Estimado editor,
Le escribimos con referencia al manuscrito Endogamia de comités editoriales en revistas peruanas de la salud (1), desarrollado por Arteaga y colaboradores y publicado en su revista. Sobre dicho texto decidimos contrastar los hallazgos con la evidencia de publicaciones internacionales, dada la importancia y relevancia del tema en la actualidad.
La literatura sobre las consecuencias de la endogamia literaria muestra resultados diversos. Esta podría influir positivamente en la productividad de la investigación medida por la cantidad y calidad de las publicaciones, dado que los miembros del comité editorial son académicamente activos y comprometidos con la publicación, lo que además se traduce en un alto nivel dentro de la especialidad. Por lo tanto, es plausible que un miembro de la junta editorial prefiera publicar en “su” revista, que refleja de manera óptima el campo de especialización. También puede deberse al sentido de lealtad hacia los editores en jefe o a la expectativa o percepción de una revisión más comprensiva por parte de sus colegas. No obstante, las acusaciones de ventaja desleal relativas a la publicación en la misma revista abundan, dado que el sesgo de publicación es una realidad en la ciencia y la endogamia editorial podría contribuir a ello (2).
Además del sesgo de publicación, ha surgido la duda de la asociación existente entre las publicaciones específicas de una revista y su factor de impacto. Rosing y col, encontraron que las revistas con factores de impacto más altos tenían mayor probabilidad de tener artículos con miembros del comité editorial como autores (3). Asimismo, los resultados del estudio de Pagel y Hudetz, mostraron que los miembros del consejo editorial de las revistas con factores de alto impacto tenían índices H más altos, y dado que este parámetro se basa en el número de citas en artículos revisados por pares, se puede considerar que la autocita y la autoedición son un problema importante del índice H (4).
Mani y col., compararon la cantidad de artículos publicados de los miembros del consejo editorial de cinco revistas de urología durante un periodo de cinco años, antes y después de ser miembros de la junta editorial, encontrando que no hubo un incremento en la autoedición ni en la autocitación. Sin embargo, esto pudo deberse a la heterogeneidad en la política de publicación de las revistas individuales, ya que se observó un aumento significativo de la endogamia editorial en una revista y en otra hubo una disminución relevante. En las otras tres revistas no hubo diferencias. Esto solo evidencia la falta de lineamientos para evitar dicho sesgo de publicación, dado que por el momento estos códigos de práctica son totalmente voluntarios (2).
En aras de mejorar la práctica en publicaciones especializadas, Graf y col, diseñaron una guía desde la perspectiva del editor. En dicho trabajo, aconsejan que los editores de revistas, miembros de consejos y otro personal editorial, deben retirarse de las discusiones en las que cualquier circunstancia pueda impedirles ser imparciales en las decisiones editoriales (5).
Luty y col., consideran que las únicas medidas para prevenir y disminuir el favoritismo editorial son la revisión por pares abierta o doble ciego; sin embargo, la mayoría de las revistas de mayor impacto no utilizan ninguna de estas estrategias, los autores a menudo no conocen quienes revisan sus manuscritos, pero los editores si conocen la autoría del artículo (6).
Por todo lo anterior, es importante crear una conciencia más amplia de la existencia de este potencial riesgo de sesgo, considerando el favoritismo como un problema ético importante que puede repercutir en la reputación de un proceso editorial.