Introducción
A partir de la década de 1970, los estudios acerca del apoyo social aumentaron a la par del creciente interés por sus relaciones con la salud mental (García-Torres, García-Méndez, & Rivera-Aragón, 2017; Zimet et al., 1988). Según algunas definiciones del apoyo social, este supone una retroalimentación del ambiente y el reconocimiento de que algunas personas pueden brindar el soporte necesario para superar alguna dificultad ante una situación adversa (García-Torres et al., 2017; Mosqueda Díaz et al., 2015). (Cobb. 1976) considera que el apoyo social se compone de tres tipos de información, vinculados a la retroalimentación que el ambiente brinda al sujeto: (1) información que contribuye a que el sujeto se perciba amado, (2) información que conduce al sujeto a sentirse valioso y apreciado, e (3) información que contribuye a que el sujeto sienta que forma parte de una red de comunicación y de responsabilidades recíprocas. Por su parte, (Tolsdorf. 1976) sostiene que el apoyo social incluye tres componentes: (1) la estructura, definida como la cantidad de personas que podrían brindar el apoyo social y la frecuencia de contacto con éstas, (2) el contenido, comprendido como el propósito de la relación, y (3) la función, descrita como soporte o retroalimentación. Por su parte, (Tardy. 1985) analiza los componentes de distintas operacionalizaciones del apoyo social, concluyendo que plantean cinco aspectos fundamentales: (1) dirección, que remite a que el apoyo social pueda ser dado o recibido, (2) disponibilidad, referida a la calidad y cantidad de apoyo social disponible para el sujeto, por un lado, y, por el otro, la utilización real de estos apoyos, (3) objetividad- subjetividad, referida a la descripción de los recursos disponibles y, por otra parte, a la evaluación de los mismos, (4) contenido, que remite a los diferentes tipos de apoyo social, que varían en las distintas situaciones, y (5) red, que refiere a la estructura que brinda el apoyo social.
A partir de la revisión de diversas definiciones de apoyo social, se advierte un elemento común: su cualidad de reforzar el sentido de valía de un individuo, retroalimentando su accionar y brindando soporte a sus necesidades. Sentirse parte de la sociedad, sentirse querido y apoyado, serían las principales funciones del apoyo social. En este sentido, el apoyo social percibido refiere a la evaluación subjetiva que el individuo realiza del apoyo social que recibe (Caplan, 1974; Rodríguez-Espínola & Héctor-Carmelo, 2007); en resumen, la percepción subjetiva de la calidad y la disponibilidad del apoyo brindado por el entorno (Rodríguez-Fernández et al., 2016; Simón et al., 2017). Asimismo, es posible identificar dos dimensiones del apoyo social percibido: en primer lugar, la dimensión estructural, que abarca la cantidad de relaciones sociales de las que dispone el individuo y su interconexión; y, en segundo lugar, la dimensión funcional, definida en relación al modo en que estas redes contribuyen a proveer apoyo a las personas, y la utilidad del mismo (Lin et al., 1985). En la dimensión funcional se identifican a su vez cinco tipos de apoyo social percibido: (1) el apoyo emocional, que remite las expresiones de afecto positivo, la empatía y a la estimulación de la expresión de sentimientos, (2) el apoyo informacional, que refiere al asesoramiento y consejo guía o retroalimentación que se ofrece a una persona, (3) el apoyo tangible, vinculado a la facilitación de recursos materiales, (4) la interacción social positiva, que se refiere a la disponibilidad de otros para hacer cosas divertidas y agradables con la persona, y (5) el apoyo afectivo, relacionado con expresiones de cariño y cuidado hacia la persona (Ekbäck et al., 2013; Lin et al., 1985). (Zimet et al. 1988) destacan especialmente el carácter multidimensional del apoyo social percibido considerando tres fuentes fundamentales del apoyo social emocional: (1) el apoyo social percibido por parte de la familia, (2) el apoyo social percibido por parte de los amigos y (3) el apoyo social percibido de parte de otros significativos.
La Escala Multidimensional de Apoyo Social Percibido
La Escala Multidimensional de Apoyo social Percibido (EMASP) o Multidimensional Social Support Scale (MSPSS) fue diseñada por (Zimet et al. 1988) con el fin de evaluar el apoyo social percibido proveniente de tres fuentes: (1) Familia, (2) Amigos, y (3) Otros significativos. En este sentido, los estudios indicaron que los participantes son capaces de distinguir estas tres fuentes de apoyo social, las cuales junto con el apoyo social percibido en sí, se vinculan a la disminución de distintos síntomas psicopatológicos, como la depresión (Zimet et al., 1988).
La EMASP ha sido utilizada en distintos países como Canadá (Clara et al., 2003), China (Chou, 2000; Zhang & Norvilitis, 2002), Chile (Arechabala Mantuliz & Miranda Catillo, 2002), Colombia (Trejos-Herrera et al., 2018), Corea (Park et al., 2012), Brasil (Gabardo-Martins et al., 2017), Estados Unidos (Calvete & Connor-Smith, 2006; Heo et al., 2020; Zimet et al., 1988), España (Ramos et al., 2017; G. D. Zimet et al., 1990), Francia (Bouvard, 2015), Grecia (Tsilika et al., 2018), Irán (Bagherian-Sararoudi et al., 2013), Japón (Tonsing et al., 2012; Ueda et al., 2020), Malasia (Akhtar et al., 2010), Pakistan (Akhtar et al., 2010; Rizwan & Aftab, 2009), Polonia (Katarzyna, 2013), Portugal (Martins et al., 2011), Rusia (Pushkarev et al., 2018), Sudáfrica (Bruwer et al., 2008), Suecia (Ekbäck et al., 2013), Tailandia (Wongpakaran & Wongpakaran, 2012; Wongpakaran, Wongpakaran, Sirirak, & Zimet, 2017), Turquía (Basol, 2008; Duru et al., 2007; Eker & Arkar, 1995) y Uganda (Nakigudde et al., 2009), presentando propiedades psicométricas adecuadas en cuanto a su validez interna, externa y confiabilidad en su formato de tres fuentes.
En dichos contextos, el instrumento ha sido empleado en múltiples poblaciones, tales como, estudiantes universitarios (Calvete & Connor-Smith, 2006; Clara et al., 2003; Duru et al., 2007; Eker & Arkar, 1995; Rizwan & Aftab, 2009; Zimet et al., 1988; Zimet et al., 1998), trabajadores (Gabardo-Martins et al., 2017), mujeres en tratamiento de fertilidad (Martins et al., 2011), mujeres embarazadas (Akhtar et al., 2010; Zimet et al., 1990), mujeres adolescentes con hirsutismo (Canty-Mitchell & Zimet, 2000; Zimet et al., 1990), pacientes con diagnóstico de trastornos psiquiátricos (Cecil et al., 1995; Vaingankar et al., 2012), pacientes cardiacos (Heo et al., 2020; Kleim et al., 2008; Pedersen et al., 2009; Pushkarev et al., 2018), pacientes con infecciones respiratorias (Levin et al., 2009), adultos mayores (Arechabala Mantuliz & Miranda Catillo, 2002; Lopez Ramos et al., 2017; Stanley, Beck, & Zebb, 1998; Wongpakaran et al., 2017) y mujeres en etapa de puerperio (Nakigudde et al., 2009) (Tabla 1).
Si bien la EMASP ha generado amplios consensos sobre su administración en el contexto internacional, a su vez, ha suscitado ciertos debates respecto de su estructura factorial. Según (Ramos Lopez et al. 2017), la Escala presenta una estructura factorial de tres factores de primer orden y un factor de segundo orden - Modelo 1 -; otros trabajos identifican una estructura factorial de tres factores de primer orden - Modelo 2 - (Bouvard, 2015; Bruwer et al., 2008; Trejos-Herrera et al., 2018); o una estructura de dos factores -Modelo 3- (Chou, 2000).
El Modelo 1 ha sido representado en el estudio inicial realizado por Zimet et al., (1988) y en trabajos recientes, como el de (Ramos Lopez, et al. 2017), en el que el análisis factorial confirmatorio indicó una estructura de tres factores de primer orden: (1) Apoyo Social Percibido de Familia, (2) Apoyo Social Percibido de Amigos, y (3) Apoyo Social Percibido de Otros Significativos; identificando, asimismo, al Apoyo Social Percibido como factor de segundo orden.
Por su parte, el Modelo 2 ha sido el más reportado por varios estudios dedicados a explorar las propiedades psicométricas de la EMASP (Gabardo-Martins et al., 2017; Katarzyna, 2013; Trejos-Herrera et al., 2018; Tsilika et al., 2018; T Wongpakaran & Wongpakaran, 2011); los cuales coinciden en que cada factor se compone por cuatro ítems: Apoyo Social Percibido Familia (ítems 3,4,8,11); Apoyo Social Percibido Amigos (ítems 6,7,9,12); Apoyo Social Percibido Otros Significativos (ítems 1,2,5,10). Los valores reportados de RMSEA varían entre 0.049 y 0.093.
En el caso del Modelo 3, los resultados del estudio llevado a cabo por Chow (2000), a diferencia de otros trabajos previos, indicaron una solución de dos factores en la que se conserva el factor Apoyo Social Percibido de Familia, tal como lo propusieron los autores originales, y se fusionaron los factores Apoyo Social Percibido de Amigos y Apoyo Social Percibido de Otros Significativos. El autor considera que la estructura de dos factores en lugar de la de tres factores propuesta por Zimet et al., (1988) responde, por un lado, a particularidades del lenguaje y la cultura china, y, por el otro a singularidades de la muestra, adolescentes de entre 17 y 18 años, etapa de la vida donde el grupo de pares y amigos podría integrarse al mismo tiempo con el constructo de otros significativos (Chou, 2000).
Atendiendo a la necesidad de contar con herramientas de evaluación validas en el contexto local, y dada la diversidad de evidencias respecto a los factores que componen la EMASP, el presente estudio se propone adaptar y validar la Escala en el contexto argentino. A tal efecto se comparan los tres modelos presentados: (1) modelo de tres factores de primer orden con un factor de segundo orden (2) modelo de tres factores de primer orden, (3) modelo de dos factores de primer orden. Posteriormente, se propone realizar la validez cruzada por sexo y presentar evidencias de validez externa.
Método
Diseño y participantes
En el presente estudio se ha elegido un diseño instrumental (Montero & León, 2007). La muestra, de tipo intencional, incluye a 1278 adultos nacidos en argentina con edades que oscilan entre los 18 y 83 años (M = 44,50 DE = 13,86) y de ambos sexos (Mujeres= 66%, Hombres=34%).
Técnicas de evaluación
Multidimensional Scale of Percived Social Support (MSPSS) | Escala Multidimensional de Apoyo Social Percibido (EMASP). La MSPSS (Zimet et al., 1988) es una medida de autoinforme de 12 ítems que evalúa la percepción de apoyo social proponiendo tres fuentes: (1) Familia (e.g. “Recibo la ayuda emocional y el apoyo que necesito de mi familia”) (2) Amigos (e.g. “Mis amigos realmente tratan de ayudarme”) y (3) Otros significativos (e.g. “Hay una persona especial con quien puedo compartir alegrías y tristezas”). Los ítems se califican mediante una escala tipo Likert con un puntaje que oscila desde 1 (muy en desacuerdo) hasta 7 (muy de acuerdo).
Patient Health Questionnaire (PQH-9) | Cuestionario de Salud del Paciente (CSP-9). El PQH-9 (Kroenke et al., 2010) es una breve medida de autoinforme que evalúa presencia y gravedad de sintomatología depresiva, compuesta de sólo 9 Items (e.g. “Escaso interés o placer en hacer cosas”). Las respuestas se organizan mediante una escala tipo Likert de 4 puntos que oscila entre 0=No, en absoluto y 3= Casi todos los días (Kroenke et al., 2010). Para el presente estudio se empleó una versión validada en el contexto local (Urtasun et al., 2019).
Cuestionario de datos sociodemográficos.Se elaboró un cuestionario ad hoc que solicitó a los participantes consignar la edad, el sexo y el nivel de estudios.
Procedimiento
Para la adaptación y validación de la EMASP se solicitó permiso a sus autores y posteriormente se realizó una retrotraducción de la escala original (González-Ruiz & Bolaños-Medina, 2016), manteniendo el sentido psicológico de cada término. Para tal fin, un grupo de psicólogos bilingües o con amplio conocimiento del idioma colaboraron en la evaluación de la pertinencia en la traducción de los ítems (ver Anexo 1). El estudio se realizó en residentes de la Provincia y Ciudad Autónoma de Buenos Aires mediante un cuestionario diseñado en Google Forms que fue publicado en grupos de Facebook de distintas provincias argentinas, y en el feed de Instagram entre diciembre de 2019 y junio de 2020. En la primera página del formulario se presentó un consentimiento informado a ser firmado por los participantes.
Aspectos éticos
El proyecto marco en el que se ha llevado a cabo este estudio fue evaluado y aprobado por el comité de Ética de la Universidad de Buenos Aires. Los participantes completaron el instrumento de forma voluntaria y ninguno de ellos recibió una compensación económica por participar. Se les solicitó su consentimiento informado, cumpliendo con los códigos de conducta ética que establece el Consejo Nacional de Investigación Científica y Técnica (CONICET) (Res. D N° 2857/06). Así también, se expuso a los participantes que los resultados serían empleados con fines exclusivamente científicos-académicos en consonancia con la Ley Nacional 25.326 de protección de los datos personales.
Análisis de Datos
En la adaptación y validación la EMASP se utilizó la estadística descriptiva e inferencial mediante el software estadístico SPSS 25 y del programa Lisrel 8.80. A partir del uso de estas herramientas se analizó la validez de constructo empleando un análisis factorial confirmatorio (Medrano & Muñoz- Navarro, 2017). Con este objetivo se utilizó el método de estimación de máxima verosimilitud robusta (Holgado-Tello, 2018). Para evaluar la bondad de ajuste del modelo se consideraron el χ2, el Índice de Ajuste Incremental o Incremental o Fit Index (IFI), el Índice de Ajuste Normado o Normed Fit Index (NFI), el Índice de Ajuste No Normado o Non-Normed Fit Index (NNFI), el Índice de Ajuste Comparado o Comparative fit index (CFI) y el Error de Aproximación Cuadrático Medio Root Mean Square Error of Approximation (RMSEA) ya que se consideran los indicadores más robustos para estimar modelos factoriales (Medrano & Muñoz- Navarro, 2017). Se propuso una validación cruzada generando dos submuestras de acuerdo con el sexo: Mujeres = 843 Hombres= 435, y empleando los mismos índices de ajuste (CFI, NNFI , IFI y RMSEA). Asimismo, para obtener evidencias de validez externa se calcularon correlaciones mediante r de Pearson con el Patient Health Questionnaire -PQH-9-.
La consistencia interna fue analizada mediante el coeficiente Alpha de Cronbach tal como se presenta en diversos estudios (Hederich-Martínez & Caballero Dominguez, 2016; Lara et al., 2020) y el Omega de McDonald, siguiendo las recomendaciones de la literatura (Ventura León & Caycho Rodriguez, 2017).
Resultados
Análisis Factorial Confirmatorio
Con el objetivo de adaptar la EMASP se llevó a cabo en primer lugar un análisis factorial confirmatorio (AFC), a través de una estimación Robusta de Máxima Verosimilitud (MLR), considerándose los índices de bondad de ajuste χ2, IFI, (Incremental Fit Index), NNFI (Non-Normed Fit Index), CFI (Comparative fit index) y RMSEA (Root-Mean-Square Error of Approximation) (Holgado-Tello et al., 2009). A fin de contrastar tres posibles modelos se compararon el modelo de tres factores de primer orden y uno de segundo orden (Modelo 1), el modelo de tres factores de primer orden (Modelo 2) y el modelo de dos factores de primer orden (Modelo 3), tal como propusieron distintos autores (Chou, 2000; Ramos et al., 2017; Trejos-Herrera et al., 2018). Tanto el Modelo 1, como el Modelo 2 presentan índices de ajuste aceptables. Sin embargo, el Modelo 2 muestra un mejor ajuste, tal como ha sido sugerido en la literatura (Trejos-Herrera et al., 2018). Con el fin de comparar los modelos se consideraron los valores de AIC y CAIC, se destaca que menores valores son indicadores de mejor ajuste del modelo. Se observa un menor valor de AIC y CAIC en el Modelo 2, señalando un mejor ajuste, como se muestra en la Tabla 2.
Nota: Se utilizó el modelado de ecuaciones estructurales para el análisis. IFI= Índice de Ajuste Incremental, NNFI= Índice de Ajuste. No Normado, CFI= Índice de Ajuste Comparado RMSEA= Error cuadrático medio de aproximación. AIC=Aikake Information Criterion. CAIC= Consistent CAIC
A continuación, se presentan las Figuras 1, 2 y 3, correspondientes a los tres modelos.
Los resultados del AFC aportan evidencia en favor de confirmar el Modelo 2, coincidentemente con gran parte de la literatura (Trejos-Herrera et al., 2018; Wongpakaran & Wongpakaran, 2011). Por su parte, el Modelo 1 muestra índices de ajuste adecuados, aunque el RMSEA resulta ligeramente elevado. Sin embargo, según indican ciertos autores en torno a 0.08 se considera como aceptable (Morata- Ramirez et al., 2015).
Validez cruzada
En cuanto a la validación cruzada, se observa que tanto para la población femenina, como para la masculina se obtuvieron índices de ajuste adecuados para el Modelo 2, tal como se presenta en la Tabla 3.
Consistencia Interna
Se evaluó la consistencia interna a partir del estadístico Omega de McDonald y el Alpha de Cronbach (Ventura León & Caycho Rodriguez, 2017), obteniendo guarismos aceptables para las tres subescalas (Barbero García et al., 2015) (Tabla 4).
Evidencias de Validez Externa
En cuanto a la validez externa se realizó un análisis correlacional entre la EMASP y el Patient Health Questionnaire-9 (PQH-9), atendiendo a la pertinencia teórica de la relación de ambos constructos. Al respecto, se han estudiado las relaciones entre el apoyo social percibido y el Trastorno Depresivo Mayor, hallándose correlaciones negativas entre ambos constructos, dado que un bajo apoyo social percibido ha sido relacionado a un incremento de los síntomas de Trastorno Depresivo Mayor. Se obtuvieron relaciones negativas moderadas entre las distintas dimensiones de la EMASP y el PQH-9 (Tabla 5).
Discusión
El objetivo de este trabajo fue adaptar y validar la Escala Multidimensional de Apoyo Social Percibido (EMASP) en población residente en la Provincia y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Argentina). La EMASP permite evaluar el apoyo social emocional percibido en tres fuentes: Familia, Amigos y Otros significativos. Los 12 ítems de la EMASP son similares a los que componen la versión original (Dahlem et al., 1988). Se propusieron tres modelos posibles a fin de compararlos y analizar su grado de ajuste. El Modelo 1, tanto como el Modelo 2, presentan índices de ajuste adecuados. Sin embargo, el Modelo 2 presenta un menor RMSEA, valores más elevados de CFI, NNFI e IFI, y menores valores de AIC y CAIC, señalando un mejor ajuste que el Modelo 1. Por su parte, el Modelo 3 presenta índices de ajuste inadecuados. En síntesis, a partir del análisis factorial confirmatorio del Modelo 2 se puede observar un buen ajuste de los datos al modelo de tres factores de primer orden, tal como indican estudios anteriores (Bouvard, 2015; Duru et al., 2007; Trejos-Herrera et al., 2018;Wongpakaran & Wongpakaran, 2012).
Se destaca que los valores de los parámetros estimados resultan adecuados. Así mismo el RMSEA presenta valores aceptables, considerando que en la literatura se observa que en las distintas validaciones este valor ha oscilado entre 0.049 y 0.10 (Duru et al., 2007; Pushkarev et al., 2018; Trejos-Herrera et al., 2018; Wongpakaran & Wongpakaran, 2012). Al respecto, se destaca que aquellos valores de RMSEA que indican un buen ajuste se presentan en torno a 0.05, y un ajuste adecuado en torno a 0.08 (Morata- Ramirez et al., 2015). La validación cruzada por sexo presenta valores adecuados de los distintos índices de ajuste considerados.
En cuanto a la confiabilidad, el coeficiente Omega de McDonald y el Alpha de Cronbach muestran valores adecuados en cada uno de los factores indicando adecuadas propiedades psicométricas.
Por último, se utilizó el Patient Health Questionnaire-9 (PQH-9-) para analizar la validez externa de la EMASP, atendiendo a los amplios antecedentes científicos que vinculan al apoyo social percibido con el Trastorno Depresivo Mayor (Noteboom et al., 2016; Wang et al., 2014). En el presente estudio, tal como se esperaba, todas las dimensiones de la EMASP correlacionan moderadamente de forma significativa y negativa con el PQH-9. Cabe destacar que distintos estudios analizaron la validez externa de la EMASP en relación a distintas escalas que evaluaban síntomas depresivos, hallando resultados similares (Bouvard, 2015; Chou, 2000; Pushkarev et al., 2018). El valor y la dirección de las correlaciones halladas entre la EMASP y el PQH-9 son similares a los valores reportados en estudios anteriores, como es el caso del realizado por (Chou. 2000).
Entre las limitaciones de este estudio se destacan que la población arribada para el estudio se reduce únicamente a habitantes de la Provincia y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Asimismo, se trata de una muestra de participantes de población general, por lo que se recomienda, para futuros estudios diversificar a distintas poblaciones como la clínica, estudiantes universitarios, docentes, entre otros.