Introducción
Los incendios registrados en la Universidad Nacional Agraria la Molina La Republica (2017) producto de la acumulación de residuos de podas agroforestales constituyen un grave problema ambiental por la liberación de gases de efecto invernadero (GEI) y, además, la institución ha sido sancionada con multas municipales con base en el Reglamento de Fiscalización y Control Administrativo de la Municipalidad la Molina (RFCA), Cuadro de Infracciones y Sanciones Administrativas (CISA) - Ordenanza 305 (2015). Por ello, actualmente se evalúa la pirólisis como alternativa de manejo de residuos lignocelulósicos, puesto que mediante este proceso se obtiene biochar, el cual, además de servir como una enmienda de suelo, permite la mitigación de GEI fijando el carbono del ambiente en el suelo. Cabe mencionar que, International Biochar Initiative (IBI) (2015) estima que un 80 % de biochar duraría más de 100 años.
El proceso de pirólisis consiste en la descomposición térmica en ausencia de oxígeno, por lo que se limita la oxidación de los componentes (Lehmann y Joseph, 2009). Así Ospina-Guarín et al. (2014) indican que a 90 °C se inicia la primera fase de la descomposición de la biomasa, la segunda fase ocurre a los 200 °C, en los que se descompone la hemicelulosa (200 a 260 °C) y se emite CO2; la celulosa se descompone entre 240 - 350 °C y emite CO; por su parte, la lignina se descompone entre 280 - 500 °C y libera CH4, H2 y compuestos volátiles, como alcoholes, ácidos, fenoles, entre otros. Además, a 600 °C la mayor parte del material se ha descompuesto, y deja como residuo carbono fijo, que corresponde a la organización del material carbonoso no volátil (biochar).
El biochar en su estructura sólida fija carbono, y su materia prima es la biomasa residual, como madera, hojas, estiércol, entre otros (Lehmann y Joseph, 2009). Dado que el biochar está constituido por carbono, la diferencia de este con el carbono vegetal es que es usado como enmienda de suelo. Cabe mencionar que también es considerado un combustible ecológico, dado que, debido a su lenta descomposición, permite fijar el carbono y mitigar la emisión de CO2, CH4, CO y otros (IBI, 2015).
Los factores del proceso que determinan la estabilidad del biochar son cuatro. En primer lugar, está la temperatura: si bien el rendimiento porcentual disminuye conforme se incrementa la temperatura, también se incrementa la estabilidad, dado que se favorece una mayor volatilización de los compuestos ligeros y la complejación de la estructura (Cheng et al., 2021). El segundo lugar en los factores del proceso lo ocupa el tiempo de residencia: a mayor tiempo del proceso el vapor y la parte sólida permanecerán juntos permitiendo una mayor proliferación de la estructura (Wang et al., 2020). En tercer lugar, se encuentra la velocidad de calentamiento, puesto que un incremento abrupto de temperatura genera una estructura que no ha permitido su proliferación aromática (Palacios, 2020). Finalmente, y en cuarto lugar, está la presión: a mayor presión se genera más contacto entre el vapor separado y la estructura sólida, el cual es reabsorbido y forma una estructura más compleja y estable (Lehmann y Joseph, 2009).
Asimismo, un factor diferente al proceso, pero también determinante, es la materia prima, en este caso la biomasa, dado que su composición de celulosa, hemicelulosa y lignina contiene estructuras de niveles de complejidad diferentes entre ellos, por lo que en el proceso de pirólisis la pared celular comienza destruyéndose para luego dar paso a la descomposición de la celulosa y la hemicelulosa, lo que genera un carbono amorfo no estable. En este punto de descomposición la degradación de la lignina aromatiza la estructura permitiendo la formación de una estructura estable (Li et al., 2021).
Si bien el biochar puede tener residuos forestales como materia prima, gras o excrementos de animales, se ha demostrado que el más estable sería el producido a partir de residuos de forestales o lignocelulósicos; esto se debe a su contenido proporcional de celulosa, hemicelulosa y lignina, dado que esta se descompone en función de la complejidad de su estructura y formará una estructura de anillos aromáticos (Wang, Xiong y Kuzyakov, 2016).
Por lo tanto, en esta investigación se propuso analizar la estabilidad del producto sólido de la pirólisis que se dio a partir de las podas de las cinco especies forestales de mayor predominancia en el campus de la UNALM, a través de dos temperaturas de pirólisis (300 °C y 500 °C). Esta evaluación se realizó a través de la descomposición en carbono lábil, carbono inoxidable y carbono recalcitrante, lo que permitió evaluar la estabilidad; además, se realizó la prueba respirométrica. Ambas pruebas se realizaron con el fin de evaluar los componentes del biochar y su descomposición.
Materiales y métodos
El enfoque de esta investigación se dio a nivel cuantitativo y es de alcance exploratorio. Los ensayos realizados para la evaluación de la estabilidad se realizaron en las instalaciones del laboratorio de Energías Renovables, Unidad de Biomasa Energética de la UNALM.
Especies
Con base en el inventario de especies forestales de la UNALM, para la presente investigación se recolectaron las 5 especies predominantes en el campus universitario que representan el 42 % del total de individuos. Estas especies son Grevillea robusta, Schinus molle, Casuarina cunninghamiana, Ficus benjamina y Eucalyptus spp. Las especies seleccionadas y el número de individuos identificados en el campus se presentan en la Tabla 1.
Recolección
De las especies seleccionadas se identificaron 5 individuos de cada una en las zonas de mayor predominancia dentro del campus y se realizó una poda de mantenimiento para caracterizar de manera general la especie. Para recolectar una muestra significativa se dividió el dosel en 8 cuadrantes medios, seleccionando de estos 2 cuadrantes medios que se encontraran en posiciones opuestas. Las muestras recolectadas fueron llevadas a estufa a 105 °C por 24 horas, con el fin de disminuir la humedad de los residuos colectados y uniformizar la humedad entre las diferentes especies.
Producción de biochar - Rendimiento
El biochar se produjo en un horno pirolítico, pues este horno permite una descomposición térmica en ausencia de oxígeno; además, mediante una purga de gases se elimina la parte gaseosa del proceso y mediante el conducto de recuperación de gases se eliminan los compuestos en forma líquida.
El otro factor evaluado en esta investigación, a parte de la materia prima, fue la temperatura, con el fin de observar si hay cambios en su comportamiento. Por ello, se realizó el proceso pirolítico a 300 °C y 500 °C por 5 horas aproximadamente. Para que el tratamiento fuera el mismo en cada especie, se separaron 500 gr de cada especie en recipientes resistentes al calor y se colocaron en un horno de capacidad de 200 L. Pasadas las 5 horas, se procedió a determinar el rendimiento de la producción del biochar por tipo de especie.
Caracterización química
Se realizó la caracterización química tanto de la materia prima como del biochar. Las muestras fueron acondicionadas mediante secado y molido. El secado se realizó por 24 horas a 105 °C, luego fueron enfriadas en un desecador, finalmente fueron molidas y tamizadas con tamiz N°20. A partir de esto, se realizaron los siguientes análisis:
Análisis elemental (C, H, O, N): se usó la metodología (ASTM D 5373 - 16), tal como lo indica el manual del equipo Instrument CHN628; se requiere que la muestra sea secada previamente al análisis.
Análisis termo-gravimétrico (TGA) (proximal: % H, %MV, %ceniza): se realizó con el equipo LECO TGA701, el cual emplea la metodología (ASTM D7582 - 15), como es establecido en el manual del equipo TGA Q600; la muestra debe encontrarse en base húmeda. Se usó una termobalanza TA Instrument TGA Q600.
Análisis de poder calórico (calorímetro): se realizó mediante un calorímetro LECO AC600, con una combustión en atmósfera de oxígeno seco. Se requirió 0.4 g de masa de muestra sólida en base seca. El poder calorífico se realizó de acuerdo con la norma ASTM D5865 - 07 indicada en el manual del equipo LECO AC600.
Estabilidad del biochar
Para la determinación de la estabilidad de biochar se compararon dos metodologías: la primera se sustenta en la descomposición del biochar en los componentes de carbono lábil, carbono oxidable y el carbono recalcitrante. La segunda metodología consiste en la prueba de respirometría AT4; ambas metodologías serán comparadas para analizar la estabilidad del producto. El primer método consistió en la descomposición del biochar en función a la estabilidad de los componentes, los cuales fueron: el carbono oxidable soluble (lábil), carbono oxidable y carbono recalcitrante. El carbono oxidable se determinó mediante el método de determinación de carbono orgánico oxidado con K2Cr2O7 por espectrofotometría (Li et al., 2021). El carbono oxidable se determinó por el método de Walkley Black, y el carbono recalcitrante se determinó por el método de Klasson modificado (López et al., 2010).
Además, para evaluar el grado de estabilidad se determinó el carbono orgánico de manera indirecta, es decir, se calculó la diferencia del carbono total, determinado a través de la prueba estandarizada ASTM D5373 de LECO Corporation (2013), y el carbono inorgánico fue calculado por una titulación de carbonatos con HCL 1N.
Con los datos obtenidos se utilizó el indicador de Grado de Estabilidad propuesto por López et al. (2010), que es una modificación del método de Klasson. De esta manera, fue calculado el grado de estabilidad como la relación entre el carbono recalcitrante y el carbono orgánico.
El segundo método consistió en la prueba respirométrica, la cual se llevó a cabo en el oxitop. Dicha prueba consiste en medir el CO2 producido por la descomposición bacteriana del biochar, lo que a la vez disminuye el O2 del medio; asimismo, el CO2 es atrapado por NaOH, lo cual hace que la variación de O2 del medio disminuya la presión del equipo (Six et al., 2002).
Resultados
Producción de biochar - Rendimiento
En la Figura 1 se muestra que el rendimiento de la producción de biochar para todas las especies es influenciado por el incremento de la temperatura así a 500 °C de temperatura el rendimiento de la producción del biochar es menor que a 300°C de temperatura.
Caracterización física y química de los biochars
La Tabla 2 muestra los resultados de la caracterización de la materia prima en los análisis elementales, proximal y de poder calorífico superior (PCS). Por su parte, la Tabla 3 muestra el porcentaje de rendimiento obtenido de los biochars de las diferentes especies a 300 °C y 500 °C de temperatura de pirólisis, así como los análisis químicos de pH, conductividad por cada tratamiento y sus respectivas repeticiones.
Grado de estabilidad
En la Tabla 4 se presenta la descomposición del biochar en carbono lábil, carbono oxidable y carbono recalcitrante, así como sus relaciones porcentuales. Mediante el análisis estadístico, se comprobó que la temperatura presenta un mayor efecto en la estabilidad que la especie; asimismo, se observa que el carbono lábil y el carbono oxidable disminuyen conforme se incrementa la temperatura de pirólisis, mientras que el carbono recalcitrante se incrementa de manera directamente proporcional con la temperatura.
El carbono lábil promedio, a 300 °C es de 14.89 %, mientras que a 500 °C es de 9.68 %. En el caso del carbono oxidable, presentado en la Figura 2, la variación es de 13.66 %, dado que la pirólisis de 300 °C presenta un promedio de 29.61 % y a 500°C, 15.95 %; la variación de carbono oxidable se presenta en mayor proporción que el carbono lábil. En el caso de carbono recalcitrante, presentado en la Figura 3, el promedio que se presenta en pirólisis de 300 °C es de 51.67 %; mientras que a 500°C es de 62.57 %.
Entre las especies evaluadas, el contenido de carbono lábil en las especies de Grevilea y Molle, presentan un bajo contenido porcentual de 13.25 % y 12.75 %, para 300 °C y 500 °C respectivamente. Asimismo, el contenido de carbono oxidable es bajo entre las especies evaluadas, pues presentan valores de 20.23 % y 20.85 % respectivamente, mientras que el carbono recalcitrante se presenta en mayor proporción, siendo de 64.86 % y 63.36 % respectivamente. Respecto a los valores presentados, se diría que en la especie de Grevilea se presenta una variación de 11.92 % en el carbono recalcitrante respecto a la temperatura, mientras que en la especie de Molle la diferencia es de 14.11 %.
Además, la especie de Ficus, presenta una situación contraria a lo descrito de las otras dos especies, dado que presenta el menor contenido de carbono recalcitrante, el cual es de 52.58 %, un mayor contenido de carbono lábil que es de 18.24 % y un similar contenido de carbono oxidable de 22.06 %.
Respecto al grado de estabilidad de las 5 especies presentado en la Figura 4, se presentó un comportamiento que tiene relación con la temperatura, puesto que de manera general el grado de estabilidad es de 0.790 a 300 °C, mientras que a 500 °C este sería de 0.892. Asimismo, al evaluar el grado de estabilidad por especie y temperatura, se observó que este se encuentran entre 0.735 y 0.921; por lo cual, de acuerdo con el indicador de grado de estabilidad que fue fijado en 0.500 por López et al. (2010), los resultados cumplirían con ser una enmienda estabilizada para el suelo.
Por otra parte, entre las fracciones de carbono orgánico, carbono lábil, carbono oxidable y carbono recalcitrante, se analizó la relación entre estos mediante una regresión lineal, de ella se obtuvo la ecuación (1), que se presenta a continuación:
En la ecuación se observa que los componentes de carbono lábil (Clab) y carbono recalcitrante (Crec) tienen una relación directa con el grado de estabilidad, mientras que en el caso del carbono orgánico (Corg), carbono oxidable (Coxd) y la temperatura se presenta una relación inversa. Asimismo, cabe mencionar que la mayor relación con el grado de estabilidad se presenta en función al carbono recalcitrante (Crec).
Respirometría
La prueba de AT4 del biochar realizada en el Oxitop presenta un aporte de materia orgánica significativa para el suelo al ser comparado con un blanco (suelo sin biochar), como se observa en la Figura 5. Asimismo, en la Figura 6 en la que se compara la descomposición de los biochars producidos a 300 °C y 500 °C, se observa que a mayor temperatura la descomposición es menor, por lo cual se diría que el biochar más estable es el producido a mayor temperatura.
El AT4 se evaluó durante los 7 primeros días de ser añadido el biochar, por lo que la descomposición inicial es rápida, ya que se encuentra disponible el carbono lábil. Este con el tiempo debería de disminuir, puesto que empezará a utilizarse el carbono medio y posteriormente el carbono recalcitrante.
Discusión
Se observa que el rendimiento de la producción de biochar de las diferentes especies disminuye a medida que se incrementa la temperatura Chen et al. (2021), esto se debe a que, durante la pirólisis, la pared celular del material se destruye, dando paso a la descomposición de la celulosa y la hemicelulosa, ya que son estructuras más simples que la lignina Chen et al. (2021); ello ocurre en un intervalo de temperatura entre 200 a 300 °C (Ospina-Guarín et al., 2014). Se observa también que la Casuarina (40.84 %) tiene el mayor rendimiento, seguido del Molle (40.66 %) y de la Grevilea (39.28 %), con una ligera variación entre ellas. Las especies que presentaron menores rendimientos son Eucalipto (37.74 %) y Ficus (36.62 %). Al incrementar la temperatura a 500 °C se observa que el rendimiento del biochar disminuye, debido a que a esta temperatura la lignina se ha descompuesto en su totalidad (Ospina-Guarín et al., 2014), así la Casuarina presenta el mayor rendimiento (34.96 %), seguido de Molle (32.34 %) y Eucalipto (32.24 %) con una ligera variación; Chen et al. (2021) indican que se trata de especies que presentan mayor contenido de lignina. Los rendimientos menores fueron obtenidos por las especies Ficus (31.76 %) y Grevillea (31.44 %).
Por otra parte, la variación de rendimiento se da por la estructura inicial de la materia prima: Casuarina es una de las especies con mayor porcentaje de C (44.36 %), su alto contenido de humedad (49.26 %) y su bajo material volátil (42.82 %) la hacen una madera más resistente a la pirólisis. En el caso del Molle, el rendimiento se debería a su menor proporción de C (43.85 %) y a su baja composición de cenizas (1.67 %); por otro lado, Grevilea presenta una humedad baja (15.79 %), por lo cual es fácil de secar y transformar la estructura, lo que concuerda con su alta proporción de material volátil (71.78 %). Similar a Grevilea se presenta el caso de Eucalipto, pero al tener menor proporción de C (43.25 %) el rendimiento sería menor, asimismo en el caso de Ficus el porcentaje de C es de 36.91 % y las otras características son similares.
Con respecto a la caracterización química de los biochars se observa que el incremento de la temperatura aumenta el pH, pues se observa que los biochars se vuelven más básicos. Así, la especie que presenta el mayor pH para ambas temperaturas es el Ficus, que pasa de 9.54 a 10.02, seguido del Eucalipto que pasa de 9.33 a 9.77 y el Molle Serrano pasa de 9.16 a 9.57, siendo los biochars menos básicos la Grevilea y Casuarina (se observa una ligera variación): estas pasan de un pH de 8.6 y de 8.26 a 9.05 y 9.63 respectivamente. Dichos resultados son corroborados por Van Zwieten et al. (2010), quienes indican que al incrementar la temperatura de 500 a 600 °C el pH es más básico debido a la disminución de grupos funcionales de ácidos a temperaturas altas (Keiluweit et al., 2010).
En el caso de la materia prima utilizada, se observa la variación de acidez en el biochar obtenido por la relación C:H. El pH más básico fue obtenido de Ficus, esto se debería a que tiene la relación C:H más baja de las especies evaluadas. Caso contrario se observa en Grevilea, una de las que presentó un pH básico bajo comparado con las otras especies, lo que sustenta su mayor relación C:H. Situación similar se presenta en Casuariana: esta tiene una relación C:H parecida a las presentada por Eucalipto y Molle, sin embargo, su alto contenido de N (20.98) disminuye la alcalinidad del proceso.
Además, el pH es un importante factor para reducir la emisión de N2O, un importante GEI, de acuerdo con Brassard, Godbout y Raghavan (2016). El promedio del pH de biochar es 8.6, por lo cual contribuirían a disminuir este gas, y al presentarse pH mayores a 9, como es el caso de Ficus, Eucalipto, Molle Serrano y Casuarina, el efecto de mitigación sería aún mayor. Sin embargo, una vez agregado al suelo, también dependerá de otros factores ambientales y de la proporción en la que se usará la enmienda.
Con respecto a la conductividad eléctrica se observa una ligera variación a 500 °C frente a los valores obtenidos a 300 °C. Así, las especies que presentan ligeros incrementos son: Grevillea, que pasa de 2.02 µS/cm a 2.42 µS/cm; Ficus, de 2.26 µS/cm a 2.77 µS/cm; y Molle Serrano, de 1.42 µS/cm a 2.2 µS/cm. Las especies que presentan ligeras disminuciones son Casuarina, que pasa de 1.31 µS/cm a 1.20 µS/cm, y Eucalipto, de 1.30 µS/cm a 1.27 µS/cm, respectivamente.
Esta propiedad se sustenta en la disponibilidad de las sales en los biochars que han sido procesados de la materia prima elegida. En este caso la especies con mayor conductividad presentan un alto contenido de cenizas y bajos contenidos de S, como es el caso de Ficus, que presenta cenizas en un 19.2 % y bajo contenido de S (0.27 %). Por el contrario, especies como Eucalipto y Casuriana presentan bajo contenido de cenizas (8.89 % y 5.03 % respectivamente) pero, a la vez, su contenido de S es mayor (0.31 % y 0.51 % respectivamente).
Respecto a la estructura carbonosa del biochar, la disminución del carbono lábil en el biochar producido es mayor cuando la temperatura de pirólisis se incrementa, lo cual se debería a que a mayor temperatura la materia orgánica se va volatilizando, ya que la hemicelulosa y la celulosa comienzan a cambiar de estado (Li et al., 2021). Asimismo, el cambio de estado de la estructura es un indicador de la polimerización de la estructura, lo cual vuelve más estable al producto, puesto que permanece la estructura carbonosa más resistente (Zhang et al., 2020).
De igual manera, mientras la estructura carbonosa libera hidrógenos y forma una estructura aromática, permite que la estructura, al ser más compleja, también sea más resistente (Zhang et al., 2019). Los compuestos que permiten esta transformación son los que presentan cadenas carbonosas complejas, como es el caso de la lignina, la celulosa y la hemicelulosa, y en menor medida los polisacáridos y las proteínas (Suárez-Abelenda, Kaal y McBeath, 2017).
El carbono recalcitrante varía en 4.27 %en función de la temperatura, siendo esta la menor diferencia de las tres fracciones de carbono. La baja diferencia se debería a la composición de la materia prima, puesto que esta se conforma en mayor proporción por hemicelulosa (Pérez-Arévalo y Velazques-Martí, 2018), ya que esta es una estructura carbonosa de fácil descomposición (Heidari et al., 2019); sin embargo, la proporción de este componente varía entre especie, siendo las especies de mayor dureza, como es el caso de Grevilea, las que presentan mayor contenido porcentual de celulosa. El caso contrario se presentaría en el Molle, el cual, al poseer ácidos fácilmente degradables tiende a estabilizarse fácilmente y a aromatizar su estructura más estable (Machado et al., 2019).
Aller, Bakshi y Laird (2017) sostienen que la temperatura de pirólisis determina la estructura del producto, puesto que a 300 °C el producto estará conformado por un carbono de transición que es el resultado de la deshidratación de materiales volátiles y de la aromatización de los polímeros, mientras que el proceso que se realiza a 500 °C da como resultado un carbono amorfo que presenta una estructura estable y más aromática.
Respecto a la correlación de las tres fracciones carbonosas del biochar, la relación directa entre el grado de estabilidad y el carbono recalcitrante se debe a que esta es la estructura más difícil de mineralizar, mientras que la relación inversa respecto al carbono lábil y oxidable se debería a que, contrario al carbono recalcitrante, estos aportan a la mineralización del producto. Similar afirmación fue realizada por Li y Chen (2018), quienes sostienen que la tasa de mineralización varía según cada uno de los componentes, siendo el menos estructurado el que presenta una mayor tasa de descomposición.
Respecto al % C que será añadido con la enmienda al suelo, al presentarse parte de esta como carbono lábil, proporciona una fuente de carbono que será degradada y emitida como CO2 de manera sencilla, sin embargo al ser una proporción menor respecto al carbono medio y al carbono recalcitrante, las cuales presentan una estructura más compleja, no permite una fácil degradación del C y, por ende, secuestra el carbono por mucho más tiempo, lo que contribuye a la mitigación de GEI, ya que la emisión de CO2 sería más lenta. Tal como lo afirman Brassard et al. (2016), el biochar producido a pirolisis lenta, cuya materia prima proviene de residuos agroforestales, llegaría a tener un tiempo de residencia de 100 años a 4000 años (Brassard et al., 2016; Das, 2018).
Es importante mencionar que las especies evaluadas presentan una baja concentración de N %, con excepción de la Casuarina, lo que permitiría que el biochar presente bajos contenidos de N %, los cuales aportarán una cantidad de nutrientes sostenibles en el tiempo, sin contribuir a un abrupto ciclo de formación de N2O, de acuerdo con Noegi et al. (2022). Por lo tanto, se mitigará la emisión de N2O, un importante gas de efecto invernadero (GEI) que tiene un potencial de calentamiento de 298 comparado con el CO2, ya que, así como lo afirmaron Brassard et al. (2016), los residuos agroforestales constituyen una gran alternativa para mitigar este GEI.
Respirometría
Se observa que la variación de los índices de AT4 conforme se incrementa la temperatura es de 2.74, dado que el promedio de AT4 para biochar de 500 °C es 5.88 y para 300 °C es de 3.14; la diferencia se debería a que, como se describió previamente, a 500 °C el biochar obtenido es una estructura carbonosa más estable, mientras que a 300 °C aun es una estructura de transición, lo que permite una mayor mineralización (Zhang et al., 2019 y Suárez-Abelenda et al., 2017).
Con base en el índice reconocido por la norma austriaca de residuos sólidos (Brown et al., 2018), el cual establece como límite 7 mg O2/gDM, los biochars producidos son considerados productos estables y constituyen una fuente de carbono para el suelo, sin embargo, los productos de Eucalipto a 300 °C y Grevilea a 300°C, por su alto índice de descomposición, no son estables bajo esa condición.
Conclusiones
El biochar producido en todas las especies y temperaturas, según el grado de estabilidad superior a 0.500, serían estables, sin embargo, al ser comparados con la prueba AT4, se observan como excepciones al Eucalipto a 300 °C y la Grevilea a 300 °C.
La mayor estabilidad del producto se obtiene mediante pirólisis a 500 °C, lo que incrementa el GE en 10 % respecto a pirólisis de 300 °C
La composición de la materia lignocelulósica determina la variación de estabilidad del biochar producido, destacando de estas el molle y la casuarina.
Teniendo en cuenta el índice de AT4 y el GEI, el biochar más estable corresponde a Molle a 500 °C.
La estructura carbonosa media y recalcitrante de los biochars obtenidos contribuye a la mitigación de GEI, puesto que el proceso de mineralización es complejo debido a la estructura del producto.