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Maguare

Print version ISSN 0120-3045

Maguare vol.35 no.2 Bogotá July/Dec. 2021  Epub Mar 09, 2023

 

Presentación

PRESENTACIÓN


Este número congrega ocho artículos que tienen fuerte arraigo en la investigación de campo, se nutren de distintas perspectivas etnográficas y examinan el valor de lo cultural. Cuatro de ellos giran en torno al patrimonio; más precisamente, se enfocan en su fabricación, tema que en los últimos decenios ha provocado mucho interés académico e incluso motivado la noción de patrimonialización, neologismo que apunta a la creación cultural, histórica y política del patrimonio. A partir del trabajo de campo en Paipa y Sotaquirá, Boyacá, Mariana Carvajal explora los retos y dilemas de campesinas y campesinos que se dedican a la producción artesanal del queso semi maduro que en Colombia conocemos como queso Paipa. Estos retos derivan de circunstancias que cruzan varias escalas espaciales, asociadas con la transnacionalización neoliberal del patrimonio. En el caso del queso Paipa, tienen que ver con la creación y legitimación de las marcas de denominación de origen y el terroir, la idea de que el lugar de producción marca de manera distintiva las cualidades sensoriales y materiales, así como la calidad de un determinado alimento o bebida. Carvajal se centra en el cruce, las inconsistencias y tensiones entre las interpretaciones locales de la definición de la denominación de origen del queso Paipa y examina las acciones de diversos agentes, situados en dispares lugares de la cadena productiva: productores semi-industriales y campesinos y autoridades locales y departamentales. Aunque todas las interpretaciones suponen acciones y cambios importantes en la fabricación del queso en pos de cumplir los contradictorios requisitos que exigen autenticidad, estandarización e higienización, son las productoras campesinas quienes enfrentan las mayores dificultades para lograrlo.

Como Carvajal, el artículo de Vicente Yáñez pone ojos y oídos en los agentes involucrados en la patrimonialización, esta vez del barrio Suaréz Mujica, fundado a comienzos del siglo XX en la zona central de Santiago de Chile, habitado desde sus inicios por integrantes de las clases medias y altas. El autor analiza la manera en que un grupo de residentes se apoyó en piezas legislativas dispersas y en el trabajo de comunicación barrial para poner en marcha el proceso de protección patrimonial de su barrio con el objetivo de detener las fuerzas urbanizadoras neoliberales que buscaban demoler las casas de habitación y reemplazarlas por edificios. Este proceso down-top (desde abajo) conversa con otros casos iniciados por agentes locales en diversos centros urbanos latinoamericanos, pero añade nuevas dimensiones. El artículo revela que el proceso no solo supuso el enfrentamiento de los y las habitantes con los intereses estructurales de agentes más poderosos, sino entre habitantes: en el barrio Suaréz Mujica chocaron dos bandos de residentes, uno a favor y otro en contra de la patrimonialización, con discursos, estilos de divulgación y alcances divergentes.

En el artículo incluido en la sección En el Campus, Diana Corredor examina la iniciativa de patrimonializar la técnica de ejecución del pito atravesao en Morroa, Sucre. En contraste con el caso del barrio de la capital chilena, retratado por Yáñez, esta es una iniciativa desde arriba, impulsada desde instancias institucionales, en diálogo con expertos en música y en patrimonio, que deja de lado la voz y los conocimientos de los músicos piteros morroanos, fabricantes y ejecutores del instrumento. Con aguzado sentido etnográfico y con el propósito de alcanzar una puesta en valor que parta de la comunidad y sus necesidades, la autora analiza la práctica musical de los músicos piteros y la comunidad morroana y contrasta la descripción local de la música de los piteros como algo que se lleva "en la sangre" con los criterios musicológicos, las jerarquías del saber y los intereses políticos y económicos que se tejen en el proceso de patrimonialización.

En sintonía con el artículo de Diana Corredor, el ensayo visual de Víctor González-Robles incluido en la sección Antropología en imágenes propone una nueva mirada que desestabiliza las percepciones tradicionales del patrimonio cultural. El autor recorre varios sitios arqueológicos en México que están en el "limbo", dada su falta de inclusión y reconocimiento en los espacios oficiales del patrimonio en México, muy enfocados hacia lo monumental. Estos sitios liminales son administrados por terceros no autorizados, no reciben apoyo gubernamental y, por ende, su usufructo económico lo aprovechan las poblaciones locales para la supervivencia. González-Robles reflexiona sobre las tensiones que sostienen el patrimonio arqueológico como un proceso global, un discurso autorizado y un conjunto de prácticas locales que resultan de la ilegibilidad de las normas, pero también de la mirada educada, producto del régimen visual hegemónico.

A escala global, por la capacidad de transmutarlas en espectáculo de consumo turístico, las fiestas patronales y religiosas han sido objeto de puesta en valor patrimonial. La celebración del Día de los Muertos en México no ha escapado a este proceso. Según la Unesco, ha merecido estar en la lista de bienes representativos del Patrimonio Cultural Inmaterial por ser "una expresión tradicional-contemporánea y viviente a un mismo tiempo-, integradora, representativa y comunitaria" (https://es.unesco.org/news/dia-muertos-regreso-lo-querido-o). Como lo reconocen esa entidad y varios estudios académicos, ese conjunto de ceremonias se celebra de diversas maneras a lo largo y ancho de México. Aunque no se enfoca en las claves patrimoniales, el trabajo de Jorge Antonio Mirabal sobre el Xantolo, o Día de los Muertos en la Huasteca Sur, un escenario pluricultural del Estado de San Luis de Potosí, es de interés para algunos de los estudios del patrimonio porque su enfoque cruza diversas coordenadas para situar las transformaciones contemporáneas de la celebración. Explora las dinámicas que han y están transformando el Xantolo en un ritual de retorno anual a la patria chica para los y las nahuas y la población mestiza que han migrado a la ciudad de Monterrey. Se detiene en particular en la renovación de las relaciones sociales entre hombres, mujeres, hombres no binarios, mestizas e indígenas y examina los nuevos lugares de representación y visibilidad que unas y otros ocupan en una fiesta cuya participación está fuertemente masculinizada. A la vez, reflexiona sobre la capacidad económica de mujeres y hombres no heterosexuales que, gracias a los frutos de su trabajo fuera de la Huasteca, son actores importantes en la financiación del ritual y la manera como esto provoca su inclusión contemporánea en la fiesta, a partir de la creación de nuevos eventos como el concurso de la Señorita Xantolo y las festividades del 1 y 2 de noviembre.

Así como el texto de Mirabal, los demás trabajos que integran este volumen ponen la mirada sobre el valor de lo cultural, que los procesos de patrimonialización han reclamado para sí, y han vinculado al desarrollo económico en el panorama contemporáneo. A la vez, sitúan escenarios en los que el valor de las prácticas culturales se revela en su potencial cuestionador y transformador de discursos y prácticas hegemónicas, que reivindican la diversidad en dimensiones como las relaciones sociales de género, las prácticas de salud alternativas a la biomedicina, el reconocimiento de formas de relacionamiento con la selva que sean constructoras de paz y la producción de nuevos registros de cine etnográfico.

En su sugestivo trabajo de reflexión etnográfica post facto, basada en su experiencia profesional, la relectura de notas, actas de reuniones y documentos, Bárbara Bustos examina retrospectivamente la modificación de la política de regulación y acceso a la placenta en Chile. En una doble e importante contribución al conocimiento del ejercicio de la antropología profesional y de su papel en la formulación de políticas públicas, la autora se detiene en el papel y las jerarquías de los saberes y quehaceres disciplinarios en los escenarios institucionales y de trabajo del Estado. Describe las discusiones entre profesionales entrenados en distintas disciplinas acerca del manejo de la placenta de mujeres indígenas y no indígenas en el sistema de salud chileno y recurre a la antropología para mostrar la diversidad de voces e intereses en tensión. Cuestiona la manera en que distintas experticias definen y toman decisiones desde la perspectiva del sistema de salud que considera a la placenta como un residuo y sospecha de los usos indígenas de ella. En diálogo con la antropología del Estado, analiza cómo las prácticas estatales están atravesadas por las experiencias, trayectorias, valores y emociones de quienes participan en procesos burocráticos y destaca la operación de las jerarquías disciplinares en la constitución de evidencias duras y evidencias blandas.

En una perspectiva que, como la de Bustos, combina el trabajo etnográfico y el diálogo con la literatura académica, Kristina Van Dexter indaga sobre la destrucción de la selva en Putumayo, un escenario de guerra que ha persistido durante el posconflicto. La autora plantea que la selva es un haz de relaciones en el que se conjugan mundos de vida humana y no humana y nos reta a pensarlo como posibilidad para la construcción de paz. Examina la densidad histórica de las relaciones entre diferentes actores cuyas acciones han producido el ecocidio de la selva y explora la posibilidad de darle vuelta atrás mediante el reconocimiento y la valoración de las iniciativas de comunidades indígenas y campesinas para tejer relaciones distintas con el ecosistema a partir de las prácticas de agricultura en la selva y de relaciones dialógicas centradas en las chagras.

En el texto que cierra la sección Artículos, David Jurado se interesa por las transformaciones contemporáneas del documental indígena en Colombia. A partir del análisis histórico, narrativo e ideológico de tres cortometrajes pioneros en la historia reciente del país: Viaje a Kankuamía (2016) de Erick Arellana Bautista; Mu drua (2011) de Mileidy Orozco Domicó y Na Misak (2019) de Luis Tróchez Tunubalá, el autor examina el giro intimista que se avizora en la actualidad, después de un periodo de apropiación de los medios audiovisuales en el que primó la perspectiva colectiva y el "nosotros". En contraste, los tres documentales mencionados se centran en la primera persona del singular y en las particularidades de las vidas de sus protagonistas, en el choque cultural y las subjetividades que emergen por el individualismo de las urbes sin dejar de lado su fuerte arraigo en las tradiciones originarias.

En conjunto, los artículos contenidos en este número permiten contrastar, desde una perspectiva etnográfica, el lugar que ocupan y que pueden ocupar diferentes prácticas culturales atravesadas por dispares procesos de valoración, que van desde la activación patrimonial, pasan por el reconocimiento académico o, por el contrario, sufren la sospecha y prohibición estatal. A la vez, dan protagonismo en la lectura de estas prácticas a la voz de las y los agentes involucrados en ellas, y la tensiona con los discursos oficiales, patrimoniales y estatales que las rodean. Es precisamente desde allí que este número de Maguaré reúne contribuciones de la antropología para pensar en las complejas relaciones entre el patrimonio, la etnografía y el valor de lo cultural.

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