INTRODUCCIÓN
El envejecimiento poblacional es un hecho mundial 1 en crecimiento que significa uno de los principales retos para la salud; en especial en el cumplimiento de los objetivos de desarrollo sostenible, e implica transformaciones sociales, políticas y culturales. La población de más de 60 años es el segmento demográfico que más rápidamente está creciendo 1.
Según los dos últimos censos, Colombia está siguiendo la tendencia mundial, en 2019, el 13.5 por ciento de los colombianos son mayores de 60 años 2, y en el departamento de Bolívar, para 2020 se registra un aumento del 20 % en relación con 2015 duplicando así el 10.3 % del crecimiento poblacional para 2020, sin embargo, sus condiciones de vida serán preocupantes 3
Se ha dicho, con razón, que "se envejece según se ha vivido", y esto presupone que los cambios en la esfera social cuando el individuo llega a una edad avanzada están determinados por su conducta social previa 4, circunstancias que determinan el patrón de envejecimiento de cada persona y el estado de salud al envejecer que van a afectar su calidad de vida.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) la define como la percepción que cada individuo tiene de su posición en la vida en el contexto del sistema cultural y de valores en el que vive, en relación con sus metas, expectativas, estándares y preocupaciones 5.
Al hablar de calidad de vida se tiene que dar importancia a las cosas relativas a las que las personas dan cierto valor en su vida, y debe venir siempre del mismo individuo 6, valorando su percepción en torno a qué tan bien viven, cómo evalúan su vida, su calidad de vida, es decir, una evaluación de su vida desde el bienestar subjetivo 7.
Por eso, la salud autopercibida es uno de los indicadores de salud más utilizados en la investigación en calidad de vida para medir aspectos subjetivos, pues se considera un fiel reflejo de la valoración del estado de salud en que se percibe el individuo 8.
La importancia de esta medida radica en su fuerte asociación con la probabilidad de padecer enfermedades crónicas y con la utilización de los servicios sanitarios. Algunos autores han sugerido, incluso, que podría comportarse también como un potente predictor de mortalidad; de ahí el valor de su medición 9.
Por tanto, valorar la autopercepción de la CV y de la salud ayudará a mejorar la planificación y organización de la atención en salud para esta población, debido a la presión que ejerce la magnitud y la rapidez del crecimiento de los adultos mayores en las políticas públicas.
En este contexto, se presenta esta investigación cuyo objetivo fue determinar la relación entre calidad de vida y salud autopercibida de los adultos mayores atendidos en las instituciones de salud en el municipio del Caribe colombiano.
METODOLOGÍA
Estudio observacional, descriptivo y transversal, con una fase correlacional en una muestra probabilística de 365 adultos mayores de 60 años vinculados a las diferentes instituciones prestadoras de salud de la red pública y privada de un municipio del Caribe colombiano, que firmaron el consentimiento informado. Cualquier limitación mental que le impidiera proporcionar la información requerida en los instrumentos fue criterio de exclusión.
Se aplicó una encuesta sociodemográfica, la cual incluyó las características del individuo, que según la literatura pueden incidir en la percepción de la CVRS en los AM, el Índice Multicultural de Calidad de Vida (MQLI/Sp) validado en Colombia, que ha reportado un Alfa de Cronbach de 0,8110. Este índice permite medir el concepto calidad general de vida, entendido en este estudio como el conjunto global que integra el nivel de salud y de calidad de vida, soportado en bienestar físico, psicológico/emocional, autocuidado, funcionamiento independiente, ocupacional e interpersonal, apoyo social, comunitario, plenitud personal y espiritual 10. Se realizó prueba piloto con 25 adultos mayores que no hicieron parte del estudio para determinar el nivel de comprensión de las preguntas del instrumento, así como también su habilidad. Se obtuvo un Alfa de Cronbach de 0,803.
La autopercepción de la salud se valoró mediante la inclusión de las preguntas "¿cómo considera su salud?" y "cómo compara su salud con la de otras personas de la misma edad", cuyas opciones de respuesta se categorizaron en dos categorías: Positiva y Negativa. El tiempo de aplicación fue de 10 minutos, como lo referencian Herrera y colaboradores 10.
Para el análisis estadístico se empleó el software paquete estadístico SPSS versión 23.0 SPS. Se realizó un análisis descriptivo de las variables, un análisis de regresión logística multivariada y se realizaron las razones de Momios (odds ratios) con sus intervalos de confianza para establecer las posibles asociaciones.
El estudio respetó consideraciones éticas de acuerdo con las normas internacionales 11, y de acuerdo con el artículo 11 de la Resolución 8430 del 4 de octubre 1993 del Ministerio de Salud de Colombia se consideró "Sin riesgo" 12. La investigación contó con el aval del Comité de Ética institucional.
RESULTADOS
De los datos sociodemográficos destacamos que los AM presentaron edades entre 60 y 69 años (71 %), de sexo femenino el 63 %; casados el 36 %, viudos el 27 % y solteros 25 %, con trabajos informales el 59 %, están afiliados al régimen subsidiados el 82 %, son católicos el 61% y cuentan con el apoyo familiar el 73 5 %.
Respecto a la valoración de la dimensión bienestar y funcionamiento expresadas en la tabla 1, se evidencia que el bienestar físico fue la dimensión peor valorada entre las que se consideraron, por más de la mitad (51 %) de los AM y tiene una buena percepción de las dimensiones bienestar psicosocial el (55 %), autocuidado y funcionamiento el 52 % y funcionamiento ocupacional el 47 %.
El 52 % de los AM tienen buena percepción del funcionamiento interpersonal, pero una mala percepción de las dimensiones apoyo social/emocional y la dimensión apoyo comunitario y de servicio, con un 50 y 36 %, respectivamente; aspectos importantes para considerar por la trascendencia que tienen en la calidad de vida y el significado del apoyo en la cotidianeidad del AM.
La tabla 3 evidencia que los AM tienen una buena satisfacción espiritual (60 %), pero mala percepción de su satisfacción personal (57 %) y calidad de vida regular con un 54 % referida en la gráfica 1.
Con relación al interrogante ¿cómo considera su salud?, el 56 % autopercibe su salud como positiva (gráfica 2). ¿Al comparar su salud con la de otras personas de su misma edad?, la suya la considera también positiva (55.89 %) y negativa el 44.11 % (161) (tabla 4).
El factor sociodemográfico grado de ocupación condiciona la salud autopercibida de los AM, en la medida que tener un trabajo independiente y percibir de él un ingreso aumenta en una 2,3 veces más probabilidad de tener una buena autopercepción de la salud (OR= 2,331; IC IC95 % = 0,125 - 0,833 (Prueba Hosmer y Lemeshow p >0,05).
Estar afiliado al sistema de seguridad social en salud aumenta en 3,2 veces la posibilidad de tener una buena percepción de la salud (OR= 3,199 IC 95 %= 1,758-4,236) (Prueba Hosmer y Lemeshow p >0,05) (tabla 5).
Respecto a la relación entre percepción de la calidad de vida y salud autopercibida medida a través del modelo multivariado de regresión logística binaria, se encontró que los adultos mayores que consideraron su estado de salud como positiva o buena refieren que su calidad de vida también fue considerada como buena, y tener un estado de salud negativo o malo lo relacionan con tener una calidad de vida regular; el estado de salud y la calidad de vida tienen una asociación positiva, que aunque es débil, indica que su influencia sobre la calidad de vida es directamente proporcional.
DISCUSIÓN
Los resultados de esta investigación develan la importancia de estudiar la percepción de la calidad de vida y la salud de los adultos mayores como una parte fundamental para la planeación de la atención en salud que incluya, además, no solo los elementos objetivos, sino aquellas condiciones y factores que emanan de la percepción subjetiva de las personas mayores 13.
La dimensión de bienestar se asoció positivamente a la condición laboral y de autocuidado, y negativamente a la condición de bienestar físico; lo que parecería indicar que la existencia de comorbilidades influye en el juicio de valor de esta dimensión, concluyendo que la situación de dependencia conlleva más oportunidades de presentar mala calidad de vida y de salud.
Olivi 13 afirma que las actividades instrumentales de la vida diaria valoran funciones importantes para una vida independiente, lo cual se requiere para desempeñarse laboralmente, proclama que la independencia es el valor supremo de la vejez 13. Igual reporte hicieron Vargas y Melguizo et al. 14-15, quienes indican que a medida que aumenta la independencia funcional, mejora la percepción de su calidad de vida y su salud; quizás esto explique por qué los adultos mayores en este estudio calificaron positivamente tener autonomía y ser independientes.
La calidad de vida se asoció positivamente con la dimensión funcionamiento interpersonal y apoyo comunitario y de servicio en ambos géneros, lo que podría indicar que se encuentran satisfechos con el apoyo recibido, lo cual se refleja en la percepción del funcionamiento interpersonal. Este hallazgo constituye un factor protector para la salud del adulto mayor, en la medida que genera en ellos sensación de bienestar psicológico y emocional y estar satisfechos con el apoyo que reciben.
Estos resultados coinciden con lo encontrado por Melguizo - Acosta y Vargas-Melquizo 16-17, que afirman que seguramente los adultos mayores estarían siendo beneficiados de los programas gubernamentales, los cuales están focalizados fundamentalmente en adultos mayores que tienen funcionamiento independiente y que cuentan con servicios de apoyo nutricional, apoyo psicosocial y ejercicios, entre otros. Torres y Flores 18 afirman que la salud de los adultos mayores como seres sociales depende sustancialmente de un intercambio interpersonal y prácticas sociales favorables, en términos de recompensas materiales o emocionales y de aprobación cognoscitiva.
En este estudio, la dimensión apoyo social tuvo una mala puntuación; dato similar al encontrado por Requena en Cuba 19, que reportó percepción baja; resultados desfavorables a la dimensión satisfacción con la vida. Así mismo, Corugedo y Muñoz 20-21 informan que a menor apoyo, percibían menor calidad de vida relacionada con la salud. A diferencia a lo reportado por otros autores, que reportan un predominio de la categoría alta, evidenciándose elevados niveles de satisfacción con la misma 15,16,22,23.
La plenitud espiritual es la dimensión mejor calificada, datos coincidentes con otros estudios 16,24-25 que señalan que las puntuaciones altas en bienestar espiritual se relacionan con un menor sufrimiento psicológico. Consideran a esta dimensión como un recurso positivo para el cuidado de la salud y un recurso protector ante el sufrimiento en su condición de envejecimiento.
Con relación a la percepción global de la calidad de vida, la mayor parte de los AM que participaron en este estudio le otorga una baja puntuación a esta dimensión de la calidad de vida., datos coincidentes con otros estudios 26-27 en los que también se reporta baja calidad de vida. Este dato difiere de los hallazgos de diversos estudios, en los cuales se ha reportado una mejor calificación a la dimensión global de su calidad de vida 13,15,28,29.
Sin embargo, llama la atención que a pesar de que los AM tienen baja percepción de su calidad de vida, autoperciben su salud en forma positiva; condición que estuvo relacionada con factores sociodemográficos como tener una ocupación, contar con régimen de salud y tener un ingreso económico.
Lo anterior asegura que el contexto en el que el AM se desenvuelve condiciona su percepción sobre su calidad de vida 30, de tal manera que si se encuentra en un contexto óptimo para desarrollar adecuadamente sus actividades, autovalerse, tener una seguridad social y tener satisfacción personal tiene buena percepción de su salud.
CONCLUSIÓN
En este estudio, algunas dimensiones de la Calidad de vida mostraron estar asociadas a la plenitud espiritual, bienestar psicosocial, autocuidado y funcionamiento ocupacional e interpersonal, satisfacción espiritual; mientras que el tener algún padecimiento físico o comorbilidad, un deficiente apoyo social y deficiente satisfacción personal condiciona una mala percepción de calidad de vida e incide en la percepción de su salud, lo cual reafirma que la calidad de vida se auto percibe de acuerdo con la satisfacción personal y autocuidado que tenga el adulto mayor.
Los hallazgos de este estudio aportan información sobre las dimensiones que se constituyen en factores protectores para fortalecerlas con acciones de fomento de la salud, así como, áreas que requieren intervención con acciones sanitarias focalizadas a las necesidades reales y sentidas del AM, que orienten la política pública y la planeación del cuidado del AM en el contexto local y regional.