El año 2020 se recordará como aquel el año en el cual el virus COVID-19 se expandió por el mundo paralizando a más de 200 países. Así las fechas especiales y eventos que se celebrarían se han visto cancelados y/o aplazados y al nombrar el 2020 lo primero que se nos vendrá a la mente será el coronavirus.
Todos los gobiernos, instituciones, organizaciones y personas habían establecido planes, expectativas y proyecciones para el 2020, los cuales se han quedado pendientes. En el caso de la Facultad de Ingeniería que al igual que la Universidad en este 2020, justo en el año del COVID-19, conmemoran 75 años de labores, se debieron suspender y reprogramar las actividades para dicha conmemoración.
La Facultad de Ingeniería nace con la Universidad del Valle. Desde su creación, la Facultad ha hecho presencia a nivel local, regional, nacional e internacional aportando al desarrollo en cada espacio en el que ha intervenido. Sin embargo, es evidente que después de esta crisis, el mundo ya no será el mismo pues las consecuencias de la Pandemia han llevado a un cambio en la visión de la humanidad y sus planes a corto, mediano y largo plazo, lo cual se reflejará en nuestra Universidad y por supuesto en nuestra Facultad.
Es el momento de repensar, en los 75 años de celebración, en la Universidad y con ella en la Facultad de Ingeniería que queremos a futuro.
Lo que esperamos de la Universidad y la Facultad de Ingeniería, puede estar relacionado con las siguientes inquietudes:
Cuáles son los ajustes, de ser necesarios, en los planes de la Facultad que deben hacerse ante los nuevos paradigmas que se plantean en la crisis.
Como se relacionan los planes de las unidades académicas y de la Facultad para mantener y fortalecer la Universidad y su impacto en la sociedad
Las fortalezas de la Universidad y la Facultad deben estar en concordancia con las áreas estratégicas de la Facultad y podrían revisarse a la luz de las nuevas tendencias en investigación y docencia.
El cambio generacional en la Facultad es una realidad que debe tenerse en cuenta para decidir los mejores perfiles de los nuevos profesores para mantener las fortalezas y decidir sobre nuevas áreas de desarrollo en función de las áreas estratégicas.
La Facultad debería reorganizarse en función de tener unidades académicas fuertes con visión integral para impactar en los procesos misionales de la Universidad y optimizar los recursos y obtener mayores benéficos para toda la sociedad y comunidad universitaria.