Las parasitosis intestinales son enfermedades ubicuas con mayor incidencia en países en vías de desarrollo y se consideran un problema de salud pública. Según la OMS, se calcula que casi el 24% de la población mundial está infectada por parásitos y la mitad de estos se encuentran en edad escolar 1. En Venezuela, las parasitosis intestinales en escolares presentan entre 42,6% y 87% de prevalencia 2, valores similares a los registrados en otros países latinoamericanos con características climáticas, condiciones de insalubridad y pobreza semejantes 3-5.
En el caso de los niños, cuando las cargas parasitarias son elevadas y hay incidencia de parásitos particulares (chromistas, protozoos o helmintos), estos pueden privar al organismo de nutrientes a través de diferentes mecanismos, lo cual puede causar pérdida del apetito, incremento del metabolismo, mala absorción intestinal por tránsito acelerado, disminución en las reservas de hierro y otros micronutrientes. Estas afectaciones causan desnutrición proteico-calórica, anemia, retraso del crecimiento, así como alteración de la capacidad de aprendizaje y cognición 6-8.
La composición corporal y el estado nutricional en estos niños parasitados se puede evaluar a partir de los signos clínicos de malnutrición, medición de pliegues subcutáneos e indicadores antropométricos, bioquímicos y hematológicos 9). De los métodos antropométricos, el más utilizado es el índice de masa corporal (IMC) por la sencillez de su medición (que lo hace aplicable en grandes grupos de población) y su fácil interpretación 10. Por otro lado, la determinación de parámetros bioquímicos como las proteínas plasmáticas (proteínas totales y albúmina) es un criterio importante en infección por protozoos, los cuales suelen producir diarreas agudas o crónicas debido a las lesiones que ocasionan en las vellosidades intestinales 11. Tal es el caso de las amebas, que pueden causar disentería grave, abscesos hepáticos y producir hipoproteinemia 12. Adicionalmente, con las infecciones por helmintos puede producirse eosinofilia y anemia por deficiencia de hierro debido a la sustracción progresiva de micro-nutrientes, afección que, en el largo plazo, reduce los parámetros hematológicos (hemoglobina, hematocrito y recuento de leucocitos), los cuales pueden ser indicadores de la severidad de la enfermedad 13.
Las Trincheras 14,15 está ubicada en el municipio Naguanagua del estado Carabobo al norte de Venezuela y tiene una población de 9600 habitantes (según el censo local), de los cuales el 46,3% son niños (0-17 años). Estudios previos con niños de 2 a 14 años de la comunidad, revelaron una alta incidencia de parasitosis intestinal y, dado que no se conocen estudios previos sobre estas variables, el objetivo de la investigación fue relacionar los parámetros bioquímicos y hematológicos con la presencia de parasitosis en los niños de la comunidad Las Trincheras en el año 2015 para establecer valores pronóstico de posibles alteraciones asociadas a parasitosis en esta comunidad.
MÉTODOS
Población y Muestra
Se trató de un estudio de tipo no experimental descriptivo correlacional, con diseño de campo y de corte transversal, en el que la población estudiada estuvo constituida por 39 niños de ambos sexos, en edad preescolar y escolar de la comunidad Las Trincheras matriculados para el período escolar 2014-2015. La muestra estuvo representada por 31 niños de 3 a 14 años, con parasitosis y de ambos sexos, los cuales fueron seleccionados de forma no probabilística intencional. Se excluyeron del estudio niños que presentaron enfermedades genéticas o metabólicas o que cumplieron tratamiento antiparasitario al menos tres meses antes de la toma de la muestra.
Se cumplieron todos los acuerdos de la Declaración de Helsinki 16. El propósito del estudio se explicó adecuadamente a los docentes, padres y niños. Se solicitó la autorización de los padres o representantes a través de un consentimiento informado firmado. La dirección de la institución donde se realizó el estudio aprobó la realización de la investigación.
Procedimiento
Obtención de las muestras: Para la recolección de la muestra de heces se le entregó a cada participante un envase recolector estéril identificado con el nombre y edad del paciente, además de un folleto con instrucciones para la correcta toma de la muestra. Para la obtención de la muestra sanguínea se requirió un ayuno de 8 a 10 horas y la extracción se hizo por venopunción en la cara anterior del antebrazo. La muestra se dividió en 2 tubos: uno con EDTA que se destinó a la determinación de parámetros hematológicos y otro sin anticoagulante para los parámetros bioquímicos, para lo cual se obtuvo el suero por medio de centrifugación. Adicionalmente, para determinar el estado nutricional de los niños se calculó el índice de masa corporal para la edad (IMC/E) usando las medidas de peso y talla obtenidas previamente y clasificándolas en las siguientes categorías de acuerdo con las gráficas de la OMS 17: obeso, sobrepeso, posible riesgo de sobrepeso, normal, desnutrición y desnutrición severa.
Determinación de parámetros hematológicos: La determinación de hemoglobina (HB) se realizó con el método manual de la cianometahemoglobina; el hematocrito (HTO) con el micrométodo y capilares de vidrio de 1 mm de diámetro y 7,5 cm de longitud (los cuales se centrifugaron a 10.000 rpm durante 5 minutos); el conteo de leucocitos utilizando líquido de Turk y la cámara de Neubauer y el recuento diferencial por medio de un extendido de sangre periférica y tinción con colorante Wright 18. Para la determinación y clasificación de la eosinofilia, se calculó el Valor Absoluto de Eosinófilos (VAE=% Eosinófilos del hemograma x Contaje de Leucocitos/100) y luego se determinó el grado de eosinofilia con base en los siguientes parámetros: ausencia de eosinofilia: <500 eosinófilos/ml; eosinofilia leve: 501-1500 eosinófilos/ml, eosinofilia moderada: 1501-3000 eosinófilos/ml y eosinofilia intensa: £3001 eosinófilos/ml 19.
Determinación de parámetros bioquímicos: Las proteínas totales (PT) se determinaron mediante reacción de punto final por el método de Biuret del estuche comercial ELITech Clinical Systems a una longitud de onda de 546 nm. La albúmina (ALB) se determinó por el método colorimétrico de verde de Bromocresol del estuche comercial ELITech Clinical Systems a una longitud de onda de 600 nm, empleando en ambas condiciones 3 tubos: blanco, patrón y muestra. Se siguieron las instrucciones del fabricante 20,21 y, después, se estimaron las globulinas (G) y el índice albúmina/globulina (A/G).
Técnicas coproparasitológicas: Una vez recolectadas las muestras de heces, fueron conservadas en un recipiente con hielo húmedo y trasladadas al Laboratorio de Protozoología del Instituto de Biología Molecular de Parásitos (Instituto BioMolP) de la Universidad de Carabobo en la ciudad de Valencia, Venezuela. Allí se realizó el análisis coproparasitológico utilizando los métodos de solución salina al 0,9 %, solución de Lugol y método de Kato 22.
Análisis de los datos
Los resultados se analizaron en tablas descriptivas empleando frecuencias absolutas y relativas (%). Se calcularon prevalencias parasitológicas para comparar con la edad, el sexo y el estado nutricional de los niños. Se aplicó la prueba Chi cuadrado de Pearson (x2) con un nivel de confiabilidad del 95% (p<0.05) para detectar las asociaciones estadísticamente significativas entre las variables estudiadas. Para el análisis de datos se utilizó el paquete estadístico SPSS versión 17 para Windows.
RESULTADOS
Se obtuvieron muestras fecales y sanguíneas de 31 niños de 3 a 14 años con una edad promedio de 9,2±2,7 años. De los niños estudiados, 19 (61,3%) eran de sexo femenino y 12 (38,7%) de masculino. La muestra fue subdividida en grupos de edades para una mejor comprensión de los datos obtenidos, de la cual resultaron tres grupos: 3 a 6 años (16,1%), 7 a 10 años (48,4%) y 11 a 14 años (3 5,5%). Los representantes de estos tenían un tiempo de residencia en la localidad de Las Trincheras de 21,8 ± 15,5 años.
El análisis antropométrico mostró que la mayoría de los niños estudiados, 71,0 % (n=22), tienen un estado nutricional normal. El sexo femenino representó el 41,9% (n=13), con una distribución de 22,6% (n=7) entre los grupos de edad de 11 a 14 años y de 16,1% (n=5) entre los grupos de edad de 7 a 10 años. En el caso del sexo masculino, el predominio estuvo entre los grupos de edad de 7 a 10 años, con 19,4% (n=6). Solo se encontró un caso de desnutrición (3,2%) en el sexo femenino entre los grupos de edad 11 a 14 años.
La Tabla 1 muestra los resultados promedio obtenidos de los parámetros hematológicos y bioquímicos de los niños estudiados. Las cifras de HB, HTO y leucocitos estaban dentro de los valores normales en la mayoría de los casos. Solo una niña de 12 años presentó cifras de leucocitos con valores superiores a 12,0 x 103 GB/mm3. Mientras que en el recuento leucocitario las cifras de neutrófilos y eosinófilos obtenidas fueron elevadas, al igual que los resultados del VAE, con predominio de eosinofilia leve (X=769 eosinófilos/ml). En cuanto a los valores obtenidos de PT, ALB, G y la relación A/G, estos se encontraron dentro de los valores de referencia para la mayoría de los niños.
Parámetro | X | % | DS | Valores de referencia | % |
---|---|---|---|---|---|
Hemoglobina | 13,3 g/dL | ± 0,920 | 11-14 g/dL | ||
Hematocrito | 40,3 | ± 2,763 | 35,0-43,0 | ||
Leucocitos | 7,7 x 103 GB/mm3 | ± 2,394 | 4,0-12,0 x 103 GB/mm3 | ||
Neutrófilos | 46 | ± 12,650 | 20-40 | ||
Linfocitos | 39 | ± 11,242 | 40-60 | ||
Eosinófilos | 9 | ± 8,018 | 1-6 | ||
VAE | 769 eosinófilos/mL | ± 847,494 | < 500 eosinófilos/mL | ||
Proteínas totales | 7,1 g/dL | ± 0,673 | 6,2-8,0 g/dL | ||
Albúmina | 4,0 g/dL | ± 0,247 | 3,5-5,3 g/dL | ||
Globulina | 3,0 g/dL | ± 0,525 | 2,0-3,5 g/dL | ||
Relación A/G | 1,4 | ± 0,261 | 1,0-1,8 |
Se determinó una alta prevalencia de parásitos intestinales (79,5%) en la población estudiada. Las especies parasitarias más frecuentes fueron Blastocystis spp. y Endolimax nana, presentes en 74,2% de la población en ambos casos. De las 31 muestras positivas estudiadas, se observó Entamoeba coli (32,3%); Trichuris trichiura (25,8%); Giardia lamblia (19,4%); Entamoeba histolytica/dispar (16,1%); Entamoeba hartmanni (9,7%); Ascaris lumbricoides (6,5%) y otros protozoos (9,7%).
Al evaluar la frecuencia de parasitosis intestinal con respecto al sexo y la edad, se aprecia que ambos sexos fueron afectados por igual. Se encontró que 67,7% (n=21) estaban poliparasitados, principalmente por protozoos, mientras que 32,3% (n=10) estaban monoparasitados. El grupo de edad de 7 a 10 años fue más susceptible a la infección. No se encontró una asociación estadísticamente significativa usando la prueba Chi cuadrado (x2) para estas variables.
La Tabla 2 muestra la correlación entre parasitosis intestinal y el grado de eosinofilia determinado por el VAE. Se encontró que en la mayoría de los niños poliparasitados (67,7%) predominó ausencia de eosinofilia (35,5%), seguido de eosinofilia leve (22,6%) que puede estar asociado a niños parasitados con helmintos (Trichuris trichiura y Ascaris lumbricoides). Asimismo se encontró un caso de eosinofilia moderada (3,2%) y dos de eosinofilia intensa (6,5%), mientras que en los niños monoparasitados predominó la eosinofilia leve (19,4%) y el resto de los niños no presentó eosinofilia. No se encontró una asociación estadísticamente significativa entre parasitosis intestinal y grado de eosinofilia.
Parasitosis intestinal | Eosinofilia | Total | ||||||||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
Ausencia | Leve | Moderada | Intensa | |||||||
n | % | n | % | n | % | n | % | n | % | |
Monoparasitado | 4 | 12,9 | 6 | 19,4 | - | - | - | - | 10 | 32,3 |
Poliparasitado | 11 | 35,5 | 7 | 22,6 | 1 | 3,2 | 2 | 6,5 | 21 | 67,7 |
Total | 15 | 48,4 | 13 | 41,9 | 1 | 3,2 | 2 | 6,5 | 31 | 100 |
X2 = 2,79; p= 0,425.
La Tabla 3 muestra la asociación de la presencia de parasitosis intestinal con los parámetros hematológicos y bioquímicos. Se observa que la mayoría de los niños mostraron parámetros bioquímicos normales (PT 87,1% y ALB 96,8%) y parámetros hematológicos normales (HB 100%, HTO 74,2 % y leucocitos 96,8%), con predominio de neutrofilia (67,7%); linfopenia (58,1%) y eosinofilia (58,1%). Los niños poliparasitados presentaron parámetros hematológicos y bioquímicos normales pero con valores equivalentes de neutrofilia y linfopenia (45,2%) y eosinofilia (35,5%), mientras que los niños monoparasitados presentaron neutrofilia y eosinofilia (22,6%) con valores normales de linfocitos (19,4%). La asociación de las variables no arrojó valores estadísticamente significativos en los parámetros hematológicos, bioquímicos y la presencia de parasitosis intestinal en los niños estudiados.
Parámetro | Parasitosis intestinal | Total | |||||
---|---|---|---|---|---|---|---|
Monoparasitado | Poliparasitado | ||||||
n | % | n | % | n | % | ||
Hemoglobina | 11-14: Normal | 10 | 32,3 | 21 | 67,7 | 31 | 100 |
Total | 10 | 32,3 | 21 | 67,7 | 31 | 100 | |
Hematocrito | 35-43: Normal | 6 | 19,4 | 17 | 54,8 | 23 | 74,2 |
>43: Aumento | 4 | 12,9 | 4 | 12,9 | 8 | 25,8 | |
Total | 10 | 32,3 | 21 | 67,7 | 31 | 100 | |
Leucocitos | 4-12: Normal | 10 | 32,3 | 20 | 64,5 | 30 | 96,8 |
>12: Leucocitosis | - | - | 1 | 3,2 | 1 | 3,2 | |
Total | 10 | 32,3 | 21 | 67,7 | 31 | 100 | |
Neutrófilos | 20-40: Normal | 3 | 9,7 | 7 | 22,6 | 10 | 32,3 |
>40: Neutrofilia | 7 | 22,6 | 14 | 45,2 | 21 | 67,7 | |
Total | 10 | 32,3 | 21 | 67,7 | 31 | 100 | |
Linfocitos | <40: Linfopenia | 4 | 12,9 | 14 | 45,2 | 18 | 58,1 |
40-60: Normal | 6 | 19,4 | 5 | 16,1 | 11 | 35,5 | |
>60: Linfocitosis | - | - | 2 | 6,5 | 2 | 6,5 | |
Total | 10 | 32,3 | 21 | 67,7 | 31 | 100 | |
Eosinófilos | <1: Eosinopenia | 1 | 3,2 | 1 | 3,2 | 2 | 6,5 |
1-6: Normal | 2 | 6,5 | 9 | 29,0 | 11 | 35,5 | |
>6: Eosinofilia | 7 | 22,6 | 11 | 35,5 | 18 | 58,1 | |
Total | 10 | 32,3 | 21 | 67,7 | 31 | 100 | |
Proteínas Totales | <6,2: Hipoproteinemia | 1 | 3,2 | 2 | 6,5 | 3 | 9,7 |
6,2-8: Normal | 9 | 29,0 | 18 | 58,1 | 27 | 87,1 | |
>8: Hiperproteinemia | - | - | 1 | 3,2 | 1 | 3,2 | |
Total | 10 | 32,3 | 21 | 67,7 | 31 | 100 | |
Albúmina | <3,5: Hipoalbuminemia | - | - | 1 | 3,2 | 1 | 3,2 |
3,5-5,3: Normal | 10 | 32,3 | 20 | 64,5 | 30 | 96,8 | |
Total | 10 | 32,3 | 21 | 67,7 | 31 | 100 |
Hemoglobina: Constante; Hematocrito: X2=1,55; p=0,213; Leucocitos: X2=0,49; p=0,483; Neutrófilos: X2=0,034; p=0,853; Linfocitos: X2=4,28; p=0,118; Eosinófilos: X2=1,64; p= 0,439; Proteínas Totales: X2=0,49; p=0,782; Albúmina: X2=0,49; p=0,483.
DISCUSIÓN
De acuerdo con investigaciones de la OMS y la Sociedad Venezolana de Infectología, en Venezuela hay poblaciones donde hasta el 80% de sus habitantes, tanto adultos como niños, tienen parásitos. Este hecho guarda una estrecha relación con el saneamiento ambiental, el control de las aguas negras y la disponibilidad de agua potable para el consumo, la cantidad de basura y la proliferación de moscas (las cuales son un vehículo para los parásitos) 23.
Los resultados obtenidos en el presente estudio demuestran que existe una alta prevalencia de parasitosis intestinal en la población infantil, lo cual puede estar asociado a que residen en una zona rural carente de salubridad adecuada. Allí, no poseen un sistema óptimo para la recolección de las aguas servidas y desechos, lo cual representa un factor de riesgo, pues es el grupo etario más susceptible a estas infecciones, lo que concuerda con lo reportado por otros autores 7,24. Esto puede deberse a la falta de hábitos higiénicos adecuados y bien establecidos, al mayor contacto que tienen con la fuente de infección (como los suelos contaminados) o al consumo de alimentos preparados sin las medidas de higiene necesarias.
Con relación al IMC/E, la mayoría de los niños parasitados estudiados presentaron un estado nutricional antropométrico normal (71,0%), solo se encontró un caso de desnutrición (3,2%). Estos resultados coinciden con lo reportado por Holod et al.25, quienes no encontraron una relación estadísticamente significativa entre el estado nutricional y la parasitosis. Frente a esto, propusieron dos posibles causas: que la parasitosis tal vez no afecta el estado nutricional en fases tempranas de la enfermedad parasitaria o que la existencia en el colegio de un Programa de Alimentación Escolar (PAE) brinda una alimentación oportuna y balanceada que contribuye a mantener unos parámetros antropométricos normales, como también lo demostraron Mata et al23. En cuanto al sexo, ambos fueron afectados por igual, aspecto que coincide con estudios previos 2,4 y es predecible, ya que en el caso de las parasitosis intestinales, a diferencia de otros factores, el sexo no influye en la mayor o menor prevalencia de una parasitosis intestinal.
En esta investigación, se evidencia un predominio de infecciones parasitarias múltiples en un 67,7%. Además, se encontró una mayor frecuencia de protozoos sobre los helmintos, lo cual coincide con estudios anteriores 14 y con los hallazgos recientes de Devera et al.26 en otras comunidades. La forma parasitaria predominante fue Blastocystis spp., considerado comensal (aunque de patogenicidad discutida) 27 y de gran importancia epidemiológica debido a que es un indicador de fecalismo dentro de la comunidad 28. Entre los helmintos encontrados está Trichuris trichiura (25,8%) y Ascaris lumbricoides (6,5%). Sin embargo, no se esperaba una frecuencia tan baja de estos parásitos, ya que las condiciones socioambientales de la escuela y la comunidad son óptimas para la transmisión de geohelmintiasis 29.
En cuanto a la HB, HTO y los leucocitos, no se observaron alteraciones en los valores de los niños estudiados. La razón de esto, posiblemente, es que la mayoría de los niños presentaban mayor frecuencia de parasitosis por protozoos y es bien conocido que los geohelmintos están más asociados con disminución de la HB, lo cual provoca pérdida sanguínea a nivel intestinal. Además, si esta excede la ingesta y las reservas de proteínas del hospe-dador, se produce anemia debido a la pérdida de hierro y disminución de la HB 6. La neutrofilia y linfopenia se observaron en el 45,2% de los poliparasitados.
La evaluación de los parámetros bioquímicos reflejó un estado nutricional normal para la mayoría de los niños estudiados en relación con las PT y la ALB, lo cual evidencia una variación mínima entre monoparasitados y poliparasitados. La PT sérica es un indicador poco sensible del estado proteico visceral y sus niveles disminuyen solo cuando se manifiesta la malnutrición proteica. La hipoalbuminemia (<3,5 g/dl) es un indicador que refleja estrés fisiológico importante, como el proveniente de deficiencias calóricas 30. Esto fue observado en un paciente del grupo de 3 a 6 años, poliparasitado con geohelmintos. En él hubo una disminución en los niveles séricos de PT y ALB debido, posiblemente, a la infección parasitaria.
La mayor parte de los niños en estudio presentaron un porcentaje de eosinófilos ligeramente por encima de los valores normales, por dicha razón se estableció el nivel de eosinofilia calculando el VAE. Se encontró un 58,1 % de eosinofilia con predominio de eosinofilia leve en un 22,6 % (V.R.: 501-1.500 eosinófilos/ml) en los poliparasitados, lo cual puede estar asociado a niños parasitados con helmintos. La mayor parte de los niños estudiados presentan parasitosis por protozoos y al evaluar la correlación entre parasitosis intestinal y grado de eosinofilia (p<0,05), se detectó que no hubo asociación estadísticamente significativa. Por dicha razón, es posible que esta alteración hematológica se deba a factores ajenos a la parasitosis: otras causas secundarias frecuentes son la atopia, los trastornos eosinofílicos gastrointestinales y el uso de ciertos fármacos. Medicamentos de uso habitual en pediatría como las penicilinas, cefalosporinas, macrólidos, quinolonas, antiinflamatorios no esteroideos, ranitidina y el omeprazol causan eosinofilia. El asma alérgica, la dermatitis atópica y la rinitis alérgica pueden producir eosinofilia, aunque en general se asocia con valores más bajos de eosinófilos (menores a 1500 eosinófilos/ml) 31.
En conclusión, se determinó una elevada prevalencia de parásitos intestinales (79,5%) en niños de la comunidad Las Trincheras, con mayor representación en el rango de edad de 7 a 10 años, sin predilección por el sexo y con elevados porcentajes de infecciones parasitarias múltiples de las cuales la más frecuente fue Blastocystis spp. y Endolimax nana (74,2%). Tanto el indicador antropométrico IMC/E como los valores de hemoglobina, hematocrito, leucocitos, proteínas totales y albúmina estaban dentro de los límites normales en los individuos parasitados. No se encontró asociación estadísticamente significativa entre los parámetros hematológicos, bioquímicos y la presencia de parasitosis intestinal en los niños estudiados. Los resultados generados demuestran que la comunidad se enfrenta a un problema de salud pública, por lo que el Estado, a través del sistema de salud, debe implementar políticas para controlar, prevenir y detectar las parasitosis intestinales para garantizar mejores condiciones de vida de la población ♠