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Revista Facultad de Ciencias Económicas: Investigación y Reflexión

Print version ISSN 0121-6805

Rev.fac.cienc.econ. vol.21 no.1 Bogotá Jan./June 2013

 

Editorial

El eje de este número temático de la Revista Facultad de Ciencias Económicas: Investigación y Reflexión se centra en los mercados laborales, analizados desde diferentes perspectivas y actores.

Aun tratándose de un tema que ha sido estudiado desde hace décadas, los mercados de trabajo no dejan ser un referente importante para entender la estructura económica de un país y las condiciones de trabajo y de vida de sus habitantes. Cómo se comporten los mercados, la agilidad o estancamiento que presenten, tiene que ver desde luego con las estructuras macro donde juega la economía, pero también con las personas que están en este vaivén y que son quienes trabajan, quienes buscan vía el empleo una vida mejor. Ellas son quienes deben sortear múltiples desafíos para insertarse al mercado laboral.

Las economías latinoamericanas -aunque con niveles y momentos distintos- en los últimos cuarenta años han pasado por periodos de estancamiento, por intentos de recuperación, de recesión, de crisis.

Para los mercados latinoamericanos la década de los ochenta en general fue una etapa crítica, en donde la capacidad de generar empleo productivo fue limitada; la mayor parte de los puestos de trabajo que surgieron en esos años se concentraron en el sector informal; en la mayoría de los países de la región se estancó la participación en el empleo asalariado no agropecuario, creció la población pobre (urbana y rural) y aumentó la intensidad de la pobreza. La mayoría de la población trabajadora obtenía bajos ingresos y la productividad laboral media decreció, profundizándose la heterogeneidad estructural.

Para los años noventa, ya ante procesos de globalización muy claros, los mercados mundiales aparecen cada vez más integrados, pero el empleo en América Latina siguió presentando una movilidad muy limitada. En esta década la heterogeneidad de los mercados se consolidó, la presencia de trabajadores asalariados disminuyó y aumentaron las condiciones de trabajo precarias y los empleos en pequeña escala. En la región a partir de 1995, ante sucesivas crisis económicas, el desempleo abierto mantiene un nivel elevado sin precedentes en la región, debido a la falta de un crecimiento económico sostenido.

Ya en el siglo XXI, principalmente de 2004 a 2008 América Latina y el Caribe registran altas tasas de crecimiento, lo que tuvo efectos positivos en la región. Si bien el crecimiento económico es de indudable importancia, no es el único factor que incide en el incremento y condiciones del empleo. El problema de las regulaciones colectivas del trabajo, y la falta de políticas y de protección hacia el desempleo, entre otras, inciden en la cantidad y en la calidad de los puestos de trabajo. Así, la tendencia general en la zona marca puntos nodales de gran deterioro: incremento de personas en los sectores informales y de baja productividad; reducción de los trabajadores asalariados con cobertura de seguridad social; alta proporción de empleos asalariados sin contratos laborales o con contratos temporales.

Ante este conjunto de características, ante estas problemáticas imposibles de ignorar en la región latinoamericana, se plantea este número especial en donde se reúnen artículos que giran en torno a las dificultades en los mercados laborales en tres países de Latinoamérica. Se presentan diez artículos que analizan desde tres amplios temas la situación actual de los mercados de Brasil, Colombia y México.

Desde mi punto de vista, estas tres dimensiones se refieren: i) a grupos poblaciones específicos: niños, jóvenes, estudiantes, trabajadores de la construcción; ii) a las condiciones laborales de los trabajadores y iii) a otros trabajadores en condiciones extremas: los desplazados forzados y el estudio del suicido y su posible vínculo con las condiciones laborales.

Con relación al primer tema, los grupos que se analizan son: los niños, los jóvenes, los estudiantes y los trabajadores de la construcción. Miranda estudia el trabajo infantil en México articulando su explicación a partir de la perspectiva de las unidades domésticas como espacios oferentes de la fuerza de trabajo de los menores, en donde el trabajo de los niños y niñas resulta fundamental para la subsistencia familiar y para sufragar los gastos de sus estudios. El trabajo infantil, en este sentido aporta un apoyo familiar inmediato; pero en términos individuales y a futuro, puede ser el eslabón para romper la cadena de pobreza vía la permanencia en la escuela.

Padrón y Román también para México, estudian el trabajo infantil y adolescente; ellos parten de los marcos jurídicos y de la necesidad de conocer más acerca de los trabajadores que inician su vida laboral a edades muy tempranas. Los autores concluyen afirmando que en México no existe un diagnóstico del trabajo infantil, a pesar de que ya se llevan a cabo encuestas para su medición. Es necesario tener un estudio riguroso y sistemático del tema, de otra forma el trabajo infantil continuará siendo invisibilizado.

En cuanto al grupo de jóvenes y su relación con el empleo, Román y Cervantes analizan el caso de esta población en tres ciudades mexicanas: Tijuana, Toluca y Mérida. Muestran las condiciones laborales en las tres ciudades para concluir que, aunque analizan a jóvenes con características individuales similares, la diferencia la marcan las ciudades, o más bien el tipo de actividad y dinamismo del empleo en cada una de ellas; es decir, las diferencias en los niveles de precariedad que tienen los jóvenes dependen de la dinámica económica en la que la ciudad se mueve.

Para Colombia, Bautista, Rincón y Camargo hacen una evaluación del Programa de Economía de la Universidad Militar Nueva Granada con el objeto de conocer qué tan competitivos son los estudiantes formados en esta carrera y si las habilidades que tienen los egresados facilitan su búsqueda e ingreso al mercado laboral colombiano.

El último artículo dentro de esta primera dimensión propuesta, es de la autoría de Da Silva y Nunes De Queiroz, ellos analizan a los trabajadores de la industria de la construcción civil en Brasil. Los autores crean un índice de rotatividad y encuentran que la mayor participación en el sector de la construcción la tienen los hombres de mayor edad con bajo nivel escolar. En tanto la rotatitividad es mayor también entre los varones pero sobre todo entre los jóvenes con baja escolaridad y los que obtienen ingresos medios.

Dentro de la segunda dimensión ubico tres documentos: uno tiene que ver con el trabajo estable, otro con el trabajo precario y uno más con el trabajo agrícola.

Murguía analiza para México a los individuos que tenían un empleo estable durante la crisis de 2008, recupera información de 2007 a 2009 para conocer cuál fue la tendencia y encuentra que en efecto, la crisis afectó aun a los trabajadores con empleos estables. Se redujeron sus prestaciones y sus ingresos, principalmente para algunos grupos, que son considerados como mano de obra marginal o secundaria: las mujeres, los jóvenes y los mayores de 60 años. Otros grupos que también sufrieron más la crisis fueron los trabajadores menos escolarizados y los trabajadores manuales. Es decir, la crisis afectó a trabajadores estables, pero más a unos que a otros.

Gaxiola, por otra parte, lleva a cabo un estudio comparativo para tres metrópolis mexicanas en 2010. Él estudia la precarización laboral en la Ciudad de México, en Guadalajara y en Monterrey que son las tres ciudades más grandes de México. En su análisis encuentra que en las primeras dos ciudades la precariedad está mucho más arraigada que en Monterrey y esto se debe, según su análisis, a que el trabajo en esta ciudad del norte está más dirigido al sector industrial de la economía.

Contreras nos lleva en su trabajo a un escenario completamente diferente, a los contextos rurales mexicanos. Él analiza la estructura ocupacional y las condiciones -de inicio deterioradas- de la población que habita las áreas rurales de México. Trabajo fundamental porque nos remite a un espacio que va perdiendo presencia en los mercados mexicanos.

Finalmente, en la tercera dimensión, aparecen dos trabajos que tienen que ver con el mercado laboral, pero paralelamente con un fenómeno de fuerte presencia hoy por hoy en América Latina que es la violencia. En un texto Silva y Sarmiento relatan las características de la inserción laboral de los desplazados forzados en Colombia, los autores analizan la inserción de estos trabajadores y encuentran que la posición de desplazado los coloca en el terreno laboral en una condición desventajosa frente a los otros grupos de trabajadores nativos e incluso frente a otros trabajadores que aunque sean migrantes internos, no son desplazados forzados.

En otro texto, Jasso realiza un estudio que tiene como origen conocer por qué en los inicios del siglo XXI en México hubo un incremento de suicidios. La autora se plantea analizar si este aumento tiene relación con la situación de deterioro que se vive en México debido a las malas condiciones del mercado laboral. Jasso no encuentra evidencia estadísticamente significativa que lo muestre, ni tampoco encuentra un comportamiento regional; los motivos para llevar a cabo un suicidio, al menos en las conclusiones de este estudio, no son resultado de las malas condiciones laborales.

El conjunto de documentos que en este número temático aparecen, miden y analizan desde distintos universos, desde distintos actores, con diferentes métodos y fuentes a los mercados de trabajo. En los textos se mezclan múltiples factores vinculados por una parte con los determinantes económicos, pero también con toda la estructura social. Este volumen nos ofrece una amplia visión, desde diversos campos que nos permitirá conocer algo más sobre los mercados.

Es fundamental y oportuno señalar que varios de los autores de este número temático forman parte de un grupo de trabajo que se formó hace poco más de un año con el objeto de contar con un espacio de discusión, de intercambio y retroalimentación de ideas entre interesados en la temática laboral. Este espacio que hemos llamado Grupo de trabajo de Mercados laborales forma parte de la Sociedad Mexicana de Demografía. Por último, expreso un especial agradecimiento a Adriana Carolina Silva Arias -miembro del grupo de trabajo - quien nos lanzó la convocatoria y se encargó de la coordinación de este volumen junto con Jaime Andrés Sarmiento Espinel, ambos profesores investigadores de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Militar Nueva Granada.

Emma Liliana Navarrete
El Colegio Mexiquense Zinacantepec.
Estado de México