INTRODUCCIÓN
A finales de 2019 se informó por primera vez de la existencia de un nuevo caso de neumonía vírica origen desconocido en Wuhan (China) 1; para el 11 de marzo de 2020 la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró a nivel mundial estado de pandemia producto del SARS-CoV-2 (2), y 6 días después, a partir del decreto 417 del 2020, se declara el estado de emergencia económica, social y ecológica en Colombia 3. En la actualidad, además del costo físico, el impacto emocional producto del Covid-19 aún no es comprendido por completo, sin embargo, sí es claro que para aquellas personas con enfermedades crónicas los efectos han sido particularmente mayores 4. La insuficiencia cardiaca, la diabetes, el cáncer, la enfermedad renal crónica y la obesidad son algunas condiciones que aumentan el riesgo de enfermedad grave por Covid-19 4,5.
Sumado a lo anterior, se ha evidenciado que ciertas poblaciones, tales como las de un nivel socioeconómico bajo, además de ciertos grupos raciales y étnicos, presentan una alta incidencia de enfermedades crónicas, la cual se ha relacionado con la alta morbimortalidad por Covid-19 en esta población producto en gran medida por la exposición a determinantes sociales de la salud subóptimos 6. Estos determinantes sociales son factores que influyen en la salud donde las personas viven, trabajan y juegan. La educación, el tipo de empleo, el acceso deficiente o nulo a la atención médica, la falta de viviendas seguras y asequibles, la falta de acceso a alimentos saludables, el racismo estructural y otras condiciones afectan de manera directa la salud y generan desigualdades en la población 7.
La pandemia como tal cambió drásticamente la vida cotidiana de las personas en todo el mundo y en todas las áreas, sin embargo, se ha visto mayores cambios especialmente en el área de la educación 8,9; según la Organización Internacional del Trabajo (OIT) 10, para el segundo trimestre de 2020 alrededor de 23 millones de personas en América Latina y el Caribe pasaron a trabajar desde casa, y en este mismo sentido, durante el periodo de aislamiento obligatorio todas las universidades colombianas pasaron de trabajo presencial a trabajo remoto, teletrabajo o modalidades similares 11.
Estas dinámicas han generado situaciones nocivas para la población educativa, como la percepción de mayor carga laboral y afectación en la salud física y mental tanto en estudiantes como en docentes 12. En este sentido, la evidencia ha reportado que la pandemia ha intensificado la mala calidad del sueño 13, la depresión 14, la inactividad física 15, situación de gran preocupación porque se trata de tres grandes problemas de salud pública a nivel mundial 16,17 que impactan la calidad de vida de las personas 18.
Especialmente con respecto a los niveles de actividad física (AF), durante la primera ola de confinamiento, las personas dedicaban más tiempo a conductas sedentarias (+/- 75 min/día) comparado con actividades de intensidad moderada (+/- 10 min/día) 17. Lo anterior contrasta con lo reportado en escolares previo al inicio de la pandemia por Covid-19, debido a que se han reportado prevalencias por encima del 50 % de niveles altos de actividad física 19. En este mismo sentido, Hargreaves et al. reportaron cambios significativos en los niveles de AF vigorosa y moderada durante y después del confinamiento en comparación con los niveles previos y mostraron un detrimento en la población estudiada 20.
Por lo tanto, este estudio tuvo como objetivo determinar los estilos de vida asociados al riesgo cardiovascular en estudiantes universitarios en tiempos de Covid-19. Se prevé reconocer los estilos de vida en tiempos de pandemia y como se relacionan estos con el riesgo cardiovascular en estudiantes universitarios.
MATERIALES Y MÉTODOS
Se realizó un estudio descriptivo-transversal en población estudiantil universitaria, que según la Alcaldía de Santiago de Cali y la Secretaría de Educación Municipal, para 2020 la cifra de personas pertenecientes a educación superior en nivel de pregrado fue de 86,867 estudiantes, correspondiente al 64 % de la población vallecaucana.
La muestra se determinó por medio de un muestreo por fijación proporcional, teniendo en cuenta el antecedente de Morales et al. 21, quienes determinaron una prevalencia del 16% para el nivel de actividad física moderada en universitarios, un nivel de confianza del 95 % y un 10 % de perdida esperada, obteniendo un tamaño muestral final de 227 participantes.
Se tuvieron los siguientes criterios de inclusión: 1) estudiantes que estuvieran con matrícula vigente y perteneciente a la facultad de salud y 2) estudiantes que desearan participar de la investigación. Y se excluyeron: 1) estudiantes que presentaran enfermedades que comprometieran la función cognitiva y 2) estudiantes que presentaran lesión traumática aguda, alteraciones metabólicas, enfermedades cardiopulmonares y/o estado de embarazo.
Se diseñó y utilizó un cuestionario con preguntas semiestructuradas para la caracterización socio-demográfica de cada uno de los participantes del estudio. Para la medición del nivel de actividad física se empleó el cuestionario internacional de actividad física (IPAQ).
Para la toma de las medidas antropométricas se utilizó una báscula electrónica marca Tanita Hd-314, calibrada cada 150 evaluaciones, un tallímetro portátil de pared marca SECA de 200 cm de rango y precisión de 1 mm, calibrado cada 100 evaluaciones, al igual que la cinta métrica marca Comed, la cual fue utilizada para la toma de los perímetros. A partir de estas medidas se determinaron el IMC y el índice cintura/cadera, con el cual se estimó el riesgo cardiovascular en los participantes del estudio según los parámetros establecidos por la OMS.
Para determinar el estilo de vida se utilizó el cuestionario FANTASTICO, el cual se encuentra validado para la población colombiana 22. Este cuestionario consta de 30 ítems, divididos en 10 dimensiones, la adaptación colombiana presenta tres opciones de respuesta, con valor numérico de 0 a 2 para cada categoría y se califican por medio de una escala tipo Likert, con una calificación de 0 a 120 puntos; a mayor puntaje de la dimensión, la calificación es más positiva hacia la salud; la calificación total se clasifica en rangos cualitativos 22.
El estudio fue clasificado como una investigación con riesgo mínimo según los lineamientos jurídicos y éticos contemplados en la última modificación de la Declaración de Helsinki de la Asociación Médica Mundial 23 y de acuerdo con lo establecido en la Resolución 008430 de 1993 del Ministerio de Protección Social. Este proyecto fue aceptado y avalado por un comité de ética legalmente constituido mediante acta del 28 de agosto de 2020.
Para el análisis, los datos fueron procesados en el software SPSS versión 24, en el que se calcularon estadísticos de dispersión y tendencia central para aquellas variables de naturaleza cuantitativa; para las variables de carácter cualitativo se calcularon frecuencias tanto absolutas como relativas, todo lo anterior con sus respectivos intervalos de confianza. Se realizó un análisis bivariado en el cual se buscó determinar las correlaciones entre las variables de estudio a partir del estadístico de correlación de Pearson debido al comportamiento paramétrico de los datos determinado con el estadístico Kolmogorov Smirnov. Se determino un nivel de significancia menor a 0,05.
RESULTADOS
Con base en los datos descritos en la tabla 1, en las variables sociodemográficas resalta el predominio del sexo femenino (65,8 %, n=144), el nivel de actividad física moderado (41,1 %, n=90), seguido del bajo (31,5 %, n=69), un IMC normal (55,3 %, n=121) y un estilo de vida bueno. En la tabla 2 se describe el comportamiento de las variables sociodemográficas de naturaleza cuantitativa, destacando que la muestra de este estudio presenta una edad promedio de 21,5 ± 2,5 años, un peso de 65,05 ± 13,49 kilos, un valor de IMC de 23,44 ± 4,6 Kg/m2 y un índice cintura-cadera de 0,79 ± 0,11.
En la tabla 3 se presentan las correlaciones encontradas entre las variables de estudio; se resalta cómo el estilo de vida, evaluado con el cuestionario FANTÁSTICO se relaciona de manera positiva con el nivel actividad física, y permite identificar que, a mayor nivel de actividad física, peor el estilo de vida de los estudiantes. También se encontró relación entre el FANTÁSTICO y las variables IMC y riesgo cardiovascular; sin embargo, a diferencia de las relaciones encontradas anteriormente, estas en particular, presentan una relación negativa o inversamente proporcional. Es decir, a mayor IMC y/o riesgo cardiovascular, menor o peor estilo de vida. Es importante mencionar que todas las correlaciones encontradas tienen una potencia estadística baja, establecido a partir del coeficiente de Pearson.
DISCUSIÓN
Esta investigación tuvo por objetivo determinar estilos de vida relacionados al riesgo cardiovascular en estudiantes de la facultad de salud de una universidad de la ciudad de Santiago de Cali en tiempos de pandemia. La muestra estuvo compuesta por 219 estudiantes, predominando el sexo femenino, lo cual puede deberse a la alta prevalencia de las mujeres en los programas del área de la salud, especialmente en enfermería.
De acuerdo con la variable consumo de tabaco, predominó el no hábito tabáquico, con un 98,2 %, lo anterior coincide con lo reportado por Zorrrilla-Lopez et al. 19, quienes reportan en su estudio realizado en escolares de la ciudad Santiago de Cali un no consumo de tabaco del 96,5 %. No obstante, a pesar de no tener en la población de estudio este factor de riesgo, el fumar aumenta la mortalidad por todas las causas, y este hábito tiene un papel crucial en la enfermedad cardiovascular aterosclerótica. Por tanto, el tabaquismo activo y la exposición al humo de segunda mano determinan más del 30 % de la mortalidad por enfermedad coronaria 24.
En la población estudiada se constató que la oportunidad de estar activo en el período prepandemia fue considerablemente mayor que en los tiempos de confinamiento. Sin embargo, cierta proporción de personas realizaba actividades de baja y moderada intensidad, lo que concuerda con lo informado por Cheval et al. 25, quienes encontraron que los franceses y suizos dedicaron más tiempo a conductas sedentarias (~75 min/día) que a actividades de intensidad moderada (~10 min/día) durante la primera ola de confinamiento. Asimismo, la actividad física de los trabajadores japoneses se vio afectada negativamente por el brote de Covid-19; el tiempo en h/día de AF vigorosa antes y durante la pandemia fue de (DE) 0,21 (1,03) y 0,19 (0,84), mientras que el tiempo de AF moderada antes y durante el parto fue de 0,43 (1,32) y 0,39 (1,17), respectivamente. Esto sugiere que el teletrabajo promovió estilos de vida sedentarios en esta población 26.
El estilo de vida evaluado en los estudiantes a partir del cuestionario FANTÁSTICO determinó que una alta proporción era entre bueno y excelente; lo cual no coincide con algunos estudios transversales sobre la salud mental que han mostrado que durante la pandemia se presentó una alta tasa de incidencia de alteración en la salud mental y los factores asociados y predictores de la presencia de síntomas depresivos fue el sexo femenino, la preexistencia de problemas de salud mental, ser menor de 45 años, trabajo en casa a tiempo parcial e inestabilidad laboral percibida27,28. Por lo tanto, es posible que nuestros resultados puedan explicarse en cierta medida por los procesos de adaptación y resiliencia en la población 29.
Teniendo en cuenta lo anterior, durante la pandemia, factores como tener aficiones, realizar tareas del hogar y el nivel de organización en la familia se asociaron con un buen estado de resiliencia 29. Además, el capital social, entendido como el apoyo recibido, así como la confianza en las personas e instituciones, representó un predictor de un buen estado de resiliencia, brindando protección contra las consecuencias negativas para la salud mental del Covid-19 30. Además, en este sentido, se debe considerar que nuestra población de estudio conservó la capacidad de estudio y empleo durante la pandemia, aunque tanto el desempleo como la precariedad laboral han sido reportados como factores asociados al desarrollo de diferentes afecciones de salud mental durante la Covid-19, incluida la depresión 31.
Este estudio tiene algunas limitaciones. Primero, las respuestas de la encuesta fueron autoinformadas, lo que podría haber generado un sesgo de recuerdo. En segundo lugar, no se tuvieron en cuenta algunas variables que podrían explicar parcialmente nuestros hallazgos, como la ansiedad o el estrés. En tercer lugar, el tamaño de la muestra, y a que solo se recolectaron en la ciudad de Cali, hace que estos resultados no sean generalizables a toda la población y deben interpretarse con cautela. Finalmente, dado que los datos fueron recolectados solo en Colombia, no es posible realizar comparaciones de las variables entre países, lo que agregaría valor a este estudio.
CONCLUSIONES
Con referencia a las características sociodemográficas, se evidenció, a partir de los porcentajes de participación generales, el predominio de la colaboración del sexo femenino en comparación con el sexo masculino en el estudio, lo cual coincide con otros estudios tomados como referencia.
En el caso del consumo de tabaco, se evidenció mayor índice de respuesta al no consumo o realización de la actividad; respecto a lo cual, de acuerdo con los antecedentes de esta variable, los investigadores manifiestan la presencia de un posible sesgo de investigación; por otra parte, en el caso de la ingesta de alcohol, aproximadamente la mitad de personas evaluados informó consumir ocasionalmente en eventos sociales.
Con los datos obtenidos, la gran parte de los universitarios evaluados presentaron un riesgo cardiovascular muy bajo. En algunos casos se presentaron personas con más de un factor (IMC alto, porcentaje de grasa alto y baja actividad física) que influyen en padecer una enfermedad cardiovascular.
En cuanto a la variable IMC de los universitarios evaluados, la mayor parte se situó en un peso normal, teniendo en cuenta que este se relaciona con el nivel de actividad física, el cual conlleva a mantener un equilibrio entre el número de calorías consumidas y el gasto de energía. Hay personas situadas en el rango máximo para pasar a sobrepeso u obesidad, por lo cual se encuentran expuestas a presentar un factor de riesgo cardiovascular.
En relación con el porcentaje de grasa, se identificó que la mayoría de estudiantes evaluados presentan un porcentaje de grasa normal; no obstante, también se encontró que 50 y 37 personas están en un porcentaje elevado y muy elevado de grasa respectivamente.
En cuanto al riesgo cardiovascular en los estudiantes evaluados, se evidenció un nivel bajo de riesgo, con un 90 %, evidenciando así un nivel de actividad física moderada en la población universitaria.
Recomendaciones
Considerar la realización de futuras investigaciones de este tipo, teniendo en cuenta la metodología empleada en este estudio, bien sea para otros temas e incluso para otras áreas del conocimiento.
Desarrollar investigaciones de este tipo en varias universidades públicas y privadas con el fin de ampliar la información en cuanto a antecedentes en la ciudad.
Crear programas en los que se incentive el ejercicio físico orientado por personas idóneas que tengan como objetivo disminuir el riesgo de enfermedades crónicas, los hábitos alimenticios saludables, la promoción y prevención acerca de los factores de riesgo.
Motivar el desarrollo de futuras investigaciones de este tipo en otros grupos poblacionales.
Incentivar el estudio e investigación en los que se aborde el tema aquí tratado, pero empleando metodologías diferentes.
Motivar a la universidad, facultad, programa académico y compañeros sobre la importancia de seguir investigando sobre estilos de vida relacionados al riesgo cardiovascular, ya que por medio de esta investigación se evidencia que es necesario implementar unas modificaciones en los estilos de vida principalmente en edades tempranas.