INTRODUCCIÓN
Claramente, el aumento de la esperanza de vida y los avances en ciencia y tecnología, sumado a insalubres estilos de vida, han hecho que en Colombia se vea un incremento del número de personas mayores que tienen que lidiar con enfermedades crónicas, como la hipertensión arterial y la diabetes mellitus, que son los principales factores de riesgo de la enfermedad renal crónica 1-3 y en efecto según la cuenta de Alto costo en el periodo 2021, se informaron a la cuenta 889 123 personas con ERC, y de ellas, 25 254 acudían a la hemodiálisis como terapia de compensación.
Esta enfermedad se caracteriza principalmente por la pérdida de la función renal durante un tiempo mayor a tres meses e impide que los riñones cumplan con su función de filtrar los desechos y excesos en la sangre, que normalmente serían excretados mediante la orina; ante tal falla, los tratamientos de elección que suplen mejor esta importante función son la diálisis peritoneal y la hemodiálisis4-6, la cual, pese a ser un excelente tratamiento, puede producir diversos efectos adversos para el paciente, que incluyen problemas para dormir, diarrea, náuseas o vómitos, confusión o problemas de concentración, entre otros, implicando disminución de sus funciones y en el desempeño adecuado de las actividades de la vida cotidiana, que se pueden ver agravados dependiendo de las condiciones basales del paciente.
Por lo tanto, la adaptación a la hemodiálisis y la evolución de la enfermedad pueden generar aumento en los niveles de ansiedad y de estrés, dificultades para la movilidad, autoestigma y retraimiento social, que paulatinamente deteriora la calidad de vida de estas personas 8,9.
Sumado a esto, las personas deben someterse a terapia al menos tres veces por semana, lo cual también implica un gasto económico, y en muchas ocasiones la imposibilidad de llevar una vida laboral y familiar conveniente, trascendiendo en barreras de acceso a su tratamiento.
Frente a esto, es fundamental, desde la gestión del cuidado de enfermería, tener en cuenta los diferentes aspectos de la calidad de vida que se afectan durante la intervención terapéutica y procurar, a través del trabajo autónomo y de la atención interdisciplinar, el logro del bienestar y confort general, disminuyendo, en lo posible, los efectos adversos tanto del tratamiento como de la enfermedad en sí.
METODOLOGÍA
Este artículo se deriva de una investigación exploratoria, transversal y analítica, con un enfoque cuantitativo, con una muestra de 40 personas mayores de edad de la unidad renal del Socorro, a las cuales se les aplicó el consentimiento informado y la encuesta, previa verificación del cumplimiento de los criterios de inclusión, entre los cuales estaba voluntariedad en la participación, sin evidente deterioro cognitivo que le permitiera entender y responder las preguntas del cuestionario y firma del consentimiento informado.
El instrumento usado fue el cuestionario de salud Kidney Disease Quality of Life Instrument, desarrollado para los pacientes en hemodiálisis y diálisis peritoneal, KDQOL-SF36 13; elegido por ser una encuesta de amplio uso y validado en varias oportunidades para la población colombiana, que cuenta con valores adecuados de confiabilidad y validez, para población con enfermedad renal crónica, además es un instrumento mixto, lo cual favorece realización de comparaciones a nivel específico de la enfermedad renal crónica.
Esta estrategia evaluó las doce dimensiones: tránsito salud, función física, rol físico, rol emocional, dolor, vitalidad, salud mental, función social, salud en general, efectos de la enfermedad, sexualidad, sueño, satisfacción atención. Las dimensiones evaluadas permitieron evaluar la calidad de vida de las personas sometidas a un tratamiento alternativo hemodiálisis 1,2,15.
RESULTADOS
En el estudio participaron 40 personas con enfermedad renal crónica que asistían a una unidad renal del municipio del Socorro; el promedio de edad fue de 60 años. En la valoración del índice global de la calidad de vida se encontró que el 45 % de la población estudiada presentó una regular calidad de vida y el 20, 5 % un bajo nivel.
En la población estudiada, la escala más afectada de la calidad de vida fue rol físico, pues 62.5 % la clasificaron como regular, mientras la que reflejó mejor nivel fue el rol emocional, con un 75 % de moderada afectación.
Descripción de la calidad de vida de acuerdo con las dimensiones evaluadas
Dimensión rol físico de los pacientes con IRC
En el rol físico se encontró que el 62,5 % de los encuestados tuvo que reducir el tiempo dedicado al trabajo o a sus actividades cotidianas, hizo menos de lo que hubiera querido hacer a causa de su salud física, mientras que un 37,5 % indicó que, a pesar de su estado de salud, les fue posible continuar con algunas tareas en su vida cotidiana.
En cuanto al dolor, al sumar las categorías, el 55 % de los pacientes renales presentaba dolor en alguna parte de su cuerpo; de estos, el 65 % reportó que en las últimas cuatro semanas el dolor le había dificultado su trabajo habitual, incluido el trabajo fuera de casa y las tareas domésticas, y el 10 % reportó un alto nivel de dolor.
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Fuente: elaboración propia.
Gráfico 1 Dolor físico percibido relacionado con la edad de los pacientes con enfermedad renal crónica ERC
En cuanto al nivel de dolor que presentaron durante el último mes las personas, estuvo en un rango de poco dolor a dolor moderado. No se encontró una asociación estadísticamente significativa con la edad (p=0.420). De acuerdo con si el nivel de dolor lo limita para hacer alguna actividad, el 37.5 % manifestó "un poco".
VITALIDAD DE LOS PACIENTES CON ERC
El 67,5 % de las personas encuestadas manifestó que se sentía con regular vitalidad; el 20 % se considera con buena vitalidad; el 12,5 % manifestó sentirse agotado y cansado.
DISCUSIÓN
Los resultados demuestran una deficiente percepción del nivel de calidad de vida, ubicando la mala percepción de cálida de vida en 22,5 %, y una percepción regular con un 45,5 %, lo cual coinciden con varias investigaciones realizadas a nivel nacional en las que se obtuvieron promedios bajos en las dimensiones salud física (33.4) y salud mental (43.5), por lo que se evidencia gran afectación, tanto física como emocional, en los pacientes sometidos a hemodiálisis.
Así mismo, tal como reportan diferentes estudios, se nota una posible relación entre el apoyo social percibido y afectación emocional, lo cual estaría perturbando negativamente su proceso de cuidado, debido a que las redes sociales son un factor de protección de la salud en términos de tratamiento y calidad de vida de las personas 19.
CONCLUSIONES
Se demostró que la evaluación de la calidad de vida es un importante indicador de la evolución de los procesos de salud enfermedad, especialmente en pacientes con patologías crónicas. Se resalta la necesidad de un manejo integral de estos pacientes que incluya áreas físicas, psicológicas y sociales.
De igual forma, se reconoce el potencial del cuidado desde enfermería, así como la calidad de la asistencia y la educación del paciente renal crónico, con el objetivo de alcanzar una atención cualificada en el servicio, considerando el alto nivel de complejidad y de dependencia del tratamiento.