SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.3 suppl.1Desarrollo y Medio Ambiente en la AmazoniaEnfermedades Transmisibles y Tropicales en la Amazonia Brasileña author indexsubject indexarticles search
Home Pagealphabetic serial listing  

Services on Demand

Journal

Article

Indicators

Related links

  • On index processCited by Google
  • Have no similar articlesSimilars in SciELO
  • On index processSimilars in Google

Share


Revista de Salud Pública

Print version ISSN 0124-0064

Rev. salud pública vol.3  supl.1 Bogotá Dec. 2001

 

Simposio: Enfermedades Transmisibles y Tropicales

Virulencia en Toxoplasma gondii: ¿Las Presentaciones Clínicas Inusuales en la Amazonia pueden Poner en Evidencia Factores de Virulencia?

Jorge Enrique Gómez Marín* 

Jean Michel Pinon** 

* Unidad de Parasitología e Instituto de Salud en el Trópico, Departamento de Salud Publica y Tropical, Universidad Nacional de Colombia. Bogotá. Colombia.

** Laboratoire de Parasitologie-Mycologie Hôpital Maison Blanche CHRU EA2070, Université de Reims IFR53. France.


Toxoplasma gondii es el agente responsable de la toxoplasmosis, una de las infecciones parasitarias más frecuentes en el mundo. Toxoplasma gondii pertenece al phylum Apicomplexa o Sporozoa, la clase de los Coccidea y a la orden de los Eimeriida1. La infección en el hombre es habitualmente asintomática o puede tener un curso clínico benigno. Habitualmente sólo 15-30% de los pacientes inmunocompetentes presentan algún síntoma que consiste generalmente en un síndrome ganglionar que se autolimita 2. En raras ocasiones una toxoplasmosis adquirida en la edad adulta puede dar lugar a una retinocoroiditis. La frecuencia de esto no ha sido determinada por estudios longitudinales amplios pero en un brote en Atlanta (USA) solo 1 de 37 individuos (2.7%) desarrolló la enfermedad ocular luego de 4 años de seguimiento 3. En un brote bien documentado en Nueva York, uno de siete miembros de una familia (14.2%) desarrolló coriorretinitis por Toxoplasma 129 días luego de la infección 4 y en un brote reciente en Vancouver (Canadá) el número de pacientes sintomáticos oculares fue 19 de un total de 100 sintomáticos 5.

El Toxoplasma es considerado un parásito oportunista que logra un buen equilibrio con el huésped humano al cual no le causa mayor daño, en general. Esto es claro si se tiene en cuenta que la mitad de la población mundial está infectada, es la zoonosis de mayor frecuencia en el mundo. En Colombia el Estudio Nacional de Salud 6 demostró que 47% de la población general ya había tenido contacto con el parásito como pudo evidenciarse por la prevalencia de anticuerpos IgG específicos. La importancia médica de la toxoplasmosis es la infección congénita o la de los pacientes inmunodeprimidos en quienes la infección puede ser muy seria y quizás mortal. En Francia, las tasas de primoinfección materna han sido estables en los últimos 15 años: del orden de 4 a 5 por 1.000 7. El grupo de estudio de la toxoplasmosis de Reims encontró en 1995 una frecuencia de 1,8 casos de toxoplasmosis congénita por 1.000 nacimientos 8. La reducción en la frecuencia de las formas severas de la infección congénita en Francia se puede atribuir a la instauración en 1978 de un programa de vigilancia serológica para las mujeres embarazadas seronegativas 9. En Colombia la toxoplasmosis congénita es aún un problema de salud pública importante. Según estudios realizados en diferentes regiones, cada año aparecen 2 a 10 por cada 1.000 recién nacidos con toxoplasmosis congénita. Actualmente, el Ministerio de la Salud no tiene un programa de control para la enfermedad. Es por ello que en ausencia de intervención terapéutica entre 800 a 3.000 recién nacidos nacen infectados cada año 10,11,12,13. En cuanto al impacto sobre la población de inmunosuprimidos, la toxoplasmosis cerebral (TC) es la causa más frecuente de lesiones cerebrales focales en los pacientes con infección por VIH. El riesgo de TC se correlaciona directamente a la prevalencia de toxoplasmosis en la población general e inversamente a la utilización de antibióticos profilácticos 14. En Francia y en otros países europeos como España, Alemania, Bélgica y Suiza, la TC en pacientes con SIDA es entre el 10 a 40% de las infecciones oportunistas 15. Según un estudio prospectivo francés, la frecuencia de TC en los pacientes que sufren de SIDA y que han seguido la profilaxis anti-Toxoplasma es dos veces menos importante que en los pacientes que no han tenido esa profilaxis 16. A partir de datos de prevalencia de la toxoplasmosis en la población general y del número de casos de SIDA reportados por el Ministerio de la Salud, se pueden esperar entre siete a diez mil casos de TC en Colombia 17.

Hasta hace poco la diversidad de cepas de Toxoplasma gondii fue un problema al cual se le prestó poca atención, sin embargo recientemente se han logrado obtener marcadores genéticos que han renovado el interés en la taxonomía de este parásito. Un trabajo reciente de Sibley y Boothroyd 18 ha demostrado la importancia de la caracterización de cepas, ellos mostraron que las cepas virulentas para el ratón conforman un solo linaje clonal en esta especie. La diferenciación de los taquizoitos del Toxoplasma gondii por análisis isoen-zimático por electroforesis en geles de poliacrilamida de capa fina ha demostrado la existencia de cinco zimodemas 19. Esto se ha podido correlacionar con algunas caracteristicas extrínsecas: por ejemplo el comportamiento en el ratón infectado y la capacidad para producir ooquistes. La evidencia más importante encontrada fue la homogeneidad del zimodema 1: todos los aislados Z1, incluyendo la bien conocida cepa Rh, fueron altamente virulentas para el ratón. Gross et al 20 obtuvo un anticuerpo monoclonal que diferencia entre aislados virulentos o no para el ratón. Este mismo autor encontró evidencia de diferencias en la detección serológica de anticuerpos cuando utilizó diferentes cepas como antígeno. Esto podría explicar diferencias entre los resultados obtenidos por diferentes técnicas con el mismo suero cuando cada técnica utiliza diferentes cepas de Toxoplasma como fuente de antígeno 21.

El trabajo de Sibley y Boothroyd 18 logró determinar que la estructura de la población parasitaria de T. gondii es de tipo clonal. Virtualmente todas las cepas que se han estudiado hasta el presente pueden ser clasificadas dentro de uno de tres tipos clonales que han podido encontrarse por análisis de polimorfismos de los fragmentos de restricción (RFLP). El tipo clonal I se pudo demostrar que contenía exclusivamente aquellas cepas que eran altamente virulentas para el ratón. La cepa Rh y aquellas otras cepas que eran genéticamente similares mostraban una dosis letal 100% (concentración de parásitos en la cual la infección termina siempre en muerte del ratón) de un sólo parásito viable. En contraste, las cepas no virulentas demuestran una dosis letal 50% (concentración a la cual muere el 50% de los ratones infectados) mayor o igual a 1.000 taquizoitos. Las bases para las diferencias en virulencia para el ratón son desconocidas pero es probable que un factor genético único para el tipo I sea el responsable. Un estudio reciente 22 demostró que un alelo específico en el locus SAG1 se correlacionó en 100% con el fenotipo virulento. SAG1 es un gen de copia única que codifica el antígeno mayor de superficie de las formas taquizoito de T. gondii. Varios estudios han demostrado que SAG1 participa en el proceso de invasión parasitaria. Howe y Sibley 23 lograron correlacionar los diferentes tipos clonales con las diferentes formas clínicas de la toxoplasmosis humana. El tipo I fue asociado más frecuentemente con toxoplasmosis congénita. El tipo II se encontró en el 65% de las cepas aisladas de casos de reactivación en pacientes con SIDA. El tipo III fue aislado comúnmente de animales pero fue raramente aislado en casos humanos.

Los hallazgos anteriores demuestran la importancia de obtener una definición explícita del microorganismo bajo estudio. Una cepa puede ser considerada no sólo como genéticamente diferente de otra población sino también diferente en uno o más caracteres de importancia epidemiológica. El término cepa es valioso no sólo como una unidad evolutiva o categoría taxonómica sino también como un término descriptivo útil para el control y tratamiento de las enfermedades 24,25. Hasta el presente no se han realizado estudios que analicen las diferencias entre cepas aisladas en Europa y Estados Unidos con cepas aisladas en Sur América. Recientemente se ha reportado la existencia de formas clínicas severas y no frecuentes de toxoplasmosis humana en Sur América, entre ellas la hidranencefalia, diferente a la forma conocida de hidrocefalia 26,27 y brotes de retino-coroiditis adquirida 28,29. Estas formas clínicas no han sido reportadas en otros continentes. Bridley et al 30 han hecho la única descripción que existe sobre estas cepas, y describieron una cepa procedente de Brasil (la OH3) la cual estaba involucrada en la forma de retinocoroiditis adquirida. Este aislado tuvo similitudes biológicas con las formas virulentas de Toxoplasma gondii en ratón e in vivo fué menos sensible a la sulfadiazina comparado con la cepa Rh. Sibley y Boothroyd hallaron que esta cepa OH3 pertenecía al clon virulento 18.

Han aparecido informes sobre formas clínicas severas de toxoplasmosis en pacientes inmunocompetentes de Guyana Francesa. Des guerre et al 31 describieron un caso en una niña de dos años quien presentó un síndrome de dificultad respiratoria severo con compromiso neurológico. Luego Dardé et al. 32 describieron un brote de toxoplasmosis pulmonar severa en 5 militares franceses en Guyana de uno de los cuales se aisló T. gondii. El análisis isoenzimático de este aislado demostró un zimodema nuevo (ZM 6) y fue altamente virulento para el ratón. De otro lado en Colombia (Martínez O. Comunicación personal) se observó un caso severo de toxoplasmosis pulmonar que requirió asistencia ventilatoria en un paciente inmuno-competente y procedente del Cáqueta. Se ha postulado que las cepas circulantes en zonas donde el humano penetra raramente pueden tener factores de virulencia aún no determinados. El estudio de estos aislados podría dar claves sobre la patogénesis de este protozoario.

A partir de estos primeros hallazgos se hace extremadamente importante conocer más acerca de la distribución y características de las cepas virulentas Suramericanas. No es claro si la presencia de formas clínicas severas de toxoplasmosis humana en Suramérica es sólo un problema de una mayor frecuencia de la infección en esta región o si clonos virulentos para el humano pueden estar más extendidos en Suramérica. En conclusión, un esfuerzo global coordinado se hace necesario para recolectar el mayor grupo posible de cepas de Toxoplasma gondii en diferentes áreas geográficas con el fin de analizar la estabilidad espacial y temporal de los clonos existentes, lo que podría definir su importancia médica.

REFERENCIAS

1. Frenkel JK. Transmission of toxoplasmosis and the role of immunity in limiting transmission and illness. J. Am. Vet. Med. Assoc. 1990; 196: 233-240. [ Links ]

2. Frenkel JK. Toxoplasmosis in human beings. J. Am. Vet. Med. Assoc. 1990; 196: 240-248. [ Links ]

3. Akstein RB, Wilson LA, Teutsch SM. Acquired toxoplasmosis. Opthalmology 1982; 89: 1299-1302. [ Links ]

4. Masur H, Jones TC, Lempert JA, Cherubini TD. Outbreak of toxoplasmosis in a family and documentation of acquired retinochoroiditis. Am. J. Med. 1978; 64: 396-402. [ Links ]

5. Bowie WR, King AS, Werker DH, Isaac-Renton JL, Bell A, Eng SB, Marion SA. Outbreak of toxoplasmosis associated with municipal drinking water. Lancet 1997, 350: 173-177. [ Links ]

6. Juliao O, Corredor A, Moreno GS. Estudio Nacional de Salud: Toxoplasmosis en Colombia, Ministerio de Salud. Bogotá: Imprenta Instituto Nacional de Salud; 1988. [ Links ]

7. Carme B, Tirard-Fleury V. La toxoplasmose chez la femme enceinte en France: séroprévalence, taux de séroconversion et niveau de connaissance des mesures preventives. Tendances 1965-1995. Med Mal Infect 1996; 26: 431-436. [ Links ]

8. Leroux B, Marx-Chemla C, Dupouy D, Trenque T. Toxoplasmose congénitale -Diagnostic néonatal. En: Groupe de Toxoplasmose de Reims, editores. Colloque Laboratoires Abbott - Diagnostic de la toxoplasmose materno foetale, ses conséquences. Reims: CHRU Laboratoire de Parasitologie-Mycologie; 1995. p. 13. [ Links ]

9. Thulliez P. Screening programme for congenital toxoplasmosis in France. Scand. J Infect Dis 1992; Suppl. 84: 43-45. [ Links ]

10. Gómez JE, Montoya MT, Castaño JC, Rios MP, Montoya MT. Toxoplasmosis congénita e hidranencefalia. Acta Med Colomb 1992; 17: 457-458. [ Links ]

11. Gómez JE, Montoya MT, Castaño JC, Ríos MP, Perez JC. Epidemiologia de la infeccion por Toxoplasma gondii en gestantes de Armenia (Quindio). Colombia Médica 1993; 24: 14-18. [ Links ]

12. Gómez JE, Castaño JC, Montoya MT. Toxoplasmosis congenita en Colombia: Un problema subestimado de salud publica. Colombia Médica. 1995; 26: 66-70. [ Links ]

13. Gómez JE, Montoya MT, Castaño JC. A maternal screening program for congenital toxoplasmosis in Quindio, Colombia, and application of mathematical models to estimate incidences using age stratified data. Am. J. Trop. Med. Hyg. 1997; 57: 180-186. [ Links ]

14. Ammasari A, Murri R, Cingolani A, De Luca A, Antinori A. AIDS-Associated Cerebral Toxoplasmosis: An Update on diagnosis and treatment. En: Gross U, editor. Toxoplasma gondii. Berlin: Springer. 1996; p. 209-222. [ Links ]

15. Katlama C. Diagnosis and treatment of toxoplasmosis of the CNS in patients with AIDS. CNS Drugs 1996; 5: 331-343. [ Links ]

16. Raffi F, Aboulker JP, Michelet C, Reliquet V, Pelloux H, Huart A, Poizot-Martin I, Morlat P, Dupas B, Mussini JM, Leport C, Biotoxo Study Group. A prospective study of criteria for the diagnosis of toxoplasmic encephalitis in 186 AIDS patients. AIDS 1997; 11: 177-184. [ Links ]

17. Montoya MT, Gómez JE, Castaño JC, Marx C, Aubert D, Bonhomme A, Pinon JM. Avances diagnosticos en Toxoplasmosis. PCR, nuevos marcadores de infeccion evolutiva y otras tecnicas. Acta Med. Colomb. 1996; 21: 127-138. [ Links ]

18. Sibley LD, Boothroyd JC. Virulent strains of Toxoplasma gondii comprise a single clonal lineage. Nature 1992; 359:82-85. [ Links ]

19. Cristina N, Darde ML, Boudin C, Tavernier G, Pestre-Alexandre M, Ambroise-Thomas P A. DNA fingerprinting method for individual characterization of Toxoplasma gondii strains: combination with isoenzymatic characters for determination of linkage groups. Parasitol. Res. 1995; 81:32-37. [ Links ]

20. Gross U, Muller WA, Knapp S, Heesemann J. Identification of a virulence associated antigen of Toxoplasma gondii by use of a mouse monoclonal antibody. Infect. Immun. 1992; 59: 4511-4516 [ Links ]

21. Gross U, Roos T, Appoldt D, Heesemann J. Improved serological diagnosis of Toxoplasma gondii infection by detection of IgA and IgM antibodies against p30 by using the immunoblot technique. J. Clin. Microbiol. 1992; 30:1436-1441. [ Links ]

22. Windeck T, Gross U. Toxoplasma gondii strain specific transcripts levels of SAG1 and their association with virulence. Parasitol. Res. 1996; 82:715-719. [ Links ]

23. Howe DK, Sibley LD. Toxoplasma gondii comprise three clonal lineages: Correlation of parasite genotype with human disease. J. Infect. Dis. 1995; 172: 1561-1566. [ Links ]

24. Thompson RCA, Lymbery AJ. Intraspecific variation in parasites what is a strain?, Parasitol Today 1990; 11:345-347. [ Links ]

25. Tibayrenc M, Entamoeba, Giardia and Toxoplasma: Clones or cryptic species? Parasitol. Today 1993; 93:102-105. [ Links ]

26. Gómez JE, Castaño JC, Rios MP, Montoya MT. Toxoplasmosis congénita e hidranencefalia. Acta Med Col 1992; 17: 457-458. [ Links ]

27. Bambirra EA, Pitella JE, Rezende M. Toxoplasmosis and hydranencephaly. Lancet 1982; 306: 1112-1113. [ Links ]

28. Castaño JC, Gómez JE, Duque AM. Toxoplasmosis Ocular en el Quindio: Caracteristicas clinicas. Biomédica 1991; suppl. 1:112. [ Links ]

29. Silveira C, Belfort R, Burnier M, Nussenblatt R. Acquired Toxoplasmic retinochoroiditis in families. Am. J. Opthalmol. 1988; 106:362-364. [ Links ]

30. Brindley PJ, Gazzinelli RT, Denkers EY et al. Differentiation of Toxoplasma gondii from closely related Coccidia by riboprint analysis and a surface antigen gene polymerase chain reaction. Am. J. Trop. Med. Hyg. 1993; 48:447-456. [ Links ]

31. Desguerre I, Pedespan JM, Buissonniere R, Couvreur J, Ponsot G. Acquired cerebral toxoplasmosis in a non-immunosuppressed child. Arch. Fr. Pediatr. 1993; 50: 339-342. [ Links ]

32. Dardé ML, Villena I, Pinon JM, Beguinot I. Severe toxoplasmosis caused by a Toxoplasma gondii strain with a new isoenzyme type acquired in French Guyana. J Clin Microbiol 1998; 36: 324. [ Links ]

Creative Commons License Este es un artículo publicado en acceso abierto bajo una licencia Creative Commons