INTRODUCCIÓN
El término humanización ha sido ampliamente utilizado en el último siglo, dado el creciente interés por examinar de manera crítica el sector salud, a fin de contrarrestar los efectos adversos que ha traído el abordaje positivista de la práctica médica 1-3.
La humanización es un imperativo ético que contribuye a salvaguardar la dignidad humana en armonía con la ética, la moral, los valores, los principios y la reglamentación deontológica que regulan las prácticas en un contexto de salud, entendiendo la dignidad como el valor único, insustituible e intransferible de toda persona humana 4-7. Teniendo en cuenta lo anterior, humanizar constituye el compromiso ético de reconocer la integralidad del ser humano, por tanto, humanizar los servicios de salud implica mantener una mirada holística del ser humano, sin desconocer la responsabilidad de cada sujeto; así, el usuario deberá ser copartícipe del mejoramiento de su salud, como sujeto autónomo y responsable de este proceso 2,3,8.
Por otra parte, los avances científicos y tecnológicos en la atención sanitaria han mostrado un significativo desarrollo. Empero, si bien estos adelantos contribuyen a mejorar la atención, conllevan un importante cuestionamiento relacionado con la humanización, puesto que, en ocasiones, se desconoce que el centro de la atención en salud es la persona humana y se dejan de lado los valores, principios y derechos, lo cual afecta la dignidad y calidad de vida de los actores implicados 5,9,10.
Bermejo 11 afirma que, actualmente, se garantiza con mayor frecuencia el respeto por el ser humano. Así, en varios países se han desarrollado políticas que reconocen que la humanización no solo tiene que ver con la persona enferma, sino también con su familia y con el personal sanitario y administrativo de las instituciones de salud 3,12.
En Colombia, el Ministerio de Salud 4, en el marco de la Ley 100 de 1993, lleva el concepto de humanización a un plano práctico a través del Plan Nacional de Mejoramiento de la Calidad en Salud (PNMCS), el cual busca proponer soluciones aplicadas y visibles que respondan a la necesidad de mejorar la calidad de la atención y faciliten que las instituciones aborden este imperativo y generen políticas institucionales, programas o estrategias con el apoyo de organismos oficiales 9,13-16. Para el Ministerio de Salud, la humanización considera la salud como un tema de bienestar, de comprensión y manejo de sentimientos; de respeto por los valores, las tradiciones y la cultura, y de cambios en la cultura organizacional 4,8,17,18.
De otra parte, surge la bioética, como puente entre el conocimiento biológico (bíos) y el conocimiento de los valores humanos (ethos) 19 en búsqueda de salvaguardar la dignidad, aportando a la construcción de un modelo de desarrollo desde una perspectiva integral del ser humano, de manera que pensar la salud desde la bioética implica establecer un vínculo entre los servicios de salud y su humanización, integrando los valores humanos a los valores científicos 4,20-22.
En este orden de ideas, una de las perspectivas de la bioética más difundidas es el principialismo, el cual busca abordar los problemas éticos en los contextos de salud desde los principios de beneficencia, no maleficencia, justicia y respeto por la autonomía 23. El principialismo surge como una crítica a la perspectiva bioética de la Unesco, la cual concibe la salud como un derecho, y en la Declaración Universal de Bioética y Derechos Humanos plantea como principios rectores la dignidad humana, los derechos humanos, la autonomía y la responsabilidad individual, el respeto de la vulnerabilidad humana y la integridad personal, la privacidad y confidencialidad, la igualdad, la justicia y la equidad, la no discriminación y no estigmatización, el respeto de la diversidad cultural y del pluralismo, la solidaridad y la cooperación, la responsabilidad social y la salud 24,25.
De esta manera, es importante que las instituciones asuman el reto de la humanización, por lo que es necesario conocer cuál es el abordaje científico que se le ha dado a este tema y las experiencias que se han documentado a través de la publicación de artículos científicos con miras a identificar las tendencias y estrategias desarrolladas y publicadas en Iberoamérica, a fin de generar reflexión y debate en torno a los avances y vacíos existentes. Por tanto, el presente estudio tuvo como objetivo conocer los avances sobre el abordaje de la humanización en salud en Iberoamérica en los últimos diez años.
MÉTODO
La presente es una revisión sistemática que analiza y sintetiza 30 estudios sobre la humanización de los servicios de salud en Iberoamérica realizados entre los años 2008 y 2017, que se encontraron en las bases de datos SciELO, Redalyc, BVS, Ebsco, Dialnet y DOAJ. La búsqueda se llevó a cabo en el mes de octubre de 2018. Se utilizó una matriz de registro documental basada en el protocolo PRISMA-P recomendado para el desarrollo de revisiones bibliográficas, sistemáticas y metaanálisis. La revisión fue gestionada bajo las variables: nombre del estudio, autores, año de publicación, país, revista, tipo de estudio y población (ver Anexo). La búsqueda se realizó mediante las palabras clave “humanization” y “health” en los campos de título y resumen, con el conector “AND”. Se aplicaron los filtros de años, texto completo, idioma y tipo de documento.
Se establecieron los siguientes criterios de inclusión: a) que los artículos hubieran sido publicados entre los años 2008 a 2017, b) que tuvieran acceso al texto completo, c) que en el título o resumen se encontrara la palabra humanización, d) idiomas inglés o español, e) que el documento fuera un artículo, y e) que el lugar de referencia del estudio fuera Iberoamérica. Se descartaron artículos duplicados en las bases, y se tomó uno solo de ellos. Se excluyeron los artículos que no eran empíricos, aquellos en los que el tema central no correspondía a humanización, que el contexto de trabajo no era de salud y estudios que no presentaron resultados finales.
RESULTADOS
La búsqueda arrojó 60 documentos luego de la aplicación de los criterios de inclusión y la eliminación de duplicados. Tras la selección a partir de los criterios de exclusión se obtuvieron 30 artículos que fueron revisados en el presente estudio (figura 1).
Datos generales
Del total de estudios analizados se evidencia una mayor frecuencia de publicación en Brasil con un 73,3 %, seguido de Colombia con un 13,3 %, Chile con un 6,6 % y Perú, México con un 3,3 % respectivamente.
Por otra parte, teniendo en cuenta los años de publicación existe un creciente interés en los últimos cinco; se destaca que el 70,2 % de los estudios fueron publicados durante este lapso de tiempo, como muestra la figura 2.
Existe una marcada tendencia a realizar estudios sobre humanización desde la enfermería con un 83,3 % del total de estudios analizados, se evidencia un abordaje interdisciplinar de la medicina y la enfermería con un 10%, mientras que se encuentran estudios desde la filosofía y las ciencias sociales con un 3,3 %. Cabe mencionar que no se encontraron estudios realizados desde psicología.
Aproximaciones teóricas
En los artículos revisados no se encontraron autores destacados dentro de los referentes citados, sin embargo, se retoman las definiciones de entidades como el Ministerio de Salud de Brasil, el cual se enfoca en la atención segura y acogedora, así como en el respeto por los derechos y la individualidad del paciente 26-34. Otra fuente es la Organización Mundial de la Salud (OMS), la cual centra su definición en función de la comunicación adecuada entre profesionales, pacientes y cuidadores, y la empatía, con el fin de dar soluciones rápidas y oportunas a su estado de salud 26,35.
Dentro de las definiciones abordadas se encuentran como puntos en común dos aspectos fundamentales. El primero está relacionado con la bioética y los valores necesarios para brindar una atención humanizada, en el que se mencionan aspectos como la atención segura y acogedora, teniendo en cuenta la dignidad, la calidad de vida de los pacientes, el respeto, la integralidad y la autonomía; además, se resalta la importancia de brindar información adecuada frente a los procedimientos que se realicen y que estos no sean mecanizados, sino que se considere la humanización como la forma de integrar tecnología y cuidado para el paciente 14,26-28,30,31,36-41.
El segundo aspecto está relacionado con las condiciones locativas y organizacionales de los centros hospitalarios, donde se destacan elementos como las condiciones laborales, los espacios dentro de las instituciones que legitimen la atención humanizada en salud y la interacción entre usuarios, trabajadores y cargos gerenciales dentro de las instituciones, que propicien ambientes adecuados y un cambio en la cultura organizacional en función de la humanización 28,29,34,42,43.
Metodología de los estudios
Se destacan los estudios con paradigma cualitativo. Se evidencia mayor frecuencia de estudios descriptivos con un 65 %, seguido por revisiones sistemáticas con un 14 % y estudios fenomenológicos y observacionales con un 6 % respectivamente.
Sobre las técnicas y los instrumentos se encuentra que la entrevista es la técnica de recolección de información más utilizada, por otra parte, existe un vacío en cuanto a instrumentos estandarizados que permitan una medición de dimensiones y comportamientos relacionados con la humanización.
Frente a población, la mayoría de estudios se dirigen al trabajo con mujeres gestantes, en proceso de parto y posparto, niños y adolescentes hospitalizados, y pacientes de servicios de alta complejidad; no obstante, algunos contemplan una visión integral de la humanización que incluye a la familia y a los profesionales en salud.
Implementación de la humanización en salud
A continuación, se presentan resultados relacionados con la implementación de políticas, programas o estrategias de humanización en salud con diferentes poblaciones.
Políticas de humanización en salud
El 23,3 % de los estudios incluidos mencionan la Política Nacional de Humanización (NHP), establecida en Brasil en el año 2003, en ella se propone que humanizar es valorar a los sujetos que participan en el proceso de la salud, desde un punto de vista ético y holístico, en armonía con las necesidades de los usuarios 27,31-34,38,44. Cabe resaltar que no se encontraron estudios que mencionen políticas nacionales o institucionales de humanización en otros países.
Programas y estrategias de humanización en salud
En este apartado se mencionan los principales programas y estrategias implementados con diferentes poblaciones (tabla 1).
Mujeres gestantes | Niños y adolescentes | Pacientes | Equipos de salud |
---|---|---|---|
Programa de Humanización Prenatal y Nacimiento (PHPN) | Programa Biblioteca Viva en Hospitales | Estrategia Historia de Vida y Fotografías | Estrategia de fortalecimiento de competencias técnicas y suficiencia de las instituciones de salud |
Programa de Humanización Prenatal y Parto | Programa Ángeles de Enfermería (Estrategia Comic Book) | Estrategia de humanización de la atención del final de la vida | Programas de calidad de vida laboral y bienestar laboral |
Programas basados en el Modelo Centrado en la Humanización | Programa Humanización en unidades pediátricas |
Fuente: elaboración propia.
Programas de humanización en mujeres gestantes en proceso de parto y posparto
Con respecto a mujeres gestantes en proceso de parto y posparto, diferentes estudios mencionan la importancia de individualizar el proceso de parto, teniendo en cuenta las necesidades y preferencias de cada mujer, valorando su historia de vida y los aspectos sociales, psicológicos y emocionales que pueden influir significativamente en su experiencia 28,37,41,44-47.
Programas de humanización en niños y adolescentes
Diferentes estudios muestran que la humanización en áreas de hospitalización infantil y pediatría se debe enfocar en la disminución de los efectos adversos, a fin de transformar el ambiente de miedo y sufrimiento en un ambiente capaz de generar tranquilidad y esperanza; esto se logra mediante la articulación del uso de la tecnología, los procedimientos médicos y el cuidado humanizado 41,48. Al hablar de las dificultades que se presentan al momento de implementar estrategias con niños y adolescentes se destacan: la baja motivación y falta de compromiso e iniciativa de los profesionales de la salud, así como la falta de recursos. De igual forma, se evidencia que existen pocas publicaciones sobre el tema de la humanización del entorno pediátrico, se destaca la necesidad de invertir en investigación y publicaciones 29,49.
Estrategias de humanización con pacientes en servicios de alta complejidad
Un importante grupo de estrategias se dirige a pacientes hospitalizados, de cuidados intensivos y cuidados paliativos. En general, se reconoce que la humanización implica comprender al ser humano de forma holística, no solo como una patología, para brindar un acceso oportuno al servicio de salud 32,50. Se concluye que la lógica de humanización y los diferentes avances médicos no deben entenderse como fenómenos opuestos, en tanto estos procesos se complementan y potencian 51. Adicionalmente, se menciona la importancia de la comunicación entre el profesional y el paciente 35.
Estrategias de humanización con instituciones, profesionales y equipos de salud
Sobre este tema no se encuentran programas orientados únicamente al personal de salud; no obstante, se contempla que desde una mirada integral de la humanización se reconoce que las acciones de profesionales e instituciones deben orientarse a favorecer la atención humana fundamentada en valores éticos, lo cual implica dar una dirección al desarrollo tecnológico en armonía con las necesidades del ser humano 14. Asimismo, la capacitación y la educación son aspectos fundamentales para un desempeño profesional coherente con las pautas de humanización en la atención de la salud; se debe comprender al paciente como un ser digno e integral y evitar el trabajo mecanizado 27,38,52. Por otra parte, en relación con las instituciones, se identifica una marcada motivación por ver la salud desde una perspectiva de negocio con intereses económicos y mercantilistas, lo cual actúa en contra de la atención humanizada 53,54.
DISCUSIÓN
El objetivo de la presente revisión fue conocer los avances sobre el abordaje de la humanización en salud en Iberoamérica en los últimos diez años; en ese orden de ideas, se encontró que la mayor parte de los estudios revisados se publicaron durante los años 2013 a 2017, lo que da cuenta de un creciente interés por el tema en los últimos años, esto se encuentra en consonancia con lo propuesto por Bermejo 55, quien afirma que hace tiempo los estudios se centraban en la ausencia de la humanización dentro de la atención sanitaria, mientras que en los últimos años ha surgido el interés por el estudio de este concepto y su puesta en práctica en los contextos sanitarios.
Respecto a datos generales, la mayor parte de los estudios se realizan en Brasil, esto puede ser explicado por el desarrollo del Programa Nacional de Humanización y la Política Nacional de Humanización, creados en 2001 y 2003 respectivamente, puesto que han contribuido a cambiar la forma de percibir la salud en ese país 56. Además, la mayoría de estudios fueron realizados por profesionales de enfermería, lo cual puede relacionarse con la visión social e histórica que se tiene de esta profesión, ya que ha sido asociada esencialmente con el cuidado de la persona, la familia y la comunidad, incluso, se ha considerado como la más importante en el cuidado de la condición humana, puesto que desde la atención individualizada y la complementariedad de lo técnico y lo humano puede ofrecer una atención integral 57,58.
Los estudios guardan coherencia teórica con la postura europea de la bioética, en tanto resaltan la importancia de salvaguardar varios principios propios de este paradigma, especialmente la dignidad humana como un eje transversal en todo proceso de humanización en las diferentes poblaciones y en todos los momentos del ciclo vital 5,22,25, aunque con mayor énfasis al inicio y al final de la vida, lo que a su vez indica la relevancia que se da al respeto de la vulnerabilidad humana y la empatía frente al sufrimiento y el dolor 59. Por otro lado, la mayoría de estudios analiza aspectos del cuidado en la atención sanitaria, en clara alusión al paradigma de la ética del cuidado de la vida y al reconocimiento del otro, lo cual es consistente con la concepción básica de la humanización 55, lo que reafirma que los seres humanos somos dependientes e interdependientes en la medida en que cada uno de nosotros necesitó, necesita y necesitará ser cuidado 60.
En los estudios analizados se corrobora la importancia otorgada a los aspectos humanos y relacionales que también hacen parte de la relación clínica y que caracterizan una atención humanizada, tales como, la comunicación, la empatía y el respeto por los derechos, deseos y preferencias del paciente en torno al cuidado de su salud 55, reivindicando su papel activo como sujeto de la atención y no solamente como objeto de la misma; en este sentido se invoca al principio de respeto por la autonomía en el marco de la asistencia en salud.
Llama la atención que en cuanto a la comprensión del concepto humanización los estudios no hacen alusión de manera directa y contundente a los principios clásicos de la bioética (justicia, no maleficencia, beneficencia y respeto por la autonomía) 23 lo cual apoya las críticas que se le han hecho al modelo principialista de la bioética, especialmente en América Latina 21,24, dado el posible reduccionismo con el que aborda los diferentes desafíos de la atención sanitaria y, en ese sentido, no responde a las necesidades y características particulares de los contextos de salud de la región.
En cuanto a tipos de estudio, la mayoría son descriptivos y se orientan a la percepción que tienen los usuarios sobre la atención en salud. Frente a esto, se encuentra un vacío sobre estudios que evidencien la eficacia de los programas o las estrategias desarrolladas, puesto que la evaluación es una parte esencial en la implementación de políticas o programas, dentro de la cual se deben considerar distintos aspectos de la propuesta y la manera como funciona en su aplicación, por tanto, existen diferentes métodos utilizados para evaluar el impacto de distintas políticas, sobre todo públicas 61; además, existe la Evaluación del Impacto en Salud como propuesta de la OMS que permite realizar un análisis estructural y político de las políticas en la materia 62. En este sentido, se recomienda que las publicaciones científicas se enfoquen en la aplicación de este tipo de metodologías.
Frente a la recolección de información se encuentra que la entrevista es la técnica más utilizada y se observa que no existen instrumentos estandarizados que permitan medir los comportamientos (conocimientos, actitudes o prácticas) de humanización en salud, por lo cual es necesario realizar estudios instrumentales, ya que en la práctica sanitaria los instrumentos brindan medidas objetivas y útiles para la toma de decisiones. Si bien en el campo de la salud los instrumentos de evaluación generalmente se han utilizado en la identificación de enfermedades, actualmente se empieza a reconocer la importancia de evaluar la calidad de vida, esperanza, espiritualidad, entre otras variables dentro de la práctica clínica 63, lo cual guarda coherencia con la necesidad de obtener medidas estandarizadas sobre la humanización en salud.
En lo correspondiente a población, los estudios se centran en poblaciones con alguna condición de vulnerabilidad, como mujeres gestantes, en proceso de parto y posparto, pacientes de servicios de alta complejidad, niños y adolescentes, lo cual puede ser explicado por la importancia de cubrir necesidades específicas dentro de poblaciones vulnerables, teniendo en cuenta los enfoques de equidad y determinantes sociales de la salud 64. Sin embargo, se debe resaltar la pertinencia de ampliar la mirada hacia la población en general mediante la promoción de la salud y la prevención de la enfermedad con el reconocimiento de cada ser humano como un ser digno e integral, y agente activo de su proceso de salud.
Frente a políticas desarrolladas en torno a la humanización, en primera instancia, Rodríguez 16 hace énfasis en que generar una política de humanización contribuye a dar respuesta a necesidades singulares de usuarios y trabajadores. No obstante, en los estudios revisados únicamente se menciona la Política Nacional de Humanización de Brasil, lo que genera duda sobre la situación de las políticas de humanización en otros países de Iberoamérica, pues no se discrimina si es que no se han creado o si no son objeto de estudio en las publicaciones científicas sobre el tema.
Sobre programas y estrategias, estas se centran en aspectos como el respeto por la autonomía y la dignidad, tener en cuenta la subjetividad del paciente y fomentar buenas relaciones entre el personal de salud y el paciente o su familia. Si bien, estos aspectos constituyen un avance importante frente a la humanización en salud, se debe reconocer que esta abarca muchas otras particularidades relacionadas con las dimensiones biológica, psicológica, social y espiritual del ser humano 2,3,8,65, por lo cual es necesario establecer programas o estrategias basados en una visión global de la salud y no solo en necesidades específicas o inmediatas de las poblaciones.
Además, se reconoce la vinculación del profesional y el equipo de salud como parte fundamental de la implementación de la humanización, teniendo en cuenta elementos relacionados con sus competencias y con su calidad de vida laboral, lo cual significa reconocer al trabajador desde su dignidad humana, a fin de favorecer relaciones interpersonales positivas, propiciar un clima organizacional agradable y una buena comunicación; asimismo, se menciona la importancia de que las instituciones provean las condiciones suficientes para el adecuado desarrollo de la asistencia 65,66. Sin embargo, si bien se ha dado un buen despliegue a los programas, políticas y estrategias, la capacitación al personal de salud sigue enfatizando en el aspecto científico y técnico, y en menor medida en los aspectos humanísticos de la atención en salud.
De esta manera, frente al objetivo abordado en el presente estudio, los principales avances en humanización en Iberoamérica en los últimos diez años apuntan fundamentalmente a la comprensión del fenómeno desde un enfoque descriptivo y la implementación de programas o estrategias centrados en necesidades particulares de poblaciones vulnerables.
CONCLUSIONES
A partir de la presente revisión sistemática se puede afirmar que, si bien en los últimos años se ha presentado un mayor interés por la implementación y el estudio de la humanización de los servicios de salud, aún es necesario ahondar en los aspectos teóricos y prácticos del tema, de tal manera que las estrategias o los programas se centren en la visión integral del ser humano y el respeto por la dignidad humana, vistos desde una mirada amplia y no solo desde la atención cálida y amable, para lograr así el complemento del saber técnico y científico con el saber humanístico, lo que permitirá el establecimiento de políticas institucionales que puedan ser validadas con el rigor científico pertinente.
Del mismo modo, las políticas de humanización planteadas en las instituciones de salud deben contar con una mirada estratégica e integral, es decir, deben abarcar todas las instancias de las instituciones en salud, centrándose no solo en los pacientes, sino también en sus trabajadores como parte indispensable de la organización y la atención. Por lo anterior, se considera importante la articulación entre las políticas de humanización y los procesos de gestión del talento humano, con el fin de buscar un adecuado desarrollo de este último, que reconozca al ser humano trabajador e incluya capacitación tanto en aspectos técnicos como humanos de la atención en salud.
Además, se convierte en un reto para los profesionales de la salud la creación de instrumentos que permitan evaluar de manera válida y confiable diferentes aspectos de la humanización y tomar decisiones adecuadas frente a los mismos.
Finalmente, se recomienda que las publicaciones científicas se enfoquen en la aplicación de acciones que permitan tener información válida y pertinente sobre el impacto de políticas, programas o estrategias.