Introducción
El fenómeno del conflicto armado en Colombia dejó un innumerable número de víctimas, quienes luchan por preservar en la memoria social sus dramas e historias de vida junto a la memoria oficial y las memorias que construyen, las diferentes organizaciones educativas y políticas. Así, dentro del marco legal establecido por la Ley de Víctimas se incentivaron medidas para preservar la memoria, la verdad y establecer mediante la reparación, garantías de no repetición de los hechos en el postconflicto. Factor que ocasionó la producción de una gran cantidad de trabajos sobre la memoria en su mayoría difundidos por la cultura mediática, entre los cuales se generan diferentes intersecciones conceptuales e interpretativas de dicha realidad, ocasionando con ello, un amplio espectro de discursos en pugna que abarcan la construcción de memorias instaladas e institucionales que sólo buscan mostrar acciones de reparación inmediata para dar cumplimiento a los marcos establecidos por la Ley, pero no indagan, de manera profunda, en el mundo interno de las víctimas.
Son las mismas víctimas quienes están reclamando un nuevo reconocimiento que les permita resignificador el dolor sufrido, preservar la memoria de sus seres queridos, pero, so bre todo, sentir que la reparación les ayuda a salir del trauma ocasionado por la guerra y que la sociedad las reivindica desde la superación de los estereotipos creados. Por tal razón, este trabajo indaga sobre las diferentes dinámicas conceptuales e interpretativas que existen del fenómeno en la web, en especial, busca determinar quiénes son los principales actores, el tipo de documento que producen y su percepción ante los procesos de reparación.
De esta manera, el artículo aborda aspectos sobre la relación entre la reparación sim bólica como discurso y práctica social, con la memoria humana y los marcos cognitivos que producen en los receptores a través de su difusión en los medios de comunicación digital. Para ello, se analizaron documentos de la web comprendidos entre los años 2008 y 2019, junto con los principales emisores de mensajes, los tipos de mensaje y su relación con los núcleos semánticos de los textos. Así, indagar en la memoria social de las víctimas desde la reparación simbólica, implica reactivar elementos conceptuales que se plasman sin severi dad académica en los discursos y narraciones mediáticas y que desconoce los postulados teóricos en relación con la fenomenología de la memoria, la epistemología de la historia y la representación del pasado en términos de Ricoeur (2004, p. 14).
Marcos cognitivos, memoria social y medios de comunicación digital
Para Hallin y Mancini (2007), los procesos de difusión de información en la prensa digital, están condicionados por los marcos cognitivos y las estructuras sociales y políticas dentro de las cuales opera, sirviendo de base para la comparación de las estructuras sociales de producción de sentido en los medios y en la forma como sus diferentes componentes, influyen en la construcción de referentes cognitivos que sirven de marco interpretativo para darle sentido a los problemas de orden social o político presentes en la realidad de las víctimas y de la sociedad que deben informarse sobre la violencia del conflicto armado, con miras a buscar la construcción de las garantías de no repetición.
Teóricos como Castell (2009), establecen que existe un vínculo que surge de la realidad mediática y que se establece entre el poder, el orden social y los mensajes difundidos. Sin duda, toda la comunicación de masas, los contenidos y referentes cognitivos de los textos, las imágenes y mensajes, que llegan a la sociedad, hacen parte de relaciones de poder entre las comunidades y las instituciones Giraldo, (2015). Su dinámica crea conexiones entre in teracción, emoción, cognición y comportamientos políticos, que deben ser evaluadas para establecer las percepciones de la sociedad civil frente a los procesos que adelanta el Estado, y que requieren de su completa aceptación, legitimidad y comprensión, para establecer sus impactos y la reacción social.
Memoria social, trauma cultural y reconocimiento
Un aspecto central en el tema de la memoria social y la reparación simbólica de las víctimas, tiene relación con el hecho de entender que su proceso se vincula con la exteriorización del trauma, el daño y el dolor a causa de los contextos de violencia y conflicto armado Gesteira, García-Vera, y Sanz, (2018). Por lo tanto, el ejercicio de dichas ciudadanías comunicativas, obedece a diferentes intereses, en especial, recordar la memoria de los muertos y rendir un homenaje a su nombre. Dando con ello, cabida a que diferentes sectores y miembros de la sociedad, participen en la construcción de la memoria, Tamayo-Agudelo, y Bell, (2019), siendo esta, una perspectiva subalterna, cuando no tiene el respaldo de las instituciones públicas.
Así, la externalización del trauma, del daño y del dolor de las víctimas, se vuelve cultu ral y colectivo, cuando se busca que sea comprendido y configure procesos de consciencia colectiva Serrano Mora, y Quintero Mejía, (2020). El trauma es entendido como un acon tecimiento de una gran magnitud e impacto psicológico y emocional, que deja marcas in delebles en la memoria de un grupo social y, está marcado por el recuerdo doloroso de los hechos, logrando generar un cambio en las condiciones de vida, tanto material, emocional y simbólicas de quienes sufren estos hechos de manera directa. Así, el trauma cultural, es ante todo una construcción emocional, simbólica-cognitiva, que busca externalizar el dolor humano. Para Tamayo (2017), la apropiación de las ciudadanías colectivas, permite abordar de manera racional y política, los traumas del conflicto armado y posconflicto, al ser un ca talizar de acciones e identidad colectiva, donde el sufrimiento es compartido y entendido por la sociedad ajena a la guerra. Logrando con ello desencadenar, acciones solidarias o de rechazo, ante los armados o ante las instituciones públicas, si el sesgo es negativo frente a la implementación de la Ley y las políticas de reparación.
La reparación simbólica como discurso y práctica social
Así, la reparación simbólica es una categoría jurídica complementaria a la reparación integral (Romero, 2017), se ha caracterizado por la creación de espacios y sitios para la rememoración de las víctimas y de los hechos de guerra, tales como: actos simbólicos de perdón, museos de memoria, placas conmemorativas, para de esta manera, contribuir en la no repetición de los hechos, aunque no siempre sean efectivos y cumplan con sus objetivos. Son parte de las medidas que buscan restablecer el entorno material e inmaterial de las víctimas, y restablecer los derechos, garantías y la cotidianidad al reintegrarse a la vida social del país.
La definición de la reparación simbólica en la legislación colombiana, tiene como finali dad moral e histórica, el restablecimiento de la dignidad de las víctimas, preservar la verdad y que esta sea reconocida en la espera pública, así como buscar la creación de condicio nes y garantías para la no repetición de los hechos. Mientras que el Derecho Humanitario Internacional, concibe que la reparación, debe estar relacionada con todos los daños y perjui cios sufridos por la víctima, para ello, se deben realizar acciones en tres aspectos importantes: a) Medidas de restitución (involucra la recuperación en términos materiales, psicológicos y emocionales); b) Medidas de indemnización (cubrir los daños y perjuicios psíquicos, morales y materiales); Medidas de rehabilitación (atención médica y psicológica o psiquiátrica).
Por lo tanto, la dimensión simbólica de reparación se presenta cuando se trata de daño psicológico, siendo éste un mecanismo intrapsíquico, que abarca la organización y sanación del mundo interno de las víctimas Villa y Londoño (2015). Desde el punto de vista jurídi co, puede ser comprendido de dos maneras: a) La reparación es “simbólica” ya que no tie ne el objetivo de restablecer el atu quo ante, sino que se reconstruye otra cosa, algo nuevo (Laplanche, 1984 ); y b) La reparación es simbólica porque desarrolla una acción subjetiva, representada por medio de un referente simbólico y estético, que en la concepción de la víctima permita resignificar, rediseñar o re modificar el símbolo.
Metodología
La investigación es etnográfica multisituada con una metodología a partir del análisis crítico de contenidos en páginas web, por medio de la relación interestructurante de tres componentes esenciales: las relaciones entre las TIC, la movilidad social y la teoría actor red. Dicha teoría plantea que una gran cantidad de las interacciones sociales depende de las mediaciones tecnológicas, la cual se puede entender como una parte conformada de una red de flujos interactivos y multidireccionales, constituido por diferentes nodos integrados a través de los cuales hay un permanente flujo de información de códigos, mensajes y significado de los lenguajes empleados.
La teoría del actor red, es un enfoque de la teoría social, el cual tiene como objetivo evidenciar pautas relacionales entre agentes comunicacionales por medio de las tecnolo gías, para entender su comprensión de la realidad, por medio del estudio de sus formas de expresión y de la aproximación al entorno en que viven (Palacio 2015). A los emisores/re- ceptores, se les denomina actor, siendo quien evalúa la importancia de las acciones, a partir de su realidad personal y del contexto. Para Burt (1982) los actores son intencionales según las condiciones de la estructura social, lo cual se puede representar de la siguiente manera:
Así, la producción de memoria colectiva, dentro de la teoría del actor red, es el resul tado de un sistema retencional terciario de dos dimensiones: un código binario de base y un repertorio de lenguajes, información, datos que provienen de la escritura alfanumérica, la fotografía, y los contenidos multimedia. La gráfico 1. Intereses del actor, plantea la relación entre los emisores/receptores con el contexto y el código digital del mensaje. Por lo que las posibilidades deomúnicación están condicionadas por la transmisibilidad (emisión/recep- ción) y traducibilidad de los mensajes, por tal motivo, la “memoria social, local o colectiva” no es sino una manifestación de la memoria red, como se ilustra en la siguiente gráfica.
Cabe resaltar que los actores son vistos en un papel dinámico, ellos mantienen una rela ción con los diferentes contextos sociales, son los agentes encargados de construir una per cepción de la realidad social y de la formación de la opinión pública, a través de estrategias de orden discursivo y político, con el objetivo de incidir en la agenda de discusión pública (McCombs, 2006), y resaltando la importancia de estudiar las nuevas centralidades que tie nen los medios para el funcionamiento de las democracias (Castell, 2009).
Los actores red al ser parte de las condiciones creadas por el nuevo sistema mnemotéc- nico en red, pierden la noción misma de referencialidad y construyen lo que puede ser en tendido como simulacros o realidades virtuales, donde la hiperreproducibilidad digital y la videomorfización desplazan la noción de referencialidad y sólo quedan los transcontextos virtuales, que son espacios virtuales que funcionan como dispositivos en el espacio comunicacional. La gráfico 2. Intereses del actor presenta la forma como se relacionan, los inte reses del actor con el entorno, la estructura y la acción social.
Muestra
La investigación tuvo como criterio de selección los sitios web que difunden información sobre la memoria histórica del conflicto, para ello, se empleó el uso de la categoría central: Reparación Simbólica, seguido de las subcategorías: Memoria Social y Ley de Victimas. Se priorizaron los sitios que producen información y conocimientos tales como: medios de comunicación, universidades, instituciones públicas y organizaciones sociales. La técnica que se empleo fue muestreo no probabilístico denominado deliberado, crítico o por juicio, el cual consiste en emplear el conocimiento y juicio del investigador para la elección de la muestra, en este caso, se tuvo en cuenta que fuera un medio reconocido, que el texto publicado tuviera autoría y fuera una estructura de texto con un desarrollo temático sustentable.
Método
El método empleado fue el análisis de textos, con la intención de establecer relaciones entre el conjunto de los discursos, su relación con los sujetos y la relación con el significado de la reparación simbólica, según los contextos ideológicos, culturales y sociales encontrados. Mediante el uso de este método, se pueden establecer factores importantes para comprender la vida social de las víctimas a través de palabras, contenidos e imágenes.
Para la investigación se estudiaron las dimensiones de análisis del discurso: i) Texto, ii) Práctica discursiva, y iii) Práctica social. El proceso se realizó en tres etapas: en la primera de ellas se realizó una descripción del análisis lingüístico, en donde se identificaron los nú cleos de significado, la tipología del texto, la postura ideológica y la percepción frente a la reparación simbólica. En segundo lugar, se hizo una Interpretación del análisis intertextual, referente a la relación entre los tipos de texto, los contenidos y la reparación. Por último, en la tercera etapa se hizo una explicación del análisis social, en donde se establece la relación entre el texto, la estructura social y los contenidos.
Resultados
Análisis lingüístico
El rastreo realizado en la web permitió la identificación de 45 documentos cuya categoría central fue: Reparación Simbólica, en donde una de las subcategorías de la investigación: Memoria Social o Ley de Víctimas. De la muestra seleccionada, se puede observar en la Tabla 1. Documentos por año, un aspecto importante, el cual revela un aumento progresivo del interés por el tema a partir del año 2015, identificando que los años 2018 y 2019 presentan el mayor volumen de producción. Del total de documentos seleccionados, la clasificación de la fuente corresponde a 15% como proveniente de medios de comunicación, 11% de universidades, 7% corresponde a Revistas de Investigación y Organizaciones de derechos humanos, y 5% a instituciones del sector público.
Fuente | 2008 | 2010 2012 2013 | 2014 | 2015 | 2016 | 2017 | 2018 | 2019 | Total general |
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Medio de Comunicación | 1 | 11 | 2 | 1 | 2 | 7 | 15 | ||
Universidad | 1 | 1 | 1 | 3 | 3 | 2 | 11 | ||
Revista de Investigación | 1 | 1 | 2 | 2 | 1 | 7 | |||
Instituciones públicas | 1 | 1 | 3 | 5 | |||||
Organizaciones de derechos humanos | 2 | 1 | 3 | 1 | 7 | ||||
Total general | 1 | 111 | 1 | 3 | 6 | 6 | 11 | 14 | 45 |
Fuente propia
Los años de mayor volumen de producción de documentos relacionados con el tema, fueron el año 2018 y 2019. Según la Figura 1 en el año 2018 se produjo un 11% de documen tos de investigación, 6% de notas ciudadanas y 6% de entrevistas. Por su parte, en el año 2019 aumentaron las notas ciudadanas con un 11%, seguido de la entrevista 6% y el artículo científico 6%. La tendencia encontrada es positiva, ya que existe una diversidad de posicio nes teóricas, que muestran un interés creciente que proviene de diferentes agentes políticos de la sociedad. Para Lippmann (1922), los medios son una fuente primaria, aunque no es la única, la construcción de la opinión pública desde diferentes sectores revela un síntoma de apertura democrática, consciencia social y participación política, muy importante, que deben ser respetados y promovidos para así mismo lograr la comprensión para perdonar y olvidar en el periodo del postconflicto.
La amplia variedad de documentos encontrados en la muestra, revela el involucramiento de más sectores, entendiendo que la configuración de la opinión pública en nuestro país, es un hecho más cognitivo que racional, puesto que se construye con referentes argumentativos, esquemas mentales e imágenes simbólicas, que se vuelven representaciones parciales de la realidad, por hacer parte de una perspectiva de opinión. En este caso, por ser concepciones que provienen desde diferentes sectores, garantiza la imparcialidad y demuestra que la so ciedad está pasando de un modelo semiótico-informacional a un modelo semiótico textual.
Análisis intertextual
Así, la Figura 2 muestra una correlación entre los diferentes tipos de documentos hallados en la muestra, con su respectivo núcleo conceptual o semántico. Se evidencia que los dos porcentajes más altos, tienen relación con los documentos de investigación, cuyo núcleo conceptual se relaciona con la pedagogía de la memoria en un 18%, seguido de las notas ciudadanas con el núcleo conceptual de reparación simbólica con 13%. Otras subcategorías interesantes, pero que se desarrollan en menor proporción en los textos son: Reparación, Participación y Sentido 2%, Justicia Retributiva y Transicional 2%, y Litigio Estético y Litigio Artístico 2%, entre otras.
La Figura 3 permite entender la relación que existe entre el tipo de documento y su per cepción ante la Ley 1484. Así, resalta que las notas ciudadanas consideran en un 16% que es una Ley efectiva, los documentos de investigación están divididos en un primer grupo con un 11% que se muestra escépticos y un segundo grupo con 11% que considera que es una Ley efectiva. Llama la atención, que existe tanto en la entrevista, el artículo científico, la editorial un 4% de insatisfacción ante la Ley 1484 y en el informe un 7% de insatisfacción.
La Figura 4 muestra la relación entre el tipo de documento y la propuesta de solución al pro blema de la reparación simbólica y de la representación en la construcción de la memoria com partida. Esencialmente, la discusión se mueve entre las diferencias de memoria que se quieren construir, el porcentaje más alto, lo tienen los documentos de investigación, con un 12% quienes abogan por la construcción de memoria subjetiva, mientras que un 11% proponen la construc ción de memoria histórica, y un 6% la construcción de memoria clínica. Para los documentos de notas ciudadanas, un 8% considera que debe ser la construcción de memoria subjetiva, 5% construcción de memoria clínica y 5% construcción de memoria simbólica.
Por último, la Figura 5 muestra la relación entre los documentos o referentes conceptua les, con la conclusión de su percepción frente a la reparación simbólica. A lo cual, se esta blece que un 16% de las notas ciudadanas considera la efectividad de la ley y la reparación, mientras que 9% de los documentos de investigación consideran que es efectiva, 7% de los artículos científicos piensan que es efectiva, 4% de los análisis piensan que es efectiva, así como un 2% de la editorial. Para los documentos de entrevista 2%, nota ciudadana 7% y documento de investigación 4%, la reparación simbólica está dando inicio a la aparición del litigio estético, litigio artístico y de memoria colectiva, mientras que, para el artículo cien tífico 4%, la nota ciudadana 2% y la editorial 7%, aún hacen falta promover proyectos de memoria simbólica. El artículo 2% considera que se debe repensar la reparación a partir del enfoque diferencial y de género, mientras que el informe 2% y los documentos de investiga ción 4% consideran que se debe reformar la Ley de Víctimas 1484.
Análisis social
Los medios de comunicación y las redes sociales, son el espacio más usado para visibilizar y legitimar las narrativas y discursos de los actores sociales y políticos, ya que su implementación permite una estructuración eficaz, al lograr que las acciones colectivas simbólicas se perciban como generadoras de sentido, significación, vivencias y experiencia Giraldo, (2015). Resalta el hecho de que la información, los mensajes, las opiniones, las narraciones y discursos simbólicos, tienen un mayor grado de influencia y efecto, al orientar las discusiones de las agendas públicas, por su alto nivel de incidencia en las audiencias, y la constante construcción de marcos cognitivos o frames, siendo estos referentes, a partir de los cuales, la sociedad construye su versión de la realidad observada.
Se refleja el carácter político de la memoria, al ingresar a un campo de tensiones y lu chas, en la que se disputa la versión sobre el pasado y se construyen referentes simbólicos culturales o artísticos que buscan lograr la pervivencia de la memoria en un futuro. De esta manera, los documentos digitales, son los instrumentos para construir un espacio político de reflexión sobre dicha realidad, así, los diferentes agentes políticos que se mueven en el campo de la memoria, usan los documentos digitales para difundir su percepción de la re paración simbólica o para plasmar sus experiencias y resultados de sus investigaciones en un registro de hechos.
De esta manera, podemos entender los trabajos de memoria como un continuum so cio-comunicativo que construye sentido a partir de diferentes textos y lenguajes, según los actores políticos y sociales. Es decir, constituye un sistema socio-lingüístico heterogéneo con un diverso grado de complejidad y dinamismo. Es en la cultura mediática digital en la que interactúan estos sistemas de sentido diversamente estructurados, que sufren interseccio nes en el espacio semiótico de la cultura. Así, los lenguajes heterogéneos de la cultura coe xisten, dialogan, se nutren y contraponen, a partir de diferentes lenguajes, códigos y textos, que en términos de Lotman (1998) hacen referencia a la traducción, como categoría de sen tido de requiere un profundo nivel de estudio. La traducción es inherente a la complejidad interpretativa y difusiva de la realidad, lo cual explica el funcionamiento, intercambio y los diferentes procesos de reproducción del sentido cultural.
Es necesario resaltar la importancia del discurso como texto, ya que su capacidad con ceptual y cognitiva contribuye en la consolidación de: (i) acciones políticas y simbólicas pú blicas, (ii) reconfiguración de sistemas de creencias y conocimientos del conflicto y de la rea lidad de las víctimas, y en la (iii) re significación de identidades sociales rotas. Así, el texto se vuelve una práctica discursiva, cuya dimensión da cuenta del hecho violento ocurrido, y de la percepción de las víctimas, pero más importante aún, contribuye en la creación de proce sos de recepción/interpretación a los que se verá sometido en la trama social Cabezas (2015).
Cada memoria plasmada y difundida, corresponde a diferentes comunidades de re cuerdo, las cuales entran a un campo de tensión, dinámico y complejo, con las relaciones de poder según su contexto político temporal, para adquirir una connotación de conver gentes, divergentes, incluidas, excluidas, dominantes, paralelas, periféricas, de negociación y de superposición. Entendiendo que las organizaciones con mayor capacidad estructural e institucional, son las que más difunden en el tiempo analizado y producen los documentos con mayor nivel de elaboración. Corresponden estos esfuerzos con los intereses, ideologías, valores y necesidades particulares imponiéndose sobre otras comunidades de recuerdo. Siendo un reflejo de las diferentes estrategias de construcción de sentido de los sujetos y una reproducción de las relaciones de poder entre lo micro-social y lo macro-social.
Discusión
La revisión documental permitió el hallazgo de importantes aspectos, el primero de ellos la diversidad de memorias que emergen frente al proceso de reparación simbólica, construida por los diferentes actores sociales y políticos a partir de sus percepciones y disertaciones teóricas. Entre ellas se identificaron memoria clínica, memoria jurídica, memoria comunitaria, memoria subjetiva, memoria histórica, memoria reflexiva, memoria institucional y memoria simbólica. En parte todas tienen una relación semántica y sociológica, pero cada una de ellas, implica un proceso de investigación, estudio y análisis diferente. Tal diversidad se debe a varios factores, el primero de ellos a la amplia exploración del concepto por parte de la opinión pública, y Segundo, porque aún hay dudas frente a la profundidad semántica, lingüística y psicosociológica del término.
El interés por la construcción de memoria en la web proviene de diferentes agentes y ac tores políticos, comunidad, familia de las víctimas, gobierno, universidades y Ongs. Siendo sus intereses y objetivos también diversos, en especial, se identifica la tendencia de quienes proponen construir conocimiento y sentido social desde la memoria clínica, para medir el trauma de las víctimas, Castro (2016); la segunda tendencia, propone la construcción de me moria comunitaria o colectiva, con la intensión de contribuir en la reparación y el sentido de las víctimas en sus contextos y en torno de los lugares emblemáticos de los hechos; la tercera, proviene de un círculo más ilustrado que reclama la construcción de una pedagogía de la memoria que permita ayudar a comprender y dar una explicación histórica y política de los hechos a las generaciones actuales y futuras.
Todos estos elementos se deben integrar en la aplicación de los procesos de reparación, con la intención de que la política pública pueda tener un impacto mucho más estructurador en las comunidades, las víctimas y la sociedad. Ya que toda construcción de referentes cognitivos que se difunde a través de los medios de comunicación digitales, opera a modo nodo de red de conocimiento, por lo tanto, sus imágenes, videos y textos, configuran los sistemas de represen tación, significación y sentido, en las comunidades y para la construcción de la opinión pública.
Pero en especial, no se puede olvidar que la reparación simbólica tiene unas claras par ticularidades establecidas por la finalidad de la Ley de Víctimas, de manera especial, debe contribuir en la búsqueda de la verdad, siendo medidas de carácter no económico ni indem- nizatorio, por el contrario, están ligadas al tema del dolor y el recuerdo de sus seres queridos. En este sentido, plantea la doctrina que las medias de reparación simbólica deben estar es tructuradas a partir del derecho a la verdad (a saber), el derecho a preservar la memoria (al recuerdo y ser recordado) y a la dignidad. Y como medida complementaria, debe buscar dos garantías: las garantías de satisfacción (individual y colectiva) y de no repetición.
El impacto de las medidas de reparación simbólica debe considerarse en términos de las víctimas, las comunidades y los receptores que adquieren su comprensión a través de los medios. Dentro del marco de la Ley de Víctimas, la reparación está dada por el derecho de amparo, por tal razón ha tenido un enfoque dirigido a casos particulares. Para Rubiano (2017) al desarrollarse dentro de un espacio público, el sentido colectivo es transmitido a toda la comunidad, por lo que, estas representaciones de luto, dolor y duelo, deben así mis mo, tener un ciclo, para que las personas puedan asimilar la perdida y posteriormente iniciar un proceso de sanación, reparación y olvido.
Para Jaramillo, Villa, Tobón, Ospina, y Quintero, (2018), la memoria de las víctimas es una memoria afectada por la violencia y los hechos traumáticos de la guerra, su papel fun damental es el de ayudar a que la mente-cerebro pueda codificar, almacenar y recuperar información, pero son pocas las investigaciones que se han desarrollado en este campo, por lo que su comprensión requiere un interés más amplio y profundo, ya que no hay una me dición real de la magnitud del daño en la memoria humana, razón por la cual, deben llevar a cabo investigaciones conjuntas de tipo socio-psicológico, a partir de explorar en el mundo subjetivo de las víctimas, pero también en los diferentes lenguajes, jurídicos, narrativos, informativos y simbólicos, estructurar las medias de protección humana, los aspectos cultu rales del pensamiento, y en especial, lograr una teorización más amplia del recuerdo, indivi dual y colectivo, puesto que es un fenómeno dinámico, que se va desarrollando de manera conjunta, mediante la rememoración y la construcción de experiencias conjuntas.
Para la psicología, el recuerdo como suceso interno, tiene un alto valor de importancia, por sus efectos en la conducta humana, siendo los objetos, las experiencias determinados hechos o imágenes, los disparadores del recuerdo. Los objetos funcionan en la mente de las personas, por ser imágenes que tienen una carga emocional muy fuerte. Así, las formas en las que se produce la re-evocación y en el uso de los diversos mecanismos de canalización social del recuerdo, se construyen las distintas formas de participación, creación de los re ferentes culturales y mediáticos, los cuales sirven de marco de interpretación de los hechos sucedidos en el pasado Bartlet (1932).
Indica ello, que la reparación simbólica, debe estar acompañada del estudio del recuerdo traumático de la guerra y de los actos inhumanos en Colombia, como una actividad constructi va, en la cual, la memoria no puede pensarse como la realización de actos para la recuperación de información almacenada, sino con el propósito de crear una afirmación sobre los estados de las cosas pasadas, pero con el propósito de elaborar un marco compartido de comprensión cultural. Para Bartlett (1932) la memoria no puede ser pensada, como un simple un acto cons tructivo en el mundo interno de las víctimas, por el contrario, debe ser localizada en el seno del discurso de las personas que hablan de manera conjunta sobre el pasado. Implica ello, según González y Gutiérrez, (2014) que la escritura del testimonio debe ser cuidadosa y especialmente construida para los fines que señala la Ley, por lo que no se puede dejar en manos de la comuni dad, sino que deben intervenir los expertos en memoria, sociedad e individuo.
Toda consideración cultural de la memoria, nos permite reconocer que existe una de pendencia con el mundo material, donde los entornos sociales diseñados especialmente para recordar las víctimas de la guerra, son producto de la negociación de dolor y el recuer do, y a la vez que sirven para orientar lo que debería recordarse, también orientan el cómo debería recordarse ese recuerdo. La importancia de estas medidas simbólicas varía si se con cibe su utilización en un contexto de violaciones masivas de derechos humanos o de abu sos sistemáticos, por lo que la efectividad de las medidas de reparación simbólica, cambia al momento de considerar los parámetros relacionados con la especificidad y la simulta neidad de las medias de reparación Botero (2016), Ministerio de Justicia (2017) e Instituto Interamericano de Derechos Humanos (2016).
La especificidad hace referencia a la individualización de las particularidades del daño generado por la guerra, con el propósito de definir el símbolo que mejor podría responder a su reparación. Mientras que, la simultaneidad intenta llamar la atención sobre la necesidad de asegurar el mayor grado de impacto en la neutralización del objetivo de la desaparición a través de la interrelación de cada uno de los símbolos dispuestos. Para ello, según Giraldo, (2015), es importante apelar a otras formas de construcción simbólica como las narraciones, los trabajos biográficos y autobiográficos, el arte, la literatura o el cine.
Pero más fundamental es, que se respete el sufrimiento, el duelo y el dolor de las víc timas, sin caer en el error de ensombrecer la memoria colectiva. Por tal razón, se propone que la Ley de Víctimas se convierta en un programa o en una política pública, que conciba los efectos a mayor largo plazo, para que se puedan crear otros referentes que evidencien la posibilidad de salir del pasado doloroso, para generar un nuevo sentido de vida social, ba sado en imaginarios de esperanza y, en sistemas de representación cultural y simbólico, con las comunidades afectadas, pero que su representación este fuera del marco de la guerra.
Hay una necesidad de emplear de manera simultánea, las medidas individuales y co lectivas, en todas las reparaciones simbólicas, para que cuyos actos, monumentos y obras, tengan un alcance y repercusiones públicas, así, como evaluar el nivel de impacto que pueda causar su implementación en las memorias colectivas; por lo que un programa de repara ciones en contexto de justicia transicional, debe tener características de integridad y cohe rencia en su implementación tanto en las dimensiones internas y externas. Indica ello, que las medias que se estructuren en el caso de la víctima ausente deben estar encaminadas a evitar su completa sustracción a través del símbolo.
La labor de la familia es participar de manera activa para que puedan contribuir con la iden tificación de símbolos que respondan al sentimiento de incertidumbre que sienten, pero más importante, al reconocimiento de la afectación que se causa a terceros, quienes buscan no sólo recordar a sus muertos, sino que haya justica, verdad y la posibilidad de que la opinión pública conozca lo sucedido ICTJ (2017). Con relación a la víctima sociedad, el símbolo tiene que mitigar los efectos generados por el impacto colateral de la violencia y por ser receptora de memorias de dolor, siendo referentes que afectan el imaginario colectivo. Este planteamiento de víctima so ciedad también ha sido conceptualizado otras ciencias sociales, ya que no se puede minimizar el profundo impacto que los conflictos armados generan sobre la población. Martín-Baró (1978) hace referencia a que los efectos sobre la población civil son cargas brutales y agobiantes, en las que la experiencia de vulnerabilidad y de peligro, de indefensión y de terror, son las causas dra máticas que marcar en profundidad el psiquismo de las personas, en particular de los niños. El espectáculo de violaciones, torturas, asesinos, ejecuciones masivas, bombardeos y arrasamien to de poblaciones enteras es, desde todo punto de vista, un acto traumatizante.
Por lo que, el símbolo reparador, debe generar sentido, significado y valor para la opi nión pública en general. De esta manera, la efectividad de la reparación simbólica está vin culada con la posibilidad de lograr un grado de especificidad, que el símbolo logre respon der al daño particular de la víctima, pero a la vez, que permita que cada uno de los símbolos contribuya a generar un impacto mayor, en la comprensión de la guerra y en la búsqueda de garantías de no repetición.
Por lo que la discusión se centra en entender, que este proceso constructivo no es sólo de tipo social, sino que está estructurado como proceso retórico (o argumentativo) al buscar que se puedan reconstruir los hechos y que la verdad no se pierda en el devenir histórico del proceso. Para Yate y Díaz (2015) los procesos de reparación simbólica no trascienden de la concepción del luto, el daño y el dolor, las conductas y la comunicación se vuelven patológi cas, en especial para las víctimas que serían incapaces de actuar como agentes determinan tes, ya que los recuerdos dolorosos, no permitirían que se pueda guardar una relación con nuestras identidades sociales.
Así, sin sanación del daño, la memoria vuelve el recuerdo un hecho doloroso, que afecta las circunstancias inmediatas debido a las experiencias pasadas, por lo que las víctimas no seríamos capaces de construir en pos del nuevo significado y sus ideas regresarían a encajar se en un esquema mental o entorno preformado.
Conclusión
El interés conceptual y teórico por la reparación simbólica tuvo un incremento importante durante los años 2018 y 2019, la percepción de la opinión pública, que se construye en la web, ante la reparación es positiva, se concibe la aplicación de la Ley como una medida efectiva, pero que se debate en medio de una lucha de intereses generada por los diferentes actores sociales y políticos, que quieren hacer memoria.
En especial, resalta la necesidad de crear una pedagogía de la memoria que permita dar le un orden conceptual e interpretativo a los hechos atroces e inhumanos, sucedidos durante el marco del conflicto armado, para garantizar que se respete la verdad, la fidelidad de los hechos y su carácter objetivo. Pero, además, el país tiene que salir de las tanatopolíticas para que pueda generarse el proceso reparador, a nivel individual y colectivo, el símbolo tiene que suavizar los efectos generados por el impacto histórico de la violencia, en las víctimas y en los imaginarios colectivos. Por lo que, el símbolo reparador, debe generar sentido, significado y valor para las comunidades afectadas por la guerra y para la opinión pública en general.
El fenómeno de la reparación ha dividido los intereses por construir memoria y representa ción social, lo cual, abre la posibilidad de la aparición cada vez más marcada del litigio artístico y el litigio estético, siendo su principal causa el origen social marginal, ya que son comunidades en las cuales, históricamente no ha existido una presencia tan marcada del estado y, por ende, no tiene acceso real y efectivo a los derechos de los mismos en sus territorios y campos de acción.
Por lo que la reparación, para que pueda solventar los niveles de escepticismo que exis ten frente al proceso, éste debe mantener la especificidad, la simultaneidad y otras carac terísticas del símbolo reparador, cumplir con el propósito de neutralizar la sustracción del ausente, que sirva para mitigar el vacío del ausente y la estigmatización de las víctimas en la sociedad, y finalmente, lograr sanar los efectos sobre la víctima sociedad.