Introducción
El Accidente cerebrovascular (ACV) ocurre cuando se interrumpe el suministro de sangre al cerebro o cuando existe un sangrado en él1, siendo definido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como el rápido desarrollo de signos focales o globales de compromiso de la función cerebral, con una duración de síntomas entre las 24 horas o más, o que lleven a la muerte, sin otra causa que el origen vascular2. Los tipos más habituales son el isquémico y el hemorrágico. El ACV isquémico es el más frecuente, y se produce por un bloqueo del flujo normal de sangre hacia el cerebro. El ACV hemorrágico es menos frecuente pero más letal, y se produce cuando se rompe un vaso sanguíneo en el cerebro originando un derrame1.
Los factores de riesgo a la hora de provocar un ACV pueden ser clasificados como no modificables y modificables. Entre los no modificables se encuentra la edad, el sexo, y el tener antecedentes de familiares directos con ACV; de manera que el riesgo aumenta con la edad, ser de sexo masculino y tener familiares directos que hayan padecido un ataque cerebral1. En relación a los factores de riesgos modificables, existe abundante evidencia de asociación con la presión arterial elevada, el consumo de tabaco, la diabetes, altos niveles de colesterol, la obesidad y el antecedente de fibrilación auricular1,3-6; entre todos ellos, se destaca la hipertensión como el factor de riesgo más común 4-6.
Según datos del Ministerio de Salud de Chile (MINSAL), en el año 2011 en la región metropolitana se presentaron 3.236 defunciones, producto de enfermedades cerebrovasculares, siendo la primera causa de muerte y representando el 9% de ellas durante el año 20107. En Estados Unidos (EEUU), el ACV fue la quinta causa de muerte con una prevalencia general del 2,6% en los mayores de 20 años entre los años 2009 y 2012, siendo a su vez el ACV isquémico el más prevalente con un 85% de los casos4.
El Proyecto Investigación de Stroke, Iquique Stroke Study (PISCIS) en Chile, único estudio amplio realizado hasta la fecha, reportó que el 44% de los sujetos identificados con el primer ACV fueron mujeres y el 56% fueron hombres, con edades medias de 68,5 años y 61,2 años, respectivamente8. Los factores de riesgo modificables presentaron una prevalencia de: hipertensión 60%, diabetes mellitus 21%, dislipidemia 14%, enfermedades coronarias 24%, consumo de cigarros 15%, y consumo de alcohol 13%8. Dicha incidencia y prevalencia es constante en diversos estudios relacionados al tema4,6,9.
Frente a lo expuesto anteriormente surgieron los interrogantes: ¿Los factores de riesgo modificables observados en estudios anteriores se encontrarán en igual medida al investigar a otros grupos con ACV?. ¿Se apreciarán diferencias entre los casos de ACV según la zona de procedencia, ya sea rural o urbano?
Para estas inquietudes se planteó el objetivo de caracterizar a los usuarios que ingresan con diagnóstico de Accidente cerebrovascular al Hospital San Luis de Buin-Paine, institución de baja complejidad perteneciente al Servicio de Salud Metropolitano Sur de Chile. Con los datos recabados se pretende discutir sobre los principales factores de riesgo modificables, con una mirada orientada finalmente en su prevención.
Materiales y métodos
Se realizó una investigación observacional, descriptiva, transversal con aquellos pacientes que ingresaron a servicios de hospitalizados y a la unidad de rehabilitación del Hospital San Luis de Buin - Paine (HSLB), con diagnóstico de ACV isquémico o hemorrágico, y que hayan sido evaluados por el equipo de neurorehabilitación del HSLB entre el periodo de septiembre de 2018 a septiembre de 2019. Los diagnósticos de ACV fueron confirmados mediante estudios de tomografía axial computarizada (TAC) y/o resonancia magnética (RM), validados por un profesional del hospital de mayor complejidad de procedencia. La recopilación de antecedentes para realizar la caracterización fue efectuada por el equipo de neurorehabilitación, compuesto por una kinesesióloga, una terapeuta ocupacional y un fonoaudiólogo.
Se aplicó una entrevista estándar orientada a obtener información sobre antecedentes personales, antecedentes mórbidos, lugar de residencia, ocupación, entre otras variables de utilidad terapéutica. Posteriormente, se corroboró los datos obtenidos con la información registrada en las fichas electrónicas de cada paciente, disponibles en la red informática del establecimiento. El procesamiento estadístico de los datos se realizó utilizando frecuencias absolutas y porcentajes en la herramienta Excel de Microsoft.
Consideraciones éticas
El estudio fue aprobado por el Comité Ético Científico del Servicio de Salud Metropolitano Sur el 27 de diciembre de 2019, sin la necesidad de requerir consentimiento informado por parte de los pacientes ingresados, debido a las características del estudio y a que se mantuvo el anonimato y la confidencialidad de los datos recolectados.
Resultados
Durante el periodo septiembre 2018 a septiembre 2019, ingresaron al Hospital San Luis de Buin - Paine 135 usuarios con el diagnóstico confirmado de ACV. De ellos, 114 pacientes ingresaron a servicios de hospitalización y 21 directamente a la Unidad de Rehabilitación provenientes del Hospital Barros Luco Trudeau (hospital base de alta complejidad, perteneciente al Servicio de Salud Metropolitano Sur), 19 de Atención Primaria de Salud, uno de otro recinto hospitalario y uno de la Región de la Araucanía, Chile.
El promedio de edad de los sujetos registrados fue de 70,47 años, con mayor prevalencia el sexo masculino (54,07%). Entre las profesiones y/u oficios desempeñados por los pacientes, se encontró que el 27,4% eran jubilados, el 23,7% amas de casa, el 11,1% agricultores, y el 10,3% choferes de locomoción colectivo o conductores.
En relación al lugar de residencia de los usuarios el 58% (n=79) proviene de la comuna de Buin, a la cual pertenecen las localidades de: Maipo (18,5%), Buin centro (14,1%), Valdivia de Paine (7,4%), Linderos (5,9%) y Viluco (5,2%). El 41% provenían de la comuna de Paine (n=55) y sus localidades de Paine centro (12,6%) y Águila sur (11,9%). Un usuario ingresó proveniente de otro recinto hospitalario, por lo que su lugar de residencia no corresponde a los sectores mencionados (n=1).
El ictus que predominó fue el isquémico en un 85,92% de los pacientes, observando un fuerte incremento de casos desde el grupo etario de 51-60 años (Tabla 1). En cuanto al tipo de ictus por sexo, prevaleció en el sexo masculino con ambos tipos de ACV en un 54,07% (Tabla 1). En cuanto a los antecedentes mórbidos asociados al ACV, predominó la hipertensión en ambos tipos de enfermedad cerebrovascular, seguidos de la diabetes mellitus y de presencia de enfermedad coronaria. La dislipidemia y el consumo de tabaco tuvieron un porcentaje importante en ambos tipos de ictus (Tabla 2).
Característica | Isquémico | Hemorrágico | Total | |||
---|---|---|---|---|---|---|
n | % | N | % | n | % | |
Edad (años) | ||||||
30-40 | 4 | 2,96 | 0 | 0 | 4 | 2,96 |
41-50 | 2 | 1,48 | 4 | 2,96 | 6 | 4,44 |
51-60 | 27 | 20 | 3 | 2,22 | 30 | 22,22 |
61-70 | 24 | 17,77 | 6 | 4,44 | 30 | 22,22 |
71-80 | 31 | 22,96 | 1 | 0,74 | 32 | 23,70 |
81 y más | 28 | 20,74 | 5 | 3,70 | 33 | 24,44 |
Total | 116 | 85,92 | 19 | 14,07 | 135 | 100 |
Sexo | ||||||
Masculino | 63 | 46,66 | 10 | 7,40 | 73 | 54,07 |
Femenino | 53 | 39,25 | 9 | 6,66 | 62 | 45,92 |
Total | 116 | 85,92 | 19 | 14,0 | 135 | 100 |
Factor de riesgo | Isquémico (=116) | Hemorrágico (=19) | Total | ||
---|---|---|---|---|---|
n | % | n | % | % | |
Hipertensión arterial | 92 | 79,31 | 16 | 84,21 | 80 |
Diabetes mellitus | 45 | 38,79 | 6 | 31,57 | 37,77 |
Dislipidemia | 22 | 18,96 | 6 | 31,57 | 20,74 |
Enfermedad coronaria | 37 | 31,89 | 6 | 31,57 | 31,85 |
Consumo de tabaco | 31 | 26,72 | 5 | 26,31 | 26,66 |
Consumo de alcohol | 3 | 2,58 | 3 | 15,78 | 4,44 |
Consumo de drogas | 0 | 0 | 1 | 5,26 | 0,74 |
Discusión
El presente estudio muestra una mayor prevalencia de la enfermedad en la población masculina, con un promedio de edad de 70 años. Los resultados son similares a los observados en diversos estudios nacionales e internacionales4,6,8,9, donde la incidencia de ACV se incrementa notoriamente con la edad, y a partir de los 55 años las probabilidades de sufrirlo se duplican10.
En relación a los factores de riesgo modificables, fueron similares a los encontrados en otros trabajos. La hipertensión arterial fue el factor que más predominó en ambos tipos de accidentes vasculares, constituye la principal causa para enfermedades cerebrovasculares, siendo su relación con la enfermedad cerebrovascular una de las más documentadas4,5,10,11.
La diabetes mellitus, las enfermedades coronarias y la dislipidemia, también estuvieron entre las primeras condiciones de riesgo para la enfermedad cerebrovascular. La diabetes mellitus es altamente prevalente en pacientes con accidente cerebrovascular4) y en aquellos que la padecen por más de 10 años, el riesgo de sufrir un ACV se triplica12. Los datos observados en esta investigación fueron mayores a los evidenciados en el estudio PISCIS (21%, 11%, y 14% respectivamente del estudio PISCIS8) , versus el 37%, 31% y 20%, de la presente investigación).
En cuanto al consumo de drogas y alcohol se encuentran por debajo de lo evidenciado en el estudio PISCIS8; por el contrario en relación al consumo de tabaco se presentaron resultados más altos al realizar la comparación (26,6% y 15%, respectivamente). Fumar se ha asociado fuertemente con un mayor riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular, de manera que los fumadores tienen un doble riesgo, independientemente de la existencia de otros factores asociados4,5,13.
A diferencia de otros estudios, esta investigación consideró los oficios y las comunas de residencia de los usuarios ingresados; se observó un gran porcentaje de pacientes con oficios del sector agrícola y de conducción de locomoción colectiva y un 27,4%, se encontraban jubilados. Es importante destacar que muchos usuarios residían en los sectores rurales de la zona, lo cual podría influir en una baja adherencia a los controles preventivos en atención primaria de salud. No obstante, esta hipótesis requiere de futuras investigaciones, donde se establezcan posibles relaciones entre edad, ubicación del domicilio y adherencia a controles preventivos, como lo concluido por Varleta et al.,14 con pacientes mayores de 64 años, edad que en Chile correspondería a la población jubilada.
Las enfermedades cerebrovasculares son un grave problema de salud, y las acciones de promoción y prevención desempeñan un importante papel11, dado que buscan disminuir su incidencia mediante la modificación dirigida de un solo factor de riesgo, o un grupo de múltiples factores de riesgo en la población, comunidad o individuo15.
Los resultados de esta investigación pueden ser clave a la hora de generar acciones preventivas específicas para la población estudiada. Estas acciones deben centrarse en el mantenimiento de hábitos y estilos de vida saludables, para evitar la aparición de los factores de riesgos y controlar o eliminar los existentes9. El ACV no es producto del azar, sino que parte de un proceso de desarmonía gestado a lo largo de la vida13, y la mayoría de los factores de riesgo son modificables, por ello, es importante proporcionar una educación más rigurosa a aquellos que están en alto riesgo4.
Conclusiones
La información recolectada será clave para generar nuevas acciones preventivas encaminadas al mantenimiento de hábitos y estilos de vida saludables para prevenir la aparición de los factores modificables de riesgo; como también para realizar futuras investigaciones orientadas a establecer relaciones de adherencia a tratamientos farmacológicos en determinados grupos de riesgo.
Los resultados obtenidos en la presente investigación deben ser interpretados atendiendo sus limitaciones, como el hecho de no contar con un registro ordenado y protocolizado.