Introducción
Este artículo tiene como objetivo principal describir el sistema de producción y comercio de cocaína en el Perú, lo que implica tres objetivos específicos: (i) describir las actividades y tareas de la cadena de suministro de cocaína, (ii) identificar y describir a los actores relacionados a esas actividades y tareas, y (iii) a partir de ambos elementos reconstruir el sistema de interacción. Para ello, se ha realizado un estudio exploratorio basado en la sistematización de fuentes secundarias y entrevistas a informantes expertos.
Los resultados muestran un sistema de segmentos desconcentrados, que no presentan unidad organizacional ni núcleo administrativo y, por ende, los liderazgos están asociados a fragmentos en la cadena de suministro y a territorios específicos. Esto discute la idea de un control monopólico o de carteles que controlen todo el sistema. Se trata, más bien, de un sistema con una lógica segmentaria y dispersa, con actores que compiten entre sí y que se organizan de manera coyuntural. Este resultado es relevante, pues brinda información para analizar la pertinencia de las políticas e instrumentos de control de oferta de cocaína en el Perú; asimismo, permite una discusión respecto a la función y capacidad de los actores en las dinámicas económicas y lógicas de producción y comercio de cocaína en relación con el complejo entramado del sistema.
Actores y organizaciones en la cadena de suministro de la cocaína
El clorhidrato de cocaína (cocaína) es un bien de consumo global (Gootemberg, 2003) y elemento central de una amplia y compleja cadena de valor que genera una de las más importantes y rentables economías ilegales del mundo (Gootemberg, 1999; UNODC, 2016).
El tráfico de cocaína implica una amplia e intrincada dinámica de producción, transporte y comercio (Jensen & Dignum, 2021) y, por ende, el estudio de los actores y organizaciones que lo realizan y dinamizan es fundamental (Natarajan et al., 2015). Como la dinámica de esta cadena se asocia a la discusión sobre el crimen organizado, se suele relacionar con la figura grupo delictivo organizado (que en algunas legislaciones aparece como organizaciones criminales): “grupos u organizaciones compuestos por tres o más personas, con permanencia en el tiempo y actuar concertado para cometer uno o más delitos graves” (UNODC, 2004, p. 5). Estos grupos tienden a caracterizarse por tener estructuras más sofisticadas (jerarquías y administración) y especializadas en comparación con otros delincuentes (Travaglino & Drury, 2020).
Sin embargo, la producción y comercio de cocaína implica gran diversidad de actores (Calderoni, 2012; Calderoni & Piccardi, 2014; Morselli & Petit, 2007), que no necesariamente encajan en la definición de organización criminal. La evidencia muestra un entramado heterogéneo y difuso de actores individuales (no organizados) que forman parte de la cadena de suministro (Natarajan & Belanger, 1998; UNODC, 2002) y emprenden tareas de manera ocasional (Desroches, 2005; Natarajan, 2011, Pearson & Hobbs, 2001, 2003): personas involucradas en operaciones de transporte, almacenamiento o resguardo de drogas (Colombié et al., 1999), personas que transportan cocaína al menudeo (Castillo-Algarra & Ruiz-García, 2022), importadores (Calderoni, 2012), micro comercializadores (Adler, 1993; Knowles, 1996), entre otros.
Asimismo, participan un conjunto de organizaciones no criminales (pero que pueden cometer delitos): asociaciones de cocaleros (Zevallos & Mujica, 2013), organizaciones locales que cumplen tareas de transporte y procesamiento de cocaína (Van Dun, 2014, 2019), laboratorios y agentes proveedores de insumos químicos (Kenney, 2012), organizaciones políticas (Durand Ochoa, 2014; Williams, 1998) y empresarios.
Por tanto, el estudio sobre la organización de la cadena de suministro de cocaína implica preguntarse, ¿qué forma asume este sistema? (lo que requiere estudiar el entramado de tareas y actividades realizadas por actores y organizaciones).
La literatura especializada muestra que el tráfico ilícito de cocaína a nivel global se compone en un sistema de redes flexibles (Morselli, 2010; Paoli, 2002). Incluso, en los compartimentos en donde participan estructuras jerárquicas, la investigación muestra su carácter dinámico y conectado con otras estructuras, organizaciones y grupos.
Sobre el comercio internacional se sostiene que las decisiones y actividades no están concentradas en un núcleo (Calderoni & Piccardi, 2014). Con algunos casos excepcionales (Hofmann & Gallupe, 2015), la visibilidad y centralidad de las operaciones delictivas se concentra en agentes críticos intermedios (Morselli & Petit, 2007; Morselli, 2010) o periféricos (Calderoni, 2012), que en muchos casos se asocian coyunturalmente a la cúpula principal. Así, p. ej., a pesar de la composición jerarquizada de la mafia (Krauthausen, 1994), su participación en el tráfico ilícito de cocaína es posible a partir del tejido de una red difusa y flexible con otros actores organizados, no organizados, criminales y no criminales que procuran beneficios comunes.
La literatura también da cuenta de diversas redes y organizaciones asociadas a la cadena de suministro en países de América Latina (Gootenberg, 2008), conexiones con Centroamérica (Walker, 1989), África (Zaitch, 2002) y otros continentes (Ruggiero & Khan, 2006). Los actores de la red llegan a contemplar incluso a empresas de aduanaje (Von Lampe, 2012), transporte aéreo y marítimo (Caulkins et al., 2009), funcionarios aeroportuarios (Kleemans & van de Bunt, 2008), funcionarios estatales (Woodiwiss, 2012), políticos (Kostakos & Antonopoulos, 2010), diplomáticos (Naylor, 2002), actores asociados al lavado de activos (Farfán-Méndez, 2019).
Los estudios sobre redes, actores y organizaciones en los países andinos productores (Kenney, 2012) muestra también heterogeneidad en el sistema. Se ha mostrado el carácter compartimentalizado de los actores en torno a la producción de cocaína (Kenney, 2007) en múltiples casos de organizaciones del “narcotráfico” durante el siglo XXI (Valdés, 2013). Otras aproximaciones centraron su atención en la dinámica organizacional de cultivos de hoja de coca en Perú y Bolivia (Ramírez, 2011; Van Dun, 2009; Zevallos, 2016). Los eslabones de producción muestran también un carácter compartimentalizado, especializado y descentralizado, una estructura de redes heterogéneas (y no una estructura piramidal) (Kenney, 2010).
Tanto la producción, como el tráfico y comercio de cocaína, opera en función a una estructura de redes difusas, diversas y complejas que integran un patrón fragmentario, compuesta por diversos tipos de grupos según los eslabones de la cadena. El sistema se asemeja menos a la formación de un cartel o una estructura integrada o piramidal, y más a la composición de un sistema segmentario.
Las estructuras con centro de poder decisional (p. ej., un cartel) implican una jerarquía funcional. El núcleo administrativo le da sentido a cada uno de los niveles jerárquicos: un escalón de dirigencia que toma decisiones ejecutivas, escalones de administración y estrategia operativa, supervisión de las operaciones, protección de miembros; escalones de operaciones específicas, distribución, venta, control territorial, administración de la violencia (que se asemejan a la estructura de una corporación) (Potter, 2008).
Así, se evidencian sistemas que funcionan sin un eje central de articulación. La dinámica de producción y comercio de cocaína implica una acción simultánea de varios hechos delictivos diferentes, pero asociados a una misma racionalidad. Se puede sostener que constituyen un sistema de red difusa, que opera a partir de actividades especializadas en muchos territorios, en simultáneo, secuencialmente entre ellas (Kenney, 2007).
La literatura especializada sobre la estructura organizacional y el sistema de organizaciones del tráfico ilícito de cocaína, con énfasis en países productores de América Latina, se ha concentrado en la descripción de los carteles (Carrión, 2015). Al respecto, en Colombia, la investigación ha mostrado la fragmentación de los carteles en unidades clandestinas (Garzón & Olson, 2013), modificaciones en el ejercicio de la violencia (Corte & Giménez-Salinas, 2010), y la estructura flexible de las organizaciones en torno a la producción de derivados (Kenney, 2007) y su distribución al menudeo (Cortés & Parra, 2011). En Bolivia, los estudios se concentran en mostrar el carácter sindical de la organización de los campesinos cocaleros (Arrueta, 1997), así como la importancia de las redes de parentesco y otras conexiones personalizadas (Grisaffi, 2022).
En Perú, la mayoría de los estudios se concentran en los discursos y acciones del movimiento cocalero (Kernaghan, 2009; Zevallos & Mujica, 2013), frente a las medidas de control del cultivo de hoja de coca (Van Dun, 2009; Zevallos, 2016). Existen estudios de la producción de hoja de coca y cocaína como actividad económica, que muestran la expansión histórica de la cocaína como un bien de consumo global (Gootemberg, 2003, 2006, 2008), así como investigación que aporta descripciones y explicaciones sobre la estructura y dinámica de la cadena de suministro del mercado ilegal de la cocaína en el Perú (Zevallos, 2022). Sin embargo, no hay estudios registrados sobre el sistema de producción y comercio o sobre los patrones de organización del entramado completo.
Metodología
Diseño
En este estudio se propone una descripción general de carácter exploratorio y descriptivo del sistema de producción y comercio de cocaína en el Perú, basado en un diseño cualitativo. Se realizó un estudio que sistematizó la información disponible de fuente secundaria producida en el Perú en la segunda década del siglo XXI y se recolectaron datos de informantes clave.
Instrumentos
Para reconstruir y validar el inventario de actores con funciones específicas en la cadena de suministro, se trabajó con una muestra direccionada en la que se aplicó (i) una guía de entrevista semiestructurada sobre el funcionamiento de la cadena de producción y comercio de cocaína a 45 expertos seleccionados por su experiencia y conocimiento en el área operativa o en la política de drogas; (ii) un panel con un grupo de los expertos para validar los resultados; (iii) fichas de registro de datos bibliográficos de publicaciones acerca de actividades o tareas en la producción y comercio de cocaína (10 publicaciones indizadas e informes técnicos de organizaciones de sociedad civil), de archivo oficial (15 informes del Estado y agencias internacionales), de archivo periodístico (9 informes), y de (32) casos procesados y sentenciados de narcotráfico del sistema de justicia.
Participantes
Partiendo del trabajo previo de reconstrucción de la cadena de suministro de la cocaína desarrollado entre el 2017 y 2021 (Zevallos, 2022), y del convenio entre el Instituto de Criminología y el Centro de Altos Estudio Nacionales del Perú (vigente durante el 2022), se recolectó información de una muestra direccionada de 45 sujetos expertos en el trabajo operativo o en política de drogas de las instituciones del Estado peruano y de la academia (los participantes debían ser expertos temáticos en, al menos, una de las fases de producción y comercio de drogas): (1) miembros de las fuerzas policiales, funcionarios de la Comisión para el Desarrollo y Vida sin Drogas (DEVIDA), miembros del Ministerio Público, funcionarios del Ministerio del Interior (Mininter); (2) investigadores académicos especialistas en el análisis de producción y comercio de cocaína, y (3) actores locales del Valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (VRAEM) (la zona de mayor producción de hoja de coca y cocaína del Perú). Se elaboró una lista de actores y se completó toda la muestra para generar consistencia en los resultados.
Procedimientos
Paso 1: reconstruir y analizar la cadena de suministro de la cocaína en el Perú. Se entiende una cadena de suministro como aquella que “abarca los procesos de transformación, mediante los cuales las ideas y las materias primas se convierten en bienes y servicios terminados para proveer a los clientes” (Krajewski & Ritzman, 2000). Los eslabones de esta cadena se pueden descomponer en actividades, que se entiende como “la realización secuencial e integrada de diversas acciones necesarias para alcanzar (…) objetivos específicos” (Ander-Egg, 2008). Aquellas acciones son tareas (una acción concreta y específica en esa secuencia, de modo que “un conjunto de tareas configura una actividad”) (p. 64).
Paso 2: elaborar un inventario de clases de actores (organizaciones, grupos, actores individuales) que realizan actividades en, al menos, un eslabón, de la cadena de suministro.
Paso 3: diagramar la interacción entre los eslabones, las actividades, las tareas y los actores de la cadena de suministro para configurar una forma del sistema. Se entiende un sistema como el conjunto de elementos relacionados entre sí, que funciona como un todo complejo.
La composición del objeto de estudio es un “sistema de acción concreto” (Crozier & Friedberg, 1990), entendido como:
un conjunto humano estructurado, que coordina las acciones de sus participantes mediante mecanismos de juego relativamente estables y que mantiene su estructura, es decir, la estabilidad de los juegos y relaciones que existen entre estos mediante mecanismos de regulación que a su vez constituyen otros juegos (… y que) mantiene una determinada permanencia, pero se transforma y se adapta. (p. 233-236)
Una forma específica es un “sistema de acción concreto humano”, que implica el funcionamiento de los juegos de interacción en una secuencia. Las organizaciones son una clase particular de sistema de acción concreto, pero se caracterizan por tener una “estructura más fuerte, existencia de objetivos claros, formalización de juegos en torno a esos objetivos, conciencia de la existencia de estos objetivos y responsabilidad asumida parcialmente, al menos por los dirigentes de algunas de las regulaciones” (Crozier & Friedberg, 1990, p. 236).
Por ende, un sistema de acción concreto humano “puede incluir una o más organizaciones o estar atravesado por estas” (Crozier & Friedberg, 1990, p. 160). Un grupo, en cambio, implica un nivel de coordinación de esfuerzos (interdependientes) aunque temporales y flexibles, en función a una actividad específica (Roda, 1999), de modo que puede haber diversos grupos en una organización o en un sistema. A su vez, estos sistemas pueden implicar diversos tipos de redes, redes piramidales, que implican una jerarquía vertical y estable; redes de segmentos, que se componen por varios grupos de funciones con conexiones ocasionales, que tienden a ser difusas, pues las funciones se mantienen, pero no siempre los actores, generando un amplio espectro de posibilidades de conexión.
Asumimos que el sistema de acción concreto humano de producción y comercio de cocaína, implica las tareas y actividades que llevan al cultivo de la planta que genera hoja de coca y terminan en el consumidor final del clorhidrato de cocaína derivado.
Análisis de datos
Para el desarrollo del análisis de datos se adaptaron elementos del método de análisis de crime-scripts. Este método busca comprender al delito como un proceso de pasos y decisiones (Clarke & Cornish, 1985), para organizar sistemáticamente los procedimientos y los recursos funcionales a cada etapa del proceso de un delito específico (Cornish, 1994). Es un modelo de elección racional que (i) da cuenta de las opciones y decisiones tomadas antes, durante y después de cometer un delito, (ii) detalla la secuencia de acciones diferentes y necesarias para cometer un delito de inicio a fin, y (iii) muestra, a manera de cadena, la interacción entre los actores y sus acciones, ubicaciones, papeles y plazos en función del objetivo delictivo general (Leclerc, 2013, 2017).
En ese sentido, la sistematización para la reconstrucción de los crime-scripts de todos los pasos y etapas se realizó en tableros de contraste en Excel, donde se registraron las variables ‘eslabón’, ‘actividad’, ‘tarea’, ‘actor’ por cada entrevista, registro bibliográfico, registro documental y registro de observación de campo. Posteriormente, se catalogaron las unidades de actores disponibles: cantidad, disposición territorial, funciones diferenciadas. A partir de los datos catalogados en los tableros, se reconstruyó la versión (expuesta en este artículo) de la cadena de suministro diagramada en eslabones, actividades y tareas. A partir de esta se configuró un análisis de la arquitectura de la red de actividades y actores, según territorialidad y conectividad, y se procedió a diagramar el modelo de sistema con el software Draw.io.
Resultados
La cadena de suministro en la producción y comercio de cocaína en el Perú
Es posible descomponer y describir la cadena de producción y comercio de la cocaína en el Perú en cuatro eslabones secuenciales y estos se descomponen en actividades (A) (que son las etapas operativas; Zevallos, 2022, p. 40): (1) abastecimiento de materias primas (A1 Abastecimiento de hoja de coca y A2 Abastecimiento de insumos químicos); (2) producción o transformación de estas materias primas en bienes de consumo (A3 Producción de pasta básica de cocaína y A4 Producción de clorhidrato de cocaína); (3) comercio mayorista (A5 Comercio mayorista interno de derivados cocaínicos y A6 Exportación de derivados cocaínicos); (4) comercio minorista (A7 Venta minorista de derivados cocaínicos). Los eslabones y actividades se descomponen en un conjunto de tareas específicas (véase Figura 1).
Tres consideraciones: primera, la producción de hoja de coca sucede (i) en muchos territorios del Perú en simultáneo y (ii) durante todo el año, pues a pesar de las diferencias en la dinámica de cultivo este es constante y no hay una estacionalidad determinante (DEVIDA, 2021b). Segunda, la secuencia no debe entenderse como una única línea de producción y comercio, sino como múltiples líneas funcionando simultáneamente, que se suceden, yuxtaponen, intersecan y compiten en la misma actividad y tarea. Tercera, la cadena de tareas es amplia, compleja y diversa y, por ende, no implica una línea jerárquica y estable que atraviese todo el sistema, sino que este se dispone a través de diversos actores (individuos, grupos, organizaciones) funcionando en encadenamientos complejos y territorialmente dispersos.
Actores dispersos y heterogéneos
Por medio de la revisión de literatura especializada, documentos institucionales de agencias del control de drogas y entrevistas, se ha construido un inventario de actores (individuos, grupos u organizaciones), según eslabones funcionales que implican actividades y tareas, o conjuntos de tareas en la cadena de suministro de la cocaína. Por ende, cada actor es una síntesis conceptual para referirse a agentes que realizan tareas (o grupos de tareas); de ahí que en la práctica haya sujetos que pueden realizar varias tareas en más de una actividad de la cadena de suministro.
El ejercicio requiere tres consideraciones: (i) se han listado los actores directamente relacionados con la cadena de suministro, es decir, aquellos que cumplen una o más de las tareas de producción o comercio; (ii) se excluyen del listado los actores que participan indirectamente en la cadena que facilita estos procesos, sin cumplir directamente alguna de las tareas (p. ej., servidores o funcionarios públicos que omiten el cumplimiento de sus funciones en beneficio de aquellas tareas y actividades), y (iii) en el listado resultante es posible diferenciar a los actores a partir de dos criterios: (a) si esta tarea o actividad es necesaria o no para el desarrollo de la cadena, y (b) si esta tarea o actividad se realiza o no de manera exclusiva para la cadena. Algunos de estos actores son exclusivos de la cadena (los productores de derivados cocaínicos, p. ej., ya que solo pueden producir estos bienes para esta cadena de suministro), pero también hay actores necesarios, pero no exclusivos (los agricultores cocaleros, p. ej., ya que pueden proveer de hoja de coca al consumo tradicional o industrial, que no pertenece a esta cadena de suministro).
Hay tres elementos transversales resultantes: (i) cada actor aparece disperso en el territorio y no hay concentración geográfica en ningún caso; (ii) funcionan como actores sin conexión entre ellos, sin coordinación ni núcleo operativo, aun cuando cumplen la misma función, y (iii) cada línea de actividades y tareas implican muchos individuos, grupos u organizaciones funcionando en paralelo (véase Tabla 1).
El sistema de producción y comercio de cocaína en el Perú
Los datos muestran una cadena de suministro - que permite reconstruir la trama de eslabones, actividades y tareas- y un conjunto de actores (individuos, grupos, organizaciones) en cada grupo de tareas, que se muestra heterogéneo, espacialmente disperso y con cientos o miles de participantes que realizan las mismas tareas y actividades al mismo tiempo. La cadena de suministro y el tablero de actores funcionan como una matriz para reconstruir las interacciones entre los actores y actividades. El resultado muestra la interacción constante y regular entre actividades y actores, y esta, un sistema de acción concreta en el que se identifican al menos cuatro características.
(i) La disponibilidad de múltiples actores en la misma función-actividad. Cada actividad y conjunto de tareas implica una gran cantidad de actores del mismo tipo, realizando la misma función en paralelo, en varias zonas del territorio y en varios momentos del año (a) sin conexión entre estas o sin una relación directa; (b) actores que pueden competir en una misma área por la compra o venta de un bien en la cadena de suministro. De este modo, no hay una tarea o grupo de tareas, que sea monopolizada por un solo conjunto de sujetos o mecanismo de absorción piramidal, sino que se despliegan de manera no coordinada en muchos puntos. Si un actor se retira del sistema (es capturado, cambia de dedicación, de territorio, etc.), su actividad puede ser reemplazada por otro de la misma función.
(ii) Conectividad múltiple entre eslabones de actores y actividades. Los datos muestran que cada eslabón de actividades y tareas se conecta con el siguiente y el anterior (aunque en algunos casos hay actores que realizan más de una tarea y actividad). Lo relevante es que la conectividad entre actores de actividades y tareas de diferentes eslabones no implica una secuencia única, sino que se pueden conectar varios actores, o contactar actores diferentes según el contexto y ocasión. Se entiende que se trata de un tejido en donde hay posibilidad de conectividad múltiple.
(iii) Conectividad limitada y discreta entre eslabones, actividades y actores. Sin embargo, a pesar de la conectividad múltiple, esta es limitada a un conjunto de conexiones debido a los límites materiales posibles del contacto geográfico, de la disponibilidad física del producto a intercambiar, y del tejido social que interconecta actores. Así, la conectividad es limitada, pues los actores y grupos cumplen una función (o más de una) en la cadena de suministro, y no tienen acceso a todos los actores (ni de su misma trama de acciones y actividades, ni de otros eslabones de la cadena). Asimismo, se trata de acciones de conectividad discreta (finita). Los grupos-actividades tienden a conectarse con otros grupos y actores que están relacionados directamente a sus actividades y difícilmente pueden saltar eslabones, por lo que el contacto es con actores de actividades y eslabones aledaños (geográfica o comercialmente).
(iv) Duración limitada. Las cadenas de interacción tienen duraciones disímiles, pero no hay evidencia de estabilidad de un encadenamiento. Por el contrario, los datos señalan: (a) la participación temporal de los sujetos en la mayor parte de tareas específicas (acopiadores estacionales de hoja de coca que acopian otros bienes, mochileros que realizan la actividad en pocas ocasiones, transportistas eventuales de derivados cocaínicos, etc.); (b) incluso, los actores que tienen duración de largo plazo en la tarea (agricultores cocaleros) cambian de acopiador o venden las cosechas a diversos acopiadores según la época del año, y (c) por ende, la permanencia de la conectividad de una línea de conexiones entre los mismos sujetos es temporalmente limitada.
La Figura 2, que incluye el significado de las siglas referidas a continuación, es una simulación del sistema basado los datos recolectados -se optó por una gráfica plana y no una de redes, pues la dinámica de interacciones graficadas en un software (p. ej., Usinet) es difícil de visualizar en dos dimensiones-.
El flujo A es un entramado que representa un encadenamiento lineal. El flujo B representa un flujo lineal; sin embargo, algunos actores son neutralizados (por acciones de interdicción, p. ej.), lo que no implica necesariamente la ruptura de la cadena, sino su recomposición. El flujo B1, se ve simultáneamente, pero se reemplazan los actores PM4 por PM5. El flujo B2 muestra que la suspensión o eliminación de un actor de la cadena (TC5) no necesariamente rompe la cadena, sino que esta puede mantenerse, pues puede estar integrada a otros flujos (flujo C).
El flujo C muestra (además de los elementos de los flujos anteriores) un recorrido de conexiones múltiples en donde: (i) un mismo actor puede conectarse (proveer bienes o servicios) con varios actores (receptores) en simultáneo (p. ej., AC8 provee simultáneamente a AHC7, AHC8 y AHC10; y en el caso de AM10 se conecta con CM9, CM10 y CM11); (ii) además, un mismo actor puede conectarse como receptor de varios actores simultáneamente (p. ej., IQ7 es receptor de AHC7 y AHC8; lo mismo sucede con AX9 que es receptor de TDC8 y TDC9).
El flujo D muestra un sistema más complejo que incluye los elementos de los flujos anteriores, pero muestra que la cadena no requiere que la totalidad de actores participen, o subsume más de una actividad en un solo actor: (i) cuando un actor cumple también las funciones del siguiente nivel de actividades y se conecta con el subsiguiente nivel en la secuencia (p. ej., AC13 se conecta con IQ13 sin pasar por AHC, debido a que esta función es subsumida por el primero; AX13 que se conecta directamente con AM13 sin pasar por TX13, debido a que la función no es necesaria en ese encadenamiento); (ii) hay flujos que no recorren todas las actividades de la cadena, pues terminan antes.
P. ej., TX12, TX14, TX17 terminan la secuencia en el envío de remesas al exterior sin necesidad de conectarse con el microcomercio local.
La lógica de interacción muestra una red de segmentos que se interconectan formando un circuito de conexiones abiertas, múltiples, pero limitadas y discretas en lo temporal, relacional y geográfico (véase Figura 3). La lógica del sistema radica en que cada actor de la cadena tiene un margen de maniobra para acceder a una serie diversa de actores de la anterior o siguiente actividad-eslabón, de acuerdo con sus necesidades y requerimientos. Así, un mismo agricultor de hoja de coca puede vender a diversos compradores, estos pueden vender lo acopiado a distintos productores de PBC, así como este puede abastecer a diferentes refinadores de cocaína. La cocaína producida puede cubrir la demanda de distintos acopiadores, los que pueden distribuirla a operadores nacionales o internacionales. Estos pueden recurrir a distintos operadores logísticos, según resulte necesario para completar sus transacciones. Lo relevante de esta caracterización, es que en el panorama se configura una lógica de circuitos compuesto por una multiplicidad de alternativas, en lugar de una cadena cerrada de operaciones consecutivas.
En suma, así como la cadena no necesariamente está controlada longitudinalmente por una única organización, cada conglomerado de individuos, grupos y organizaciones que cumplen una misma función en la actividad-eslabón correspondiente, tampoco constituyen -necesariamente- un gremio único, cerrado y que controle toda la rama de la actividad.
El análisis de casos permite entender el carácter segmentario del sistema. Se han seleccionado cinco casos: los dos primeros provienen de investigaciones antinarcóticos de policía sistematizadas por la prensa; el tercero y el quinto son resultado de las investigaciones de operativos mixtos (Policía y Fiscalía) en el marco de la estrategia “Mega operativos” (Mininter, 2017); el cuarto, es un caso de investigación fiscal con sentencia firme.
Se debe considerar que (i) son encadenamientos de actores, tareas y actividades limitadas y temporales (dentro de un sistema que implica miles de interacciones); (ii) en un análisis específico sobre el caso (sin entenderlo como parte del sistema) se puede estudiar la estructura de organización de las interacciones, liderazgos, modus operandi, etc. Sin embargo, el análisis puede llevar a generar una extrapolación imprecisa, atribuyendo el carácter de las interacciones del caso específico a todo el sistema (p. ej., atribuyendo al sistema una lógica piramidal; véase Tabla 2)
Discusión
Primero. Los datos muestran la configuración de un sistema amplio y complejo, en el que participan actores que realizan tareas en una línea de actividades, que funcionan en eslabones de la cadena de suministro. Tanto los datos empíricos de los casos estudiados, los casos procesados por el sistema de justicia y por los operativos de la Policía, como el conocimiento de los stakeholders del sistema y los especialistas entrevistados, ratifican la configuración de una lógica de segmentos. En este sentido, es importante considerar la discusión frente a perspectivas que suponen que las estructuras tipo cartel monopolizan el sistema o que existen organizaciones que controlan toda la cadena. Se trata de discutir la composición, participación y ubicación de las organizaciones en el sistema y, por ende, es coherente pensar que se trata de organizaciones que controlan parcelas limitadas del sistema (territorialmente limitadas, limitadas a ciertas actividades y a ciertos períodos).
El argumento ratifica estudios precedentes tanto en países productores como consumidores de cocaína, que muestran estructuras flexibles, compuestas por segmentos organizados en funciones de una cadena compartimentalizada y desconcentrada, como el estudio de Giménez-Salinas, et al. (2012) para redes de tráfico en España, y el estudio de Kenney en Colombia (2007), que muestra el carácter segmentario de la producción de cocaína en “redes flexibles que se expanden y contraen de acuerdo con oportunidades de mercado y restricciones regulatorias” (p. 235).
Segundo. Se plantea que el sistema de producción y tráfico de cocaína en el Perú es un “sistema de acción concreto de interdependencia oblicua” (Crozier & Friedberg, 1990, p. 211):
En este sistema (i) cada unidad actúa por sí sola por los canales que se le abren (ii) sin preocuparse de las unidades vecinas, (iii) sin comunicarse con ellas (y a veces (iv) incluso escondiéndose de ellas) y (v) sin buscar la creación de un frente común. (…). (vi) La intervención de una instancia externa (a la unidad) es, pues, crucial, (vii) tanto para coordinar las unidades entre sí como (viii) para permitirle a cada una de ellas el acceso al centro (relativo). El sistema se basa más en una interdependencia oblicua, que una horizontal o vertical pura. (p. 212)
Así, (i) las unidades no están concentradas en un territorio unificado, ni conocen las acciones de unidades semejantes ni en otros territorios ni en el propio, (ii) por ende, no están determinadas ni por las unidades semejantes a ellas, (iii) incluso, más bien compiten y buscan evitar el contacto e interacción con actores semejantes; (iv) no hay, por ello, unidad de acción, coordinación ni demandas comunes; (v) el encadenamiento de las unidades en el sistema está relacionado con (vi) un agente externo a cada una -otro miembro de la cadena en un eslabón diferente que demanda un bien o un servicio-, que permite que (vii) las acciones de las unidades precedentes se integren en una lógica de producción, comercio y consumo y, por ende, (viii) la participación directa o indirecta en un amplio, difuso y complejo tejido de red.
En ese sentido, la composición de este sistema se asemeja al modelo general de la economía global contemporánea, donde la división internacional del trabajo (OCDE, 1999) permite la “abundancia de un bien” (McKean et al., 2022, p. 2), dada “la presencia simultánea de varias actividades comerciales ubicadas en varios territorios en el espacio competitivo global” (Cesarani, 2014, p. 106).
“La globalización del comercio y las transacciones” (Gonenc & de Haan, 2014, p. 169) se convirtió en la “base para la formación del mercado mundial de servicios de subcontratación” (Bilan et al. 2017, p. 182) y “deslocalización (que) han llevado a una fragmentación de tareas y comercio entre individuos y organizaciones que pueden estar a gran distancia entre sí” (Sturgeon, 2012, p. 2), facilitando el establecimiento de “cadenas de suministro global” (Escaith et al., 2010; Gereffi et al., 2005). Estas cadenas de suministro se caracterizan por una lógica trasnacional, competitiva, de mayor especialización de eslabones, mayor tercerización en segmentos de mercado separados, alianzas estratégicas entre actores especializados, diversidad de proveedores, mayor dinamismo de las relaciones comerciales (Sivacheva & Kapralova, 2007).
Como ha señalado Gootemberg (2003), la cocaína es un commodity global y, por tanto, es coherente que su cadena de suministro tenga las características de un sistema de segmentos -como se muestra análogamente en las cadenas de suministro global de commodities, como la tecnología (Ali-Yrkkö et al., 2011; Dedrick et al., 2010), el alcohol (Jernigan, 2009), el tabaco (Goger et al., 2014), los minerales (Landa, 2019)-.
Conclusión
(a) El sistema de producción y comercio de cocaína en el Perú funciona como un sistema de segmentos desconcentrados, que no presentan unidad organizacional ni núcleo administrativo y, por ende, los liderazgos están asociados a fragmentos en la cadena de suministro y a territorios específicos. (b) Sin un monopolio ni modelo de cartel claro, no hay actores que tengan posibilidad de controlar todo el sistema, lo que hace del sistema más complejo y difícil de intervenir, pues no hay un centro organizacional el cual desarticular, ni un actor que lo controle. Esto ratifica los estudios precedentes en otros contextos (Giménez-Salinas, et al., 2012; Kenney, 2007), que muestran a la cadena de suministro de la cocaína como un commodity global en el marco de una economía de mercado (Gootemberg, 2003). (c) Ahora, se debe considerar las limitaciones del estudio, tanto porque responde solamente al caso peruano y a la dinámica de las cadenas de suministro más evidentes (lo que implica que puede haber flujos distintos, pero que no niegan los resultados, sino que pueden sumársele). (d) Por ende, se espera desarrollar investigación utilizando la metodología en otras zonas y países de la región, y así diagramar una cadena de suministro más amplia 1.