Introducción
Cuando un país, como es el caso de Colombia, asume una etapa de su proceso histórico como el posconflicto, se enfrenta con situaciones políticas y sociales que evidencian problemáticas psicosociales inéditas, las cuales, requieren de aportes profesionales que permitan su comprensión, es por ello que se propone este artículo como una contribución, desde la psicología, al conocimiento de las necesidades de la población joven desvinculada del conflicto armado, con la intención de aportar al desarrollo de procesos de intervención efectivos que permitan su reincorporación y adaptación a la vida civil.
Tratar específicamente, los efectos del conflicto armado en la población joven desvincu lada y el posterior desarrollo de estrategias de ciudadanía que permitan el fortalecimiento de actitudes para la paz, es una vía para entender cómo asumir desde la academia y la socie dad, un proceso de posconflicto.
Desde esta perspectiva el objetivo es establecer el tipo de relación existente entre la competencia social que evalúa el test sobre Actitudes y Estrategias Cognitivas y Sociales (AECS, 2004) y el comportamiento prosocial, entendiendo este concepto, como una de las competencias que reconoce lo socialmente correcto.
Para este propósito es necesario tener presente el contexto sociocultural en el que se han desarrollado y al que se reincorporan estos jóvenes, para comprender sus actitudes y comportamientos al momento de asumir la vida civil.
Al respecto, García Peña (2015), Moreno Camacho y Díaz Rico (2016), afirman que en las últimas décadas el interés por la intervención psicosocial en Colombia como una lec tura de nuestros contextos, se plantea como un proceso público en el que participan ins tituciones del Estado y organizaciones civiles, desde diversos enfoques que buscan aliviar las afectaciones de las problemáticas múltiples que impactan a la población de este país. Afectaciones que son incalculables a escala social y devastadoras en cada persona trauma tizada emocionalmente.
Metodología
Tipo de investigación: descriptivo - exploratorio, que especifica el comportamiento prosocial, a partir de la aplicación del test sobre Actitudes y Estrategias Cognitivas y Sociales (AECS).
Diseño de investigación: cuasi experimental, de orden longitudinal para la recolección de los datos relacionados con la evaluación de la competencia social.
Objetivo: establecer el tipo de relación existente entre la competencia social que eva lúa la AECS (haciendo énfasis en las actitudes sociales) y el comportamiento prosocial, con respecto a la sensibilidad social, la conformidad de lo que es socialmente correcto y las di ficultades sociales en jóvenes desvinculados del conflicto armado en Colombia que se en cuentran en proceso de normalización social.
Variables de investigación: Variable dependiente: comportamiento prosocial relacionada con sensibilidad social, la conformidad de lo que es socialmente correcto y las dificultades sociales. Variable independiente: competencia social (con lo socialmente correcto).
Formulación de hipótesis: Teniendo en cuenta la revisión de la literatura y los hallazgos encontrados, se formulan las siguientes:
Hipótesis alterna: existe una relación directa entre la competencia social que evalúa la AECS y el comportamiento prosocial, con respecto a la conformidad de lo que es socialmente correcto, en jóvenes desvinculados del conflicto armado en Colombia que se encuentran en proceso de reincorporación social.
Hipótesis nula: no existe una relación directa entre la competencia social que evalúa la AECS y el comportamiento prosocial, con respecto a la conformidad de lo que es socialmente correcto, en jóvenes desvinculados del conflicto armado en Colombia que se encuentran en proceso de reincorporación social.
Definiciones operacionales
Comportamiento prosocial
Se revisa el concepto de comportamiento prosocial porque permite potenciar en la población desvinculada conductas como la sensibilidad social, la conformidad social (con lo socialmente correcto), la tolerancia, la cooperación y ayuda, además de prevenir comportamientos agresivos o violentos. De tal forma, los comportamientos prosociales son importantes en las relaciones sociales, por ello es vital delimitar el concepto de lo que es ser prosocial.
Diferentes posturas como Gil, et al. (2018) ; Tur-Porcar, et al. (2016) ; Auné, et al. (2014); Redondo, et al. (2013); Urquiza y Casullo (2006), definen el comportamiento prosocial y sus componentes como un logro en la adolescencia, período que catalogan como un momento del ciclo vital disruptivo y con variables negativas que desencadenan crisis. En efecto, la crisis adolescencial genera cambios físicos, mentales, emocionales y sociales que comprometen al adolescente en sus respuestas personales y sociales, dependiendo de sus vivencias y pro ceso de desarrollo.
En esta vía, desde la perspectiva del aprendizaje, Gil, et al. (2018) sostiene que el com portamiento social viene de las contingencias ambientales, en el que el contexto psicosocial, desde refuerzos positivos o negativos, promueve comportamientos socialmente aceptables. Así, la teoría del aprendizaje social plantea que los comportamientos prosociales son produc to de un proceso de aprendizaje, de tal forma que, evolutivamente el desarrollo moral devie ne de la construcción de razonamientos morales complejos. Por tanto, en una persona, si el razonamiento moral es mayor, su comportamiento social es mejor, en términos de la incorpo ración de la norma, las reglas sociales, el manejo de los conflictos (Urquiza & Casullo, 2006).
La conducta prosocial es sin duda una forma de vida, que permite ayudar a los demás, así como la solidaridad, el voluntariado y la empatía. En general, parece haber acuerdo en llamar conducta prosocial a los comportamientos llevados a cabo voluntariamente para ayudar o beneficiar a otros (Gómez, 2018).
Competencia social
Este concepto se refiere a las capacidades y habilidades afectivas que ayudan al desenvolvimiento y ajuste en los contextos sociales, se refieren a actitudes personales que permiten un equilibrio mental (Moraleda, 1998).
Desde una perspectiva psicosocial, las actitudes sociales se han clasificado como adapta- tivas o no adaptativas, categorizándose en prosociales, antisociales y asociales (Arana, et al., 2017). Según la American Psychiatric Association (2013), cuando se habla de competencias sociales en adolescentes, es necesario reconocer tres variables: las actitudinales, las cogniti- vas y las procedimentales. La competencia social relacionada con lo que es correcto o no, es una variable actitudinal que hace parte del factor prosocial, y es la que evalúa este estudio.
Dicha actitud, hace referencia al acatamiento de las normas y reglas sociales, como principios racionales aceptados democráticamente, es decir, se evidencia a través de la cons ciencia de la propia responsabilidad moral.
La competencia social, plantean Ison-Zintilini & Morelato (2008), también se ha consi derado ampliamente como una forma de inteligencia emocional, esta se puede medir des de las pruebas de inteligencia emocional y se acentúa fortaleciendo habilidades cognitivas (lingüísticas, matemáticas o espaciales). Es importante en este sentido, tener presente siem pre la cultura, el contexto psicosocial al momento de evaluar en una persona la competencia social, ya que manifiesta variaciones dependiendo del entorno circundante, el nivel educa tivo, el género y la edad (García Peña, 2015).
Población y muestra
La población está conformada por 70 jóvenes de ambos sexos, con diferentes niveles de escolaridad, que han decidido desvincularse del conflicto armado en Colombia y están en proceso de normalización social. Estos jóvenes se seleccionaron para este estudio porque conforman la población total de la casa de protección, de la comunidad Ciudad Don Bosco, en Medellín, Colombia.
Criterios de inclusión/exclusión
De inclusión: estar entre 14 y 19 años, haber pertenecido a un grupo insurgente, haberse desvinculado del conflicto armado.
De exclusión: presentar discapacidad cognitiva.
Instrumento
AECS, Actitudes y Estrategias Cognitivas Sociales: esta prueba valora detalladamente el desarrollo de la competencia social en adolescentes, desde lo actitudinal y lo cognitivo; está constituida, por 19 escalas, 9 de actitud social y 10 de pensamiento social, distribuidas en 137 ítems, se aplica en un tiempo promedio de 45 min (Moraleda, et al., 2004). La competencia social que para este estudio interesa resaltar, tiene que ver con la conformidad con lo que es socialmente correcto, que se relaciona con el acatamiento de normas y reglas sociales que facilitan la convivencia y el respeto mutuo, la percepción de las figuras de autoridad y la conciencia de la norma como principio racional aceptado democráticamente.
La otra competencia evaluada es la sensibilidad social, la cual se corresponde con la empatía, ayuda y colaboración a otros, el liderazgo prosocial, la seguridad y firmeza en la interacción. Y, por último, también se toman en cuenta las dificultades en los comporta mientos sociales como, la agresividad, la terquedad, la impulsividad (frente a reflexividad), la dominancia, la ansiedad, la timidez, la apatía y retraimiento, convergencia frente a diver gencia (rigidez de pensamiento), desconfianza y suspicacia, y en general, dificultades para buscar soluciones y medir consecuencias de las acciones (CIE10 ES, 2020).
Procedimiento
Mediante convenio con Ciudad Don Bosco, fundación que, posterior a la firma de los acuerdos para el proceso de paz en Colombia, asumen esta población en protección, bajo la tutela del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), para brindarles el proceso de formación académica, laboral y en convivencia social, y así, poder a posteriori, acceder al proceso de normalización propuesto por el Estado (ARN, 2018). Se realiza el acompañamiento psicosocial a 70 jóvenes participantes de este proceso institucional.
Dicho acompañamiento consistió en evaluar y asistir a estos jóvenes, de manera inte gral, desde un enfoque psicosocial y neurocognitivo, lo cual permitió entre otros aspectos, reconocer la actitud social respecto a los comportamientos prosociales, como objeto de es tudio de este trabajo.
Conflictos de intereses: ninguno.
Resultados
Para la obtención de estos resultados, se analizan las variables respecto a la validación y revisión de valores atípicos y valores faltantes de la información contenida en la base de datos de este estudio, a partir del Software SPSS versión 24, además de su comportamiento de acuerdo con la descripción de estas.
Luego se hace un análisis comparativo que permite ver la relación entre la variable de pendiente con la independiente; a partir, de una diferencia de medias o de medianas de acuerdo con la normalidad de las variables.
Recuento | % | Media | Desviación estándar | Moda | Mediana | ||
---|---|---|---|---|---|---|---|
Género | 1 masculino | 25 | 71,4 | ||||
2 femenino | 10 | 28,6 | |||||
Total | 35 | 100,0 | |||||
17 | 1 | 17 | 17 | ||||
15 | 2 | 5,7 | |||||
Edad | 16 | 10 | 28,6 | ||||
17 | 12 | 34,3 | |||||
18 | 11 | 31,4 | |||||
Total | 35 | 100,0 |
Fuente: Elaboración personal.
La población participante corresponde mayormente a hombres con un 71,4% con un promedio de edad de 17 años y una desviación estándar de + - un año, aunque las edades en su gran mayoría oscilan entre 16 y 18 años.
PROSOCIALIDAD | Desviación estándar | Coeficiente de Variabilidad | Máximo | Mínimo | |
Sensibilidad Social | |||||
Conformidad Socialmente correcto | |||||
Dificultad comportamientos sociales |
Fuente: Elaboración personal.
Se puede observar en la matriz anterior valores centrales con variabilidad en cada uno de los dominios, donde el rango de respuesta es muy variable, se notan valores muy dispersos, presentando una gran dispersión de información para el último dominio que identifica los comportamientos sociales de los jóvenes en su entorno, así mismo frente al dominio el valor medio es el más pequeño con un máximo de respuesta alto.
Hay una tendencia general a responder más altamente a una conformidad social, por ejemplo, en la especificidad del trato con estos jóvenes, tienden a mostrar respeto por las normas de forma sumisa, desde que estas sean impartidas por un referente de autoridad respetado y querido por ellos y, desde que dichas normas impartidas respondan a sus inte reses. Si la autoridad es un referente cumplen de forma obediente.
Respecto a la sensibilidad, como generalidad, muestran sensibilidad con los otros, pero con pocas estrategias de afrontamiento personal que les permita brindar apoyo a sus pares o proponer soluciones ante dificultades, por lo cual es común que se tornen evasivos.
Las dificultades se observan más por aspectos personales, que afectan el ámbito rela- cional, es decir, aunque en su mayoría muestran habilidad al liderazgo y asertividad en el trato, se vuelven desconfiados e impulsivos con el entorno, lo cual, puede llevarlos hasta la terquedad y agresividad, cuando se sienten vulnerados en sus ideales. Como característica general, muestran competitividad y dominancia sobre sus pares.
Presentan constantes sentimientos de tristeza, relacionados con sus historias de vida y ex periencias familiares. Que les hace perder sentido de vida y evadirse emocionalmente, mues tran baja autoestima, que incluye auto percepciones como: agresivo, triste, rebelde, solitario.
Shapiro-Wilk gl | Sig. | ||
Sensibilidad Social | |||
Conformidad socialmente correcto | |||
Dificultad comportamientos sociales | |||
Sensibilidad Social | |||
Conformidad socialmente correcto | |||
Dificultad comportamientos sociales |
Fuente: Elaboración personal
De acuerdo con la prueba anterior, se asume la hipótesis de que las variables no asumen una distribución normal; por lo tanto, se establecen análisis paramétricos a partir de esta evaluación.
Rho de Spearman | Sensibilidad Social | Conformidad socialmente correcto | Dificultad Compor tamientos sociales | SDMT | PIR- AMIDEMEX- ICO | FAS- FONO LOGICO | FASSE- MANTI- CO | Genero | Edad Años |
Sensibilidad Social | 1,000 | ,814** | -0,101 | ,373 * | ,656 ** | 0,092 | 0,192 | -,466 ** | -0,056 |
Conformidad social mente correcto | 1,000 | -,346* | 0,242 | ,503 ** | 0,010 | -0,018 | -0,087 | -,344* | |
Dificultad compor tamientos sociales | 1,000 | 0,035 | -0,203 | -0,156 | 0,124 | -0,319 | -0,026 | ||
SDMT | 1,000 | ,533** | 0,295 | 0,284 | -0,147 | -0,246 | |||
PIRAMIDEMEXICO | 1,000 | 0,163 | 0,287 | -0,108 | -0,052 | ||||
FASFONOLOGICO | 1,000 | ,606** | 0,090 | 0,097 | |||||
FASSEMANTICO | 1,000 | -0,244 | 0,206 | ||||||
Genero | 1,000 | -0,295 | |||||||
Edad | 1,000 |
Fuente: Elaboración personal
Se presentan tanto relaciones positivas como negativas, si bien hay relaciones importantes entre las variables, se destacan la sensibilidad social con el SDMT y con la Pirámide de México, si bien son relaciones directamente proporcionales, se presenta una relación inversamente proporcional, que, dependiendo del género se presenta mayor o menor sensibilidad social.
Por otra parte, se encuentran relaciones directas con la conformidad de lo socialmente correcto y el SDMT, así mismo, se presenta una relación inversamente proporcional en fun ción del género y las dificultades de los comportamientos sociales.
Discusión
Con base en el objetivo que guía este estudio sobre establecer las estrategias de prosocialidad en jóvenes que se desvinculan del conflicto armado en Colombia, se observa, según los datos arrojados, relaciones directas tanto positivas como negativas, entre las variables que constituyen el comportamiento prosocial en los jóvenes desvinculados pertenecientes a Ciudad Don Bosco en su proceso de normalización.
Lo cual confirma que el comportamiento prosocial interviene como un factor determi nante en las competencias sociales de lo que es socialmente correcto. A partir de dichos resultados, se pueden retomar diversas investigaciones que han pretendido encontrar la re lación existente entre estos constructos.
En consecuencia, se retoman varias investigaciones que han aportado al respecto, y per miten dar solidez teórica a los resultados presentados. De tal manera, Arana, et al. (2017); Gil, et al. (2018), logran establecer el comportamiento prosocial como una recopilación de comportamientos positivos que permiten beneficios a otros y contribuyen a la competen cia social, como habilidad básica de relacionamiento. Aspecto que resaltan estas investiga ciones, es relevante sí se tiene en cuenta la evaluación del Bienestar psicológico desde una perspectiva multidimensional.
En la misma línea, Auné, et al. (2014), plantean que el comportamiento prosocial tiene que ser comprendido en contexto y que, su análisis exige variables, como la edad, el género, el nivel educativo, esto se nota de forma palpable en los jóvenes evaluados en Ciudad Don Bosco, que son efecto de un contexto de guerra, con base en lo cual, han generado unas ca racterísticas particulares de desenvolvimiento social.
Otro aspecto que evidencia Auné, et al (2014), pero también, Moriguchi (2014) y Moraleda, et al. (2004), es la dificultad en la delimitación del concepto prosocial, es decir, poderlo concretar según las necesidades del grupo etario específico en donde se estudie. En este sentido, los datos encontrados en el presente estudio, en el que se encuentra como variable dependiente, el comportamiento prosocial, muestran que específicamente en la población joven desvinculada, se presenta de forma dispersa; si bien, los jóvenes evaluados manifiestan interés en cumplir con lo que es socialmente correcto, desde los criterios cons truidos e impartidos en su comunidad institucional.
Lo anterior confirma que la competencia social y en particular una de sus dimensiones lo socialmente correcto, se relaciona con varias habilidades prosociales. Esto podrá explicar varias de las conductas de estos jóvenes en estudio, en particular aquellos comportamientos que se relacionan con sus respuestas adaptativas al contexto social.
Continuando en esta vía, Mestre, et al. (2007), proponen un estudio sobre los estilos de crianza en la adolescencia y su relación con el comportamiento prosocial; plantean que durante el desarrollo socioemocional es cuando más incide la conducta prosocial, es de cir, la interiorización de unos valores que regulan el comportamiento y lo disponen a una relación social positiva, como el diálogo, la tolerancia, la solidaridad, la equidad que se re flejan conductualmente a partir de actos como la sensibilidad social, ayuda al otro, respeto y aceptación por lo otro, cooperación, consuelo o generosidad al compartir algún objeto determinado. Según los resultados, esto se observa en lo jóvenes evaluados, donde es claro que el desarrollo de su competencia social sea en términos de logros o dificultades, se dan en un contexto de interacción, que además vale decir, siempre es cambiante. De tal manera que las habilidades sociales como dimensión de la cognición social, resultan determinadas por las condiciones contextuales de crianza y sociabilidad.
Ello ratifica en concordancia con Restrepo, et al. (2015), las relaciones estadísticamente significativas encontradas al relacionar las puntuaciones obtenidas en las distintas pruebas aplicadas para la medición de la competencia social, relacionada con lo que es socialmente correcto, con el funcionamiento ejecutivo, que describe la Tabla 4 de estos resultados.
En este orden, autores como Cohen, et al. (2006), exponen la importancia del aprendizaje observacional por imitación de modelos prosociales y destacan la influencia de factores inter nos como los estilos cognitivos empleados en el razonamiento moral, asimismo, estos en rela ción con factores externos, agentes socializadores como la familia y la Escuela; los cuales, se van incorporando en el individuo como controladores internalizados del propio comportamiento.
Esto se observa en la población participante, quienes responden actitudinalmente, de acuerdo con sus contextos de crianza y convivencia, de forma específica contextos de guerra, que les ha puesto en condiciones difíciles que ocasionan sus defensas y maneras particula res de responder ante las dificultades.
Por su parte Tugade & Fredrickson (2004), sostienen que recibir una recompensa afec tiva, promueve a nivel individual, el deseo de expresar conductas sensibles de ayuda al otro. Es decir, se da una motivación implícita de empatía y colaboración, este es un asun to evidente en la relación establecida durante el proceso de acompañamiento psicosocial con esta población en Ciudad Don Bosco, cada vez más, de actitudes hoscas y defensivas, se iban tornando amables y empáticos en el trato. Como afirma el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, ICBF, OIM y Unicef (2014), los niños, niñas y adolescentes reciben influen cia positiva o negativa a partir de la opinión de las personas de su contexto y por su forma de ver las cosas, esto interfiere directamente en el desarrollo de la competencia social.
Finalmente, Sánchez Acosta, et al. (2019) y Gómez (2018), en correspondencia con Betancourt y Tanveer (2008), reseñan los beneficios obtenidos en el bienestar psicológico subjetivo cuando se fortalece el aprendizaje a lo largo del desarrollo en competencias socia les, muy específicamente en comportamiento prosocial que impacta múltiples dimensio nes vitales. Estos estudios resaltan la importancia de estas competencias, porque permiten que personas que han estado en situaciones difíciles, como el conflicto armado, logran co nectarse, camino a la reincorporación con la sociedad; y en este camino, pueden beneficiar se de los favores que conlleva ser parte activo del contexto sociocultural; como entre otros beneficios posibles, los programas de reincorporación y normalización a la vida civil. Esto inclusive, es el propósito de la Fundación Ciudad Don Bosco, del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) y de la Agencia para la Reincorporación y la Normalización (ARN), con los jóvenes participantes de esta investigación.
En sintonía, con Auné, et al (2014), es evidente que, las ventajas repercuten no sola mente en el estado emocional de cada uno de estos jóvenes, cuando se comprometen con el proceso brindado, sino que les posibilita optimizar, mediante el reforzamiento de un comportamiento prosocial, su respuesta, en la formación académica y laboral, facilitando los logros obtenidos.
Impulsar el comportamiento prosocial se convierte es un factor protector, que permite que una persona, tanto en lo social como en lo individual, sea más competente, esto hace posible también, que cada vez más, se acomode con su entorno, por eso ganar en autono mía, es ganar en relacionamiento y esto repercute en el bienestar psicológico personal a nivel multidimensional (Viera, 2006).
Conclusiones
Las variables relacionadas con la competencia social, en este caso la competencia relacionada con la conformidad de lo que es socialmente correcto, tiene alto grado de relación con el comportamiento prosocial, tanto en forma positiva como negativa, es decir, en la vía de la sensibilidad social, como con las dificultades en el comportamiento social. Por ello, al proponer programas de rehabilitación para la población desvinculada del conflicto armado, es necesario tener presente estos preceptos propuestos.
En relación con el perfil de las estrategias de prosocialidad en los jóvenes desvinculados del conflicto armado en Colombia, se concluye que, en términos generales presentan difi cultades que les problematiza su proceso de normalización a la sociedad, ya que, como se viene señalado, manifiestan una sensibilidad social interferida por escasos recursos perso nales para afrontar situaciones donde tendrían que ser apoyo; a esto, además, se suma que lo socialmente correcto es asumido como una imposición de las normas y de los ideales de autoridad, más que por autonomía.
Lo anterior, se evidencia en la prueba de competencias sociales, puntualmente, en la competencia social relacionada con lo que es socialmente correcto. No obstante, por estas condiciones, se observa una tendencia a desconfiar de los demás, que los puede hacer tercos y hasta violentos ante situaciones conflictivas, sin embargo, estas características, durante el proceso son contenidas por la institucionalidad.
Estos resultados son interesantes para la investigación social, en tanto aportan com prensiones acerca del perfil psicosocial de la población desvinculada del conflicto armado y pueden utilizarse como insumo, para formular protocolos de intervención y de evalua ción para esta población.