Una gran parte de las teorías del fenómeno salud-enfermedad surgieron de las patologías infecto-contagiosas. Los procesos mórbidos relacionados con la pobre salubridad de algunos lugares fueron por mucho tiempo la principal causa de muerte y la ausencia de terapias efectivas como los antibióticos favorecieron las presentaciones más inusuales derivadas de su cronicidad, como sucedió con la sífilis y sus mil caras.
Los viajes transoceánicos en busca de las especias de los países tropicales a partir del siglo XV suscitaron uno de múltiples encuentros: flora y fauna desconocida en contacto con nuevos huéspedes. Las enfermedades tropicales, desde tiempos remotos, han sido un problema de salud pública para los habitantes y visitantes de estas zonas ecuatoriales.
Al principio, como todo lo novedoso, se dio una gran atención a esa relación entre exposición a una toxina, a un parásito, a un ectoparásito y su consecuente enfermedad. Luego, como en la actualidad, las enfermedades tropicales han sido relegadas por su relación prejuiciosa con pobreza, hambre y subdesarrollo. No obstante, a pesar de mejorar las condiciones de salud de los habitantes de la zona tórrida, su presencia es inevitable y en algunos casos, perpetua.
Este número de la revista presenta dos ejemplos bastante ilustrativos de la necesidad de no olvidarnos de la medicina tropical: el primero, el estudio de González-Hilamo y su equipo 1, que realiza una descripción de una entidad frecuente pero subestimada, como es el caso de la pediculosis capitis. El segundo, un reporte de dos casos clínicos de accidente lonómico, escrito por Arango y colaboradores 2, que nos enseña sobre las complicaciones graves que el contacto con el lepidóptero Lonomia obliqua puede desencadenar. Las imágenes de este caso son las utilizadas para la portada de este número.
Como personal de la salud de un país tropical no debemos olvidar la existencia de este tipo de situaciones de salud, que aunque no tan frecuentes (en especial el accidente lonómico) si pueden ser graves en algunas ocasiones.
Como revista científica haremos esfuerzos para socializar el conocimiento sobre este tipo de condiciones, como un ejercicio continuo de revisita o recuperación del olvido.