En el 2019 se cumplen sesenta años de la fundación del Departamento de Sociología de la Universidad Nacional de Colombia, institución matriz del desarrollo de esta disciplina en el país, y cuarenta años de la publicación del primer número de la Revista Colombiana de Sociología (RCS), en 1979. El presente volumen, que ve la luz en un año de tan significativas efemérides, dedica la sección temática de esta primera entrega a un tema central de la problemática social de nuestro tiempo: la crisis ambiental y, la segunda, el próximo semestre, a la reflexión sobre el desarrollo de la disciplina sociológica en el país y en América Latina.
No fueron fáciles los ya lejanos primeros años de esta publicación que hoy en día ostenta un nombre reconocido en el espacio académico nacional e internacional. Prácticamente durante la mitad de su ya significativa vida, múltiples dificultades de diverso orden afectaron su regularidad, condiciones de producción, circulación y visibilidad, como sucedió, en general, con las revistas universitarias. Solo la clara conciencia del carácter vital de este instrumento para la construcción de la comunidad académica sociológica nacional, para su apertura al país y al mundo animó a sus gestores -profesores, investigadores y directores de turno- a vencer tantos obstáculos y a sostener el esfuerzo en las condiciones de producción y de comunicación anteriores a las extraordinarias posibilidades que ofreció la revolución comunicativa a la vida académica e intelectual. Muchos de los problemas crónicos de las publicaciones académicas han encontrado solución, pero, por otro lado, han aparecido nuevas exigencias, nuevos retos, instancias y notables modificaciones en lo que podríamos llamar las reglas de juego en el mundo académico.
Acorde a los signos de los tiempos, la RCS pasó de ser, en sus inicios, un medio de expresión de una comunidad académica local, de carácter institucional, en la que predominaban los ensayos y artículos de reflexión de valor académico disciplinar, a un espacio abierto para que en ella se exprese lo que se investiga y lo que se debate hoy en el campo de las ciencias sociales. Actualmente, la Rcs también constituye un lugar de intercambio de saberes para la comunidad académica regional y para la realización de foros internacionales sobre problemáticas sociales cruciales, en el que encuentran espacio los resultados de investigación sobre procesos sociales y políticos, los análisis coyunturales y la evaluación de políticas de intervención social. Simultáneamente, esta revista ha emprendido el camino para consolidarse como la publicación científica más representativa de la comunidad de sociólogos colombianos profesionales y académicos. Todos estos niveles y aspectos siguen en juego y en pie, para llevar a la RCS a modificar y ajustar su estructura, diseño y política editorial con el fin de cumplir de la mejor manera su misión, guiada por un amplio y notable comité editorial de carácter internacional.
Cuarenta es un número de gran valor simbólico, indica madurez, completitud, superación de un tiempo referido a la prueba y precursor de una nueva situación. Saludamos a la RCS en su cuarenta aniversario, a todos los que han contribuido en su realización y continuamos trabajando para que tenga una larga y sustanciosa vida.
La riqueza, actualidad y pertinencia de la sección temática del presente número, coordinado desde México, Chile y Colombia, es fruto de la cooperación de la comunidad científica internacional. La excelente labor realizada por el equipo de especialistas que actuaron como editores invitados alrededor de la problemática ambiental se expresa, en primera instancia, en la calidad y claridad de la nota editorial que se presenta a continuación y en muchos otros aspectos que los lectores tendrán ocasión de apreciar por sí mismos. Su trabajo inició con la acertada orientación de la convocatoria, la revisión inicial y, luego, la elección de pares evaluadores para cada uno de los artículos, el balance final y la selección de las mejores contribuciones. Esto me exime de la tarea de presentar el contenido y los autores de los nueve artículos que integran la sección temática, pero no del deber de expresar el reconocimiento y agradecimiento de la institución que represento, el Departamento de Sociología de la Universidad Nacional de Colombia y la RCS, por su magnífico trabajo en equipo, la devoción, genuino interés y excelente criterio que demostraron en el desarrollo de este proyecto.
En la sección general tenemos tres artículos de carácter muy variado. El de Tania Giraldo Ospina y Luis Ricardo Vásquez Varela presenta una caracterización demográfica y un análisis de procedencia de la población de estudiantes admitidos al programa de Arquitectura de la Universidad Nacional de Colombia, sede Manizales, por espacio de catorce periodos académicos, muestra el impacto de la modificación del proceso de admisión introducido en el 2013 y el 2014 sobre la localización geográfica de los admitidos e interroga, desde el punto de vista de la integración, el acceso con equidad a la educación superior y la participación en el proyecto de nación, como elementos fundamentales de la misión de la Universidad Nacional de Colombia. El segundo artículo, de Leticia Muñiz Terra, expone los resultados de su investigación realizada con un abordaje metodológico cualitativo sobre el problema de la conciliación familia-trabajo, mediante el cual busca aproximarse a la comprensión de las particularidades que asume en América Latina y las razones de las persistentes desigualdades de género en el sector petrolero argentino. Por su parte, José Abelardo Díaz Jaramillo, acudiendo a la teoría de los campos sociales del sociólogo Pierre Bourdieu, nos sitúa en el campo del arte y analiza la obra de la pintora Clemencia Lucena y su lucha por el reconocimiento.
Nota de los editores invitados
Repensando las crisis ambientales: perspectivas teóricas y metodológicas latinoamericanas para el cambio ambiental global
La sección temática de este número de la RCS está orientada por la siguiente pregunta: ¿Cuáles son las distintas tradiciones y tendencias actuales de pensamiento en América Latina que buscan explicar y dar respuesta a las crisis ambientales?
La preocupación original para abrir un espacio de reflexión sobre estas consideraciones parte del reconocimiento de que la sociología ambiental es un campo relativamente joven en Colombia y América Latina. En estas latitudes, históricamente, la cuestión social se ha leído desde los dilemas de la industrialización, de los modelos de desarrollo y de la justicia social. Más adelante, las discusiones han transitado hacia los grandes debates sobre reconocimiento, representatividad y multiculturalidad, y actualmente descubrimos cómo la cuestión ambiental atraviesa y, a menudo, les da forma a estos debates. Es en este campo en el que la reflexión sobre la relación entre sociedad y naturaleza nos remite a un debate impostergable, tanto en la sociología como en las demás disciplinas de las ciencias sociales y humanas: las consecuencias teóricas, epistemológicas y prácticas de considerar seriamente su inseparabilidad. Pensamos que son justamente los debates y acciones sobre el cambio climático, fenómeno complejo, multidimensional y acuciante, lo que nos mueve a revisar de modo crítico los postulados eurocéntricos sobre la divisoria entre sociedad y naturaleza, que, aunque originados en el norte global, se han materializado en relaciones destructivas en distintos lugares del planeta.
Desde hace más de veinte años se estimó que la temperatura mundial podría aumentar entre 1,4 °C y 5,8 °C para el 2100 (IPCC, 1990). Estos escenarios climáticos se construyeron sobre el supuesto de que las dinámicas ambientales (ecosistémicas y sociales) se mantendrían constantes, algo que por cierto no ha ocurrido, como lo evidencia negativamente el reporte más reciente del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC, 2018).
Hoy en día existe una diversidad de estudios y manifestaciones de los impactos que ha tenido la variación climática, exacerbada por la acción humana, sobre la Tierra. Hablamos de aumento de las temperaturas medias, variaciones en el nivel del mar, afectación en las dinámicas de los ecosistemas, pérdida de biodiversidad, entre otras evidencias (IPCC, 2018). El aumento de la temperatura también trae consigo un aumento en la magnitud y frecuencia de las precipitaciones mundiales, así como de los eventos climáticos extremos e inundaciones en las zonas más bajas, que generan grandes impactos para la agricultura y los asentamientos humanos. Las zonas climáticas también podrían desplazarse, perturbando bosques, desiertos y otros ecosistemas. En términos generales, cuanto más varíe el clima, mayores son los riesgos de daños y estos, a la vez, son desiguales, tanto en su generación como en los impactos sobre regiones del planeta y sobre grupos sociales, más o menos vulnerables (ISSC/UNESCO, 2013; Postigo, 2013; Moore, 2017; Blanco, Günther, Gutiérrez y Valencia, 2017).
Para América Latina y el Caribe los problemas ambientales vienen de la mano de una historia de despojo colonial, de la formación y modernización de los Estados, del predominio de enfoques científicos deterministas y utilitaristas, de los procesos de industrialización y, en tiempos recientes, de la intensificación de la mercantilización neoliberal, agenciada por una visión hegemónica del ser y el hacer sobre el ambiente que puede ser conceptualizada como capitaloceno. En este periodo histórico una parte importante de la humanidad es responsable de la apropiación injustificada de los ecosistemas y las culturas, y se convierte en la causa central de la intensificación de los conflictos ambientales contemporáneos (Mesa Cuadros, 2018). Sin duda, estos procesos no habrían sido posibles en la región sin los modos de enunciación que evidencian y justifican la disponibilidad de "recursos naturales" y la abundancia en biodiversidad de sus ecosistemas. Por ejemplo, América Latina es una de las regiones con mayor disponibilidad de agua dulce respecto a la población humana que la ocupa. Esta abundancia relativa es inicialmente un buen indicador, sin embargo, da lugar a que las prácticas extractivistas y contaminantes actuales se intensifiquen, debido en parte a las motivaciones económicas depredadoras de los modos de producción capitalistas dominantes.
Más allá de las proyecciones en términos climáticos, también se ha reflexionado e investigado sobre las consecuencias para el planeta y los distintos seres que en él habitamos, de manera tal que sea posible reducir impactos, adaptarse a las nuevas condiciones, o transformar deliberadamente los modos de producir, consumir y vivir. Repensar la crisis ambiental planetaria, identificar las múltiples crisis que la componen, pensar en alternativas, en otras racionalidades y en las condiciones de posibilidad para otros desarrollos, se han convertido en imperativos para distintas tradiciones de pensamiento crítico o para corrientes teóricas emergentes. Los cuestionamientos acerca de cómo se conciben los problemas ambientales, su origen y sus consecuencias han dado lugar a distintas posturas y debates. Por ello, se considera importante visibilizar, analizar y valorar las diversas perspectivas teóricas o tradiciones de pensamiento latinoamericanas (o con influencia en Latinoamérica) que abordan la(s) crisis ambiental(es) y la relación entre sociedad y naturaleza en un escenario de cambio ambiental global, las cuales insisten en una visión integral y sistémica, que permita comprender la necesidad del cuidado de la "Casa Común", como indica la encíclica Laudato si del Papa Francisco según la cual lo humano y social no está separado de la naturaleza (Farah, 2016,junio).
En el marco expuesto, los artículos de este número de la RCS contribuyen con reflexiones y experiencias teóricas, metodológicas y empíricas sobre la crisis ambiental vista desde América Latina. Los cinco primeros artículos nos convocan a hacer una lectura histórica y crítica de diversas tendencias o corrientes de pensamiento latinoamericano que abordan dimensiones de las crisis ambientales desde análisis comparativos entre distintas vertientes de pensamiento social sobre lo ambiental latinoamericano, en los que se identifican escuelas consolidadas, nuevos abordajes y perspectivas emergentes. En estos se ofrecen recorridos históricos, críticos y complementarios sobre cómo se ha visto e interpretado, desde la teoría social, el cambio ambiental y la sostenibilidad en América Latina desde la década de 1970.
De un lado, Gustavo Blanco-Wells y María Griselda Günther, con un trabajo de doble hermenéutica titulado "De crisis, ecologías y transiciones: reflexiones sobre teoría social latinoamericana frente al cambio ambiental global", hacen un despliegue del campo de relaciones que se ha establecido entre las nociones de crisis y cambio ambiental global, a partir de la revisión de las principales tradiciones de pensamiento ambiental con influencia en América Latina, a partir de la década de 1970. Los autores resaltan la posición privilegiada que tiene el pensamiento social latinoamericano sobre el cambio ambiental global, para aportar, por una parte, a la construcción de prácticas no centradas en la apropiación instrumental y, por otra, a la visibilización de ontologías relacionales entre humanos y naturaleza no humana.
Por su parte, Julien Vanhulst, en el artículo "Pensar la sustentabilidad desde América Latina. Retrospectiva del discurso académico a partir de un análisis bibliométrico de citas entre 1970 y 2012", hace un mapeo del paisaje académico en el campo de la sustentabilidad en América Latina, mediante un análisis de la red de interacciones de una muestra de 93 intelectuales latinoamericanos que han participado en estos debates entre 1970 y el 2012. Este análisis se complementa con un análisis cualitativo del contenido del pensamiento de los autores más influyentes. En este artículo se resalta la estructuración gradual y la composición de un "pensamiento ambiental latinoamericano", en el que los discursos académicos son críticos y apelan por una trasformación profunda de las sociedades, en consonancia con las luchas de movimientos sociales por la justicia y la sustentabilidad ambiental.
Por otro lado, en el trabajo "Abordajes sobre el ambiente en la teoría sociológica: diálogo entre formulaciones del Norte y cuestionamientos al desarrollo del Sur", Ana Pilar Pi Puig recorre algunas de las discusiones con perspectiva sociológica que piensan las interrelaciones entre sociedad y ambiente, y plantea un diálogo entre sus enfoques. La autora muestra que las discusiones sociológicas sobre dichas interrelaciones convergen hacia un análisis crítico del lugar de América Latina como proveedora de recursos naturales y hacia el rescate de experiencias autóctonas latinoamericanas para pensar una salida al modelo actual de desarrollo.
María Paula D'Amico y Ofelia Agoglia identifican, en el artículo titulado "La cuestión ambiental disputada: el ambientalismo hegemónico y la corriente ambiental crítica. Lecturas desde y para América Latina", los diversos y contrapuestos intereses que tienen por objeto la problemática ambiental latinoamericana. Evidencian una disputa entre el ambientalismo hegemónico y la corriente ambiental crítica, y plantean que el primero conduce a continuar profundizando la crisis ambiental, mientras que la segunda conduce a rumbos para encontrar respuestas alternativas a la evidente y grave crisis ambiental actual.
Finalmente, María Teresa Ochoa-Manjarrés establece relaciones teóricas entre el ambiente y la salud en su texto "El lenguaje ambiental: una cultura del cuidado de la salud". A través del método hermenéutico, nos invita a explorar las formas de pensamiento subyacentes a la relación entre salud y ambiente, característica del mundo moderno, que se expresan en las prácticas en los ecosistemas y en la salud humana. En conclusión, la autora insiste en la importancia del lenguaje ambiental para comprender la experiencia humana del mundo y las diversas formas culturales de cuidado del ambiente y la salud como modos de ser, aprendidos en la experiencia.
Otros cuatro artículos nos ofrecen, junto a marcos teóricos, ilustraciones aptas de estas respuestas alternativas desde las acciones colectivas, los movimientos sociales y los territorios sometidos a transformaciones ambientales. Por una parte, en el trabajo "La participación ciudadana de los movimientos socioambientales en América Latina", María Eugenia Pérez Cubero hace un análisis de la importancia y el rol de la participación ciudadana y, en particular, de los movimientos socioambientales, en los procesos de toma de decisiones sobre políticas públicas en América Latina y bajo la categoría central de la conflictividad social. La autora concluye que en la región se puede hablar de que estamos en una transición hacia una democracia participativa para gestionar los bienes comunes, como el ambiente y los lugares culturales, que implica avanzar hacia esquemas de diálogo y concertación con las comunidades.
Dos artículos nos refieren a estudios de casos en Colombia. Primero, Álvaro Acevedo Tarazona y Andrés David Correa Lugos, en el texto "Pensar el cambio socioambiental: un acercamiento investigativo a las acciones colectivas por el páramo de Santurbán (Santander, Colombia)", analizan la transición hacia nuevas formas de comprender la relación del agua y los ecosistemas de páramo en las sociedades contemporáneas, a partir de la explicación de un caso de acciones colectivas en contra de la minería a gran escala en un páramo en Colombia. Los autores plantean que las movilizaciones ambientalistas en defensa de los ecosistemas y de los habitantes de esos territorios, en este caso, no buscan la destrucción del sistema o una transformación sustancial de la máquina antropocéntrica; sino que dotan al agua de ciertas cualidades para que se le respete en medio de una lógica progresista que crea nuevos mitos y elabora nuevas cosmologías. Concluyen que las ciencias humanas tienen como reto, en estos contextos, estudiar los nuevos discursos ambientalistas y analizar sus claroscuros y contrariedades, sin caer en apologías románticas.
Un segundo caso es presentado por Irene Vélez-Torres e Hildebrando Vélez, quienes en el artículo "Plexos conflictivos: una visión territorial e histórica de los problemas ambientales en la cuenca alta del río Cauca" proponen la apropiación de la categoría plexos conflictivos para caracterizar la trama de interacciones históricas y territoriales de los conflictos ambientales en la cuenca de un río ubicado en Colombia. Desde este caso concreto, los autores muestran que dicha categoría permite trascender el caso en sí mismo, para comprender la red, las articulaciones y el tejido desde un análisis temporal y territorial. Un aporte interesante del artículo es que el análisis de la formación del Estado como un proceso estructurante de la conflictividad ambiental en las sociedades poscoloniales, así como el lugar central que adquiere la identidad (como diferencia étnica) en dicha conflictividad, son importantes para entender los conflictos ambientales.
Finalmente, en el trabajo "Extractivismo forestal en Arauco: internalización y formas de resistencia", Anyela Pino y Noelia Carrasco nos ilustran con un caso chileno sobre la manera en que el extractivismo forestal es internalizado por los habitantes, pero al mismo tiempo sobre cómo se generan formas de resistencia que inciden en las relaciones que ellos construyen con su territorio. Las autoras concluyen que estas dinámicas se deben seguir investigando y que los estudios etnográficos desde la ecología política deben seguir aportando a relativizar y mostrar la pluralidad de los debates sobre el cambio ambiental global y local.
Dejamos a consideración de los lectores el conjunto de trabajos presentados en este número que, de una u otra forma, nos aportan interesantes pautas para dar respuestas a la pregunta inicial que lo motivó.