Los profesores universitarios que, por lo general, son los autores de publicaciones científicas, se enfrentan actualmente a una alta competencia internacional, a una alta presión por publicar, a procesos de evaluación cada vez más exigentes de sus instituciones. Estas situaciones redundan en la búsqueda de reconocimiento, en la obtención de beneficios económicos, necesidades de financiación, entre otras. Algunos comportamientos que pueden derivarse de la interacción con el contexto anterior, pueden relacionarse con conductas deshonestas, de las que se habla cada vez más en el escenario académico. En este ámbito, precisamente, tiene lugar la discusión de la integridad académica.
El Centro Internacional para la Integridad Académica (ICAI, por sus siglas en inglés) define la integridad académica como un compromiso, incluso ante la adversidad, ante seis valores fundamentales: honestidad, confianza, justicia, respeto, responsabilidad y valentía. Tales valores pretenden generar comportamientos que permitan a las comunidades académicas traducir dichos ideales en acciones concretas, en suma, en contextos éticos.
El autor honesto es contrario al fraude, al engaño, es un individuo legítimo y veraz. De acuerdo con ICAI, la honestidad se demuestra siendo sincero, dando crédito a los autores de los trabajos que se estudian, manteniendo las promesas, proporcionando evidencia del trabajo y aspirando a la objetividad. La confianza se desarrolla por el comportamiento honesto a lo largo del tiempo y se construye con las acciones más que con las palabras, la confianza se gana de acuerdo con las acciones y permite que la comunidad académica confíe y valore la investigación y las publicaciones. De acuerdo con ICAI, el autor confiable expresa claramente sus expectativas, promueve la transparencia en valores, procesos y resultados, tiene confianza en los demás, fomenta el entendimiento mutuo y actúa de manera auténtica.
El autor justo es imparcial, se compromete con el trabajo original, reconoce el trabajo de otros y respeta la integridad académica, lo que redunda en la buena reputación suya y de la institución a la cual pertenece. Para el ICAI un autor es justo cuando aplica las reglas y políticas de manera consistente, se compromete con los demás de manera equitativa, es objetivo y asume la responsabilidad de sus acciones. El autor respetuoso, continúa el ICAI, es altamente estimado, en las comunidades académicas el respeto es recíproco y se refleja en valorar las diferentes posturas y apreciar la necesidad de dialogar las ideas. Además, acepta que las ideas de los demás tienen validez, recibe los comentarios de buena manera, es abierto a la comunicación, acepta las diferencias y reconoce las consecuencias de sus acciones hacia los demás.
Las comunidades académicas responsables generan contextos ricos en inspiración para mantener estándares de integridad académica. El ICAI sostiene que los autores responsables pueden enfrentarse a las malas acciones, resistir presiones negativas y servir como un buen ejemplo, es decir, trabajan para desalentar las malas conductas de los otros. Finalmente, el autor es valiente y tiene coraje. Según el ICAI el autor tiene fuerza moral para perseverar y resistir el peligro, los miedos y las dificultades. En suma, tiene capacidad para actuar de acuerdo con los valores personales a pesar del miedo. El autor valiente lo es incluso cuando otros no lo son, asume una posición firme y apoya a los que hacen lo mismo, no se desanima en la búsqueda y defensa de la integridad.
El sueño posible de la integridad académica pasa por el compromiso, los valores antes mencionados se interrelacionan y complementan y deben ser interiorizados por los autores de publicaciones académicas, las instituciones a las que pertenecen y en general por todos los actores de la comunidad académica. En el caso de la Revista Facultad de Ciencias Económicas (RFCE) estamos alineados con los valores del ICAI y tenemos confianza en que los autores reflejan también estos valores. Trabajaremos por la honestidad, la confianza, la justicia, el respeto, la responsabilidad y la valentía. Son principios que mantendrán la confianza de nuestros lectores y en general de la comunidad académica que confía en nosotros.