Palabras clave: COVID 19; infecciones por coronavirus; pandemias; cirugía general; educación médica; programas de postgrado.
Keywords: COVID 19; coronavirus infections; pandemics; general surgery; education, medical; health postgraduate programs.
He leído con interés el artículo "Educación quirúrgica durante la pandemia de COVID-19: primer consenso nacional de la División de Educación de la Asociación Colombiana de Cirugía" 1 publicado en el último número de la Revista Colombiana de Cirugía. En primer lugar se debe resaltar el papel protagónico que la División de Educación de la Asociación Colombiana de Cirugía y el Comité editorial de la Revista han tenido durante todo el desarrollo de la pandemia, lo que ha permito la elaboración y publicación de diversos documentos y recomendaciones encaminadas a que, desde las diferentes especialidades de la cirugía, se tengan instrumentos de trabajo basados en la mejor evidencia disponible sobre esta nueva condición clínica, que permitan dar respuesta a las necesidades de los pacientes, velando por la protección del personal de la salud 2,3.
Con respecto a los nueve puntos definidos como recomendaciones para los programas de especializacion en cirugía general, todos son de importancia capital y podrían ser aplicables a cualquier programa de especialización médico-quirúrgica en el país, pero me llama la atención que, tal vez de manera involuntaria, se haya omitido un aparte sobre el papel de la telesalud como herramienta útil, tanto para la asistencia, como para la docencia 4,5. Se comenta, en el punto seis, sobre la importancia de la educación utilizando las herramientas virtuales existentes en la actualidad para la revisón de casos, clubes de revistas, revisiones de tema y junta de decisiones (esto considerado en la normatividad actual como telexperticia) 6, pero no se profundiza en lo que desde ya hace más de una década se viene incorporando, como un recurso válido en diferentes especialidades quirúrgicas 7,8,9.
Se plantea, en el punto cuatro, que el volumen operatorio de los residentes ha venido en descenso por las restricciones en cuanto a la programación de procedimientos electivos, pero considerando que la enseñanza durante una residencia quirúrgica no sólo involucra los servicios de hospitalización, urgencias y las salas de operaciones, y las prácticas que allí se llevan a cabo, sino que los escenarios de consulta de primera vez, las de seguimiento y los controles postoperatorios, son áreas en las que también se adquieren habilidades, y que se han visto afectadas por la pandemia, pero no se plantean recomendaciones con el fin de superar estas adversidades.
En este sentido, existiendo múltiples experiencias exitosas en telesalud en el país 10,11, se debería recomendar a los programas, fomentar en las instituciones la educación a los docentes y residentes en comunicación virtual efectiva o "webside manner", y en el conocimiento de las herramientas que vienen en desarrollo a partir de las exigencias actuales, como por ejemplo Trello* (software de administración de proyectos, que integra ideas, tareas e imágenes), que permite la programación y la gestión de un programa de teleconsulta 11 y PROXIMIE®, plataforma que permite a los cirujanos interactuar y compartir conocimientos de forma remota (telementorización), utilizando un móvil, un computador personal portátil o una tableta 12.
Los lineamientos expedidos por el Estado para enfrentar la pandemia han flexibilizado e incrementado las ofertas de telesalud en Colombia, permitiendo que las actividades de telemedicina interactiva y no interactiva, la telexperticia, la teleorientación y el teleapoyo 13, puedan ser practicados por los docentes y enseñados a los residentes, para que aprendan sobre estas nuevas estrategias de atención que, como queda claro en las experiencias publicadas recientemente no pretenden reemplazar la atención quirúrgica usual, pero para estos momentos pueden ser de utilidad para disminuir el desplazamiento de los pacientes y sus cuidadores, acercar las especialidades a las áreas rurales, y disminuir los costos y el tiempo de movilización de los enfermos 17.
Ya existen evidencias en el mundo en el campo de los controles postquirúrgicos 18 y en programas de cuidado de heridas, que están utilizando estos recursos con anterioridad 19.
Con respecto a la simulación y la telementorización, en cirugía pediátrica se han presentado estrategias como las del Hospital Italiano de Buenos Aires en su Ateneo Bibliográfico denominado Fundamentals of Laparoscopic Surgery simulator training (https://www.youtube.com/watch?v=mDTaRs92s7o), para que residentes y profesionales en su casa puedan continuar con el entrenamiento en equipos elaborados con materiales de bajo costo, mientras no se les permita asistir a los laboratorios de las universidades, así como también estrategias de enseñanza a estudiantes de pregrado, para el aprendizaje de procedimiento básicos, guiados a distancia; todo lo cual demuestra que la innovación en la pandemia nos lleva a diseñar soluciones que pueden llegar a superar las propuestas existentes, que son de alto costo 20.
Para finalizar, a partir de los caminos trazados en telemedicina por Willem Einthoven en 1906 21, la pandemia COVID-19 nos exige que aprovechemos los desarrollos tecnológicos con que contamos en la actualidad, involucremos las diversas estancias de las instituciones de educación superior, las Entidades Prestadoras de los Servicios de Salud (EPS) 11 y los entes gubernamentales, para que aprovechando las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs), una vez superada la pandemia, la telesalud, con todos sus componentes, permita mejorar, tanto la asistencia a los pacientes, como la educación en salud, en todos los niveles de enseñanza.