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Análisis Político
Print version ISSN 0121-4705
anal.polit. vol.26 no.78 Bogotá May/Aug. 2013
APRENDIZAJE ORGANIZACIONAL Y APRENDIZAJE MEDIANTE LA "HISTORIA COMO ARGUMENTO" POR PARTE DE ACTORES VIOLENTOS NO ESTATALES. EL CASO DE LAS FARC-EP EN COLOMBIA*
ORGANIZATIONAL LEARNING AND LEARNING BY "HISTORY AS ARGUMENT" BY VIOLENT NON-STATE ACTORS. THE CASE IN COLOMBIA FARC-EP
Heidrun Zinecker**
*Texto original en alemán. Traducción por Miguel Gamboa,Catedrático en el Instituto de Desarrollo Internacional, Universidad de Viena, Austria. Email: miguel.gamboa@univie.ac.at
** Profesora de Relaciones Internacionales en el Instituto de Ciencias Políticas de la Universidad de Leipzig, Alemania. Diploma: Universidad de Leningrado. Ph.D y Habilitación: Universidad de Leipzig. Investigaciones de campo en: El Salvador,Guatemala, Honduras, Nicaragua, Costa Rica, Colombia y México. Visiting Fellow en: Moscú , La Habana, Bogotá, Oxford, Madrid, Santiago de Chile , Austin y Santa Barbara. Email: zinecker@uni-leipzig.de
Fecha de Recepción: 08/04/2013
Fecha de Aprobación: 20/05/2013
RESUMEN
El punto central de este artículo son las FARC-EP de Colombia, la guerrilla más antigua y con más combatientes y por lo tanto uno de los más importantes actores violentos no estatales en América Latina. Se analizará su potencial de aprendizaje para la paz y para la violencia, en una perspectiva normativa pero a la vez abierta. El fundamento teórico es un modelo de aprendizaje basado en las teorías del "aprendizaje organizational" y del aprendizaje mediante la "Historia como argumento". El periodo de investigación se extiende desde la fundación de la guerrilla en 1964 hasta el presente. Se mostrará la relación mutua entre "aprendizaje organizational" y aprendizaje mediante la "Historia como argumento" y de ambos con el aprendizaje de la paz y de la violencia, así mismo, si un tipo de aprendizaje resiste al otro y cuándo y cómo uno cuestiona al otro y qué papel juega esto en las negociaciones de 2012/2013.
Palabras clave: Aprendizaje , violencia, negociaciones de paz, Colombia, FARC-EP
SUMMARY
The central point of the article is the Colombian FARC-EP, the oldest and, by members, the largest guerrilla and therefore one of the most important non-state violent actors in Latin America. Its potentials for peace- and violence-learning will be analyzed in a normative but at the same time open perspective. The theoretical foundation is a learning model based upon the theory of "organizational learning" and learning by "history as an argument". The research period reaches from the founding of the guerrilla 1964 until the present. The relationship to each other will be shown between "organizational learning" and learning by "history as an argument" , and both of them to peace- and violence-learning,whether the one type of learning withstands compared to the other, respectively when and how the one is questioning the other and which role does this play for the peace negotiations in 2012/2013.
Keywords: Learning, violence, (negotiations) peace , Colombia, FARC-EP.
INTRODUCCIÓN
Todos los actores, sean estados, organizaciones y personas, de cualquier color político, pueden aprender. En capacidad de hacerlo están no solamente los actores pacíficos sino también los violentos1 incluyendo a las organizaciones violentas no estatales. En el mejor de los casos los actores violentos aprenden a entrar en procesos de paz y los actores de paz aprenden cómo lograr - con una propia política de paz -que los actores violentos lo hagan (es decir: que aprendan a entrar en procesos de paz).
Los actores violentos pueden aprender la violencia2 y a estar contra la paz. Así mismo pueden aprender la paz3 y a estar contra la violencia favoreciendo la paz. A menudo los actores cambian su papel y desempeñan papeles dobles. Como resultado, los procesos y tipos de aprendizaje pueden cambiar con la dinámica del tiempo y es de esperar que se presenten tipos mixtos.
El 9/11 y sus repercusiones condujeron a una reducción de la percepción del potencial de aprendizaje de los actores violentos no estatales. Después del 9/11 la regla fue que a los actores violentos sus contrapartes les fijaron a priori un "máximo de aprendizaje" muy alto: los actores violentos tendrían que aprender de manera tan profunda que llegaran a estar dispuestos a "deshacerse a través del aprendizaje", desmovilizándose sin una contrapartida transformatoria. O se fijó un nivel muy bajo: los actores violentos per se no podrían aprender, por lo menos no a favor de la paz. Ambas posiciones conducen a lo mismo: a los actores violentos no se los anima a aprender la paz.
Sin embargo, si se parte de que las estrategias militares y represivas no pueden aportar un triunfo duradero de la paz y que una paz de vencedores exige muchas víctimas y es muy costosa, entonces la única oportunidad que queda es el fomento de la paz mediante procesos de aprendizaje por parte de los actores violentos (y del gobierno que los enfrenta). A favor de esta alternativa está la experiencia de acuerdos de paz que fueron exitosos porque las partes negociantes aprendieron a formular horizontes de compromiso. Eso es lo que demuestran las negociaciones con el Frente "Farabundo Martí" de Liberación Nacional FMLN en El Salvador y con la Unión Revolucionaria Nacional de guatemalteca URNG en Guatemala. Si los acuerdos de paz son siempre soluciones de compromiso y estas exigen concesiones, es decir el paso de las partes en conflicto de la best a la second best-solution con el consiguiente cambio de preferencias, entonces la condición sine qua non para la paz es el aprendizaje de esta por parte de los actores de la violencia. Del círculo infernal de una "cotidianización de la violencia" (Waldmann, 1997: 141s.) y "cotidianización de (fracasados) procesos de paz" (Zinecker 2007, 987 ss.) se puede salir mediante el aprendizaje si es que se quiere evitar el alto costo de una paz de vencedores. En este caso, aprender, es la precondición no solo para el éxito de las conversaciones de paz sino incluso para su inicio. A más tardar cuando se abre la "window of opportunity" de las conversaciones de paz, las partes negociadoras -tanto el gobierno4como la guerrilla- deben poder echar mano a los resultados de lo sustancial del aprendizaje de la paz (Zinecker 2006; 2007). Sin embargo, precisamente este aprendizaje y su potencial, apenashan merecido ser registrados por parte de los observadores políticos, incluyendo a la comunidad internacional.
El aprendizaje de la paz casi nunca es un fin en si mismo para los actores y en cambio, más a menudo, es un medio para un fin. La disposición al aprendizaje se puede evaluar no solo y no en primer lugar de manera directa en la disposición a negociaciones de paz y su exitosa culminación sino también indirecta al comparar las best options con los conceptos programáticos y las concesiones de las second best options de las partes negociadoras. O bien las second best options remplazan los objetivos políticos originales o, lo que es más probable, la best option se pone en el congelador durante las negociaciones hasta que sea posible más tarde seguir luchando por ella por medios pacíficos. En Latinoamérica el FMLN y la URNG demostraron cómo hacer esto.
En este estudio se someterá a las FARC-EP a un control de su capacidad de aprendizaje sin suponer previamente su transigencia o intransigencia. El aprendizaje de las FARC-EP todavía no ha sido investigado, con excepción de trabajos de esta autora (Zinecker 2006; 2007). Aunque son muy antiguas, las FARC-EP son un actor violento poco estudiado, aunque en los últimos años ha estado más en la mira del análisis científico (p. ej.: Medina Gallego 2009, 2010; Ferro Uribe 2002; Pizarro 2011).
Las FARC-EP es la guerrilla más vieja y más grande5 de Latinoamérica. Ellas se ven a sí mismas ahora como antes obligadas a luchar por el poder y a ser fieles al marxismo-leninismo y tienen una argumentación antisistémica y anticapitalista. En algunas regiones de Colombia han podido establecer "nuevo gobierno". Esta guerrilla de una manera especial está asentada en el mencionado contexto de una "cotidianidad" de la violencia y de (fracasadas) negociaciones de paz. En los medios, en documentos del gobierno colombiano pero también de la mayoría de las organizaciones internacionales se las califica de "premodernas", "militaristas", "criminales" y en consecuencia como incapaces per se de aprender la paz. Están en las listas de terroristas de EEUU y de la Unión Europea6. También en los medios científicos domina esta perspectiva aunque es discutida.
Si se demuestra que las FARC-EP aprenden, no solo la violencia sino también la paz de manera comprobable, podría adquirir robustez la tesis de que actores violentos no estatales son aptos para aprender (la paz), pues en el caso de esta guerrilla se trata de un least likely case. Claro que no hay que cerrar los ojos ante el hecho de que en realidad aprender, de un modo general, pero también para las FARC-EP es un acontecimiento raro y tampoco cerrarlos ante las ambivalencias de los papeles dobles y las formas mixtas de aprendizaje. Como punto de partida hay que entender que el proceso de aprendizaje de la paz surge en un nido de aprendizaje de violencia contra la cual tiene que imponerse. Esto incluye que allí donde no hay enfoques para aprender la paz nadie va a encontrar uno por arte de magia.
La pregunta central en este artículo es la siguiente: ¿Han cumplido las FARC-EP el proceso de aprendizaje y en caso afirmativo, cuál y qué alcance tiene? En este análisis se sigue una perspectiva normativa pero abierta, porque no se supone que lo dominante es el aprendizaje de la paz o de la violencia sino que se investiga de manera equilibrada el potencial y el contenido de ambos procesos de aprendizaje.
Para contestar nuestro interrogante se procederá en tres pasos. Primero se presentará el modelo combinado de aprendizaje que apuntala este análisis y que se apoya en las teorías del "aprendizaje organizacional" y del aprendizaje mediante la "Historia como argumento". Luego se controlará a las FARC-EP con estos dos tipos de aprendizaje. En las conclusiones se presentarán los resultados empíricos del análisis en un cuadro general y se mostrará en qué relación están ambos tipos de aprendizaje entre si y frente al aprendizaje de la paz y la violencia, igualmente si un tipo de aprendizaje predomina, es decir, cuándo y cómo ese tipo es cuestionado por el otro y qué papel juega esto para las nuevas negociaciones de paz.
APRENDIZAJE - DEFINICIÓN Y MODELO
No toda interacción de un actor con su entorno significa aprender ni siquiera toda actuación, así como no toda actuación recurre al aprendizaje. Aprender es solo una de las varias capacidades cognitivas de los actores (otras son p. ej. percepción, atención, pensar, recordar o creer) y solo una parte de la socialización (Berger, Luckmann 2004: 139s.). Por una parte aprender es una "actuación trascendente" porque con ello la actuación anterior se puede someter a una reflexión crítica (Lenk 1978, 9). Por otra parte, pone a los individuos y sus organizaciones en capacidad de comportarse no solo de manera reactiva y submotivacional - en el sentido de las relaciones de estímulo-respuesta - sino también de actuar de manera activa, motivada y orientada a fines (racionalidad instrumental). Aprender es también actuación, por ello "acción de aprender" (Holzkamp 1995, 157ss.) y, por otra parte, es racional según el fin. En este sentido aprender es un proceso intencional aunque no libre de presuposiciones.
Aprender es "(...) not likely to be a frecuent event" (Kahler 1992: 125) como para que suceda con frecuencia, es un esfuerzo para tener acceso a recursos muy intensivos en costos: al aprender surgen significativos "cognitive opportunity costs" (Lupia, McCubbins 1998:22) que los actores pagan solo por necesidad. Pero por otra parte está el peligro, para un actor que no aprende o se abstiene de aprender, de ser sancionado con la exclusión del proceso político. De esta contradicción resulta que aprender no es ni raro ni permanente, no se presenta con el don de la ubicuidad ni solo de forma aislada. A nadie se le puede negar o atribuir a priori que pueda aprender.
Aprender está basado en condicionamientos y como proceso lleva a que se cambien las ideas (knowledge/conocimientos) y los modelos de solución de problemas (problem solving patterns) que se apoyan en ellas. Las condiciones que llevan a la generación de aprendizaje (perspectiva relativa a la génesis) pueden asentarse en condiciones de aprendizaje políticas, económicas y culturales que están por fuera de la unidad que aprende, o bien, dentro de ella, en tanto presupuesto cognitivo o (en organizaciones) en tanto presupuesto organizacional (estructura de organización y comunicación). Esto significa que las condiciones de aprendizaje en sí mismas pueden ser de tipo cognitivo. El proceso y el resultado del aprendizaje (perspectiva relativa al estado interior) son por el contrario "únicamente" cognitivos y se refieren a las operaciones neuronales en las cuales las informaciones del entorno son asimiladas por los sentidos, procesadas, retenidas y utilizadas para las tomas de decisiones. En ese caso las informaciones serán analizadas en relación a experiencias y expectativas, serán reorganizadas y reinterpretadas y de allí surgirán juicios, decisiones y conclusiones que facilitarán comportamientos adecuados y guiados por el objetivo final7. Cognición entonces - como condicionante (o sea: viejas ideas en la perspectiva relativa a la génesis) y como resultado (es decir, nuevas ideas en la perspectiva hacia el estado interior) -pertenece a ambas perspectivas: a la perspectiva de la génesis y a la del estado interior. En este sentido se estrecha el espacio entre explanans y explanandum.
En nuestro caso se trata de la cognición en una organización, lo que significa que, aprendizaje, en este caso, es supraindividual y no se puede equiparar con la suma de procesos individuales de aprendizaje de los miembros de la organización ya que a través de los procesos de comunicación dentro de la organización se forma una determinada estructura de conocimiento y de solución de problemas. Entonces una organización que aprende es un sistema social que se constituye mediante estructuras de comunicación e información (Güldenberg, Eschenbach 1996:1s).
El análisis que aquí se realiza presenta dos limitaciones: 1) se trata de un análisis en el plano de las ciencias sociales y no psicológico y por ello los procesos neuronales de los combatientes de las FARC-EP quedan en oscuras. 2) También las estructuras de comunicación interna de las FARC-EP como organización, por obvias razones, permanecen inescrutables para la autora. Ambas limitaciones conducen a que la observación de las condiciones cognitivas y los resultados, así como del cubrimiento de una limitación por la otra no pueda hacerse en el proceso real sino únicamente a través del resultado convertido en texto en un momento determinado. En este caso se debe intentar el análisis del proceso de aprendizaje de las FARC-EP mediante la combinación de dos teorías del aprendizaje: la del "aprendizaje organizacional" y la de "Historia como argumento".
La teoría de "aprendizaje organizacional" viene de la sociología de la organización y designa el proceso de cambio de los valores y saberes básicos de la organización, orientado a elevar la competencia de ella en la solución de problemas y en el accionar, así como para cambiar sus marcos de referencia8. La causa del aprendizaje organizacional es la falta de correspondencia entre los resultados de la actuación de una organización y las expectativas que ella tenía, las cuales entonces serán sometidas a cuestionamientos y corrección. Lo que desata el proceso de aprendizaje organizativo (según Argyris, Schon 1978) es esa incongruencia entre la teoría de uso corriente que guía la actuación, la theory in use (experiencias reales, conocimientos y convicciones de la organización sobre sí misma y el entorno) como estado real, y como estado ideal la teoría que oficialmente guía la actuación, la espoused theory (objetivos de la organización, ideas, valores, modelos ejemplares). El objetivo del aprendizaje organizacional es generar conocimiento válido, relevante para la actuación y sobre esta base capacidades de las organizaciones para resolver problemas (knowledge and patterns for action), capacidades que luego hay que cohesionar como teoría de la actuación y que deben quedar a disposición por un tiempo que trasciende el presente.
Para poder evaluar el desarrollo de este proceso la teoría de "aprendizaje organizacional" introduce la distinción entre varios tipos de aprendizaje, entre ellos el single loop-learning y el double loop-learning. El primero (single loop-learning) se refiere a un aprendizaje como adecuación gradual al interior de la teoría en uso sin suponer ningún cambio de preferencia pues se intenta salvar lo esencial de la teoría usada a pesar de los cambios del entorno. El segundo, el double loop-learning, representa, por el contrario, un tipo de aprendizaje innovador con cambio de preferencia cambiando a la vez la teoría en uso y en últimas también la teoría oficial de la actuación. Se trata de un cambio brusco en el aprendizaje, mediante el cual incluso normas y reglas aparentemente insuperables son cuestionadas, se fijan nuevas prioridades y además se reestructuran los valores.
Según la teoría del "aprendizaje organizacional" solo mediante el double loop-learning es posible reestablecer la congruencia entre la teoría oficial de la actuación y la teoría en uso.
Si bien la teoría del "aprendizaje organizacional" en su versión clásica se refiere en primer lugar al cambio en la organización (y solo en segundo lugar al cambio de su entorno), en nuestro artículo solamente vamos a aplicar la teoría a los procesos de cambio del entorno9. En este sentido, los resultados esperados de la actuación de la organización (en este caso las FARC-EP) serán referidos a los procesos de cambio del entorno ocasionados por la organización (aquí nos referimos a las transformaciones que las FARC-EP pretenden alcanzar en la política y la sociedad colombianas). Los resultados esperados de la actuación equivalen a la best option, lo cual para las FARC-EP significa "Poder y Socialismo". Si se compara esta meta con los resultados reales alcanzados por su accionar el resultado es nulo. Entre los resultados esperados y los obtenidos de la actuación se abre una brecha y se dan fricciones, que hacen necesario un reajuste. En la teoría del "aprendizaje organizacional" clásica, las organizaciones son "normales" (legales y desarmadas) y se puede suponer que ellas, a través del proceso de aprendizaje, se van a mantener e incluso a desarrollar, pero que nunca van a querer desaparecer. A diferencia de lo anterior, la esperanza de una guerrilla de adecuar sus marcos de referencia a la conclusión de un acuerdo de paz, significa permitir que la desarmen, y con ello disolverse en tanto guerrilla, es decir que tiene que aprender a "deshacerse" a través del aprendizaje.
Entre tanto hay que decir que la guerrilla es para la teoría del "aprendizaje organizacional" un caso especial (que no estaba en sus cálculos). Si la guerrilla persiste en fomentar la paz mediante negociaciones, entonces ella no podrá corregir la contradicción entre su teoría usual y su teoría oficial aboliéndose ella misma en la antesala de las negociaciones de paz. Si para organizaciones "normales" es entonces más fácil (y alcanzable mediante single loop-learning) adecuar su teoría en uso a la teoría oficial de la actuación que corregir su teoría oficial de la actuación, para una guerrilla es más probable primero reducir las exigencias a su teoría oficial de la actuación y cambiar esta en la medida de las necesidades, para solamente luego seguir con la teoría en uso. Muchas guerrillas han demostrado que sin una seguridad de que el entorno cambia, ellas no están dispuestas a desmovilizarse y a reintegrarse. Corregir su teoría oficial (en el ínterin) "hacia abajo" y recibir la garantía de, al menos en una variante mínima, una transformación del entorno como resultado de las negociaciones de paz y, entonces sí, sobre esta base, cambiar su teoría en uso mediante transformaciones de su propio marco de referencia institucional (armado) - lo que evidentemente está dentro de lo posible para la guerrilla.
Sin embargo, como en este caso, si la adecuación del marco de referencia, incluyendo su teoría en uso, no puede ser el (fácil) primer paso sino solamente el (difícil) segundo y si la transformación de la teoría oficial de la actuación debe anteponerse a la de la teoría en uso, entonces es conveniente relacionar double loop-learning y single loop-learning con el cambio de la teoría oficial de la actuación (aquí en referencia al entorno) incluso a pesar de que en la forma clásica de la teoría del "aprendizaje organizacional" el single loop-learning se produce en la teoría en uso sin cambiar la teoría oficial de la actuación. En este artículo se procederá en la forma antes enunciada.
Lo que se llama double loop-learning es aquel aprendizaje mediante el cual lo que inicial y primordialmente era el modelo a seguir de la organización y que servía para medir los resultados de la actuación, la expectativa de una best option, se rebaja a una second best option, que da pie a nuevas expectativas dirigidas hacia unos resultados de la actuación que se reajustan hacia abajo y que pueden facilitar compromisos. El double loop-learning es imprescindible para una exitosa culminación de una negociación de paz. El comienzo de las negociaciones todavía no está ligado a esto pero sí su éxito. Double loop-learning puede darse si la meta máxima "Poder y Socialismo" se baja a una escala estratégica intermedia que vaya "en la misma dirección" sin que para ello se tenga que renunciar esencialmente a las expectativas de la actuación y el ideal de la organización. Lo anterior significa que hay que suponer ambas teorías, una de un valor superior y otra subordinada a la primera respecto al contenido pero con una prioridad temporal de la teoría oficial de la actuación.
Un criterio para el double loop-learning es entonces que en el programa de una guerrilla, en la lucha por el socialismo, se anteponga un nivel estratégico intermedio que no constituye un escalón intermedio sistémico, que es autónomo desde el punto de vista temporal y de contenido y que está separado del objetivo máximo cuya conquista la guerrilla está en condiciones de aplazar para retomarlo pacíficamente después de los acuerdos de paz. Un escalón estratégico intermedio significa una transformación de la política y la sociedad pero no garantiza el cambio sistémico que se perseguía con la meta máxima. En Colombia tales escalones estratégicos intermedios pueden tener éxito para llevar al final a una transición a la democracia, transición que ahora está estancada en un régimen híbrido (Zinecker 2009) y que de realizarse constituiría un cambio de régimen o podría contribuir a completar la construcción del Estado (state- building) (Zinecker 2007). Estos son objetivos que son realizables sin necesidad de que la cuestión del poder sea reordenada o que se tenga que establecer el socialismo.
El single loop-learning dentro de la teoría oficial de la actuación es suficiente y necesario para el inicio de las negociaciones de paz. Ese aprendizaje se desarrolla no necesariamente de manera indirecta-programática sino que se puede manifestar de manera directa-práctica, en los pasos de la negociación, antes o durante las negociaciones, es decir, en el curso del forcejeo negociador. En el caso de que un proceso de single loop-learning sea visible a nivel programático no aparecerá como una conceptualización de una autónoma etapa estratégica intermedia sino en el mejor de los casos como ideas vagas a partir de las cuales se vislumbra de manera no explícita una etapa intermedia que de ninguna manera se separa del objetivo máximo de "poder y socialismo". Para el éxito de las negociaciones de paz se deben acoplar y fundir el single loop-learning referido a lo práctico-directo con el double loop-learning referido a los resultados programáticos y a la second best-option. Solo a partir de esto surgirá un "aprendizaje completo" que desemboca en el texto y la firma de un acuerdo de paz.
El enfoque de la "Historia como argumento"10 hasta ahora no se ha combinado con el de la teoría del "aprendizaje organizacional". Aquí se parte de que ello es posible. En el aprendizaje mediante "Historia como argumento" se "introducen conocimientos históricos como material de prueba para fundamentar expresiones o afirmaciones en la controvercia política" (CallieB, 1992: 55). Se considera que el aprendizaje mediante la "Historia como argumento" es una "técnica cultural" cuya meta es asegurar la identidad y la autocomprensión, la legitimación pero también el encuentro de reglas generales de actuación, es decir "(... ) desarrollo, fundamentación y representación de opciones concretas de actuación" (CallieB 1992: 56). Todo esto se basa en "(...)
experiencias individuales y colectivas no procesadas científicamente o en leyendas y mitos que trasmite la sociedad". (CallieB 1992: 57).
Según esto, la historia es una reserva, una fuente de enseñanza que se puede explotar. Pero en este caso no se trata tanto de la historia como fuente sino como argumento. La historia no es pues solo fuente de ideas sino idea en sí misma. En una variante mínima se puede suponer que el aprendizaje mediante la "Historia como argumento" complementa de manera instrumental el "aprendizaje organizacional", lo concretiza, refuerza y sobre todo legitima sus resultados. Argumentos y discursos pertinentes serían entonces (en el sentido de una política de la memoria) fuentes de legitimación de la organización del caso. En una variante máxima la "Historia como argumento" sería más que "solo" interpretación de la historia para la propia legitimación, sería algo distinto, pues ella, como dice CallieB (1992: 56) también sería adecuada para encontrar y desarrollar opciones concretas de actuación (y no solo de fundamentarlas). Es claro que la "Historia como argumento "puede volverse independiente y entrar en competencia con otros procesos de aprendizaje, incluyendo al "aprendizaje organizacional", puede deconstruirlos e "invalidarlos" hasta el punto de poner en duda sus resultados. Esto quiere decir que "Historia como argumento" está entre el aprendizaje de la adecuación (para legitimar resultados anteriores del aprendizaje) y el aprendizaje innovativo (para la creación de nuevas ideas y opciones de actuación). Sin embargo, como se mostrará, en fin de cuentas el aprendizaje mediante la "Historia como argumento" no puede salir de ese campo de tensión y hay que decir que incluso una nueva idea que ella construya permanecerá encadenada a una vieja.
En la literatura sobre el aprendizaje mediante la "Historia como argumento" se distinguen cuatro puntos según CallieB (1992: 56s.):
1)introducción de ejemplos históricos,
2)construcción de analogías,
3)exposición de tendencias y desarrollos que dan cuenta de la génesis de la actual realidad,
4)aprovechamiento de conexiones de consecuencias y significados que construyen la historia como proceso.
En este artículo el enfoque se concentra en la "construcción de analogías" y precisamente en aquellas analogías que construyen las FARC-EP , como totalidad de sentido entre el presente político y la historia de Colombia. Como otros actores, las FARC-EP aprenden de la historia al mismo tiempo la (re)interpretan y - en lo que puede ser un círculo hermenéutico fatal - aprenden a partir de la historia que ellos han reinterpretado. Aquí es necesario entonces interpretar estas totalidades de sentido como sistema de significados y descifrarlos, incluso "deconstruirlos".
Ambos enfoques, la teoría del "aprendizaje organizacional" así como el aprendizaje mediante la "Historia como argumento" son de naturaleza sociológica, tematizan ideas, las sostienen y las separan del contexto social, en cuanto al contenido hacen oscilar el aprendizaje entre la perspectiva de la génesis y la interna y en cuanto a la aplicación metódica entre explicar y entender. En ambas teorías del aprendizaje se puede recurrir al análisis textual. Tanto el single loop-learning y el "double loop-learning de la estratégica etapa intermedia" como el "aprendizaje de la historia como argumento", pasando por la construcción de analogías serán objeto de un análisis textual cualitativo (que considera el sentido en tanto fenómeno inminente al texto) y de interpretaciones que tienen elementos del análisis del discurso (que pone el texto en su contexto)11. Al mismo tiempo se incluirán los "campos de praxis" de donde provienen los discursos y en donde vuelven a encontrarse, en tanto contextos de referencia que se extienden más allá del texto tomando la forma de estructuras discursivas de la producción de enunciados (Keller 2011: 275), sin que por ello sean identificadas con los discursos12. Para ambos enfoques de aprendizaje se utilizarán textos de las FARC-EP accesibles al público, en el primer caso textos oficiales programáticos que comunicas a la guerrilla hacia afuera y en el segundo caso textos que son igualmente públicos aunque no de carácter programático fundamental, dirigidos sobre todo hacia adentro, hacia los combatientes.
Mientras que el aprendizaje referido a la etapa estratégica intermedia es tan antigua como las FARC-EP mismas y por eso data desde el año fundacional 1964, el aprendizaje mediante la historia es más nuevo en tal medida que sus fuentes ya no corresponden a la historia de la organización (de la cual se aprende desde 1964) sino a la historia de la edad moderna en Colombia. El aprendizaje a partir de la "construcción de analogías" con la historia nacional colombiana se puede considerar como característica del paso de los años 1990 a los del 2000, precisamente en el momento en el que el "aprendizaje organizacional" de la guerrilla sobre la etapa estratégica intermedia se había agotado.
"APRENDIZAJE ORGANIZACIONAL" EN LOS PROGRAMAS FUNDAMENTALES DE LAS FARC-EP (1964-2000)
Se puede constatar el "aprendizaje organizacional" de las FARC-EP en su variante programática desde el periodo de su constitución en 1964 hasta el fracaso del proceso de paz con el gobierno de Andrés Pastrana en 2001. En este tiempo las FARC-EP se presentan como un ambicioso actor violento "en promedio" político pero ante todo militar. Sus condiciones de aprendizaje no-cognitivas se fundamentan en el contexto colombiano de "la Violencia" (1949-1958) y de la resultante "cotidianidad" de la violencia y de los sucesivos procesos de paz fracasados. En lo internacional estaban en el contexto de la Guerra Fría aunque en una fase de coexistencia pacífica. Este contexto internacional indujo a la izquierda colombiana a operar mediante la combinación de todas las formas de lucha y por lo tanto con el legal Partido Comunista Colombiano (PCC) en las ciudades y con las ilegales FARC-(EP) en el campo, explícitamente en el espacio estratégico entre vía pacífica y la armada de la revolución (Arenas 1990: 94). Las condiciones cognitivas de aprendizaje organizacional de las FARC-EP se apuntalan por una parte e inicialmente, en la tradición de las autodefensas campesinas y por otra, ya como ejército fogueado, en una, aunque hacia afuera poco explícita, profunda ideología marxista leninista ortodoxa, no obstante que se da a entender según la teoría de la modernización y sobre todo (agro-)reformista. Para este espacio de tiempo se puede constatar que las FARC-EP han tenido un proceso de aprendizaje de la paz tanto práctico-directo incluyendo conversaciones de paz documentadas, como aprendizaje indirecto-programático incluyendo la conceptualización de la etapa estratégica intermedia, pero en ambos casos "solo" realizados como un single loop-learning (ver también Zinecker 2006; 2007: 816s).
Como siempre, las FARC-EP han tenido para sí mismas solo dos documentos de relevancia programática: el Programa Agrario de Marquetalia del 20 de julio de 196413 redactado por Jacobo Arenas y del cual hay una versión ligeramente revisada del 2 de abril de 1993 (Programa Agrario 1999, 24s) y la Plataforma de Gobierno de Reconstrucción y Reconciliación del 3 de abril de1993 (Plataforma de un Gobierno, sin fecha de edición, 24s). Un tercer documento, la Plataforma Bolivariana por la Nueva Colombia14 expedida en 2000, aunque es redactado por las FARC-EP no constituye un documento de esta guerrilla en sentido estricto, sino un documento básico para el Movimiento Bolivariano por la Nueva Colombia, fundado por la guerrilla en 2000 que deberá ser, bajo su dirección, un sustituto clandestino de la anterior Unión Patriótica.
El Programa Agrario de Marquetalia de 1964, a pesar de la limitación temática evidenciada en su título, no es algo específico que haga parte de otro documento programático más amplio. Es sobre todo (hasta 1993) el verdadero documento programático de las FARC-EP. Aunque se presenta al servicio de la "vía armada de la lucha por el poder" o sea de un "triunfo de la revolución para un gobierno democrático de liberación nacional" (Programa Agrario 1999:167), privilegia temáticamente la cuestión agraria, como lo indica su título. Sobre cómo son las intenciones políticas de cambio más allá de las dos soluciones o cómo estas se concretan, no viene allí nada o solo algo al margen en la versión (ligeramente revisada) de 1993. El programa plantea en primer lugar la eliminación del latifundio y con ello de la explotación en el campo, así como la liquidación de la propiedad agraria del "imperialismo yanqui" (versión de 1964) o de "las compañías norteamericanas imperialistas" (versión de 1993). Los campesinos deben recibir gratis la tierra que trabajan e incluso esta debe pertenecerles, según la interpretación de 1982, cuando la han cultivado previamente sin título de propiedad o cuando se la han tomado "por la vía revolucionaria" con el apoyo de las FARC. La propiedad de los campesinos ricos que cultivan por sí mismo la tierra debe ser respetada. A esto se agregan reformas económicas (crédito, asistencia técnica, riego) y sociales (superación del analfabetismo, programas de salud y vivienda). Las comunidades indígenas deben ser protegidas y beneficiadas por la reforma agraria. La posición central de la reforma agraria dentro de la estrategia de las FARC-EP se mantuvo hasta después del cambio de 1982 de FARC a FARC-EP y posiblemente muestra la más estrecha relación de reforma y revolución en la autodefinición de una guerrilla.
El 3 de abril de 1993 las FARC-EP expidieron en su VIII Conferencia con la Plataforma de un Gobierno de Reconstrucción y Reconciliación su segundo documento programático relevante cuya validez se extiende hasta hoy. La Plataforma fija como primer objetivo la solución del conflicto colombiano aunque sin aportar nuevos datos y sin fijar su prioridad dentro de su propia estrategia. El segundo y tercer objetivos se refieren a características de un cambio de régimen: el segundo es una nueva doctrina militar bolivariana (aunque no explicitada, también una nueva fuerza armada bolivariana), que parte de las funciones exteriores y no interiores del ejército, mientras que la policía debe quedar adscrita al ministerio de gobierno y no al de defensa. El tercer objetivo está orientado a una democracia directa y participativa e introduce junto a los derechos generales de la oposición y las minorías, libertad de prensa, independencia de la elecciones, instrumentos concretos de control popular, es decir, cambios en los tres poderes de gobierno (elección del Fiscal nacional, implementación del parlamento unicameral, elección de la Corte Suprema, de la Corte Constitucional y del Consejo Nacional de la Judicatura mediante elección directa por parte de todos los jueces de la república (para el resto de objetivos ver el Programa Agrario 1999, 19s). Por primera vez se toca entonces en un documento programático de las FARC-EP la cuestión del régimen político, por una parte al atribuirle al régimen rasgos fascistas, pero ante todo porque se ve el objetivo de la lucha en el establecimiento de un nuevo régimen que debe garantizar tanto paz, justicia social, derechos humanos y desarrollo económico. En general, con ello se gana una ligera politización del programa. En esta Plataforma falta un despliegue claro en etapas intermedias - todo se subordina al triunfo de la revolución - pero se vislumbra un gobierno transitorio que simboliza "reconstruir" y "reconciliar" y (todavía) no el triunfo del socialismo y que debe ser más amplio que una dictadura del proletariado. Sin embargo las FARC-EP no aclaran con qué fuerzas políticas se iría a conformar el gobierno. La Plataforma fue concebida como base para una nueva Constitución y como un documento para una negociación. También la contraparte gubernamental lo entendió así.
Examinado desde el punto de vista de la teoría de la democracia se trata, en cuanto a los objetivos fijados, de una democracia participativa y a la vez directa. La diferencia entre ambas formas de democracia no fue y no es percibida conscientemente por las FARC-EP (ver Granda 2008, 28s) pues ellas no poseen una concepción concisa de democracia. Según la concepción de las FARC-EP la democracia solo es realizable en el socialismo. Los puntos sobre el cambio de régimen son indudablemente nuevos y por lo tanto un resultado relevante del aprendizaje pero se quedan como idea vaga entre lo que no compromete en la práctica y el objetivo maximalista.
En marzo de 2000 se fundó en el Pleno de las FARC-EP "Con Bolívar por la Paz y la Soberanía Social", el Movimiento Bolivariano por la Nueva Colombia como organización de simpatizantes de la guerrilla. La Plataforma Bolivariana por la Nueva Colombia y sus diez puntos, expedidos para el movimiento en 2007 en la IX Conferencia de las FARC-EP, son considerados por esta guerrilla como de igual rango con los dos programas propios de 1964 y 1993 (Reyes 2003). Ellos son una copia casi idéntica de la Plataforma de las FARC-EP de 1993 con una diferencia: en el documento del Movimiento se aspira no solo a una nueva doctrina militar o ejército bolivariano sino a un nuevo Gobierno que le dé cuerpo al proyecto de Bolívar y que se debe apoyar en una amplia participación, un parlamente unicameral y elecciones presidenciales directas. También es nueva la divisa "Patria Grande y Socialismo". Precisamente a este punto decisivo hay que volver.
La comparación entre los documentos revela un "ligero" single loop-learning programático entre el Programa de Marquetalia de 1964 y la Plataforma de 1993 porque aquí, con el Gobierno de Reconstrucción y Reconciliación, se amplió lo programático de la cuestión agraria al nivel del régimen político y se introdujo la idea de una etapa intermedia. Sin embargo, esta etapa intermedia no es autónoma ni temporalmente ni en el contenido respecto al fin máximo de "Poder y Socialismo". Pero a pesar de su vaguedad ella puede llegar a tratada como materia de compromisos en conversaciones de paz. La Plataforma Bolivariana por la Nueva Colombia de 2000 es a grandes rasgos una copia del documento de las FARC-EP de 1993 aunque en comparación con aquel, con un acento bolivariano más fuerte. Aquí, en lo que tiene que ver con la etapa intermedia estratégica, no ha tenido lugar ningún aprendizaje, ni siquiera un "ligero" single loop-learning. La pregunta es si después del 2000 eso permanece así pues no se ha expedido ningún nuevo documento programático fundamental o en qué medida continuaría un aprendizaje al margen de lo oficialmente programático.
Antes de dar respuesta a esa cuestión, se presentarán aquellas nuevas circunstancias no-cognitivas de aprendizaje, incluyendo los "campos de praxis" en los cuales están intercaladas las FARC-EP.
NUEVAS CONDICIONES NO-COGNITIVAS DE APRENDIZAJE COMO "CAMPOS DE PRAXIS" DE LAS FARC-EP (2000-2012)
Las nuevas (en lo organizativo interno y en lo externo) condiciones de aprendizaje no-cognitivas de las FARC-EP son ambivalentes: por una parte están marcadas por el fracaso de procesos de paz, especialmente de las negociaciones con el gobierno Pastrana así como por la pérdida de reputación, debilitamiento militar y asilamiento político de las FARC-EP y por otra por la reorientación de la izquierda en el mundo hacia la solución de problemas globales, el inicio de alternativas de gobierno de izquierda populista en Latinoamérica pero también por el cambio generacional en la dirección de las FARC-EP. Se añade además desde 2012 la inesperada disposición a las conversaciones de paz, todavía no "procesada" ideológicamente por la guerrilla, del gobierno de Santos a quien per se las FARC-EP siempre le atribuyeron falta de voluntad.
Desde el fracaso de las conversaciones de paz con el gobierno Pastrana y bajo los dos periodos del presidente Alvaro Uribe (2002-2010) el proceso de paz se estancó hasta 2012. Bajo les efectos del 9/11, de la aplicación del Plan Patriota por el gobierno de Uribe, de la práctica del secuestro (especialmente el de la candidata presidencial Ingrid Betancourt) y del creciente envolvimiento en la economía de la droga, las FARC-EP sufrieron una significativa pérdida de reputación y fueron debilitadas militarmente como ellas mismas lo reconocen. Con Marulanda, Reyes, el Mono Jojoy, Cano y otros, ellas perdieron a sus principales figuras dirigentes y todos, excepto Marulanda que falleció de muerte natural, encontraron la muerte en acciones militares. En estas circunstancias, parecía aplazado para muy lejos el aprendizaje de paz, sea programático-indirecto o práctico-directo, tanto por parte de las FARC-EP como por parte del gobierno.
Después de que el conflicto colombiano se caracterizó por mucho tiempo por ser un empate simétrico basado en la mutua debilidad, se volvió asimétrico15. Esto no significa hasta hoy que entonces las FARC-EP esté inmediatamente amenazada con una paz de vencedores por parte del gobierno, pero sí que la guerrilla a raíz de los nuevos golpes militares fue obligada a cambiar su táctica: en 1982 ella había pasado a ser una FARC- Ejército del Pueblo y con ello de ser un ejército defensivo a uno ofensivo en la lucha por el poder pero tuvieron que volverse a contentar con su anterior táctica guerrillera.
A más tardar desde el 2000 disponen las FARC-EP con el Partido Comunista Clandestino Colombiano (PCCC) de su propio partido comunista y no tendrán más que obedecer a uno "extraño" y citadino. Esa separación del PCC legal se notaba ya en el cambio entre los años de 1980 y 1990. Esto puede haber llevado a que, faltando la influencia del PCC legal y sus ambiciones legalistas, las cuales posiblemente limitaban las ambiciones militaristas de poder de las FARC-EP, pasaran sin tapujos a primer lugar las ambiciones de poder de la guerrilla. Esta autonomía de las FARC-EP, que las condujo al aislamiento, se pagó con el alto precio de que en los años 1990 durante casi una década, hubieran estado sin dirección política y sin movimiento político (Medina 2010: 1034).
Sin embargo, a pesar de las difíciles condiciones en que esta, las FARC-EP fueron suficientemente fuertes como para entrar en 2012 en la que en su historia es la cuarta ronda de negociaciones de paz (con el gobierno de Santos son las primeras). A primera vista pareciera que, después de diez años de pausa, el cambio ocurrido no solo hubiera tenido por base una asimetría militar, sino que también hubiera surgido de la "nada" para las dos partes, sin mediar ningún aprendizaje. Pero una segunda mirada indica que las nuevas conversaciones de paz tuvieron una cuidadosa preparación por espacio de seis meses, lo que indica que tuvo que anteceder un proceso de aprendizaje.
La disposición al diálogo del gobierno Santos demuestra que la guerrilla es un actor político y que este gobierno no puede seguir considerándola criminal y tampoco terrorista, pues con terroristas no negocia un gobierno que se considera a sí mismo democrático. De facto con ello el gobierno ha reconocido a su contraparte como un adversario bélico o al menos como protagonista de un conflicto armado. Esto es nuevo pues un calificativo así fue evitado permanentemente durante los muchos años de ausencia de negociaciones de paz por parte del gobierno y también en la literatura especializada.
Pero también las FARC-EP han rendido un trabajo previo para las conversaciones: En un comunicado del 18 de febrero de 2012, es decir, al comienzo de las conversaciones previas con el gobierno, declararon que todos los prisioneros de guerra serían dejados libres y que querían derogar la Ley 002 que "legalizaba" los secuestros extorsivos16. Por otra parte, en una carta (posterior a la muerte de Alfonso Cano) del nuevo comandante Timoleón Gómez (Timochenko) al historiador Medófilo Medina, usan un tono nuevo, apto para la discusión, realmente conciliador17. En qué medida esto es la continuación de las (viejas) ideas de Cano o un (nuevo) discurso de Timochenko es difícil de decir. Otro aporte previo de las FARC-EP es el anuncio de un alto al fuego para el periodo que iba desde el 20 de noviembre de 2012 hasta el 20 de enero de 2013, alto al fuego que sin embargo no fue replicado por el gobierno.
Para las conversaciones de paz que tuvieron lugar primero en Oslo y siguieron en La Habana, se fijaron puntos de una agenda que contiene "política integral para el desarrollo del sector agrario", "participación política", "terminación del conflicto", "solución al problema de las drogas ilegales", "víctimas" e "implementación, verificación y aprobación"18, agenda no tan amplia como la de las negociaciones del Caguán entre las FARC-EP y el gobierno de Pastrana pero que en sus puntos concretos no es menos ambiciosa, pues en ella aparecen similitudes no solo con la agenda del Caguán sino también con la Plataforma de las FARC-EP. Por lo menos las cuestiones agrarias, participación y drogas tienen tantas precondiciones y son tan cargadas ideológicamente, que un fracaso de las conversaciones puede ser posible.
Por una parte los puntos mencionados pueden ser siempre ligados por las FARC-EP con la necesidad del cambio del sistema (hasta llegar al socialismo) lo cual por ser la best option y no la second best option, no puede ser el resultado de las negociaciones de paz. Por otra parte, se trata, como es común al comienzo de una negociación, solo de una agenda, sin metas definidas, que se formula de manera tan general como para que permita ser fijada ofreciendo, en consecuencia, un amplio campo de maniobra. Entre tanto permanece abierto el resultado de las negociaciones19.
APRENDIZAJE MEDIANTE LA "HISTORIA COMO ARGUMENTO" MÁS ALLÁ DE LOS FUNDAMENTOS PROGRAMÁTICOS DE LAS FARC-EP(2000-2012)
La utilización de la historia como argumento no es para las FARC-EP algo nuevo, sin embargo hasta el 2000 estaba en primer lugar la historia de la propia organización20. Sin embargo a partir de los años noventa y de manera sistemática desde el 2000 las FARC-EP se concentraron en la historia nacional colombiana. Esto sucede mientras que se produjo una pausa en el aprendizaje (programático) organizacional que prolonga hasta hoy durante la cual la guerrilla no se presenta más como un ambicioso actor sino uno que militar y políticamente va "cuesta abajo", está políticamente encapsulado pero a la vez buscando alternativas para salir de esa situación. La búsqueda de alternativas significa aprender aunque hasta hoy eso no se refleja en un documento programático fundamental.
En las próximas líneas se mostrará que ese aprendizaje se ha desarrollado de manera decisiva sirviéndose de la "Historia como argumento". Las FARC-EP tomaron la variante concreta de la "construcción de analogías históricas". En el centro está el intento de construir con Simón Bolívar (1783-1830) y Francisco de Paula Santander (1792-1840) un héroe y un antihéroe de la lucha latinoamericana por la independencia del siglo 19 y trasponer esa construcción a ambas partes del actual conflicto armado. Sin embargo, con esto la guerrilla no se mete en discusiones sobre interpretaciones de la historia o sobre la política de la memoria. Lo que ella intenta es encontrar en la historia nacional fuentes de legitimación para el desarrollo de nuevas opciones para la actuación. En lo estratégico, las nuevas opciones para la actuación consisten en que la vieja lucha de clases se liga a la lucha por una nueva independencia, contra el neoliberalismo y por la solución de problemas globales. En lo organizacional consiste en la constitución de un movimiento político "en torno a las FARC-EP" para la cual está el Movimiento Bolivariano por la Nueva Colombia. La paradoja de esto es que por una parte es clandestino y una copia (en su aplicación concreta) del estrecho programa de las FARC-EP, por otra parte, debe llegar a ser una amplia alianza de masas. Con Bolívar como reservorio de ideas debe lograrse este malabarismo.
Al usar las FARC-EP la historia de la independencia -que además fue armada- como fuente de aprendizaje, este adquiere rasgos de aprendizaje de la violencia y nada menos que a nivel del discurso y la estrategia y no solamente como refinamiento técnico, "skills to kill" (ver p. ej.: Jackson et al. 2005), como sucede con muchos actores violentos no estatales de la actualidad21. Cuando las FARC-EP le atribuyen determinados significados a la conexión entre la historia de la independencia y su propia estrategia y los repiten continuamente para estabilizarlos como un conjunto con sentido y luego atribuirles validez, están pues marcando, junto a su estrategia e incuso previamente, el discurso y la ideología22. Ambos, discurso e ideología, imaginan las relaciones entre idea y el contexto estructural. En ambos casos se trata de una demarcación hacia adentro y hacia afuera partiendo de construcciones de diferencia con las que se incluye y se excluye, especialmente al oponer como irreconciliables un "nosotros" y un "ellos". Con tal "construcción de analogías históricas" en el sentido de "cadenas de equivalentes" (Mouffe 2007: 11) se forman ambos "campos". Para legitimar el "nosotros" y ampliarlo estratégicamente, las FARC-EP utilizan a Simón Bolívar. Para deslegitimar el "ellos" y limitarlo, se sirven de Francisco de Paula Santander, la contraparte (supuestamente) enemigo de Bolívar.
En el discurso de las FARC-EP Bolívar está construido como mito23 y protagonista de la Independencia, la democracia directa y la igualdad social; Santander como el anti-mito y como amigo de la Doctrina Monroe, dictador, hasta fascista y asesino, alternativamente de Bolívar mismo o de Sucre, el Mariscal de Ayacucho. Por lo tanto, solo las FARC-EP pueden ser las legítimas continuadoras del luchador de la Independencia, y el gobierno colombiano "tiene" que aparecer como la nueva encarnación del "reaccionario" Santander.
En el modelo el eslabón central vinculante es el "vuelve Bolívar" (Salgari 2011, 194) y su "Patria grande y Socialismo". La solución de los problemas globales, sean clima y medio ambiente, tendría como condición hacer verdadera, hasta ahora inalcanzada independencia de Colombia. También después de concluida la liberación de la dominación colonial española debió continuarse la guerra, ahora con el objetivo de superar el "neoliberalismo" y un - entiéndase como se entienda - "postmodernismo", en la dimensión de una "patria grande" de todo el subcontinenete (Salgari 2011: 195). En la política interna, la dirección del golpe principal contra el "neoliberalismo que trae la muerte"24 en tanto expresión del imperialismo encuentra sus enemigos en sus "lacayos", los presidentes colombianos fascistas Alvaro Uribe y Juan Manuel Santos, ambos nueva edición de la contraparte Santander (De Santander a Santos 2011).
En la cadena de argumentos Bolívar es el eslabón central, a pesar de que por su parte no es colombiano ni luchador por el socialismo ni defensor del marxismo-leninismo que las FARC-EP siguen inscribiendo en sus banderas. Sobre Bolívar debe lograrse la solidaridad con la revolución bolivariana de un Hugo Chávez en Venezuela y con la Coordinadora Continental Simón Bolívar, la unión de las izquierdas armadas en Latinoamérica, pero también con el Movimiento Bolivariano por la Nueva Colombia, que en Colombia debe dirigir el levantamiento popular. Pero mientras Chávez podía remitirse a Bolívar como mito de iniciación, no se puede afirmar lo mismo para las FARC-EP.
El recurso a Bolívar juega un papel en el pensamiento de las FARC-EP ya desde 1983 pero apenas desde el 2000 ha tenido un significado ideológico. Ya la doctrina militar bolivariana como objetivo estratégico en su Plataforma de 1993 testimonia su atención al héroe de la Independencia. También la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar (CGSB) fundada en 1987 se refiere a él. Cuando Hugo Chávez en 1992 llevó a cabo su intento de golpe con el Movimiento Bolivariano Revolucionario 200 pero a más tardar en 1999 cuando como Presidente implementó una Constitución Bolivariana, Bolívar se convirtió para la izquierda latinoamericana un punto de referencia, incluso un ícono. Las FARC-EP necesitaban después del fin del socialismo real con mucho afán un nuevo referente ideológico y una compensación al modelo soviético. Pablo Catatumbo, que en la guerrilla es el comandante que actúa como historiador y además jefe del Movimiento Bolivariano por la Nueva Colombia ha escrito un libro en dos tomos sobre Bolívar que es lectura obligada para cada combatiente de las FARC-EP. Desde entonces ya no solo las cabezas de Marx y Lenin las que decoran los carteles y volantes de las FARC-EP sino que la cabeza de Bolívar salta a la vista entre ellas con igual valor. Todas estas tres personalidades son calificadas por la guerrilla como "grandes ideólogos" (Salgari 2011: 11). Mientras que por otra parte, el viejo comandante en jefe Manuel Marulanda, el ícono de la propia historia de la organización, se construye como la nueva encarnación de Simón Bolívar, el (temprano) mito de la historia de la organización debe quedar ligado con el (tardío) mito de la historia nacional.
En un comic con el subtítulo "Marx y Bolívar en el siglo XXI" se presenta a Bolívar como aquel que interpreta a Marx en el siglo 21 (¡!): "Así es Carlitos: Nuestro futuro es la Patria Grande y el Socialismo" (Salgari 2011: 204). Aunque Bolívar ya había muerto muchos años antes de que Marx fuera adulto queda como más moderno. En el mismo comic se le hace decir a Marx: "Los únicos libros que encontré en Europa criticaban a Bolívar. Pero ha sido un gran revolucionario y por eso hoy le rindo honores".
En el comic es Marx el que -arrepentido- deposita ante el monumento de Bolívar una corona de flores (Salgari 2011: 22). Según la guerrilla se debe "humanizar" a Marx con Bolívar (Resistencia 2006: 55) y solo así podran ambos "marchar junto a la humanidad". Más divertido es un cartel de las FARC-EP que muestra a Lenin en una manifestación en una tribuna de Petrogrado con un texto que dice: "Con Bolívar y las FARC. Hacia el Socialismo". (Resistencia 2009: 64). Como se sabe, Bolívar nada tuvo que hacer con Rusia o el socialismo y Lenin nunca leyó a Bolívar. Eso lo saben las FARC-EP y también que Marx en su artículo "Bolívar y Ponte" (1858) no solo trató a Bolívar de una manera muy distanciada sino que incluso lo calificó de dictador (Marx 1961: 229)25.
El ejemplo de Bolívar puede servir, en tanto héroe de la Independencia de Colombia frente a poderes exteriores, en la lucha contra viejos y nuevos colonialismos, pero surge una problema porque las FARC-EP no pueden emprender una lucha hacia afuera sino cuanto más de manera indirecta y metafórica, pero no militar, ante lo cual resuelve la guerrilla mediante una nueva construcción, erigirle de manera metafórica a Bolívar y a sí misma, un polo político opuesto interno: el General Santander, largo tiempo compañero de Bolívar y vicepresidente de la Gran Colombia, es declarado sin vacilar como la fuente de un santanderismo que continúa en la oligarquía de hoy26.
- "Es el santanderismo esencia ideológica de la oligarquía en todos los tiempos. Santander, quien solía solazarse asistiendo a los fusilamientos de sus contradictores: ese asesino de los partidarios de Bolívar - como Sucre, el gran Mariscal de Ayacucho -, fue quien inició la tormenta terrorista que hoy continúan los mandatarios oligarcas que destruyen la patria". (Santrich 2004: 26).
En el libro de educación de las FARC-EP titulado "Marulanda y las FARC para principiantes" se asciende a Santander no solo a asesino de Antonio José de Sucre sino también a copartícipe del intento de asesinato a Bolívar pues, según la guerrilla, Santander habría intentado "en contubernio con el gobierno de los Estados Unidos, asesinar varias veces a Simón Bolívar" (Salgari 2011: 24). En la contraposición se presenta a Santander como esclavista y partidario de la servidumbre indígena, aristócrata racista, partidario de la doctrina Monroe y vasallo de los Estados Unidos que quería excluir al Haití negro, solo por ser negro, de la comunidad latinoamericana.
A Bolívar por el contrario, aunque él mismo era un aristócrata criollo y propietario de esclavos (y no interesado en la libertad de los esclavos o interesado cuanto más en instrumentalizarla27), se los presenta como liberador de esclavos, precursor de una independencia basada en la justicia social y como verdadero demócrata. Todo lo contrario a Santander que en su idea de democracia seguía al inglés Jeremy Bentham, Bolívar habría tenido una concepción propia de democracia, no "colonialista", no anglosajona o afrancesada "mucho más adecuada para Colombia" porque se apoya con más fuerza en la igualdad social"28.
Según las descripciones históricas, las relaciones (nada sencillas) entre Bolívar y Santander fueron diferentes: Por una parte fueron ambos Bolívar y Santander influenciados por la Revolución Francesa y más aún por la de Saint Domingue/Haití, en este sentido liberales y como masones también anticlericales. Por otra parte, no solo Santander sino también Bolívar pertenecieron a la elite colonial criolla y fue un aristócrata conservador. Después de todo fue Bolívar y no Santander el que gobernó de manera centralista y monárquica o, más precisamente, en el estilo del militarismo jacobinista, porque él estaba convencido de que el caos revolucionario en la Gran Colombia solamente así se podía controlar. En el mismo estilo dictatorial habría destituido a Santander como Vicepresidente. Con este ímpetu y porque la falta de un movimiento revolucionario a favor de la independencia, según su opinión, solo así se podía compensar, favoreció Bolívar el poder de los militares. Santander en cambio optó por el poder de los civiles. Mientras Bolívar (sin haber teorizado sobre el asunto) entendía la "soberanía popular" como "volonté générale" con una fuerte afinidad hacia la democracia directa (y solo limitadamente representativa) de un Jean-Jaques Rousseau, además con el sentido de una "democracia tiránica", que en caso de necesidad podía imponer de manera dictatorial la igualdad política y social; veía Santander (con referencias explícitas a la teoría) su ideal en el derecho positivo de Jeremy Bentham y con ello en una interpretación republicano-constitucionalista de la democracia. Que Santander estuvo involucrado en el complot contra Bolívar (pues definitivamente en el intento de asesinato no tuvo una participación directa) y, lo que es también históricamente falso, haber sido el asesino de Sucre, constituye el núcleo marcial en la construcción del anti-mito.
Las FARC-EP no pueden dejar de reconocer que Bolívar mismo, a quien le atribuyen entre muchas otras cosas un concepto ideal de democracia, no fue un demócrata sino un dictador. Revelador es cómo la guerrilla intenta aclarar de afán esta contradicción y (re)legitimar a Bolívar:
- Bolívar "(p)iensa que, como norma, el poder requiere no solo de un origen legitimado en la soberanía del pueblo sino además su ejercicio por el pueblo mismo a través de sus representantes y no de uno solo. Es partidario de la democracia no de la monocracia, el pueblo debe participar en las decisiones sobre los asuntos públicos. Para Bolívar la asunción de poderes extraordinarios le significaba un verdadero conflicto de principios y lo consideraba como una situación transitoria. En el contexto de las exigencias de la guerra libertadora de centralizar recursos y decisiones para enfrentar al opresor, con una estrategia única y en la búsqueda de la necesaria unidad y estabilidad que requieren las jóvenes repúblicas que está ayudando a construir, Bolívar asume la dictadura y propone proyectos constitucionales de gobiernos fuertes y vitalicios." (Pensamiento Bolivariano, sin fecha: 12)
Por otra parte, continúan las FARC-EP:
- "Bolívar "(a)precia altamente la República democrática porque prescribió los derechos del hombre, tiene como principios la justicia, la libertad y la igualdad y se expresa en ella la legitimidad que reside en la soberanía popular. Pero teme que en el régimen popular representativo falte solidez, orden, estabilidad y armonía. Por ello piensa que se requieren instituciones que pongan diques a los extremos". (Pensamiento Bolivariano, sin fecha: 12).
El problema en estos dos pasajes - en el segundo más acentuado que en el primeroes que la guerrilla no se distancia fundamentalmente ni de la dictadura de Bolívar ni tampoco de aquello de que el gobierno dictatorial al menos en "tiempos turbulentos" es completamente oportuno y esto pone a pensar con mucho escepticismo la idea de democracia de las FARC-EP. Cuánto tiempo pueden durar esos "tiempos turbulentos" lo determinan los gobernantes - Bolívar y si un día ellas triunfan, las FARC-EP. La (transitoria?) necesidad de proteger un proyecto liberador fue siempre, como se sabe, el argumento con el cual la izquierda ortodoxa legitimaba la dictadura del proletariado.
Que Bolívar y Santander fueran no solo compañeros de lucha y de gobierno, sino incluso amigos, lo ignoran las FARC-EP. Ambas figuras de la Independencia fueron revolucionarios y republicanos y ambos tenían que organizar el "caos revolucionario" solo que ellos lo emprendieron de distinta manera: mientras uno lo intentó de manera centralista, desde arriba, clerical y con un ímpetu tan grande como limitado en la cuestión de la igualdad, intenta el otro hacer esto mediante una institucionalización que funcione organizada sobre la base del derecho positivo. En este sentido Bolívar y Santander no eran antípodas sino, examinándolo históricamente, complementarios: "Mientras Bolívar liberaba el sur, Santander organizaba lo ya liberado" (Pachón 2010: 223).
Bolívar, sin embargo, desea más que Santander una "patria grande" en el sentido de una "república de naciones", una integración que inicialmente se refiere a la Gran Colombia, en sentido estrecho a Cundinamarca, la Presidencia de Quito y la Capitanía General de Venezuela, pero que luego se extendería a toda Latinoamérica de Panamá hasta Guatemala. Explícitamente excluidos por Bolívar estaban solamente Estados Unidos y Haití. Las FARC-EP siguen las ambiciones de Bolívar cuando cuentan dentro de la "patria grande" todo el subcontinente latinoamericano e incluso el Caribe (Santrich 2011, 29) porque la existencia de 20 pequeñas repúblicas significan una "balcanización" provocada por el imperialismo y además "sometimiento, dependencia y neocolonialismo" (Salgari 2011, 20s.).
Si se considera el resultado histórico del sueño de Bolívar, entonces la revolucionaria Gran Colombia habría durado solo hasta 1830, es decir nueve años, y solo hasta la muerte de Bolívar:
primero se separan de la Gran Colombia y se rebelan, inconformes con el centralismo de Bolívar, los venezolanos - además alarmados con la idea del gabinete bolivariano de querer poner a un príncipe europeo como monarca ante un eventual retiro de Bolívar o ante su muerte. Luego, el 13 de mayo de 1830 abandona Quito el "barco" de la unidad que se va hundiendo.
Bolívar, que inicialmente había hablado de mantener la Gran Colombia aunque costara sangre, tuvo que resignarse ante las circunstancias a salir al exilio en Europa. Si bien bajo Bolívar se habría podido desarrollar en la Gran Colombia una hegemonía republicano-liberal, ella no estaba libre de contradicciones: El problema más importante era la falta de una auténtica clase hegemónica que pudiera integrar la fragmentada Gran Colombia y sus elites. Sobre todo la falta de una alternativa a la dominación de la aristocracia criolla, a la cual Bolívar también pertenecía, fue causante de que fueran tan desastrosas las consecuencias económicas y sociales inmediatas de la Independencia. Su propio fracaso lo comentó Bolívar con su expresión que se volvió clásica: "el que sirve a una revolución ara en el mar" (citado en Kossok 1989: 274), resumen significativo que las FARC-EP no van a comentar y por supuesto no van a obedecer.
El aprendizaje de las FARC-EP mediante la "Historia como argumento "es pues ambivalente. Por una parte quiere la guerrilla, recurriendo a la figura más relevante de la lucha por la Independencia, apoyar sus nuevas opciones estratégicas: poner la lucha propia con la ayuda del Movimiento Bolivariano por la Nueva Colombia (y con una nueva Asamblea Constituyente) sobre la base de una amplia alianza y una amplia confianza para unir así la lucha de clases nacional con la solución de problemas globales. Con ello, como las representantes de la nación colombiana y de toda la América revolucionaria en tanto "patria grande" la guerrilla espera poder legitimarse y perfilarse así como Bolívar pudo hacerlo.
Por otra parte, quieren ellas dirigir su lucha "contra la civilización burguesa", algo que, como no había burguesía en ese tiempo no podía interesar a Bolívar.
Y por supuesto aquí, según las FARC-EP, "las ideas deben ir siempre escoltadas" (Márquez 2011: 2). Bolívar como aristócrata criollo no pasa allí o expresado sarcásticamente, solo pasa como vehículo en la idea de que el enemigo de clase "burguesía" debería ser atacado con la ayuda de un representante de una clase todavía más reaccionaria, la aristocracia. Posiblemente las FARC-EP están interesadas en recuperar en Bolívar aquel momento de la teoría de la dependencia, que según su convicción, se extraña en el Marx, que estaba más inclinado a argumentar dentro los marcos de la teoría de la modernización. La paradoja de este punto de vista consiste en que las FARC-EP con el Movimiento Bolivariano por la Nueva Colombia quieren construir una amplia alianza y alimentarla ideológicamente de manera amplia y adecuada, pero con Bolívar no logran "humanizar" a Marx y hacer más fácil las adhesiones a la alianza, como ellas afirman, sino que la radicalizan.
La demonización de Santander y con ello del actual gobierno colombiano y de todo régimen político pasa de manera magistral en este modelo. Se corresponde con aquella afirmación que siempre han hecho las FARC-EP al calificar el régimen político en Colombia de autoritario y totalitario-fascista - una diferenciación entre totalitarismo y autoritarismo no la van a hacer -, pero sí creen encontrar en el régimen un regreso del "santanderismo". "El propio Goebbels" (Márquez 2008) y Hitler como "profe" (Salgari 2011: 144) de Uribe y Santos pero más aún, Santander como precursor de ambos - esas son para las FARC-EP etiquetas intercambiables.
Al ponerles a Uribe y a Santos, pero al fin de cuentas a todos los presidentes colombianos, la marca de "fascistas", la guerrilla comprueba qué poco apta está para diferenciar entre políticas y estilos políticos, entre tendencias y matices y con ello para "realmente" hacer política:
- "(L)o que ha sufrido nuestro país durante décadas es la siniestra práctica fascista de seguridad nacional con traje de democracia esa no cambia porque el Presidente haya sido Valencia, Belisario (¿Recuerda el Palacio de Justicia?), Gaviria, Samper, Uribe o Santos". (Carta a Medófilo Medina de Timoleón Jiménez ,16.01.2012). (Ver nota 18).
Que el ex presidente Uribe siempre haya rechazado de manera estricta negociar con las FARC-EP mientras que Santos, a quien la guerrilla siempre pone en la misma fila con Uribe, precisamente lo hace, no pasa bien en el cuadro que ella piensa dibujar:
- "(L)as distancias políticas que separan a Uribe de Santos no son muy distintas a las que separan a Bush de Obama o a Mariano Rajoy de Zapatero" (Carta a Medófilo Medina de Timoleón Jiménez, 16.01.2012).
Es interesante anotar que en esta enumeración falta Pastrana. Procediendo así, no solo le debe quedar muy difícil a las FARC-EP ver en los gobernantes una contraparte al menos fiable. También se limitan las posibilidades de llegar a unirse en un compromiso para ambas partes alrededor de second best options. Sobre todo esto comprueba que las FARC-EP no distinguen entre estado, régimen político y gobierno y tampoco entre autoritarismo y los matices grises de un régimen no democrático. En esto ellas no están por demás solas. Que el régimen político colombiano no es democrático (como lo afirma el gobierno y gran parte de la literatura pertinente) pero tampoco autoritario (como opinan las FARC-EP29) sino semidemocrático o régimen híbrido, porque es el resultado de una transición que se quedó estancada "en la mitad", es decir, como transición inacabada, constituye una apreciación subordinada en la literatura científica.
Con una tipología diferenciada del régimen político colombiano, sea como semidemocrático o como "régimen híbrido" tal como lo ha demostrado esta autora en otra parte (Zinecker 2009) no pueden hacer nada las FARC-EP pues el régimen autoritario necesario para una guerra anti régimen se les envolataría. Por el contrario, recurrir a un Santander que ex post es "rebautizado" como fascista les ayuda a (re)construir en el lado del gobierno a un enemigo mortal, necesario para una guerra civil. Al mismo tiempo, además de llevar al final la construcción del Estado, de preservar los segmentos democráticos del régimen político colombiano y de democratizar en él los segmentos no democráticos, una second best option aceptable para ambas partes en el marco de la negociación de un compromiso, podría ser apadrinada por un Santander afín al estado democrático (en lugar de radical) de derecho.
CONCLUSIONES
Se pudo demostrar que las FARC-EP han aprendido en su tiempo como ambicioso actor político militar de manera práctico-directa (antes y durante las negociaciones de paz) pero también en lo indirecto-programático (antes de las negociaciones de paz), en ambos casos al nivel del "ligero" single loop-learning. Su aprendizaje programático se refleja en la vaga idea de una etapa estratégica intermedia -- la idea de un "Gobierno de Reconstrucción y Reconciliación". Después, hasta el 2000 - cuando las FARC-EP todavía estaban seguras de que, con la vieja base programática "iban" bien por el "buen" camino para la conquista del poder, no tiene lugar ningún aprendizaje político relevante. Desde 2000 intenta la guerrilla compensar su falta de aprendizaje programático mediante un aprendizaje más allá de los programático y en concreto sobre el input de la experiencia histórica.
En esto utilizan las FARC-EP la "Historia como argumento"mediante el recurso a la revolución de independencia del siglo 19 y sus protagonistas: Si ellas se ven a sí mismas en la continuidad del héroe de la Independencia Simón Bolívar naturalmente, no pueden historiarlo críticamente. Con Bolívar como mito y fuente de su propia identidad y Santander como el anti-mito que otorgaría identidad al gobierno, la guerrilla ha construido preocupantes analogías históricas y basándose en ellas una contraposición histórica30 más preocupante entre dos figuras de la Independencia con el objetivo de legitimar, volver heroico y ampliar el "nosotros" bolivariano y deslegitimizar, incluso demonizar y estrechar al santanderista "ellos". Partiendo de estas marcaciones, las FARC-EP aspiran según su libre discreción y con fundamentos no históricos, a incluirse a sí mismas junto con el pueblo en el "nosotros" y arrinconar en el "ellos" junto al gobierno "fascista", a lo que ellas entienden por "oligarquía" o "elite". Al intentar ellas construir el "nosotros" ancho y el "ellos" estrecho, consideran que pueden así enfrentar su propio debilitamiento y encapsulamiento político.
Los instrumentos "mito" y "anti-mito" a los que recurre las FARC-EP es muy apreciado en la política latinoamericana sea de gobierno o de oposición. Para el subcontinente no sería nada nuevo que se legitime la política con mitos, íconos y en general con imaginaciones culturales "cercanas al pueblo" y que se llame así al apoyo de masas (ver: Zeuske 2011: 14, pero también Prutsch 2004: 193s). Esta es también la aspiración de las FARC-EP. Pero para ellas la función de estos símbolos va más allá. La cuestión es que con la "Historia como argumento" las FARC-EP pretenden legitimar también viejas teorías de la actuación y doctrinas ideológicas, pero sobre todo nuevas reglas y opciones de acción y desarrollar una renovada teoría oficial de la actuación.
Las viejas doctrinas del marxismo leninismo ortodoxo no fueron archivadas ad acta, sino adecuadas a nuevos conceptos. La "Historia como argumento" la utilizan las FARC-EP en este contexto para afirmar lo tradicional de su política actual, así como adecuarla y renovarla sin innovar, o sea, para hacer surgir la apariencia de una renovación reformadora mientras que la renovación misma se radicaliza.
Una radicalización que apela a héroes de una revolución de independencia armada convertidos en mito, es la antítesis de un aprendizaje de paz. Si se conecta, como en este artículo, el aprendizaje de la paz con la disposición de suscribir acuerdos de paz y con la formulación de etapas
estratégicas intermedias aptas para contraer compromisos de paz, y aprendizaje de violencia como refinamiento, internalización y habitualización pero también de legitimación y formación tanto de modelos de paz como de guerra, entonces la apreciación del aprendizaje mediante la "Historia como argumento" indica que está más cerca de la violencia incluso a pesar de que la guerrilla subjetivamente quiera fortalecer una alianza que apoye la paz.
Entre tanto, se diferencian las FARC-EP de aquellas guerrillas latinoamericanas que al encontrarse en una crisis, se acordaron de sus héroes nacionales pero entendieron este recurso como una legitimación de soluciones de compromiso (aunque con diversos alcances). El salvadoreño FMLN después de la caída del Muro de Berlín, desplegó en sus banderas no solo al comunista Farabundo Martí sino también a los luchadores de la Independencia José Matías Delgado, Manuel José Arce e incluso a Gerardo Barrios (Declaración del FMLN 1990, 9). Así se legitimaron las concesiones propias de la second best-option como etapa intermedia hacia el socialismo y en consecuencia legitimaron el aprendizaje de paz. En el paisaje colombiano fue el M19, calificado por las FARC-EP como traidor, el que ya en 1973, antes que las FARC-EP vio en Bolívar a su precursor y además también mostró distancia frente a Santander. En el M-19 dominó una mezcla de ideas de Bolívar, Rojas Pinilla, Perón, Montoneros, Tupamaros, Gaitán y Gramsci que fue considerado por las FARC-EP como un sancocho ideológico irresponsable. A diferencia de las FARC-EP, el M-19 utilizó "su" Bolívar desde su fundación como fuente de legitimación. Indudablemente eso le ayudó a facilitar su desmovilización sin una contrapartida transformatoria.
Las FARC-EP son en la construcción de sus analogías históricas menos arbitrarios que el M-19: con Venezuela y la Coordinadora Continental Bolivariana a sus espaldas aspiran a la "patria grande" de la revolución latinoamericana concreta y no metafórica, así al final sea solo en la forma de una comunidad económica como la de Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA). La construcción ideológica de una inflada enemistad y sobre todo la contraposición de la definición de lo que es democracia en Bolívar y Santander les sirve a ellas para legitimar una mezcla absurda de democracia participativa y directa pero también de centralismo estatal y democracia. En esta medida el mismo Lenin pasa bien con Bolívar.
El detonante del aprendizaje a partir de la "Historia como argumento", si tomamos prestadas las correspondientes categorías del "aprendizaje organizacional", habría que verlo en la falta de correspondencia entre la teoría oficial de la actuación y la teoría en uso que dirige la actuación de las FARC-EP. Una tal falta de correspondencia es válida no solo para la teoría oficial de la actuación como best option (Poder y Socialismo) sino también para su adelgazada second best option (etapa estratégica intermedia). Es incluye y no excluye que el aprendizaje, sea como "aprendizaje organizacional" o aprendizaje mediante la "Historia como argumento", por parte de las FARC-EP se haya desarrollado en la teoría oficial de la actuación y no en el nivel de la teoría en uso.
En lo que tiene que ver con los niveles de aprendizaje, y volviendo a tomar en préstamo el uso de las categoría del "aprendizaje organizacional" para la "Historia como argumento" habría que atestarles a las FARC-EP single loop-learning pues también este aprendizaje no fue mediante un salto o cambio de preferencias sino incremental: Compagina la vieja orientación de la lucha de clases y un marxismo-leninismo (incluso comparativamente) ortodoxo, con las nuevas condiciones del contexto sin renunciar a las preferencias iniciales o sin tener que posponer su realización a través de una fase estratégica intermedia.
Queda el interrogante de por qué las FARC-EP a pesar de su aprendizaje de violencia le echó mano a las conversaciones de paz y con ello demostró capacidad de aprender la paz. Esta relación paradójica necesita una explicación:
Al respecto se puede suponer que las analogías históricas falsas impiden que las negociaciones de paz sean atendidas con seriedad, es decir que la farsa está pre-programada. Pero también se puede resolver el interrogante suponiendo que la construcción de analogías históricas sería absurda y por ello tan irrelevantes para el trabajo concreto de las FARC-EP que ellas se mantienen solo para la apariencia ideológica pero que cuando llegan las negociaciones de paz se tratará de dejarlas fácilmente al lado, más rápido que lo que se podría hacer con ideas de la fase estratégica intermedia, más moderadas pero más concretas y en caso de duda con más poder vinculante. Si la contraparte rechazara como inaceptables tales second best options (y no solo la apariencia ideológica sobrevaluada de un mito histórico) entonces quedarían las FARC-EP en un verdadero aislamiento histórico. De la "pérdida" de Bolívar como mito podría la guerrilla reponerse fácilmente pues al fin de cuentas no son las ideas de Bolívar sobre la Independencia las que deben triunfar sino el socialismo.
Finalmente, la paradoja podría resolverse en la medida en que las FARC-EP actúe libremente con esa analogía histórica y utilice a Bolívar como joker en las negociaciones porque al mismo tiempo se lo puede usar para radicalizar como también para desescalar dado que sus metas propias no son radicales porque no son socialistas. La condición previa sería que las FARC-EP lograran una resignificación según la teoría de la modernización de la interpretación que hasta ahora hacen de Bolívar en clave de la teoría de la dependencia.
Pero si bien las FARC-EP con su uso de analogías históricas han radicalizado en vez de amortiguado su propia estrategia, se muestra aquí también algo diferente, algo que en el mainstream de la literatura y por parte de importantes organizaciones internacionales constante y decididamente se ha negado: que las FARC-EP han aprendido - incluso después del 2000 e incluso en un nivel estrictamente político de la argumentación. Esto significa que ellas 1) a pesar de tendencias criminales siguen siendo como antes un actor político, 2) que aprende políticamente, incluyendo el cambio significativo de sus posiciones y la fundamentación (histórico-) política, 3) aprende violencia no solo como "skills to kill" sino también a nivel estratégico e ideológico y al mismo tiempo 4) realiza procesos de aprendizaje de paz en el marco de negociaciones de paz, incluso cuando no reconoce y cuando no puede reconocer que "any attempt at peace should take into consideration that successful demobilization in the long term requires a successfull re-description of self" (Borch, Stuv0y 2008, 115). Una tal "re-description of self", que a las FARC-EP le exigiría también una deconstrucción de sus falsas analogías históricas, parece ser difícil de alcanzar. También reflejan ambos - el aprendizaje de la violencia y el de la paz -puestos uno frente al otro como procesos de aprendizaje del tipo single loop-learning, aquella clásica falta de congruencia de la teoría de la actuación y de la teoría en uso, que impiden según la teoría del "aprendizaje organizacional" el double loop-learning, entre otras cosas porque precisamente "(l)earning organization can fulfilfunction of ideology" (Coopey 1996, 361).
Si se relaciona, como en este artículo, el "aprendizaje organizacional" no en primer lugar al cambio en la organización sino del entorno, surgen dos conclusiones posibles para las FARC-EP: O bien a ellas no les interesa (más) el cambio del entorno y con ello de la sociedad, sino solo el mantenimiento de la organización, de tal manera que el aprendizaje tiene que "degenerar" en ideología. Pero contra esto habla lo programático que todavía es válido en la guerrilla, como también aquellas analogías históricas que ella construye a partir de la "Historia como argumento". O bien, el single loop-learning a partir de la "Historia como argumento" y el aprendizaje de la violencia están en condiciones de "ganarle" al single loop-learning organizacional referido al entorno e "invalidarlo". Se podría concluir entonces, que en determinadas condiciones, en las que el aprendizaje programático de la paz no sobrepasa la frontera del single loop- al double loop-learning, el aprendizaje a partir de la "Historia como argumento" para aprender la violencia conduce al cuestionamiento del aprendizaje de la paz. Esto solo podría llegar a confirmarse si este retroceso, es decir si del rechazo al aprendizaje de la paz y el giro favorable al aprendizaje de la violencia se reflejaran también en lo programático oficial, algo así como que las FARC-EP renunciara a su (en todo caso vaga) idea de una etapa estratégica intermedia. Pero este no es el caso.
Entonces queda como solución de la paradoja mencionada, la constatación de que a la guerrilla no le han importado la consistencia de su modelo (de aprendizaje) y la adecuación de su "aprendizaje organizacional" al aprendizaje mediante la "Historia como argumento". Este es tal vez el argumento más manejable pues a ella puede no haberle importado la consistencia de su modelo de aprendizaje. Es cierto que aprender es intencional porque la brecha entre las expectativas de la actuación y los resultados de ella, o sea, entre la (faltante) capacidad organizativa y el cambio del entorno (que está sucediendo) solo se puede superar intencionalmente. Sin embargo, esto no significa que la consistencia del modelo total de aprendizaje sea intencional también. En las FARC-EP este modelo se reveló como inconsistente solo cuando entraron en una fase de declive político-militar. Al llegar a este punto, el viejo modelo del marxismo-leninismo, así, precisamente consistente en su ortodoxia dejó de ser practicable. Cuando adecuaron este modelo a las cambiantes condiciones del contexto lo hicieron adecuando las figuras históricas de Bolívar y Santander que eran inadecuadas para ello y terminaron dañando la consistencia del modelo total.
Las conversaciones de paz de 2012 y 2013 en Oslo y La Habana se sitúan precisamente aquí, en el campo de tensión entre legitimación de los viejo y adecuación a lo nuevo. Su desenlace por eso es inseguro. Un cambio fundamental de la sociedad colombiana como resultado de compromiso de las negociaciones no se puede esperar si previamente los adversarios no han desarrollado un proceso double loop-learning de la paz que sea innovativo y que cambie las preferencias.
Hacer pronósticos es difícil especialmente cuando se refieren al futuro, dijo alguna vez Mark Twain. Sin embargo se puede arriesgar aquí un pronóstico, a pesar de que en este artículo se favoreciera el error: si estas negociaciones van a tener un éxito -y eso sería lo deseable- lo serán entonces según el modelo del M-19 y no del FMLN. Eso significa que las negociaciones terminarían sin la fijación contractual de una transformación fundamental de la sociedad colombiana, porque aquellas no han sido preparadas a través de un double loop-learning. Se podría entonces decir que las FARC-EP fueron una guerrilla que quiso cambiar sustancialmente a Colombia pero que no lo pudo hacer, no tanto porque no podía triunfar sino porque ella, cuando era el tiempo justo, no fue capaz de un proceso de double loop en el aprendizaje de paz.
COMENTARIOS
1 Violencia está entendida aquí en el sentido de "violentar" (herir), como violencia física, que premeditadamente busca lesionar el cuerpo de otro (Poppitz 1991: 48).
2 Una característica del aprendizaje de la violencia es que contribuye a refinarla , internalizarla, a acostumbrarse a ella pero también a justificarla así como a la formación de modelos de violencia.
3 El aprendizaje de la paz se orienta a su refinamiento , internalización y a acostumbrarse a ella pero también a la legitimación y formación de modelos de paz y de limitación de violencia. Se refleja en acuerdos de paz y en la fijación de objetivos estratégicos que implican la capacidad de contraer compromisos.
4 En este escrito se analizará solamente el proceso de aprendizaje de las FARC-EP (y no del gobierno) , sin ignorar que es la convergencia de procesos de aprendizaje de ambas partes en conflicto lo que puede conducir al éxito en un proceso de paz.
5 Fuentes actuales calculan que las FARC-EP tienen alrededor de 8.000 combatientes.
6 La Rand Corporation ha calificado a las FARC junto con Al Çhiaeda y Hizbollah como uno de los tres grupos terroristas más peligrosos para la seguridad de Estados Unidos (Cragin, Daly 2004: 13).
7 La definición de cognición fue tomada de: http://lexikon.stangLeu/240/kognition (accedido en 30/10/12).
8 Ver: http://wirtschaftslexikon.gabler.de/Definition/organisationales-lernen.html (accedido en: 30/10/12).
9 Ciertas posibilidades de conectar el modelo del "aprendizaje organizacional" con modelos cibernéticos (como el de Karl Deutsch), los cuales establecen un lazo con el entorno, se encuentran en Zinecker (2007: 593s.).
10 Tal era el eslogan del 41 Encuentro de Historiadores de 1996 en Munich. Ver: Berichtsband (Weinfurter, Siefarth 1997).
11 El estudio de la cognición , al cual pertenece el estudio del aprendizaje , y el análisis del discurso no se pueden reducir el uno al otro pero están enlazados de manera inseparable. Según van Dijk (1997: 32) los discursos poseen tres dimensiones: lengua, cognición - que incluye aprendizaje (anotación de H.Z.) - e interacción con el contexto sociocultural.
12 La equiparación de lo discursivo y lo social, como se encuentra en Mouffe , no se sigue aquí.
13 En aquella época las FARC todavía no existían: ellas acogen este programa en su II Conferencia de 1966.
14 Ver: Plataforma Bolivariana por la Nueva Colombia, 17.11.2008. En: http://mbsuroccidentedecolombia.org/doc.plataforma.html (accedido en 30/09/12).
15 "Simetría" y "asimetría" tienen en este estudio otra connotación que en la literatura pertinente sobre "pequeñas" y "nuevas guerras" (ver: Daase 1999; Münkler 2004) según la cual las guerras entre guerrilla y estado siempre son pequeñas y asimétricas. Aquí no se cuestiona que esa diferencia tenga sentido , sin embargo , a la autora le parece que aquí falta, para el caso de un acuerdo de paz, una diferenciación según la correlación de fuerza y la fortaleza de los actores enfrentados. En este artículo , en cambio , se ve simetría en un empate político y militar pero , por el contrario, asimetría se manifiesta en la posición política y militarmente dominante de una parte sobre otra.
16 Ver: www.radiosantafe.com/2012/02/26/farc-anuncia-el-fin-del-secuestro-en-colombia (accedido en 10/10/12).
17 Se trata del intercambio epistolar entre el historiador Medófilo Medina (11.Juli 2011 , ver: http://razonpublica.com:/index.php/conflictodrogas-y-paz-temas-30/2213-carta-abierta-a-alfonsocano.html (accedido en 10/10/12) y el comandante Timoleón Jiménez (Timochenko), que contestaba en lugar de Cano (16 de enero de 2012) , ver: Fundación Semanario Voz. En: http://masrazones.files.wordpress.com/2012/01/batalla-de-ideas-no1interior.pdf (accedido en 10/10/12).
18 Acuerdo General para la Terminación del Conflicto: Agenda de negociaciones del 26. De agosto de 2012. Ver: www.elpais.com.co/elpais/judicial/noticias/acuerdo-general-para-terminacion-conflicto-yconstruccion-paz-estable-y-duradera (accedido en 10/10/12).
19 El cierre de redacción para este texto fue el 30 de noviembre de 2012.
20 Un papel especial juega con Marquetalia el mito fundacional de las FARC-EP , que se trasmite como "mito de la defensa": la "república independiente de Marquetalia" en la Cordillera Central resiste en una heroica acción de autodefensa el ataque del ejército en el marco del Plan Laso (Latin American Security Operation bajo la dirección de EE.UU). En mayo de 1964 el gobierno envió tropas compuestas por 16.000 hombres que los 48 campesinos del grupo de autodefensa bajo la dirección del Partido Comunista no podían enfrentar pero lo que ellos sí pudieron luego hacer fue dejar su estrategia de autodefensa y transformarse en guerrilla. El fundamento escrito del mito fue obra del comandante de las FARC Jacobo Arenas (1969).
21 El sin duda notorio aprendizaje militar de las FARC-EP no se analiza aquí.
22 Ideología se define aquí como "a value or beliefsystemaccepted as fact or truth by some group" (Sargent 1987: 2).
23 Sobre la crítica al mito de Bolívar ver Zeuske (2011: 9s). Aquí contrarrestando toda glorificación se encuentra (en la pag. 15s) una descripción del jóven Bolívar como: "... un joven millonario cansado de la vida y mujeriego por excelencia , proveniente de una exótica colonia que no se perdía ningún salón literario y que en las fases de agotamiento consumía los Coffee-Table-Books de famosos filósofos y que a comienzos de 1805 estaba tan cansado de la vida que por motivos terapéuticos emprendió un viaje a pie hacia Roma y Nápoles. Para el mito de Bolívar este veleidoso joven , que vivía con los nervios alterados y a la vez era medio ingenuo y despreocupado, es un héroe que todavía no sabe todo lo que se esconde en él".
24 Ver también la etiqueta contra Milton Friedman , el creador del neoliberalismo , como "asesino metafísico de los pueblos" (Salgari 2011: 78).
25 Che Guevara por demás defendió a Bolívar de manera vehemente contra Marx (Zeuske 2011: 124).
26 El recurso a Santander como anti-mito también podría simbolizar el alejamiento del PCC legal el cual , según Patiño (1999) , desde un comienzo se sintió más cerca de las ideas de Santander que de las de Bolívar.
27 Bolívar habría querido liberar los negros de la esclavitud solo con el objetivo de que sirvieran en el ejército para evitar así una radicalización y haitinización de su propia revolución.
28 Esta contraposición de la pluma de las FARC-EP, encuentra su contrapartida o incluso su fuente (?) en la literatura chavista venezolana: Santander representa la continuidad de una dictadura fascista tecnocrática-utüitarista y Bolívar un proyecto social. Esto se dice en una obra venezolana de consulta de 725 páginas (SantRoz 2008). Y como , según el tenor del libro, desgraciadamente Santander "triunfó" sobre Bolívar (y no al contrario) y el legítimo garante de la continuidad bolivariana era Sucre y este fue asesinado por Santander , se abrió paso la desgracia de la prolongada dependencia latinoamericana.
29 Solo la fachada es democrática, afirman las FARC-EP, el contenido es un prototipo autocrático. Ver: Secretariado del Estado Mayor de las FARC-EP (2012). En: http://resistencia-colombia.org//index.php?option=com_content&view=article&id=1298:ecretariado-delestado-mayorcentral-de-las-farc-ep&catid=22&Itemid=37 (accedido en 30/05/12).
30 "La disputa que se ha extendido hasta el presente de si Bolívar o Santander tenían "razón" es antihistórica en la medida en que ambas posiciones tenían sus propios fundamentos objetivos y con ello se excluye un "este o aquel" (Kossok 1991: 17).
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