Introducción
El síndrome de burnout (SB), también conocido como desgaste ocupacional o desgaste profesional, se ha definido como un síndrome de agotamiento emocional, despersonalización y reducida realización personal que puede ocurrir entre individuos cuyo objeto de trabajo son otras personas 1. Los profesionales de la salud, y en específico los médicos, son la población con mayor riesgo de desarrollarlo, ya que su trabajo está ligado a una intensa carga laboral, elevado nivel de tensión, autodemandas excesivas, frustración, fatiga, etc. 2.
Respecto a las dimensiones del síndrome, el agotamiento emocional se refiere a los individuos que se presentan emocionalmente cansados y agotados; se sienten impotentes, con falta de entusiasmo, y están sobrepasados en sus recursos emocionales. Por otro lado, la despersonalización se manifiesta en sentimientos y actitudes negativas, cínicas, impersonales y con un distanciamiento dirigido hacia las personas con quienes se trabaja. Finalmente, la mínima realización personal, también conocida como insatisfacción de logro, implica una evaluación negativa en la habilidad laboral, insatisfacción con el rol profesional y una reducción de sentimientos de competencia y éxito 2.
El estrés generado en médicos por los factores psicosociales incide gravemente en su salud y se refleja en manifestaciones psicosomáticas, como: dolores de cabeza y de espalda, problemas para dormir, debilidad, dolor en articulaciones y estómago 3. Además, aquellos que en su labor profesional están más cercanos y en contacto con el sufrimiento y la muerte son más susceptibles de presentar elevado cansancio emocional y despersonalización. Esto repercute de manera negativa en su vida familiar y, aunado a una alta sobrecarga de trabajo, aumenta la probabilidad de presentar cansancio emocional 4.
Se han destacado como factores de riesgo psicosocial para el síndrome la simultaneidad de actividades; la imposibilidad de hacer pausas; el hacer tareas rutinarias, complejas, exhaustivas y peligrosas; la rapidez en la ejecución de las tareas; verbalizaciones constantes; servicio al público, etc. 5. Por otro lado, se han asociado con el SB variables laborales como la especialidad, la situación laboral y las condiciones organizacionales 6. Otros autores señalan que las preocupaciones personales, relaciones interpersonales y el número de hijos pueden influir y potenciar el síndrome. No obstante, hay literatura en la cual no se ha informado una relación entre su incidencia y las variables como la especialidad o grado académico 7.
Otros factores relevantes en la incidencia y manifestación del síndrome son los socio-demográficos, por ejemplo, la edad y el estado civil predisponen al padecimiento del SB, pues los de mayor edad y los casados presentan mayor riesgo de manifestar alteración en cualquiera de las tres dimensiones 8. Un estudio en médicos ginecólogos cubanos evidenció que el 70 % de su muestra contaba con índices altos del síndrome, dentro de la cual el grupo de mayor prevalencia de 40 a 44 años tenía un 57 %, y en aquellos que tenían 20 años o más de graduados, un 42 °% 9. Por otra parte, en profesionales de la salud chilenos no hubo asociación entre el SB y las variables de sexo, edad, áreas de servicios, horas de trabajo, número de turnos nocturnos y estado civil. No obstante, sí hubo significancia estadística en las variables número de hijos y especialidad profesional 10. Finalmente, en Colombia se ha evidenciado la relación entre actividad extralaboral y la funcionalidad familiar como factores predisponentes 11.
La personalidad es otra variable por considerar en cuanto a su asociación con el SB. En un estudio en población de médicos de una provincia de La Habana (Cuba) se encontró el síndrome de manera alta en el 72.9 % de la población total y afectó al 100 % de los médicos que reportaron baja autoestima, lo cual evidenció así una asociación significativa con esta variable 12. Concerniente a las esferas del síndrome y su relación con los rasgos de la personalidad, se ha señalado que el agotamiento emocional se correlaciona de forma negativa con la extraversión y el neuroticismo; la despersonalización lo hace negativamente con la amabilidad y positivamente con el neuroticismo, y la realización personal se correlaciona positivamente con la apertura a la experiencia, la responsabilidad, la extraversión y la amabilidad 13. Por otro lado, los trastornos de la personalidad -clasificación del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-IV)- que predisponen y que están relacionados con la aparición y presencia del síndrome son: evitativo, histriónico, paranoide, límite, esquizotípico y pasivo agresivo 14.
Dentro de las teorías sobre la psicopatología de la personalidad, el modelo denominado los cinco de la personalidad psicopatológica (PSY-5), de Harkness, Mcnulthy y Ben-Porath (1995), tiene como objetivo discriminar una personalidad normal de un trastorno de la personalidad. Para lograrlo, identificaron los siguientes cinco factores a través de sesenta descriptores y discriminadores de una conducta normal de otra anormal 15:
Agresividad: se refiere a la agresión instrumental o física, la asertividad, la grandiosidad y la indignación.
Psicoticismo: denota la experiencia psicótica, la paranoia y una personalidad recelosa y desconfiada.
Antisociabilidad: combina los rasgos de historia antisocial, violación de normas, impulsividad y un nivel bajo de la percepción del riesgo.
Neuroticismo: se refiere a una variedad de emociones negativas enfocadas principalmente en la ansiedad, la disforia, el estrés y las fobias.
Desde la formación del médico en sus estudios de pregrado, es preocupante que el SB se haga presente, ya sea por las distintas exigencias durante su carrera para el ingreso o para su permanencia en ella. En estudiantes de medicina españoles se ha reportado que puntúan alto en las dimensiones de agotamiento emocional, así como de ineficacia académica, dimensión que corresponde con la insatisfacción de logro. Se asocian con la presencia de este las exigencias académicas, la estrecha relación médico-paciente y, en ciertos estudios, ha sido mayor en las mujeres, en quienes cursaban el tercer año, personas con hijos, menores de 30 años y residentes de las especialidades médicas 16-18.
Por lo mencionado, no es de sorprender que, dentro de la población médica, los médicos residentes tengan un mayor riesgo de desarrollar SB, ya que están expuestos a factores como sobrecarga de trabajo, conocimientos médicos insuficientes, altos niveles de responsabilidad, jornadas de trabajo prolongadas, privación del sueño, desgaste físico y salarios bajos. Con frecuencia, los programas de capacitación los exponen a pacientes moribundos, y si alguno de sus pacientes muere, provoca en los estudiantes gran estrés, ansiedad e inseguridad. Como resultado, el adiestramiento médico durante las residencias puede ser una época de disminución de la calidad de vida, que produce cansancio emocional y puede llevar a desarrollar ansiedad, depresión y SB 19.
En México, las investigaciones muestran que la prevalencia del SB en médicos residentes es preocupantemente alta; en ocasiones, ha alcanzado un 100 % de prevalencia en algunos hospitales sin influir la especialidad profesional del médico 20. Por ejemplo, en el estado de Durango se observó una prevalencia del síndrome en el 89.6 % de los médicos residentes, en las áreas de despersonalización, agotamiento emocional y falta de realización personal. Las especialidades que tuvieron el 100 % de su población afectada por el SB fueron ginecología y obstetricia, medicina interna, pediatría y ortopedia 21.
Por otra parte, para el noreste de México se ha informado que el 58 °% de los médicos residentes de la especialidad de pediatría manifiestan desgaste emocional, porque el 88 % valora como insuficiente el pago que recibe; el 47 % considera difícil dar resultados en las condiciones de trabajo en que laboran, ya que las actividades son excesivas, y 17 % piensa que su trabajo es un sacrificio innecesario 22. En el centro del país se ha evidenciado que el intenso estrés percibido y el SB de médicos residentes ocasionaron una prevalencia del 3.7 °% para depresión, del 38 % para síntomas de ansiedad y del 1.9 % para riesgo de suicidio; se rescata como recomendación la detección temprana de residentes que muestren sintomatología asociada con trastornos mentales 23. De igual forma, se ha señalado la presencia de altos índices de agotamiento emocional y bajos de despersonalización, con una calidad de vida deteriorada y disminución del deseo sexual a partir de los seis meses de residencia 24.
En el estado de Sonora han sido pocas las investigaciones sobre el SB en población médica. Entre ellas figura una investigación descriptiva en la ciudad de Nogales, donde se detectaron resultados de cansancio emocional en 8 entrevistados, despersonalización en uno y dos con realización personal del total de 42 médicos de atención primaria, donde las variables de antigüedad laboral y el trabajo extrainstitucional no mostraron ser clínicamente significativas 25. Otro estudio en esa región señala una prevalencia del síndrome del 15 %, en el cual el grupo de residentes tuvo los puntajes más altos de cansancio emocional, despersonalización y baja realización personal. Se señaló allí que los años de experiencia y permanencia en la institución fueron factores clave para que los médicos residentes tuvieran mayor SB que los médicos adscritos 26.
Tras el análisis de la literatura en relación con el desgaste profesional, se pudo observar que si bien existen pocos estudios en población mexicana -en particular del estado de Sonora-, estos solamente caracterizan aspectos del síndrome y no han explorado su relación con factores de personalidad psicopatológica. El presente estudio tuvo por objetivo general identificar la relación entre los factores psicosociales y sociodemográficos y el SB en médicos residentes de una institución de salud del estado de Sonora.
Materiales y métodos
Se diseñó un estudio cuantitativo, no experimental, transversal y correlacional con una muestra de 47 médicos residentes (de una población total de 121) pertenecientes a una institución de salud de Sonora, de los cuales 25 fueron hombres y 22 fueron mujeres, con edades entre los 25 y 33 años (M = 27.79). La participación por área de especialidad se distribuyó de la siguiente forma: 14 de cirugía, 6 de medicina interna, 2 de pediatría, 9 de ginecología y obstetricia, 11 de anestesiología, 1 de urgencias médico-quirúrgicas y 4 de epidemiología. Respecto al año de residencia, 33 personas se encontraban en el segundo año; 6 personas, en su tercer año, y 8 personas, en su cuarto año. En cuanto al estado civil, 6 estaban solteros; 38, casados, y 3, en unión libre. El 85.1 % refirió no tener hijos y el 14.9 % afirmó tener hijos, lo que equivale a 40 personas en el primer caso y 7 en el segundo, respectivamente.
Para medir la variable de SB se utilizó la Escala de Desgaste Ocupacional (EDO) 27. Es una escala tipo Likert de 70 ítems que mide el SB, organizada en tres factores: agotamiento emocional (9 ítems), despersonalización (9 ítems) e insatisfacción de logro (12 ítems), y un cuarto factor llamado psicosomático, con 7 subfactores: sueño (11 ítems), psicosexuales (10 ítems), gastrointestinales (6 ítems), psiconeuróticos (6 ítems), dolor (5 ítems), ansiedad (1 ítem) y depresión (1 ítem). Las respuestas se dan en 6 puntos que van del 1 (total desacuerdo) al 6 (total acuerdo). Los resultados se interpretan a partir del modelo de Leiter, mismo que se encuentra indicado en el manual de la EDO y que permite una clasificación de las puntuaciones de los sujetos en cuatro niveles y fases de burnout: nivel bajo (fase sano), nivel regular (fase normal), nivel alto (fase en peligro) y nivel muy alto (fase "quemado"). Para la conversión de puntajes brutos a valores Leiter se utilizan los promedios individuales grupales, mismos que sumados dan un valor máximo de 7, lo que permite la ubicación según el modelo en un nivel y fase de burnout. La escala presentó para la muestra de estudio una consistencia interna de 0.86 alfa de Cronbach, lo cual indica un nivel de confiabilidad aceptable.
Adicionalmente, se aplicaron las 35 preguntas sociodemográficas del cuestionario de datos personales de la EDO. La escolaridad necesaria para responder el cuestionario debe de ser como mínimo primaria, o un nivel de comprensión equivalente o superior. Las variables recolectadas fueron sexo, edad, estado civil, escolaridad, hijos, situación laboral, actividades diarias, horas de trabajo, antigüedad laboral, año de residencia, ingreso económico, hábitos de fumar, si ingiere alcohol y con qué frecuencia y, finalmente, si realiza ejercicio físico y cuántas horas a la semana le dedica.
Para medir la variable de personalidad se utilizó el Inventario Multifásico de la Personalidad Minnesota-2 Forma Reestructurada (MMPI-2-RF) 15. Se compone de 338 reactivos y es una versión revisada del MMPI-2 (Inventario Multifásico de Personalidad Minnesota-2), que se diseñó para proporcionar una evaluación exhaustiva y eficiente de las variables clínicas relevantes sobre rasgos de la personalidad. El MMPI-2-RF incluye 51 escalas: 9 de validez y 42 escalas sustantivas. Las 9 escalas de validez se conforman por los 7 indicadores de validez del MMPI-2R y escalas nuevas. A su vez, las 42 escalas sustantivas se componen de las 9 escalas clínicas reestructuradas del MMPI-2R y 33 escalas nuevas. En el presente estudio se retoman solamente las PSY-5, a saber: agresividad, psicoticismo, impulsividad, neuroticismo e introversión. Las escalas suman un total de 104 ítems para evaluar la variable de personalidad, mismas que proporcionan una perspectiva orientada al temperamento sobre las principales dimensiones de psicopatología de la personalidad. Para estas cinco escalas se interpretan tanto los puntajes bajos como los altos, ya que los puntajes medios indican una personalidad normal, es decir, ausencia de psicopatología.
Respecto al procedimiento que se llevó a cabo para este estudio, primero se estableció contacto con las autoridades de la institución de salud y se formalizó un convenio de investigación. En todas las etapas del estudio se tomaron en cuenta las consideraciones éticas estipuladas en la Declaración de Helsinki, por lo cual se clasifica como investigación sin riesgo, debido a que no existió intervención alguna y solo se realizó la aplicación de cuestionarios. El estudio fue aprobado por el Comité Local de Investigación y Ética en Investigación en Salud de la Delegación Estatal en Sonora-Jefatura de Prestaciones Médicas (Registro R-2016-2601-128).
Una vez aprobado el estudio, se invitó a todos los médicos residentes de la institución de salud a participar en la investigación (n = 121). Todos aceptaron formar parte del estudio, firmaron el consentimiento informado previo a la evaluación y, posteriormente, contestaron los cuestionarios. Se garantizó que la participación fuera voluntaria y que los residentes tuvieran la opción de retirarse en cualquier momento del estudio y a salvaguardar su información y confidencialidad.
De los 121 residentes en total, solo 94 contestaron todos los instrumentos. Después se analizaron cada uno de los cuestionarios del mmpi-2-rf de los 94 residentes a través de las escalas de validez para identificar a aquellos que presentaran inconsistencia de respuestas, una posible minimización de síntomas o exageración de síntomas. Se filtraron y descartaron a los participantes que no cumplieron con los criterios de validez. De esta forma, se obtuvo la muestra final de 47 médicos residentes, cuyos datos se capturaron en el paquete estadístico SPSS versión 21.
Se analizaron los datos de los 47 médicos residentes en la EDO por sus cuatro dimensiones (agotamiento emocional, despersonalización, insatisfacción de logro y psicosomático). Para obtener los puntajes de calificación se sumaron los ítems de cada dimensión, y una vez calculado el puntaje bruto, se realizó la conversión de un promedio individual a valores Leiter 27. Finalmente, con base en el valor alcanzado, se llegó a un diagnóstico en uno de los cuatro niveles y fases de desgaste profesional: nivel bajo (fase sano) suma de valor Leiter = 3; nivel regular (fase normal) suma de valor Leiter = 4; nivel alto (fase en peligro) suma de valor Leiter = 5 o 6, y nivel muy alto (fase "quemado") suma de valor Leiter = 7.
Finalmente, mediante la prueba de normalidad Kolmogorov-Smirnov, se determinó que la prueba estadística de correlación apropiada era el coeficiente rho de Spearman, al no tener una distribución normal. Los análisis de relación se establecieron como un valor de significancia estadística y un valor de p > 0.05. Con el fin de interpretar mejor los datos, se analizaron la magnitud y relevancia de dichas relaciones, estimando la potencia estadística y el tamaño del efecto, mismas que fueron obtenidas con el programa G*Power, que estableció un nivel de significancia de 0.01.
Resultados
A continuación, se describen los resultados obtenidos de la EDO. En la dimensión agotamiento emocional, hubo una media general de 4.25, lo que indica que, de manera general, los médicos participantes presentan un nivel moderado de cansancio emocional. Sin embargo, al analizar por niveles (alto, moderado y bajo), el 51 % de la muestra mostró un nivel de agotamiento alto. Esto indica que, probablemente, les cueste trabajo levantarse por las mañanas; tienen necesidad de descansar más horas de lo acostumbrado por el cansancio; sientan fuerte presión en su trabajo, y pueden presentar frecuentemente algunos trastornos del sueño, en su sexualidad, de tipo gastrointestinal, dolor de cuerpo y autopercepción de ansiedad y depresión. En últimas, pueden tener cansancio, agotamiento y necesidad de descansar.
En la dimensión de despersonalización, se obtuvo una media general de 2.40, lo cual revela que los médicos participantes presentan un nivel bajo de despersonalización. Al analizar los niveles (alto, moderado y bajo), el 74.5 °/o de la muestra tuvo un nivel de despersonalización bajo. Esto demuestra que, posiblemente, traten bien a las personas que requieren sus servicios; hay buen servicio de cortesía y comunicación con ellas; con frecuencia, los usuarios de sus servicios les parecen amigables y se relacionan bien con ellos; les agrada su trabajo, sobre todo cuando solucionan problemas planteados por los usuarios; no le dan mucha importancia a aquellos que llegan a tratarlos mal e intentan darles un muy buen servicio. Pueden ser cálidos, amigables, con actitudes positivas y sinceras hacia los que precisan sus servicios.
En cuanto a la dimensión insatisfacción de logro, se obtuvo una media general de 2.05. Ello revela que, de manera general, los médicos participantes presentan un nivel bajo de insatisfacción. Finalmente, al analizar los niveles (alto, moderado y bajo) se encontró que el 76.6 % de la muestra tiene un nivel de insatisfacción bajo. Esto demuestra que, tal vez, sienten que su trabajo puede ser enriquecedor y les gusta; no piensan cambiar de empleo y muy a menudo sienten pasión por lo que hacen; trabajan por gusto y por desarrollarse personalmente; sienten que le dan importancia a su trabajo, y logran llevarse bien con sus compañeros fácilmente.
Finalmente, en la dimensión psicosomática, se obtuvo una media general de 1.99, que indica que en la muestra hay niveles bajos de sintomatología psicosomática. Al analizar los niveles (alto, moderado y bajo) se encontró que el 87.2 % de la muestra tiene un nivel psicosomático bajo. Ello implica que, posiblemente, los médicos residentes no se vean afectados en su vida cotidiana por alteraciones del sueño, problemas gastrointestinales y psicosexuales, síntomas psiconeuróticos, dolor, ansiedad ni depresión (tabla 1).
Factor | Bajo | Moderado | Alto | |||
---|---|---|---|---|---|---|
f | f | % | f | % | ||
Agotamiento emocional | 4 | 8.5 | 19 | 40.4 | 24 | 51 |
Despersonalización | 35 | 74.5 | 11 | 23.4 | 1 | 2.1 |
Insatisfacción de logro | 36 | 76.6 | 11 | 23.4 | 0 | 0 |
Psicosomático | 41 | 87.2 | 6 | 12.8 | 0 | 0 |
En la tabla 2 se puede observar la distribución de los sujetos en los cuatro niveles y fases de desgaste profesional de acuerdo con el modelo de Leiter. Si bien se puede observar que el 74.5 % manifiesta un SB en el nivel regular, un 25.6 % se encuentra en el nivel alto, es decir, en peligro por dicho desgaste (tabla 2).
Niveles de burnout y fases Leiter | Frecuencia | Porcentaje |
---|---|---|
Nivel bajo (sano) | 18 | 38.3 |
Nivel regular (normal) | 17 | 36.2 |
Nivel alto (en peligro) | 12 | 25.6 |
La tabla 3 muestra, agrupados por sexo, los niveles y las fases de burnout de acuerdo con la escala Leiter. Se puede observar que un 68 % de los hombres presenta un nivel de SB normal; mientras que un 32 % se encuentra en nivel alto, es decir, en peligro por dicho desgaste. Por otra parte, en las mujeres se puede observar a un 81.8 % con SB normal; no obstante, también se encuentra un 17.9 °% en nivel alto de SB, es decir, en peligro por dicho desgaste.
Sexo | Niveles de burnout y fases Leiter | Frecuencia | Porcentaje |
---|---|---|---|
Hombres n = 25 | Nivel bajo (sano) | 10 | 40.0 |
Nivel regular (normal) | 7 | 28.0 | |
Nivel alto (en peligro) | 8 | 32.0 | |
Mujeres n = 22 | Nivel bajo (sano) | 8 | 36.4 |
Nivel regular (normal) | 10 | 45.5 | |
Nivel alto (en peligro) | 4 | 18.1 |
En cuanto a la personalidad de los médicos residentes, en la tabla 4 se puede observar que los mayores porcentajes de cada una de las escalas del MMPI-2-RF se ubican en los valores normales, es decir, sin psicopatología. En la escala agresividad, el 8.5 % de la población reporta nivel bajo, lo cual indica que posiblemente sean sumisos y pasivos a nivel interpersonal. Por otro lado, el 4.3 °% reporta un nivel alto de agresividad, lo cual quiere decir que, tal vez, sean agresivos, asertivos a nivel interpersonal, socialmente dominantes, con involucramiento en conductas agresivas instrumentales y son vistos por otros como dominantes.
Variable | Bajo | Normal | Alto | |||
---|---|---|---|---|---|---|
f | % | f | % | f | % | |
Agresividad | 4 | 8.5 | 41 | 87.2 | 2 | 4.3 |
Psicoticismo | 16 | 34 | 29 | 61.7 | 2 | 4.3 |
Impulsividad | 13 | 27.7 | 30 | 63.8 | 4 | 8.5 |
Neuroticismo | 7 | 14.9 | 37 | 78.7 | 3 | 6.4 |
Introversión | 4 | 8.5 | 36 | 76.6 | 7 | 14.9 |
En la escala psicoticismo, el 34 °% se encuentra en nivel bajo, lo cual indica que, probablemente, no existen experiencias de alteración en el pensamiento. Sin embargo, el 4.3 % reporta un nivel alto de psicoticismo, por lo cual, tal vez, quienes se encuentran con este nivel indican diversas experiencias asociadas con alteración en el pensamiento inusual y fenómenos perceptuales, están alejados de los demás, presentan pensamiento poco realista y presentan deterioro en la prueba de realidad.
En la escala impulsividad, el 27.7 °% de la población presenta un nivel bajo, y ello indica que, tal vez, exista un comportamiento excesivamente reservado. No obstante, el 8.5 °% tuvo un nivel alto de impulsividad y señala, probablemente, diversas manifestaciones de conducta no reservada, son conductualmente desinhibidos, con involucramiento en conductas acting-out, actúan de manera impulsiva y buscan experiencias nuevas y excitantes.
En la escala de neuroticismo, el 14.9 °% informó un nivel bajo, es decir, posiblemente presenten un nivel por debajo del promedio de experiencias emocionales negativas. Por otro lado, el 6.4 °% reportan un nivel alto. Así, tal vez, tengan diversas experiencias de emociones negativas que incluyen: ansiedad, inseguridad, preocupación, inhibidos debido a sus emociones negativas, autocrítico y propensos a culparse y experimentar ideas intrusivas.
Finalmente, se puede observar en la escala de introversión que el 8.5 °% presenta un nivel bajo, lo que indica que, probablemente, hay sentimientos de energía y tienen muchas experiencias emocionales positivas. En el 14.9 °% hay un nivel alto de introversión. Esto quiere decir que, tal vez, indican una pérdida de experiencias emocionales positivas o una evitación de situaciones sociales; carecen de experiencias emocionales positivas; experimentan problemas significativos de anhedonia; se quejan de depresión, falta de intereses, son pesimistas, y son socialmente introvertidos (tabla 4).
Los análisis de relación entre el nivel de sb y la personalidad, así como sociodemográfi-cas, muestran relaciones significativas con algunas variables. Como se puede observar en la tabla 5, el desgaste profesional de los médicos muestra una relación significativa y positiva con la impulsividad (r = 0.341, p = 0.019). Ello indica que a mayor impulsividad, el síndrome tiende a ser más elevado. También se encontró una relación significativa negativa con las horas de ejercicio en la semana (r = -0.414, p = 0.004), lo cual significa que a menor ejercicio físico, mayor será el burnout. Los tamaños del efecto en ambas variables son grandes y ello indica que la relación es importante y relevante (tabla 5).
Variable | r | Sig. | P | 1 - ß |
---|---|---|---|---|
Agresividad | 0.052 | 0.726 | 0.22 | 0.98 |
Psicoticismo | 0.28 | 0.057 | 0.53 | 0.99 |
Impulsividad | 0.341* | 0.019 | 0.58 | 0.99 |
Neuroticismo | 0.190 | 0.201 | 0.44 | 0.98 |
Introversión | 0.259 | 0.079 | 0.51 | 0.99 |
Edad | -0.230 | 0.119 | 0.48 | 0.99 |
Horas de trabajo diario | -0.001 | 0.993 | 0.03 | 0.99 |
Horas de sueño diario | -0.024 | 0.875 | 0.15 | 0.98 |
Horas de ejercicio en la semana | -0.414** | 0.004 | 0.64 | 0.99 |
Años de residencia | -0.226 | 0.127 | 0.47 | 0.99 |
r = prueba de correlación de Spearman, Sig.: significancia estadística; p = tamaño del efecto (0.10: bajo; 0.30: media; 0.50: alta);
1 - ß = potencia estadística.
* Significancia estadística menor a 0.05.
** Significancia estadística menor a 0.01.
Al segmentarse a los participantes por sexo, en los hombres se pudo observar una relación positiva y significativa del SB con el psicoticismo (r = 0.468, p = 0.018); mientras que se observa una relación negativa con las horas de ejercicio (r = -0.620, p = 0.001) y los años de residencia (r = -0.396, p = 0.050). Los tamaños del efecto de dichas relaciones muestran tamaños del efecto grandes (0.68, 0.78 y 0.62, respectivamente), lo cual indica que la magnitud de esta relación es importante y relevante. No se observaron relaciones significativas entre las dimensiones del SB en el grupo de mujeres.
Discusión
Los resultados del presente estudio advierten de la presencia de agotamiento emocional alto en la mitad de la población participante, y ello concuerda con estudios previos en población mexicana, donde se han señalado alteraciones significativas de agotamiento emocional en todos los médicos residentes de su estudio 20. De ahí que se concluya que esa dimensión fue la más afectada. La literatura destaca como factores predictores importantes de agotamiento emocional en médicos residentes los niveles altos de estrés percibido, temor a cometer errores médicos, sensación de que los conocimientos son insuficientes para satisfacer demandas laborales, abordaje de problemas psicosociales de los pacientes, falta de cortesía en las interacciones con colegas/subordinados, falta de reconocimiento de parte de los superiores, falta de incentivos y promociones, trabajo bajo presión del tiempo y necesidad de cumplir con los plazos, y establecimiento de metas inaccesibles o autoimposición de ese tipo de metas 28.
Por otro lado, la mayoría de los participantes mostraron niveles bajos en las dimensiones de despersonalización e insatisfacción. Si se compara con otros estudios en población médica residente pertenecientes al estado de Sonora, se han documentado resultados similares sin alteraciones significativas en ninguna de las tres dimensiones del SB (26. Sin embargo, contrario a esto, en esa misma población sonorense se han encontrado niveles altos de insatisfacción de logro y despersonalización en su muestra 25. Debido a las discrepancias, se sugiere la continuación de estudios en población con características geográficas similares, como lo son los médicos residentes del noroeste de México para contrastar los resultados.
Para explicar lo anterior, posiblemente, los niveles bajos en las dimensiones mencionadas se deben a factores protectores que se encuentran en la población del presente estudio, como que más de la mitad de la población se encontraba en sus primeros dos años de residencia, y acorde a la literatura, cuanto más se aproximan los residentes al final de su formación médica, incrementan las probabilidades de desarrollo del SB 29; asimismo, el 87 °% de los médicos cuenta con pareja, por lo cual, cuando un individuo cohabita con una pareja, la severidad y la frecuencia del SB se ve disminuida y atenuada; además, cuando existe pareja estable, hay menor despersonalización e insatisfacción de logro que en quienes están solteros 30,31.
En cuanto a las variables de personalidad, en la muestra total solo la impulsividad presentó una asociación estadísticamente significativa con el SB. La agresividad, neuroticismo e introversión no mostraron una correlación estadísticamente significativa con ninguna dimensión del SB ni en la muestra total ni en el análisis segmentado por sexo. Esto es opuesto a lo identificado en otros estudios, donde sí mostraron correlación significativa la introversión y el neuroticismo 13.
Lo anterior puede explicarse con el estudio de Vizcarra et al., en el que concluyeron que el 90 °% de la muestra no presentó incidencia de SB, y asociado con dicho porcentaje se encuentra el perfil de personalidad equilibrada, así como los componentes estructurales de actividad psíquica personal 32: temperamento, intelecto y carácter se encuentran en estándares de normalidad sin alteración. Es decir, no hubo correlación de la población que no presenta SB con ningún constructo de personalidad o psicopatología. Por lo tanto, surge la hipótesis de que, a mayor alteración del síndrome global, como en sus dimensiones, mayor será la correlación con factores de personalidad. Se sugiere que esta información pueda corroborarse en futuros estudios para su contrastación.
De los factores sociodemográficos se identificó una asociación significativa negativa entre el SB y las horas de ejercicio a la semana. Ello indica que mientras menor sea la actividad física, mayor es el riesgo de padecer desgaste profesional. Esto concuerda con las sugerencias que brindan Carrillo-Esper et al., quienes destacan el mantenimiento de buenos hábitos alimenticios, la incorporación del ejercicio físico y buenos hábitos de sueño al estilo de vida de los médicos para dotarles de estrategias de afrontamiento efectivas para hacerle frente al síndrome 2.
Se pudo observar que una cuarta parte de los participantes se encuentra en un nivel alto y en la fase de peligro de burnout, sobre todo más los hombres que las mujeres. Además, respecto a los análisis de correlación segmentados por sexo, solo existieron asociaciones estadísticamente significativas en el grupo de hombres, en cuanto al psicoticismo, las horas de ejercicio y los años de residencia. Esto es contrario a lo reportado por Millán-González y Mesén-Fainardi, quienes indicaron en su estudio que el perfil de mayor riesgo de desarrollar SB lo constituían las mujeres que se encontraban en su tercer año de residencia, entre otras características 18.
La realización del presente estudio en la población estudiada se debió a que a medida que avanzan en su carrera profesional, los médicos se encuentran inmersos en un ambiente que los somete a pruebas que difieren en su grado de dificultad y complejidad. Concretamente, los médicos residentes son quienes encuentran una variedad de frustraciones y tensiones entre las actividades desarrolladas como estudiantes y practicantes, que deben superarse con las capacidades y herramientas personales con las que cuentan. Aunado a lo anterior, los años de residencia médica son específicamente importantes, pues constituyen el periodo cuando hay una transición entre las expectativas idealistas y la práctica diaria, y esto conlleva una vulnerabilidad, debido a que se aprende que las remuneraciones económicas, aprendizaje personal y profesional, en realidad, no fueron lo que se prometía ni esperaba.
Con base en los resultados obtenidos, se puede ver que 4 de cada 10 médicos residentes del presente estudio están en riesgo de sufrir desgaste ocupacional. Aunado a ello, los hallazgos de correlación en hombres sugieren que a medida que avanzan en su formación, es mayor la exigencia, lo cual puede generar un descontrol personal, probablemente causando distanciamiento de los demás, pensamiento poco realista, sobre todo si no se cuenta con tiempo para canalizar todas las frustraciones relacionadas con el trabajo. Es imperativo que se entre los médicos promuevan oportunidades para el desahogo de las tensiones propias de la profesión, ya que las exigencias a este sector son altas y merman la salud física y mental de ellos.
No obstante, debemos señalar que el presente estudio tiene limitaciones, donde algunas recomendaciones para investigaciones posteriores son analizar y contrastar la población médica dependiendo del año de residencia en el que se encuentran y del área a la que pertenecen. Por otro lado, se recomienda elegir un instrumento que permita conocer la prevalencia del SB en la población y no solo la prevalencia del síndrome por dimensiones. Finalmente, se sugiere que las instituciones de salud promuevan el desarrollo de actividades de esparcimiento o ejercicio, ya sean de convivencia del personal o actividades individuales, con el fin de evitar el SB como producto de una labor tan demandante en el ámbito hospitalario.