Introducción
Los docentes normalistas no han sido incluidos en el giro decolonial. Esto no ha sucedido por un proceso premeditado en contra de los normalistas, sino porque la construcción del conocimiento en América Latina en general ha sido alimentada, (al menos en su producción académica formal) por individuos (no grupos, ni movimientos sociales) y además canónicos (filósofos eminentes que individualmente han hecho aportaciones significantes al campo del pensamiento latinoamericano). Esto ha significado que individuos "ordinarios"1 de la vida cotidiana no han sido tomados en cuenta para el desarrollo del giro decolonial (tales como los docentes normalistas, comerciantes, taxistas, trabajadoras domésticas, entre muchos otros). Es decir, este problema no es únicamente sobre los y las docentes normalistas, sino sobre la discriminación epistémica hacia el grueso de la población y sus revoluciones cotidianas en la construcción del conocimiento desde América Latina para el giro decolonial2
Los docentes normalistas han sido epistémicamente invisibilizados dado que sí son estudiados, pero únicamente desde un punto de vista instrumental, es decir, su práctica docente es estudiada como un gran ejército de obreros que masivamente proporciona instrucción (más no necesariamente educación, también instrumental) a millones de estudiantes. Esto es, existe una producción académica sobre cómo esos obreros pueden impartir mejor su servicio (la enseñanza), es decir sobre cómo mejorar su práctica docente masiva. Sin embargo, no son tomados en cuenta como agentes y proveedores epistémicos de pensamiento, por lo tanto, los y las docentes del aula son vistos como obreros, pero no como pensadores latinoamericanos.
Una forma de incorporar el pensamiento de los docentes normalistas al giro decolonial es por medio del rastreo de su producción literaria, ya que esta es una de las pocas avenidas a las que tienen acceso para asomar su reflexión teórica sobre temas más allá de su quehacer en las escuelas. Los docentes normalistas trabajan en las aulas y la investigación académica no es parte de sus actividades remuneradas, sino solamente el impartir clases hora tras hora. Cuando se les toma en cuenta para expresar lo que piensan casi siempre es con el propósito de mejorar su quehacer de lo que hacen con sus estudiantes, por lo que no cuentan con canales de expresión de su pensamiento teórico. De esta manera los poemas, cuentos y novelas que ellas y ellos escriben, algunos con obra publicada y otros con escritos inéditos en algún cajón o computadora constituyen un repositorio de un pensamiento que puede ser rescatado.
De esta manera la producción literaria de los y las normalistas es importante por constituir una avenida epistémica para rescatar su aporte teórico, más allá de su contribución artística literaria, es decir, es importante rescatar los poemas, cuentos y novelas escritas por los normalistas por su aportación en la producción teórica de conocimiento, es decir, como un intento de rastreo epistémico. En este sentido el pensamiento metafórico que propone Ramón Xirau3 es el puente entre literatura y conocimiento que permite identificar conceptos, nociones e ideas filosóficas que los normalistas pueden ofrecer. En este estudio, se retoman las reflexiones teóricas por medio de la poesía escrita por tres docentes normalistas en relación con la pandemia Covid-19.
La pandemia del Covid-19 ha sido sufrida por la gran mayoría de las personas que pueblan el mundo. Los docentes han sido afectados de manera peculiar porque han tenido que desarrollar su labor educativa sin haber tenido ellos mismos, ni los estudiantes o padres y madres de familia la preparación ni el equipo tecnológico para una educación virtual. Por ejemplo, en los municipios de Tuzantán y Huixtla en Chiapas, México los docentes tuvieron que regresar a clases presenciales, aunque estaba prohibido, porque los estudiantes no tenían teléfono celular o computadora ni tampoco acceso a internet4. De acuerdo al informe de Unicef "Encuesta #ENCOVID19Infancia" en México el 78.6% de los hogares con niños en edad escolar expresaron haber experimentado dificultades para obtener la educación de sus - hijas o hijos causadas por la falta de computadora o internet además de material didáctico5.
Ante este escenario, las y los maestros normalistas tienen no solo experiencias o anécdotas que compartir sobre la pandemia, sino tienen un conocimiento dotado de conceptos profundos y filosóficos que ofrecer, lo cual es posible ser visto si se opta por una nueva avenida de conocimiento (el pensamiento que expresan por medio de sus poemas, cuentos o novelas) y por medio de una nueva perspectiva teórica: las epistemologías poéticas6.
De esta manera este artículo da cuenta de unos poemas inéditos que los docentes normalistas Pedro Mariscal, Martín Sánchez Huerta y Gloria Nahaivi escribieron sobre A la pandemia Covid-19, los cuales arrojan conceptos que pueden mostrar la manera en que los normalistas pueden enriquecer el giro decolonial por medio de sus epistemologías poéticas.
Revisión de la literatura
La relación entre poesía y conocimiento da origen a unas epistemologías poéticas. Dicha relación puede levantar suspicacias, pero vale la pena explorar la posibilidad. Como apunta Ramón Xirau sobre la relación entre poesía y filosofía, la palabra conocimiento él la entiende como forma de saber o visión del mundo7. Además, él expresa que la disputa entre quienes creen que la filosofía y la poesía se contraponen es interesante. Por ejemplo, menciona que "No viene aquí a cuento tratar de explicar la actitud antipoética de Platón, tan poético en imágenes y sobre todo en los grandes mitos presentes, precisamente en "La República"8. Por su parte, Umberto Eco9 describe como Tomás de Aquino elabora su pensamiento en una plataforma llena de belleza y arte, mostrando de esta manera que él no trabaja con meras abstracciones cuando se trata de la relación entre la belleza y el conocimiento ajena a la experiencia, sino mediante un conocimiento placentero, poético.
Xirau explica que San Agustín es claramente antipoético aún cuando sus escritos sean poéticos. Su suspicacia respecto a un saber originado de la poesía surge porque: "[San Agustín] rechaza los espectáculos, este circo y teatro que tanto le habían engañado durante su juventud"10. De igual manera, Ramón Xirau explica que hay por lo menos dos posiciones respecto a la relación entre poesía y conocimiento: los hay quienes piensan que el asociar la poesía con el conocimiento es peligroso porque ésta es irracional. Existe también otra tendencia que considera que la poesía puede tener un papel insignificante en la construcción de conocimiento. Respecto a la primera tendencia, Xirau enumera a Heráclito, Jenófanes y a Platón, este último quien es "poeta en sus mejores páginas y anti-poeta por razones lógicas y políticas"11. Esta primera perspectiva considera a la poesía peligrosa fundada en un temor hacia la misma, "temor a la irracionalidad de los poetas y de sus obras"12. Así mismo Tertuliano y Lactancio desdeñaron la poesía para proteger la fe, al igual que San Agustín, quien en obra "Confesiones" decía que los poetas eran guiados por una "extraña locura"13, de lo cual se desprende que la pasión de los poetas los puede llevar a la irracionalidad y como las pasiones alejan a los humanos del cristianismo, por lo tanto, la poesía es también peligrosa. Para Xirau, este temor también se presenta en la obra "Diario" donde el Kierkegaard teólogo rechaza al Kierkegaard poeta, quien señala que cuando se presta atención a la poesía y al arte no se está prestando atención a la realidad14.
La otra perspectiva es la que señala que la poesía no es peligrosa, más solamente es insignificante para la construcción del conocimiento. En este sentido Xirau enumera a Mallarmé y Sartre para quienes la poesía es un juego decorativo nada más. El centro de esta crítica es el uso que hace el poeta de imágenes, las cuales son hermosas, pero no útiles para el filósofo occidental que busca un saber racional bajo unos parámetros que occidente ha creado a su vez para medir lo que es y no racional.
María Zambrano es la gran exponente de la razón poética, la cual afirma que la razón occidental es discursiva porque busca reducir lo múltiple y diverso de la realidad a la unidad racional mediante un proceso violento para crear una unidad discursiva15. De igual manera Ricardo Romo Torres ha hecho evidente la conexión entre pedagogía, epistemología y poesía como un conjunto de puentes de ritmos que son nudos y anclajes de sentido en la construcción del conocimiento16. Esto ayuda al desenvolvimiento de un inquiry o interpelación crítica histórica con las realidades17 para identificar la manera en que el mundo es uno figurado18 o representado y estimado (en el sentido de ser aprehendido). De esta manera la relación entre poesía y conocimiento crea también una relación que también es pedagógica y epistémica a la luz de una aprehensión narrativa de la realidad19 que rescata un saber-hacer en el campo popular20 que sitúa a los docentes normalistas como pensadores e intelectuales en el contexto de las epistemologías del sur21.
En este proceso, los docentes normalistas han sido excluidos de la construcción del pensamiento latinoamericano precisamente debido a que este ha sido occidental hasta años recientes; esto ha ocasionado que dicha construcción del conocimiento ha buscado una unidad discursiva bajo los parámetros de occidente, dejando de lado canales alternativos de conocimiento como la poesía así como actores sociales como las y los maestros normalistas, entre muchos otros (migrantes, campesinos, trabajadoras domésticas, taxistas, etc. ), es decir, todos aquellos que no han podido o sabido expresar su pensamiento mediante esos cánones reduccionistas de occidente22
De esta manera el giro decolonial requiere incorporar a grupos "ordinarios" como los docentes normalistas y por otro lado también necesita enriquecerse de canales alternativos de construcción de conocimiento, tales como las epistemologías poéticas.
Marco teórico
Nelson Maldonado-Torres es el fundador de la corriente teórica del giro decolonial. Él mismo ha explicado que lo que señala como el giro decolonial es algo iniciado por WE.B. Du Bois en los primeros años del siglo XX, lo cual fue también alimentado por Aimé Césaire, Frantz Fanon, Gloria Anzaldúa, Lewis Gordon, Emma Pérez, Chela Sandoval, Linda Tuhiwai Smith, Boaventura de Sousa Santos y otros hacia el final del siglo XX e inicios del XXI. Como lo indica Maldonado-Torres, el giro decolonial subraya la relevancia epistémica de los esclavizados y colonizados en el sentido de romper con el apartheid de la producción teórica a través de renovadas formas de hacer crítica y de formar una creolización epistémica23.
Existen varias etapas del giro decolonial. Los pueblos indígenas son los primeros al respecto. Después le siguen los movimientos independentistas, donde destaca el caso de Haití y el trabajo intelectual de WE.B. Du Bois. Un segundo momento del giro decolonial inicia al final de la segunda guerra mundial y el desenvolvimiento de los movimientos de liberación en Asia, África y el Caribe, cobrando particular importancia la obra "El Discurso sobre el colonialismo" de Aimé Césaire en 195024 y "Piel negra, máscaras blancas" de Frantz Fanon en 1952 así como "Los Condenados de la Tierra" en 1961. La tercera etapa del giro decolonial inicia con la caída del bloque soviético a partir del 1989, los movimientos sociales alrededor de los 500 años de la invasión europea en América, la creación del grupo modernidad/colonialidad/descolonialidad y toda la lucha por la incorporación de la perspectiva de género, movimientos ambientalistas, entre otras luchas que continúan hasta hoy25.
Maldonado-Torres también ha descrito por lo menos tres conceptos fundamentales para hacer posible el giro decolonial, los cuales son: actitud decolonial, racionalidad decolonial y subjectividad decolonial26. En este trabajo se toma en cuenta especialmente el concepto de actitud decolonial, el cual se define a continuación:
While the theoretical attitude requires detachment and wonder, the decolonial attitude, which Du Bois advances, demands responsibility and the willingness to take many perspectives, particularly the perspectives and points of view of those very existence is questioned and produced as dispensable and insignificant (Mientras que al actitud teórica requiere desapego y cuestionamiento, la actitud decolonial, la cual Du Bois ha elaborado, requiere responsabilidad y el estar dispuesto de tomar en cuenta otras perspectivas y puntos de vista de aquellos cuya existencia es cuestionada y producida como dispensable e insignificante (traducción propia)27.
Si esta actitud decolonial es empleada, entonces se verá que el giro decolonial necesita tomar en cuenta a grupos sociales o personas "ordinarias" para ser realmente decolonial, ya que esas revoluciones cotidianas han sido insignificantes en la construcción del conocimiento. En este trabajo se propone el término "grupos o personas ordinarias" para señalar a aquellas personas o grupos humanos que no son objetos de estudio preferidos para la intelectualidad y que sin embargo llevan a cabo revoluciones en sus vidas cotidianas que contienen conceptos, ideas y prácticas que pueden nutrir el giro decolonial. El término personas "ordinarias" esta basado en la idea de Maldonado-Torres de la existencia de una oposición entre ética y política que tiene su paralelo en la oposición entre guerra y paz, entre vida ordinaria y el excepcionalismo elitista. Por lo tanto es necesario rescatar el valor de la vida cotidiana; esto permitirá identificar lo extraordinario en lo ordinario lo que a su vez ayudará para dar cuenta y combatir las múltiples formas de violencia concreta que se dan en la vida cotidiana28; de esta manera este trabajo propone el uso del término "personas y grupos ordinarios" en este sentido, ya que las epistemologías poéticas alumbran sitios que no han podido ser alcanzados por los faros reduccionistas de racionalidad occidental y por tanto la realidad que en verdad importa a las personas, la cotidiana, sigue sin ser fuente de conocimiento y por tanto de transformación.
Es decir, se debe tomar en cuenta a los docentes, migrantes, trabajadoras domésticas, albañiles, taxistas, comerciantes, entre otros individuos "ordinarios" como creadores y proveedores de un conocimiento que no ha tomado en cuenta el canon occidental cooptado por a) individuos (más no grupos sociales), b) de descendencia europea, c) blancos, d) masculinos, e) con un locus de enunciación de privilegio (construyen el conocimiento desde la posición de letrados o intelectuales), entre otras características. El punto interesante aquí - es que maestras, maestros, migrantes, taxistas, entre otros, sí han sido tomados en cuenta en la producción del conocimiento, pero solo han sido utilizados como trabajo de campo solamente, es decir, los grupos de individuos "ordinarios" existen solamente en la folklorización del conocimiento mientras que la producción teórica "seria" sigue proviniendo de letrados, blancos, y de ascendencia europea. El reto que este trabajo asume es mirar a las y maestros normalistas como proveedores de conceptos teóricos en sí mismos para el giro decolonial.
De igual manera, dentro del marco teórico del presente trabajo se utiliza y se propone el término de epistemologías poéticas (en plural) que se basa a su vez en otros grandes esfuerzos que han tratado de nombrar la posibilidad epistémica de la poesía. María Zambrano con su noción de la razón poética a lo largo de toda su obra sobresale29. De James S. Taylor y su obra Poetic Knowledge30 es también es un aporte necesario. De igual manera otros trabajos sobre el tema se han expandido sobre la idea de sentí-pensando31 y ways of knowing and ways ofbeing desde las luchas de los pueblos indígenas de norte y sur américa. Sin embargo, la noción del epistemologías poéticas que se propone en este trabajo no es exactamente una razón poética como lo propone Zambrano dado que la idea de razón está aún enclavada en un referente unidimensional racional y por ende, occidental; las epistemologías poéticas son más bien una ironía porque pretenden agrupar aquellas epistemologías que van más allá de lo epistémico como noción occidental; no son tampoco un conocimiento poético como el de Taylor porque este es un rastreo occidental que entiende el conocimiento como un producto que tiene como referencia y punto de partida el saber helénico. Tampoco las epistemologías poéticas son un sentí-pensando porque esta última idea reproduce la división binaria también occidental entre pensar y sentir eliminando todo aquello que no es necesariamente ni emocional ni racional, pero que sí es alcanzado por la poesía. Las epistemologías poéticas son un intento por nombrar ese proceso necesariamente plural mediante el cual la poesía da cuenta de las realidades (también en plural). El dar cuenta no es un proceso necesariamente racional ni epistémico, sino una labor de acercamiento, de alumbrar dimensiones de las realidades que las divisiones binarias entre pensamiento y sentimientos no han podido dar cuenta. Las epistemologías poéticas son aún "un saber" en tanto que son un proceso de dar cuenta de la realidad. Por tanto, cumplen su cometido de ser un conjunto de herramientas para alumbrar, aprehender y aprender la realidad. Aprehender porque los seres humanos pueden asir lo que tienen enfrente con el fin de abordarlo. Aprender porque mediante las epistemologías poéticas es posible inteligir en diversas y más profundas dimensiones aquello que se arremete como real a los seres humanos.
Es así como este trabajo se propone utilizar este marco teórico para examinar con otra mirada epistémica más allá de lo epistémico por una parte a los docentes normalistas y 78 por otro lado también pretende acercarse a su contribución intelectual desde otros canales de conocimiento no validados por la intelectualidad en turno, tales como los conceptos expresados mediante vehículos epistémicos alternativos contenidos en poemas y otros recursos literarios.
Metodología
La metodología de este trabajo se basa en el uso de imágenes poéticas como vehículos en la construcción de conocimiento de acuerdo con la perspectiva de Ramón Xirau32. En esta propuesta Xirau considera que las imágenes poéticas llevan al conocimiento, la diferencia con la construcción del conocimiento filosófico, por ejemplo, radica en que los filósofos hacen explícito su método no así los poetas, lo que no significa que la poesía no sea otra forma de conocimiento. Como explica Xirau: "El filósofo cuyo pensamiento es conceptual procede también mediante imágenes; el poeta, imaginativo, no deja de emplear conceptos"33.
Una premisa fundamental de esta metodología es el reto de aceptar que los conceptos (en el sentido occidental, racional y cognitivo del término) no alcanzan a decir todo sobre un objeto de estudio; no son lo suficientemente potentes dar cuenta de un fenómeno. Entonces las imágenes poéticas no solo son bellas, sino poderosas y además apremiantes en el sentido epistémico del término en la construcción de conocimiento. Por lo tanto, el camino de las imágenes es uno necesario porque acerca y lleva al destino deseado: el conocimiento; saber qué sucede, dar cuenta lo más profundamente posible de un fenómeno dado para aprehenderlo, aprenderlo, asirlo y transformarlo.
Las imágenes poéticas son más abarcadoras que los conceptos porque incluyen, incluso, lo que no es conceptual y porque incluyen también al silencio como fuente de saber. El reto que las imágenes poéticas contienen es que muestran cómo lo que no habla enseña, es decir, el silencio. Como explica Xirau en relación a Octavio Paz: "Sabemos que el poeta está "enamorado del silencio"; sabemos también que "no tiene más remedio que hablar". ¿En qué consiste este hablar? Consiste en crear imágenes"34.
El camino metodológico es entonces uno que implica por lo menos tres pasos: primero una ruptura epistémica al aceptar que los conceptos puramente racionales no dan cuenta de las realidades del todo, lo que supone un distanciamiento de ese dogma (aunque racional, un dogma), es decir, se trata de adoptar una actitud epistémica más allá de lo epistémico. Segundo, una vez aceptado que las imágenes poéticas pueden dar cuenta de la realidad de forma más completa, entonces se esta listo para el tercer paso, uno que a la inversa, en vez de buscar los conceptos contenidos en las imágenes, primero identifica las imágenes poéticas para después hurgar en los conceptos, ideas, sentí-pensamientos, etc., es decir, en esas epistemologías poéticas que ofrecen las imágenes poéticas. A continuación, se muestran algunos hallazgos encontrados utilizando esta metodología en los poemas escritos por los maestros normalistas Pedro Mariscal, Martín Sánchez Huerta y Gloria Nahaivi sobre la pandemia Covid-19.
Resultados
Pedro Mariscal
El escritor Pedro Mariscal nació en San Isidro Mazatepec, Municipio de Tala, Jalisco, México en 1959. Es profesor Normalista jubilado y ha habitado la mayor parte de su vida en la A localidad de Zapotlán El Grande, (también conocida como Ciudad Guzmán) Jalisco, México.
Ha incursionado en la creación poética y narrativa a través de su participación en diversos talleres literarios. Forma parte del colectivo cultural "Alasletras", que es una revista literaria y programa de radio que se transmite catorcenalmente por la estación 9:50, "La mexicana" desde Zapotlán el Grande, Jalisco, México. Entre sus obras se encuentran Evocaciones35, Un sol que llena tus pupilas36 y el Decimario Arreolino37. Ha sido reconocido con menciones honoríficas en certámenes poéticos38. Obtuvo el primer lugar en el concurso de Décima Literaria dedicada a la coronación pontificia del Sr. San José, Patrono de la Diócesis de Zapotlán el Grande, Jalisco, México en el 2007 y el segundo lugar nacional en creación poética, Novenos Juegos Florales del Cupatitzio 2010, Uruapan, Michoacán, México.
Sobre el Covid-19, Pedro Mariscal escribió un texto titulado "Ausencia" y unas "Decimas del Confinamiento" que serán analizadas a continuación.
Pedro Mariscal escribió el texto "Ausencia" como una ficción inspirada en el cuento de "El Guardagujas" del escritor mexicano Juan José Arreola, publicado en su libro Confabulario39. A continuación, se muestra el texto "Ausencia":
Ausencia
A Juan José Arreola y su cuento: "El Guardagujas"
Estoy en un viaje que se antoja interminable. Parece que voy en ese tren de un solo riel que va a ninguna parte, y el miedo cada vez empuja al buen humor para que caiga en el abismo. Por las ventanas observo el mismo paisaje que no cambia de color; las mismas voces, las mismas preguntas, el mismo silencio.
Solos en este viaje -mi esposa y yo-, somos pasajeros de tercera. La tenue luz de una linterna nos llena de esperanza, pero luego se esfuma en la espesura de la noche. No aparece la siguiente Estación y francamente ya nos estamos cansando.
La tele, empotrada en una esquina del vagón, anuncia las bondades de llegar a M, si antes cumplimos con los requisitos del viaje: no asomar el rostro para tomar el aire fresco, lavarse las manos con agua de la lluvia, y ocupar asientos distantes.
Me llena de tristeza no sentir el cálido aliento de mi esposa. Hemos permanecido aquí por más de cuarenta veces siete, y la verdad-si no aparece M frente a nuestros ojos- nos arrojaremos en el pico de la próxima curva.
Una tarde casi oscura una voz potente anuncia: ¡Hemos llegado a M!
Mi esposa y yo, con el alma ausente, vemos con asombro al escuálido viejecillo de la linterna roja. Se aleja saltando sobre el único riel de la vía, hasta que la pálida lucecita que lleva en su mano izquierda se pierde en la distancia.
Se esfuma de nosotros... ¡el único ser que habita el tiempo!
En este texto de Mariscal, existen elementos narrativos tales como el vagón del ferrocarril, un viaje interminable, el viejecillo de la lámpara, que es propiamente el Guardagujas, unos pasajeros "de tercera", quienes son un matrimonio constituido por una mujer y un hombre, el destino "M", el lavarse las manos y ocupar asientos distantes, el deseo de arrojarse por el abismo sino se llega al destino, entre otros elementos.
Desde la metodología propuesta por Xirau40 la imagen poética puede revelar un pensamiento que es un misterio hasta que es revelado por la misma imagen. Como Xiraú lo explica: "Habría que añadir que en la imagen persiste el pensamiento y que en pensamiento e imagen persisten los misterios"41. Ese pensamiento que está latente en la imagen parece sugerir que el Covid-19 es un viaje interminable, lo cual surge de la relación entre el viaje interminable del ferrocarril, la soledad del matrimonio y su desesperación para llegar al destino "M" arroja un significado que el escritor trata de contextualizar en relación con Covid-19. El viejecillo con la lámpara parece observar al final del viaje a la pareja después de un transito agotador para los protagonistas quienes están tensos dado que los asientos están alejados uno del otro y por el lavarse continuamente las manos. Así, "Ausencia" parece indicar lo interminable del confinamiento o la incertidumbre de qué sucederá cuando termine la pandemia.
El escritor normalista, Pedro Mariscal, al ser cuestionado sobre las imágenes contenidas en "Ausencia" escribió la siguiente reflexión sobre ese viaje interminable llamado Covid-19:
En "Ausencia", un matrimonio constituido por una mujer y un hombre de edad madura, más allá de los sesenta años, viajan en un vagón del ferrocarril que significa la vida, huyen de la pandemia y quieren encontrar un lugar seguro. Desean llegar a M, que significa la meta, pero tienen que cumplir con una serie de requisitos como la sana distancia, el lavado de manos con agua de la lluvia, una imagen alegórica de lo que pasa hoy en nuestra sociedad. La idea de que en el viaje solo van ese par de marido y mujer, hace alusión a la incertidumbre y abandono en que parece debatirse la humanidad ante la amenaza por el COVID-19. El hombre de lámpara personifica a Dios, que es la esperanza lejana, y el único ser que habita el tiempo, mismo que se aleja de ellos con una mueca de burla42.
Así, el escritor normalista señala el abandono como otra forma para nombrar al virus Covid-19, donde el único ser que habita el tiempo, Dios, mira a los individuos con una mueca de burla; es decir, esta imagen poética parece indicar que la humanidad está muy lejos de saber qué es lo que en verdad está detrás de Covid-19, de ahí que en lugar de ser una pandemia, sea un estado de abandono.
El escritor normalista, Pedro Mariscal, también se ha expresado en unas "Décimas del Confinamiento". El término "décimas", tiene una explicación interesante. La población de Zapotlán el Grande, Jalisco, México celebra cada año en el mes de octubre al santo patrono de la localidad, "El señor San José". En el último domingo de septiembre se sale a las calles para A anunciar las fiestas en honor al "Señor San José", día en el cual se lleva a cabo la repartición de las "décimas", lo cual marca el inicio de la festividad. La "décima" es el programa de los eventos religiosos que se llevarán a cabo durante octubre. En dicho programa de actividades se incluye una décima, la cual es un es un conjunto de versos de diez líneas sobre la festividad y que se selecciona después de un concurso.
Pedro Mariscal también ha escrito unas décimas sobre el Coronavirus, dado que él vive en Zapotlán el Grande, donde ha desempeñado la gran parte de su trabajo como docente normalista. Pedro Mariscal explicó43 que las décimas que él escribió son parodias de la famosa décima dedicada a Señor San José escrita por el presbítero Antonio Ochoa Mendoza la cual es reproducida por el escritor mexicano Juan José Arreola en su novela "La Feria" y que a letra dice:
En hambre, peste, temblores,
Guerra, inundación, sequía,
Zapotlán de noche y día
A José pide Favores
Él le responde: "No llores;
Porque me invocas con fe,
Tus angustias guardaré."
Por eso tan juntos van:
Él, José de Zapotlán
Y Zapotlán de José44.
Pedro Mariscal escribió "Mis Decimas en Parodia" sobre el coronavirus en relación con esta decima escrita en 1975. El escritor normalista enlaza símbolos religiosos con el fenómeno sociológico de la festividad para agregar un humor creativo y hacer más pasajera la pandemia. La primera décima señala que el Señor San José, patrono religioso de la localidad, manda un mensaje a la localidad:
"Mis Decimas en Parodia"
I
En hambre, peste, temblores,
Y también coronavirus,
Zapotlán con un suspiro
A José pide favores.
Él le responde: "No llores,
Quédate en casa sin ansia
Usa el agua en abundancia
Cubre tu boca, y con gel
Limpia tus manos con él,
Y toma sana distancia".
II
Nunca saludes de mano,
Ni de beso, ni de abrazo;
Puede cargarte el payaso...
Haz que no resulte en vano
Este sacrificio humano.
Pasada la cuarentena
Y con tu salud muy plena
Vienes a verme a mi casa
Y me danzas en la plaza
¡A la luz de luna llena!"
En la primera décima la deidad religiosa dice a la población: "No llores, quédate en casa sin ansia". El llanto es imagen de la desesperación que es vista por el santo patrono religioso. En la segunda décima sugiere el fin de la pandemia y la idea de que todo volverá a como era la vida antes del Covid-19. De tal manera, el autor expresa un presente de desconsuelo y señala un futuro deseado. Como lo expresa Xirau, "El filósofo; el poeta. Ambos se preocupan por las grandes interrogaciones de esta vida - acaso de otra vida-. Ambos pueden emplear tanto conceptos como imágenes"45. Las décimas parecen ser vehículos epistémicos mediante los cuales el escritor normalista se interroga sobre el coronavirus usando imágenes poéticas.
Martín Adalberto Sánchez Huerta
El escritor normalista Martín Sánchez Huerta nació en Tecalitlán, Jalisco en 1964. Fue maestro de escuela primaria en localidades rurales abarcando desde el primer hasta el sexto grado durante veinticinco años en Jalisco. También fue asesor de una maestría en educación en el estado de Jalisco, México.
Ganó el concurso de cuento para maestros Feria Internacional del Libro de Guadalajara en 1991, es ganador también de los Juegos Florales de Zapotlán, El Grande en 2001, del segundo concurso de cuento "Si las paredes hablaran" en San Gabriel Jalisco en 2008. Ganó también el concurso de cuento del Encuentro Estatal de Valores de la Secretaría de Educación Jalisco en 2015. En 2015 publicó su obra Territorios46. Su obra ha sido publicada también en La cristalina superficie del silencio47 y Yo señores soy deJaliscoliman48.
Sobre el coronavirus, el escritor normalista escribió el siguiente poema dividido en tres secciones el cual ofrece la idea de "Pandemonia", un vocablo nuevo que es a su vez un concepto acotado en una imagen poética que muestra un nuevo demonio creado por el confinamiento:
"Pandemonia o Los Poemas Del Encierro"
I
Tomé el autobús de las cinco
directo hacia el frente
del televisor.
Casi nadie se acordaba de estos años sin pandemia
y yo tomaba notas mientras veía el noticiero vespertino.
Había pájaros zombis de mal agüero rondando la casa.
Mi papá preparaba el café.
Cuánto son 14 por treinta y seis -me pregunta
pero yo busco la escuela en mi computadora personal.
Ya inventaron una vacuna, dicen.
Mientras siguen contando mal el número de muertos.
Quieres cenar -pregunta mi mamá.
La casa está muy sola.
Veo las fotos los tíos los abuelos y mis primos.
Antes éramos felices dicen.
Hasta que esta pinchi enfermedad se llevó a mi familia.
El concepto de que el confinamiento es un nuevo demonio es sugerente porque parece señalar que es el mismo monstruo de la soledad, pero más grande, más potente, dotado de una nueva categoría, hecho ahora un demonio que crea otras realidades. Como lo indica Xirau, "Imagen y concepto son aproximaciones a una realidad superior"49. Si la soledad ya era un problema, el coronavirus también la transformó para ser otra suerte de virus, monstruo más fuerte, pero sin vacuna.
Como lo indica Martín Sánchez Huerta en una entrevista, este poema habla de un maestro que se ha quedado solo en medio del Covid-19: "Sabía que ibas a preguntar sobre la palabra, humm, no existe efectivamente, yo la inventé, es una fusión libre de la palabra pandemia y demonio, pandemia es femenina. Es una demonia"50. El poema dice: "Tomé el autobús de las cinco/directo hacia el frente del televisor". A lo que el poeta normalista explica: "es ir al frente de una batalla, la batalla es la soledad"51.
En la siguiente sección del poema hace referencia al tapabocas como una lengua callada, un mundo distópico y la resistencia frente a la vacunación masiva:
II
No pude hablar entonces.
El cubrebocas también era una lengua callada.
No se permitían los gritos.
Ahora
la fila para las tortillas es más larga,
La ropa cuelga en la azotea como espantapájaros rotos
y a mí me duelen los espacios vacíos.
No pude hablar
yo que soñaba con que la gente se quedara en sus casas
por puro gusto,
por puro libre albedrío.
III
Dicotomías del distópico mundo actual:
Junto a mí un zombi
compra una hamburguesa
en lugar de una vacuna,
por no dejarse inyectar.
Esta otra sección del poema tiene varias imágenes que contienen a su vez conceptos que dibujan un mundo distópico, es decir, la realidad hacia un futuro, pero caótico, sin mucha esperanza en el porvenir. Ese futuro arranca desde un presente donde hay censura, es decir, las personas están aisladas, con derechos humanos como el de asociación y tránsito cancelados, aunado a una invasión a los cuerpos humanos con la vacunación masiva. La violación de derechos humanos masiva se ilustra desde varias imágenes poéticas: "yo que soñaba con que la gente se quedara en sus casas por puro gusto", es decir, millones de personas han sido obligadas a auto-cancelarse sus derechos humanos. La censura ha sido dura también, esto aflora con las imágenes del cubrebocas: "El cubrebocas también era una lengua callada" y los zombies, quienes son forzados a tomar una vacuna que es de suyo experimental en millones de personas.
Este conjunto de imágenes poéticas permite identificar la manera en que el escritor normalista advierte al resto de la sociedad una realidad aguda, una que ha creado la pandemia. Como explica Xirau, "En todo caso, la imagen remite directamente a su objeto; pero remite a él con un temblor rítmico, con una alusión emotiva que tampoco es la del lenguaje común"52. El futuro que este poeta vislumbra es por primera vez oscuro porque es distópico, lleno de zombies producto de un proceso velado de una violación masiva de derechos humanos; son zombies porque millones de personas han hecho lo que les han dictado los medios de comunicación masiva en una campaña internacional que ha dejado a millones de personas sin escapatoria.
Gloria Nahaivi
Gloria Nahaivi (pseudónimo) nació en Apizaco, Tlaxcala en 1952. Fue docente de primer a sexto grado en escuelas primarias tanto en el estado de Tlaxcala, Michoacán y Jalisco, México así como comisionada del programa nacional de lectura durante los últimos diez años de su carrera de treinta y un años. Actualmente es docente jubilada. Su obra publicada A consta de los libros Agua blanca53, Fragancias ilícitas54 y Atrapalunas55, además de varios otros textos inéditos.
La escritora Gloria expresó que su vida cotidiana desde los primeros años de su vida han influenciado su poesía: "Mi hermano Luis me hizo comer una araña y me dijo que moriría pero al otro día amanecí viva y como eso pasó no hice mi tarea. Otra ocasión me echó una víbora en la bolsa de mi batita, otro día mi hermano Luis me tiró del sube y baja éste era enorme de tres metros de altura, era de viga de la madera de antes quedé muy lastimada. Ahora mi hermano y yo recordamos esto con gracia56".
La escritora docente expresó su sentir y su pensamiento sobre la pandemia en dos poemas que se exponen a continuación que también son producto de hablar con otros docentes sobre cómo han experimentado el confinamiento y el Covid-19:
"Pandemia 1"
Las vocales duermen
en un silabario confinado,
el salón de clases
tiene polvo
por sus cuatro esquinas,
y Paty, la maestra de Kinder
solo conoce a sus alumnos
por una pantalla de su LAPTOP.
Kendra, Osmar, Emiliano.
Sólo los mira y les sonríe,
Ella dice que siente.
partirse en dos su corazón.
¿Cómo tocar sus voces?
¿De que color sus palabras?
¿Cómo entablar una historia?
El cubrebocas es un muro de hilos,
donde la voz se ahoga inexorablemente.
Como se puede apreciar imágenes como el cubrebocas como un muro de hilos y el silabario confinado asoman significados que hablan de una distancia entre los seres humanos que tal vez es irrecuperable aún después del coronavirus. La imagen de un muro, aunque de hilos, es una barrera que se ha impuesto en la boca de las personas lo cual ha impedido entablar historias, las cuales son las que acercan a los seres humanos. La maestra que alude el poema sabe que ese distanciamiento es provocado por una computadora que paradójicamente la acerca a sus estudiantes. El concepto y paradoja de este distanciamiento confinado en el silabario y en las historias es una aportación de esta poeta, lo cual es parte de la construcción de un pensamiento y no solo una expresión poética. Como apunta Ramón Xirau, la poca valoración de las imágenes poéticas como vehículos de conocimiento es parte de una decadencia filosófica de occidente. Xirau apunta el caso de como Juan Paul Sartré llegó a hacer la crítica a los poetas por construir su saber a través de imágenes poéticas: "Aislado de los demás hombres, el poeta es para Sartre un solitario y un irresponsable. Dejémosle en su mundo de puras imágenes jugando con palabras más o menos hermosas"57. Sin embargo, esta poeta docente construye un pensamiento en torno a la pandemia donde la imposibilidad de construir historias es un distanciamiento y un ahogo inexorable, como dice el poema.
El siguiente poema utiliza la imagen del tiempo como indicador de la incerteza que representa el Covid-19 para los docentes:
"Pandemia 2"
Deslizan capullos de viento
en aulas vacías,
otro otoño vuelve,
y se aferra al muro
donde escribe
su girón más agrio.
Voces de niños,
risas de párvulos
colgadas como líquenes entre el friso,
de herméticas ventanas,
murmullos rebotan en los patios.
Mi voz quiere nombrarlos:
Me llamo Laura y soy maestra
les tomo su lección por celular,
risas inocentes de niños:
voces de miel de flores nuevas:
Taily, Jesús y Jocelín.
Alguna vez oí su canto,
y era ave, la voz de los capullos.
Y el aire ufano de ser nuestro,
se afrenta de sentirse tan lejano.
El tiempo ahora es un papel,
un cuaderno,
un libro de cuentos ilustrados;
una pelota empolvada,
el tiempo ahora es una herida
abierta por sus dos manecillas,
cubre de óxido cerrojos
de portones de escuelas solitarias.
El tiempo es una cápsula
que guarda historias sorprendentes.
El tiempo es un misterio,
su sombra es un reloj...
dibujado en la pizarra.
Covid-19 ha sido una zozobra de tracto sucesivo para todo el mundo, incluido los docentes, es decir, una duda que se actualiza y renueva en sí misma semana por semana, mes por mes, y ahora ya ha pasado un año. La poeta utiliza la imagen para anunciar la presencia de un significado del tiempo como una herida, como una cápsula, y como un misterio inconmensurable que ya genera óxido en las subjetividades y en las escuelas. Como explica Xirau, "El poeta no dice, no define, no argumenta. Se queda, para decirlo con san Juan, "balbuceando", anunciando, revelando la llegada y la presencia de un significado que está más allá de los significados comunes y corrientes"58.
La poeta Gloria Nahaivi explica que en la medida en que el tiempo en relación con el coronavirus es una incerteza que se actualiza es por lo tanto una cápsula, que puede ser enterrada para en un futuro ser descubierta otra vez. Como ella señala: "¿Cuándo acabara esto?, depende de un tiempo siempre incierto, con la esperanza de que estos tiempos se acaben, ¿vacunándonos todos?, pero es incierto. El tiempo es una capsula. Yo me quede con un sueño, dije, voy a poner los poemas que hacen los niños y los voy a poner en una capsula y la voy a enterrar, creo que en los kioskos de los pueblos hay esas capsulas, y si yo después ya no estoy en este mundo queda la capsula del tiempo, porque es, humm, es pues un testimonio, una herencia, algo que se deja"59 Estos poemas de la escritora docente pudieran ser una cápsula en si mismos para cuando pase la pandemia pueden ser descubiertos, releídos por generaciones futuras para entender lo difícil que fue para los docentes la pandemia; aunque quizá también sean una cápsula del tiempo de un virus que se agrave cada vez más y sea testimonio de la existencia de lo que fueron los docentes y la civilización humana.
Como indica el poema: "El tiempo ahora es una herida/abierta por sus dos manecillas" que esta docente quisiera enterrar en un kiosko, como para olvidarse de él y desenterrarlo después, cuando haya pasado el coronavirus donde las personas puedan verse y encontrarse una vez más desde aquella vez que se aislaron y perdieron por la pandemia. La poeta también señala: "El tiempo es un misterio/su sombra es un reloj.../dibujado en la pizarra" y también habla de que "una pelota empolvada". Estas imágenes conectan la incertidumbre del tiempo con la soledad de las escuelas en este momento y quizá en los siguientes meses; las pizarras que una vez vieron muchos niños frente a ellas, ahora solo reciben sombras de las solitarias ventanas. La poeta alude al polvo que ha de habitar todas esas soledades que ahora pueblan las escuelas.
Conclusiones
Los y las maestras normalistas son intelectuales que pueden enriquecer el giro decolonial mediante sus epistemologías poéticas. Su pensamiento está plasmado en canales de conocimiento alternos, tales como poemas y otros recursos literarios dado que la academia no es parte de su que hacer, lo que no significa que no tengan un pensamiento profundo que compartir al giro decolonial. Esto solo es posible de ser visto si se toma una actitud decolonial PU de voltear a ver hacia actores sociales y canales de conocimiento que no son los preferidos del canon intelectual, tales como lo docentes normalistas y las epistemologías poéticas.
Es importante señalar que el giro decolonial necesita tomar en cuenta a personas y grupos humanos "ordinarios" para ser realmente decolonial. La intelectualidad tiene sus objetos de estudio preferidos (capitalismo, la ilustración europea, modernidad, etc.) y sus perímetros también preferidos de "seriedad" en la construcción del conocimiento donde dichos individuos "ordinarios" solamente son trabajo de campo o parte de la folklorización del conocimiento, pero no son interlocutores en la creación epistémica de lo que se considera como un saber. Esto esta alimentado por una más de las tensiones binarias producidas por creación de conocimiento occidental: vida ordinaria versus el excepcionalismo elitista. Las fuentes del conocimiento "serio" son ya sea individuos, momentos históricos, grupos o narrativas excepcionales que generan un excepcionalismo elitista, donde se estudian individuos y hechos extraordinarios desvalorando la vida cotidiana como fuente de conocimiento. El giro decolonial tiene que decolonizar ese excepcionalismo elitista dicotómico y binario para destaparlo, abrirlo y dejar emerger así a las personas "ordinarias" con su vida cotidiana como referente en el conocimiento que ahora sí de cuenta de las realidades por medio de otros canales (como las epistemologías poéticas) de las violencias que viven los individuos todos los días, las revoluciones que hacen para lidiar con ellas para transformar la vida más importante para todos y todas: la que se vive todos los días en las situaciones más comunes y determinantes. Los y las maestras normalistas son unos, entre muchos otros seres "ordinarios" que tienen mucho que decir al respecto.
Los poemas de los docentes normalistas Pedro Mariscal, Martin Sánchez Huerta y Gloria Nahaivi sobre la pandemia asoman conceptos que pueden enriquecer el giro decolonial, si se toma una actitud decolonial hacia ellos y si se toma en cuenta la propuesta de Ramón Xirau de que las imágenes poéticas contienen conceptos teóricos-filosóficos. Las epistemologías poéticas (en plural) de estos docentes normalistas son una contribución epistémica más allá de lo epistémico (en singular) que es más que la relación binaria de un sentí-pensando, porque las imágenes poéticas son ventanas por las que se ve mucho más allá de los sentimientos y pensamientos. Las epistemologías poéticas son un dar cuenta de, más que una unidad racional y coherente. Es un aprehender y aprender lo que se presenta a los seres 89 humanos como realidades por asir. De esta forma, los y las maestras normalistas aportan sus epistemologías poéticas al giro decolonial para hacerlo realmente decolonial en razón de abrirlo a otros canales de la creación de conocimientos.
Pedro Mariscal en su poema "Ausencia" indica que el abandono es otra forma de nombrar al Covid-19 donde el único ser que habita el tiempo es Dios y quien mira con un gesto de burla a la humanidad por no estar enterada de qué hay detrás del virus y por no tener ni idea de lo que vendrá después. Las imágenes poéticas contienen el concepto de que, en lugar de ser una pandemia, el virus es un estado de abandono del cual tal vez no se pueda volver. Las Œ décimas poéticas de Pedro Mariscal son vehículos epistémicos de un saber que emerge de q elementos religiosos y sociológicos propios de su comunidad de Zapotlán el Grande, Jalisco, México que cada año interrogan la vida en su presente y esta vez, debido a la pandemia, A indican un futuro que clama por existir.
Por su parte, el maestro normalista Martín Sánchez Huerta fusiona el concepto pandemia y demonio ofreciendo el concepto nuevo de "Pandemonia", contenido en una imagen poética que demuestra como el confinamiento ha engendrado un nuevo demonio: el monstruo conocido de la soledad ha sido reengendrado, ahora con más alcance y en otra categoría. Si la soledad ya era un demonio, el coronavirus lo transformó para ser otra suerte de virus, pero sin vacuna. El poeta normalista usa la imagen poética del tapabocas como una lengua callada en el contexto de un mundo distópico, es decir, en una realidad con un futuro que no es halagador, como la misma idea de futuro supone, sino unos días por venir todavía más difíciles donde se asoma como los derechos humanos esenciales tales como el de asociación, tránsito y la no experimentación en humanos han sido violados internacionalmente, lo cual también refleja preguntas válidas sobre la resistencia frente a la vacunación masiva.
Gloria Nahaivi usa la imagen poética del cubrebocas como un muro de hilos y del silabario confinado que reflejan la idea de que el Covid-19 ha creado una distancia entre los seres humanos irrecuperable aún si el coronavirus pasa. Aunque tiene hilos, es un muro que ha impedido que las personas entablen historias, lo cual es la clave para zanjar las distancias. En el caso de los docentes, la poeta da cuenta de como la computadora paradójicamente ha provocado un distanciamiento entre maestras, maestros y sus alumnos, aunque es el medio para acercarlos, paradójicamente. La poeta también expresa mediante la imagen del tiempo como cápsula que los días que están por venir y que quedarán grabados como parte de la experiencia del virus son un misterio inconmensurable para los que no vivieron la pandemia que ya genera óxido en las subjetividades.
Así, los poetas normalistas ofrecen estos conceptos contenidos en imágenes poéticas al giro decolonial. Su saber poético señala que la pandemia es un abandono, del cual no está claro si se podrá volver, el cual ha transformado el monstruo de la soledad en un nuevo demonio más grande: pandemonia, lleno de tapabocas, lenguas calladas, muros de hilos donde se han violado los derechos humanos internacionalmente y a la luz de todos, lo que ha generado una distancia tal vez irrecuperable entre los humanos. Esto muestra un mundo distópico, es decir, con un futuro que nadie deseaba hace dos años y que sin embargo se quedaría.