Desde hace años se vienen implementando una serie de cambios en la forma como se contratan los nuevos egresados en el mundo laboral. Cada día las condiciones económicas del país y del mundo en general, exigen que los nuevos profesionales integren en sus competencias el emprendimiento como proyecto de vida, bien sea, como intraemprendedores (empleados emprendedores) o como empresarios. De ahí la importancia de que los egresados de las diferentes carreras conozcan los conceptos y contextos del emprendimiento a nivel local, regional, nacional e internacional; que identifiquen procesos para la generación y evaluación de ideas, para convertirlas en oportunidades de negocio y las herramientas necesarias para gestionarlas y convertirlas en una realidad.
El sector agroindustrial en Colombia está dentro de los sectores que el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo ha clasificado de clase mundial, por considerar que puede llegar a ser altamente competitivo y productivo ante los estándares internacionales. Para los profesionales que hacen parte del sector, como es el caso de los Médicos Veterinarios Zootecnistas, es una gran oportunidad para incursionar en el mundo empresarial, aportando bienes y servicios que tengan un componente innovador, valor agregado y un factor diferenciador a fin de satisfacer las necesidades, solucionar problemas y carencias o aprovechar oportunidades que los mercados nacional e internacional requieren. De otro lado, crece la demanda de emprendedores capaces de descubrir nuevas alternativas y que anticipen los cambios trascendentales que el uso de la tecnologia está generando.
Se tienen grandes retos para emprender en el sector, ya que las nuevas oportunidades de negocio deben alinearse con los objetivos de desarrollo sostenible, que se enmarcan, de manera especial, con temas directamente relacionados con el agro. Generar empresas bajo unos parâmetros de responsabilidad social empresarial exige que las nuevas generaciones de empresarios sean conscientes del gran compromiso que se tiene con el alto porcentaje de la población que no puede acceder a los sistemas de formación profesional, lo cual conlleva a pensar de manera contundente en el impacto ambiental, social y económico que deben generar las iniciativas empresariales. Otro reto y una gran oportunidad, radica en la implementación de las variables que acompanan la cuarta revolución industrial, con posibilidades de aplicación en el sector, como ya se viene observando.
Es así, como es necesario entender que las actividades que giran alrededor del sector agroindustrial tienen que ser vistas y reconocidas como unidades de negocio rentables, partiendo de la ecuación básica: Ingresos - egresos = utilidad o pérdida. Obliga a que todos los profesionales, independiente de cual sea su área de conocimiento específico, conozcan y tengan un dominio mínimo de los conceptos y fundamentos financieros que se manejan día a día en las diferentes transacciones a las que deben enfrentarse las personas y las empresas. Dando igual importancia a los conocimientos que demanda cada una de las áreas que integran la organización.
Se deben aprovechar las expectativas favorables que hay alrededor del crecimiento del sector en el mediano y largo plazo, acompanadas de fuentes de financiación como el Fondo Emprender, que le apuesta fuertemente a respaldar proyectos relacionados con la agroindustria. Además de los recursos que se ofertan a través de líneas de redescuento como Finagro. A diferencia de otras épocas, hoy las instituciones de educación ofrecen entre sus planes de estudio la posibilidad de que los estudiantes adquieran competencias emprendedoras, que los empoderen para salir al mercado y encajar de la mejor manera ante un sistema cada vez más exigente. En cada uno de nosotros esta asumir el reto y aprovechar o ver pasar la oportunidad. ¿Estás preparado para impactar positivamente el sector?