Introducción
El síndrome del trabajador quemado es un estado de cansancio mental como respuesta a factores estresantes emocionales e interpersonales crónicos en el trabajo 1. Estos factores incluyen los problemas derivados del estrés laboral crónico, la intensa presión de tiempo y carga de trabajo, así como falta de apoyo organizacional 2. Es más frecuente en profesionales que realizan función asistencial o social 3, entre ellos los médicos 4 en quienes ha alcanzado niveles epidémicos con un impacto económico notable, debido a que el costo de reemplazo es hasta tres veces su salario anual 5.
En los médicos, el período de especialización profesional es una etapa que implica responder a una elevada carga asistencial, actualización de conocimientos teóricos, así como extensas jornadas con exceso de horas de trabajo semanal 4,6 que conducen a elevada prevalencia de estrés que puede desencadenar la aparición del síndrome del trabajador quemado 2,7,8 con fuerte impacto en el desempeño profesional y provocar accidentes de trabajo, ausentismo laboral, además de baja productividad 9 y calidad de la atención y seguridad del paciente 10.
Diversos estudios han reportado la presencia del síndrome del trabajador quemado en profesionales médicos durante el período de residencia, con prevalencias que oscilan entre 33,8 % y 89,7 % 6,10-11. Ha sido asociado a las especialidades quirúrgicas 4,12 al sexo femenino 5 y, en ciertos casos, a etapas más tardías del período de formación 1. Sin embargo, estos resultados han sido discrepantes con hallazgos descritos en otros estudios 13-14.
Teniendo en consideración que esté síndrome es un problema que puede afectar la atención al paciente y los sistemas de atención médica y, ante la ausencia de estudios nacionales en este segmento laboral se planteó esta investigación con el objetivo de identificar los factores de riesgo del síndrome del trabajador quemado en médicos residentes peruanos.
Métodos
Se realizó un estudio analítico transversal basado en el análisis secundario de los datos de la Encuesta Nacional de Satisfacción de Usuarios en Salud (ENSUSALUD) realizada por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) y financiado por la Superintendencia Nacional de Salud (SUSALUD) La muestra de esta encuesta incluyó 2218 médicos para un nivel de confianza del 95%, un error aceptado en la estimación de p (margen de error) entre 3 y 7,5 puntos porcentuales y se calculó con la fórmula tamaño muestral para tasas o proporciones en poblaciones finitas: n= [Z² p q N] / [d² (N-1) + Z² p q] * def * tnr. Fueron seleccionados en dos etapas, de forma estratificada, independiente y probabilística y se calcularon los pesos muestrales y los factores de expansión en cada etapa de muestreo 15.
La población de estudio estuvo conformada por los médicos residentes menores de 60 años que laboraban en los establecimientos de salud del Ministerio de Salud (MINSA), Gobiernos Regionales y ESSALUD de los niveles II y III de Perú. La muestra incluyó los registros de 332 médicos residentes que laboraban en establecimientos de salud bajo la administración del Ministerio de Salud y los Gobiernos Regionales pertenecientes a los ámbitos de la Provincia Constitucional del Callao y los 24 departamentos del Perú y que participaron en la ENSUSALUD.
La variable dependiente fue la presencia del síndrome de burnout calculado a partir de las respuestas a las 22 preguntas del cuestionario correspondientes a estrés laboral (Maslach Burnout Inventory-Human Services Survey) que se encuentran en el capítulo XI del cuestionario N° 2 (ítem 50). Esta escala ha sido validada y es confiable para su aplicación en médicos peruanos. 16 Caso de burnout fue definido como aquel profesional que presentara valores altos (>p66) en las dimensiones agotamiento emocional y despersonalización junto con valores bajos (de realización personal (p33), según lo recomendado por Marticorena-Quevedo et al. 17 Las características personales y familiares, académico-profesionales, de salud y enfermedad, laborales y los tipos de violencia fueron variables independientes.
Los datos de las variables se extrajeron del archivo del sitio web de SUSALUD (bases de datos de elementos de la sección ENSUSALUD ubicada en el menú del Centro de información) 18.
Se creó un archivo PLAN.csaplan en el que se especificaron las características de muestras complejas. Los porcentajes de los cuadros de contingencia, así como el odds ratio se calcularon utilizando este procedimiento.
Análisis de los datos
En el análisis univariado se calcularon los valores absolutos y proporciones ponderadas de las categorías de cada variable según el factor de expansión incluido en la base de datos, mientras que en el análisis bivariado se calculó el chi-cuadrado con su valor p, así como las razones de prevalencia crudas (RPc) y su intervalo de confianza del 95 % (IC 95 %). El modelo de regresión Poisson con varianza robusta se utilizó en el análisis multivariado para determinar la asociación entre las variables (RPa con IC95 %). Los datos se analizaron utilizando el software estadístico Stata V15.
Aspectos éticos
Los datos utilizados son de libre acceso y fueron descargados del portal institucional de la Superintendencia Nacional de Salud (https://www.gob.pe/susalud): Centro de información/ENSUSALUD/Base de datos. Los datos no contienen información de identificación de los participantes.
Resultados
La muestra incluyó a 238 (71,7 %) hombres y 94 (28,3 %) mujeres; el 77,7 % tenían 30 a 59 años y 74 (22,3 %) eran menores de 30 años; el 57,8 % eran solteros y 42,2 % estaban casados o convivían con sus parejas; el 12,6 % tenían alguna enfermedad crónica; 62,4 % residían en una vivienda propia, 33,4 % en una vivienda alquilada y 4,2 % en una vivienda cedida; 62,6 % vivía con toda su familia, 9,9 % con parte de ella y 27,4 % vivía solo; 76 (22,8 %) habían dejado a sus familias.
El síndrome de burnout estuvo presente en 31,6 % de ellos. Al realizar el análisis bivariado de la influencia de las características personales y familiares en el síndrome del trabajador quemado, se observó que los menores de 30 años (RPc=1,67; IC95 %=1,21-2,29) en comparación con los residentes de 30 a 59 años, así como los que tenían vivienda alquilada (RPc=1,50; IC95 %=1,09-2,06) en comparación con los que tenían vivienda propia tuvieron mayor riesgo de desarrollar este síndrome (Cuadro 1).
El 59,0 % provenían de una universidad pública y 41,0 % habían egresado de una universidad privada. El 42,2 % habían obtenido el título profesional en los seis años previos a la encuesta, 36,1 % entre 6 a 10 años y 21,7 %, 11 años antes. El 47,6 % tenía menos de seis años de labor en el sector salud, 35,5 % entre 5 y 10 años, mientras que 15,7 % tenía 10 años o más; 83,7 % laboraba en el tercer nivel de atención y 16,4 % en el segundo nivel; 59,3 % trabajaban en establecimientos públicos del Ministerio de Salud o de los gobiernos regionales y 40,7 % laboraban en la seguridad social. El 6,0 % tenían contratos administrativos de servicios, 47,3 % tenían contratos a plazo fijo, 21,1 % eran nombrados y 25,6 % tenían contratos a plazo indeterminado. Casi la mitad (49,7 %) manifestó que laboraban 51 horas semanales o más, 26,8 % entre 37 y 50 horas, y 23,5 % laboraban 36 horas o menos.
El 48,2 % señaló que la carga laboral no les daba tiempo para su vida personal o familiar. Asimismo, 78,3 % reportó que su ingreso económico era 5000 soles o menos y 13,5 % refirieron que tenían alguna enfermedad provocada y/o agravada por el trabajo (Cuadro 2).
Quienes el tiempo transcurrido desde la titulación hasta el momento de la encuesta era menor de seis años (RPc=2,93; IC95 %=1,59-5,39) y entre 6 a 10 años (RPc=2,28; IC95 %=1,21-4,30), tuvieron mayor riesgo de desarrollar este síndrome, en comparación con aquellos que tenían 11 o más años de titulación. De igual forma, aquellos que tenían menos de seis años laborando en el sector salud tuvieron mayor riesgo de tener este síndrome (RPc=2,61; IC95 %=1,34-5,07) al compararlos con quienes tenían 11 o más años de labor. En los residentes cuyas cargas laborales no les daba tiempo para su vida personal y familiar (RPc=2,45; IC95 %=1,72-3,50) y en aquellos que manifestaron tener una enfermedad provocada o agravada por el trabajo (RPc=2,21; IC95 %=1,63-2,99), el riesgo de desarrollar el síndrome fue mayor, en comparación con aquellos que no tenían estas características. Otras características académicas, profesionales y laborales no se relacionaron con este síndrome.
La violencia física, los insultos, las amenazas y el acoso sexual fueron reportados por 10,5 %, 24,1 %, 34,9 % y 2,1 %) de los residentes encuestados, respectivamente. Asimismo, se halló que las amenazas contribuían significativamente a la presencia de este síndrome (RPc=2,10; IC95 %=1,56-2,83); sin embargo, las demás formas de violencia no se asociaron (Cuadro 3).
El análisis multivariado confirmó que en quienes el tiempo transcurrido desde la titulación hasta el momento de la encuesta era menor de 6 años (RPa=2,93; IC95 %=1,59-5,39) y entre 6 a 10 años (RPa=2,28; IC95 %=1,21-4,30); así como en aquellos con cargas laborales que no les daba tiempo para su vida personal y familiar (RPa=2,45; IC95 %=1,72-3,50), en los que manifestaron tener una enfermedad provocada o agravada por el trabajo (RPa=2,21; IC95 %=1,63-2,99) y los que habían sido víctimas de amenazas en su lugar de trabajo, tuvieron mayor riesgo de desarrollar el síndrome del trabajador quemado (Cuadro 4).
Discusión
El síndrome del trabajador quemado es un problema de salud pública con importantes efectos en el profesional de salud que aumentan la posibilidad de cometer errores durante la atención del paciente 19. Estuvo presente en tres de cada diez profesionales médicos que están realizando la especialización profesional, superior a lo reportado por Marticorena-Quevedo et al. 17) en un estudio previo realizado en médicos peruanos.
Aunque el porcentaje de residentes que habían obtenido el título profesional en los seis años previos a la encuesta era menor que el grupo con más de seis años, los resultados del análisis multivariado reflejaron que aquellos profesionales con menos tiempo transcurrido desde el inicio del ejercicio profesional estén más expuestos a este problema, similar a lo reportado por Hariharan et al.20, con graves consecuencias en la etapa temprana de su formación académica, que incluyen actitudes y comportamientos laborales negativos, junto con resultados sociales y de salud deficientes 21.
Otro elemento importante que influiría en el desarrollo del síndrome es el desequilibrio o conflicto entre la carga laboral y la vida personal o familiar -casi la mitad de los entrevistados reportaron esta situación- y que también ha sido reportado por Kemper et al.14 coincidiendo con nuestros hallazgos. De manera similar Bin Dahmash et al. 22 y Aldrees et al. 23, han observado que el equilibrio entre el trabajo y la vida personal conduce a menor afectación por este síndrome en residentes de Radiología y Otorrinolaringología, respectivamente. Esto se debe a que la especialización del médico es un espacio muy competitivo, en el cual la eficiencia y rendimiento se evalúan con mayor detalle, por lo que el residente utiliza mayor número de horas para culminar las actividades asignadas, especialmente en los primeros años de estudio. Ese estrés laboral provocado por el incremento de la carga laboral influirá de forma negativa en su salud y seguridad 24 a la par de reducir el tiempo disponible para su vida personal y familiar.
Si lo vemos desde otra perspectiva, la carga laboral -que se traduce en largas jornadas de trabajo- se relacionaría con este síndrome tal como lo han mencionado otros autores 25,26,27; sin embargo, en el presente estudio no se encontró relación entre la jornada laboral y el síndrome del trabajador quemado, posiblemente debido al diferente punto de corte utilizado para el análisis.
A esta variable se suma la exigencia emocional de la profesión médica que lo coloca en situaciones críticas durante la relación médico-paciente o médico-pariente y que, al resquebrajarse, lo expone como víctima de actos de violencia 24. Los insultos y las amenazas han caracterizado los actos violentos de los que son víctimas los residentes. Así, la violencia psicológica sería un elemento decisivo en el desgaste profesional del residente, como se observa en los resultados. Similares hallazgos han sido reportados por Yu et al. 25, quienes observan una relación significativa entre la experiencia de violencia en el centro de trabajo y este síndrome, y por Wu et al. 28. En esta última casi un tercio de los médicos -que trabajaban en los hospitales chinos del tercer nivel de atención- experimentaban el síndrome del trabajador quemado, asociado al entorno laboral inseguro causado por el empeoramiento de la relación médico-paciente que se manifestaba por disputas, disturbios, así como violencia física y verbal.
Aunque no se han realizado estudios que evalúen la influencia de la morbilidad que sufre el trabajador, nuestros hallazgos indicarían que la presencia de alguna enfermedad crónica aumentaría el riesgo de desarrollar este síndrome, posiblemente mediada por la vulnerabilidad previa, la capacidad de protección individual, los recursos de adaptación, la autoestima y el soporte social 29; elementos que requieren mayor abordaje en futuros estudios.
Al igual que lo reportado por Chaukos et al. 13 y Kemper et al.14, la edad, el sexo o el estado civil se asociaron con este síndrome. Tampoco se asociaron otras variables de interés en la gestión sanitaria de nuestro país, como son las condiciones laborales, si tenemos en consideración que la precariedad laboral -condicionada por el tipo de vínculo o contrato muchas veces relacionado con subcontratación e inestabilidad en el puesto de trabajo, así como el desarrollo de tareas más peligrosas, en peores condiciones de seguridad y la escasa capacitación- ha sido descrita como elemento importante para el desarrollo de este síndrome 24.
Los hallazgos de esta investigación tienen importantes implicaciones para el diseño de intervenciones que permitan reducir el síndrome del trabajador quemado. En primer lugar, su prevención requiere de intervenciones dirigidas a fortalecer la personalidad del trabajador a través de su capacidad de afrontamiento y, por otro lado, la organización de los servicios de salud ocupacional de la institución donde labora 10, además de la disponibilidad de recursos para brindar apoyo social, retroalimentación y reconocimiento 30 a estos recursos humanos que se encuentran en especialización. En ellas, los supervisores o coordinadores tienen un rol importante 21. En segundo lugar, no todas las variables implicadas son cualidades inherentes al individuo ni están bajo su control, por lo que al momento de diseñarlas se debe tener claridad en los objetivos y actores clave a incluir (educadores, gestores, jefes de departamento o servicio, etc.), además de los involucrados (residentes).
Finalmente, es preciso mencionar que existen varias limitaciones en el presente estudio debido a que se ha realizado bajo un análisis secundario. Los resultados podrían no ser comparables debido a los diferentes puntos de corte que se utilizan para definir un caso de burnout cuando se utiliza la MBI-HSS 10. Asimismo, la carga de trabajo innecesaria o duplicada, las expectativas de roles, el impacto de las tareas, los profesores y los estilos de enseñanza inadecuados, el entorno inseguro 19, la composición familiar, la especialidad 15, entre otras variables que han sido evaluadas en otros estudios y podrían influir en este síndrome, no fueron consideradas en la ENSUSALUD. Asimismo, el estudio no incluyó el análisis por dimensiones del síndrome - propuestas en por Maslach- debido a que hallazgos previos no recomiendan esta práctica debido a las limitaciones en la confiabilidad de los resultados 16.
Conclusiones
Los riesgos psicosociales incrementan la posibilidad de desarrollar el síndrome del trabajador quemado en médicos residentes peruanos. Estos riesgos específicos son la sobrecarga laboral que desequilibra la relación vida laboral-vida personal/familiar y el sufrimiento de violencia psicológica en el centro laboral, especialmente cuando el profesional se encuentra en los primeros diez años de ejercicio profesional y en presencia de alguna morbilidad.