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Ingeniería e Investigación
Print version ISSN 0120-5609
Ing. Investig. vol.31 no.3 Bogotá Sept./Dec. 2011
Editorial
Universidad de Investigación
A model research university
Con el retiro del proyecto que buscaba reformar la Ley 30 de 1992 se abre la esperanza de construir para Colombia un gran proyecto de educación superior que conduzca a la creación de un modelo institucional que obligue a transformar las actuales Instituciones de Educación Superior (IES), convirtiéndolas en promotoras de la prosperidad económica y del progreso social que reclaman Colombia y muchas naciones del mundo. La Universidad Nacional de Colombia tendrá que ser protagonista en la construcción de este nuevo proyecto social y la garante de que este incorpore los instrumentos y mecanismos que financien apropiadamente la educación superior pública y permita la ampliación de cobertura con calidad.
La nueva ley debe permitir también que en Colombia se puedan formar investigadores capaces de crear conocimiento y que estén al nivel de los mejores y más reconocidos científicos de los centros de investigación y de las universidades con mayor prestigio mundial. Debemos contar para ello con instituciones fuertes que propicien investigación de vanguardia, a la altura de los descubrimientos de mayor impacto en el campo científico mundial. Si comprendemos la dimensión de los grandes retos y desafíos que le esperan a Colombia y al mundo se debe revalidar nuestro deseo de formar a los más competentes profesionales e investigadores, con la capacidad para afrontar los problemas centrales por los que está atravesando la humanidad. Por ejemplo, los desastres ocasionados por el cambio climático y el calentamiento global exigen de investigadores capaces de estudiar las complejidades de estos fenómenos y poder formular soluciones que eviten o mitiguen sus consecuencias. El crecimiento exponencial de la población y su consecuente consumo de recursos no renovables pone en serio riesgo la calidad de nuestro ecosistema, fundamental para la supervivencia de la humanidad así como la de muchas especies vivas.
Para formar ese nuevo capital humano que está reclamando la nueva sociedad del conocimiento y poder insertarnos apropiadamente en un mundo globalizado, la Ley de Educación Superior que se construya debe apostarle a que la alma máter del país, que es la Universidad Nacional de Colombia, con un acertado e incuestionable liderazgo de todos sus estamentos, encare acertadamente los retos y oportunidades a los que nos enfrentamos en este siglo XXI. La vocación de una Universidad de carácter nacional como la nuestra debe ser la de garantizar que todos sus recursos y el talento humano disponible estén orientados hacia la transmisión, producción y renovación del conocimiento de vanguardia en todos los campos del saber, la realización de los procesos de innovación tecnológica y el compromiso con la construcción de una nación más equitativa y ambientalmente sostenible.
La Universidad Nacional de Colombia debe fijarse la meta de ser reconocida globalmente como una universidad pública de clase mundial; una universidad que en el término de diez años pueda llegar a competir con las más prestigiosas del mundo; una universidad de investigación que se dedique a crear conocimiento, a patentarlo y a comercializarlo por medio de centros de investigación, desarrollo e innovación (I+D+i). Los retos que le esperan a una institución como la Universidad Nacional de Colombia dentro del contexto de reformas y transformaciones que se están produciendo en nuestro país y en muchas naciones del planeta tendrán que ser la formación de investigadores de talla mundial, preparados desde el pregrado con dicha vocación y admitiendo en sus posgrados investigadores altamente calificados nacional e internacionalmente, con el potencial para crear conocimiento y desarrollar innovación. Colombia no puede estar abriendo sus mercados y queriéndose insertar en un mundo global sin comprometerse radicalmente con un proyecto de reforma a la educación superior que le permita tener por lo menos una institución de educación superior pública dedicada a la investigación de muy alta calidad, como un proyecto de nación, y la nuestra, la Universidad Nacional de Colombia, está llamada a asumir este desafío, con el apoyo incondicional del Gobierno nacional y de la sociedad colombiana.
Para transformarse en modelo de universidad de investigación en Colombia, la Universidad Nacional de Colombia demandará una rigurosa selección de su talento humano, sin importar su procedencia, tanto de los estudiantes, como del personal académico y administrativo, para admitir a las mentes más brillantes y mejor calificadas, comprometidas con la investigación y la aplicación del conocimiento, que le sean útiles a Colombia para un desarrollo económico y social sostenibles. La calidad de su producción académica tendrá que reflejarse en el número de patentes que sean comercializadas local y globalmente, las cuales serán también en el futuro una fuente importante de ingresos, así como en las publicaciones que realicen sus investigadores en las más prestigiosas revistas científicas internacionales, hacia donde, sin lugar a dudas, se está encaminando la revista Ingeniería e Investigación, publicación de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Colombia. Lo anterior implica pensar en un modelo de financiamiento institucional que tenga en cuenta la magnitud de la inversión requerida para llegar y sostenerse en un lugar privilegiado en el campo académico a nivel global.
Más allá de la irrestricta transparencia en el uso de sus recursos, una universidad como la Universidad Nacional de Colombia, para que alcance la honrosa posición de universidad de clase mundial, no puede construirse sobre la base de la limitación de los recursos, sino sobre la certeza de la gran rentabilidad social que este tipo de institución debe ofrecer al país. Varias investigaciones y experiencias a nivel mundial muestran que un flujo adecuado de recursos públicos es necesario para sostener las particulares condiciones que tiene la producción de conocimiento que se da en este tipo de universidades.
La decisión que está en juego con el nuevo proyecto de Ley de Educación Superior es trascendental y por eso la necesidad de que su construcción se realice con la participación de los estamentos académicos de la Universidad Nacional de Colombia, pero ante todo, de que esa ley le permita a nuestra alma máter, con el concurso de estudiantes, profesores y directivos, transformarnos en una nueva Universidad Nacional de Colombia de clase mundial y modelo para la educación superior en el país, a la altura de los retos y desafíos del siglo XXI.
Contamos afortunadamente con bastantes ejemplos de países que entendieron rápidamente lo que debe ser una universidad de clase mundial y se han propuesto lograrlo. Quiero motivar la lectura del libro The Road to Academic Excellence, editado por el Banco Internacional de Reconstrucción y el Desarrollo (BIRD), también denominado Banco Mundial, en el que se presenta el ejemplo de diez universidades que evidencia el camino, los retos y esfuerzos necesarios para ser reconocidas como instituciones de clase mundial.
DIEGO FERNANDO HERNÁNDEZ LOSADA
Decano
Facultad de Ingeniería
Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, D.C.