Introducción
El sector ovino lechero, al igual que sucede en otros sectores agroalimentarios, forma parte de un mundo globalizado donde los gustos de los consumidores son cambiantes. En entornos globalizados y en constante evolución no es suficiente disponer de recursos escasos, relevantes y difíciles de imitar, dado que en un momento determinado una empresa puede conseguir una ventaja competitiva, es necesario entonces también desplegar capacidades dinámicas únicas y difíciles de imitar (Hou y Chang, 2008; Teece, 2009). En este tipo de entornos, la ventaja competitiva de las empresas reside en procesos y rutinas internas que les permiten cambiar y actualizar sus capacidades organizativas para ofrecer productos y servicios nuevos e innovadores al cliente (Teece, Pisano & Shuen, 1997). Teece, Pisano y Shuen (1997) definieron las capacidades dinámicas como:
La capacidad de la organización para integrar, construir y reconfigurar las competencias internas y externas para abordar entornos muy cambiantes. Para ser estratégica, una capacidad debe cubrir una necesidad del cliente (por lo que hay una fuente de ingresos), única (así a los productos/servicios producidos se les puede asignar un precio sin tener demasiado en cuenta a la competencia) y difíciles de replicar (por lo que los beneficios no tendrán competencia). La característica clave de la competencia distintiva es que no hay un mercado para ello, excepto, posiblemente, a través del mercado de unidades de negocio. Por lo tanto, las competencias y capacidades son activos interesantes que deben construirse porque no pueden ser comprados (Teece, Pisano & Shuen, 1997).
Desde que surgió este término, se han realizado investigaciones aplicándolo y aportando nuevos puntos de vista, dando lugar a diferentes definiciones e interpretaciones del concepto inicial y tipos de capacidades dinámicas. Actualmente, podemos decir que existe un consenso en cuanto a la definición de capacidades dinámicas, sin embargo, dicho consenso es inexistente entre los distintos investigadores con respecto a los tipos de capacidades dinámicas que hay (Monferrer, Blesa & Ripollés, 2013).
Bastanchury-López, de Pablos Heredero, García Martínez y Romo-Romero (2019), ante la falta de acuerdo entre los investigadores en la definición de tipos de capacidades dinámicas, así como de modelos estandarizados para medir dichas capacidades, proponen una medición de capacidades dinámicas para este sector, utilizando los tipos de capacidades dinámicas definidas por Hou y Chang (2008):
La capacidad de detección. Entendida como la habilidad para detectar el entorno y entender las necesidades del cliente mejor que los competidores (Amit & Schoemaker, 1993).
La capacidad de absorción. Se refiere a la habilidad de reconocer el valor de lo nuevo, asimilar la información y aplicarlo con fines comerciales (Cohen & Levinthal, 1990). Las empresas con una alta capacidad de absorción tienen una alta capacidad de aprendizaje de sus colaboradores, integrando la información externa y convirtiéndola en conocimiento embebido en la empresa (George, 2005; Salvato, 2003; Verona & Ravasi, 2003; Woiceshyn & Daellenbach, 2005).
Capacidad de integración. Es la habilidad para integrar diversos patrones de interacción a través de la contribución, representación e interrelación (Okhuysen & Eisenhardt, 2002).
Capacidad de innovación. Es la habilidad para desarrollar nuevos productos o mercados, a través de una coordinación de la orientación estratégica diferente con los comportamientos y procesos innovadores (Lazonick & Prencipe, 2005; Wang & Amhed, 2004).
Tras revisar las principales bases de datos científicas, Web of Science y Scopus, solo se ha encontrado un estudio que plantea un modelo para medir de forma holística las capacidades dinámicas en el sector ovino lechero manchego (Bastanchury-López et al., 2019). Este modelo se ha basado en la literatura para seleccionar los indicadores que lo conforman y se ha validado empíricamente de forma global, sin embargo, no se han evaluado de forma individual los elementos que lo componen.
El objetivo de este trabajo es someter a la valoración de expertos los elementos del modelo de medición de capacidades dinámicas propuesto por Bastanchury-López et al. (2019), contribuyendo al conocimiento a través de una validación cualitativa de elementos cuantitativos para la medición de capacidades del sector estudiado. A través del método Delphi, se buscó la opinión de personas expertas en el ámbito de producción animal con el fin de responder a la siguiente cuestión: ¿son los indicadores propuestos por Bastanchury-Lopez et al. (2019) los más adecuados para medir las capacidades dinámicas en el sector ovino lechero?
Este trabajo supone un avance teórico, puesto que ofrece una valoración profesional basada en la opinión de expertos de los elementos del modelo de medición de capacidades dinámicas para el sector ovino lechero. Desde la perspectiva práctica, el modelo puede ayudar a entender mejor el impacto que puede tener en los resultados finales de las explotaciones la combinación adecuada de recursos tecnológicos y organizativos. Por lo tanto, este trabajo puede ayudar a conocer mejor la realidad de las granjas y trabajar en aspectos de mejora, con el aval de una valoración experta.
Materiales y métodos
Para la recogida de información se ha utilizado el método Delphi. Se trata de un procedimiento prospectivo que obtiene información cualitativa sobre un problema previamente definido, a través de la participación de un grupo de personas expertas cuya opinión es relevante para tomar decisiones (Landeta, 2006). Este método se utiliza tanto en las ciencias sociales (García-Cruz & Valle-Cabrera, 2021; García-Vidal et al., 2021; Van Gelderen et al., 2021) como en el sector agroalimentario (Marí-Vidal et al., 2014; Olaizola et al., 2012; Su & Canavari, 2018). Según Martínez (2003): “el objetivo central de esta técnica es consensuar la opinión de un grupo de personas en torno a una determinada problemática, cuyas soluciones o posible situación futura es difícil de predecir”. Así, las características del método Delphi son (Martínez, 2003; Dalkey, 1969):
Anonimato. Facilita que cada persona muestre su opinión sin que se vea condicionada por la opinión de otra (opiniones de autoridad).
Retroalimentación controlada. Mediante el uso de varias rondas de cuestionarios orientadas.
Consenso estadístico del grupo. Informando al grupo de los resultados del grupo, pero no de cada componente del grupo.
Como indica Ortega (2008): “el método Delphi ofrece un adecuado canal para penetrar en áreas de conocimiento complejas, dinámicas, ambiguas y con falta de información, siendo el coste de obtención de la información bajo y su tiempo en principio reducido”.
En la consulta participaron un total de 107 personas expertas en el ámbito de la producción animal del sector ovino lechero manchego, siendo un requisito conocer profesionalmente las explotaciones de dicho sector en Castilla-La Mancha (en la tabla 1 se detalla la distribución de dichas personas según el género y el país). No se solicitó información sobre su área de especialización (preproducción, producción, ecología o agronegocio), dado que el estudio no realizaba distinciones en este atributo y que las explotaciones analizadas son, principalmente, Pymes (pequeñas y medianas empresas), por lo que los expertos son conocedores de todas las áreas de especialización. Un 46% de ellos proceden del entorno académico con una transferencia avalada en el sector en un periodo de al menos cinco años, y un 54% son gerentes, trabajadores y profesionales que asesoran a este sector en un periodo similar.
Todos los expertos evaluaron las capacidades dinámicas en el sector ovino lechero de Castilla- La Mancha. Los expertos de otros países diferentes a España tenían experiencia en el sector ovino del territorio evaluado, por lo que se consideró oportuna su opinión.
Las técnicas utilizadas han sido el cuestionario para obtener la información y la estadística descriptiva para analizar los datos y representar los resultados. Como herramienta informática de soporte se ha aplicado la hoja de cálculo, tanto para el diseño de los cuestionarios como para el análisis de la información.
Debido al elevado número de indicadores propuestos, 46 indicadores de capacidades dinámicas, el diseño del cuestionario (ver anexo) se realizó pensando en facilitar a las personas consultadas su respuesta, por lo que algunas de las preguntas no eran directamente sobre un indicador en particular, sino que varios de ellos se englobaron en una única pregunta. Además, y con el mismo fin de facilitar la participación, los 41 indicadores resultantes se agruparon por paquetes tecnológicos, algo que es un concepto de uso general entre las personas consultadas.
Se realizaron un total de 41 preguntas cerradas para que se indicara a qué tipo de capacidad dinámica se asociaba cada una, dado que el fin del cuestionario no era definir qué entendemos por cada tipo de capacidad dinámica sino asignar cada pregunta a un tipo de capacidad dinámica. Al principio del cuestionario se ofreció una breve descripción de cada una de las mismas y los autores se ofrecieron también a realizar las aclaraciones que consideraran necesarias sobre dichos conceptos:
Capacidad de detección. Habilidad para detectar el entorno y entender las necesidades del cliente mejor que los competidores (búsqueda y detección de necesidades).
Capacidad de absorción. Habilidad de reconocer el valor de lo nuevo, asimilar la información y aplicarla a fines comerciales (valora el conocimiento como oportunidades). Las empresas con alta capacidad de absorción tienen una alta capacidad de aprendizaje de sus colaboradores.
Capacidad de integración. Habilidad para integrar diversos patrones de interacción a través de la contribución, representación e interrelación (utiliza la información).
Capacidad de innovación. Habilidad para desarrollar nuevos productos y mercados (nuevos desarrollos).
El cuestionario se envió a las personas expertas vía correo de forma conjunta. El periodo en el que se realizó la primera ronda de consultas fue de septiembre del 2016 a enero del 2017. En el caso de la segunda ronda, se realizó en marzo del 2017 y se solicitó que enviaran sus respuestas en un plazo de 10 días. Debido a que las explotaciones del sector ovino lechero de Castilla-La Mancha continúan con problemas de viabilidad (Universidad de Castilla-La Mancha, 2022), los autores consideran que las respuestas obtenidas continúan teniendo validez en la actualidad.
Todas las personas consultadas respondieron al cuestionario, aunque algunas de las preguntas no fueron respondidas por la totalidad o se han anulado al marcar varias opciones para la misma pregunta, cuando en las instrucciones se indicaba que solo debía marcarse una opción. Este aspecto ha sido tenido en cuenta al realizar el análisis de la información.
En la figura 1 se observa el proceso seguido. El análisis de la información consistió en comprobar si había consenso entre las personas participantes en la asignación de las preguntas a los distintos tipos de capacidades dinámicas.
Se consideró que no había diferencias de asignación cuando: para un indicador sobre el que no se había alcanzado un consenso sobre el tipo de capacidad que mide, alguno de los tipos indicados coincidía con el tipo de capacidad al que se le había asignado en el modelo.
En este cuestionario se realizaron preguntas de tipo “valoraciones” (Martínez, 2003).
Consenso en las respuestas
Después de analizar algunos estudios realizados aplicando el método Delphi (Martínez, 2003; Pertegaz et al., 2013; Pozo et al., 2007) comprobamos que no existe un criterio claro para establecer cuándo hay consenso entre el personal participante en un Delphi, por lo que hemos definido nuestro propio criterio de consenso. Para ello, se estableció inicialmente que hay consenso para asignar un indicador a un tipo de capacidad determinado cuando:
Un tipo de capacidad tiene un mayor porcentaje de respuestas que el resto, siendo como mínimo un 40%.
El porcentaje de respuestas de la opción mayoritariamente seleccionada es, al menos, un 10% superior a la segunda opción seleccionada.
El cumplimiento de ambos requisitos era obligatorio.
Variación con respecto a la ronda anterior
Consideramos finalizado el proceso cuando las respuestas de las personas expertas consultadas en una ronda no varían con respecto a la ronda anterior. Si en una ronda una persona no responde, se considera que su última respuesta es la válida, por lo que, de cara al estudio, la última respuesta dada es la que se analiza para determinar el consenso.
Se realizaron dos rondas, en la primera ronda, tras analizar los resultados de la información recogida, se detectó que de los 41 indicadores analizados no se había alcanzado consenso en 18 de ellos, por lo que se realizó una segunda ronda en la cual hubo 14 indicadores que continuaron sin consenso, pero dada la poca variabilidad en las preguntas se decidió no realizar una nueva ronda.
En esta segunda ronda se envió un cuestionario que contenía únicamente aquellos indicadores en los que no se había encontrado consenso, proporcionando a las personas expertas información sobre el resultado de la ronda anterior.
Resultados y discusión
La información recopilada mediante los cuestionarios, enviados a 107 personas expertas, ha permitido realizar un análisis cuantitativo mediante el cual se ha realizado la asignación de cada indicador a un tipo de capacidad dinámica. En la tabla 2 puede verse el porcentaje de respuestas obtenido por el tipo de capacidad dinámica sobre el que se ha alcanzado consenso. Cuando este no se ha logrado, se muestran los tipos de capacidad dinámica que han obtenido los valores más altos.
Los datos sociales considerados en el modelo no han sido clasificados por las personas consultadas, dado que se les solicitó la asignación a los distintos tipos de capacidades dinámicas de aquellos indicadores que están asociados a los paquetes tecnológicos identificados por Torres et al. (2014).
Si se observa la tabla 2, que muestra la asignación de los indicadores a los distintos tipos de capacidades realizada por las personas consultadas, y se compara con la tabla 3, que muestra la asignación de los indicadores a los distintos tipos de capacidades dinámicas en el modelo definido en Bastanchury-López et al. (2019), se encuentran diferencias de asignación en 18 de los 41 indicadores de paquetes tecnológicos.
En la tabla 4 se pueden observar los indicadores en los que se han detectado diferencias entre la asignación realizada mediante el método Delphi y la realizada en el modelo, así como los autores que dan soporte a la clasificación realizada por los expertos.
Como se observa en la tabla 4, las clasificaciones de los indicadores en los que se han identificado diferencias están avaladas por investigadores, excepto en cinco indicadores en los que no ha sido posible encontrar literatura de investigaciones previas que refuten dicha clasificación.
Las diferentes clasificaciones que provienen de la revisión de la literatura son explicables por la importancia que se asigna a las características implícitas de cada indicador, como se defiende a continuación.
Producción de distintas variedades de queso / variedad en los productos vendidos
El grupo de personas expertas determinó que se corresponde con un indicador del tipo de capacidad dinámica “innovación”, lo que es consistente con estudios realizados por autores como Molden y Clausen (2021), quienes afirman que la capacidad de innovación mejora si se obtienen resultados por parte de las empresas; sin embargo, también puede considerarse un indicador de capacidad de detección, dado que para obtener ese resultado, previamente se ha identificado una necesidad no satisfecha entre los consumidores, tal y como se indica en Bastanchury-López et al. (2019), es decir, según la atención se sitúe en el producto resultado o en qué ha dado lugar a ese nuevo producto, puede ser considerado como indicador de innovación o detección.
Utilización de registros productivos
Algunos autores como Saunila (2019) consideran englobadas en la capacidad de innovación tanto las innovaciones en el proceso como en el producto. En este sentido, la clasificación de este indicador, por parte del grupo consultado, como “innovación” estaría de acuerdo con este autor. Desde otra perspectiva, el uso de estos registros permite conocer la dirección de las explotaciones, cómo evoluciona su demanda y qué productos son más vendidos, es decir, detectar los cambios en las necesidades del mercado. Nuevamente, podemos decir que según se ponga el foco en el proceso o en la información proporcionada, puede considerarse como indicador de innovación o detección.
Participación en programas de mejora genética
Al igual que en el caso anterior, el grupo lo consideró como “innovación” al pensar que se trata de una innovación del proceso, lo que es consistente con lo indicado por Saunila (2019). No obstante, la participación en estos programas permite a las personas responsables de las explotaciones integrar el conocimiento que obtienen de dicha participación con sus rutinas organizativas, tratándose en este caso de una capacidad de integración.
Utilización de unifeed como sistema de alimentación integral
Es cierto que el uso de unifeed permite adquirir información externa e incorporarla a la empresa con el objetivo de mejorar los procesos y las estrategias de las organizaciones (Gallego-González, 2017) y, por lo tanto, es válido considerarlo como un indicador de capacidad de absorción. No obstante, también requiere que la dirección realice una reflexión sobre qué está demandando el mercado, al mismo tiempo que el uso de unifeed les permite acceder a información oportuna y adecuada sobre la alimentación del ganado. Esta información ayuda en la consecución de objetivos estratégicos y, en este sentido, es considerado como capacidad de detección (Bastanchury-López et al., 2019). Esta diferencia de clasificación puede explicarse por la correlación lineal encontrada entre la capacidad de detección y las capacidades de absorción e integración (Bastanchury-López et al., 2020).
Utilización de suplementos alimenticios
Tal y como se indicó en el cuestionario enviado, por capacidad de detección se entiende la habilidad para detectar el entorno y entender las necesidades del cliente mejor que los competidores (Amit & Schoemaker, 1993). Con base en esta definición que se proporcionó a las personas expertas, no se puede considerar este indicador como capacidad de detección, dado que no permite detectar el entorno ni entender las necesidades del cliente.
Realización del plan sanitario básico / Control de parásitos internos y externos
Por la misma razón que se ha indicado en el caso de “Utilización de suplementos alimenticios”, la realización del plan sanitario básico no puede considerarse como indicador de la capacidad de detección.
Prevención de patologías acorde a la epidemiología de la explotación / programa de control de salud de la ubre y calidad de la leche / se aplica tratamiento de secado
En estos tres casos, el modelo establece que se trata de indicadores de innovación; sin embargo, las personas consultadas concluyeron que se trataba, principalmente, de indicadores de capacidad de integración. Es cierto que estos tres indicadores ponen de manifiesto que la explotación ganadera está integrando patrones en sus rutinas organizativas (Okhuysen & Eisenhardt, 2002), por lo que pueden ser considerados como indicadores de capacidad de integración, sin embargo, la incorporación de estas acciones supone introducir innovaciones en los procesos (Wang & Ahmed, 2007), por lo que, desde esta perspectiva, puede considerarse como indicador de capacidad de innovación.
Se establece alguna estrategia de manejo del pastoreo
El grupo de personas consultadas consideran en un 34,58% que se trata de un indicador de capacidad de absorción, mientras que el 33,64% considera que se trata de un indicador de capacidad de innovación. La clasificación como indicador de innovación estaría respaldada por Wang y Ahmed (2007) al incorporar algo novedoso en el proceso productivo; mientras que Cohen y Levinthal (1990) darían soporte a considerarlo una capacidad de absorción, dado que supone reconocer el valor de las estrategias de manejo del pastoreo y aplicarlo en las explotaciones. Una vez más, se pone de manifiesto cómo, dependiendo de dónde situamos el foco, el mismo indicador puede ser clasificado de forma diferente.
Distribución de las áreas con respecto al flujo de actividades seguidas / adecuación entre la sala de ordeño y la dimensión del rebaño / adecuación entre la lechería y el tanque de refrigeración de la leche / cumplimiento de un protocolo de limpieza
Las personas consultadas determinaron que se trata de indicadores de capacidad de integración, entendiendo que estas actuaciones dan lugar a rutinas que deben integrarse con los patrones existentes en las explotaciones (Okhuysen & Eisenhardt, 2002). Es evidente que cualquier cambio que se introduzca en una organización supone la adaptación de algunas rutinas organizativas existentes (Villar et al., 2018), sin embargo, la introducción de estas actuaciones supone añadir innovaciones en su proceso productivo, por lo que dependiendo de la amplitud con la que se analicen estos indicadores, puede variar su clasificación.
Planificación de la cubrición / planificación de la reproducción
Planificar requiere realizar un análisis del mercado, determinando el número y las características que debe tener el ganado ovino para cubrir las necesidades que se han detectado (Bastanchury- López et al., 2019), las actuaciones a las que da lugar dicha planificación son las que entrarían en el concepto de capacidad de integración, pues son las que van a dar lugar a nuevos patrones que se integrarán con las rutinas organizativas existentes.
Con base en lo indicado anteriormente, podemos afirmar que existe coherencia entre los resultados obtenidos en el modelo de capacidades dinámicas para el sector ovino (Bastanchury-López et al., 2019) y los resultados obtenidos por el panel de expertos a nivel global, es decir, si los responsables de las explotaciones ovinas tienen como objetivo alcanzar ventajas competitivas pueden lograrlo a través del desarrollo de sus capacidades dinámicas (Teece, 2009); sin embargo, si estos responsables quieren conseguir ventajas competitivas mediante un desarrollo planificado de sus capacidades dinámicas, la clasificación que se deriva del panel de expertos daría lugar a una planificación diferente a la que se realizaría con base en el modelo propuesto en Bastanchury- López et al. (2019), dado que, según este, se fomentaría el desarrollo de una capacidad dinámica diferente a la planificada. Por ejemplo, con base en el indicador “Utilización de suplementos alimenticios” planificarían el desarrollo de la capacidad de detección cuando, según el modelo, estén desarrollando la capacidad de integración.
Conclusiones
La utilización de la metodología Delphi mostró una gran utilidad en la selección de las capacidades dinámicas en el sector del ovino de leche en Castilla-La Mancha (España), dada la gran amplitud y diversidad del panel de expertos, el modelo de capacidades dinámicas propuesto es extensible a otros contextos socioeconómicos.
El panel determinó la reducción de indicadores y dimensiones respecto al modelo propuesto (56% de coincidencia entre ambos), lo que pone de manifiesto la necesidad de simplificar los modelos teóricos propuestos para un desarrollo adecuado in situ.
Se ratificaron los indicadores en el modelo capacidades dinámicas en un 90,24% de los casos, la investigación contribuye de modo importante al conocimiento de las capacidades dinámicas y desde el punto de vista profesional, este abre nuevas vías a explorar para facilitar la innovación tecnológica en las explotaciones a partir de la evaluación de las capacidades dinámicas.
Contribución de los autores
María Teresa Bastanchury-López: diseño de metodología, diseño del cuestionario, supervisión de actividades, construcción de bases de datos, análisis de información, elaboración y revisión de manuscrito. Santiago Martín-Romo-Romero: diseño del cuestionario, elaboración y revisión de manuscrito. Carmen De-Pablos-Heredero: diseño del cuestionario, elaboración y revisión de manuscrito. Antón Rafael García-Martínez: diseño del cuestionario, registro de información en campo y revisión de manuscrito.
Implicaciones éticas
Los encuestados participaron de forma voluntaria, la información recopilada se centró en aspectos zootécnicos, productivos y algunos sociales, en el conocimiento de que la información sería utilizada para su análisis, diseño de propuestas de mejora y publicación de resultados. En todo caso, se ha respetado la confidencialidad de los datos. La información de las granjas fue codificada y anonimizada de acuerdo con la Ley de Protección de Datos en Europa. Asimismo, la información ha sido utilizada de forma global y nunca individualizada.