La provisión efectiva de servicios de salud tiene como factor crítico la formación de capital humano con las competencias para atender los requerimientos de la población.
Estos requerimientos, sin embargo, no son unidimensionales, la población requiere servicios de salud de cierto tipo, en cierto lugar y en una cierta cantidad.
De este modo, la planeación para la formación de capital humano tiene que desdoblarse también en varias dimensiones que permitan responder a las preguntas ¿qué tipo de profesionales se requieren?, ¿en qué lugares?, y ¿en qué cantidad?, explore las condiciones existentes y defina las que son necesarias, para que una vez que se respondan estas preguntas se puedan realizar las acciones para contar con ese personal en la cantidad y lugar que se requiere1.
Dados los cambios en el perfil epidemiológico hacia enfermedades crónico no transmisibles que demandan atención continua y prolongada, se debe enfatizar el rol de la atención primaria a la salud, pues es ahí donde se encuentra la clave para preservar la salud de la sociedad a través de acciones de promoción, prevención, atención, tratamiento y seguimiento oportuno; que hagan sustentable al sistema de salud.
En México el servicio social de las carreras en las áreas de la salud es un requisito para el licenciamiento, su duración es de un año y ocurre particularmente en áreas donde la población es más vulnerable y donde se hace más evidente la necesidad de realizar un servicio de atención que promueva las revisiones periódicas y evite en lo posible el tratamiento hospitalario.
Una de las estrategias realizadas por el gobierno mexicano para inducir un cambio inmediato en la composición del capital humano, es la de usar el servicio social como un instrumento para que las nuevas generaciones de médicos tengan una orientación hacia la atención primaria pues, en general, su formación universitaria ocurre con un claro énfasis en la medicalización y el ejercicio hospitalario y la transformación de los programas de estudio conlleva un ejercicio de gestión académica prolongado.
De este modo, se ha diseñado un modelo de servicio social que a partir de la rotación de los pasantes por los diferentes establecimientos que operan en las comunidades, les permita conocer la red de servicios disponibles y poner en práctica los contenidos académicos del primer año de la especialidad de medicina familiar, que es semejante a lo que en el modelo inglés es el general practitioner.
La apuesta es mejorar el perfil de los médicos en cuanto a sus competencias como médicos de primer contacto y captar en lo posible a más médicos generalistas que puedan emplearse por el sistema de salud en las comunidades, para lo cual también se realizarán los ajustes necesarios en la oferta laboral de las instituciones públicas.