Introducción
El término lesión no intencional (LNI) se define como aquella lesión no causada de forma premeditada y que es una de las causas más frecuentes de muerte entre los niños de todas las edades. En el 2013, las LNI en el mundo constituyeron el 15,4 % de aproximadamente 2,6 millones de muertes registradas para la población de 1 a 14 años (1). Según la Organización Mundial de la Salud, se estima que mueren alrededor del mundo aproximadamente 100 niños por hora a causa de lesiones, de las que el 90 % son no intencionales (2).
En República Dominicana, la Ley 136-03 establece el código de protección de los derechos fundamentales de niños, niñas y adolescentes, el cual, en su artículo 19, especifica que deben de ser protegidos de toda forma de perjuicio, abuso físico o mental, descuido, trato negligente, malos tratos o explotación (3), motivo por el cual es mandatorio evaluar las posibilidades que afectan el cumplimiento a su totalidad del código.
Las formas más comunes de LNI en niños son: accidentes de tránsito, ahogamientos, intoxicación, lesiones térmicas y caídas (4). Las LNI en niños menores de 5 años suceden predominantemente en el hogar, lugar donde pasan una gran cantidad de tiempo (5). Dentro de los factores de riesgo en el hogar están escaleras, ventanas sin protección de metal, muebles inestables, almacenamiento de pesticidas, medicamentos, venenos, cubetas de agua expuestas, acceso fácil a la estufa o a utensilios como los cuchillos (6).
Muchas de estas lesiones son tratables, pero, a pesar de esto, la discapacidad secundaria, aunque sea leve, puede afectar de dos a tres años la calidad de vida del niño (7), pues aparte de las consecuencias médicas que conllevan estas lesiones, puede producirse una ausencia prolongada a la escuela, que tendrá consecuencias en su progreso educativo (7). Esto no solo afecta al niño, sino que implica también que los padres se ausentarán de sus trabajos, lo que disminuirá los ingresos económicos necesarios para la familia (8).
El tipo de LNI son diferentes de acuerdo con la edad del niño, por lo cual es muy importante comprender este aspecto, para poder implementar medidas que sean congruentes y efectivas relacionadas con el tema educacional sobre la seguridad infantil (9).
El Colegio Americano de Médicos de Emergencia y la Academia Americana de Pediatría informaron que solo el 6 % de las emergencias en los hospitales de Estados Unidos posee todo el equipo adecuado para la atención médica pediátrica. También hacen hincapié en que muchos de estos centros están a una gran distancia, lo cual empeora en las zonas rurales, donde en algunos casos no tienen acceso a estos (10).
Es necesario abordar el tema de prevención en las LNI, pues hay que enfocarse en los aspectos de empoderar a las comunidades sobre este tema, incluyendo a los profesionales del área de la salud (11).
El objetivo de esta investigación fue determinar la prevalencia de las LNI, y de esa forma establecer sexo, edad y diagnósticos más frecuentes en el único hospital de tercer nivel pediátrico de Santo Domingo Norte, y uno de los catorce hospitales pediátricos de República Dominicana.
Material y métodos
Se realizó un estudio descriptivo y transversal con recolección de datos retrospectiva de fuente secundaria, utilizando la base de datos de la emergencia del Hospital Pediátrico Dr. Hugo Mendoza, entre enero y octubre del 2019. Se consideró la fecha de entrada más antigua como fecha de ingreso al sistema de salud.
La búsqueda incluyó los términos traumas o traumatismos, en los cuales se englobaron los diagnósticos (s00-s99) de traumatismos de la cabeza, traumatismos de cuello, traumatismos de tórax, traumatismo del abdomen, área lumbosacra y pelvis, traumatismos de los hombros y brazos, traumatismos del codo y del antebrazo, traumatismos en muñecas y manos, traumatismos en rodillas y piernas, traumatismos en tobillos y pies, lesiones múltiples, lesiones no clasificadas en cabeza, cuello y otras partes, accidentes (T66-T78), ahogamiento (T66-T78), intoxicación (T36-T65), quemaduras (T20-T32), para identificar la totalidad de pacientes con LNI que acudieron al centro de salud durante el periodo en estudio.
Una vez establecidos los criterios de inclusión, se eliminaron los registros duplicados y así se depuró la base de datos. Los datos fueron descritos en tiempo (frecuencia) y persona (edad, sexo y tipo de LNI). Se excluyeron del análisis aquellos registros con diagnósticos de (T79-99) complicaciones traumáticas, complicaciones quirúrgicas, complicaciones postraumáticas no clasificadas en otra parte.
La prevalencia se calculó en torno a la relación de los casos evidenciados con la población atendida del centro de salud. Los datos se expresaron en medidas de frecuencia simple y de dispersión, utilizando el programa SPSS en su versión 23.
Resultados
En total se obtuvieron 5463 registros, de los cuales se excluyeron 503 para permanecer con 4960 pacientes con LNI. Durante el periodo de estudio se observaron un total de 40.918 pacientes por la emergencia. La prevalencia total de lesiones no intencionadas fue del 12,1 % (tabla 1).
Total | Porcentaje | |
Sexo | ||
Masculino | 3056 | 61,60 |
Femenino | 1904 | 38,4 |
Total | 4960 | 100 |
Rango de edad | ||
Entre 1 y 4 | 1448 | 29,20 |
Entre 5 y 9 | 1359 | 27,40 |
Entre 10 y 14 | 1135 | 22,90 |
Menor a 1 año | 548 | 11 |
Mayor a 15 años | 470 | 9,50 |
Total | 4960 | 100 |
De acuerdo con el sexo, fue más prevalente el masculino, con 3056 pacientes (61,6 %); mientras que el femenino presentó un total de 1904 pacientes (38,4 %) (véase tabla 1).
La cantidad de pacientes, según el rango de edad, se clasificaron de la siguiente manera en orden de frecuencia: 1-4 años: 29,2 %; 5-9 años: 27,4 %; 10-14 años: 22,9 %; menores de 1 año: 11 %; mayor de 15 años: 9,5 % (tabla 1).
En cuanto al diagnóstico, la cantidad de pacientes, en orden de frecuencia, se distribuyeron así: los traumatismos en primer lugar, con un 94,1 %; seguidos de ingesta de cuerpo extraño, con un 3,5 %; intoxicaciones, en un 0,2 %, y ahogamientos, en un 0,1 % (tabla 2).
Diagnóstico | Total | Porcentaje | Prevalencia |
Traumatismos | 4669 | 94,10 | 114,1/1000 |
Ingesta de cuerpo extraño | 174 | 3,50 | 4,2/1000 |
Quemadura | 101 | 2 | 2,46/1000 |
Intoxicación | 9 | 0,20 | 0,2/1000 |
Ahogamiento | 7 | 0,10 | 0,17/1000 |
Total | 4960 | 100 | 121,2/1000 |
En la distribución de las LNI según el sexo del paciente, las cantidades fueron las siguientes. En el caso del sexo femenino: los traumatismos constituyeron un 93,50 %; ingesta de cuerpo extraño, un 3,70 %; quemaduras, un 2,70 %; ahogamiento, un 0,10 %, e intoxicaciones, un 0,10 %. En el caso del sexo masculino: los traumatismos fueron un 94,50 %; ingesta de cuerpo extraño, un 3,40 %; quemaduras, un 1,60 %; ahogamiento un 0,20 %, e intoxicaciones, un 0,30 %. Siendo los traumatismos el diagnóstico más frecuente en ambos sexos (figura 1).
De acuerdo con las LNI identificadas, los rangos de edad corresponden a los siguientes: los ahogamientos fueron más frecuentes entre 1-4 años, con un 85,70 %; la ingesta de cuerpo extraño de 1-4 años, con un 52,30 %, seguidos de 5-9 años, con un 28,20 %; en el caso de las intoxicaciones, el grupo de 1-4 años, con un 44,40 %; las quemaduras estuvieron en el grupo de 1-4 años, con un 46,50 %, seguidos de 5-9 años, un 22,80 %; los traumatismos se dieron en el grupo de 1-4 años, con un 27,80 %, seguidos de 5-9 años, con un 27,50 %. Como se puede observar, el grupo de edad entre 1 y 4 años es el más afectado en todas las LNI mencionadas (figura 2).
Discusión
La prevalencia observada en nuestro estudio de LNI fue superior a la reportada por Sastre Paz et al. (12), que fue de 12,1 vs. 7,68 %. Dicho comportamiento puede deberse a las características sociodemográficas de las poblaciones, al pertenecer a diferentes regiones del mundo (República Dominicana vs. España). En nuestro país predominan mayores índices de pobreza, menores índices de escolaridad, familias monoparentales, entre otros (13), que son factores de riesgo para el desarrollo de LNI, aunado a condicionantes culturales que favorecen la ocurrencia de estos eventos. Se ha observado una elevada tasa de accidentes de tránsito que suceden en nuestra región y país. Según la Organización Mundial de la Salud, República Dominicana, uno de los 182 países que están dentro de las Naciones Unidas, ocupa el segundo lugar con más muertes por accidentes de tránsito.
El diagnóstico más frecuente fue el de traumatismo, con un 94,1 %. Estos datos coinciden con Arribas Sánchez et al. (4) en un estudio publicado en España, en el 2018, donde los traumatismos representaron más del 90 % de estas lesiones. Dentro de las otras causas de LNI observamos una mayor frecuencia de ingesta de cuerpos extraños (3,7 % vs. 1,7 %), lo que tal vez se debe a la discrepancia en los grupos etarios afectados (4); sin embargo, estudios en Japón han evidenciado una frecuencia superior a nuestros resultados, concerniente a quemaduras (23 % vs. 2,7 %) y ahogamientos (6 % vs. 0,1 %) (1).
Las diferencias socioculturales de las diferentes regiones influyen de manera significativa en la prevención de LNI en edades tempranas. La diseminación de información concerniente a este tema, a la cual son expuestos los cuidadores (1), puede ser la causa de por qué nuestro estudio difiere de los grupos etarios expuestos de otros estudios, debido a la ausencia de pautas de prevención.
Ha sido observado tanto en nuestro estudio como en otros (9) que el sexo masculino es más propenso a presentar LNI, pues es el más afectado, debido a aumento de las actividades de riesgo e impulsividad (13). El rango de edad de 1-4 años predominó en nuestro estudio. Las LNI en este grupo etario son asociadas con la curiosidad, por el aumento en la deambulación libre y espontánea y por la exposición a nuevas experiencias (1). Estos resultados difieren de otros autores y se ha sugerido un aumento de las LNI en edades mayores, debido al incremento de la actividad (9), aunado a otros estudios cuyo grupo etario predominante es entre 11 y 15 años (12). La discrepancia de los resultados puede deberse al mecanismo de acción de las LNI asociado con la edad, como sucede en los grupos de edad mayor a los 10 años, en los cuales son frecuentes las actividades deportivas. La exposición a actividades físicas y deporte depende de las variables socioculturales de la familia (14), e influye en los mecanismos de acción de las LNI según el grupo etario y las características de la población estudiada. Además, por ser un centro de salud de tercer nivel público, el nivel socioeconómico de la población atendida pertenece a estratos socioeconómicos bajos (15).
Limitaciones
Cabe destacar que nuestro estudio presenta varias limitaciones metodológicas, al centrarse en los diagnósticos y al excluir los mecanismos de acción y los factores de riesgo de LNI, como las variables socioculturales, dentro de las cuales están las características del núcleo familiar, para establecer un real comportamiento de las LNI. Por ello es necesario un estudio posterior para describir a profundidad el comportamiento de las LNI.
Conclusiones
Los hallazgos evidenciados en nuestro estudio discrepan de estudios europeos y de Estados Unidos, donde las LNI predominan durante la adolescencia. El predominio del grupo etario evidenciado en nuestro estudio nos orienta a revisar las pautas de promoción y prevención de salud en las consultas de pediatría y atención primaria a los cuidadores de estos infantes para prevenir las LNI y disminuir su frecuencia tanto como sea posible.