Sergio Boisier y el elogio a una vocación
Esta nota no es solamente un homenaje y una expresión de admiración a un ser humano y su legado, es también una expresión de agradecimiento a Sergio y su esposa Silvia Pons quienes me regalaron su amistad y me abrieron las puertas de su hogar desde mi llegada a Santiago en 2003.
Sergio nació en 1939 en un pequeño pueblo del sur de Chile, Puren, escenario de su infancia y de una vida familiar que frecuentemente evocó como el origen de su vocación intelectual más profunda: el amor, la curiosidad y el compromiso por el lugar y el territorio. Ese lugar y ese territorio objeto de su vocación, no fue solamente Puren, fue el subcontinente entero, América Latina.
Se formó como economista en la Universidad de Chile y posteriormente tuvo el privilegio de estudiar en Pensilvania donde Walter Isard avanzaba en la apasionante empresa de fundar una ciencia de lo regional. Esa formación incidió significativamente durante la primera parte de su recorrido intelectual, cuando dio énfasis al trabajo teórico y a las metodologías de análisis de tipo cuantitativo. No obstante, a lo largo de su carrera profesional se desenvolvió en otros ámbitos que le permitieron enriquecer sus preocupaciones y ampliar sus enfoques. Durante la década de 1960 se vinculó a la División de Análisis Cuantitativo y fue jefe del Departamento de Planificación Regional de la Oficina de Planificación Nacional de Chile. Más tarde, inició una larga carrera dentro de las Naciones Unidas, gracias a la cual su latinoamericanismo fue más allá del estudio y de la investigación y se convirtió en parte de su existencia. Desde los años 70 estuvo vinculado a la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, CEPAL, primero en la oficina de Brasil, después en la de Argentina y posteriormente en Panamá (con la Oficina de Cooperación Técnica de las Naciones Unidas). Al final, su casa fue el Instituto Latinoamericano y del Caribe de Planificación Económica y Social (ILPES), en Santiago de Chile, donde a finales del siglo xx hizo uso de su derecho de jubilación. Jubilarse, sin embargo y por fortuna, nunca significó retirarse.
La parte más visible de su obra y su legado son, sin duda, sus numerosas publicaciones, vehículo de ideas y propuestas encaminadas a hacerse cargo de entender el porqué de los problemas territoriales de América Latina y del cómo resolverlos. No obstante, su huella se hizo aún más profunda y extensa gracias a los cursos y las capacitaciones que Sergio impartió durante su paso por el ILPES. La vocación, el compromiso, las ideas y las búsquedas de cientos de personas se sometieron al impacto de sus ideas y enseñanzas. Muchas de estas personas hablan de un antes y un después de los cursos recibidos en el ILPES con el sello Boisier, punto de partida y origen de una convicción por aplicar la reflexión abierta, crítica y creativa.
Aunque es atrevido de mi parte, encuentro razonable distinguir la producción intelectual de Sergio en dos grandes momentos. El primero, desplegado durante la primera parte de su recorrido en la CEPAL y las Naciones Unidas a través del ILPES, y el segundo, al final de ese paso y durante su producción posterior a su retiro laboral.
La obra culminante del primer período, que denomino de adaptación creativa, fue publicada por el ILPES en 1974, con el título "Industrialización, urbanización, polarización: hacia un enfoque unificado", capítulo incluido en Planificación regional y urbana en América Latina (México, Siglo XXI, Editorial Universitaria de Chile, pp. 7-38). En ese trabajo, Boisier reúne un análisis y evaluación crítica de las políticas regionales de la época, de sus impactos y elabora una propuesta alternativa, adaptada a las condiciones del contexto territorial e institucional latinoamericano. Esta propuesta emerge como opción a la idea por entonces dominante de los polos de crecimiento, de Francois Perroux. La importancia y el significado de este trabajo provienen de dos hechos: primero, por representar el tipo de trabajo realizado durante una larga etapa de su vida profesional y, segundo, por tratarse de una reflexión poco frecuente -pero muy necesaria- en nuestro subcontinente, caracterizada por la intención de evaluar a fondo nuestro quehacer político institucional, identificar logros, fallos y vacíos y lanzar nuevas propuestas, en medio de todo, lo cual se crea a partir de lo ya pensado y de lo ya realizado.
En su segundo período, su trabajo está marcado por la preeminencia del trabajo especulativo, en el sentido noble del término. Se trata de un ejercicio de pensamiento sin amarras o restricciones, sin dogmas ni ortodoxias, animado por el encuentro con nuevas teorías científicas y nuevas cuestiones epistemológicas, como es el caso de la teoría de la complejidad. Igualmente, en el plano político, la dimensión ética es nutriente clave de sus propuestas y búsquedas. Un ejemplo destacado de este tipo de trabajo se encuentra en "¿Y si el desarrollo fuese una emergencia sistèmica?", incluido en la publicación de Fabio Giraldo, Ciudad y complejidad (Bogotá, Creación Humana, 2003). Los trabajos de esta época dieron lugar a ideas novedosas que atrajeron el interés de investigadores y responsables políticos de la región y movilizaron una reflexión más ambiciosa, llena de elocuencia e imaginación literaria: Teorías y metáforas del desarrollo, Postmodernismo territorial, sociedad del conocimiento, conocimiento social y gestión territorial; Una (re)visión heterodoxa del desarrollo (territorial).
En ese mismo período, Sergio decide emprender la elaboración de un trabajo de formación doctoral, que probablemente no realizó antes porque durante la época en la que se formó era algo muy poco frecuente. Ya en su condición de investigador consagrado e intelectual reconocido, se sometió a la disciplina de las clases, a la crítica de sus pares y a la guía sabia, generosa e igualmente implacable de su gran amigo y colega, Juan Ramón Cuadrado. Es así como en 2007, en la Universidad de Alcalá de Henares, Sergio aprueba su trabajo Territorio, estado y sociedad en Chile. La dialéctica de la descentralización: entre la geografía y la gobernabilidad. Este trabajo dio cuerpo a una preocupación existencial de Sergio relacionada con el centralismo chileno y la dificultad de avanzar por nuevas rutas en la organización de un estado que otorgase un papel protagónico al territorio en el desarrollo. Este trabajo, sin embargo, fue más allá, fue una prueba de humildad y de una inmensa capacidad para aceptar grandes desafíos.
Quienes deseen profundizar en el recorrido intelectual de Sergio, pueden acudir a una de sus últimas publicaciones en 2017 -cuya edición se ha agotado-; una antología parcial de su extensa obra, fruto del entusiasmo de la Pontificia Universidad Bolivariana de Medellín, intitulada Desarrollo y planificación territorial en América Latina. Terra Mater: reflexiones sobre territorio y sociedad. Igualmente recomendamos las Memorias de vida de Sergio Gerardo Boisier Etcheverry, publicadas por la Revista electrónica del Programa de Maestría en desarrollo de la Universidad del Contestado en Brasil (2014).
Hasta pronto Sergio, maestro, colega, amigo.
Luis Mauricio Cuervo
Referencias
Boiser, S. (1972). Industrialización, urbanización, polarización: hacia un enfoque unificado. En Planificación regional y urbana en América Latina, México, Siglo XXI, Editorial Universitaria de Chile, pp. 7-38
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Boisier, S. (2003). ¿Y si el desarrollo fuese una emergencia sistémica? En Fabio Giraldo, Ciudad y complejidad, Revista del CLAD, Reforma y Democracia, n. ° 27.
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Boisier, S. (2014). Memorias de vida de Sergio Gerardo
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Boisier Etcheverry. Desenvolvimento Regional em Debate, 4(1), 200-241.
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Boisier Etcheverry, S. (2017). Desarrollo y planificación territorial en América Latina. Terra Mater: reflexiones sobre territorio y sociedad. Editorial UPB-Pontificia Universidad Bolivariana de Medellín.
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