INTRODUCCIÓN

En la sociedad del siglo XXI, el patrimonio histórico tiene una importante impronta como elemento que permite una clara comprensión del pasado y, des del punto de vista económico, conforma un potencial atractivo turístico el cual en algunos países, regiones y comarcas del mundo supone un motor económico clave.

El patrimonio cultural, en sus ramas tanto muebles como inmuebles, puede concitar diferentes usos sociales en función del momento histórico y contexto social y político en el cual se ha conservado, estudiado, y socializado. En las últimas décadas, su uso histórico ha añadido una nueva dimensión en esta rica y variada representación del legado histórico de las sociedades del pasado (Light y Prentice, 1994).

Singularmente, el patrimonio de la historia más reciente, aquel legado dejado por los episodios históricos del último siglo, representan, des del punto de vista científico, una nueva frontera en el estudio material del pasado des del punto de vista turístico y económico.

Así, se constata que la sociedad demuestra un especial interés de cara a estas nuevas destinaciones patrimoniales y, en consecuencia, los agentes turísticos han empezado desde hace un par de décadas a diseñar estrategias para activar turísticamente estos atractivos, a través de equipos culturales tales como: museos, exposiciones, centros de interpretación, itinerarios culturales y otras fórmulas, incluyendo el uso de las nuevas tecnologías como un medio de aproximación, así como conociendo este importante legado patrimonial.

La necesidad social de conocer y desplazarse ha llevado, a lo largo de los años, al concepto de turismo. Según la Organización Mundial del Turismo (OMT, 1994): “el turismo comprende las actividades que realizan las personas durante sus viajes y estancias en lugares distintos a su entorno habitual, por un periodo de tiempo consecutivo inferior a un año, con fines de ocio, por negocios y otros”.

Según ^{Bull (1994)} existen diferentes tipologías de turistas en base a los principales motivos que los llevan a realizar las actividades turísticas. Estos quedan distribuidos en dos grandes grupos: motivos de recreo y de negocios. El tema que nos interesa en este caso se centra en el turismo cultural, que se encuentra dentro de los motivos de recreo analizado por Bull (1994), el cual se basa en las atracciones culturales que posee el destino, tales como son por ejemplo los museos. Siendo esta, por tanto, una demanda final, es decir, que son viaje que se emprenden por su propio fin.

La turistificación y divulgación científica del legado patrimonial que existe en la ciudad de Barcelona plantea una premisa importante: debe potenciarse la historia de la ciudad en base a los museos de la ciudad y no sólo el turismo de sol y playa. Barcelona es una ciudad moderna y de gran proyección turística que presume de circuitos culturales y muesos de gran interés.

ESTADO DE LA CUESTIÓN

En los últimos años, nuestra sociedad se ha visto inmersa en una crisis económica que está afectando a todos los niveles económicos y sociales de España y Cataluña. Una realidad que afecta en el día a día de la sociedad, pues el 38.9% de la población reconoce que el paro le afecta de manera directa, siendo además la mayor preocupación actual del 80.9%¹.

Queda patente, la necesidad de trabajar y tomar medidas para cambiar esta tendencia, una afirmación que comparte las administraciones, quienes son conscientes de la necesidad de dar la vuelta a esta situación, reactivando el crecimiento económico y apostando por incentivar aquellas actividades que pueden generar puestos de trabajo y crear riqueza. Así, queda demostrado que todos los agentes económicos del territorio deben plantear cómo pueden fomentar la creación de riqueza, con la finalidad de crear mayor ocupación, potenciando aquellas actividades que, hoy pueden favorecer al desarrollo y la dinamización económica del territorio, cómo puede ser el turismo.

La actividad turística, junto con las exportaciones, son de los pocos sectores que, a pesar de la crisis económica de los últimos años, presentan tasas de crecimiento más o menos constantes, tanto a nivel local, como mundial. El turismo es una actividad que agrupa tanto el ámbito económico, como el de sociedad y naturaleza (^{Schaerer y Driven, 2001}). En este contexto, el turismo alternativo ofrece productos y servicios de calidad, pone énfasis en el carácter local y ofrece experiencias y contacto personal entre el turista y el proveedor del servicio (^{Psaltopoulos y Efstratoglou, 2000}).

En esta tesitura se encuentra Cataluña, la cual es uno de los principales destinos líderes a escala mundial y europea, siendo una de las comunidades autónomas² con mayor peso turístico a nivel estatal. Cataluña tiene un fuerte impacto turístico internacional con respecto al total de comunidades autónomas españolas, con un 24.3% de los turistas extranjeros de España, también es un fuerte polo de atracción para el turismo nacional, representando el 15.1% de los viajes internos que se realizan en España.

La tendencia del número de visitantes a la comunidad autónoma de Cataluña es creciente desde el año 2012 hasta el 2014, si bien del 2014 al 2015 existe un claro decremento, tal y como puede observarse en la Figura 1.

Las zonas de costa son aquellas que aúnan un importante foco de turistas extranjeros donde representa casi el 95% del total de turistas. Este total se obtiene de la suma de Barcelona (37.6%), Costa Brava (31.5%), Costa Dorada (13.7%) y de la Costa de Barcelona (11.7%). De manera concreta y, como puede observarse, Barcelona es el municipio que se traduce como el mayor polo de atracción turística dentro de Cataluña.

Si bien esta fotografía general de Cataluña hay que mirarla de manera más detallada, ya que es su capital, Barcelona, la principal aglutinadora del turismo tanto nacional como internacional (^{Duro et al. 2011}). En la siguiente Tabla 1 puede observarse el número de turistas extranjeros en Cataluña por marca en el período 2005- 2010.

El rápido crecimiento del sector turístico en la ciudad de Barcelona en los últimos años ha supuesto una afluencia de turistas cada vez más importante, los cuales han tenido un reparto totalmente heterogéneo en las diferentes actividades socioculturales de la ciudad. Las zonas que gozan de un importante patrimonio modernista, así como aquellas que disponen de una gran oferta de ocio nocturno han sido las más beneficiadas. Por otra parte, las visitas a museos también han experimentado un aumento, pero mucho menos significativo.

Fuente: Elaboración propia a partir de datos extraídos de Idescat

Figura 1 Volumen de visitantes en Cataluña en miles de visitantes (2012-2015) 

Barcelona es una gran ciudad con una población total de 1.604.555 habitantes en el año 2015, Ésta cuenta con una elevada variedad de recursos turísticos y es un polo de atracción de visitantes, cuenta con una gran diversidad de equipamientos e importantes infraestructuras (aeropuerto, puerto, etc.).

La ciudad de Barcelona se ha convertido en una referencia para los cruceros del Mediterráneo (^{Garay Tamajón y Cànoves Valiente, 2012}), pero el tipo de turista que aportan se caracteriza por realizar unas estancias muy cortas en la ciudad, por lo que se centran en visitas a los monumentos o edificios más emblemáticos. También la ciudad se ha convertido en punto de encuentro para jóvenes de todo el mundo, en busca de fiesta, sol y playa (^{Legoupil, 2013}). Las ferias y congresos que se celebran regularmente (^{López Palomeque, 1995}), como el Mobile World Congress, atraen turismo de negocios, que sufre del mismo defecto que el turismo de cruceros. Así pues, el segmento que dispone la oferta museística de la ciudad depende en alta medida de dos tipologías de potenciales clientes, que son: las familias en la época estival, y las parejas que realizan escapadas cortas en un espacio temporal concreto.

Fuente: Institut Cartogràfic i Geològic de Catalunya

Figura 2 Mapa de la ciudad de Barcelona 

Si la provincia de Barcelona posee una importante oferta museística con un total de 67 museos, la ciudad de Barcelona posee una alta significación cultural, concentrando de manera notable el patrimonio histórico, artístico y cultural de la comunidad autónoma de Cataluña. Concretamente, ostenta una amplia oferta museística como es el Museo de Arte Contemporáneo o Museo de Nacional de Arte de Catalunya. La oferta museística consta de 22 museos principales en la ciudad, las cuales representan el 32.84% del total (ver Tabla 2), en los que congregan una gran calidad y cantidad de obras artísticas situando la ciudad en el mapa internacional cultural.

Llegados a este punto, es necesario definir primero que se entiende por turismo cultural, entendiéndolo como desplazamiento de personas desde sus residencias hasta los lugares de interés con la intención de recoger una información y experiencias nuevas que satisfagan sus necesidades culturales (^{Richards, 1996}). Sin embargo, de esta noción de turismo, el cual se engloban, a su vez, diferentes tipologías tales como los monumentos, edificios históricos, entre otros, dirige la atención hacia las visitas a museos como un determinante más hacia la atención del cliente potencial hacia la ciudad (^{Prieto, Diez y Lara, 2002}).

Así, los museos cumplen con tres funciones básicas (^{Vacas Guerrero, 2000}):

Cada una de estas tres ramas confluye en la misión del museo al servicio del turismo cultural. Si bien, es importante que los museos de hoy en día pongan especial hincapié en ampliar su campo de acción y “no limitarse a hacer planteamientos expositivos que surjan exclusivamente del interés de los propios gestores, ya que el público, cada vez más exigente, no acepta cualquier orientación, rechazando de plano aquello en lo que no se siente involucrado, ¿cómo lo demuestra? permaneciendo ausente de todas aquellas acciones que no le resulten de utilidad” (Pastor Alfonso, 2003: 110).

El presente artículo plantea por objetivo aportar información sobre el sector museístico de la ciudad de Barcelona a través del impacto del turismo tanto nacional como internacional. Para ello, en primer lugar, se estudia el número total de turistas que visitan los diferentes espacios que conforman la oferta museística de la ciudad, así como los precios dados de cada uno de los museos que nos permitirán determinar el total de ingresos obtenidos en la ciudad con respecto a estos establecimientos.

Si bien, la falta de una producción literaria sobre la investigación del turismo cultural enfocado a los museos concretamente, no nos permite conocer una correcta metodología, así como el impacto que tienen en el sector turístico y en la economía global (^{Bitgood, Patterson, Benefield y Landers, 1986} y Patterson y Bitgood, 1988).

METODOLOGÍA

En este estudio se han recogido una serie de datos de los museos que conforman la oferta cultural de la ciudad de Barcelona para el período de tiempo comprendido entre 2008 y 2012. Estas se han extraído de la Generalidad de Cataluña, Servicio de Museos y Protección de Bienes Muebles.

En base a la definición obtenida en el 2º de los Estatutos del Consejo Internacional de Museos (ICOM): “El museo es una institución permanente, sin fines lucrativos, al servicio de la sociedad y de su desarrollo, abierto al público, que adquiere, conserva, investiga, comunica y exhibe para fines de estudio, de educación y de deleite, testimonios materiales del hombre y su entorno”, seleccionamos la base datos en base a aquellos museos que cumplen con dicha dilucidación. Por ello se realizan los principales ajustes:

Para tratar correctamente los datos a nivel económico se ha optado por una aproximación indirecta que, si bien no tiene una exactitud matemática, sí sirve de manera sesgada dentro del estudio aquí planteado. Así mismo, se ha realizado una búsqueda del precio de las entradas que se han divido en base a dos tipos: general y reducida. La entrada general es la que se aplica habitualmente, mientras que la reducida se cobra a grupos de personas especiales como niños, jubilados, estudiantes o parados.

Una vez clasificado los grupos de entradas se obtiene una media del precio de las entradas a la que se le ha aplicado un proceso deflactación (consiste en eliminar los precios las subidas debidas a la inflación) en base a las tasas de inflación de Cataluña de los ejercicios analizados. Esto supone dividir los precios por 1 más la tasa de inflación, obtenida del Institut d’Estadística de Catalunya (Idescat).

ANÁLISIS Y DESARROLLO DE LOS DATOS

La afluencia de público a los museos de Barcelona

Un primer paso para determinar la importancia económica de la actividad museística de la ciudad de Barcelona es cuantificar debidamente. Así, en la siguiente tabla se muestra el número total de visitantes que han recibido todos los museos que conforman la oferta turística de la ciudad.

Los museos más visitados de la ciudad en cuanto al número total neto de visitantes de la ciudad de Barcelona son, por orden de importancia, el museo del Futbol Club Barcelona (FCB), el Museo Picasso, la fundación Joan Miró, el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC). El resto de museos se encuentran a una notablemente diferenciados en cuanto a visitas recibidas. No deja de ser significativo el hecho de que el museo más visitado de la ciudad sea uno vinculado a un club deportivo como es el caso de un club de fútbol.

Una vez analizado el volumen total de visitas se realiza el análisis económico generado por esta actividad, concretamente en la Tabla 4 se cuantifica el promedio de precios de los museos a precios deflactados.

Se observa como el museo que impone un precio medio más elevado es el del FCB, seguido del museo Picasso, con un precio total para el año 2014 de 23,00 euros y 14,00 euros, respectivamente. Así mismo, el museo con un precio menor es el correspondiente al de Historia Ciudad Vía Sepulcral Romana con un precio medio de 1,75 euros al año 2013.

En la siguiente Tabla 5 se muestran los ingresos por venta de entrada de cada uno de los museos de la ciudad de Barcelona, lo que permite ver cuál es la riqueza generada por cada uno de los museos analizados.

Así, la tabla anterior muestra que los museos que obtienen los ingresos más elevados son, por orden cuantitativo, el museo del FCB, Picasso, Fundación Joan Miró, MNAC y MACBA. En este caso, y de manera lógica, es exactamente el mismo orden que se obtiene en base al número de visitantes, aunque los ingresos del museo del FCB casi triplican al situado en segundo lugar, dato muy significativo. El precio de la entrada tiene un peso muy importante en este apartado, dado que podría haber alterado el orden de importancia.

Las cantidades recaudadas en el resto de los museos son muy despreciables; si bien ya sabemos que no hay ánimo de lucro, cualquier Pequeña y Mediana Empresa (PYME) del país obtiene una facturación superior (Ministerio de Industria, Energía y Turismo, 2014). No obstante, la recaudación es un reflejo de la poca afluencia de visitantes a estas instalaciones.

Los ingresos de los museos respecto al total de los ingresos turístico

Llegados a este punto es necesario poner en contexto los recursos económicos que aportan los museos respecto del total que aporta el sector turístico. Para poder realizar esta relación es necesario obtener las cantidades económicas de todas aquellas actividades relacionadas con el turismo, obteniéndose la siguiente tabla:

Puede afirmarse que los ingresos aportados por los museos al total del turismo son más bien escasos. En el ejercicio correspondiente al año 2011, la partida museística suponía unos 108 millones de euros (un 0.4% del total) frente a los 26.426 millones de euros del total de la actividad turística. Si se tiene en consideración la Tabla 3, de los 118 millones anteriores, 74 millones se obtuvieron de los museos de la ciudad de Barcelona, correspondiendo, por tanto, un aproximado 69% con respecto al total.

Si ahora se toma como referencia el primer año de estudio que hace referencia al 2008, las cifras que se obtienen son de 117 millones de euros (un 0.4% del total) frente 27.855 millones. De estos 117 millones, 60 corresponden a la ciudad de Barcelona. En consecuencia, se puede observar que no ha habido ningún cambio de tendencia en el periodo estudiado. Si bien, la muestra seleccionada se mueve entre los peores años de la actual crisis económica.

En todo caso, queda patente la baja significación desde el punto económico de la actividad museística, ya sea en Cataluña o bien, concretamente, en la ciudad de Barcelona. Los porcentajes de ingresos del 0.4% o inferiores no dejan sino margen de mejora. Sería necesario, por otra parte, ver qué sucede en ciudades turísticas similares como París, Londres, Nueva York, entre otros destinos.

CONCLUSIONES

El turismo ha demostrado tener la capacidad y el potencial suficiente a nivel global para generar un efecto multiplicador en otros sectores económicos. Si bien es importante apostar por la generación de mayor riqueza a través de la búsqueda de nuevos mercados, crear nuevos productos y servicios de calidad y atractivos para el cliente, fomentar la comercialización directa y trabajar para establecer un sistema de trabajo en colaboración con los agentes públicos.

El turismo en Cataluña tiene un gran recorrido y puede convertirse en una clara oportunidad para fomentar el desarrollo de la economía catalana. En este caso, la demanda de turismo cultural se ha disparado a nivel internacional (Hernández Hernández, 2002) generando nuevas conformidades en la ciudad de Barcelona como un potencial mercado turístico.

Por tanto, el incremento turístico experimentado por la ciudad de Barcelona en los últimos decenios no se ha traducido en un aumento de los ingresos aportados por las instalaciones museísticas de la ciudad. El turismo cultural supone una parte ínfima de todo el flujo monetario que generan las actividades turísticas (0.4%), porcentaje ridículo y que supone una apuesta por un tipo de turismo determinado, mucho más dirigido hacia actividades de fiesta y ocio.

Es cierto que la falta de capitalidad de Barcelona hacia el estado español la priva del acceso a equipamientos culturales de primer nivel como el museo del Prado, le Louvre o el British Museum, pero esta desventaja no puede ser excusa para no llevar a cabo una política decidida en favor de este tipo de edificios (museo Gugenheim en Bilbao). Si se quiere un cambio de paradigma turístico en la ciudad, hay una implicación de todas las instituciones para favorecer iniciativas destinadas a dotar a la ciudad de mayor número de bienes culturales, o bien aprovechar los ya existentes de otra manera. No obstante, podemos concluir que el turismo cultural, y concretamente los museos, tienen un gran recorrido en Barcelona y puede convertirse en una oportunidad única para fomentar el desarrollo de la economía tanto en la ciudad de Barcelona como en la provincia.