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Acta Colombiana de Psicología

Print version ISSN 0123-9155

Act.Colom.Psicol. vol.24 no.1 Bogotá Jan./June 2021  Epub June 08, 2021

https://doi.org/10.14718/acp.2021.24.1.1 

Editorial

La espera y la esperanza en la ciencia

Iván Felipe Medina Arboleda* 
http://orcid.org/0000-0003-3209-9204

*Editor general. Acta Colombiana de Psicología. revistaacta@ucatolica.edu.co


Al momento en que escribo esta editorial, el mundo se prepara para varios de los desafíos logísticos, sanitarios y sociales más importantes de los últimos cincuenta años, como lo son la distribución de las diferentes vacunas contra la COVID-19, la reactivación económica de interconexión mundial y los impactos poblacionales en todos los ámbitos derivados del último año de medidas restrictivas. Ahora, si bien aún es pronto para evaluaciones a gran escala de las transformaciones y repercusiones de estos desafíos, hay algunas anotaciones preliminares ante la crisis sanitaria en la región y sus implicaciones para la psicología.

En primer lugar, debemos destacar el tesón de las personas que han hecho del cuidado de la salud su pro fesión: los enfermeros, médicos, asistentes, psicólogos, auxiliares, etc., protagonistas de una abnegación estoica incluso cuando no hemos estado a la altura de su entrega. A su vez, a quienes las medidas de confinamiento lleva ron a la exposición directa y que han sufrido en América Latina los embates mayoritarios de la mortalidad: los trabajadores y trabajadoras de los sectores que nunca se detuvieron, o para quienes detener sus actividades no ha sido una opción. Sabemos que la mortalidad del virus en Latinoamérica ha estado asociada a la compleja relación de las condiciones de salud y la condición social, en donde, a menores ingresos y presencia de condiciones laborales informales, mayores condiciones comórbidas y gravedad de las afectaciones del virus.

En segundo lugar, sabemos que hay que enfrentar las implicaciones de las medidas de confinamiento actuales y venideras. Como hemos visto, la incertidumbre laboral aumentó los tiempos de las jornadas laborales y deterioró las condiciones de vida digna en el espacio privado en gran parte de la población, obligada a convivir con el quehacer profesional, el teletrabajo, la enseñanza remota y la con vivencia dentro de sus residencias; condiciones, de por sí insólitas y abrumadoras, que son aún más desafiantes para quienes la conectividad digital es de baja calidad e incluso así persistieron en continuar vinculados en la sincronicidad digital.

Renglón aparte merece el sector educativo que em plea a la mayoría de los investigadores en psicología de la región, pues la formación se mantuvo a flote sobre la buena voluntad de los estudiantes y la entereza de quienes afrontaron este reto, sea como profesores o como personal de soporte de tal actividad.

En este contexto, vimos cómo en la edición cientí fica, que se debe a los revisores internos y externos de las publicaciones, estos investigadores y profesores uni versitarios -aquellos garantes de la exigencia y el rigor académicos-, en estos tiempos de extrajornadas, dobles jornadas encubiertas -sobre todo para las mujeres- y condiciones de evaluaciones nacionales e institucionales, nunca se detuvieron; por el contrario, dedicaron sus horas en estas complicadas condiciones a que las revistas conti nuaran funcionando.

Pero en ningún caso se trata de un agradecimiento de dicado solo a quienes evaluaron, pues este cubre también a quienes declinaron de hacerlo -opción siempre válida y, en estas circunstancias, más que justa-. Este reconocimiento es una necesaria puesta en público de las condiciones que enfrenta la edición académica de la región y que se refleja en las demoras sistemáticas de todas las fases, las cuales, además, por fuera de las voluntades de los equipos de las publicaciones, nos muestran cuán interconectados y vulnera bles estamos como actores de la sociedad del conocimiento.

En los diferentes sectores, incluido el editorial, a pesar de las dificultades de la pandemia, esperamos, continuamos y ahora aguardamos por los frutos del descomunal esfuerzo del año 2020. Y tal es el caso de este volumen 24 número 1 de la revista Acta Colombiana de Psicología, pues acá presentamos el resultado de una coordinación sin parangón reciente para la comunidad académica en términos de las excepcionalidades que rodearon el proceso editorial.

Si miramos atrás, vale la pena preguntarse cómo nuestras sociedades y comunidades siguieron adelante y no declinaron para alcanzar estas pequeñas grandes cumbres. Sabemos, por la investigación, que la esperanza nos mantiene en pie, y esa esperanza, entre otras, en la ciencia, dio y continúa dándonos razones para encarar el porvenir.

La promesa cumplida por la bioquímica es una confir mación de que la espera y la esperanza valieron la pena. Sin embargo, no es el único campo llamado a aportar en esta época de esperanzas en la ciencia. Las transformaciones sociales, positivas y negativas, presentes y venideras, han desafiado los límites disciplinares de la psicología en sus diferentes especialidades: las sociedades esperan y tienen su esperanza puesta en la comunidad científica de nuestra disciplina, y es un momento histórico para no defraudar tales expectativas.

First of all, we must emphasize the tenacity of the people who have made health care their profession: nurses, doc tors, assistants, psychologists, auxiliaries, etc., protagonists of a stoic abnegation even when we have not been up to their commitment. At the same time, those who have been directly exposed by the confinement measures and who have suffered the major part of mortality in Latin America: the workers in the sectors that have never stopped, or those for whom stopping their activities has not been an option. We know that the mortality of the virus in Latin America has been associated with the complex relationship between health and social conditions, where the lower the incomes and the presence of informal labour conditions, the greater the comorbid conditions and severity of the affectations of the virus.

Second, we know that the implications of current and future containment measures must be addressed. As we have seen, labour uncertainty has increased working hours and deteriorated dignified living conditions in private spaces for a large part of the population, forced to live with professional work, teleworking, remote teaching and coexistence within their residences; conditions which are in themselves unusual and overwhelming, that are even more challenging for those who have low-quality digital connectivity and even so persisted in continuing to be linked in digital synchronicity.

The educational sector, which employs most of the psychology researchers in the region, deserves a special mention, since the training was kept afloat based on the good will of the students and the integrity of those who faced this challenge, either as teachers or as support staff for this activity.

In this context, we saw how in the scientific edition, which depends on the internal and external reviewers of the publications, these researchers and university profes sors - those guarantors of the academic demand and rigor-, in these times of extra-ordinary, double shifts undercover -especially for women- and conditions of national and institutional evaluations, never stopped; on the contrary, they dedicated their hours to keep the journals working in these complicated conditions.

But in no case is this a thank you dedicated only to those who evaluated the articles since it is also extended to those who declined to do it - an option that is always valid and, in these circumstances, more than fair-. This recognition is a necessary public acknowledgement of the conditions faced by academic publications in the region and is reflected in the systematic delays in all phases, which, outside the will of the publishing teams, also show us how interconnected and vulnerable we are as actors in the knowledge society.

In the different sectors, including the publishing one, despite the difficulties of the pandemic, we hope, we continue and now we wait for the fruits of the enormous effort of the year 2020. And such is the case of this Volume 24 Issue 1 of the journal Acta Colombiana de Psicología, since here we present the result of recent unparalleled coordination for the academic community in terms of the exceptionalities that surrounded the editorial process.

If we look back, it is worth asking how our societies and communities went forward and did not decline to reach these small, big peaks. We know, through research, that hope keeps us going, and that hope, in science - among other reasons- has given and continues giving us motives to face the future.

The promise fulfilled by biochemistry is a confirmation that the wait and the hope were worth it. However, it is not the only field called upon to contribute in this age of hope in science. The social transformations, both positive and negative, present and future, have challenged the dis ciplinary limits of psychology in its different specialities: societies expect and have their hope placed in the scientific community of our discipline, and it is a historic moment not to disappoint such expectations

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