenguaje juega un rol importante al momento de la trasmisión del mensaje que se quiere dar. Rincón (2018) dice que "se debe constatar si hay verdad y valorar las opiniones, adjetivos y acusaciones de cada fuente. No debe abdicar de comprobar la verdad, contextualizar los decires y cuidar los lenguajes" (p. 204).
Por consiguiente, es pertinente subrayar que los discursos periodísticos que se forman a partir de un evento no son la representación específica y fiel de los hechos. Dicen Eggins y Martín (2000) que "los textos no son codificaciones neutrales de una realidad natural, sino construcciones semióticas de significados construidos socialmente" (p. 364). Así mismo, el papel del lector es clave en el proceso del discurso, ya que "un texto es un universo abierto en el que el intérprete puede descubrir infinitas interconexiones" (Eco,1997, p. 50). Por ende, al momento de leer una narrativa del discurso periodístico, un lector se enfrenta al desafío de descifrar el significado oculto que el autor desea que descubran en su texto. No obstante, entramos en el ámbito ambiguo de la interpretación, en donde cada lector puede interpretar de manera distinta, incluso distorsionar, lo que se trata de plantear en primera instancia.
En consecuencia, los lectores pueden interpretar un texto de manera distinta, dependiendo del tiempo y el espacio donde lo lea. Los contextos cambian constantemente y las interpretaciones tienden a ser múltiples. Por consiguiente, "[e]l mensaje de un escrito no es un contenido completo ni inmutable, físicamente encerrado en las letras, que se ofrezca a los lectores para que lo descodifiquen como quien desempaqueta un objeto postal" (Cassany, 1999, p. 217). En consecuencia, partiendo de conocimientos previos, el mensaje se maneja entre el lector y el autor, quienes mediante la escritura y la lectura lo construyen.
Los lectores varían dependiendo de su alfabetización, no es igual la interpretación de un individuo que ha tenido mejores oportunidades a nivel académico, a uno que apenas sabe leer, por lo que "la eficacia de las construcciones depende en gran parte de los sistemas y modos de recepción" (Pintos, 2005, p. 53). Empero, no solo los lectores son importantes en los estudios de discurso, especialmente en el discurso periodístico, también lo es la producción del texto periodístico. Este requiere de una comprensión y análisis de textos fuentes o de los acontecimientos preguntándose sobre esquemas como: el qué, el cómo, el cuándo, el quién, el por qué, el dónde; de manera tal que pueda generar una intencionalidad desde su línea editorial y/o particular. De esta forma, la comprensión, en este caso, de los artículos, supone algunas etapas principales como: "la percepción y atención, la lectura, la decodificación e interpretación, la representación en la memoria episódica y la formación, usos y actualización general y de las creencias" (van Dijk, 1990, p. 201).
Al hablar del contexto en el que se lee un artículo y/o la interpretación que le puede dar el lector, también es clave mencionar que esta puede ser buscada por el mismo medio de comunicación al escoger una temática y proponer un discurso para trasmitirla. A pesar de que hablamos de una ambigüedad al entrarnos en la decodificación del texto por parte del lector, no está demás decir que las líneas editoriales mantienen un margen casi invisible entre el capital y la imparcialidad. Esta margen poco a poco se ve más permeada por intereses particulares, lo cual limita un poco aquella ambigüedad y/o la direcciona hacia posibles interpretaciones que quieren que el lector tome como propia. Lo anterior es un aspecto que está presente en nuestra actualidad, con los medios de comunicación dominados por grupos privados y trabajando, incluso, con base en ideologías políticas.
En este orden de ideas, los textos escritos en un medio de comunicación masivo manejan una clase de discurso que permea en una sociedad, la cual puede recepcionarlo, debatirlo y/o refutarlo según la capacidad de pensamiento crítico que tenga, o simplemente pasar la página. Cada artículo maneja un estilo: el de la línea editorial de la revista y el de quien lo escribe. Eso contribuye a que los textos sean una fuente de persuasión directa en la sociedad para moldear la perspectiva de un tema de interés público. Hablamos de lo público como "el propio mundo, en cuanto es común a todos nosotros y diferenciado de nuestro lugar poseído privadamente en él" (Arendt, 2009, p. 61); es así como demos ver el texto como un instrumento, debido a que "los textos se han convertido, con la complicidad de los poderosos medios de comunicación, en los instrumentos de persuasión y de manipulación de la denominada opinión pública" (Cassany, 1999, p. 221).
La significación del texto varía dependiendo del tiempo y espacio en que se lea, en el cómo se decodifique aquel mensaje intrínseco y quién lo haga, por ello la interpretación de un texto es múltiple. Siguiendo a Derrida (1998), el texto "en su sintaxis y su léxico, en su espaciamiento, por su puntuación, sus lagunas, sus márgenes, la pertenencia histórica de un texto nunca es una línea recta" (p. 80). En este orden de ideas, es clave resaltar la importancia que tiene el contexto en que se materializa un texto; un texto tiene siempre varias edades, y la lectura debe tomar un partido con respecto a ellas, donde el elector elije qué interpretar, basado en conocimientos previos; "y esta representación genealógica de sí es ya, en sí misma, representación de una representación de sí" (Derrida, 1998, p.81).
Cada texto con su narrativa busca comunicar la perspectiva de una realidad, a parte del discurso intrínseco que cada uno lleva, busca comunicar una verdad, la verdad entendida como un procedimiento que permite encontrar la verdad a partir de sus enunciados, (Foucault, 2012). En el caso de los textos escritos en medios de comunicación, cada lector puede formar su panorama respecto a un tema (Borges, Heravi y Uskali, 2018). La paz, haciendo énfasis en esta investigación, y proporcionando gran interés para un periodismo de datos, permite visibilizar este tipo de proyectos en la región. No obstante, el texto puede considerarse como una unidad comunicativa semántico pragmática; de igual manera se puede considerar como un acontecimiento comunicativo, intencional y de interacción. Para que pueda efectuarse lo anterior, los textos están regidos bajo normas de cohesión, coherencia, intencionalidad, aceptabilidad, situacionalidad, intertextualidad, informatividad; lo cual está muy ligado con la sintaxis, la semántica y la misma pragmática (Franco, 2004).
3. Metodología
La metodología que se utilizó en la investigación fue el Análisis de contenido, ya que, en palabras de Holsti (citado por Porta y Silva, 2003), "ofrece la posibilidad de investigar sobre la naturaleza del discurso. Es un procedimiento que permite analizar y cuantificar los materiales de la comunicación humana" (p.8); lo cual, bajo un enfoque cualitativo y de naturaleza descriptiva, permitió el análisis de una muestra de veintitrés artículos de un universo de ciento cuatro números impresos de la Revista Semana relacionados con el proceso de paz entre la guerrilla de las FARC y el Estado colombiano durante el periodo 2015-2016, específicamente desde el 04 de enero de 2015 hasta el 09 de octubre de 2016.
En consecuencia, para la recolección de la información de esta muestra de veintitrés revistas se utilizó el formato de ficha de trabajo identificando datos generales como: fecha, edición, sección del artículo, coautoría, páginas que ocupaba el artículo y portada; al igual que la relación del artículo con cinco categorías establecidas que permitían identificar el cuerpo del texto, los aportes, observaciones generales y las conclusiones sobre este. Esta información recolectada, especialmente el cuerpo del texto de los artículos, se sometió al software NVivo 10 para poder identificar las palabras más frecuentes en el texto. Se identificaron ciento siete palabras usadas con mayor frecuencia en los artículos y con mayor relación en el contexto de la temática del proceso de paz. Las palabras se relacionaron en cinco categorías de análisis: Actores del Proceso, Opinión Pública, Paz, Política y Violencia.
Esta información se tabuló en el software Excel, donde se manejaron datos específicos de cada una de las ciento siete palabras identificadas y relacionadas anteriormente. Se tuvo en cuenta, a su vez, fecha de publicación del artículo donde aparecía la palabra, referencias (cantidad de repeticiones de la palabra en el texto), párrafo (número de párrafos en donde aparece la palabra) y cobertura; esta última se refiere a la importancia que recubre la categoría que se está observando dentro de los artículos analizados en el software NVivo 10. Posteriormente, partiendo de esta tabulación con cada palabra, se totalizó la cantidad de artículos en donde emergía entorno a su referencia y cobertura
De cada categoría se hizo énfasis en las cinco palabras utilizadas con mayor frecuencia en los artículos, donde se resaltaron datos específicos como el artículo donde fue más utilizada y la cantidad de párrafos de este artículo donde aparece; con lo cual se contribuyó a la descripción del uso del lenguaje en la narrativa. También se utilizaron los tres primeros elementos de la estructura del argumento que propone Alvaro Díaz (2002), que corresponde al punto de vista o conclusión, la fundamentación y el garante. Se escogieron argumentos al azar en los artículos de muestra para analizar su estructura.
4. Análisis de resultados
En la categoría de "Paz" se relacionaron treinta y nueve palabras. Se destacaron palabras como "conversaciones", "desmovilización", "diálogos", "negociación", "plebiscito", "reconciliación", entre otras. No obstante, las más usadas se pueden apreciar en la tabla 1. En esta categoría se evidenció que la palabra "paz" tuvo mayor cantidad de referencias (doscientas treinta y siete) en los artículos de muestra.
En consecuencia, con las treinta y tres palabras relacionadas en la categoría de actores del proceso (tabla 2) fue evidente la relación directa con el tema principal, en efecto, enmarca las dos partes principales de las negociaciones que son las FARC-EP y el Gobierno; por otro lado, enlaza el lugar de las negociaciones que fue La Habana, Cuba, y a su vez al presidente encargado durante el proceso, Juan Manuel Santos.
Entre las palabras relacionadas en esta categoría, "FARC" fue la que más tuvo referencias (trescientos ocho) y su cobertura más alta, entre los artículos analizados, fue en la publicación datada del 08 al 15 de marzo de 2015 con un 0,77 %, mencionada en los párrafos 2, 4, 5, 6, 8, 9, 10, 12, 13 y 15 del texto; este artículo se tituló "Irreversible" y ocupó las páginas 28 y 29 de la revista impresa. FARC es la sigla que representa una de las partes negociadoras del proceso de paz, Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, que originalmente es FARC-EP siendo las últimas letras Ejército del Pueblo.
No obstante, en los artículos de la revista fue simplificada omitiendo esto último; una palabra que, a su vez, representa a un actor armado y una ideología.
En la categoría "Violencia" se enmarcan dieciséis palabras relacionadas con sucesos, elementos u/o acciones que contribuyeron al conflicto armado. Las más destacadas se pueden apreciar en la tabla 3. Igualmente se pudo identificar palabras como "atentados", "secuestro", "paramilitarismo", "narcotráfico", entre otras. Armas, fue una de las palabras con mayor cantidad de referencias (ochenta y dos), en esta categoría y su cobertura más alta entre los artículos analizados fue en la publicación datada del 27 de marzo al 03 de abril 2016 con un 0,67 %, mencionada en los párrafos 3, 7, 9, 11, 14, 16, 17, 18, 19, 20 y 22 del texto; este artículo se tituló "¿Y ahora qué?" y ocupó las páginas 20, 21, 22 y 23 de la revista impresa.
En la categoría "Política" se relacionaron doce palabras enmarcadas en la importancia del sujeto como ser social y político, como se puede observar en la tabla 4. A su vez, se destacaron otras palabras como "polarización", "derecha", "izquierda", "oposición", entre otras; palabras que jugaron un papel clave en el marco del plebiscito, en el que los ciudadanos colombianos podían escoger entre el Sí o el No para aprobar el acuerdo de paz. La palabra "política" con la relevancia dada en los artículos, plasma el proceso de paz alrededor de un acto político; como aquel proceso político que conlleva a los ciudadanos a resolver sus necesidades en un estado social de derecho.
A diario los medios masivos de comunicación contribuyen a la construcción de la opinión en los sujetos de una sociedad. En el proceso de paz hubo saturación de información, lo cual llevó a una polarización entre el pueblo colombiano. Por ende, palabras como "escepticismo" y "optimismo" fuero clave en los artículos. Por consiguiente, se relacionaron siete palabras en la categoría de "Opinión pública", las más destacadas podrán verse en la tabla 5.
En suma, las palabras más destacadas en la cobertura por artículo y por cantidad de párrafos del texto en la que aparecía (figura 1), se hallaron en artículos como: "En la recta final", datado del 22 de mayo de 2016, el cual ocupó las páginas 22, 23 y 24; "¿Y ahora qué?", datado del 03 de abril de 2016, el cual ocupó las páginas 20, 21, 22 y 23; "Pánico a la paz", datado del 05 de junio de 2016, el cual ocupó las páginas 24, 25, 26, 27 y 28; y por último, "Realpolitik de las Farc", datado del 10 de julio 2016, el cual ocupó las páginas 26 y 27 de la revista impresa.
Por consiguiente, bajo las nociones de la estructura del argumento de Díaz (2002), se escogieron argumentos al azar de los artículos de muestra para observar su estructura y contribuir al análisis de la narrativa del discurso periodístico de la Revista Semana. Al momento de analizar la estructura de los argumentos complejos, se dio prioridad a los tres primeros elementos: el punto de vista o conclusión, la fundamentación y el garante.
Se encontraron argumentos complejos y simples, empero, por motivos de espacio debemos de limitar a dos ejemplos de estructuras de argumentos. El primero hace parte del artículo llamado "Bajo los ojos del mundo", publicado en la edición impresa de la revista Semana del 24 al 31 de enero de 2016. En el punto de vista se hace una suposición con la palabra "suelen" (tabla 6), sin especificar en el artículo quiénes hacen las declaraciones. Lo anterior ya induce al lector a tomar una posición dentro del párrafo, a ser parte de la posición de la revista. Pese a que el garante es implícito, en la fundamentación se evidencia una justificación escueta para el punto de vista, ya que citan la entrevista de un miembro de las partes de la negociación. Sin embargo, es una justificación que puede vacilar ante dicha aserción. Este fundamento se puede clasificar dentro de los llamados fundamentos basados en el ethos de la fuente, lo cuales se basan en la confianza y reputación de la fuente (Díaz, 2002).
La segunda estructura de argumento (tabla 7) hace parte del artículo llamado "Jugando con fuego", publicado en la edición impresa de la revista Semana del 14 al 21 de junio. El punto de vista plantea pesimismo ante los avances del proceso de paz; el uso de frases pesimistas como "un paso adelante, dos atrás" refiriéndose a un proceso de paz de gran relevancia para Colombia, demuestra parcialidad en la Revista Semana. Con garante implícito, esta estructura tiene un fundamento basado en hechos y evidencias, además de utilizar el esquema argumentativo causal según Martínez (2015), el cual intenta convencer al sujeto destacando que algo es la causa de otra cosa o acontecimiento.
5. Discusión
En los años 2015 y 2016, la Revista Semana moldeó las percepciones en los individuos por medio de su discurso periodístico respecto al proceso de paz, debido a que como medio de comunicación pueden decidirle al lector en qué creer y en qué no (van Dijk, 2016). Este discurso, como una unidad que interpretamos al verla o escucharla van Dijk (1983), reflejó la parcialidad de la revista en artículos que trataban la temática del proceso de paz.
Para Chávez et al. (2020), la veracidad o falsedad que trasmiten los medios dependen del orden de las palabras, sus referencias y su contexto. Por consiguiente, en la categoría de paz se evidenció que aparte de las palabras analizadas (proceso, paz, mesa, justicia y acuerdo), también aparecieron palabras significativas en el contexto del proceso de paz como "acuerdos", "negociación", "plebiscito", "punto" (la cual se refería a cada punto pactado en el acuerdo), "transicional" (haciendo referencia a la justicia transicional) y "verdad", esta última hacía referencia a la verdad que exigían las víctimas y el derecho de no repetición de la repercusión del conflicto. No obstante, lo que se pudo evidenciar en los artículos analizados fue las pocas referencias a la palabra "posconflicto", hubo once referencias en seis artículos, sin contar con las imágenes de las víctimas, en donde, Olaya (2020) nos permite entender que las formas en que las victimas son visibilizadas, puede ser el resultado de comprender el conflicto. No obstante, el término permanece en discusión alrededor de una pregunta: ¿se hacía referencia a un posconflicto o a un posacuerdo?
En este orden de ideas, al abordar los actores del proceso se evidenció que se hizo poca referencia con el nombre real a representantes de las FARC en el acuerdo de paz. Un ejemplo de ello es el caso de "Timoleón Jiménez": el seudónimo completo apareció ocho veces en seis artículos, el apellido "Jiménez", aparece siete veces en cinco artículos y "Timochenko" aparece treinta y cinco veces en diez artículos, en cambio su nombre real, Rodrigo Londoño, no se vio reflejado. De igual manera pasó con alias "Iván Márquez", cuyo seudónimo apareció quince veces en diez artículos y su nombre real, Luciano Marín Arango, no fue mencionado.
En consecuencia, los representantes de las FARC no tuvieron tanto protagonismo como el expresidente Alvaro Uribe, al igual que quien gobernaba en su momento, el expresidente Juan Manuel Santos. Es evidente la importancia que le dio la Revista Semana a la contienda política entre quien lideraría la campaña del NO y de quien lideraría la campaña del SÍ en el plebiscito para aprobar los acuerdos de paz. La palabra "Uribe" apareció cincuenta y nueve veces en trece artículos, y la palabra "Santos" apareció ochenta y nueve veces en veintiún artículos; esta última fue de las palabras más repetitivas junto a las ya mencionadas. Fue evidente la comunicación política en esta narrativa, comunicación que causa un efecto dominante sobre un fenómeno social según del Valle (2018).
En las categorías de Violencia, Política y Opinión Pública se pudo observar en la narrativa referencias sobre los falsos positivos, un punto importante que se vio también relacionado cuando se abordaba la temática de la Justicia Especial para la Paz (JEP). A su vez, el término "paramilitarismo" también estuvo referenciado al igual que "secuestro", "polarización", "izquierda", "derecha", "optimismo" y "escepticismo".
La narrativa del discurso periodístico de la Revista Semana se vio permeado por el uso de adjetivos y algunas suposiciones, como vimos en el análisis de la estructura de los argumentos. Las posturas entre líneas siempre fueron de conciliación, sin embargo, un medio masivo de comunicación no debe hacer suposiciones ni contribuir a la polarización de un país, porque el individuo puede confiar en el discurso del medio y este discurso, a su vez, puede estar conformado bajo una fuerte ideología. Por ello es importante cuidar los lenguajes y contextualizar los decires, puesto que, para Calderón (1996), Rincon (2018) y van Dijk (2017), un discurso manipulador puede pasar desapercibido sobre la identidad de los actores u organizaciones. Al ser una entidad que construye opinión pública, utilizar calificativos como "un paso adelante, dos atrás", refleja el pesimismo frente al proceso de paz, y por ende, los transmite al lector. Los lectores se ven influenciados por ese uso del lenguaje en algunos párrafos. Por ende, los periodistas como actores sociales y políticos que prestan una función de servicio público, según Mellado et al. (2020), deben mantener su autonomía e imparcialidad sin importar la línea ideológica del medio.
En suma, la Revista Semana mantuvo un discurso periodístico basado en una tímida apuesta por la finalización definitiva del conflicto político-militar entre la guerrilla de las FARC-EP y el gobierno colombiano; se reflejó el bien colectivo sobre el bien particular (Rincón, 2018). Así mismo, se puede entrever el desacierto de empresas encuestadoras y la presencia de un hecho al que las organizaciones políticas están en mora de tomar en consideración al ciudadano (Gómez y Cárdenas, 2019). En la narrativa de este discurso, los textos reflejaron cierta claridad en la información relevante. No obstante, como ya lo habíamos mencionado antes, se termina contribuyendo a la polarización que se vio en su máximo auge durante estos dos últimos años del proceso de paz (2015-2016), específicamente antes del plebiscito. El uso del leguaje, en su gran mayoría fue comprensible para el ciudadano, empero, hubo casos específicos en los artículos donde el uso de términos como "refrendación" o "justicia transicional" no estuvieron contextualizados, por lo tanto, como propone Eggins y Martin (2000). No todas las significaciones construidas socialmente son comunes entre los sujetos y tampoco se habla de ellas en la esfera pública digital, las cuales se centran, sobretodo, en los jóvenes, (Maltos, Martínez y Miranda, 2021).
6. Conclusiones
La investigación sobre la narrativa del discurso periodístico de la Revista Semana en el marco del proceso de paz durante el periodo 2015 - 2016, evidencia que las narrativas utilizadas en los artículos fueron vinculantes a la propuesta de una paz definitiva entre las FARC-EP y el gobierno colombiano. Como medio masivo de comunicación, su influencia en la opinión pública fue importante en la construcción de ambientes propicios para el diálogo y el debate frente a los acuerdos de la Habana, sin embargo, contribuyó a la polarización que se dio en Colombia alrededor del proceso de paz y se generaron ambigüedades al momento de plantear al ciudadano la idea de qué pasaría en el país después de los resultados del plebiscito. En el discurso periodístico expuesto por la Revista Semana, se vio reflejado en gran parte de los artículos expuestos, la mención de las partes negociadoras (Gobierno y FARC-EP), además de lo que iba transcurriendo en La Habana como parte de una contextualización. No obstante, también desvió la atención en las contiendas políticas entre el gobierno de turno y la oposición.
De este modo, se evidencia una factibilidad y aplicación para discutir en los estudios de incidencia de la comunicación, el periodismo, la política, los asuntos gubernamentales y, claro, desde la academia. Es evidente la tendencia que dejan los cruces de información durante lo expuesto a través del análisis realizado a la Revista Semana, así como la prominente relación entre la narrativa periodística y el imaginario generado por los artículos publicados por dicho medio de comunicación.
Por lo tanto, es fundamental realizar estudios frente a las tendencias de percepción y construcción periodística respecto a los asuntos de la vida cotidiana de un determinado contexto. Aquí el aporte que pueden procurar hacer desde los programas de comunicación y periodismo es fundamental. Así mismo, la idea del sujeto perceptivo en un contexto especifico, permite connotar significados hacia una memoria colectiva que pertenece a un determinado grupo social o sector de la audiencia. De manera que la comunicación y los imaginarios mediáticos surgen para entender y comprender las diferentes publicaciones, sus formatos y géneros periodísticos, los cuales promueven la opinión pública frente al ciudadano.
El uso del lenguaje en los artículos es una muestra de cómo los medios masivos seleccionan un público específico al momento de exponer una narrativa. En dicho lenguaje había palabras como "refrendar", "refrendación" o "transicional"; que para personas con un proceso corto en formación académica y/o de lectura, le sería complejo entender en el contexto de dicho discurso, llevándonos a proponer que el medio de comunicación puede ser excluyente al momento de seleccionar el público al cual va dirigido.
Finalmente, y en consecuencia con la idea anterior, la relevancia de los medios masivos de comunicación en la construcción de realidades y en la influencia sobre la opinión pública, hace que la educación de una sociedad, sea la contraparte que decodifica de manera eficaz los discursos que pueden polarizar a una sociedad. Por ello es necesario reflexionar y teorizar acerca de los nuevos procesos comunicativos y discursos periodísticos que permean la vida cotidiana de las sociedades; los que sirven a intereses privados e ideologías; y otros, que se quedan cortos en sus narrativas frente a contextos sociopolíticos aciagos, en cuanto a la propuesta de construir un país mejor.