Introducción
La libertad de cultos consagrada en el artículo 19 de la Constitución Política de 1991, entre otras razones, ha permitido la presencia y accionar de grupos y denominaciones religiosas de distinto orden en el país. Grupos y denominaciones que han empezado a competir por feligreses en las ciudades y campos y que han logrado, a través de distintas estrategias, posicionarse en diversas regiones de Colombia impactando la vida social regional y local.
Uno de estos tantos grupos son los Israelitas del Nuevo Pacto Universal, quienes con una propuesta religiosa de cumplir los 10 mandamientos de la ley de Dios han logrado consolidarse en el país. Organizados en la Asociación Evangélica de la Misión Israelita del Nuevo Pacto Universal Aeminpu, nacida en Perú en los años sesenta del siglo pasado, pero expandida en Latinoamérica, los israelitas, como comúnmente se les conoce, han consolidado un grupo religioso dinámico que después de más de treinta años en Colombia se sigue manteniendo.
Acompañando procesos de investigación por las montañas del sur del departamento del Cauca, en el Municipio de Balboa, en el año 2002 encontramos las primeras referencias a los israelitas en Colombia. En su afán de proselitismo religioso rápidamente nos invitaron a conocer su historia, sus prácticas y lugares sagrados. De modo que, al reconocer su impacto en las comunidades locales, rápidamente ingresaron en el radar de las investigaciones sobre grupos religiosos. Inicialmente, los israelitas se presentaron como un grupo religioso tradicional, que ponía dificultades al acceso de los académicos.
En las primeras visitas a los templos locales y, posteriormente, a Santander de Quilichao, su principal centro religioso en el suroccidente de Colombia en abril de 2002, los líderes religiosos eran renuentes a dar permiso para la toma de fotos o imágenes de video. En ese tiempo solicitamos permiso formal para tomar fotografías e imágenes para un video, permiso que después de unas semanas nos concedieron y que permitió tener un primer registro de los feligreses y los lugares sagrados1. Posteriormente, negaron el permiso formal para el proceso de investigación de la tesis doctoral.
Con el paso de los años y las dinámicas propias del grupo religioso los líderes han ido dando apertura a la visita de académicos, periodistas y curiosos. Una muestra de ello son las noticias y reportajes que se han publicado en periódicos y revistas de amplia circulación en Colombia. Pero ¿qué dicen los medios escritos sobre los Israelitas? ¿Cuáles son las imágenes que se han divulgado sobre este grupo religioso? ¿Cuáles son los temas que describen? ¿Qué personajes y lugares se destacan? Estas preguntas se responden en el desarrollo de este artículo que tiene como objetivo analizar tres reportes de los periódicos El Colombiano de la ciudad de Medellín, El Espectador y El Tiempo de la ciudad de Bogotá y dos reportajes de la Revista Cromos y Gente. Este no es un recorrido exhaustivo, sino que se limita a los más amplios y visibles reportajes y crónicas sobre este grupo religioso.
Finalmente, el texto está divido en tres partes además de la introducción y la bibliografía. La primera parte, presenta las generalidades de La Asociación Evangélica de la Misión Israelita del Nuevo Pacto Universal Aeminpu, su nacimiento en Perú y la expansión en diversos países de Latinoamérica, especialmente en Colombia. La segunda parte, revisa los registros sobre la Iglesia Israelita en tres periódicos y dos revistas. La última parte, presenta algunas conclusiones.
La Asociación Evangélica de la Misión Israelita del Nuevo Pacto Universal. Generalidades
La historia del nacimiento de la Asociación Israelita es la historia de su fundador Ezequiel Ataucusi Gamonal: un zapatero peruano que en los años setenta y ochenta del siglo pasado llegó a convertirse en el mesías de su grupo religioso. Nacido en una familia de tradición católica en Arequipa, hablante de quechua y castellano, al parecer su vida de niño estuvo marcada por experiencias religiosas que se convirtieron en manifestaciones de su destino. De la Torre (2004 y 2005), Marzal (1988 y 2002) y Scott (1990) lo entrevistaron en repetidas ocasiones como parte de sus trabajos de investigación y aunque no hay fechas precisas y las narraciones difieren es posible seguir la cronología de los eventos de su vida. Según su propia narración2, en los primeros años de vida se destacan experiencias sagradas que lo prepararían para su trabajo futuro. Una niñez con visiones y sueños, luego, su trabajo en las minas de sal, posteriormente, el servicio militar obligatorio donde combatió en la guerra con el Ecuador y un matrimonio con Dionisia Ospina y seis hijos.
La vida religiosa como feligrés practicante inició después de los treinta años cuando por influencia de un amigo se convirtió a la religión adventista y asistió a ceremonias y estudios bíblicos por más de un año. Después de que decidió pertenecer a esta iglesia tuvo sueños y visiones en los que creía que Dios le hablaba. Su vida se vio amenazada por una enfermedad (Marzal, 1988, p. 350) y sintió que iba a morir, así que llamó a su mujer e hijos para darles consejos y decirles adiós. En su oración hizo un pacto con Dios para servirlo si se curaba. La curación instantánea vino luego de la aparición divina de un anciano de pelo largo y barba que le dijo que debería viajar y decir el mensaje pues la gente lo estaba esperando (Scott, 1990, p. 17).
La revelación fundamental ocurrió unos meses después cuando le mostraron un cuadro titulado los "siete años de hambre" que no comprendió. Pidió a Dios que le mostrara el significado y tuvo una visión de tres estrellas, una de las cuales era la estrella de la mañana que brillaba más.
Las montañas de alrededor se iluminaron con una luz roja y en el cielo apareció el mensaje "El tiempo ha llegado, será hecho" (Scott, 1990, p. 17). En esa revelación se destaca que Ezequiel es el escogido para recibir el mandamiento y reavivar el pacto entre Dios y los hombres; retoma el tema de la trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo de su creencia Católica Romana; recibe el nombre de la Asociación que más adelante fundaría; recibe los diez mandamientos que son la característica más obvia absorbida de la Iglesia Adventista (Scott, 1990, p. 19), los cuales se convirtieron en el fundamento de la doctrina; es enviado por la divinidad para enseñar al resto del mundo el mandamiento, envío divino que sustenta el proselitismo y la expansión religiosa; el adjetivo "israelita" explica el peso que tiene la tradición del Viejo Testamento y que se manifiesta en todos los ritos que se toman de la Ley de Moisés (Marzal, 2002).
Después de esta revelación Ezequiel dejó crecer su cabello e inició la participación en la Iglesia Adventista, pero pasado un tiempo empezó a vestir una túnica roja y predicar lo que generó dificultades con los líderes religiosos que rechazaban sus visiones y profecías. Finalmente, en un incidente cuando intentaba predicar en el púlpito fue sacado del templo y echado. Posteriormente, en otro pueblo fue despojado de su túnica y llevado a la cárcel cuando intentaba predicar en la calle.
Lo que viene después en la historia de Ezequiel es su consolidación como figura central de la religión israelita con la fundación de la Asociación entre un grupo de seguidores en 1958. Luego viajó a Lima donde se unió a otros líderes religiosos también desertores del adventismo con quienes consolidó el mensaje y la doctrina. Una unión, quizás la más importante de su liderazgo, fue con Alfredo Loje, quien influyó en la construcción del mensaje Israelita (Scott, 1990, p. 25), con la doctrina de su iglesia llamada Asociación Israelita Evangélica del Nuevo Pacto de origen chileno.
Las alianzas y acuerdos que realizó Ezequiel en Lima sirvieron para fortalecer la propuesta de doctrina y el sistema ritual y para afianzar la estructura de la organización que lo había reconocido como centro de esta. Los años posteriores fueron de trabajo arduo para fundamentar lo que se empezó a conocer como la Asociación Evangélica de la Misión Israelita del Nuevo Pacto Universal Aeminpu. Una organización que con la ejecución de proyectos socioeconómicos en Lima y otras ciudades llegó a diversos estratos y grupos rurales y urbanos. Además, dos son las acciones más importantes que la Iglesia Israelita ha desarrollado y que han permitido su reconocimiento en el Perú y en otros países de Latinoamérica.
La primera tiene que ver con la migración al Amazonas en búsqueda de tierra para agricultura y opciones de trabajo para sus feligreses que han sido históricamente los más pobres entre los pobres. Migración que ha convertido una parte de la Amazonía peruana en hogar de miles de familias israelitas que se han dedicado a cumplir la doctrina israelita, su sistema ritual y a cultivar productos de pan coger (De la Torre, 2009; Meneses, 2016, 2017).
La segunda acción es el ingreso a la política electoral. En vida Ezequiel mismo fue candidato a la presidencia en Perú y el partido político Frente Popular Agrícola del Perú (Frepap), comúnmente llamado "el partido del pecadito", que ha permitido la elección de concejales, alcaldes y senadores. A pesar de la muerte de Ezequiel en el año 2000, y la sucesión de su hijo Jonás, la fuerza del partido ha sido tan importante que en 2020 se convirtió en la segunda fuerza política más importante del país.
El mensaje de la Asociación Israelita centrado en el cumplimiento de los 10 mandamientos, en el reconocimiento de ser el "pueblo escogido por Dios", el uso de una vestimenta propia, su sistema ritual y festivo con el sábado como día santo, la celebración de la luna nueva y tres fiestas al año3, junto al trabajo político y social, permitió que el grupo se expandiera en el Perú de las últimas dos décadas del siglo pasado. Expansión que también ocurrió fuera de las fronteras a países como Ecuador, Chile, Brasil, Bolivia y Colombia en procesos de transnacionalización religiosa (Meneses y Barrera, 2020).
En Colombia la Asociación Israelita está registrada en el Ministerio del Interior y Justicia como Iglesia Evangélica de la Misión Israelita del Nuevo Pacto Universal-Ieminpu mediante resolución No. 1437 del 29 de agosto de 2003. A través de la predicación personal cara a cara acompañada de la entrega de folletos, la predicación colectiva en campos y ciudades, y la apertura de templos en casas de habitación la doctrina israelita se ha difundido en Colombia (Meneses, 2005, 2009). Hoy son pocos los departamentos de este país que no tienen presencia de esta iglesia, con una concentración especial en el suroccidente.
Los feligreses israelitas son indígenas de la región andina, especialmente del pueblo nasa y campesinos desplazados por el conflicto armado a las capitales de municipios y departamentos (Meneses, 2015, p. 96). El principal centro de la difusión de la doctrina está ubicado en la vereda Patio Bonito, Municipio de Santander de Quilichao, en el norte del departamento del Cauca. Allí se concentran feligreses de siete departamentos: Cauca, Valle del Cauca, Nariño, Putumayo, Risaralda, Quindío y Tolima. Además, existen dos centros de difusión más pequeños: uno en Bogotá y otro en la ciudad de Santa Marta.
Desde su llegada a Colombia los israelitas del Nuevo Pacto han llamado la atención a propios y extraños. La forma de los hombres llevar el cabello, la vestimenta de hombres y mujeres y sus prácticas religiosas no han pasado desapercibidas en un país acostumbrado a la liturgia católica concentrada en templos, casi en silencio y/o con solo la voz del sacerdote. Así que, no solo las personas de las localidades del departamento del Cauca a donde inicialmente llegaron los Israelitas del Nuevo Pacto, sino que también académicos4, políticos5 y periodistas se han interesado por el movimiento religioso.
Los israelitas en la prensa escrita colombiana
Tres periódicos y dos revistas han publicado reportajes sobre los Israelitas del nuevo pacto Universal en diversas partes de Colombia. Para el caso de los periódicos de orden nacional el registro ocurrió entre los años 2002 y 2013 y en las revistas entre 2008 y 2009. Es interesante que son los periódicos de circulación nacional y los que tienen mayor reconocimiento en el país los que publicaron los primeros reportajes y crónicas relacionadas con los israelitas y no los periódicos regionales o de las ciudades capitales de departamento. La primera noticia fue publicada en el periódico El Colombiano de la ciudad de Medellín en el año 2002, posteriormente El Espectador publicó una crónica del gran Alfredo Molano sobre los israelitas colombianos en el Amazonas y, finalmente, el periódico El Tiempo, llegó al centro de la vida religiosa israelita en el norte del departamento del Cauca con un reportaje publicado el lunes 14 de octubre de 2013 en página completa.
Los principales temas que se han presentado en los periódicos y las revistas son: la presencia israelita en el departamento del Cauca, sus vestimentas y rituales (Sepúlveda, 2002; Mojica, 2013; Pachón, 2009), además han registrado la migración al Amazonas (Molano, 2006; Suárez, 2008). Estos temas, entonces, son los que se desarrollan a continuación con la descripción y análisis de las noticias organizadas de la más antigua a la más reciente.
Los israelitas en los periódicos
"Nazarenos predican en el asfalto los tiempos del fin. Vestidos como Cristos, una legión de jóvenes se toman las calles de Medellín" (Sepúlveda, 2002), fue el titular de la primera noticia sobre los israelitas en un periódico colombiano. Si bien los Israelitas ya tenían tiempo de haber llegado al país, de predicar al aire libre y abrir templos en ciudades y campos, la noticia de Sepúlveda publicada el domingo 12 de mayo en la sección "historias que contar" se subtitula "En parques como el de San Antonio, los nazarenos de la Asociación Evangélica de la Misión Israelita aprovechan para predicarle a los transeúntes el decálogo de sus mandamientos".
Es llamativa la introducción del periodista señalando la representación de los israelitas: "Su presencia nunca pasa inadvertida ante los ojos del transeúnte; verlos es rememorar los tiempos bíblicos, cuando Jesús de Nazareth predicaba en el desierto". Esta representación y comparación con las imágenes católicas se mantienen a lo largo del texto en el que aparecen las voces de unajoven y dos hombres israelitas que destacan características propias de la vida religiosa como las enseñanzas de su maestro Ezequiel Ataucusi, la tradición de guardar el sábado al estilo judío, la celebración de las 3 fiestas del año y las vestiduras.
El tema de las vestiduras, sin duda, el más llamativo cuando se observa un grupo de feligreses israelitas es destacado por el periodista en su segundo párrafo, relacionándolo muy sagazmente al tema del proselitismo religioso (Meneses, 2009) en la ciudad de Medellín. Así lo escribe:
De túnicas, sandalias, cabellos largos y barbas pobladas, andan por la calle con una canastilla de dulces sobreviviendo en medio del asfalto. Maní, bombones y conos con crema de leche son la excusa para llegarles con "su verdad" de Dios a quienes se cruzan en el camino. (Sepúlveda, 2002)
Para fundamentar esta información el periodista usa los datos exactos del libro, capítulo y versículo de la biblia que sus entrevistados le dan para fundamentar esta costumbre: Números, 6: 2 y 5 y resalta las siguientes palabras de uno de sus entrevistados: "Nosotros vestimos a imagen y semejanza del Dios del cielo, porque Cristo vistió así".
El reportaje describe con detalle lo que será el "fin del mundo", uno de los temas centrales en la doctrina y en la predicación de la Iglesia Israelita, con el subtítulo "El día del juicio". Aquí, las voces de los israelitas destacan su importante labor de predicación para que todos los humanos se salven, voces que el periodista interpreta y escribe señalando:
Pero más allá de la parafernalia espiritual que adorna a cualquier religión, la misión que desde hace 35 años se propone la Asociación Evangélica Israelita es, según sus preceptos, salvar a gran parte de la humanidad de la catástrofe que se avecina. Los nazarenos están convencidos de que los tiempos del fin debieron cumplirse en el año 2000, tal y como lo sugieren las Sagradas Escrituras, pero por la bondad de Dios, el Apocalipsis se prolongó unos años más. (Sepúlveda, 2002)
Finalmente, uno de los temas más llamativos de esta primera noticia es el nombre que usa el periodista para referirse a los Israelitas del Nuevo Pacto Universal: "cristos terrenales" y "legión de nazarenos" en una comparación directa con la figura de cristo. Comparación sutil con la religión católica que mantiene en todo el escrito y que es muy visible en el párrafo de cierre de la noticia: "Cierto o no, esta legión de cristos terrenales ya hacen parte del paisaje urbano de una ciudad variopinta, en la que la voz de Dios dejó de escucharse solo en los altares para regarse en el asfalto" (Sepúlveda, 2002).
El año 2006, el gran sociólogo e investigador Alfredo Molano escribió una de sus tradicionales crónicas después de un viaje al Río Calderón, departamento del Amazonas, que tituló "Crónica desde el corazón de un territorio inescrutable. Un arca de Noé en el Amazonas". En una página completa a cuatro columnas, acompañada de una fotografía de un hombre israelita con sus vestiduras y los brazos abiertos, la crónica, publicada el sábado 7 de octubre, no solo menciona el encuentro de los israelitas en la selva, sino que describe con lujo de detalles el viaje, el paisaje, los transeúntes y lugares que va encontrando en su camino de ida y regreso al mejor estilo del cronista.
Con el subtítulo "El púlpito de los Israelitas", Molano describe con asombro lo que encuentra al llegar a un gran potrero, un espacio despejado en medio de la selva, sitio donde los israelitas celebraban el "sábado de reposo".
Subimos una pequeña loma y llegamos a una gran explanada. Había un pueblo hecho de palma de yaripa -unas veinte casas- alrededor del templo, una gran enramada. Estaba reunida la comunidad: ancianos, mujeres, jóvenes, niños, bebés. En total, un poco más de 50 personas. Todos vestidos con túnicas blancas, pero cruzados con mantos de diferentes colores; rojos, grises, verdes, anaranjados. Los hombres parecían nazarenos; las mujeres, vírgenes. Los niños también llevaban túnicas y sandalias. El pastor presidía desde un atril la ceremonia y leía con gran prosopopeya el Libro de los Salmos. (Molano, 2006, p. 14)
Llama la atención que al igual que Sepúlveda, en la noticia publicada cuatro años atrás, también usara la palabra "nazarenos" para referirse a los israelitas y que fueran las vestiduras lo que llamara la atención. Molano usó las respuestas que varios feligreses israelitas dieron a las diversas preguntas de la comitiva visitante para contar lo que hacen y de donde llegaron a esta zona del país, resumiéndolo así:
No somos desplazados, somos religiosos y cumplimos la Ley de Dios. Nos guían las Escrituras. Nosotros, como ovejas, estamos escriturados al Señor. Llegamos hace ocho años desde Santander de Quilichao, Cauca, donde está nuestra sede. Trabajamos individual y colectivamente durante toda la semana; el Sabat, nos reunimos para orar juntos. Tenemos tres fiestas: ácimos, en abril; semanas, en junio; y cabañas, en octubre. Cultivamos arroz, caña, frutas y legumbres. Tenemos cabras para el sacrificio, pero no las comemos, las incineramos en un sitio especial una vez que el pastor la ha degollado y dejado humedecer la tierra con su sangre. Sacamos al mercado miel de abejas y muy poca cosa por las dificultades de transporte. Por el río Calderón salimos al Amazonas y por allí a Leticia: 19 horas de canoa. (Molano, 2006, p. 14)
En este resumen aparecen varios temas interesantes, las fiestas y rituales, la tierra que necesitan y el lugar de dónde vienen. Lo que no queda claro es ¿por qué están allí? La respuesta a esta pregunta tiene que ver con la doctrina israelita y, sobre todo, con las tareas que las mujeres y hombres israelitas deben cumplir como creyentes: guardar los 10 mandamientos, el trabajo en la política y en la agricultura que los ha llevado a la búsqueda de la tierra prometida (Meneses, 2017).
La crónica de Molano resalta que las familias israelitas que han ido al Amazonas vienen del departamento del Cauca. Tal como se señaló en la primera parte de este texto, en ese departamento está ubicado el centro de la Congregación Israelita del Nuevo Pacto en Colombia. Este es el escenario en donde se desarrolla la última noticia relacionada con los israelitas en Colombia publicada en el diario El Tiempo de la ciudad de Bogotá el lunes 14 de octubre del 2013.
El periodista, enviado especial, José Alberto Mojica Patiño tituló su reportaje "Colombianos que viven como en el Antiguo Testamento". Y luego subtitula "En el Cauca, los miembros de la congregación religiosa de los israelitas visten a la usanza del pueblo bíblico. Ellos están preparando la segunda venida de Cristo y creen que la humanidad ya vive el fin de los días" (Mojica, 2013, p. 13). Publicado en una página completa, a cuatro columnas, de la sección "Debes leer" el reportaje está acompañado de dos fotografías: una grande en la que se destacan dos feligreses israelitas caminando junto a un cartel de bienvenida y otra pequeña, ubicada en la parte baja de la página en la que aparece Eulalio Ponce, el líder peruano de la comunidad religiosa en el suroccidente de Colombia.
El reportaje tiene dos subtítulos y tres partes. La primera parte presenta la llegada del periodista al denominado "Campo Real"6, el sitio más grande de reunión en Colombia, y la primera visión de lo que llama "el escenario de una película bíblica o un viaje a los tiempos del Antiguo Testamento". Pero no es solo el sitio, el que llama la atención, sino al igual que en las anteriores noticias, la forma de vestir de hombres y mujeres israelitas. Además, esta primera parte describe la llegada de Ponce al Cauca y algunas características de la vida religiosa como la celebración del culto del sábado explicado por el mismo líder religioso.
En la segunda parte, subtitulada "Su lugar de encuentro", describe el Campo Real como centro de reunión de los israelitas y algunos detalles de la celebración del rito en el templo que más llaman la atención a feligreses, simpatizantes y público en general: la realización del holocausto7, la música y la danza israelita. Sobre este tema un pie de foto señala "En las celebraciones, las alabanzas se interpretan con música folclórica peruana, país donde nació esta confesión". Luego compara el grupo musical con. "un grupo de rock inspirado en la Biblia" y describe el inicio de la danza de la siguiente manera:
Uno de los fieles se acerca al altar y empieza a danzar, a dar brincos con los ojos cerrados. Poco a poco se van sumando otros, hasta formar un baile colectivo de movimientos involuntarios. Aletean. Se arrodillan. Algunos se mueven como posesos. (Mojica, 2013, p. 13)
Sobre la danza que para los israelitas significa el "derramamiento del espíritu santo", y la música, se volverá cuando se presenten los artículos de las revistas. Finalmente, en la última parte de la noticia que tituló "Señalados y burlados", retoma historias cortas de feligreses israelitas, entre ellas, la de un niño de diez años al que, en su colegio, por tener el cabello largo, le gritan "¡peluca vieja, mechas! y él no se achanta". En esta parte también retoma datos sobre Eulalio Ponce y Ezequiel Ataucusi Gamonal, el líder en Colombia y en Perú, respectivamente.
Los israelitas en las revistas de farándula
Carlos Suárez, en enero de 2008, publicó un artículo en la Revista Cromos titulado "En busca del edén" en una referencia directa a la migración de israelitas al departamento del Amazonas. Dos años después de la publicación de Molano sobre este grupo de israelitas en la selva, Suárez escribe un artículo de cuatro páginas en una revista de farándula y reinas, acompañado de una foto con un texto introductorio que señala:
Desde hace una década, miles de seguidores de la Congregación Israelita buscan refugio en las zonas fronterizas de la selva amazónica. Trabajando la tierra, se preparan para un inminente castigo divino: el calentamiento global traerá siete años de hambruna mundial. Viven en comunidades religiosas estrictamente organizadas. Rechazan la fornicación, el alcohol y el baile. (Suárez, 2008, p. 18)
El artículo dividido en tres partes destaca aspectos relacionados con el fin de los tiempos y las señales que lo anunciarán, refiriéndose directamente a Ezequiel Ataucusi. Describe la llegada a León de Judá, nombre del asentamiento israelita en la selva amazónica, después de ocho horas de camino hasta encontrar "una verde colina sin árboles, varias casas y una familia que se baña para luchar contra el intenso sol del mediodía" (Suárez, 2008, p. 18). En la segunda parte del artículo titulada "vivir de la tierra", Suárez a través de las voces de hombres y mujeres israelitas describe la importancia de la comunidad religiosa en la triple frontera, especialmente por su participación en la economía y la política local temas que también han sido también trabajados por Chaumeil (1997) y Meneses (2015; 2016; 2017).
En la última parte del artículo, titulada "la ley de la selva" señala los problemas que la migración israelita ha generado por la ocupación de tierras que están a nombre del estado y que son consideradas reserva de la Amazonia, problemas que llevaron al fin del asentamiento en el año 2015 y regreso de las familias que habían migrado (Meneses, 2017). Finalmente, el artículo de Suárez está acompañado de una fotografía en la que se destaca una niña con velo sobre su cabeza, triste y sola, sentada sobre una piedra con el letrero de bienvenida al asentamiento de fondo.
Diana María Pachón, periodista, y Julián Lineros, fotógrafo, fueron los enviados especiales de la revista Gente y la Actualidad Colombia a Santander de Quilichao en noviembre de 2009. Ellos publicaron el artículo titulado "¡Llegó el fin del mundo!", desarrollado en diez páginas y acompañado de doce fotografías. Un despliegue llamativo para un tema religioso en una revista de farándula. La supuesta exclusividad de lo que presenta el artículo está resumida en el texto que acompaña dos fotos de página completa con que inicia:
GENTE [mayúsculas del original] descubrió a la más asombrosa comunidad que había hoy en Colombia. Es un grupo de 2 000 personas que peregrinan a la profundidad de las montañas de Santander de Quilichao (Cauca). Allí viven y realizan sacrificios de animales como se hacía antes de Jesucristo. Aseguran que el Apocalipsis está cerca pero que ellos serán salvados porque están limpios de pecado. (Pachón, 2009, p. 37)
Uno de los aspectos más interesantes del artículo, además de las fotografías, son los títulos, subtítulos y textos que acompañan las fotos. El primer título llamativo es el de la portada de la revista que señala "Exclusivo" en letras blancas con resaltado en color rojo, seguido de "Viaje al pasado. En Cauca, hallazgo de un insólito pueblo que vive extraviado en el tiempo" debajo de una foto pequeña en la que aparecen dos hombres israelitas arrodillados con una cabra al lado. Fotografía que también está ampliada en el artículo con un pie de foto que dice "La hora del sacrificio. Los levitas se reúnen frente al altar con el cordero que van a sacrificar y cuya sangre expiará los pecados de los feligreses" (Pachón, 2009, p. 42). Esta es una alusión directa a la ofrenda de holocausto o "brasa encendida" que los israelitas ofrecen a Dios en la celebración de las tres fiestas del año y celebraciones de la luna nueva (Meneses, 2009).
El tema del holocausto, uno de los más polémicos en el caso de las prácticas religiosas israelitas, es ampliado en una parte del artículo titulado "El aroma del sacrificio" en el que describe con lujo de detalles lo que ocurre en el "campo real" en el momento de la quema de la carne en el altar. El texto que acompaña la foto de las brasas ardiendo señala "La ofrenda en llamas. Al medio día, a campo abierto, un becerro adobado con aceite de oliva, incienso y sal, es quemado como ofrenda a Jehová" (Pachón, 2009, p. 39).
Al igual que en el reportaje de Mojica, el tema de la música y la danza llaman la atención a la periodista que escribe el siguiente texto al lado de una foto en la que aparecen hombres y niños danzando: "Trance colectivo. Durante la vigilia los creyentes danzan tonadas de música andina frente al altar y luego se arrodillan, lloran y escriben en un cuaderno profecías" (Pachón, 2009, p. 45). Pachón, al igual que los otros periodistas, resalta en sus fotos y textos el tema de las vestiduras de los hombres y mujeres israelitas y la forma de llevar el cabello y la barba. La foto de dos hombres con cabello y barba larga y canosa acompañada del siguiente texto: "Barbas santas. Los hombres se visten con túnicas y se dejan crecer la barba y el cabello para ser reconocidos por Jehová el día del juicio" (Pachón, 2009, p. 42), es una de ellas. Otras fotos muestran mujeres con sus vestimentas, arrodilladas, orando y haciendo fila para entregar la ofrenda en el templo.
En este artículo no podían faltar las referencias al mesías Ezequiel Ataucusi y al líder religioso israelita en Colombia, Eulalio Ponce. De este último, y su historia de llegada a Colombia, trata la primera parte del artículo que subtitula "Peregrino en apuros". Acompañado de una foto de página completa con el siguiente texto: "El guía. Después de 20 años Eulalio Ponce ha logrado congregar a más de 2 000 adeptos y es el máximo líder de esta religión en Colombia" (Pachón, 2009, p. 40). Las otras cuatro partes del texto con subtítulos sugestivos tratan de aspectos del ritual: el ayuno y los sacrificios, tal como se señaló antes.
Para cerrar
Se han presentado aquí cinco reportajes realizados por distintos periodistas sobre los israelitas en Colombia. Los aspectos más llamativos de estos textos están relacionados primero, con las imágenes y representaciones de las mujeres y hombre feligreses israelitas. Segundo, con los textos y discursos con los que se describen y comparan. Tercero, con los personajes centrales que entrevistan o se constituyen en el centro de las narraciones y, cuarto, con los lugares que describen. Explico cada uno de estos temas en adelante.
Las fotos que acompañan los reportes periodísticos son grandes y coloridas, destacan rostros cansados, cuerpos de hombres y mujeres usando las vestiduras israelitas, elementos y lugares relacionados con la vida religiosa, especialmente con el ritual. Sin duda es la imagen de la diferencia y la otredad más visible de la comunidad religiosa representada en el cabello largo de los hombres y sus túnicas. De los cinco reportes se destacan las imágenes de la revista Gente. Por su gran colorido y formato de página completa o de media página a todo color es el despliegue fotográfico más grande realizado a este grupo religioso en Colombia.
Unido a las imágenes aparecen los textos. Nuevamente, sobresale la revista Gente con el intento de exclusividad de un tema que ya había sido investigado y presentado. Pero más que la exclusiva, de la revista y del periódico el Tiempo al intentar contar lo que les parece exótico pasa en el Cauca, son los títulos y subtítulos los que llaman la atención. Todos están referidos a temas bíblicos: "el arca de Noé", "el fin del mundo", "tiempos sin fin", "en busca del edén", el "Antiguo Testamento". Estos titulares son presentados como un regreso al pasado al que los israelitas le dan gran importancia y lo que, finalmente, reflejan es el discurso usando por los líderes hombres que acompañaron a los periodistas en su visita a estos sitios.
El último aspecto llamativo son las voces de los israelitas entrevistados en los reportes. Se destacan voces de hombres que son quienes acompañan a las visitas cuando llegan a los asentamientos. Pero no hay duda de que el personaje más fotografiado, entrevistado y mencionado es Eulalio Ponce, el líder religioso que consolidó la comunidad en Colombia. También mencionan a Ezequiel Ataucusi, el fundador de la congregación en el Perú, y en genérico a los israelitas, hombres por supuesto, a los que también llaman "nazarenos" y "cristos". La comparación para el caso de las mujeres israelitas es con las vírgenes.
Los lugares que mayor descripción y centralidad tienen en los textos son el Campo Real de Santander de Quilichao, en el departamento del Cauca, y el asentamiento León de Judá en el departamento del Amazonas. El primero, es el centro de la vida religiosa israelita en el suroccidente y el más grande sitio de reunión en Colombia (Meneses, 2005; 2009). El segundo, se constituyó en un lugar de migración de feligreses hace unos años, floreció y terminó por diferentes razones (Meneses, 2017; Meneses y Barrera, 2020).
Finalmente, los reportajes de estos periodistas sobre los lugares y los feligreses israelitas, especialmente en el Amazonas, son la memoria de lo que fue un intento de consolidación de la búsqueda de la "tierra prometida" por parte de este grupo religioso. Ellos son una fuente importante para entender el cambio en las formas de relacionamiento de los líderes religiosos de este grupo con la sociedad colombiana que, en general, ha acogido las formas rituales y la doctrina sin mayores traumatismos. No hay duda que todos ellos fueron pensados y usados como forma de proselitismo religioso por los israelitas que dieron el permiso para su realización. Proselitismo que hoy después de más de 30 años de presencia en Colombia se sigue implementando de distintas formas y que muestra un grupo religioso dinámico que ha logrado mantenerse y se muestra como una más de las tantas ofertas religiosas.