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Revista Colombiana de Psiquiatría
Print version ISSN 0034-7450
rev.colomb.psiquiatr. vol.37 no.4 Bogotá Oct./Dec. 2008
Artículos originales
La prensa en Colombia según los grupos insurgentes*
What Insurgent Groups Think about Colombian Media
Ismael Roldán Valencia1, Diana Sofía Giraldo2, Miguel Ángel Flórez3
1 Médico psiquiatra. Director del Grupo del Grupo Comunicación y Periodismo (COPE) 2000, de la Escuela de Comunicación Social y Periodismo de la Universidad Sergio Arboleda, Bogotá, Colombia. Profesor emérito de la Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, Colombia.
Correspondencia Ismael Roldán Valencia Escuela de Comunicación Social y Periodismo Universidad Sergio Arboleda Calle 74 Nº 14-14 Bogotá, Colombia2 Periodista. Decana de la Escuela de Comunicación Social y Periodismo de la Universidad Sergio Arboleda, Bogotá, Colombia. Directora General de la Fundación Víctimas Visibles, Bogotá, Colombia.
3 Periodista. Profesor de la Escuela de Comunicación Social y Periodismo de la Universidad Sergio Arboleda, Bogotá, Colombia. La prensa en Colombia, según los grupos insurgentes
Recibido para evaluación: 15 de octubre de 2008 Aceptado para publicación: 24 de noviembre de 2008
Resumen
Introducción: En este trabajo los voceros de los grupos armados FARC, ELN y las AUC hablan acerca de lo que piensan sobre la prensa. Método: Este trabajo se basa en las entrevistas realizadas en el 2001 (FARC, ELN) y 2002 (AUC) a los voceros autorizados de los grupos armados. Resultado: Las entrevistas señalan que los grupos armados creen que la libertad de prensa y la opinión pública no existen y que los medios de comunicación son monopolios al servicio de las clases dominantes; en el caso de las AUC afirman que los medios deben estar al servicio del Estado. Conclusión: Los grupos guerrilleros y las AUC sostienen que los medios en Colombia no muestran de manera objetiva la realidad del conflicto colombiano y aseveran que están al servicio de la clase dirigente. Ven la realidad colombiana entre amigos y enemigos y a los medios "en manos de nuestros enemigos" .Usan como retórica fundamental el colocarse como víctimas del Estado y la sociedad. En ese sentido, acuden a movilizar la propensión de la opinión pública a identificarse con las víctimas.
Palabras clave: prensa, grupos guerrilleros, paramilitares.
Abstract
Introduction: In this paper the speakers that represent FARC, ELN and AUC talk about what they think about the media. Method: The paper is based on interviews made in 2001 (FARC, ELN) and 2002 (AUC) with authorized representatives of the armed groups. Results: The interviews point out that the armed groups believe freedom of the press and public opinion don't exist and that the media is a monopoly that serves those in power. In the case of AUC they say that the media should be at the service of the State. Conclusion: The guerrilla groups (FARC, ELN) and paramilitary (AUC) maintain that the media in Colombia do not portray in an objective manner the reality of the Colombian conflict and claim that they serve those in power. They see Colombian reality divided between friends and enemies with the media "in the hands of our enemies." As their fundamental rhetoric they play the part of victims of both the State and Society. In that sense they seek to mobilize the public´s tendency to identify with the victims.
Key words: Media, guerrilla groups, paramilitaries.
Introducción
Para hacer la guerra o buscar la paz, para combatirlos o para reinsertarlos en la vida civil, es indispensable conocer a los grupos armados, saber qué piensan y cuáles son sus posiciones en temas clave, como los medios de comunicación. Estas razones llevaron al grupo de trabajo Comunicación Social y Periodismo (COPE) 2000 a entrevistar a los voceros autorizados de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y a las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).
El propósito era que en sus propias palabras dijeran cómo entienden el papel de los medios de comunicación en el cubrimiento del conflicto y el concepto de opinión pública; también, qué entienden por neutralidad periodística, así como su opinión sobre el terrorismo y cómo perciben el poder de los medios. La única condición que pusieron los grupos armados fue que no se editara la entrevista.
Por otro lado, las posiciones que sostuvieron reafirman una vieja concepción derivada en buena medida del marxismo, que destaca el concepto de clase social.
Por las FARC participaron Andrés París, Raúl Reyes, Simón Trinidad y Carlos Antonio Lozada. Sus respuestas fueron muy similares entre sí, mostraron una unidad doctrinaria trazada por las conferencias nacionales del grupo. Por el ELN participó Ramiro Vargas, miembro del Comando Central del ELN -COCE- y delegado por ellos. Por las AUC participó Carlos Castaño, por entonces comandante en jefe.
El papel de los medios de Comunicación
Los grupos armados ilegales reconocen en estas entrevistas la importancia de los medios de comunicación en el cubrimiento del conflicto interno en Colombia y demuestran conocer en profundidad las rutinas periodísticas y la vulnerabilidad de periodistas y medios, que pretenden capitalizar como un terreno propicio para librar su propia guerra de la información. Sin embargo, la utilización que hacen de los medios varía de acuerdo con algunos conceptos preconcebidos que tienen sobre su funcionamiento. Roldán I., Giraldo D., Flórez M.
En sus declaraciones se observan con claridad las razones por las cuales la prensa en Colombia se ha convertido, para los actores armados, en una institución visible y necesaria para la difusión de sus pretensiones políticas y militares.
Los siguientes apartes, tomados como los más relevantes de las entrevistas, muestran los puntos de vista que las FARC, el ELN y las AUC tienen sobre el papel que cumplen los medios de comunicación en el cubrimiento del conflicto armado. Así mismo, se incluyen los conceptos de expertos en el tema de la confrontación, para analizar algunas de estas declaraciones respecto al papel de los medios en el conflicto. Veamos sus palabras.
En sus propias palabras
Preguntamos a Raúl Reyes de las FARC. ¿Qué valoración tienen las FARC del papel que han cumplido los medios de comunicación en el cubrimiento del conflicto? Las FARC lo han sostenido y lo siguen sosteniendo: los medios de comunicación en Colombia son de los principales grupos económicos en el país, de don Julio Mario Santo Domingo, de Ardilla Lülle. La Casa Editorial El Tiempo es un grupo económico grande. Los principales medios de comunicación en Colombia son de los ex presidentes de la República: luego, son una élite que responde a esos intereses. Por esa razón, los medios de comunicación en Colombia tienen un poder inmenso para quitar presidentes, para subir porcentajes de favorabilidad a los candidatos de su preferencia, para estigmatizar a aquella organización, partido o sector que es adverso a sus intereses, hasta el punto de que, en muchos casos, por algunos editoriales, por algunas sindicaciones de estos medios, ha salido asesinada mucha gente, ha sido encarcelada, ha tenido que ir al exilio. Luego, es un poder divorciado de la verdad y completamente al servicio de las clases gobernantes de Colombia.
Las FARC consideran que en Colombia no existe información, sino desinformación. Es una información demasiado sesgada, en beneficio de sus intereses. Nuestra organización política y militar, que tiene como fin la solución de los problemas que afectan a los más de 30 millones de colombianos que están en la pobreza, encuentra en los medios de comunicación un rechazo y una exclusión permanente y, sobre todo, una tendencia sistemática a desvirtuar lo que hace la guerrilla, lo que dice y sus propuestas.
Nosotros enmarcamos esto en el hecho de señalar que, lamentablemente, en Colombia no existe la libertad de prensa, porque sabemos que dentro de los medios de comunicación hay muchos periodistas, hombres y mujeres, que quisieran trabajar con profesionalismo, hacer uso de la ética y todo eso, pero los patronos les imponen unas condiciones a las que ellos deben someterse, porque de lo contrario no pueden seguir trabajando en estos grandes medios.
Andrés París, miembro del secretariado de las FARC, afirmó:
Es evidente que en un proceso de paz hay que crear confianza en un ambiente de diálogo. Y si los medios de comunicación se convierten en una especie de vocero gubernamental y, además, manejan un lenguaje agresivo, es evidente que ellos están perdiendo su neutralidad y su capacidad de informar, colocándose como una de las partes que negocia y, más aún, como una de las partes que combate en Colombia.
Aunque en varias de las entrevistas los miembros de las FARC aseguraron que los periodistas no serían objetivos militares y que eran respetuosos de la libertad de prensa, Andrés París concluyó más adelante: "Ojalá haya un acuerdo político y una solución política al conflicto. Ojalá, dentro del acuerdo, uno de los puntos sea buscar el equilibrio informativo. Si no es así, es obvio que esos medios que militan en las filas guerreristas van a recibir lo que corresponde".
Por su parte, Ramiro Vargas, del ELN, dijo sobre la valoración que tiene el ELN del papel que han cumplido los medios de comunicación en el cubrimiento del conflicto: Sobre la prensa o los medios de comunicación en general, nosotros tenemos una apreciación muy negativa, en muchos aspectos, debido a la manera como manejan determinados temas. En vez de informar objetivamente, dar una opinión seria o una opinión basada en la verdad, los medios trabajan mucho lo que llaman la "chiva". Basta un título o una noticia titular, pero sin contenido.
Lo que muchas veces se dice no tiene correspondencia con el titular. En otras ocasiones se dice una sarta de mentiras que no corresponde a la realidad. Eso es una apreciación muy preocupante. Gran parte de la polarización del país tiene que ver con la información que los medios de comunicación ofrecen.
En manos de nuestros enemigos, la imposibilidad de la neutralidad periodística
Carlos Castaño, miembro de la dirección política de las AUC, dijo frente al tema del papel de los medios:
El papel de los medios es trascendental y fundamental, porque estos perfectamente inclinan la balanza del conflicto en la dirección que les interese. Pienso que el periodismo tiene que tomar partido en los conflictos.
No soy amigo de la imparcialidad y neutralidad periodista [...]. Creo que, ante todo, un periodista, como cualquier ser humano, tiene que tomar partido; tiene la obligación de estar del lado del Estado y en contra de los enemigos del Estado, si es colombiano. En Colombia el periodista cumple, y ha cumplido, un papel importantísimo; no quiero decir como un actor, sino como una fuerza social representativa, que tiene una figuración de primera línea Roldán I., Giraldo D., Flórez M. en toda la problemática colombiana y su resolución.
Más adelante, en otro aparte de la entrevista, señaló: "Nosotros somos un grupo de personas que se defiende cuando el Estado no lo hace y no cumple con sus funciones. Por eso tenemos que defendernos con nuestros propios medios". También afirmó:
Nosotros no estamos defendiendo ni al gobierno, ni a la oligarquía ni tampoco a lo que la guerrilla llama el régimen. Nosotros somos clase media que defendemos a la clase media, que no tiene policía ni ejército. Porque los ricos y el establecimiento tienen quien los defienda. La Policía y el Ejército son la autodefensa de ellos. Nosotros somos un grupo de personas que se defiende cuando el Estado no lo hace y no cumple con sus funciones. Por eso tenemos que defendernos con nuestros propios medios.
Resulta contrastante que mientras las AUC rechazaban la neutralidad del periodista y le exigían tomar partido a favor del Estado, las FARC consideraron que el periodista es un actor en el conflicto armado, pues toma partido por el gobierno. Entonces, ¿qué es la neutralidad? Carlos Antonio Lozada, miembro del secretariado de las FARC y vocero de esa organización, sostuvo sobre la neutralidad:
En el desarrollo de la confrontación, una de las primeras víctimas es la verdad. Nosotros no aspiramos a que unos medios de información en manos de nuestros enemigos, como es el caso colombiano, vayan a ser objetivos. Creemos que están impedidos porque ellos son parte del conflicto. Así está planteada la lucha en Colombia. Los medios de información, al menos para ponerles nombre propio, Caracol y RCN, hacen parte de la confrontación y están inmersos en ella . Y agregó: "Nunca hemos atacado a los medios de comunicación por las vías militares, pero tenemos claro que los utilizan como un arma en el desarrollo de la confrontación". También Ramiro Vargas, miembro del comando central del ELN y vocero de esa organización, dijo al respecto:
Usan titulares que muchas veces dicen una sarta de mentiras que no corresponde a la realidad. Creemos que gran parte de la polarización que tiene el país está relacionada con la información que dan los medios. En el tema de la paz y del conflicto ellos han sido un desastre. Manipulan los hechos para presentarlos de determinada manera y de acuerdo con determinados intereses. Por ejemplo, el conflicto colombiano se ha simplificado a tal extremo que, simplemente, es un problema de narcotráfico y de violencia, ocultando sus raíces históricas, que tienen que ver con un problema económico, político y social.
Prensa y monopolios
Andrés París, de las FARC, al ser interrogado sobre si los medios de comunicación colombianos son sus enemigos expresó:
Los principales medios están adscritos a los principales partidos y los principales partidos son de propiedad de los principales grupos económicos; entonces, los medios de comunicación en Colombia son un instrumento inmediato de quienes usufructúan el poder; es decir, el grupo Santo Domingo y el de Ardila Lülle; el uno liberal y el otro conservador. Son los dueños de los medios, los directores y el aparato administrativo los que tuercen el esfuerzo de recoger de la fuente la información verídica. No son los periodistas.
Las FARC establecieron una clara diferencia entre los propietarios y directores de los medios y los periodistas. Mientras a los primeros los consideran los responsables de la manipulación informativa, a los segundos los ven, como lo afirmó Raúl Reyes, "como unos trabajadores, una gente que encontró en su profesión de periodista una forma precaria de conseguir su subsistencia". Simón Trinidad, de las FARC, a su vez, señaló:
Por eso en Colombia no hay otras fuerzas políticas que podamos acceder por las vías legales al poder de la administración del Estado colombiano. Esa crisis económica, social y política requiere cambios. Pero quienes tienen el poder en el país, y al mismo tiempo son los dueños de los grandes medios de información y de propaganda, se oponen a esos cambios, porque implicaría ceder en sus privilegios para democratizar la riqueza nacional.
Además, están los intereses de las compañías transnacionales, de las extranjeras, e, igualmente, los intereses de quienes monopolizan la tierra, la banca, la industria y el comercio internacional. Todos ellos se expresan no solamente a través de esos medios de comunicación y propaganda, sino ejerciendo violencia contra el pueblo que protesta, lucha y quiere el cambio.
Antonio García, miembro del Comando Central del ELN, se refirió, en un discurso fechado en Ginebra el 23 de julio de 2000, a la posibilidad de realizar una Asamblea Nacional Constituyente. Allí el ELN propuso la reestructuración del conjunto de poderes de la sociedad colombiana; entre ellos, la democratización de los medios de comunicación. Al preguntársele a Ramiro Vargas qué reflexión hace el ELN sobre esta propuesta y cómo se implementaría esa iniciativa, respondió:
Mire una cuestión: ¿cómo puede ser un país democrático en donde el 85% de los medios de comunicación está en poder de cuatro grupos Roldán I., Giraldo D., Flórez M. económicos? Creo que usted, como periodista, maneja mejor que yo esa información. El 85% de los medios de comunicación que generan opinión, porque el otro 15% son los medios de comunicación barrial, municipal, el pequeño periódico y la pequeña emisora o el canal de televisión por cable. De ese 85%, el 48% lo manejan Ardila Lülle y el Grupo Santo Domingo. ¿Podrá haber democracia? ¿Esos medios de comunicación podrán irrigar, generar y trabajar en función de una democracia real? Esos medios de comunicación trabajan de acuerdo con los intereses de ellos. Entonces, no puede haber democracia cuando hay un monopolio de la comunicación, y usted sabe que, hoy en día, la capacidad de generar opinión por los medios de comunicación es muy grande. Entonces, mientras los medios de comunicación estén monopolizados no puede haber democracia en el país. Por eso nosotros planteamos que para que haya democracia tiene que haber una desmonopolización de los medios de comunicación. Ese es un elemento fundamental hoy en día.
Carlos Castaño coincide, en cierto sentido, con lo anterior:
Pienso que a mayor número de medios de comunicación, pues mucho mejor. La competencia debería, como en el mercado, beneficiar al consumidor. Pero en Colombia la competencia afecta al consumidor, y es precisamente por el síndrome de la "chiva". Mientras más medios de comunicación haya, mucho mejor; ojalá hubiese forma de cubrir la totalidad de los hechos regulares o irregulares que pasan en Colombia, pero hay inmadurez, hay alguna actitud irresponsable por parte no sé si de los productores o de los dueños de los medios, y el periodista cae en ese juego. A lo mejor premian al periodista que más rápido lleva la noticia. La noticia, mientras más escandalosa se dé, mientras las imágenes sean mucho más violentas, más vende. Se ha ido creando una cultura en Colombia, a través de la cual al pueblo se le enseña que no hay noticia cuando no hay violencia.
De allí que una de las formas de practicar terrorismo es cuando el periodismo asusta al pueblo colombiano con cosas que realmente no están sucediendo y no tienen la magnitud que quieren darle.
Resulta irónico, por lo menos, esta afirmación de Carlos Castaño, que responsabiliza al periodismo de practicar terrorismo al asustar al pueblo colombiano.
Los grupos armados y el Terrorismo
Los voceros armados han sido calificados como grupos terroristas por el Departamento de Estado de Estados Unidos. Al preguntársele a Ramiro Vargas, del ELN: "¿Qué es terrorismo y cuál es el objetivo de un acto terrorista, según ustedes?", respondió:
La prensa en Colombia, según los grupos insurgentes Sobre ese calificativo que nos hace Estados Unidos, me pregunto: ¿habrá un país más terrorista que Estados Unidos? Lo que pasa es que Estados Unidos hace terrorismo en nombre de la libertad y la democracia. ¿Qué está pasando en el Oriente Medio? ¿Qué está haciendo Israel con los palestinos? ¿Eso no es terrorismo? ¿O es que terrorismo son los actos militares que hacen los débiles, los que no tenemos muchos medios y los que no estamos en el poder? ¿Qué diferencias hay entre las acciones que hace la insurgencia, una fuerza débil y del pueblo, en unas operaciones para poner explosivos y detener el avance de una fuerza enemiga en una confrontación, y un bombardeo que destruye ciudades, pueblos enteros y que mata civiles y militares por igual? Hoy en día, en las guerras modernas son más los muertos civiles y menos los militares.
El problema está en que Estados Unidos, en el caso de Afganistán, puede destruir toda esa sociedad y el país con bombas, pero eso no es terrorismo, mientras que si el ELN vuela un oleoducto o tumba una torre eso sí es terrorismo. Ahí no hay ni punto de comparación ni de equilibrio. Es una manipulación de la información para legitimarse el uno e ilegitimar al otro. Para nosotros, terrorismo son actos aislados sin ningún propósito, que afectan fundamentalmente a la población civil.
Las AUC han sido señaladas por el Departamento de Estado de los Estados Unidos como una agrupación terrorista. ¿Qué es para usted el terrorismo?, preguntamos a Carlos Castaño:
Como cualquier ciudadano, le respondo: sembrar terror. Sembrar terror mediante la intimidación, mediante la traición, mediante la dinamita, mediante los explosivos, mediante la mentira. Es, precisamente, no permitir que la verdad se conozca, atemorizar a cualquier persona, a cualquier país, a cualquier sociedad. Eso es terror para mí. Carlos Castaño expresó una visión maximalista del terrorismo, que abarca todo tipo de acciones armadas contra la vida, la infraestructura estatal y el medio ambiente.
Esta concepción maximalista del líder de las AUC coincide con lo expresado por un sector de la prensa.
Andrés París opinó lo siguiente sobre el cubrimiento periodístico de los actos terroristas en Colombia:
Eso muestra un sesgo, porque muchas acciones que no son necesariamente armadas son presentadas como terroristas. Por ejemplo, la lucha social de los campesinos que taponan una carretera son acusados de acción terrorista, y muchas acciones armadas que corresponden al conflicto interno también son señaladas de terrorismo. Lo que señalo es que ese estereotipo se ha convertido hoy en una tendencia universal en la política internacioRoldán I., Giraldo D., Flórez M. 512 Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 4 / 2008 nal, y eso hay que erradicarlo. En Europa vienen separándose del guión de Bush de considerar toda su política internacional en cuestión de la lucha contra el terrorismo. Con la pijama del terrorismo no se pueden vestir todos estos conflictos.
Al preguntársele a Simón Trinidad qué es el terrorismo y qué es un acto terrorista para las FARC, contestó:
Nosotros somos una organización que no practica el terrorismo. El terrorismo lo que busca, precisamente, es generar miedo y producir terror al común de la sociedad. Nosotros lo que hacemos son actos de sabotaje propios de una guerra revolucionaria [...]. En una guerra hay víctimas inocentes, pero nuestro objetivo no es la sociedad.
Por su parte, Carlos Antonio Lozada respondió lo siguiente: "Nosotros tenemos que diferenciar entre lo que es una acción de sabotaje como un recurso válido en el desarrollo de la confrontación, una acción propia de la guerra y lo que es el terrorismo. El terrorismo es toda acción que tiene como fundamento y principio generar terror de manera indiscriminada. Esa es la esencia y ese es su objetivo. En el caso de las acciones que nosotros hemos desarrollado para afectar la infraestructura económica, hay que ubicarlas dentro del contexto de una guerra de guerrillas que se libra en este país. Por tanto, ese tipo de acciones no tiene como objetivo generar terror, sino sabotear la infraestructura económica del Estado, al igual que lo hace el Estado con nosotros [...].
Al preguntársele si el atentado a la estación de policía del barrio Fátima, de Bogotá, en el año 2002, donde una niña murió fue otro acto terrorista, manifestó:
Fue calificado de terrorista y se presenta como si el objetivo de la acción fuera la muerte de la niña. Eso fue un resultado fortuito y colateral.
El objetivo eran los agentes de la fuerza pública. No se trata en ningún momento de que nosotros queramos desconocer eso. La muerte es indeseable desde todo punto de vista, más si es de una niña, pero ella no era el objetivo de la acción en la forma como se presenta la noticia y en la que se manipula
Sobre los hechos de Machuca, Ramiro Vargas respondió: "Ese hecho lo presentaron los medios de comunicación sin investigar y lo trataron como una masacre del ELN. Machuca es un pueblo que está en la zona interna de un frente nuestro, el José Antonio Galán".
Estas declaraciones nos permiten afirmar que para las FARC y el ELN la confrontación armada tiene una justificación política, enunciada en la retórica que la sustenta.
Los grupos armados, basados en una visión simplista del bien y del mal, se confunden con explicaciones maximalistas. Eso explicaría, La prensa en Colombia, según los grupos insurgentes en parte, la torre de Babel que se formó por las versiones informativas ambiguas y confusas que se dieron durante los diálogos de paz entre el gobierno de Andrés Pastrana y las FARC.
Conclusiones
En los testimonios antes expuestos es muy claro que los medios son vistos como instrumentos al servicio de la clase dirigente (FARC, ELN) o al servicio del Estado (AUC), de tal manera que no existiría la función de informar y opinar de manera objetiva al servicio de la sociedad colombiana. Esta concepción cosifica la democracia, pues no creen en la objetividad de la información.
Para los grupos armados, los medios sólo existen para ser manipulados.Este imaginario provoca en la guerrilla una actitud prevenida, que los lleva a prepararse para no dejarse manipular. Como dice León Valencia, "ellos no comprenden los medios, consideran que son sólo manipulación, una perversión y no les ven un lado racional". Pero establecen también una diferencia entre dueños y periodistas, entre directores y periodistas.
Las AUC responsabilizan a los medios de practicar el "terrorismo" al asustar al pueblo colombiano en la información sobre el conflicto. Ahora bien, aunque es cierto que la polarización, la dramatización y el sensacionalismo contribuyen a propagar el temor, es abiertamente exagerado denominarlos como causa de terror.
Se ha planteado, desde diversos sectores sociales, la necesidad de contextualizar la noticia, de cuidar la forma para no dejarse manipular por el juego de los violentos. Este problema de la falta de contextualización y de información histórica ha llevado a que analistas como Rafael Pardo comenten que "en un país que lleva 20 años de procesos de paz, resulta que los periodistas que cubren el conflicto no tienen contexto al continuar en el análisis de los grupos armados ilegales".
Pero estas debilidades de la prensa no permitirían llegar a la conclusión general a la que llegan estos grupos: las FARC y el ELN creen que los medios de comunicación están reducidos a ponerse al servicio de una clase económica dominante.
Así, los grupos armados no reconocen a la prensa como el pilar fundamental de la democracia y de su pluralidad, sino que la ven como parte de una democracia inequitativa y excluyente. Tanto la guerrilla como las AUC encuentran su justificación en su lucha contra los monopolios de los medios porque estos representarían solo los intereses de una clase privilegiada.
En cuanto al terrorismo, es claro que para las FARC y el ELN su accionar armado no es terrorismo, por tratarse de una rebelión política contra el Estado. Para las AUC estas consideraciones no son válidas, porque esa organización es elusiva, vaga y maximalista sobre el Roldán I., Giraldo D., Flórez M. terrorismo, como cuando afirman que este es atemorizar a cualquier persona, país o sociedad. Para ellos es igual la mentira, la intimidación y el engaño que la dinamita y los explosivos.
Los actores armados ilegales muestran su propia incapacidad para asumir posiciones de autocrítica, en las que terminarían reconociendo como terroristas algunos actos ejecutados por ellos, a pesar del conocimiento que tienen del Derecho Internacional Humanitario.
La ausencia de autocrítica permite la instrumentalización del lenguaje valiéndose de la retórica política para encubrir y buscar legitimidad para sus propios actos.
De allí que actos calificados como terroristas por el Derecho Internacional Humanitario estos actores los señalen como efectos colaterales de la guerra, como el caso de las masacres de civiles, o de los secuestros, que ellos califican como retenciones.
La guerrilla y las autodefensas pretenden persuadir a los ciudadanos de que su lucha es legítima, por tantas carencias e inequidades que aquejan a la sociedad colombiana.
De esta manera no hay duda de que los entrevistados luchan por su legitimidad: no sólo por la vía de las armas, sino recurriendo a un discurso que usa como retórica fundamental el hacerse ver como víctimas del Estado y la sociedad. En ese sentido, acuden a movilizar la propensión de la opinión pública a identificarse con las víctimas.
Los medios de comunicación se convierten en meros instrumentos tácticos para la estrategia de búsqueda de legitimidad. Lo más importante es su intención de manipular a los medios mediante un reclamo permanente sobre el uso del lenguaje, por ejemplo, cuando los llaman terroristas y no rebeldes. No gustan de que se hable de secuestro, sino de "retenciones". Sus actos contra la población civil no serían "terroristas", sino "efectos colaterales de la guerra". Por eso, para ellos es importante que difundan sus declaraciones sin modificaciones. Así, su reducción de la prensa a un instrumento de la clase dominante no es más que parte de una estrategia para que acepten su lenguaje, que los exculpa del uso de la violencia.
También tienen, como hemos visto, un uso estratégico de una supuesta condición de víctimas: pretenden ser víctimas las FARC, el ELN e incluso las AUC. En síntesis, la justificación de la retórica sobre los medios está basada en su búsqueda de persuadir a los ciudadanos de que su lucha insurgente y paramilitar es una esperanza frente a la inequidad. Los grupos armados, convencidos de la legitimidad de su lucha, tratan de convencer a la sociedad de la validez de su legitimidad. Al desconocer la libertad de prensa y a la opinión pública, solo ven en los medios instrumentos al servicio de las clases dominantes (FARC-ELN) o del Estado (AUC), pero también es cierto que La prensa en Colombia, según los grupos insurgentes luchan por hacer presencia en esos medios, tan criticados por ellos.
Todo lo anterior se puede resumir en que su ausencia de autocrítica frente a la prensa les permite a unos y a otros la instrumentalización del lenguaje, valiéndose de la retórica política, para encubrir sus propios actos.
Fuentes
Entrevistas realizadas por el grupo de investigación Comunicación Social y Periodismo (COPE) 2000, de la Universidad Sergio Arboleda, Bogotá, 2001- 2003 a: León Valencia (político y analista); Rafael Pardo (político y analista); Andrés París, Raúl Reyes, Simón Trinidad y Carlos Antonio Lozada (dirigentes de las FARC); Ramiro Vargas (vocero del ELN), y Carlos Castaño (comandante de las AUC durante el periodo en el que se realizaron las entrevistas; murió en 2004).
Comentarios
*Este trabajo hace parte de la investigación "Periodista, guerra y terrorismo" presentada en el Congreso Internacional sobre Víctimas del Terrorismo por la Escuela de Comunicación Social y Periodismo de la Universidad Sergio Arboleda, Bogotá, Colombia.
Conflicto de interés: Los autores niegan cualquier conflicto de interés en este artículo.