1. Introducción
Ante los problemas de contaminación y deterioro del planeta, las empresas han reformulado estrategias para la adopción de tecnologías verdes y prácticas de responsabilidad ambiental (Sadiku, 2020). Una empresa verde o ambientalmente responsable es aquella que respalda sus prácticas ecológicas en tecnologías y conocimientos que le permiten ahorrar recursos, optimizar costos de operación y lograr mayores beneficios (Kasseeah, 2019). Asimismo, la empresa manifiesta su responsabilidad ambiental mediante políticas, regulaciones y certificaciones que ayudan a equilibrar sus fines comerciales con el impacto ambiental (Namagembe, Ryan y Sridharan, 2018).
Por su parte, el marco global relacionado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) establece que el progreso socioambiental implica la reorganización de los sistemas y prácticas existentes, así como la creación de estos para generar y utilizar eficientemente los recursos naturales (Abbas y Sağsan, 2019). En el marco de las normas de calidad ISO 14001 e ISO 26000 también se soporta la idea de adoptar tecnologías verdes para facilitar la gestión ambiental de las empresas. A raíz de estos marcos, las prácticas ambientales han cambiado de unas centradas en los criterios industriales para la producción de bienes, hacia unas basadas en aspectos más amplios para la prestación de servicios, la comercialización y el consumo de productos.
Estudios previos exponen cómo la adopción de tecnologías verdes es una alternativa para aminorar los impactos negativos en el ambiente (Kasseeah, 2019; Lartey et al., 2019; Leoncini, Marzucchi, Montresor, Rentocchini y Rizzo, 2017). Estas tecnologías se conciben como un conjunto de conocimientos, artefactos y herramientas útiles en conciliar el impacto ambiental con las operaciones que se derivan de la producción de bienes y servicios (Memarzadeh y Anand, 2020). En el contexto latinoamericano, los estudios exponen que la adopción de tecnologías verdes, además de incidir en el cuidado del entorno, se enfoca en el ahorro de recursos, la maximización de las utilidades y la atención a las demandas ambientales del mercado (dos Santos, Méxas, Meiriño, Sampaio y Costa, 2020; Reyes, Sánchez y Díaz, 2019). Sin embargo, existen vacíos sobre cómo la adopción de tecnologías verdes puede influir en las prácticas de responsabilidad ambiental.
En el sector hotelero mexicano, las empresas se enfrentan a problemáticas para contrarrestar los efectos del deterioro ambiental. En particular, la Ciudad de México se ha caracterizado por ser un punto cosmopolita de turismo y negocios para el país y Latinoamérica, que cuenta con alrededor de 882 empresas de alojamiento, de las cuales, el 53% corresponde a hoteles en sus diversas categorías (Instituto Nacional de Estadística y Geografía [INEGI], 2021). Los empresarios y directivos junto con sus trabajadores han incursionado en la adopción de tecnologías verdes y prácticas de responsabilidad como estrategias para tangibilizar su compromiso frente a la situación ambiental (Reyes et al., 2019).
Esta investigación pretende ampliar los horizontes de las acciones ambientales dentro del sector hotelero al presentar evidencia empírica. En este sentido, es relevante considerar el punto de vista de los trabajadores como stakeholders internos, puesto que ellos adoptan las tecnologías verdes para el cumplimiento de sus tareas y evalúan su efectividad en términos de productividad e impacto ambiental, al mismo tiempo que desarrollan de mejor manera sus prácticas de responsabilidad ambiental (Sharpe, Harwell y Jackson, 2021). De lo anterior deriva la pregunta de investigación ¿cómo es la percepción de los trabajadores sobre la adopción de las tecnologías verdes y su influencia en las prácticas de responsabilidad ambiental?
El objetivo de la presente investigación fue analizar la percepción de los trabajadores sobre la adopción de las tecnologías verdes y su influencia en las prácticas de responsabilidad ambiental. Para ello, se utilizó una metodología cuantitativa y con apoyo de un instrumento se recolectaron datos sobre las percepciones de 385 trabajadores procedentes de 74 hoteles de la Ciudad de México. Para el tratamiento de los datos se utilizó la modelación de ecuaciones estructurales por mínimos cuadrados (partial least squares-structural equation modeling, PLS-SEM, por sus siglas en inglés).
El documento se estructura de la siguiente manera: luego de esta introducción, se expone la revisión de literatura que da soporte a la hipótesis de investigación. Después, se detalla la metodología seguida para dar cumplimiento al objetivo del trabajo. A continuación, se exponen los resultados y, por último, se presentan las conclusiones, así como las futuras líneas de investigación y las limitaciones.
2. Marco teórico
2.1 Adopción de tecnologías verdes
El término verde se utiliza para aquello que se percibe como ecológico y está relacionado con los procesos ambientales. De acuerdo con Jørgensen (2001) , las tecnologías verdes se conceptualizan como el conjunto de conocimientos, artefactos y herramientas de alto rendimiento para mitigar los problemas y riesgos ambientales. Estas tecnologías no solo se ven en las maquinarias y el equipo de bajo consumo, también en modelos intelectuales que brindan efectivas soluciones en la utilización de recursos y energía, la calidad ambiental, la seguridad ecológica y la salud (Wicki y Hansen, 2019).
Toda tecnología verde tiene un impacto en el ambiente y, por ende, su elección debe ser en función de los beneficios, las desventajas y el valor que generará, así como de las competencias que son requeridas para utilizarlas (Hötte, 2020; Xia, Zhang, Yu y Tu, 2019). No obstante, aprovechar las ventajas de la tecnología verde no es una mera cuestión de adquisición, sino también de adopción. Esta adopción hace referencia a la implementación y asimilación de dichas tecnologías para el cumplimiento de los objetivos ambientales (Orsatti, Quatraro y Pezzoni, 2020).
El estudio de la adopción de tecnologías verdes en los sectores productivos involucra diversas áreas que van desde la ingeniería y el diseño hasta la percepción social y la gestión de la innovación (Jørgensen, 2001). De acuerdo con la literatura, la adopción de tecnologías verdes se ve manifestada en a) la estructura de costos, b) el ahorro de recursos y c) el beneficio ambiental.
La estructura de costos toma en cuenta la inversión de tecnologías de calidad para cumplir con su cometido ambiental (Saunila, Rantala, Ukko y Havukainen, 2018). Por ejemplo, las empresas pueden adquirir tecnologías verdes, pero eso no significa que sean factibles y asequibles, pues, comúnmente, los costos de adquisición son altos en comparación con los costos que tienen las tecnologías convencionales. Además, se suman los conocimientos especializados y la infraestructura para que este tipo de tecnologías funcionen adecuadamente (Abbas y Sağsan, 2019).
Una efectiva adopción de las tecnologías verdes es útil en la disminución de los costos y el aumento de ingresos, así como en la estabilidad de la cadena de suministro (Lartey et al., 2019). Por tal razón, las empresas necesitan de diagnósticos para comprar tecnologías según su relación costo-beneficio e invertir en aquellas con mayores impactos ambientales favorables y que cuenten con características deseables de productividad, fiabilidad y sostenibilidad (Saunila et al., 2018; Xia et al., 2019).
Por otro lado, el ahorro de recursos con apoyo de la adopción de tecnologías verdes se traduce en beneficios económicos (Namagembe et al., 2018). Cuando las empresas examinan exhaustivamente el entorno ambiental, se hacen más conscientes de sus debilidades y adoptan mejores prácticas de gestión ecológica (Fernando, Jabbour y Wah, 2019). De hecho, uno de los propósitos de la tecnología verde es contribuir a la solución de los problemas ambientales a través del ahorro de recursos (Wicki y Hansen, 2019).
La adopción de tecnologías verdes prioriza la reducción de materiales y energías utilizadas en la producción, seguida de la sustitución de materiales no renovables (Sadiku, 2020). Asimismo, el ahorro de recursos está relacionado con las prácticas de reducción, reutilización y reciclaje; aspectos que son valorados positivamente por las empresas y los propios trabajadores al percibir que contribuyen al cuidado ambiental.
Por su parte, el beneficio ambiental es otro aspecto que refleja la adopción de las tecnologías verdes. Ejemplo de estos beneficios son la diminución de estragos negativos en la calidad del aire, el agua y el suelo; incluso aquellos relacionados con la reducción o reversión de los problemas de desperdicios (Fernando et al., 2019). Cuando las empresas combinan sus objetivos de eficiencia productiva y de calidad ambiental, demuestran que pueden ser simultáneamente competitivas y ecológicas (Kasseeah, 2019; Xie, Zhu y Wang, 2019).
2.2 Prácticas de responsabilidad ambiental
En la literatura científica, la responsabilidad ambiental está incluida en los esquemas de la responsabilidad social corporativa (RSC) y la responsabilidad ambiental corporativa (RAC) (Ferri y Pini, 2019). No obstante, aunque el concepto de RSC guarda una relación con el aspecto ambiental, se orienta más hacia el compromiso que tienen las empresas con las prácticas comerciales éticas, el desarrollo y la calidad de vida de sus colaboradores y de la sociedad (Hernández, Vargas, Delgado y Rodríguez, 2017). Por su parte, la RAC y otra concepción más amplia como la responsabilidad social corporativa y ambiental (RSCA) priorizan el compromiso y la cultura de las empresas para preservar y cuidar el ambiente con apoyo de los colectivos sociales (Graafland y Noorderhaven, 2018; Han, Chua, Ariza-Montes y Untaru, 2020).
En este sentido, la responsabilidad ambiental se conceptualiza como una práctica empresarial basada en la gestión ecológica para la obtención de posibles beneficios, entre ellos, la diferenciación de los productos y una mejor reputación (Qin, Harrison y Chen, 2019). Asimismo, las prácticas de responsabilidad ambiental se vinculan con el desempeño y éxito empresarial, ya que la percepción de los trabajadores, clientes, socios e inversionistas sobre la conducta de la empresa puede determinar el grado de confianza que tienen sobre esta, lo que brinda mayor posicionamiento y legitimidad (Xie et al., 2019). En consecuencia, las prácticas de responsabilidad ambiental no pueden quedarse solamente en el discurso de las empresas, también deben reflejarse en a) las políticas ambientales, b) la regulación y certificación, c) la oferta de servicios responsables y d) la satisfacción de la demanda.
Respecto a las políticas ambientales, estas surgen para abordar los fallos y direccionar el comportamiento ecológico. En la actualidad, las políticas y otro tipo de iniciativas ambientales han ido en aumento y su alcance no se limita al interior de las empresas, también incluyen la participación, coordinación y colaboración conjunta con los stakeholders del sector en cuestión, así como de mecanismos y plataformas para incidir en las actividades relacionadas con la protección ambiental (Jørgensen, 2001; Reed, 2008).
Las empresas en su compromiso ecológico se alinean con las regulaciones legislativas vigentes y se esfuerzan por la obtención de alguna certificación que avale sus prácticas ambientales (Hernández et al., 2017). El cumplimiento de los criterios de estas regulaciones y certificaciones tiene como principal objetivo influir en el comportamiento individual de los trabajadores para llevarlos hacia el uso eficiente de los recursos y la adaptación de prácticas ecológicas (Graafland y Noorderhaven, 2018; Han et al., 2020). En el ámbito turístico, ejemplo de certificaciones internacionales en materia ambiental son Leadership in Energy and Environmental Design (LEED), Earth Check, Green Leaders, Green Globe Standards, Green Key, Green Seal y Travel Life.
Por otra parte, las prácticas de responsabilidad se ven reflejadas en la oferta de servicios. En tal oferta, se busca el cumplimiento de estándares relacionados con el cuidado ambiental y la optimización de los recursos utilizados en la prestación de servicios. Asimismo, la práctica corresponde al uso de equipos de bajo consumo, la implementación de sistemas de reciclaje de recursos (como cartón, plástico, vidrio y agua de lluvia) y la utilización de energías alternativas (Mak y Chang, 2019; Verma y Chandra, 2017).
Desde la percepción de los trabajadores, las prácticas de responsabilidad ambiental no solo se observan en la prestación de servicios, sino también en cómo son satisfechas las demandas de los clientes (Preziosi, Tourais, Acampora, Videira y Merli, 2019). Tal situación se da porque los consumidores están interesados en que los trabajadores lleven a cabo prácticas ambientales según sus necesidades (Memarzadeh y Anand, 2020).
En suma, las prácticas de responsabilidad ambiental se ven soportadas por la adopción de tecnologías verdes. Por un lado, la adopción de tecnologías verdes puede proporcionar beneficios ambientales, una mayor optimización de costos y ahorro de recursos para dar atención a las políticas ambientales, así como a los criterios de regulación y certificación que deben de cumplir las empresas (Fernando et al., 2019; Namagembe et al., 2018; Saunila et al., 2018). Por otra parte, las prácticas de responsabilidad ambiental reflejadas en la oferta de servicios y la satisfacción de la demanda se facilitan cuando se adoptan tecnologías verdes al aminorar los estragos ambientales y aprovechar con eficiencia los recursos (Mak y Chang, 2019; Preziosi et al., 2019; Verma y Chandra, 2017). Por ende, la hipótesis es la siguiente:
3. Metodología
3.1 Diseño de la investigación
La metodología tuvo un enfoque cuantitativo, un diseño no experimental y un corte transversal, puesto que no se controló ninguna variable y se observó el fenómeno tal cual se presenta en su contexto natural. Asimismo, el alcance fue explicativo al analizar cómo es la influencia que ejerce la adopción de las tecnologías verdes sobre las prácticas de responsabilidad ambiental, desde la percepción de los trabajadores.
3.2 Muestra y recolección de datos
Se trató de una muestra no probabilística de 385 trabajadores de hoteles de la Ciudad de México. A pesar de hacer la invitación a los trabajadores de 190 hoteles, solo participaron los procedentes de 74 hoteles de tres, cuatro y cinco estrellas, en su mayoría con alguna certificación ambiental (tabla 1). Sin embargo, se mantuvo un criterio de cuota de dos a cuatro trabajadores por empresa, los cuales participaron de manera voluntaria.
Variable | Valor | Número de hoteles por respondientes | Certificación ambiental en el hotel | Total | |||
---|---|---|---|---|---|---|---|
Dos respondientes | Tres respondientes | Cuatro respondientes | Sí | No | |||
Categoría del hotel | Tres estrellas | 4 (16,00%) | 5 (19,23%) | 3 (13,04%) | 3 (5,17%) | 9 (56,25%) | 12 (16,21%) |
Cuatro estrellas | 8 (32,00%) | 6 (23,08%) | 9 (39,13%) | 16 (27,59%) | 7 (43,75%) | 23 (31,08%) | |
Cinco estrellas | 13 (52,00%) | 15 (57,69%) | 11 (47,83%) | 39 (67,24%) | 0 (0,00%) | 39 (52,705) | |
Total | 25 (33,78%) | 26 (35,13%) | 23 (31,09%) | 58 (78,37%) | 16 (21,62%) | 74 (100%) |
Fuente: elaboración propia.
La técnica para la recolección de datos fue la encuesta autoadministrada. La aplicación de la encuesta se hizo directamente en las empresas durante los meses de enero y febrero de 2020. Durante la aplicación, fue necesario corroborar que los instrumentos estuvieran debidamente contestados por los trabajadores, con el fin de excluir instrumentos por valores perdidos. En esta actividad se pidió permiso a los gerentes para aplicar los instrumentos dentro de los hoteles a su cargo. Asimismo, se dio a conocer a los trabajadores que la información se utilizaría para fines académicos y que se garantizaría la confidencialidad de las respuestas.
Los participantes fueron en su mayoría jóvenes-adultos entre 21 y 35 años de edad (78,8%). Respecto a su nivel educativo, cuentan con estudios de licenciatura (36,4%), preparatoria y carrera técnica (36,6%). Se desempeñan como administrativos (20,3%), recepcionistas (20,3%) y camareras (14,8%); además de tener una antigüedad laboral de menos de uno a tres años (72,2%) (tabla 2).
Variable | Valor | Frecuencia (f) | Porcentaje (%) |
---|---|---|---|
Género | Masculino | 193 | 50,13 |
Femenino | 192 | 49,87 | |
Edad | Menos de 20 años | 8 | 2,07 |
21-25 años | 88 | 22,85 | |
26-30 años | 137 | 35,58 | |
31-35 años | 78 | 20,25 | |
36-40 años | 33 | 8,57 | |
41-45 años | 23 | 5,97 | |
46-50 años | 11 | 2,85 | |
Más de 51 años | 7 | 1,81 | |
Puesto | Administrativo en general | 78 | 20,25 |
Recepcionista | 60 | 15,58 | |
Camarera(o) | 57 | 14,80 | |
Encargado(a) de mantenimiento | 45 | 11,68 | |
Ama(o) de llaves | 41 | 10,64 | |
Encargado(a) de recursos humanos | 30 | 7,79 | |
Gerente general | 14 | 3,63 | |
Otro | 60 | 15,58 | |
Nivel educativo | Sin estudios | 1 | 0,25 |
Primaria | 21 | 5,45 | |
Secundaria | 67 | 17,40 | |
Carrera técnica | 52 | 13,50 | |
Preparatoria o bachillerato | 89 | 23,11 | |
Licenciatura | 140 | 36,36 | |
Maestría | 10 | 2,59 | |
Otro | 4 | 1,03 | |
Antigüedad en la empresa | Menos de un año | 129 | 33,50 |
1-3 años | 149 | 38,70 | |
4-6 años | 59 | 15,32 | |
7-10 años | 33 | 8,57 | |
11-13 años | 10 | 2,59 | |
Más de 14 años | 5 | 1,29 |
Fuente: elaboración propia.
3.3 Operacionalización de las variables
El instrumento para medir la percepción de los trabajadores sobre la adopción de las tecnologías verdes y la responsabilidad ambiental se construyó a partir de la revisión de literatura científica, la opinión de expertos y una prueba piloto, con lo que se obtuvieron los ítems definitivos (tabla 3). Asimismo, para la valoración de los ítems se desarrolló una escala tipo Likert con amplitud de seis puntos, desde 1 para “totalmente en desacuerdo” (aspecto negativo) hasta 6 para “totalmente de acuerdo” (aspecto positivo).
Variable | Dimensión | Código | Ítem |
---|---|---|---|
Adopción de tecnologías verdes (ATV) | Estructura de costo (EC) | EC_01 | Implementa tecnologías verdes que ayudan a minimizar costos |
EC_02 | Hace estudios previos o diagnósticos para adquisición de tecnologías verdes a un costo factible | ||
EC_03 | Realiza inversiones para la adquisición de tecnologías verdes | ||
Ahorro de recursos (AR) | AR_01 | Las tecnologías verdes permiten el ahorro de recursos | |
AR_02 | Motiva a sus compañeros de trabajo a utilizar tecnologías verdes para aprovechar los recursos | ||
AR_03 | Las tecnologías verdes optimizan el proceso de aprovechamiento de recursos | ||
Beneficio ambiental (BA) | BA_01 | La implementación de tecnologías verdes ayuda disminuir la generación de residuos sólidos | |
BA_02 | La implementación de tecnologías verdes ayuda a disminuir el deterioro ambiental | ||
BA_03 | La implementación de tecnologías verdes ayuda a mejorar la calidad en el aire | ||
BA_04 | La implementación de tecnologías verdes ayuda a tener un ambiente limpio para trabajar | ||
Prácticas de responsabilidad ambiental (PRA) | Política ambiental (PA) | PA_01 | En su empresa, existen políticas para el cuidado ambiental |
PA_02 | La empresa promueve actividades relacionadas con la protección ambiental | ||
PA_03 | Dentro de la empresa, el reciclaje juega un papel importante | ||
Regulación y certificación (RC) | RC_01 | El hotel cumple con las obligaciones legales relacionadas con el cuidado ambiental | |
RC_02 | Considera que obtener alguna certificación ambiental, le genera valor agregado a su empresa | ||
RC_03 | Cuenta con reconocimientos de protección al ambiente | ||
RC_04 | Acredita la formalización de sus actividades ambientales mediante algún instrumento legal | ||
Oferta de servicios (OS) | OS_01 | Los servicios cumplen con estándares relacionados al cuidado ambiental | |
OS_02 | Para ejecutar los servicios se optimizan siempre los recursos | ||
OS_03 | El hotel ofrece amenidades orgánicas (shampoo, jabón, gel, entre otros) que no repercuten en el ambiente | ||
Satisfacción de la demanda (SD) | SD_01 | Considera que al cliente le interesa que se pongan en práctica nuevas estrategias ambientales | |
SD_02 | Considera que el cliente muestra interés en participar en prácticas ambientales propuestas por la empresa | ||
SD_03 | Se ha potencializado la captación de nuevos mercados a través de actividades que se llevan en práctica el cuidado ambiental | ||
SD_04 | Los clientes están satisfechos con las prácticas ambientales |
Fuente: elaboración propia.
3.4 Tratamiento de datos
Para someter a prueba la hipótesis de investigación, se utilizó el método PLS-SEM por dos principales razones: a) porque supone un enfoque de modelado suave sobre la distribución de datos y b) porque las aplicaciones tienen poca teoría disponible (Hair, Hult, Ringle y Sarstedt, 2017). Ante el uso de escalas reflectivas por la operacionalización de los constructos de primer y segundo orden, se especificó un modelo tipo I reflectivo-reflectivo, puesto que a) los ítems son manifestaciones de los constructos de primer orden y, a su vez, los constructos de primer orden son manifestaciones de los constructos de segundo orden; b) los ítems y los constructos pueden ser intercambiables, ya que no son determinantes absolutos o exclusivos; y c) los ítems y los constructos comparten un contenido igual o similar (Jarvis, Mackenzie y Podsakoff, 2003). En el tratamiento de datos se empleó el software Smart PLS versión 3.3.3 (Ringle, Wende y Becker, 2015).
4. Resultados
4.1 Modelo de medida
Para el modelo de medida, se recurrió a las pruebas de confiabilidad y validez. Para ello, se cotejaron los valores de consistencia interna a través del alfa de Cronbach ( ), rho_A y fiabilidad compuesta (FC) de cada constructo; como se observa en la tabla 4, los valores resultaron satisfactorios al ser mayores a 0,700 (Hair et al., 2017). En cuanto a la validez, se verificó la colinealidad de los ítems y la estructura factorial. La tabla 4 expone las cargas de cada ítem y muestra valores mayores al criterio mínimo (> 0,707), mientras que el factor de inflación de la varianza (variance inflation factor, VIF, por sus siglas en inglés) no indica la presencia de multicolinealidad entre los ítems.
Ítem | VIF | Adopción de tecnologías verdes (ATV) | Prácticas de responsabilidad ambiental (PRA) | |||||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|
Estructura de costo (EC) | Ahorro de recursos (AR) | Beneficio ambiental (BA) | Política ambiental (PA) | Regulación y certificación (RC) | Oferta de servicios (OS) | Satisfacción de la demanda (SD) | ||
EC_01 | 2,351 | 0,895 | ||||||
EC_02 | 2,546 | 0,898 | ||||||
EC_03 | 2,657 | 0,910 | ||||||
AR_01 | 1,909 | 0,867 | ||||||
AR_02 | 1,847 | 0,856 | ||||||
AR_03 | 1,758 | 0,849 | ||||||
BA_01 | 2,725 | 0,877 | ||||||
BA_02 | 2,765 | 0,888 | ||||||
BA_03 | 4,287 | 0,934 | ||||||
BA_04 | 3,144 | 0,900 | ||||||
PA_01 | 2,663 | 0,908 | ||||||
PA_02 | 2,450 | 0,896 | ||||||
PA_03 | 2,656 | 0,910 | ||||||
RC_01 | 2,247 | 0,862 | ||||||
RC_02 | 2,433 | 0,872 | ||||||
RC_03 | 2,345 | 0,854 | ||||||
RC_04 | 2,683 | 0,885 | ||||||
OS_01 | 2,317 | 0,893 | ||||||
OS_02 | 2,567 | 0,907 | ||||||
OS_03 | 1,896 | 0,848 | ||||||
SD_01 | 1,944 | 0,819 | ||||||
SD_02 | 2,329 | 0,862 | ||||||
SD_03 | 2,547 | 0,876 | ||||||
SD_04 | 2,512 | 0,875 | ||||||
Número de ítems | 3 | 3 | 4 | 3 | 4 | 3 | 4 | |
Alfa de Cronbach ( ) | 0,884 | 0,820 | 0,921 | 0,889 | 0,891 | 0,859 | 0,881 | |
rho_A | 0,885 | 0,820 | 0,923 | 0,889 | 0,893 | 0,862 | 0,883 | |
Fiabilidad compuesta (FC) | 0,928 | 0,893 | 0,944 | 0,931 | 0,925 | 0,914 | 0,918 |
Fuente: elaboración propia.
También se cumplió con la validez convergente y discriminante, puesto que los valores de cada varianza media extraída (average variance extracted, AVE, por sus siglas en inglés) fueron mayores a 0,500 y su raíz cuadrada fue superior a la correlación entre variables (Fornell y Larcker, 1981) (tabla 5); así, se soporta la pertinencia de las mediciones para un contraste con la realidad (Hair et al., 2017).
Constructo | AVE | Correlaciones | ||||||||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
ATV | EC | AR | BA | PRA | PA | RC | OS | SD | ||
EC | 0,812 | 0,812 | 0,901* | |||||||
AR | 0,735 | 0,927 | 0,640 | 0,858* | ||||||
BA | 0,810 | 0,899 | 0,545 | 0,813 | 0,900* | |||||
PA | 0,818 | 0,709 | 0,604 | 0,630 | 0,665 | 0,884 | 0,905* | |||
RC | 0,754 | 0,734 | 0,576 | 0,669 | 0,711 | 0,921 | 0,798 | 0,868* | ||
OS | 0,780 | 0,754 | 0,616 | 0,674 | 0,714 | 0,912 | 0,748 | 0,791 | 0,883* | |
SD | 0,737 | 0,676 | 0,552 | 0,610 | 0,637 | 0,859 | 0,642 | 0,686 | 0,751 | 0,858* |
*Raíz cuadrada de la varianza media extraída (AVE).
Fuente: elaboración propia.
4.2 Modelo estructural
En cuanto al modelo estructural, se utilizó la función bootstrapping con un remuestreo de 5000 casos para corroborar el ajuste (Dijkstra y Henseler, 2015) (tabla 6). Como estimador se tomó la raíz cuadrada media residual estandarizada (standardized root mean square residual, SRMR, por sus siglas en inglés), para evaluar la magnitud promedio de las discrepancias entre las correlaciones observadas y esperadas como una medida absoluta del criterio de ajuste (modelo de medida). De acuerdo con Hu y Bentler, (1998) , el valor del SRMR debe ser inferior a 0,080; este se cumple (SRMR = 0,076). De igual manera, el índice de ajuste normalizado (normed fit index, NFI, por sus siglas en inglés) presentó un valor de 0,902 (Bentler y Bonett, 1980), mientras que la media cuadrática de la covarianza residual (root mean squared residual covariance, RMS_theta, por sus siglas en inglés) tuvo un valor de 0,109, dentro de los límites recomendados (Lohmöller, 1989). Valores que en conjunto indican un buen ajuste del modelo.
Dinámica | Muestra original | Media de la muestra | Desviación estándar | Valor t | R2 | R2 aj | f2 | Valor p | |
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
ATV→ | PRA | 0,816 | 0,815 | 0,021 | 38,171 | 0,665 | 0,664 | 1,986 | 0,000 |
ATV→ | EC | 0,812 | 0,812 | 0,024 | 34,326 | 0,660 | 0,659 | 1,939 | 0,000 |
ATV→ | AR | 0,927 | 0,927 | 0,009 | 105,415 | 0,860 | 0,860 | 6,152 | 0,000 |
AT→ | BA | 0,899 | 0,899 | 0,011 | 78,228 | 0,808 | 0,808 | 4,216 | 0,000 |
PRA→ | PA | 0,884 | 0,884 | 0,016 | 56,676 | 0,781 | 0,780 | 3,564 | 0,000 |
PRA→ | RC | 0,921 | 0,920 | 0,010 | 89,483 | 0,847 | 0,847 | 5,553 | 0,000 |
PRA→ | OS | 0,912 | 0,912 | 0,010 | 88,644 | 0,831 | 0,831 | 4,921 | 0,000 |
PRA→ | SD | 0,859 | 0,859 | 0,022 | 38,359 | 0,738 | 0,737 | 2,817 | 0,000 |
Fuente: elaboración propia.
Por otro lado, los valores de t y p cumplen con los criterios t ≥ 1,960 y p ≤ 0,001, lo que evidencia la significancia de las dinámicas entre constructos de primer y segundo orden (tabla 6). Otro aspecto en la evaluación del modelo estructural fueron los tamaños de los efectos (f2), en los que los valores de 0,020 se califican como pequeños, 0,150 son medios y 0,350 son grandes para considerar la validez predictiva del modelo (Cohen, 1998). En la tabla 6, se muestran tamaños grandes de los efectos en todos los casos.
En la figura 1, se puede observar que la adopción de tecnologías verdes ejerce una influencia en las prácticas de responsabilidad ambiental del 81% ( β= 0,816); además de obtener un coeficiente de determinación (R2) de 0,665, lo que representa que el 67% de la varianza de las prácticas de responsabilidad ambiental es predicha por el modelo. Con tales resultados se da soporte a la hipótesis central de investigación (H1).
Con base en la percepción de los trabajadores, la adopción de tecnologías verdes y las prácticas de responsabilidad ambiental son aspectos evaluados como “ligeramente de acuerdo” y “moderadamente de acuerdo”, puesto que todos los constructos tuvieron medias entre = 4,225 y = 4,745 (tabla 7). Aunado a los resultados del modelo estructural, se puede decir que la adopción de tecnologías (estructura de costo, ahorro de recursos y beneficio ambiental) y las prácticas de responsabilidad ambiental (política ambiental, regulación y certificación, oferta de servicios y satisfacción de la demanda) tienen una importancia alta según los coeficientes path ( β), coeficientes de determinación (R2) y el tamaño de los efectos (f2). El desempeño de los constructos demostró ser positivo; este se encuentra en un nivel bajo-medio según las medias ( ).
Variable | Constructo | Media ( ) | Desviación estándar (σ) |
---|---|---|---|
Adopción de tecnologías verdes (ATV) | Estructura de costo (EC) | 4,225 | 1,342 |
Ahorro de recursos (AR) | 4,520 | 1,236 | |
Beneficio ambiental (BA) | 4,696 | 1,296 | |
Prácticas de responsabilidad ambiental (PRA) | Política ambiental (PA) | 4,651 | 1,255 |
Regulación y certificación (RC) | 4,745 | 1,183 | |
Oferta de servicios (OS) | 4,487 | 1,245 | |
Satisfacción de la demanda (SD) | 4,398 | 1,193 |
Fuente: elaboración propia.
5. Conclusiones
El objetivo de este trabajo se cumplió satisfactoriamente al evidenciar que la adopción de tecnologías verdes, a través de la estructura de costo, el ahorro de recursos y el beneficio ambiental, tiene una influencia fuerte en las prácticas de responsabilidad ambiental. El diagnóstico mostró que estos dos constructos en los hoteles de la Ciudad de México son percibidos por los trabajadores de manera positiva, pero en un nivel bajo-medio. En este sentido, si la adopción de tecnologías es baja o llegara a tener mayores dificultades, entonces las prácticas vinculadas con las políticas ambientales, la regulación y certificación, la oferta de servicios y la satisfacción de la demanda podrían verse afectadas. Por tanto, es de suma importancia que los trabajadores sean los voceros de las empresas para exponer cómo se implementan y asimilan las tecnologías verdes para dar soporte a las prácticas de responsabilidad ambiental conexas con las disposiciones legales y la prestación de los servicios.
Por otro lado, los trabajadores perciben barreras para la adopción de tecnologías, particularmente por las dificultades en inversión y adquisición (Chan, Okumus y Chan, 2020; Verma y Chandra, 2017; Xia et al., 2019). También los resultados dejan ver que, a pesar de implantar este tipo de tecnologías, no se perciben altos niveles en el ahorro de recursos ni en el beneficio ambiental. En este aspecto, se deberán evaluar las tecnologías y su eficiencia energética para impulsar el desarrollo de hoteles verdes o ecológicos, sin afectar el desempeño de los servicios de alojamiento.
En el caso de las prácticas de responsabilidad ambiental, la regulación y certificación tuvieron mayor carga, pues, desde las apreciaciones de los trabajadores, al articular las actividades del hotel con lineamientos ambientales se fortalece la generación de valor (Han et al., 2020). Otra cuestión es que las prácticas ambientales en la oferta de servicios recaen sobre el cumplimiento de estándares ambientales y la optimización de los recursos, mismas prácticas que se relacionan con la satisfacción de la demanda (Memarzadeh y Anand, 2020; Preziosi et al., 2019).
Por su parte, la política ambiental fue el constructo de menor carga, pero fue la segunda práctica mejor evaluada, lo que evidencia que los trabajadores perciben los esfuerzos de las empresas por promover el cuidado del entorno. Dentro del contexto mexicano, Bahena, Cordón y Delgado (2019) han detectado que varias empresas se caracterizan por su convicción al cambio social y ambiental a través del uso óptimo de las tecnologías. En la hotelería, este estudio contribuye al mostrar evidencia empírica sobre la relación existente entre la tecnología y la responsabilidad de las empresas, binomio que apoya en la aminoración de los estragos ambientales causados por las propias actividades de la operación turística.
Este estudio fue un primer acercamiento a la percepción de los trabajadores como stakeholders internos. Sin embargo, se debe considerar que junto con las empresas entran en juego otros stakeholders, como los clientes, los proveedores y los empresarios (Reed, 2008). Por tanto, la adopción de tecnologías verdes y las prácticas de responsabilidad ambiental deben analizarse desde sus puntos de vista. El abordaje de este tema puede ser complementado por información secundaria que ayude a contextualizar la realidad de los trabajadores y las empresas desde la política ambiental y la difusión de las prácticas ambientales.
En cuanto a la responsabilidad ambiental, falta profundizar en este valor e indagar en cómo es compartido y permeado en todos los niveles de la empresa, así como en sus clientes (Han et al., 2020; Memarzadeh y Anand, 2020), pues parte de las prácticas verdes se derivan de las propias demandas del mercado y, con ello, las empresas y sus trabajadores pueden verse motivados o dispuestos a generar valor a través de estas acciones. Incluso la propia necesidad de atender demandas ambientales lleva a replantear las estrategias organizacionales y operativas, como lo es la adopción de tecnologías limpias (Lartey et al. 2019).
En términos de metodología, una limitación tiene que ver con la naturaleza transversal del trabajo y usar un único instrumento para la recolección de datos. En este sentido, se sugiere analizar el fenómeno desde una perspectiva longitudinal y otras vías para comparar resultados. Una vía metodológica es la aproximación cualitativa con el apoyo de entrevistas para profundizar en la adopción de tecnologías y las prácticas de responsabilidad ambiental que perciben los trabajadores en las empresas en las que laboran.
Por último, otra limitación detectada se relaciona con la técnica en el tratamiento de datos. El método PLS-SEM ofrece ventajas exploratorias para el estudio de los fenómenos; sin embargo, se recomienda aplicar otras técnicas, como la modelación de ecuaciones estructurales por covarianzas (covariance based-structural equation modeling, CB-SEM, por sus siglas en inglés), debido a su capacidad confirmatoria, aspecto que podría aportar un mayor valor para este tipo de estudios.