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Revista Historia de la Educación Latinoamericana

Print version ISSN 0122-7238

Rev.hist.educ.latinoam. vol.19 no.29 Tunja July/Dec. 2017

https://doi.org/10.19053/01227238.7549 

Artículos

El pensamiento pedagógico de Natalia Górriz

The pedagogical thought of Natalia Górriz

Bienvenido Argueta Hernández*  1

* Universidad San Carlos de Guatemala (Guatemala) Escuela de Formación de Profesores de Enseñanza Media -EFPEM, bienvenidoargueta@gmail.com


RESUMEN

El presente artículo describe y analiza la obra de la primera educadora centroamericana y autora de los textos sobre pedagogía que más influenciaron a las estudiantes y educadoras de principios del siglo XX. Natalia Górriz no solo fue profesora, directora de las principales escuelas normales del país, fue también escritora feminista y geógrafa. Su obra incorpora conceptos clave que redefinen el rol del docente, una de sus preocupaciones más recurrentes. Además, de hacer suyas las principales ideas de la psicología educativa de la época, también presenta ideas acerca del reconocimiento de los derechos del niño, por parte de la organización escolar. El examen de su obra se hace sobre la base de los métodos históricos hermenéuticos y por medio de una recopilación exhaustiva de su obra escrita en libros y artículos de prensa.

Palabras clave: pedagogía; feminismo; literatura; psicología educativa.

ABSTRACT

This article describes and analyzes the work of the first Central American female educator and author of the texts on pedagogy that most influenced students and educators in the early twentieth century. Natalia Górriz was not only a teacher, and the director of the main Teachers colleges in her country, she was also a feminist writer and geographer. Her work integrates key concepts that redefine the teacher's role, one of her most recurrent concerns. In addition to embracing the main ideas of educational psychology of that time, she also presents ideas about the recognition of children´s rights within the school organization. The analysis of her work is based on historical-hermeneutic methods and carried out through a comprehensive compilation of her work written in books and newspaper articles.

Keywords: pedagogy; feminism; literature; educational psychology.

RESUMO

O presente artigo descreve e analisa a obra da primeira educadora centro-americana e autora dos textos sobre pedagogia que mais influenciaram as estudantes e educadoras de meados do século XX. Natalia Górriz não somente foi professora e diretora das principais escolas normais do país, foi também escritora feminista e geógrafa. Sua obra incorpora conceitos chave que redefinem o papel do docente, uma de suas principais preocupações. Além de tornar suas as principais ideias da psicologia educativa da época, também apresentou ideias sobre o reconhecimento dos direitos da criança por parte da organização escolar. O exame de sua obra é feito sobre a base dos métodos históricos hermenêuticos e por meio de uma compilação exaustiva de sua obra presente em livros e artigos de imprensa.

Palavras-chave: Pedagogia; feminismo; literatura; psicologia educativa.

CH’IN TUMILAL

Atzunj b’ib’il lu’ nq’aman ti’j txinb’itz jun xjal xu’j ti’j txilen xnaq’tzanjtz te kye xjal tuj tenb’il ojtxi ch’in, lepcho’qe ila’ xjal ti’j txinb’etz tu’n tb’aj txolb’a’n txilen. Atzun Natalia Górriz jun xu’j nya noqax okten xnaq’tzal ex nya okxten b’ínchal tumilal tu’n kyxnaq’tzet qe xnaq’tzal, ax okten tz’ib’il kyximb’etz xu’j ex xpich’il chwinqlal twitz tx’otx. Atzun jun tumil txinb’etz tza’nxix jaku b’ant twitz taq’un xnaq’tzal, tu’ntzuntok tipun kyxinb’etz xjal. Kub’xix tq’on tnab’il tij xnaq’tzb’il kychwinlal xjal tuj anb’il el twitz tq’ij ax xitq’o’n tnab’il ti’j tumilal kychwinlal tal k’wal tuj xnaq’tzbil tza’nxix tu’n kyok q’el tywitz. Oktb’aj qki’n taq’un okub’ ttz’ib’an ti’j nuk’b’il tumilal tza’n jaku tz’el qniky’ ti’j ntq’ama’n ti’chaq xinb’itz ite’ tuj yolb’il tz’ib’anmaj.

Tipumal yol: Txilen xnaq’tzanjtz; Tipumal xinb’etz ax txilen; Nuk’b’il yolb’il: Xnaq’tzb’il qchwinq’lal

INTRODUCCIÓN

Natalia Górriz fue la primera mujer guatemalteca que escribió textos de pedagogía científica, aunada a su labor intensa como maestra y administradora en educación. Por ello, su legado teórico armoniza con una práctica constante desde muy joven. La pedagogía en ella se desarrolló a la par de sus trabajos en las ciencias sociales, especialmente en el campo de la historia y la geografía, así también en la literatura. En sus 75 años de vida se constituyó en el eje articulador entre los inicios de una pedagogía que se construyó por parte de médicos y abogados ante la ausencia de pedagogos en los años iniciales de la formación docente y el desarrollo formal de los estudios de pedagogía que un conjunto de profesionales realizó en diversas partes del mundo articulando y reproduciendo un discurso y una práctica educativa acorde al conocimiento científico. Sin lugar a dudas, su trabajo fue una expresión del máximo desarrollo pedagógico en el país.

La obra de Górriz llena el espacio vacío creado durante la dictadura más larga sufrida en Guatemala. Ante la concentración de esfuerzos de la política educativa en las escuelas prácticas para niños y niñas y la celebración de las Minervalias, fiestas conmemorativas en honor a Manuel Estrada Cabrera, la pedagogía de Górriz constituye el discurso alternativo que recupera la reflexión acerca de la función educativa comprometida con el cambio y de sus bases científicas.

La vida de la autora en realidad representa el enlace entre las reflexiones educativas provenientes de profesionales de la política, la medicina o el derecho y aquellos que a partir de la segunda década del siglo XX se forman en doctorados obtenidos en Europa, América del Sur y del Norte. En otras palabras, las ideas educativas de Natalia Górriz constituyen un lenguaje de transición entre las reflexiones pedagógicas de finales del siglo XIX sustentadas tanto en el liberalismo como en el positivismo y en la pedagogía contemporánea basada en el pensamiento neoherbertiano, el vitalismo alemán, Montessori y Decroly.

En los cambios políticos que sufre Guatemala en 1920 con la caída de la dictadura de Cabrera, Górriz se afianza como una de las grandes educadoras, siendo un período de producción focalizada hacia la educación normal vinculada a la educación parvularia, los derechos de las niñas y, sobre todo, la importancia que tiene la educación de la mujer para el desarrollo en el país. El reconocimiento de sus dotes de educadora la hicieron participe, al final de su vida, en la ejecutoría de los principales proyectos de la política nacional como funcionaria y directora de las más connotadas escuelas del país, como fue durante su juventud.

1. Biografía

Górriz nació a finales del régimen conservador, el 21 de julio de 1866 en San Andrés Itzapa, departamento de Chimaltenango.2 Residente en Guatemala desde 1876, realizó sus estudios de primaria en la Escuela Nacional de Niñas “El Calvario” y en la Escuela Complementaria.3 Natalia Górriz en 1884 se graduó en la Escuela Normal Central con el título de Maestra, como parte de un plan que consistía en fundar escuelas laicas.4 De hecho, fue de las “primeras maestras de educación pública que dió la Reforma y quienes recibieron su correspondiente Diploma de manos del general Justo Rufino Barrios, Presidente de Guatemala.”5 En 1885 prosiguió sus estudios y se graduó de Bachiller del Instituto Nacional de Señoritas y durante aquel mismo año se desempeñó como directora de la Escuela Complementaria de Señoritas (últimos tres grados de la primaria).6 Esta escuela contaba con una sección de Kindergarten. El entusiasmo y el trabajo arduo de la directora y personal docente en la Escuela Complementaria sirvieron de trampolín a la joven a Górriz, quien en 1887 había sido reconocida por sus resultados de excelencia por parte de las estudiantes según las comisiones correspondientes.7 Además en el año 1888 como parte de su proyecto, el Gobierno aprobó la incorporación de una sección para la formación de maestras. Por lo que la Secretaría de Instrucción Pública la nombró directora y le asignó el presupuesto necesario para que funcionara como tal8. El hecho fue de tal trascendencia que en las páginas editoriales del periódico oficial se reconoció su labor altruista, pues ella demandó que se le siguiera pagando como directora de escuela complementaria y no como si fuera un instituto normal. Hasta 1891 Górriz fungió como directora de esta escuela9 y catedrática de pedagogía y gramática en diferentes establecimientos públicos y privados.

Natalia Górriz ingresó a la Academia de Maestros llegando a ocupar el cargo de presidenta en 1890. Al siguiente año fue electa como presidenta de la Academia Central de Profesoras, cargo al cual dimitió por razones de carácter personal.10 En 1892 ejerció el cargo de Directora del Instituto Nacional Central de Señoritas.11 No obstante la relevancia de este nombramiento fue que por primera vez una guatemalteca ocupaba esta posición.12 Al mes las autoridades emitieron el Acuerdo Gubernativo de fecha 24 de marzo de 1892, firmado por el Presidente José María Reina Barrios y el Secretario de Instrucción Pública, Manuel Cabral, en el cual la designan a ocupar la nueva plaza de Inspectora General de las Escuelas de Niñas para la Ciudad de Guatemala.13

Durante ese mismo año y como parte del certamen convocado en conmemoración del cuarto centenario del descubrimiento de América,14 ella a sus escasos 26 años escribió su primer texto, mismo que fuera publicado en 1895 bajo el título “Vida y viajes de Cristóbal Colón”.15 En este libro ya muestra sus habilidades en la escritura y por el cual se hizo acreedora al segundo lugar en dicho certamen.16 En este relato ella destaca la determinación de las ideas y de los proyectos de Cristóbal Colón que fortalecen el dominio político de la libertad y la democracia, basadas en la investigación y la ciencia. Para Górriz, Cristóbal Colón constituye una figura relevante a ser reconocida, a pesar de la multiplicidad de escritos con fuentes e información más amplia de la que ella disponía, la escritora destaca constantemente la relación entre la aventura del marino con la dinámica del desarrollo científico, particularmente de las ciencias exactas, físicas y astronómicas. A su vez trata de entretejer, a partir de diversos autores, una biografía que selecciona pasajes de la vida de Colón vanagloriando una perspectiva acrítica que envuelve la acción heroica en el contexto del poder y las injusticias.17 En otras palabras el esquema de esta narración estaba inserto en un relato de mestizaje que hace suyo lo español y a su vez recupera el ámbito indígena como se verá en su obra Luisa Xicotencatl, Princesa de Tlaxcala18. En ese mismo año, la autora también publica un artículo conmemorativo al descubrimiento de América en la Revista de Instrucción Pública.19

Su carrera como Inspectora General fue efímera, pues en 1893 contrae nupcias con Próspero Morales, quien se desempeñó como Profesor Enseñanza Secundaria, Subsecretario de la Guerra, Magistrado de la Corte de Justicia, Diputado y, finalmente como Ministro de la Guerra y Secretario de Instrucción Pública20. Durante este período de casada Górriz se dedica a la lectura de obras literarias y a participar en los eventos culturales que se llevaban a cabo en el país. Ocasionalmente era invitada a escribir en los periódicos como fue el caso de la despedida del artista andaluz Enrique Saudet de León que se publicara el 13 de noviembre de 1896 conjuntamente con escritores tales como Ramón Salazar y Antonio Batres Jáuregui. Saudet de León elabora un álbum al cual se refieren a Guatemala y a una selección de distinguidas personalidades e intelectuales guatemaltecos. La única mujer a que hacen referencia es a Natalia Górriz, a quien destacan por su obra acerca de Cristóbal Colón y su conocimiento de la literatura española, particularmente de las escritoras de dicho país.21

El Licenciado y Coronel Morales renunció a sus cargos públicos el 5 de marzo de 1897 por su interés de postularse como candidato presidencial a las elecciones que supuestamente se efectuarían a inicios de 1898.22 Pero su renuncia resultó infructuosa pues el presidente en funciones, General José María Reina Barrios disolvió la Asamblea Nacional Legislativa mediante un telegrama oficial fechado el 1 de junio de 189723; cuestión que se ratifica mediante el Decreto Gubernativo 529 de fecha 18 de junio del mismo año, en el cual convoca a la elección de una Asamblea Nacional Constituyente24, la que una vez electa el 30 de agosto emite el Decreto Número 4, que prorroga por dos años más la presidencia de Reina Barrios.

Ante esta situación Próspero Morales se declara en sedición en octubre de 1897, pero fracasa en su primer intento. Su estado de rebeldía continúa aún posterior al asesinato de José María Reina Barrios el 8 de febrero de 1898. En julio de ese mismo año emprende una campaña de invasión al territorio guatemalteco en oposición al presidente en funciones y candidato presidencial Manuel Estrada Cabrera, la cual resulta en su derrota. Como consecuencia de las condiciones extremas en su campaña, Morales muere el día 17 de agosto de 1898.25

Para Natalia Górriz y para su única hija resultó una complicación su sobrevivencia durante el primer período del régimen de Manuel Estrada Cabrera. Su determinación y capacidad de resiliencia fue más que notable, pues ella laboró en el periódico La República escribiendo con el pseudónimo “Noel”, como lo hace notar Ramón Salazar, quien devela en uno de sus artículos que éste seudónimo pertenece a Natalia Górriz.26 El motivo por el cual Salazar develó el seudónimo de Górriz fue el extraordinario trabajo en el cual ella resume el desarrollo femenino en el ámbito de la literatura y el arte durante el siglo XIX. De hecho, Salazar en su artículo se pregunta “¿Qué estraño es entonces que no nos hayamos dado cuenta cabal del papel brillante que ha desempeñado la mujer en nuestro siglo?” En realidad Salazar, al igual que cualquier lector, se impresionó ante la exposición extraordinaria de Górriz quien a partir de la comparación de dos grabados sobre vestimenta de mujeres de 1800 y 1900, aprovechó para hacer una declaración política sobre el papel de la mujer en la sociedad: “recordé algo de lo que la mujer ha hecho durante este lapso de tiempo, en la filantropía, en las ciencias, en las letras y en las bellas artes”.27 Górriz escribe 16 artículos, en los primeros seis hace alusión a los grandes aportes particularmente en el mundo literario que hicieron las mujeres en Europa y Norte América.28 Posteriormente desarrolló los aportes en la literatura y la pedagogía de Hispanoamérica.29 Hace mención particular para el caso de Centroamérica de María Josefa García Granados de Saborío, Sara María de Moreno, Vicenta Laparra de la Cerda, Dolores Montenegro, Luz Arrué de Miranda, Elisa Monje, Antonia Galindo, Lucila Guerrero y María Gómez. Finalmente y volviendo a la cobertura tanto de Europa como de América se refiere a los aportes de las mujeres en los ámbitos relativos a las bellas artes, la música, el canto y el teatro.30

Es indudable que los escritos sobre los aportes de la mujer en el siglo XIX son la expresión de la conciencia de Górriz sobre un feminismo que deja de ser un discurso de los hombres como fue el caso de los desarrollos de Felipe Estrada Paniagua o de Rafael Spínola. Ella afirma en uno de los artículos que: “La mujer hispano americana se distingue por la exquisita sensibilidad de sus afectos… Generosa y entusiasta siempre se le ve defender las nobles causas, simpatizar con los que caminan en pos de un ideal y estar al lado de los sufren”.31 En este sentido, ella adquiere una conciencia del proceso evolutivo de la mujer en el marco histórico y de la inserción las centroamericanas como parte del desarrollo político, social y literario.

Natalia Górriz continuó escribiendo en La República hasta el año 1904. La naturaleza de sus escritos fue principalmente en el orden de la narrativa. Sin embargo, durante este año publicó uno de sus textos más memorables titulado “Compendio de geografía descriptiva”32. Por la calidad de la investigación que contiene su libro de geografía fue admitida por unanimidad como socia corresponsal de la Real Sociedad Geográfica de Madrid. El libro fue publicado por la Tipografía Nacional de Honduras, seguramente por las dificultades que tenía con el régimen de turno y por dedicarlo a la memoria de su extinto esposo. Górriz recibió por ésta obra diversos premios, como lo señala la revista económica “El Financiero Hispano-Americano” publicada en Madrid: “Del mérito de la Geografía que nos ocupa, hablan muy alto las recompensas que ya ha valido á su ilustre autora. En la Exposición nacional celebrada en Guatemala en 1904, le fué discernida una medalla de oro, y la Real Sociedad Geográfica de Madrid acaba de nombrar a la señora Górriz de Morales, socio corresponsal, distinción que es ella la única dama que puede ostentarla.”33 La recomendación en las publicaciones de España es que este manual se refiere casi la mitad a América Latina, por lo que recomendaban su lectura. Recientes estudios sobre el significado de la obra de Gorríz en el campo de la geografía, muestran como ella trascendió los parámetros que hasta esa fecha regularmente se limitaban. Según Mendoza: “El pensamiento geográfico de la Sra. Natalia Górriz vda. de Morales fue universal, siguiendo la tradición enciclopédica de una escuela francesa de geografía desde un Conrad Malte-Brun, Paul Vidal de La Blache, Elisée Reclus y Louis Gregoire… el manual de geografía universal de 1904 de la Sra. Natalia Górriz vda. de Morales fue un manual que se distanció de los manuales escolares geográficos de finales del siglo XIX e inicios del siglo XX, más orientados a Centroamérica y a Guatemala”.34

En 1904, Górriz funda el Colegio Internacional de Señoritas, el cual llega a convertirse en uno de los principales colegios privados de Centroamérica. En el año de 1912 publica su primera obra formal en el ámbito de la educación titulada “Pedagogía”.35 Su dedicación como directora trasciende los ámbitos de su colegio privado y en 1911 inicia una nueva era de relaciones con el régimen dictatorial de Estrada Cabrera. En primer lugar se le publican artículos en el diario oficial.36 Durante ese mismo año Natalia Górriz es designada por la presidencia a visitar Cuba para estudiar los métodos y sistemas de enseñanza como parte de la comisión oficial. En tercer lugar se publica en la galería de maestros del Diario de Centroamérica un reconocimiento a su labor como maestra.37 En cuarto lugar también se le reconoce en una de las principales publicaciones sobre el régimen de Estrada Cabrera, dedicándole una página del “Libro Azul”, el artículo se titula “Ilustre educacionista guatemalteca”, en él se hace una reseña de su vida y se destaca al Colegio Internacional de Señoritas. Previamente, como parte del capítulo sobre la intelectualidad en Guatemala se reconoce su trayectoria como historiadora, escritora y pedagoga38.

Górriz realiza un conjunto de viajes a Estados Unidos entre los años 1917 a 1920, luego de los terremotos de 1917 que destruyeron las instalaciones de su colegio y marcaron su cierre. Sin embargo, a su retorno al país y con la caída del régimen de Estrada Cabrera, fue nombrada Inspectora de Escuelas Primarias, escuelas normales, secundarias e industriales.39 En el año de 1924 publica su libro “El Amigo de los Niños” y en 1927 el libro “Tópicos de Educación”. Ambos se caracterizan por focalizar sus pensamientos pedagógicos dirigidos a maestros de niños del nivel parvulario. Durante el régimen de Lázaro Chacón conformó el Consejo Nacional de Educación como representante de la Academia Central de Maestros.40

El 6 de julio de 1924 ingresa como miembro de la Academia de Geografía e Historia con la conferencia titulada “Las orquídeas y tradiciones indígenas”.41 Su participación es relevante en su relación con el campo de la geografía. En 1930 ofrece el discurso oficial que le otorga el título de socia honoraria a la Geógrafa y Doctora mexicana Rosa Filatti, quien a su vez compartía las preocupaciones de Górriz pues también era maestra y pedagoga.42

Pero quizás uno de los eventos más memorables en la vida de Natalia fue su encuentro con la Premio Nobel de Literatura y gran pedagoga Gabriela Mistral.43 Górriz describe lo extraordinarias que fueron sus conferencias en la escuela de aplicación de la escuela de párvulos donde ella se desempeñaba como directora. Pero particularmente describe algunos pasajes de sus conversaciones en el viaje que hicieron conjuntamente a la Antigua Guatemala.44 Inserto fotografía Natalia Górriz. Fuente: El Imparcial, Guatemala, martes 21 de octubre 1941, página 1.

En junio de 1928 se inaugura la Escuela Normal de Maestras para Párvulos45. Natalia Górriz fue nombrada directora de dicho establecimiento el 15 de abril de 1929, quien hace reformas al plan de estudios original, teniendo un carácter de escuela superior pues para su ingreso se requería poseer el título de magisterio de educación primaria.46

Górriz también se destaca por sus artículos en las revistas de educación. Sus publicaciones se remontan a 1889. El 1 de julio de aquel año escribe junto a Rafael del Águila y Dolores Batres el programa oficial aprobado por la Secretaría de Instrucción Pública sobre el curso labores de mano, el cual fuera utilizado en las conferencias pedagógicas para maestras del año anterior.47 Durante ese mismo año se publica su artículo sobre las condiciones del maestro en este texto, según ella: “El Maestro, el obrero del pensamiento, el que llena de luz el sendero de la vida abriendo anchos horizontes à la inteligencia, el que modela nuestras almas al dirigir los sentimientos y cuida el desarrollo de nuestro organismo, el encargado de este triple desenvolvimiento, es el que tiene en sus manos el porvenir de las naciones… Y si creemos que en el porvenir de un pueblo tanto influye el Maestro, debemos considerar que el Magisterio es la carrera más importante y trascendental de todas”.48 En ese sentido, la autora no sólo se inscribió en la pedagogía liberal guatemalteca de vínculo entre la educación y el progreso, también específica aún más las cualidades que debe tener un maestro como son la vocación, la capacidad de soportar las privaciones, la habilidad de comunicarse y hacerse comprender. Entre los conocimientos que se demandan por parte del maestro era: “conocer las leyes del desenvolvimiento de la inteligencia y el orden en que aparecen sus manifestaciones durante los diversos períodos de la vida de la infancia, conocer la constitución física del niño, su temperamento, sus tendencia, los sentimientos que en él predominen para dirigir los buenos y modificar los malos; hacer un estudios del niño en general y en particular de cada uno de sus educandos.”49

La autora indica que el maestro también debe estar en consonancia con el conocimiento de las diversas asignaturas de los programas de estudio, tales como: “el Idioma Patrio, las Matemáticas, la Geografía y la Historia, Ciencias Físicas, Naturales y Artes Industriales, la Fisiología é Higiene, la Filosofía, los Idiomas y Literatura y sobre todo la ciencia de la Educación, la Pedagogía… Caligrafía, Música, Dibujo, Pintura y Calistenia y para las Maestras además de los ramos ya mencionados el de la Economía Doméstica, Labores y oficios propios de su sexo.”50 Para ella la cuestión del método era fundamental, el cual debía acompañar el proceso de planificación del maestro.

Hace mención particular del nivel pre primario, que según ella debía estar a cargo de una maestra como transición del hogar a la escuela. Para Górriz los niños

“necesitan hallar en la Escuela las mimas condiciones en que se desliza su vida, para no perder la alegría, la expansión y la viveza, distintivos de la infancia; para no marchitarse como plantas transplantadas á otro suelo, necesitan hallar el mismo calor, la misma atmósfera, los mismos cuidados de su hogar, la misma ternura y bondad que encierran las palabras de la madre, y la maestra es la encargada de sustituirla, ella debe atender á los mínimos detalles que exige el cuidado del niño, y su cariño y perspicacia le hace adivinar lo que puede agradarle rodeándole de todos los halagos de que pudiera hacerlo la misma madre, quizá por la misteriosa simpatía que existe entre la mujer y el niño.”51

Como puede observarse la autora fundamenta su pedagogía en una psicología que reconoce y da primacía a los sentimientos del niño. Rescatando aspectos que en la actualidad son relevantes como la pedagogía de la ternura.

En otros artículos que publicó hace referencia de su amplio conocimiento de pedagogos como Enrique Pestalozzi, Federico Fröebel, María Montessori y Ovide Decroly.52 También presenta como una de sus preocupaciones en el campo educativo temas referentes al trabajo manual por las implicaciones que tiene en el ámbito intelectual, motriz y de formación de aptitudes.53 Así mismo Natalia Górriz publica en la revista Ateneo Norma que era una iniciativa de los doctores, profesores o estudiantes de doctorado en pedagogía Alicia Aguilar, Alfredo Carrillo Ramírez, Miguel Morazán, Luis Martínez Mont, Alfredo Aldana y Juan José Arévalo. Esta iniciativa constituyó un esfuerzo relevante para el Presidente Arévalo como se muestra en diversos escritos sobre su vida y obra pedagógica.54 Natalia Górriz es invitada a escribir en el primer número sobre la sanidad escolar, tema que ella conocía por sus desarrollos en libros anteriores. Este artículo se construye sobre la base de una conferencia que ella ofrece por su rol como parte de los esfuerzos de una cruzada sanitaria y conociendo perfectamente las acciones que promovía como Secretaria del Comité de Señoras de la Cruz Roja Nacional y conociendo los trabajos que habían realizado los doctores Lizardo Estrada y Carlos Federico Mora.55

La preocupación por la educación parvularia es constante en los artículos que escribe Górriz, quien argumentó acerca de la importancia de este tipo de educación para el desarrollo infantil. Para ella esta educación constituía un derecho de los niños y debía estructurarse en las ciencias psicológica y biológica. Los principales aspectos que debían ser considerados en las escuelas de párvulos eran el desarrollo sensorial y la salud e higiene de los niños, el juego y los ejercicios, la disciplina racional y la organización de ambientes de alegría. Los aprendizajes según Górriz deben cubrir las áreas del desarrollo del lenguaje, lo numérico, las habilidades manuales y los ejercicios psico-sensoriales. Estas áreas deberán no sólo atender el ciclo evolutivo de los niños, también deberán generar las condiciones para su máximo desarrollo, lo que implica lo físico, moral o intelectual.56

Este mismo tema lo abordaría en 1936 en su artículo acerca de las escuelas de párvulos es más explícita en la relación entre el desarrollo cerebral del niño y las capacidades de la escuela. A su vez destaca la metodología activa y su relación con la atención que los niños deben tener por lo que es necesario incorporar el juego como uno de los aspectos básicos volviendo atractiva su educación.

En 1937 Natalia Górriz renuncia al puesto de Directora de la Escuela Normal de Maestras para Párvulos. Sin embargo, dos años después la Secretaría de Instrucción Pública le autoriza establecer un colegio de párvulos que llevaría el nombre de “El Hogar”, en realidad la obra pedagógica de Górriz, tanto teórica como práctica, estuvo vinculada a este nivel educativo.57

En septiembre de 1941 aparece su última publicación titulada Luisa Xicotencatl, princesa de Tlaxcala, obra que dedica a la ciudad de Santiago de los Caballeros de Guatemala. Para ella “la imagen de Luisa Xicontencatl pasa como una visión fugitiva y blanca que resalta entre la oscura tempestad de la conquista.”58 Ella también presidía la comisión de escritores, artistas e intelectuales guatemaltecos que preparaban el monumento al escritor Enrique Gómez Carrillo. Pero lamentablemente su labor incansable se vio interrumpida.

El 20 de octubre de 1941, Natalia Górriz fallece a sus 75 años. Las reacciones no se hicieron esperar, el Imparcial en su portada titulaba: “Consternación social por la muerte de la gran educadora doña Natalia Górriz viuda de Morales. Luminaria que se apaga en la docencia guatemalteca. Notable personalidad: Labor literaria y científica.”59 En Nuestro Diario dedican una página entera a la memoria de Górriz titulando: “La muerte de doña Natalia”60 Su funeral se destacó por las personalidades que acompañaron el féretro conjuntamente con estudiantes de diversos colegios y establecimientos públicos de la ciudad capital como despedida a una de las más grandes educadoras que hemos tenido en el país. Dos años después aún se le recordaba el 20 de octubre de 1943. En dicha fecha aparecen en El Imparcial los artículos de Nora Thompson titulado “Natalia Górriz su vida y dignificación” y de Fernando Juárez Muñoz “In memoriam”.61

2. La obra “Pedagogía”

Para Natalia Górriz la pedagogía se refería a los principios en el campo educativo y el arte siguiendo la normativa que planteaba dichos fundamentos. Para ella esta ciencia era de preocupación esencial para el maestro, pues éste requería conocer a profundidad las facultades y el desarrollo del niño, las leyes que rigen su evolución psíquica y orgánica, así como los métodos de enseñanza y el sistema administrativo de la escuela. Al igual que la mayoría de pedagogos guatemaltecos durante el siglo XIX, Natalia Górriz insistió en que la educación “es el desarrollo armónico, gradual y progresivo de las facultades físicas, morales e intelectuales del ser humano.”62 Górriz añadió dos características adicionales consistentes en la practicidad y la perfectibilidad, lo cual permitiría fortalecer la disciplina de los niños mediante la aplicación de sus facultades durante la vida. En este sentido, Górriz continúa con la influencia pestalozziana a través de la obra de Gabriel Compayre.63

El maestro que conociera la pedagogía debería tener ciertas cualidades que según Górriz se asociaban a un trabajo capaz de superar los sufrimientos a través del desarrollo del pensamiento, el modelaje de los sentimientos y del cuerpo de quienes construirían el porvenir de los países.

Dada la naturaleza de los niños que observan e imitan, particularmente en la escuela primaria, y sobre la base de lo que Górriz llama “modelo viviente de sus educandos”, el maestro debería poseer ciertas cualidades ordenadas según su nivel de importancia emulando una especie de pirámide cuya base sería la moral, el intermedio lo intelectual y el vértice lo físico. La moralidad, bajo esta perspectiva, establecía condiciones o cualidades que el maestro debería mostrar tales como ser religioso y no ateo, pues los grandes ideales referidos a la libertad, el trabajo y el patriotismo, constituían según ella una “herencia sublime del Divino Maestro.” Por ello, el maestro no debía ser “ateo” pues si se quería despertar en los niños las condiciones del mundo se demandaba que ellos en primer lugar tuvieran sentimientos de “amor, respeto y gratitud… á Dios supremo Creador del Universo.”64

Por otra parte el maestro debía mostrar “la vocación” que “es la cualidad indispensable, es la atracción misteriosa que lo lleva hacia el niño, la simpatía que le inspira la niñez… es una cualidad espontánea… que necesita desarrollarse y ser sostenida por medio del estudio y de la constante observación de la naturaleza del niño.”65

Adicional al conocimiento el tercer aspecto que caracterizaría al maestro sería la parte del dominio metodológico, lo cual combinaba con la creatividad del docente y la propia naturaleza de los niños, quienes difieren en su nivel de aprendizaje y de comprensión. El maestro debía inspirar la motivación en sus estudiantes de tal manera que colocara a los niños una “actividad pensadora… que se revela en el constante ¿por qué? Que siempre brota de sus labios”. La metodología también incluía el saber cómo trabajar con el ser humano en sus distintas etapas evolutivas. En este sentido para la autora era muy importante, por ejemplo, caracterizar la educación parvularia que regularmente se conduciría mejor con una maestra. Para Górriz “el secreto del buen educador es… provocar la actividad mental y hacer entretenida la clase.”66

En cuarto lugar, el maestro debía saber cómo organizar y administrar la escuela. En esto se incluía la justicia en la toma de sus decisiones, mantener una buena comunicación con los estudiantes, ser paciente, bondadoso y discreto, así como saber corregir y premiar a los estudiantes. El orden del maestro sería clave y su preparación auxiliada por la higiene y la psicología le permitiría administrar el tiempo para aprovechar al máximo la actividad mental, física y de acuerdo a los cánones de la moral por parte de sus estudiantes.

El ejercicio del magisterio presentaba tres ámbitos de desarrollo consistentes en los roles, el conocimiento y la docencia según el género. En el caso de las maestras, por el requerimiento del currículo que se exigía para las niñas se exigía un tipo diferenciado de experiencias que a los maestros varones. Tanto para maestros como para maestras, la autora exigía el mismo tipo de roles y de conocimientos.

Para Natalia el desarrollo evolutivo del niño era muy importante para la articulación de un conjunto de enseñanzas y desarrollar sus facultades. De manera breve hizo una descripción de las principales características del niño desde que nace hasta que llega al kindergarten, se refirió al proceso de un niño que va reconociendo los objetos por medio del sentido de la vista y del oído, hasta vincularlos con su voluntad como medio de manifestar una interacción entre sujeto y objeto. Adicionalmente enfatizó las condiciones más apropiadas para un niño en sus primeros meses de vida, relativas a las condiciones en su casa, la vestimenta, la higiene y la nutrición.

Luego de describir condiciones necesarias para la aproximación del niño al mundo, Górriz abordó el punto clave en cuanto a que éste diferenciara entre la palabra y el objeto. Siguiendo a Fröebel, esto marcaría una parte esencial en términos de su desarrollo y la capacidad de su inteligencia. El aprendizaje sería más fluido si el maestro lo adecuara a la naturaleza del niño y conduciéndolo a través del juego. Por ello el kindergarten ponía particular énfasis a los juegos infantiles, así como a la capacidad de imitar teniendo cuidado con las funciones asignadas desde la niñez según el sexo. Así la autora naturalizaba cuestiones que son aprendidas, pero que sencillamente asumía como si viniesen incorporadas al hecho de ser niños o niñas. Mientras que los niños, por ejemplo, jugaban al caballo, armas, trompetas, el juego de pelota y desplegaban una energía vital, las mujeres se ocupaban en juegos pasivos como simular comidas, los trabajos de la casa y muñecas.

Natalia Górriz dio un giro en su libro “Pedagogía”, en el sentido de fundamentar la enseñanza más apropiada en el concepto de inteligencia explicado por una psicología científica. Basándose en James Sully, su texto explica la inteligencia bajo una interpretación fisiológica que sigue la dinámica de la física y de la química como parte de la función cerebral. De esa cuenta el sistema nervioso asume una importancia en la explicación de la actividad cerebral y del conocimiento. El presupuesto pedagógico de este modelo consistía en que “el desenvolvimiento de las facultades intelectuales obedece a las leyes psicológicas, el educador debe conocerlas.” Una vez se cumpliera con esta condición, el maestro conocería el funcionamiento de la inteligencia del niño y de sus procesos cerebrales para plantear un programa educativo “prudente, gradual y sistemático”.67 Por consiguiente, las facultades del ser humano se reducían al ámbito de la inteligencia que desde la perspectiva de la fisiología adquirían el sentido de un músculo, por ello Górriz señala que: “¡Toda facultad que se ejercita se perfecciona!”68

En el desarrollo de Górriz las facultades intelectuales, a pesar de abarcar el ámbito corporal y el de los valores éticos, ambos se redujeron al campo de la inteligencia y del conocimiento. Para explicar el proceso mental de los niños y del ser humano, Górriz reiteró la línea del empirismo ingles reconocida por los pedagogos liberales que la antecedieron. Para ella, la fuente principal del conocimiento era la experiencia proveniente de los sentidos. A través de las percepciones e impresiones por el contacto entre el sujeto y el mundo de los objetos se construían los juicios y los raciocinios. No obstante, Górriz en su libro no señala cómo existe una relación entre la actividad mental y la experiencia con el proceso de construcción del conocimiento, si llega a la conclusión que el conocimiento del mundo exterior, motivo del proceso educativo, debe perseguir el ejercicio de las facultades perceptivas, particularmente los órganos de percepción de los niños (vista, oído, olfato, gusto y tacto). La derivación de estos planteamientos educativos conduciría a precisar los propósitos de la educación de los niños puesto que: “El fin principal de la enseñanza primaria no es el acopio de conocimientos, sino el desarrollo de las facultades; es un medio, no un fin; es como una gimnasia de la actividad mental para desenvolver y fortalecer esas fuerzas.”69

El proceso pedagógico sugerido por la autora se basó en lo que a esa fecha se conocía como lecciones de objetos. El orden siguió la dinámica de la investigación inductiva dado que lo más importante era la incorporación del proceso de indagación: “á hacerle caminar en su procedimiento investigador.”70 Por tales razones la autora consideraba que el desarrollo de las facultades perceptivas constituía una base para la enseñanza objetiva “y esa enseñanza es á la vez un medio eficaz y progresivo de cultura.”71 Ella también le daba importancia a la enseñanza objetiva por relacionarse con la “cultura moral”, pues ésta “contribuye á formar el carácter del niño” Dado que el estudiantes al asimilar el proceso de formación y el hábito del estudio y la investigación también se convierte en “emprendedor, independiente y perseverante”.72

La educación de los sentidos, según Górriz, permitiría el perfeccionamiento, la claridad y la exactitud de las percepciones. Con ello, las impresiones de los objetos que se equiparaban a “imágenes” se conservarían de mejor manera en la memoria. Sería a través de esos recuerdos que se podrían generar ideas y pensamientos, a la par de las facultades estéticas y morales. En términos de contenido y metodología, Górriz insistía en “las lecciones de cosas” como un “auxiliar poderoso para el cultivo de los sentidos”. Esta metodología se emplearía en casi todos los cursos, no obstante, la autora sugiere como ejemplos la escritura, dibujo, geografía, historia natural, solfa, trabajos manuales, bordado para las niñas caligrafía, pintura y modelación.73

Natalia Górriz, siguiendo las nociones empiristas, señalaba que “la atención” era una de las operaciones mentales más importantes que permitía la realización efectiva de una acción resultante en un aprendizaje. Para poder entrenar la “concentración de la mente” o atención debía ejercitarse en las dinámicas de investigación y observación que promovía la enseñanza objetiva. Se trataba de poner al niño como sujeto que conocía frente a un objeto al cual le asignaba una “existencia real” que supuestamente devenía del conocimiento provisto por los sentidos, distinguiendo los colores, formas, tamaños, semejanzas y diferencias de los objetos, eliminando las falsas apariencias.74

De las impresiones provenientes de los sentidos y reelaboradas a través de las lecciones de cosas, el niño extractaría las “ideas claras, exactas y completas de los objetos”, pudiendo “tener por relación las ideas abstractas… en el mismo orden… de sucesión, de pauta y de dependencia de los objetos y fenómenos del mundo exterior.” Bajo esta perspectiva, Górriz explicaba que existe la capacidad de crear ideas generales o entidades abstractas solo a través de las impresiones, cuestión que es una de las críticas generalizadas a la validez del pensamiento empirista y que ella tampoco da respuesta.

Por otra parte la impresión solo se lograría en la medida en que el niño adquiriera capacidades como la “atención”, la cual se clasificó en voluntaria e involuntaria. En el caso de la atención involuntaria, se manifestaría cuando el sujeto no eligiendo concentrarse en un objeto determinado, sencillamente ocurriera. Mientras que en la atención voluntaria el sujeto se concentraría en un objeto a voluntad. También la atención se articulaba en diversos grados según su intensidad, de esa manera podría ser una reflexión si el pensamiento generara un conocimiento del objeto; meditación si el proceso de reflexión fuera constante y la contención consistía en un nivel más elevado de atención.

Para Górriz la atención constituía una condición que se creaba y sin la cual no se podía “transmitir los conocimientos y educar al niño”, no obstante debía tomarse en cuenta factores que influían en la atención tales como “el temperamento del niño y su estado de salud, el ambiente en que se encuentra, los hechos exteriores, la voluntad, el placer y el dolor”75. Las únicas condiciones que las escuelas tendrían para revertir las influencias que afectaban a la atención serían la capacidad del maestro para motivar la concentración y el tipo de construcción y equipo disponible en la escuela.

A través de la atención y la observación se tendrá la capacidad del recuerdo que dejará la percepción de los objetos. Esta facultad es denominada por la autora como memoria. La memoria sería el producto de las impresiones repetidas surgidas de relacionar por semejanza, por contraste, por continuidad o por asociación las percepciones de los objetos o ideas ya constituidas a partir de las mismas relaciones. En este sentido, ella recomendaba a su vez que: “deben enseñarse primero las ideas y luego las palabras”. El orden sería, por tanto, la impresión del objeto, la idea y luego la palabra.

La imaginación para Górriz, constituía una de las facultades relacionadas con la creación y el arte. Para ella no existía una necesidad de reproducción de las imágenes proporcionadas por los sentidos, sino más bien una modificación y una recomposición. Sin embargo, para que la imaginación adquiriera su sentido más adecuado debía someterse a la ciencia y a la razón. De hecho, la imaginación tendría que ser parte de una buena educación, siendo ésta sistemática y prudente; principalmente desarrollada a través de la naturaleza y de las lecturas asociadas a los ámbitos morales y éticos. Para la autora la imaginación “al mismo tiempo que se desarrolla hay que disciplinarla y robustecerla por medio del juicio y de la razón moderando los avances de la imaginación exagerada, dirigiendo su vuelo para que no llegue al romanticismo, pero tampoco que se atrofie; hay que darle por base la razón sin cortarle las alas.”76

Otra de las facultades intelectuales era el juicio que, según Górriz, consistía en la “relación entre dos objetos o ideas, afirmamos o negamos algo de un objeto, es decir, comparamos, el juicio es por excelencia, el acto psicológico de la mente.”77 El juicio, por tanto, tendría que ver con las condiciones de verdad o falsedad en las afirmaciones hechas acerca del mundo. Siendo importante señalar que se requería que los niños desarrollaran la capacidad de observar clara y distintamente los objetos, definirlos de manera apropiada y establecer en forma exacta sus relaciones. Para alcanzar estas dimensiones del conocimiento y del juicio era preciso que los niños tuvieran la oportunidad de observar a través de sus sentidos los efectos, ser conducidos por los maestros quienes re direccionarían a los estudiantes cuando fuera necesario. También resultaría esencial que los docentes cuidaran que los estudiantes comprendieran el significado de las palabras así como siguieran un proceso de observación y establecieran las relaciones entre los objetos. Si el juicio era erróneo el maestro estaba llamado a rectificar repitiendo el proceso de observación.

La culminación con relación a las facultades de la inteligencia era el razonamiento o uso de la razón. De hecho, parte de las ideas o conceptos emergerían del mundo sensible, del relacionamiento psicológico manifiesto en los objetos, hasta llegar a la capacidad del niño “una verdad conocida pasa a otra desconocida por medio de juicios intermedios, es también la demostración de una proposición particular cuya evidencia nos aparece por medio de una proposición más general cuya evidencia ha penetrado ya en la imaginación.”78 Para Górriz el razonamiento que podía ser inductivo o deductivo y la reflexión íntima que planteaban las ciencias morales y la religión, servirían para disciplinar a la razón. A pesar de haber sido influenciada por el empirismo inglés, Górriz empleó constantemente la idea de dios y la necesidad de la religión como parte de la formación de los estudiantes, con relación a cómo se originaría su conocimiento y dónde se construiría su validez.

Una de las manifestaciones humanas que según la autora afectaba las distintas facultades lo constituía la sensibilidad. De acuerdo a Górriz, la sensibilidad consistía en “el estado placentero o doloroso de un individuo”79 El sentimiento que no se controlaba podría afectar los estados emocionales del niño. También era posible que existiera algún tipo de perturbación mental con efectos físicos y corporales. Por tanto, la sensibilidad era considerada como tarea del maestro mediante la enseñanza y el control útil para supeditar las emociones a las condiciones de obediencia y de normalidad de los niños, la autora en ese sentido señalaba que: “Una emoción repentina y fuerte, tanto de pena como de gozo, se sabe que puede producir graves daños al cuerpo, por todo lo cual es evidente que el debido dominio y represión de los sentimientos de todas las clases es materia de gran importancia en la educación, tanto por lo que interesa al bienestar físico como al bienestar moral del niño.”80 De hecho, los sentimientos que podrían ser orgánicos o emocionales tenían una triple naturaleza: a) personales; b) sociales; y c) complejos, combinados a lo intelectual, lo estético y lo moral. La idea estribaba en que el sentimiento potenciaba las capacidades intelectuales y estéticas del niño, teniendo por tanto la necesidad de fortalecer la presencia de algunos sentimientos y la extirpación de otros. Por ejemplo, la autora manifestaba la necesidad de realizar: “el más grande esfuerzo… dirigido por el recto criterio hacia todo lo que es grande, bueno o justo.”81

Siguiendo la importancia que tenía la sensibilidad y la relación existente entre ésta y las otras facultades intelectuales, morales y estéticas, en el texto “Pedagogía”, se previene y se condena promover en la niñez el sentimiento del temor y del miedo como parte de su educación. Por el contrario se releva la educación del carácter que radicaba, según Górriz, en “una cualidad superior. En el proceder de una virtud se llama rectitud, inspira respeto y confianza, es cierto que no se forma sin esfuerzo, se necesita perseverancia, energía, buena voluntad e inteligencia y estar basado en la verdad.”82 El carácter estaba asociado a la voluntad y al corazón, generando un tipo particular de liderazgo, capaz de mover al individuo y a sus compañeros mediante la aprobación y el respeto producto “de la industria, la virtud y la bondad”.83

La formación del carácter asumía un rasgo particular para la mujer, no obstante seguía bajo un parámetro de la economía familiar y, hasta cierto punto, una especie de preparación para continuar en un rol de sometimiento y de sacrificio: “La experiencia ha demostrado que la mujer tiene un gran valor moral y que hay que desarrollarlo como un tesoro porque es esta notable cualidad la que en las horas de dolor y desencanto consuela, la que anima e impulsa nobles sentimientos y los grandes ideales.”84

El sentimiento también abarcaba dos dimensiones fundamentales para el desarrollo educativo tales como la intelectualidad y la esteticidad. En el caso de la intelectualidad Górriz valoraba la acción del niño en su proceso de aprendizaje, partiendo de lo ya conocido para generar uno nuevo, en palabras de la autora: “Se observa que al niño le agrada todo lo nuevo y le produce una sensación de deleite cuando puede encontrar la semejanza con otro objeto que ya le es conocido y siente un goce muy intenso cuando puede por sí mismo producir un descubrimiento.”85 Encontramos que en esta pedagogía se le asignó un rol mayor al estudiante como parte de los procesos de construcción del conocimiento, el cual se irá ampliando y volviendo más complejo en una dinámica continua como sujeto que aprende, así: “En las clases superiores el trabajo es más fuerte, el maestro debe ayudar a sus alumnos con sus explicaciones claras, con su ejemplo de actividad y de energía, de perseverancia y de atención guiándole, presentándole ocasiones, de que encuentren el resultado por sí mismo.”86

Sin embargo, para la autora existía un orden superior que solo podía desarrollarse a partir de la cultura física, moral e intelectual; este orden superior correspondía a la facultad estética. A pesar de las dificultades que el texto evidencia en la autora para hacer devenir el placer estético de los estímulos, impresiones y sus asociaciones, ella reconoció que las emociones estéticas eran más complejas y que: “El goce que proviene de lo bello, no está basado en la utilidad del objeto.”87 En otras palabras, la educación estética, si bien se construiría a partir de las otras facultades debería abrirse a un terreno que no estando comprometido con una visión pragmática de la vida fuera capaz de conmover con fuerza y fascinar al ser humano. En este sentido Górriz se apartaba de sus propios principios que orientaban una pedagogía basada en el empirismo inglés, el psicologismo y el pragmatismo propios de la época.

Es de reconocer que el desarrollo propuesto también se queda limitado en cuanto a la educación ya que el estudiante solo era sujeto de la sensibilización estética y se constituía en observador del artista, sin ponerse en la condición del estudiante productivo; es decir, una perspectiva desde el sujeto que produjera la obra de arte.

Posterior al ámbito estético del ser humano, Górriz se refirió al abordaje pedagógico del sentimiento moral, intentando para tal efecto interiorizar la necesidad de reflexionar sobre sí mismos y la responsabilidad de la persona, a pesar de los cambios que pudieran sufrir estos sentimientos en el orden del tiempo, creencias y costumbres. La explicación resultante de la aceptación de los cambios y de las perspectivas con relación a la esfera moral sería de orden evolucionista. Al estilo darwiniano, la autora señalaba la existencia de una influencia de la experiencia social y de la educación moral que se manifestaría en la “disposición a someterse a la autoridad de otras personas, por parte de los niños luego de muchas generaciones que le anteceden.”88 Sin embargo, la influencia de la educación jugaría un rol fundamental, de tal manera que el niño convertido en adulto procedería de acuerdo a la conciencia moral de manera independiente.

Siguiendo a Górriz, el ejemplo constituiría el elemento principal en el desarrollo del juicio. Este ejemplo podría ser expuesto mediante la lectura de anécdotas, historias literarias o bíblicas. También podría consultarse las biografías o narraciones de personajes célebres cuyas obras hayan significado un bien a la humanidad. Pero más importante sería que todo ello constituiría “el ejemplo vivo que tiene una eficacia singular para inclinar al niño a la imitación y cuando la vida del maestro es un ejemplo constante de la más pura moralidad, el niño lo imita y adquiere el hábito del bien”.89

A través de su obra Górriz esbozó la importancia de que el maestro se encontrara en la capacidad de impartir la enseñanza con cariño y ternura. La finalidad de desarrollar estas habilidades consistía en responder a la necesidad de encarrilar al niño al bien, lo cual demandaba del maestro no sólo habilidades pedagógicas, sino también de emplear sus facultades físicas, intelectuales, morales y estéticas al servicio de la educación de los alumnos con voluntad y dedicación ya que, según la autora: “La voluntad es pues, una fuerza, una potencia del alma que en período incipiente obra espontánea e instintivamente, pero que dominado por la reflexión, acto consciente de la actividad mental, dirige los actos humanos.”90

Una vez sentadas las bases de los fundamentos y principios pedagógicos, Górriz aborda en la segunda parte del libro la cuestión de las metodologías o ciencia y arte de los métodos. En otras palabras aborda el tema de los métodos generales y específicos de la pedagogía. Para ella el método se define como “el procedimiento que debe seguirse en la investigación y exposición de la verdad.”91 El método garantiza, según la autora, que el niño aprenda sin sufrir un agotamiento, haciendo uso de la motivación, adecuándose los conocimientos a la fase evolutiva del niño y graduando dicho conocimiento.

Como parte de la cuestión metodológica la autora abre un campo referido a niños con “facultades negativas” catalogados como “anormales”. Como se observa en Cuadro 01, Górriz hace una clasificación siguiendo los manuales de la época. De hecho, lo que ahora designamos como niñez con capacidades diferenciadas se incorporan algunos niños que por sus diferencias lingüísticas o nacionales se incorporan en este grupo y que en la actualidad se desarrollan metodologías especiales tales como el aprendizaje de idiomas como segunda lengua o idiomas extranjeros. Esto no significa que los niños posean habilidades diferenciadas.

Al igual que la mayoría de pedagogos de finales del siglo XIX, la autora desarrolla los distintos sistemas de enseñanza consistentes en individuales, simultáneos y mutuos que para el caso de Centroamérica se discutían desde 1818. Además se hace una descripción de los métodos expositivos e interrogativos.

Uno de los puntos especiales del texto es en lo relativo al sistema de castigos y recompensas. Según la autora es preferible un sistema disciplinario preventivo, aunque sería más conveniente que no existiera el castigo. Górriz afirma que: “El castigo debía estar abolido en la Escuela; pero desgraciadamente la naturaleza imperfecta del niño, hace necesario el correctivo inmediato de sus faltas, debe procurarse atraer e interesar al niño para evitar en lo posible los castigos.”92

Górriz desarrolla una clasificación de las asignaturas específicas con su correspondiente metodología. Combinó lo relativo a contenidos curriculares y aspectos propios de su didáctica. La clasificación incorpora quince asignaturas: lectura y nociones de lengua patria, lecciones de cosas, aritmética, geografía, ciencias naturales, moral y urbanidad, historia universal, dibujo lineal y natural, teneduría de libros, idiomas, gimnasia, canto, agricultura y horticultura, trabajo manual, economía doméstica para niñas. En el caso de la enseñanza superior se incorporaba un conjunto de experiencias que eran las materias de estudios clasificadas en cinco asignaturas: mundo inorgánico, mundo orgánico, mundo del pensamiento, mundo de los afectos, mundo de la acción y mundo divino. Cada una tenía sus correspondientes materias aunque la clasificación presentaba algunos problemas tales como el mundo orgánico conllevaba asignaturas como cosmografía y geografía física que se vinculaban a la biología, zoología y botánica.

Finalmente se refiere Górriz a los sistemas de organización escolar, incluyendo las reglas específicas para los maestros y estudiantes, los registros escolares y estímulos. También recomienda acciones que las escuelas deben tener presentes con relación a la higiene, la salud o casos de accidentes, así como las condiciones que debe considerarse en relación a los edificios escolares y mobiliario.

CONCLUSIÓN

Natalia Górriz escribe su obra “Pedagogía”, en una época intermedia de su vida, no obstante por una experiencia práctica equivalente a los veintisiete años de servicio como maestra, directora e inspectora general de educación. En términos de la teoría educativa Natalia ha superado el liberalismo pedagógico y el positivismo en concordancia con los avances pedagógicos de finales del siglo XIX. Sin embargo, su inspiración normativa sigue estando bajo la influencia de los aportes de Enrique Pestalozzi y Federico Fröebel. Este posicionamiento tendrá algunas modificaciones en sus obras posteriores.

En este libro Górriz plantea el hecho educativo desde el punto de vista de un maestro que hace de lado el contexto social, histórico y político de los estudiantes. Por el contrario, asume una posición de la educación desde una perspectiva de la normalización que tiene como efectos la naturalización de los roles y funciones asignados a los hombres y las mujeres, así como al establecimiento de un orden señalado por dios o por el orden sobrenatural de dios como supremo creador.

A pesar de la aceptación del ámbito religioso como verdad que fundamenta la moral y la ética, para sostener su perspectiva basada en un pragmatismo y empirismo sigue estrictamente el ámbito de la psicología. La vinculación entre el empirismo y la religión origina algunos problemas que se presentan en la obra “Pedagogía”, pues por una parte la niñez aprende siguiendo el desarrollo de las funciones físicas y cerebrales que han evolucionado negando de esta manera el creacionismo planteado por la biblia en contraste con un sistema de valores moderno, donde la utilidad se convierte en el fin último.

Por otra parte Górriz realiza un loable esfuerzo por determinar el origen de los procesos psicológicos del aprendizaje a pesar que estos no juegan ningún rol fundamental entre la interacción del ser humano con el mundo y, por tanto, la existencia de un vacío ante un sujeto incapaz de un aprendizaje que promueva su propia transformación y el mundo que lo rodea. En otras palabras la educación se plantea como ajena a la voluntad propia del alumno y enfatiza más bien en la exigencia que de ella hace el maestro. Con esta aproximación se refuerza una educación cuyo control y poder dependerá fundamentalmente de una institución como la escuela que sólo sostendrá y hará más eficientes las relaciones sociales de poder. La finalidad de la pedagogía como ciencia es afinar los procesos de transmisión del conocimiento y la educación del niño, que si bien le prepara para continuar con una forma particular de investigar y de generar nuevos aprendizajes, sólo sirve para que el niño acepte e interiorice las formas tradicionales que articulan la sociedad.

Entre los elementos claves que incorpora la pedagogía de Górriz se encuentran aspectos referidos a la estética, la imaginación, la creación y la física, a pesar que se hace desde una perspectiva de sensibilización más allá de quiénes producen el arte. También se observa la introducción de conceptos de una pedagogía de la ternura y una aproximación donde la escuela es capaz de recuperar la dinámica de la alegría y de la lúdica.

Sin lugar a dudas que la obra “Pedagogía” de Natalia Górriz finaliza una época que inició con el período del “Manual del Instituto Primario”, que Miguel Saravia traduce en el 1836 y cuyo autor es Adam Mæder, y que continúa con Francisco Galindo, Darío González y José María Izaguirre. El discurso pedagógico llega a su punto álgido, pues años más tarde se escribieron obras por profesionales formados en la pedagogía y por la propia Natalia Górriz, quien hace algunas variaciones a sus aproximaciones pedagógicas. En este sentido la autora constituye el puente entre la pedagogía moderna y la pedagogía contemporánea en Guatemala.

FUENTES

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1 Doctor en Educación y Estudios Culturales por la Universidad de Ohio de los Estados Unidos y Licenciado en Filosofía de la Universidad de San Carlos de Guatemala. Investigador del área de teoría y política educativa del Instituto de Investigaciones Educativas de la Escuela de Formación de Profesores de Enseñanza Media de la Universidad de San Carlos de Guatemala.

2Archivo General de Centro América (A.G.C.A.) Lib.Bau.N24, Fol.20. Otras fuentes señalan que Natalia Górriz nació en 1868. Véase: La ilustración guatemalteca, Revista quincenal, Siguere, Guirola & Cía, Vol. I, No. I, 1 de agosto, 1896: 25.

3Thompson Nora, “Natalia Górriz de Morales, su vida y dignificación”, Revista de Educación, número 12, año XI, (1943): 365; y Thompson, Nora, “Natalia Górriz de Morales, su vida y dignificación”, El Escolar, Órgano de las Escuelas Particulares de Tiquisate, Época V, No. 38. (1943): 1-2.

4Víctor Miguel Días, “Galería de Maestros. Natalia Górriz de Morales”, Diario de Centroamérica, Año XXXII, No. 8852, Guatemala, 22 de marzo, 22 de marzo, 1912: 1.

5Cfr.: La Gaceta, Tipografía Nacional, Tomo XIII, Número 27, 19 de julio, 1935: 213-215.

6Véase: La ilustración guatemalteca, Loc. Cit.: 24.

7Cfr.: Víctor Miguel Días, “Galería de Maestros. Natalia Górriz de Morales”, Diario de Centroamérica, Óp. Cit.: 4.

8El Guatemalteco. Tomo VIII, No. 28, 5 de julio (1888): 139.

9El Monitor Escolar, Tomo 1º. No. 14, 1 de junio, (1890): 347.

10Véase: Revista La Escuela, Órgano de la Academia Central de Profesoras, Tipografía El Modelo, Año I, Número 2, 1 de julio (1891): 26- 27, Revista Historia de la Educación Latinoamericana No. 18.

11Véase: Acuerdo Gubernativo de fecha 24 de febrero de 1892, se nombra a Natalia Górriz directora del Instituto Central de Señoritas.

12Cfr.: “Nomina de las directoras del Instituto Nacional Central de Señoritas” Revista Magisterio, Tipografía Nacional, Año I, 30 de junio (1922): 164.

13Véase: Acuerdo Gubernativo de fecha 24 de marzo de 1892, en Recopilación de Leyes de la República de Guatemala 1892-1893, Tipografía Nacional, Tomo XI (1894): 15.

14Véase: Decreto Número 443 de fecha 8 de junio 1892, en Recopilación de Leyes de la República de Guatemala, Op. Cit.: 62-63.

15Este texto fue escrito en el marco del certamen abierto convocado por el gobierno de Guatemala, el cual fue ganado por la obra de Antonio Batres Jauregui, titulado Cristóbal Colón y el nuevo mundo, publicado por la Tipografía Nacional en 1893. Sin embargo la calidad del texto de Natalia Górriz hizo que se publicara en 1895. El reconocimiento a este texto se observa en artículos tales como el escrito por Fernando Somoza Vivaz, quien expresa que: “Es doña Natalia muy joven, y sin embargo, hasta en el lenguaje amistoso se notan las frases clásicas, la profundidad de lenguaje y la nobleza de espíritu.” Véase: El Progreso Nacional, año IV, Tomo VIII, 11 de febrero, (1897): 2.

16Bascom, Jones, Máximo Soto Hall y William Scoullar, Libro Azul de Guatemala (Guatemala: Tipografía Nacional, 1915), 133.

17Véase: Górriz de Morales, Natalia Vida y viajes de Colón. Guatemala: Tipografía Nacional, 1895.

18En este texto, Górriz describe en la dedicatoria el punto de partida de la obra: “Me inspiraron su historia interesantísima, sus leyendas románticas y sus encantadoras tradiciones, impregnadas de un aroma de selva virgen, que brotaron del choque de dos razas igualmente fuertes y aguerridas.” Cfr.: Górriz viuda de Morales, Natalia, Luisa Xicotencatl, princesa de Tlaxcala (Guatemala: Editorial Cultura, 1941), 3.

19Natalia Górriz, “Cuarto Centenario del Descubrimiento de América”, La Instrucción Pública, Número extraordinario, Tomo I. (1892): 44-47.

20La ilustración guatemalteca, Revista quincenal, Siguere, Guirola & Cía, Vol. I, No. 16, 15 de marzo (1897): 239.

21La Ilustración ibérica, Año XV, Número 772, 16 de octubre (1897): 8-9.

22La ilustración guatemalteca, Revista quincenal, Loc., Cit.: 239.

23Telegrama Oficial del General Presidente de la República de Guatemala, en Recopilación de Leyes de la República de Guatemala, Óp. Cit.: 99-100.

24Decreto Gubernativo 529, en Recopilación de Leyes de la República de Guatemala, Óp. Cit.: 113-114.

25Cfr.: Jorge Luján Muñoz, Las revoluciones de 1897, la muerte de J.M. Reina Barrios y la elección de M. Estrada Cabrera. (Guatemala: Artemis Edinter, 2003).

26Ramón Salazar, “La mujer en el siglo XIX”, La República, Número 2558, Año X, Época II (1900): 1.

27Natalia Górriz [NOEL] “La mujer en el siglo XIX”, La República, Número 2461, Año X, Época II (1900): 1.

28Natalia Górriz [NOEL] “La mujer en el siglo XIX”, La República, Número 2461, Año X, Época II (1900): 1; Natalia Górriz [NOEL] “La mujer en el siglo XIX”, La República, Número 2463, Año X, Época II (1900): 1; Natalia Górriz [NOEL] “La mujer en el siglo XIX”, La República, Número 2465, Año X, Época II (1900): 1-2; Natalia Górriz [NOEL] “La mujer en el siglo XIX”, La República, Número 2467, Año X, Época II (1900): 1; Natalia Górriz [NOEL] “La mujer en el siglo XIX”, La República, Número 2469, Año X, Época II, (1900): 1; Natalia Górriz [NOEL] “La mujer en el siglo XIX”, La República, Número 2471, Año X, Época II, (1900): 1.

29Natalia Górriz [NOEL] “La mujer en el siglo XIX”, La República, Número 2472, Año X, Época II, (1900): 1; Natalia Górriz [NOEL] “La mujer en el siglo XIX”, La República, Número 2486, Año X, Época II, (1900): 1-2; Natalia Górriz [NOEL] “La mujer en el siglo XIX”, La República, Número 2488, Año X, Época II, (1900): 1; Natalia Górriz [NOEL] “La mujer en el siglo XIX”, La República, Número 2489, Año X, Época II, (1900): 1-2.

30Natalia Górriz [NOEL] “La mujer en el siglo XIX”, La República, Número 2497, Año X, Época II, (1900): 1-2; Natalia Górriz [NOEL] “La mujer en el siglo XIX”, La República, Número 2503, Año X, Época II, (1900): 1; Natalia Górriz [NOEL] “La mujer en el siglo XIX”, La República, Número 2516, Año X, Época II, (1900): 1-2; Natalia Górriz [NOEL] “La mujer en el siglo XIX”, La República, Número 2555, Año X, Época II, (1900): 1-2; Natalia Górriz [NOEL] “La mujer en el siglo XIX”, La República, Número 2556, Año X, Época II, (1900): 2; Natalia Górriz [NOEL] “La mujer en el siglo XIX”, La República, Número 2557, Año X, Época II, (1900): 2.

31Natalia Górriz [NOEL] “La mujer en el siglo XIX”, La República, Número 2486, Año X, Época II, (1900): 1-2.

32Natalia Górriz, Compendio de Geografía Descriptiva. Tegucigalpa: Tipografía Nacional, 1904.

33El Financiero Hispano-Americano, Revista Económica, Industrial y Mercantil, Doctrinal y Práctica, Año VI, Número 274, 29 de junio (1906): 8; La Correspondencia de España, Año LVII, Número 17,678, 7 de julio (1906): 3.

34 Mendoza, Edgar. “Natalia Górriz viuda de Morales: mujer pionera en la enseñanza de la geografía en Guatemala: Su manual de geografía de 1904”. Anales de la Academia de Geografía e Historia de Guatemala, Tomo 92. (2017): 27.

35Natalia Górriz v. de Morales, Pedagogía. Guatemala: Tipografía Sánchez & de Guise, 1912.

36Natalia Górriz v. de Morales, “La leyenda de las perlas”, Diario de Centroamérica, Guatemala, 1 de abril, 1911, 1; Natalia Górriz v. de Morales, “A mi madre”, Diario de Centroamérica, Guatemala, 6 de mayo, 1911, 1.

37Véase: Víctor Miguel Días, Galería de Maestros, Óp. Cit.: 1-4.

38Bascom Jones, Máximo Soto Hall y William Scoullar, Libro Azul de Guatemala (Guatemala: Tipografía Nacional, 1915): 104, 133, 194.

39Nora Thompson, Loc., Cit.: 365.

40Magisterio, Revista de Educación Pública, Año II, Número I, Tomo I, 26 de septiembre (1927): 5.

41Revista Anales de la Academia de Geografía e Historia de Guatemala, Tomo I, Año I, Número 1, 14 de julio (1924): 33-40.

42 Revista Anales de la Academia de Geografía e Historia de Guatemala, Tomo VII, Año VII, Número 4, Guatemala, junio (1931): 402-404.

43Natalia Górriz apareció como parte de la comitiva oficial encargada del recibimiento de Gabriela Mistral. Cfr: Revista España y América, Año XX, Número 231, noviembre (1931): 13.

44Natalia Górriz viuda de Morales, “Galería de Maestros Ilustres, Gabriela Mistral”, Revista de Educación, Año V, Número 11, junio (1937): 292-293.

45Alfredo Carrillo, Evolución histórica de la educación secundaria en Guatemala. (Guatemala: Editorial José Pineda Ibarra, 1971): 214.

46Mardoqueo García Asturias, “100 años de normalismo 1830-1930”, Óp. Cit.: 151-152.

47Górriz, Natalia, Rafaela Del Aguila y Dolores Batres, “Programa de labores de mano como Norma en las Conferencias Pedagógicas de 1888”, El Monitor Escolar, Tomo 1º. No. 3, 1 de junio (1889): 22-24.

48Natalia Górriz, “Cualidades que debe tener el maestro”, El Monitor Escolar, Tomo 1º No 6. 1 de octubre (1889): 92.

49Ibídem.

50Ibíd.: 93.

51Ibídem.

52Véase: Natalia Górriz, “Federico Fröebel”, La Instrucción Pública, Tomo I, No. 1, 15 de septiembre (1892): 11-13; Natalia Górriz viuda de Morales, “Educación moderna”, Magisterio, Revista de Instrucción Primaria, Año I, Número 7, Tomo 2, diciembre (1922): 292- 293; Natalia Górriz viuda de Morales, “Escuela Decroly”, Revista de Educación, Año V, No 4, (1922): 103-104.

53Natalia Górriz viuda de Morales, “Trabajo Manual”, Magisterio, Revista de Educación Pública, Año II, Tomo I, Número 1, septiembre (1927): 52-53; Natalia Górriz viuda de Morales, “Trabajo Manual”, Magisterio, Revista de Educación Pública, Año II, Tomo I, Número 2, febrero (1928): 94-96.

54Juan José Arévalo, La inquietud normalista 1920-1927 (Guatemala: Editorial Academia Centroamericana, 1980): 358; Juan José Arévalo, La Argentina que yo viví, (México: B. Costa-Amic Editor, 1974): 198; Juan José Arévalo Escritos complementarios, (Guatemala: Centro Nacional de Libros de Texto y Material Didáctico José Pineda Ibarra, 1988): 191.

55Natalia Górriz v. de Morales, “Conferencia sobre sanidad escolar”, Ateneo Norma, Año I, Número I, 15 de septiembre (1928): 10-13.

56Natalia Górriz viuda de Morales, “La Escuela de Párvulos”, Revista de Educación, Año Vol. No. 2, septiembre (1936): 52- 53.

57Acuerdo Gubernativo de fecha 5 de mayo de 1939, Diario de Centroamérica, Tomo XXV, No. 79, 29 de mayo (1939): 733.

58Natalia Morales, Luisa Xicotencatl, princesa de Tlaxcala, Loc., Cit.: 6.

59El Imparcial, Guatemala, 21 de octubre, 1941, 1.

60Nuestro Diario, Guatemala, Tercera Época, Número 6332, 21 de octubre, 1941, 3.

61El Imparcial, Guatemala, Año 12, Número 7622, 20 de octubre, 1943, 3-7.

62Natalia Górriz V. de Morales, Pedagogía (Guatemala: Tipografía Sánchez & De Guise, 1912): 6.

63Gabriel Compayré, Curso de Pedagógica Teórico-Práctica (París: Librería de la Vda. de Ch. Bouret, 1897): 16.

64Natalia Górriz V. de Morales, Pedagogía, Loc. Cit.: 8-9.

65Ibíd., 8.

66Ibíd., 13.

67Ibíd., 28.

68Ibíd., 26. Este concepto se manejaba en Europa desde el siglo XIX como se observa en uno de los pedagogos que más influye en América Latina como es el caso del español Mariano Cardedera: “El ejercicio es el medio general de robustecer todas nuestras facultades”, Cfr.: Mariano Cardedera, Diccionario de educación y métodos de enseñanza, (Madrid: Imprenta de A. Vicente, 1856): 543.

69Natalia Górriz V. de Morales, Pedagogía, Loc. Cit.: 30.

70Ibíd., 29.

71Ibíd., 32.

72Ibídem.

73Ibíd., 34.

74Ibíd., 38.

75Ibíd., 39.

76Ibíd., 50.

77Ibíd., 51.

78Ibíd., 56.

79Ibíd., 58.

80Ibíd., 59.

81Ibídem.

82Ibídem.

83Ibíd., 62 y 63.

84Ibíd., 64.

85Ibíd., 68.

86Ibíd., 66 y 67.

87Ibíd., 67.

88Ibíd., 71.

89Ibíd., 73.

90Ibíd., 74.

91Ibíd., 81.

92Ibíd., 100.

Recibido: 10 de Mayo de 2017; Revisado: 04 de Agosto de 2017; Aprobado: 24 de Agosto de 2017

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