Introducción
Bocagrande se sitúa sobre la península que se extiende al suroeste del casco amurallado del centro de Cartagena de Indias y constituye una infraestructura urbana relativamente moderna (Figura 1). La ciudad está dividida en tres localidades: histórica y del caribe norte (162 Km2), de la Virgen y turística (371 Km2) e industrial y de la bahía (89 Km2). Las localidades se dividen en unidades comuneras de gobierno (UCG) urbanas y rurales en las cuales se agrupan los distintos barrios de la ciudad (183), siendo el sector de Bocagrande, Laguito, Castillogrande y Centro Histórico la unidad número 1 (Dau, 2020). La población que habitaba en esta UCG en el 2018 era de 83.728 habitantes (Dau, 2020) frente a una población total de Cartagena de 1.003.685 (2019) (Dane, 2020).
Cartagena ha sufrido muchos cambios con el tiempo, principalmente debido al depósito de las arenas que provienen de la boca del río Magdalena (Andrade, 1993; Andrade et al., 2013) y cuyo balance neto (acumulaciones y erosiones) ha modelado la forma de la península de Bocagrande.
En ese contexto ha sido de particular interés la lengua de arena que solía comunicar Bocagrande con la isla de Tierrabomba, la cual ya no existe. Actualmente hay cerca de dos kilómetros entre estos dos sitios. De esta barra de arena se sabe que no existía cuando Francis Drake atacó la ciudad, ya que en la descripción de su ataque en 1586 se dice que entró y desembarcó por Bocagrande (de Bry, 1599). Un siglo después se documentó que Bocagrande y Tierrabomba estaban unidas por una barra de arena, como aparece en los mapas que ordenó el Barón de Pointis (Figura 2) para su ataque a la ciudad en 1697 (Arrazola, 1961).
En 1741, casi 50 años después, los mapas ordenados por el servicio de inteligencia británico para el ataque a la Bahía de Cartagena muestran que había un canal abierto en dicha lengua de arena (Figura 3), que se describe como pequeño para ser utilizado por el atacante. Ese canal se amplió rápidamente y, a la llegada de los ingenieros que repararon las defensas de la bahía luego del retiro de la escuadra inglesa, la arena había desaparecido casi en su totalidad y Bocagrande estaba totalmente abierta. Esta situación se consideró de gran vulnerabilidad y por esa razón se construyó una escollera submarina, que siguió la dirección natural del cordón de arena. En la medida en que la construcción fue creciendo desde Bocagrande hacia la isla de Tierrabomba, la arena que llegaba a la escollera empezó a acumularse en la parte continental. Los ingenieros siguieron con detalle los cambios que sufría dicha línea de costa a lo largo del tiempo y los dejaron plasmados en sus planos (Figura 4).
La escollera de Bocagrande fue construida entre 1771 y 1778. El proyecto de Antonio de Arebalo realizado por orden Real de 15 de octubre de 1764, consistía en cuatro líneas de pilotes paralelos hincados en el fondo del mar a lado y lado de la barra de arena que aún existía, conformando cajones que posteriormente se rellenaron con piedras: una primera capa de piedra pequeña, una segunda de un tamaño mayor y la parte superior coronada con rocas de gran tamaño, como se ve en las gráficas del plano del año 1789 (Figura 5). Conforme pasó el tiempo, la escollera actuó como un gran espolón que permitió el avance y la estabilización de una nueva línea de costa sobre el sector de Bocagrande, evento que ha llamado la atención de la comunidad científica desde hace tiempo (Vernette et al., 1984; Vernette et al., 1977).
Metodología
Fuentes cartográficas
En el marco del proyecto de registro nacional del patrimonio cultural sumergido de Colombia, liderado por la Dirección General Marítima, se revisó una serie de mapas antiguos cuya precisión y autoría explícita fueron suficientes para hacer comparaciones formales mediante mediciones basadas en las características de cada uno de los documentos. Se reconocieron puntos comunes en todos ellos utilizando georreferenciación (Cerezo, 2011) y después superponiendo los diferentes paisajes en el tiempo.
Con base en la estructura de la escollera submarina, claramente definida en los documentos históricos escogidos y en el levantamiento multihaz más reciente del Centro de Investigaciones Oceanográficas e Hidrográficas del Caribe, así como a partir de otros puntos, se determinó la acumulación de arena y el avance de la línea de costa en cada uno de los momentos definidos en el tiempo en los documentos encontrados y a partir de la información histórico-arqueológica y oceanográfica (Ryan & Macgrath, 2008/2009).
En la georreferenciación de los planos y cartas (Tabla 1) se empleó una imagen satelital del 2021 en la cual se plasmaron los siguientes puntos de control: Geo1, (Baluarte de Santo Domingo), Geo2, (Santa Clara), Geo3 (Fuerte de San Sebastián de Pastelillo), Geo4 (Fuerte de Manzanillo), Geo 5 (Fuerte de Santa Cruz de Castillo Grande), y otros sobre la escollera (Geo6, Geo7 y Geo 8), como se indica en la figura 6.
Descripción | Autor/Origen | Año | |
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1 | Plano de la abertura (sic) de Bocagrande | Antonio de Arebalo | 1769 |
2 | Planos y perfiles que manifiestan el estado en que quedan concluidas las dos escolleras | Antonio de Arebalo | 1778 |
3 | Carta náutica de la bahía de Cartagena | The British Admiralty | 1854 |
4 | Carta náutica de la bahía de Cartagena | U.S. Naval Hydrographic Office | 1935 |
5 | Carta náutica de la bahía de Cartagena | U.S. Naval Hydrographic Office | 1995 |
6 | Imagen satelital de la bahía de Cartagena | GoogleEarth® | 2021 |
La imagen de la superficie batimétrica se obtuvo con una ecosonda multihaz de alta resolución procesada en Caris Hips & Sips ®, Hypack® y ARCMAP®. Para el análisis de la línea de costa, se digitalizaron las líneas de costa en los planos seleccionados en el estudio (Tabla 1). Posteriormente, se almacenaron las imágenes en los programas ya citados y se generó una superposición de las imágenes para finalmente iniciar el proceso de análisis y cálculos, con el fin de establecer la evolución de la línea de costa de Bocagrande en 1769, 1778, 1854, 1995 y 2021. En la figura 6 se plasma cada una de las líneas de costa con un color diferente para diferenciarlas.
Resultados
Descripción de la evolución histórica de la línea de costa
Análisis de la evolución de la línea de costa entre 1769 y 1778. Se puede observar cómo la línea de costa original en el plano de 1769 avanzó hacia el mar, atrapando arena que empezó a cubrir el elemento oblicuo de la escollera (Figura 7).
Análisis de evolución de la línea de costa entre 1778 y 1854. Desde su construcción, la escollera de Bocagrande se convirtió en una trampa para la arena captada en su costado externo, especialmente, de tal manera que avanzó y la cubrió en su totalidad desde el centro amurallado hasta la curva donde la estructura cambia de dirección este-oeste al suroeste y remata en una flecha litoral que se hoy se conoce como El Laguito. En el plano de 1854 (Figura 8) aparece superpuesta la línea de costa de 1778 y de esa forma se evidencia su avance como resultado de la instalación de la escollera.
Análisis de evolución de la línea de costa entre 1854 y 1935 En la figura 9 se nota claramente que durante esta época hubo un retroceso de la línea de costa, que se modificó ligeramente en decenas de metros con la colocación de los primeros espolones a principios del siglo pasado.
Análisis de evolución de la línea de costa entre 1935 y 1995. La figura 10 muestra el avance hacia el mar de la línea de costa como fruto de la construcción de la batería de espolones de piedra perpendiculares a la playa de la época, lo cual ha resultado en una relativa estabilización de lo que ahora son las playas de Bocagrande y en particular del área de El Laguito. La línea de costa no se ha movido significativamente desde que se instalaron dichas estructuras de piedra.
Discusión
La evolución de la línea de costa de Bocagrande ha sido documentada a partir de su construcción, como puede verse en los planos de la obra de junio de 1769 (Figura 4). Desde finales del siglo pasado se han seguido las distintas formas que ha tomado la flecha litoral de El Laguito (Vernette et al., 1977), así como el avance de la línea de costa de Bocagrande (Gómez & Carvajal, 2011), y se han registrado los cambios de las formas.
Al haber encontrado una estructura sólida donde depositarse y asentarse, la escollera se convirtió en la trampa que permitió la acumulación y depósito permanente de arenas, lo que significó un cambio muy importante en la península de Bocagrande, con un importante aumento de su tamaño.
La visualización de los cambios en la línea de costa de Bocagrande, El Laguito y la península de Castillogrande evidencia cómo la gran transformación que ha sufrido la geografía de esta parte de la ciudad de Cartagena de Indias se debe principalmente a la construcción de la escollera de Bocagrande (Figura 11).
En términos de distancias, se calcula que la escollera se amplió desde la costa de Bocagrande, primero hacia el suroeste, en 622 m de longitud sepultados bajo las playas en ese sector y luego se hizo una curva de 1.914 m de longitud orientada hacia la punta norte de la isla de Tierrabomba, que hoy se encuentra sumergida. Es decir, se trató de una ampliación de un total de 2.536 m.
Solamente en el área de Bocagrande, la ganancia en términos del terreno resultante del proceso aquí descrito es de alrededor de 44,4 Ha. No se pudo establecer lo mismo en el caso del terreno de El Laguito en la forma actual y del avance de los terrenos del costado sur de Castillo Grande, porque estos han sido producto de varios esfuerzos que han incluido diversos espolones y rompeolas recientes a lo largo de esa línea de costa, como se evidencia en la figura 11. Si bien es cierto que en el siglo pasado (entre 1950 y 1990), se colocaron espolones a lo largo de la costa de Bocagrande que facilitaron el avance de la línea de costa algunos metros, dicho avance no se compara con el resultado de la construcción de la escollera de Bocagrande.
En síntesis, para la línea de costa externa de Bocagrande la construcción de la escollera significó un obstáculo en el que se apoyaron y estabilizaron las arenas en una cantidad calculada en 44,4 Ha adicionales a las existentes en 1769. Dicha línea de costa se ha venido reforzando con nuevas estructuras que tienen como objeto proteger esta área ganada al mar por la escollera, pues constituye una de las zonas más importantes para la finca raíz y el turismo de Colombia.