Introducción
Estudios internacionales muestran que el número de mujeres cumpliendo condenas en prisión efectiva ha aumentado en un 25-30% durante las últimas décadas; escenario que muestra un crecimiento en el número de niños/as que se ven afectados/ as por el encarcelamiento de sus madres (Walmsley, 2005, 2015).
Del total de 140.893 personas pertenecientes a la población penal chilena, 11.24% corresponde a población femenina (15,671) y alrededor de 8% se encuentran cumpliendo condena de prisión en establecimientos penitenciarios a lo largo del país. El promedio anual de mujeres en prisión se mantuvo relativamente estable (aproximadamente 1.300 reclusas) hasta el 2005, año en que se aprobó la Ley N° 20.000 que sanciona el tráfico ilícito de drogas. Desde ese momento, y durante los siete años que siguieron, el promedio anual de mujeres en prisión aumentó progresivamente hasta triplicarse (3.400 aproximadamente), debido al aumento de condenas para mujeres que obtenían sus ingresos a partir del microtráfico de drogas. Las cifras mencionadas comenzaron a disminuir en el año 2012, y se redujeron a 1.837 mujeres recluidas por microtráfico en el año 2015, delito que representó 45% del total de causales. El segundo delito más frecuente en población femenina penitenciaria fue el robo (22%), seguido por otros delitos (14%), hurtos (8%) y faltas (7%), siendo los delitos contra la vida la causal con menor prevalencia (4%) (Gendarmería de Chile, 2015a, 2017a; Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, 2017).
En Chile, 61% de las mujeres privadas de la libertad se encuentra entre los 26 y los 45 años de edad, con un promedio de 37 años, coincidentes con la etapa reproductiva. En congruencia con lo anterior, 95% de ellas son madres y dos tercios tienen hijos menores de edad (Gendarmería de Chile, 2017a, 2017b). En cuanto a su caracterización social, entre 30 y 40% mantiene una relación de pareja estable con convivencia informal, tienen entre 2 y 3 hijos/as y pertenecen, en su mayor parte, a estratos socioeconómicos bajos. Cuando ingresan a la prisión, 2% se encuentra en estado de embarazo y 4% tiene hijos/as lactantes; algunos/as viviendo con ellas en secciones especiales de la prisión, llamadas Residencias Transitorias (Gendarmería de Chile, 2015a).
En cuanto a la salud mental en mujeres privadas de la libertad, los estudios internacionales reportan una prevalencia de 60% de trastornos mentales, 30% de ellos asociados a sintomatología depresiva y escaso tratamiento durante el cumplimiento de la condena (Birmingham, Coulson, Mullee, Kamal, & Gregoire, 2006; Byrne, Goshin, & Joestl, 2010). En el contexto carcelario chileno, los problemas de salud mental más frecuentes son los Trastornos del Ánimo, seguidos por el consumo problemático de alcohol, marihuana y derivados de la cocaína (Gendarmería de Chile, 2015a).
A nivel general, la depresión constituye un trastorno psiquiátrico muy frecuente en mujeres, en especial durante el período periparto (Ko, Rockhill, Tong, Morrow, & Farr, 2017). Su prevalencia fluctúa entre 6 y 38% durante el embarazo (Field, 2011) y entre 3 y 38% luego del parto. De manera complementaria, otros estudios reafirman la relación entre bajos ingresos y aumento en la depresión periparto en mujeres, constituyéndose la pobreza en un factor de riesgo (Woody, Ferrari, Siskind, Whiteford, & Harris, 2017); y Chile presenta las cifras más altas entre 56 países, asociadas a la inequidad del ingreso (Hahn-Holbrook, Cornwell-Hinrichs, & Anaya, 2018). Adicionalmente, las mujeres que desarrollan un cuadro depresivo durante el embarazo tienen mayor probabilidad de mantenerlo después de nacido el bebé, lo que agudiza las consecuencias negativas para ambos (Koutraet al., 2014). En cuanto al impacto de la depresión materna periparto en el niño/a, la literatura muestra de manera consistente su efecto negativo en el desarrollo emocional, cognitivo, psicomotor y social del menor (Agnafors, Sydsjö, & Svedin, 2013; Pilowsky et al., 2008; Podestá et al., 2013).
Con relación a los factores de riesgo para el desarrollo de sintomatología depresiva en mujeres encarceladas, se describe la ausencia de relaciones afectivas previas a la condena, la percepción de bajo apoyo por parte del equipo profesional del recinto penitenciario y la baja solidaridad entre las reclusas (Esposito, 2015). Otros estudios en esta población muestran una asociación entre síntomas depresivos y la preocupación por los hijos/as (Loper & Tuerk, 2011), alto estrés parental, bajos niveles de alianza con los cuidadores actuales de los hijos/as (Loper, Carlson, Levitt, & Scheffel, 2009) y la presencia de enfermedades preexistentes (Chen, Lai, & Lin, 2013). También, estudios internacionales muestran que la sintomatología depresiva materna en mujeres que cumplieron condena en prisión junto a sus hijos/as, puede aumentar una vez finalizado el encarcelamiento (Dolan, Birmingham, Mullee, & Gregoire, 2013), problemática que requiere un abordaje específico que considere también el contexto en el que se desarrolla la maternidad.
A partir de los antecedentes expuestos es posible inferir mayor prevalencia de trastornos depresivos en madres privadas de la libertad y consecuencias negativas en el desarrollo de sus hijos/as; sin embargo, estudios nacionales recientes con díadas madre-infante encarceladas, muestran frecuencias menores de déficit en el desarrollo psicomotor y niveles similares de cortisol en infantes que permanecen junto a sus madres, en comparación con aquellos atendidos en centros de salud pública (Macaria, Gallardo, Iñiguez, & Weisstaub, 2019).
Respecto a programas de intervención para el fortalecimiento de la parentalidad, aquellos breves y focalizados en modificar actitudes parentales erróneas se han asociado a resultados positivos en el despliegue de competencias y la adquisición de conocimientos sobre el cuidado infantil (Tremblay & Sutherland, 2017). En esta línea, intervenciones desarrolladas en Inglaterra dirigidas a mujeres embarazadas y a madres privadas de la libertad, reportan resultados favorables con relación a su capacidad de incrementar el pensamiento reflexivo, validar los sentimientos y vincularse positivamente con su hijo/a (Windham Stewart, 2016). Otros programas carcelarios para madres realizados en el mismo país, muestran que las intervenciones logran evitar el deterioro de la calidad de las interacciones con los hijos/as, y mantienen un adecuado nivel de mentalización, en contraste con madres recluidas que no participan de programas de intervención (Sleed, Baradon, & Fonagy, 2013). Intervenciones similares reportan un aumento de los sentimientos de eficacia en el rol materno, desarrollo de habilidades parentales y mayor comprensión del comportamiento de sus hijos/as (Kamptner, Teyber, Rockwood, & Drzewiecki, 2017; Miller et al., 2013), sin embargo, no se reportan cambios en los niveles de depresión ni de estrés parental en las mediciones inmediatas posintervención (Barlow, Midgley, Larkin. & Wei, 2015; Miller et al., 2013; Tremblay & Sutherland, 2017).
En Chile, la Gendarmería crea, en el año 2001, el Programa de Residencias Transitorias para niños y niñas que viven con sus madres privadas de libertad. Durante el año 2015, adquiere el nombre de Programa de Atención para Mujeres Embarazadas y con hijos/as lactantes (PAMEHL), y en el año 2016 obtiene su nombre actual, Creciendo Juntos. (Gendarmería, 2017; Gendarmería, 2015). El objetivo transversal de los programas ha sido resguardar el derecho de los niños/as menores de dos años a permanecer junto a sus madres mientras ellas cumplen condena efectiva en los centros penitenciarios nacionales. En particular, el programa PAMEHL se focaliza en promover el vínculo y las habilidades maternas desde la gestación, y busca reducir las consecuencias negativas de la privación de libertad (Gendarmería de Chile, 2015b). Considera la coordinación y gestión intersectorial con otros programas de protección social e iniciativas privadas, y gestiona las prestaciones de acuerdo con las necesidades específicas y las posibilidades que ofrecen las redes estatales, en coordinación con Tribunales de Familia, Centros de Salud, Sistema Chile Crece Contigo y Atención Educacional Preescolar (Gendarmería de Chile, 2015b).
En su versión actual, el programa Creciendo Juntos aborda factores de riesgo de reincidencia delictual y consta de dos componentes: 1) la atención a mujeres embarazadas y a díadas madre-hijo/a hasta 2 años de edad y, 2) la intervención familiar. El programa cuenta con cobertura nacional y es implementado con el apoyo de duplas de profesionales del área psicosocial, quienes diagnostican y diseñan un plan de intervención para cada díada y familia externa (Gendarmería, 2017).
En cuanto a los modelos teóricos utilizados en las intervenciones exitosas con mujeres embarazadas, dirigidas a reducir la depresión materna, los modelos cognitivo-conductuales son frecuentemente incorporados, y utilizan intervenciones grupales y/o visitas domiciliarias. Estas intervenciones consideran la entrega de información sobre depresión perinatal, la identificación de redes de apoyo, la promoción de pensamientos positivos y actividades placenteras, y abordan aspectos como la autoestima materna y las habilidades para resolver problemas (Huynh-Nhu, Perry, Genovez, & Cardeli, 2013; Kozinsky et al., 2012; Lara, Navarro, & Navarrete, 2010; Milgrom, Schembri, Ericksen, Ross, & Gemmill, 2011; Muñoz et al., 2007; Rahman, Malik, Sikander, Roberts, & Creed, 2008; Tandon, Perry, Mendelson, Kemp, & Leis, 2011). Por otro lado, las intervenciones con mujeres embarazadas que consideran la depresión materna y se focalizan en el vínculo madre-infante, utilizan estrategias de intervención variadas, principalmente enfoques psicodinámicos que buscan ligar las experiencias pasadas de la madre y su historia vincular infantil, con el tipo de relación que desarrollará con su bebé, así como el uso de estrategias para incrementar la sensibilidad y la facultad reflexiva materna (Svanberg, Menner, & Spieker, 2010).
Si bien los estudios de revisión de intervenciones realizadas con mujeres durante su embarazo para reducir la depresión posparto revelan una reducida evidencia sobre su efectividad (Cooper, Murray, & Halligan, 2011; Morrell, 2006), algunos estudios muestran que los beneficios se observan en la calidad vincular madre-infante (Santelices et al., 2010; Svanberg et al., 2010).
Considerando la alta prevalencia de la depresión materna periparto, su incremento en madres recluidas y su impacto negativo en el desarrollo infantil temprano, el objetivo de este estudio fue realizar intervenciones grupales en dos grupos, uno conformado por mujeres embarazadas y otro por díadas madre-infante que se encontraban cumpliendo condena en cárceles chilenas, y evaluar su efecto en la sintomatología depresiva materna y en el desarrollo socioemocional infantil.
Método
Participantes
Participaron un total de 60 mujeres recluidas en siete Centros Penitenciarios Femeninos Chilenos, 30 embarazadas y 30 con hijos/as menores de dos años. El estudio incluyó mujeres de dos Centros de la ciudad de Santiago y cinco Centros ubicados en otras regiones del país. Los criterios de inclusión considerados para participar en el estudio fueron: estar recluida en un Centro Penitenciario Femenino Chileno, estar embarazada o tener un hijo/a menor de dos años. Las mujeres embarazadas y madres aceptaron participar voluntariamente en el estudio, y firmaron previamente el respectivo consentimiento informado de acuerdo con las exigencias éticas vigentes en Chile y en la Gendarmería. Se aclaró a cada participante que podía dejar de participar en cualquier momento de la intervención, sin que esto perjudicara su inserción en el Centro Penitenciario.
En relación con los antecedentes sociodemográficos de las mujeres participantes, la media de edad fue de 28,25 (DS = 4,84) con un rango de 18 a 40 años; el promedio de años de educación formal varió entre 5 y 12 años, con un promedio de 9,11 (DS = 2,65). En cuanto a los tiempos de condena, el promedio fue de 42,86 meses (DS = 24,65) con un rango entre 2 y 120, y los tiempos de permanencia cumplidos en los Centros variaron entre 1 y 19 meses con un promedio de 7,47 (DS = 4,54). En las Tablas 1 y 2 se detallan los datos estadísticos descriptivos de las variables sociodemográficas de las participantes del grupo 1 (mujeres embarazadas) y el grupo 2 (díadas madre-infante).
Instrumentos
Ficha de Antecedentes. Considera preguntas orientadas a recopilar antecedentes sociodemográficos y carcelarios de las participantes tales como nivel educativo, edad, tiempo de condena, motivo, tiempo de permanencia en el centro penitenciario, relación de pareja actual, número de hijos, sexo y edad del hijo/a participante en el estudio.
Inventario para la Depresión de Beck, BDI (Beck, Ward, Mendelson, Mock, & Erbaugh, 1961). Cuestionario de autoreporte que consta de 21 ítems y evalúa la sintomatología depresiva actual. En esta prueba el sujeto debe elegir, entre un conjunto de cuatro alternativas ordenadas de menor a mayor gravedad, la frase que mejor describe su estado de ánimo durante la última semana. Cada ítem puede ser valorado de 0 a 3 puntos, con un puntaje total que varía entre 0 y 63. Puntajes mayores indican mayor sintomatología depresiva y se definen cuatro categorías: mínima 0-9, leve 10-18, moderada 19-29 y severa 30-63. Los análisis de fiabilidad son adecuados, puesto que se ha obtenido en la versión española aplicada en pacientes con trastornos psicológicos un valor α =.90 (Vásquez & Sanz, 1999). El estudio de validación chileno del instrumento reporta un alpha value de .92 (Valdés et al., 2017) y el alpha value obtenido en el presente estudio fue de .92.
Cuestionarios Edades y Etapas -ASQ-SE- (Squires, Bricker, & Twombly, 2003). Se utilizan para tamizaje y monitoreo de dificultades socioemocionales infantiles. El instrumento considera siete subescalas que evalúan autoregulación, obediencia, habilidades comunicacionales, funcionamiento adaptativo, autonomía, afecto e interacción con otros. Altos puntajes indican dificultades en el desarrollo socioemocional y bajos puntajes indican un desarrollo adecuado. Considerando la diversidad de edades de los niños/as participantes y el uso de distintas plantillas de evaluación según la edad, no es posible comparar los puntajes directos obtenidos, por esta razón, se calculó el porcentaje de problema de cada niño/a con relación al máximo para su edad. El instrumento presenta un nivel de validez concurrente entre 71%-90%, con un nivel de acuerdo de 84%, una confiabilidad test-retest de 89% y una correlación intraclase de .91 (Squires, Bricker, Heo, & Twombly, 2002).
Procedimiento
Las mujeres participantes fueron invitadas a participar en el estudio por parte de los psicólogos/as y asistentes sociales que trabajaban en los Centros Penitenciarios Femeninos, quienes posteriormente realizaron las evaluaciones e implementaron las intervenciones. La información fue recogida en un período de 15 meses, durante los años 2016 y 2017. Se realizaron dos mediciones en ambos grupos; la primera, antes de la intervención entre los 3 y 8,5 meses de gestación en el grupo que asistió a la intervención 1 para mujeres embarazadas y entre 1 y 23 meses de nacidos los infantes en el grupo que asistió a la intervención 2 para díadas madre-infante. La segunda evaluación se realizó en ambos grupos una vez finalizados las intervenciones con un rango entre una y tres semanas, en los distintos Centros Penitenciarios. Se evaluó en la primera medición: sintomatología depresiva materna, antecedentes en torno a la reclusión y antecedentes sociodemográficos en ambos grupos. En el grupo de díadas madre-infante se evaluó también el desarrollo socioemocional infantil. En la segunda medición se evaluó la sintomatología depresiva materna en ambos grupos y el desarrollo infantil en el grupo de díadas.
El estudio fue desarrollado con la aprobación y el apoyo de la Gendarmería de Chile y contó con un entrenamiento de 12 horas a profesionales que conformaron las duplas psicosociales (compuestas por psicólogas y trabajadoras sociales), que trabajaban en los Centros. El entrenamiento consideró la entrega de un kit de materiales del Programa “Me siento bien, mi bebé también” (FONDECYT N°3120109), implementado y evaluado anteriormente en cinco Centros de Salud Pública de la Región Metropolitana (Olhaberry et al., 2015; Olhaberry, León, Seguel, & Mena, 2015). El kit de materiales incluyó manuales para las intervenciones con mujeres embarazadas y con díadas madre-infante, cartillas de trabajo, cuadernos de trabajo, videos, tarjetas y fotografías. El entrenamiento fue adelantado por una dupla de psicólogas que lideró la implementación previa del Programa en los Centros de Salud Pública. Se realizaron en total cinco sesiones dirigidas a mujeres embarazadas y cuatro a díadas madre-bebé. La asistencia, de carácter voluntario, fue promovida por los profesionales; y se contó con una participación completa a la totalidad de las sesiones.
Descripción de la Intervención
La intervención realizada y reportada en este estudio formó parte de la primera y la segunda etapa del Programa "Me siento bien, mi bebé también", orientado a reducir la depresión materna y a favorecer un vínculo positivo entre la madre y su bebé, desde el embarazo hasta los primeros años de vida del niño/a. En términos teóricos, el programa se basa en los planteamientos de los teóricos del apego (Bowlby, 1988; Stern, 1985) e incorpora algunos elementos del Enfoque Cognitivo Conductual (Tandom et al., 2011), también considera los resultados favorables encontrados después de utilizar estos modelos, descritos en la literatura científica. Del mismo modo, el programa considera el embarazo y el posparto como los momentos idóneos para intervenir y selecciona la modalidad grupal, tomando en cuenta resultados exitosos reportados en estudios previos, así como el bajo costo que conlleva esta modalidad en contraste con las intervenciones individuales (Clark, Tluczek, & Wenzel, 2003; Mulcahy, Reay, Wilkinson, & Owen, 2009).
Las intervenciones realizadas con las mujeres embarazadas contemplaron cinco sesiones y las realizadas con las díadas madre-infante cuatro; y todas las sesiones tuvieron una duración aproximada de una hora y media, y una frecuencia semanal.
Sesiones y contenidos Intervención 1 para mujeres embarazadas:
Sesión 1. ¿Cómo me siento y qué tan activa me encuentro?
Contenidos: Depresión, síntomas, asociación entre pensamientos, emociones y conductas, nivel de activación y actividades placenteras.
Sesión 2. ¿Cómo reconocer y resolver problemas?
Contenidos: Definición de un problema y estrategias para su resolución.
Sesión 3. ¿Cómo estoy viviendo mi embarazo?
Contenidos: El concepto de “ambivalencia” en las emociones y pensamientos durante el embarazo.
Sesión 4. La madre que tuve y la madre que quiero ser.
Contenidos: La propia historia vincular con los padres, su influencia en los vínculos actuales y en la construcción del vínculo con el bebé.
Sesión 5. Preparándome para la llegada de mi bebé.
Contenidos: Las representaciones mentales sobre el bebé y el propio rol materno, la integración entre lo imaginado, lo deseado y la realidad.
Sesiones y contenidos Intervención 2 para díadas madre-infante
Sesión 1. Conociéndonos en torno al apego.
Contenidos: El encuentro con la maternidad, la influencia del ánimo depresivo en el tipo de relación que se establece con el bebé y el apego madre-infante, cómo diferenciar mitos y realidades.
Sesión 2. ¿Qué necesita mi hijo?
Contenidos: Sensibilidad materna, mentalización y el reconocimiento de las necesidades del infante.
Sesión 3. Masajes y acuerdos en los estilos de crianza.
Contenidos: Masaje infantil como estrategia de promoción de interacciones sensibles con el infante, regulación emocional y crianza infantil.
Sesión 4. Límites y buen trato.
Contenidos: Límites y estructura, normas y buen trato con el infante.
Análisis de datos
Los análisis fueron realizados con el paquete estadístico para las ciencias sociales SPSS 23 (IBM, 2016). Para examinar el efecto de ambas intervenciones tanto en la sintomatología depresiva de las madres como en el desarrollo socioemocional de sus hijos/as, se realizó un análisis de regresión multinivel para medidas repetidas con individuos en el nivel 2, y el paso del tiempo (pre-post) en el nivel 1, dando cuenta así del carácter anidado de los datos (Peugh, 2010), además de permitir la inclusión de variables de control. Se utilizó un método de estimación Restricted Maximum Likelihood (REML) puesto que permite obtener estimados robustos con muestras pequeñas (Peugh, 2010). Además, siguiendo la recomendación de O’Connell et al. (2017), se seleccionó una estructura de varianza/covarianza de residuos Heterogenous Compound Symmetry, que implica la estimación de distintas varianzas en cada ocasión, en conjunto con su correlación. Dado que las variables de control se encuentran en el nivel 2 (individuo), estas fueron centradas en la gran media del grupo, mientras que el tiempo fue centrado en su inicio (0 = pre, 1 = post). Las variables dicotómicas fueron ingresadas en formato dummy (ej. 0 = sexo masculino, 1 = sexo femenino). Para ambas intervenciones se estimó, por separado, la comparación entre valores pre y post intervención en la sintomatología depresiva de las madres considerando como variables controles su tiempo de condena, edad y años de escolaridad. Para la intervención con el grupo 2 (diadas madre-infante) se realizó, además, la estimación de las diferencias entre pre y post medición para los problemas en el desarrollo socioemocional de los niños, controlando por las variables incluidas en los modelos previos más el sexo y edad del bebé.
Resultados
Sintomatología depresiva materna
De acuerdo con la medición realizada antes de la intervención, se encontró mayor sintomatología depresiva en las mujeres embarazadas que en las madres de hijos/ as nacidos/as, con un 60% con depresión mínima o leve y 40% con depresión moderada o severa. En cuanto a las madres de hijos/as nacidos/as, 93,3% presentó depresión mínima o leve y 6,7% depresión moderada o severa. Si bien ambos grupos disminuyen su sintomatología después de la intervención, las mujeres embarazadas continúan con niveles más altos de depresión que las madres de hijos/as nacidos/ as. Los promedios y desviaciones estándar de la sintomatología depresiva maternal por grupo pre y post intervención, y frecuencias y porcentajes de acuerdo con las categorías de depresión se presentan en la Tabla 3.
Dado que, tras una inspección visual, los residuos del modelo no presentaron una distribución normal, se evaluó el mismo modelo con base en la transformación de la variable dependiente según su logaritmo natural, lo que permite aproximar los datos a una distribución normal. Los resultados no presentaron divergencias sustantivas entre ambas versiones, por lo que se presentan los resultados del modelo sin transformación para favorecer la interpretación de los datos en su escala original.
Tanto en el grupo 1, conformado por mujeres embarazadas (b=-3.60, t(29)=-2.66, p=.031), como en el grupo 2, correspondiente a díadas madre-infante (b=-0.1499, t(93)=-5.3, p=<.001), las mujeres participantes mostraron una disminución significativa de la sintomatología depresiva en la evaluación realizada después de la intervención. En la intervención realizada con mujeres embarazadas se pudo observar una disminución de 3.6 puntos en la sintomatología depresiva (95% CI = 6.85 - .35), mientras que en la intervención realizada con díadas madre-infante se pudo observar una disminución de 4.83 puntos (95% CI = 7.32 - 2.34); las variables de control no generaron un efecto significativo por sobre la intervención, a excepción del tiempo de condena en la intervención dirigida a las diadas (Tabla 4).
Desarrollo socioemocional infantil
Tras inspeccionar visualmente los residuos del modelo, no se encontró una desviación significativa de la distribución normal ni un patrón específico en la varianza de estos. Los infantes que participaron en la intervención con díadas presentaron puntajes promedio iniciales indicativos de problemas en el desarrollo socioemocional de 45.18 (19.295) y posintervención de 29.92 (14.407). Los resultados del modelo sugieren una disminución significativa de los problemas en el desarrollo socioemocional en la evaluación realizada después de la intervención (b=-15.26, t(18)=- 4.107, p=.001); mientras que el resto de las variables de control no ejercieron una influencia significativa. En la evaluación posintervención, los infantes disminuyeron en 15.26 puntos (95% CI = 23.07 - 7.455) sus problemas socioemocionales. El resto de los parámetros se encuentran descritos en la Tabla 5.
Discusión
La depresión es un trastorno mental prevalente en la población mundial, con cifras mayores en mujeres, especialmente durante su etapa reproductiva (Ko et al., 2017). Adicionalmente, la prevalencia se acentúa en aquellas que experimentan alto estrés asociado al ingreso económico (Hahn-Holbrook, Cornwell-Hinrichs, & Anaya, 2018), siendo los trastornos del ánimo los que con mayor frecuencia se presentan en el contexto carcelario femenino (Gendarmería de Chile, 2015a). Este escenario constituye un desafío para el diseño e implementación de programas de intervención para mujeres recluidas, que puedan ser evaluados y posteriormente replicados. Las investigaciones que evalúan resultados de intervenciones focalizadas en reducir la sintomatología depresiva materna periparto en población general no son favorables (Cooper et al., 2011), situación que se replica en los estudios realizados en mujeres privadas de la libertad junto a sus hijos/as pequeños/as, quienes reportan mejoras en sus habilidades parentales, pero no en la sintomatología depresiva (Kamptner et al., 2017; Tremblay & Sutherland, 2017). Sin embargo, experiencias con mujeres atendidas en Centros Públicos de Salud de Chile reportan resultados alentadores en mujeres embarazadas, y muestran reducción de la sintomatología depresiva materna y mejoras en la calidad vincular a partir de la intervención grupal (Olhaberry et al., 2015). Dado lo anterior, en la presente investigación se replicó dicha intervención en dos grupos, uno conformado por mujeres embarazadas y otro por díadas madre-infante, que se encontraban cumpliendo condena en cárceles chilenas, con el objetivo de evaluar el efecto de la intervención en la sintomatología depresiva y en el desarrollo socioemocional infantil.
Los resultados obtenidos muestran una disminución significativa de la sintomatología depresiva en las mujeres embarazadas participantes (b=-3.60, t(29)=-2.66, p=.031) y en las que conforman la diada madre-infante (b=-0.1499, t(93)=-5.3, p=<.001), así como una reducción de los problemas en el desarrollo socioemocional infantil (b=-15.26, t(18)=-4.107, p=.001). Estos resultados rescatan el valor del uso de estrategias de intervención grupal para mujeres embarazadas y madres en contextos carcelarios basadas en la consideración de la historia vincular y el apego, el abordaje de aspectos como la ambivalencia en las emociones y pensamientos durante el embarazo, las representaciones mentales sobre el bebé y el propio rol materno, el reconocimiento de los síntomas depresivos de la madre y de las necesidades infantiles, la promoción de interacciones sensibles con el infante, la regulación emocional y la crianza infantil, los límites y el buen trato, entre otros aspectos.
Los resultados obtenidos en este estudio mostraron promedios iniciales mayores en sintomatología depresiva en las mujeres embarazadas (16,7 puntos en el BDI) que en las madres con hijos/as nacidos, con un 56,7% en las categorías depresión leve, moderada o severa. Mientras, las madres recluidas participantes en la intervención grupal para díadas madre-infante obtuvieron un promedio más bajo (10,03), menores frecuencias en las categorías leve y moderada (40%) y ausencia de madres con depresión severa. Lo anterior podría explicarse si se considera que el nacimiento del bebé y la experiencia de la maternidad pueden ser vividos como “más difíciles” desde las representaciones sociales y las fantasías previas al nacimiento, y que la realidad resulte menos frustrante y más placentera. Otro elemento que puede contribuir a la comprensión de este resultado es la condición de “familia” que surge con la llegada de un hijo/a y que rompe con la soledad de la reclusión, a partir de la construcción de una relación afectivamente significativa con un hijo/a. Si bien este elemento podría resultar “protector” para la madre, resulta relevante revisar con mayor detalle su impacto en el desarrollo y la salud mental del niño. Estudios recientes muestran un desarrollo psicomotor mayor en infantes que viven junto a sus madres privadas de libertad y niveles de cortisol similares a los encontrados en niños atendidos en Centros de Salud Pública (Macaria et al., 2019), sin embargo, se requieren nuevos estudios para profundizar en la explicación de estos hallazgos.
Teniendo en cuenta los resultados, es posible hipotetizar que la maternidad en un recinto carcelario puede desarrollarse de manera protegida, a partir de la posibilidad de una dedicación exclusiva a los cuidados infantiles de un hijo/a, la ausencia de preocupaciones económicas y el control externo en relación con factores contextuales de riesgo (violencia, tráfico de drogas, entre otros), que podrían constituirse en estresores maternos e infantiles. Sin embargo, para avanzar en la discusión sobre la pertinencia de los programas carcelarios materno-infantiles y analizar su efecto en ambos miembros de la díada, se requieren nuevos estudios que consideren variables relativas tanto el desarrollo del infante como la salud mental de la madre, lo que hace necesario evaluar la calidad vincular y su evolución. En la misma línea, se requieren estudios que permitan caracterizar de manera específica a la población de mujeres-madres en centros carcelarios, en relación con aspectos sociodemográficos, experiencias adversas infantiles y actuales, redes familiares y prevalencia de trastornos físicos y psicológicos. De esta manera, la detección de necesidades en torno a la salud mental, así como la interpretación de los resultados sería más precisa respecto a la identificación de efectos específicos de la intervención y necesidades no cubiertas que deberían ser incluidas en futuros programas de atención para este grupo.
Llama la atención en los resultados que las variables control consideradas tanto para las mujeres embarazadas (tiempo de condena, edad y años de educación formal) como para las díadas madre-infante (sexo y edad del bebé) no tuvieron ninguna influencia en los resultados. Una posible explicación es que la reclusión y el contexto carcelario son variables de alto impacto en la maternidad, que prevalecen por sobre las diferencias individuales que en otros escenarios podrían resultar relevantes.
Si bien los resultados muestran que las mujeres embarazadas, madres e infantes se beneficiaron de las intervenciones grupales, se requieren nuevas aplicaciones que consideren evaluaciones de seguimiento mediante las que se pueda verificar su efectividad y evaluar la permanencia de los cambios en el tiempo. Adicionalmente, sería relevante realizar estudios que incorporen la perspectiva de las/os profesionales y las madres que participaron. Desde la visión de los profesionales que realizaron las intervenciones sería recomendable identificar las dificultades para la implementación, la pertinencia de los contenidos y la aceptabilidad general; y desde la mirada de las madres, identificar los aspectos más valorados de las intervenciones, aquellos que se podrían mejorar o ajustar y las necesidades particulares de madres residentes en Centros Penitenciarios.
En cuanto a las limitaciones del estudio desarrollado, es importante destacar el pequeño tamaño muestral, lo que pudo influir en la distribución normal de los datos; el uso de una escala de depresión que no considera las particularidades del período periparto y el momento de la evaluación posintervención, que no consideró un lapso de tiempo mayor para determinar la permanencia de los cambios observados en la sintomatología depresiva y en el desarrollo socioemocional infantil.
Nota de los autores
Especiales agradecimientos a la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica, CONICYT Chile, al Proyecto Fondecyt de Postdoctorado Nº3120109, al Fondo de Innovación para la Competitividad, del Ministerio de Economía, Fomento y Turismo, Instituto Milenio para la Investigación en Depresión y Personalidad (MIDAP), Proyecto IS130005 y a Gendarmería de Chile.