Introducción
El personal sanitario es responsable de velar por el estado de salud de los usuarios, para ello, se debe realizar procesos coordinados, encaminados a favorecer el bienestar y la seguridad de los pacientes, resaltando el rol del trabajador como un recurso de alto valor en los ambientes organizacionales.
Por lo anterior, es necesario fortalecer desde la gestión del talento humano (GTH) la generación de ambientes laborales saludables que aporten a la calidad de vida, propiciando bienestar y disminuyendo factores de riesgo que afecten al personal de salud1, esto, por medio de estrategias orientadas a la realización tanto personal como profesional, que, a su vez, mitiguen índices como el de rotación, ocurrencia de eventos adversos (EA), accidentalidad y ausentismo entre otros2. De este modo, la eficiente GTH realizada a partir de procesos coherentes, organizados y articulados aportan al desarrollo humano y organizacional.
La GTH comprende distintos procesos, los cuales representan diversas formas de impactar en las condiciones laborales3. Así, la adecuada ejecución de cada uno, no sólo representa el correcto funcionamiento organizacional, sino también, el ambiente más propicio para el desarrollo de las funciones articuladas a la satisfacción laboral y el control de los factores de riesgo del ambiente de trabajo.
Caso contrario, las falencias en el diseño del cargo, una inadecuada contratación o la ausencia de procesos de capacitación, desestabiliza al colaborador en el logro de los objetivos institucionales, asimismo, lo expone a diversos factores de riesgo donde el bienestar laboral se ve afectado, incentivando la aparición de enfermedades laborales, accidentes de trabajo, así como también, la ocurrencia de acciones inseguras en la atención en salud4.
Por otro lado, los factores de riesgos psicosociales, son entendidos como aquellos determinantes que incrementan las probabilidades de sufrir una lesión o enfermedad5, por su parte, los factores protectores, benefician tanto el desarrollo humano, como el mantenimiento y la recuperación de la salud1.
En ese sentido, en algunas investigaciones realizadas en el sector salud, se ha identificado que los trabajadores se encuentran expuestos a diversos factores psicosociales, los cuales pueden desencadenar respuestas de estrés y situaciones derivadas como el Síndrome de Burnout, además de alteraciones físicas y psicológicas6-7).
Aún más, estas investigaciones confirman la condición de vulnerabilidad de esta población, lo anterior, por diferentes aspectos, entre ellos, las jornadas laborales, la sobrecarga de trabajo, las demandas emocionales implicadas en la atención a personas enfermas, el contacto permanente con el sufrimiento, entre otras8.
De esta manera, los ambientes saludables y la salud de los colaboradores, son condiciones esenciales para la efectividad y el rendimiento de las personas en las organizaciones. Por el contrario, la problemática generada por los factores de riesgo psicosocial, se evidencian tanto en la disminución de la calidad de vida de la población trabajadora, así como también, en el impacto negativo en sus condiciones de salud, al igual que, en los costos que implican para el sistema de seguridad social y para la productividad de las personas y organizaciones9; provocando, acciones inseguras en medio del cumplimiento de sus funciones, afectando así, la calidad del servicio y la seguridad del paciente10.
Así las cosas, los EA evidencian la relación entre los factores psicosociales y las actividades desarrolladas por el personal sanitario, las segundas enfocadas a la productividad y calidad de las mismas. Entonces, este tipo de eventos son reconocidos como lesiones o complicaciones involuntarias, las cuales ocurren durante la atención en salud, y que pueden desencadenar en la muerte, la incapacidad o deterioro del estado de salud, entre otras consecuencias, tanto para el paciente como para la organización11.
Ahora bien, los EA representan un reto importante para los programas de control y prevención, especialmente, por su alta frecuencia, donde su prevalencia ha sido estimada entre el 3% y el 16% de los hospitalizados en países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), lo cual está impactando considerablemente la morbilidad y mortalidad de la población12.
Así, los EA son catalogados en dos tipos: los primeros, denominados prevenibles, que se pudieron haber evitado mediante el cumplimiento de los estándares del cuidado asistencial, y los segundos, los no prevenibles, que se presentan a pesar del cumplimiento de dichos estándares13.
Pues bien, con el propósito de evitar los posibles perjuicios resultantes de los EA, y así disminuir el número de fallos en la atención prestada en los servicios sanitarios, las instituciones de salud incorporan la Cultura de Seguridad del Paciente (CSP) para ofrecer el mejor servicio posible, sin generar perjuicios al paciente, ni más gastos al sistema de salud. Dentro de esta práctica es relevante el reporte de los EA, ya que permiten identificar, analizar y prevenir futuros fallos14.
Es así como, en Latinoamérica, al observar el panorama de la seguridad del paciente, se identifica en algunas investigaciones, que una de las causales de los EA está relacionada con las ocurrencias del error humano (EH)15-16, es decir, eventos que han generado daño de manera innecesaria al paciente17; asimismo, están relacionados con malas o descuidadas prácticas de los profesionales en salud por la falta de adherencia a protocolos, inadecuado manejo de los niveles de estrés y excesiva carga de trabajo, lo cual disminuye la calidad de la atención hacia el paciente, y por tanto, es un factor de riesgo que incrementa la ocurrencia de EA.
Es por esto, que el presente trabajo investigativo busca dar respuesta a la pregunta ¿Cuáles son los factores más frecuentes al reportar EA y las implicaciones de la GTH en el contexto hospitalario latinoamericano? Que, a su vez, establece el objetivo de determinar los factores más frecuentes al reportar EA y las implicaciones de la GTH en el contexto hospitalario latinoamericano.
Materiales y métodos
Tipo de estudio
Se realizó una revisión sistemática de los factores más frecuentes al reportar EA y la implicación de la GTH en el contexto hospitalario latinoamericano18.
Unidad de análisis
Se analizaron 41 estudios (originales primarios, estudios empíricos y revisiones de la literatura), realizados y publicados en América Latina entre los años 2009 y 2019, los cuales poseen como tema central los factores relacionados con los EA en el contexto hospitalario y la implicación de la GTH.
Bases de datos
Se trabajó en la revisión de artículos pertenecientes a bases de datos de libre acceso tales como: Biblioteca Virtual de Salud (BVS), Dialnet, Directory of Open Access Journals (DOAJ), Literatura Latinoamericana y del Caribe en Ciencias de la Salud (LILACS), Medline Plus, PubMed, SciELO, ScienceDirect, y Red de Revistas Científicas de América Latina y el Caribe, España y Portugal (Redalyc); además, de EBSCOhost como la una única base de datos paga, por cuanto la casa de estudios del equipo investigador tiene acceso a ella.
Adicionalmente, los estudios se identificaron a partir de los parámetros de búsqueda, para este caso, la combinación de palabras clave como: eventos adversos, contexto hospitalario o de salud, error humano y talento humano, las cuales fueron validadas en diferentes tesauros; cabe mencionar que la búsqueda también se realizó en el idioma portugués.
Criterios de inclusión
Se tuvieron en cuenta artículos publicados en las bases de datos referenciadas anteriormente, que, además, en su título, resumen o palabras clave, Contaran con al menos dos de los términos de búsqueda: factor(es), error humano, eventos adversos, contexto hospitalario y Latinoamérica; asimismo, que fueran textos completos, publicados entre los años 2009 y 2019, en los idiomas español y portugués, con población, producción y publicación únicamente de países de América Latina.
Criterios de exclusión
Se excluyeron artículos duplicados, excesivamente específicos en un área de la salud, que no correspondían a investigaciones empíricas, o que sus resultados o análisis no giraban en torno a los factores más frecuentes en el reporte de EA y la implicación de la GTH en el contexto hospitalario latinoamericano.
Evaluación de la calidad de los trabajos
Los artículos seleccionados fueron aquellos presentes a texto completo, que, además, con criterios de autenticidad, transferibilidad y auditabilidad; así mismo, que hayan sido publicados en revistas latinoamericanas, teniendo en cuenta los criterios de inclusión y exclusión para cada uno de ellos. De igual forma, cada artículo abordó la temática propuesta en Latinoamérica para su respectivo estudio.
Instrumentos o técnicas
Se utilizó una matriz de registro documental basada en el protocolo PRISMA-P19, la cual se diligenció tras la revisión detallada de cada uno de los artículos, y asimismo, permitió la consignación de las siguientes categorías: título original del artículo, autores, año de publicación, referencia y URL y/o DOI de publicación, revista donde se publicó, resumen, región del estudio, método (tipo de estudio y participantes), resultados principales, factores (de riesgo y protectores), conclusiones generales y concepto de evento adverso.
Plan de análisis de información
Los datos recolectados sobre los artículos finales fueron consignados en una matriz en el programa Excel, esta, contenía las categorías y subcategorías de análisis de los mismos, siguiendo el protocolo PRISMA-P, posteriormente, se realizó su análisis.
Consideraciones éticas
El estudio no representa ningún riesgo, ya que no se presenta contacto directo con seres humanos, además, se emplearon técnicas y métodos de investigación documental retrospectiva, con citas a las respectivas fuentes y salvaguardando los contenidos e ideas originales de los autores, lo anterior, en coherencia con los criterios éticos expresos en la Resolución 8430 de 1993 por la cual el Ministerio de Salud de la República de Colombia establecen las normas científicas, técnicas y administrativas para la investigación en salud.
Resultados
Se identificaron 1.208 artículos, de los cuales, se aceptaron 41 estudios para la presente revisión sistemática. Las fases para la selección de artículos se evidencian en la Figura 1.
Del número final de artículos, se pudo identificar que el 56% (n=23) fue escrito en el idioma español, mientras que el 44% (n=18) en idioma portugués. En cuanto al país de procedencia de los artículos, se estableció que Brasil es el lugar donde más manuscritos se encontraron con un 43,9% (n=18), seguido por México 19,5% (n=8), Colombia 17,0% (n=7), Uruguay 4,8% (n=2), Chile 2,4% (n=1), Ecuador 2,4% (n=1), Argentina 2,4% (n=1), Costa Rica 2,4% (n=1), México, Argentina y Colombia 2,4%(n=1) y Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Cuba, México y Perú 2,4% (n=1).
Las características generales de los estudios seleccionados se muestran en la Tabla 1. Por otra parte, siete artículos no incluyeron una definición de EA.
Un análisis de los artículos restantes permite distinguir las siguientes categorías:
Acciones emitidas. Los EA son entendidos como acciones inseguras, situaciones inesperadas o impredecibles, complicaciones, incidentes, errores, ocurrencia o evento clínico indeseable, fallas en la planificación de la atención, presencia de complicaciones indeseables o circunstancias que producen daño, atribuibles a la atención en salud y no a la enfermedad del paciente12,15,17,19,20-26,27.
Intencionalidad de los actos. El daño o lesión causada durante la atención en salud es involuntario, no intencionado e innecesario y que adicionalmente, puede ser prevenible o no prevenible12,24,28-30.
Consecuencias hacia el paciente. Una estancia hospitalaria prolongada, deterioro del estado de salud, afectación física, psicológica y social, sufrimiento, incapacidad, discapacidad y muerte17. Para la institución de salud: incremento en los costos a causa de la estancia hospitalaria prolongada, monitorización e intervenciones adicionales y situaciones jurídicas. Para el personal de salud: afectación psicológica19,23,25,27,32,33,34.
Grado de gravedad e impacto. Los EA son clasificables de acuerdo con el grado de gravedad: grave y no grave; y de acuerdo al impacto del daño: cuasi error, incidente sin daño e incidente con daño19,28,23.
En cuanto a los factores de riesgo relacionados con la ocurrencia de EA, se identificaron tres categorías correspondientes a factores de riesgo del paciente, factores de riesgo relacionados con la organización y factores de riesgo relacionados con el personal de salud, tal como se muestra en la Tabla 2.
Del total de artículos analizados, dieciocho de ellos mencionaron factores protectores organizados en dos categorías: referidos a la organización y hacia el personal de salud, tal como se muestra en la Tabla 3.
Característica | Porcentaje y número de estudios | |
---|---|---|
Participantes o unidad de análisis | Población | 56%(n=23) |
Documentos: historias clínicas, reportes de eventos adversos, artículos | 44% (n=18) | |
Sector al que pertenece la institución donde se realizó el estudio | Público | 59%(n=24) |
Privado | 7% (n=3) | |
No especifica | 34% (n=14) | |
Metodología (tipo de estudio) | Descriptivos | 71%(n=29) |
Analíticos | 19%(n=8) | |
Experimentales | 10%(n=4) | |
Sector de aplicación del estudio | Urbano | 78%(n=32) |
No especifica | 22%(n=9) |
Categoría | Factores de riesgo identificados |
---|---|
Paciente | Género: masculino24,27,32. |
Edad: lactantes, preescolares (de 0 a 5 años) o superior a los 45 años23,24,25,27,32,33,35. | |
Variables clínicas: estado de conciencia del paciente (riesgoso/inquieto, poco cooperativo/incumplido o con intento de autodaño), padecer enfermedades como hipertensión arterial, diabetes, hipoalbuminemia y obesidad; complejidad de la condición clínica del paciente17,19,23,27,35. | |
Organización | Infraestructura: lugar donde se brinda el servicio inadecuado o defectuoso o viejo, insumos inadecuados con lo que se brinda el servicio, insuficientes, defectuosos o viejos, hacinamiento de pacientes31,36,37,38. |
Proceso de selección: debilidades en la formación técnica y profesional del personal de salud, indefinición de funciones laborales11,26,33,39,40. | |
Contratación: falta de personal en las diferentes áreas y alta rotación del personal11,26,30,31,36,40. | |
Proceso de capacitación: bajos niveles de educación continua, estandarización de políticas, protocolos y procedimientos, falta de capacitación para casos específicos, guías clínicas desactualizadas o incompletas11,28,29,33,37. | |
Seguimiento: falta de control de las tareas y supervisión, mala conducción del personal, medidas punitivas ante el reporte de eventos adversos26,27,31,35,37,39. | |
Carga de trabajo excesiva: dobles turnos, multiplicidad de pacientes asignados, ignorar la importancia de la medición de la carga de trabajo11,17,24,26,27,30,31,33,35,36,37,40,41,42. | |
Multiplicidad de servicios: tipo de servicio (complejidad)15,27,28. | |
Personal de salud | Administración de medicamentos: confusiones en la administración de medicamentos, errores en la dosis o vía de administración, fallas en la continuidad de la prescripción y en la preparación y/o de los fármacos15,17,30,34,36,42,43. |
Sobrecarga laboral: ausencia de descansos debido a múltiples contratos laborales, así como la fatiga, estrés e insatisfacción con las condiciones de trabajo26,27,36,38,39-42. | |
Errores humanos: faltas relacionadas con la actividad o actos inseguros como omisión, distracción, errores, fallos de atención, incumplimiento de procedimiento, presión por el tiempo, preocupación, aburrimiento, comportamientos y actitudes insatisfactorias11,25-28,35,36,41,42,43. | |
Falta de adhesión a protocolos: déficit en el cumplimiento de las normas y rutinas institucionales, el déficit en la supervisión de enfermería y la inexperiencia profesional, la falta de información previa sobre la salud de los pacientes, ausencia de lavado de manos, utilización incorrecta de los estándares del cuidado asistencial12,26-29,30,31,35,40,42,44,45. | |
Ausencia de reporte de EA: baja adherencia al registro de notificaciones de eventos adversos, documentación inadecuada o la ausencia de información en el registro médico, represalias del equipo médico por alertar posibles problemas o EA12,17,23,26-29,35,37,40,46,47,48. | |
Competencias: la falta de habilidad y competencia, problemas de comunicación y formación y entrenamiento inadecuado, falta de autonomía del líder, la necesidad de decisiones urgentes de alto riesgo, la variabilidad en la formación de los profesionales médicos y enfermeras, inexperiencia11,12,17,25-29,30,31,36,40,41,43,44,45,47-50. | |
Fallas en el diligenciamiento de la historia clínica: subestimación de la verdadera magnitud de estos eventos, eventos no registrados de la forma correcta17,29,40,42,44,47,48. |
Categoría | Factores protector identificados |
---|---|
Organización | Carga de trabajo: cantidad adecuada de horas laborales y número de pacientes asignados por trabajador12,27,30,34,35,51. |
Proceso de selección: definición clara de roles y funciones del personal19,34,51. | |
Contratación: vinculación de personal suficiente acorde con el número de pacientes y las necesidades de los servicios35,51,52. | |
Proceso de capacitación: capacitación del personal de salud acorde a su área de trabajo y de forma permanente, generación de planes, programas y protocolos validados, relacionados con las normas de la seguridad del paciente12,31,34,35,37,42,50-53. | |
Seguimiento: generación de estrategias de verificación constante12,19,31,37,42,46. | |
Sistema de registro y notificación de EA: el acceso a un instrumento para el registro y notificación confidencial y voluntario de incidentes o eventos adversos, ayuda a promover su identificación y rápida intervención27,31,35,37,42,46. | |
Procesos de comunicación efectiva: reforzar la importancia de una comunicación efectiva entre los diferentes sectores de la institución y entre los equipos de turno, facilita y mejora los procesos organizacionales 11,19,31,34,41,42,46. | |
Recursos tecnológicos: contar con más y mejor tecnología, asimismo con sistemas de alarmas más sensibles, los cambios en la condición clínica de los pacientes que preceden a estos eventos pueden reconocerse tempranamente, evitando la aparición de EA37,46,52. | |
Personal de Salud | Notificación de EA: la notificación de errores tiene la intención de reducirlos27,31,35,37,46. |
Profesionalismo: la conducta del profesional, atenta, empática19,41. | |
Formación: fundamentación técnica y teórica 19,41,42,53. | |
Trabajo en equipo: contribuir a la buena convivencia laboral, generación de espacios amenos en el trabajo multidisciplinar11,19,31,34,41,46. |
Discusión
De acuerdo a los hallazgos encontrados y tras el análisis de la información, sobre la definición de EA, se tuvo en cuenta diferentes categorías, tales como las acciones emitidas, la intencionalidad de las mismas, las consecuencias sobre el estado de salud del paciente, el grado de gravedad y el impacto del daño producido.
De acuerdo con lo anterior, en conjunto con el análisis de los resultados, se puede identificar que las definiciones de EA retoman los daños o consecuencias hacia el estado de salud del paciente, y en algunos casos, los sobrecostos que representa para la institución de salud; información que guarda relación con dos revisiones sistemáticas48,54 en las cuales, la definición de EA gira en torno a términos como daño no intencional ocasionado al paciente, atribuible al cuidado médico más que a la enfermedad, lo que indica cierta universalización del término en la literatura concerniente con la salud.
Relacionado con lo anteriormente expuesto, la teoría revisada no profundiza sobre las consecuencias de los EA en las segundas víctimas, quienes se consideran como todo profesional proveedor de servicios sanitarios, que participa en un EA, un error médico y/o una lesión relacionada con el paciente, no esperada y que se convierte en víctima en el sentido de que queda emocional y profesionalmente traumatizado por el suceso. Derivado de lo anterior, se presentan consecuencias a nivel emocional, tales como respuestas de ansiedad, despersonalización, frustración, culpa, síntomas depresivos, insomnio o dificultades para disfrutar sueño reparador, reexperimentar el suceso una y otra vez, ira y cambios de humor en casa55.
Por otra parte, el impacto a nivel profesional, se evidencia en la presencia de preocupación mórbida por su rendimiento y capacidad profesional, lo cual llega a afectar su toma de decisiones clínicas, obnubilación, confusión y dificultades para concentrarse en una tarea. Uno de los estudios menciona la presencia de miedo a consecuencias legales, asimismo, temor a la pérdida de reputación profesional a raíz de la notificación de EA47.
De alguna manera, se reconoce que tras un EA se incrementa la posibilidad de que ocurra otro, precisamente por la afectación emocional y el impacto a nivel profesional56. En este sentido, se considera importante que, al momento de estudiar los EA, se incluya a las segundas víctimas para lograr un entendimiento global del suceso y formular acciones interventivas integrales.
Aún más, la ocurrencia de EA se presenta en mayor medida en pacientes de género masculino, en concordancia con los resultados de una investigación56 donde se destaca que este género experimentó un mayor número de EA, así también lo afirma una revisión de la literatura frente a EA58. Por el contrario, otra investigación reporta como resultado una mayor prevalencia de EA en mujeres58.
Adicionalmente, los hallazgos muestran que la edad es una variable que predispone la aparición de EA, por cuanto, la infancia y la longevidad, son los extremos en los cuales hay mayor ocurrencia de los mismos, hallazgo que coincide con una investigación que menciona que los primeros EA que se enfrentan pueden datar desde la infancia y niñez temprana, además, estos suelen ser los más nocivos59.
En complemento de lo anterior, pese a que la etapa infantil ha sido comparativamente desatendida en términos investigativos, ha llegado a estimarse que más del 60% de los niños en este rango de edad han vivido situaciones adversas, potencialmente perniciosas. Por su parte, algunos estudios sugieren que los mayores de 60 años sufren más EA, lo anterior a razón de sus comorbilidades, lo cual incrementa su vulnerabilidad60,61,62.
Ahora bien, en cuanto a algunas variables clínicas, el análisis de la información identificó que el estado de conciencia, la presencia de enfermedades crónicas y complejidad del estado de salud del paciente, son factores importantes que se relacionan con la aparición de EA, aspectos que guardan relación con investigaciones y otras revisiones sistemáticas, donde se destaca que la mayoría de EA se presentan en personas con enfermedades crónicas agudizadas, con estados de conciencia disminuido, y cuyo estado de salud es complejo, por cuanto puede cambiar en cualquier momento57,62.
Además, otras investigaciones refieren que los EA han sido vinculados a un peor estado de salud, producto de condiciones médicas crónicas, asma, obesidad, disfunción miccional, mala salud dental, mayor presencia de caries, menor calidad de vida relacionada con la salud y más preocupaciones de salud y atención médica57,59.
Por otra parte, haciendo alusión a los resultados de la presente investigación, frente a la mayor vulnerabilidad de la ocurrencia de EA en pacientes cuyas edades se encuentren en los extremos de la vida (infantes y adultos mayores), la teoría menciona que esta población requiere cuidado de un familiar o acompañante, quien también debe velar por la evitabilidad de EA, y no ser una tarea exclusiva del personal de salud57,59.
En coherencia con lo anterior, se menciona que debe existir apoyo asistencial adicional para grupos vulnerables como: ancianos, enfermos graves o en estado terminal y niños, el cual puede ser brindado por un cuidador adicional o su propia familia63.
Asimismo, en lo referente al autocuidado por parte del paciente frente a su salud e integridad, o por parte de su familia y/o cuidador, se identifica que el paciente y su familia o cuidador tienen un papel preponderante, como parte de los actores que pueden apoyar a la evitabilidad de EA, así lo concluye una investigación donde menciona que el paciente y su familia, pueden asumir el autocuidado de su seguridad, en lo que a EA e infecciones se refiere64.
De este modo, para lograr que se interesen y se involucren en el autocuidado, es necesario informarles sobre cuál es su responsabilidad en ello, asimismo, los aspectos que los prestadores de servicios deben cuidar. En esta investigación, se establece que entre los principales EA se encuentra la caída de los pacientes, cuestión relacionada no sólo con el cuidado de enfermería, sino también, con el acompañamiento por parte del familiar o cuidador27.
Así las cosas, en Colombia algunas instituciones de salud trabajan en la implementación y fortalecimiento de la política de seguridad del paciente, ante esto, una entidad de salud menciona que la coparticipación de los pacientes en su autocuidado, es una estrategia para garantizar atención segura y disminuir la posibilidad de EA65.
De igual modo, es importante mencionar que se encontraron factores de riesgo asociados a la aparición de los EA generados por la organización y el personal de salud, es así que, se considera que los EA que tienen como causa los recursos o la gestión organizacional, los cuales pueden presentarse por adaptación de la gestión de la carga asistencial, disponibilidad de camas o servicios, idoneidad de recursos humanos y materiales, correcta organización de equipos, disponibilidad y adecuación de protocolos, políticas, procedimientos y directrices, así como también, los generados por el personal de salud, tales como incidentes en relación con los procedimientos clínicos vinculados con los cuidados hospitalarios y relativos al proceso de comunicación, generan un daño imprevisto e inesperado66.
Además, entre los daños identificados están aquellos que dan lugar a una hospitalización prolongada, una discapacidad en el momento del alta médica, o ambas cosas, conjuntamente, con pérdidas en la enorme cantidad de recursos económicos, asimismo, promoviendo el detrimento de credibilidad del sistema de salud en su conjunto1,67.
Por otra parte, entre los factores de la organización se encuentran los recursos físicos, como la infraestructura, comprendiéndose como una condición del ambiente que predisponen una acción insegura. En este sentido, al presentarse deficiencias en las condiciones estructurales en la entidad, también se dificulta el cumplimiento de protocolos68.
En adición a lo expuesto con respecto al recurso físico, este es un aspecto que deja visualizar la necesidad de modernización en salud, dado que, este aspecto estructural es un elemento fundamental para la prestación de servicios, permite lograr un acceso oportuno a las instalaciones físicas, incentiva modelos de desarrollo sostenible, permite contar con ventajas competitivas, y garantiza de alguna manera, el suministro de una atención eficiente en salud69.
Ahora, en lo concerniente al personal sanitario, se encuentran procesos relacionados con la complejidad del tipo de servicio prestado, asimismo, la sobrecarga laboral, la cual imposibilita al trabajador el uso adecuado de descansos y pausas, lo que genera estrés y fatiga, es así que, las condiciones laborales particulares de cada servicio de atención, junto con el nivel profesional y la duración de la jornada laboral, aparecen como importantes fuentes de carga mental70.
Lo anterior, se vincula a la existencia de distintos niveles de fatiga, situación que aumenta la probabilidad de desatar errores humanos, los mismo que llevan al desarrollo de actos inseguros o la violación de procedimientos71. Las jornadas extensas y la rotación de turnos, generan repercusiones sobre la vida, la salud y el bienestar de los pacientes, es así que se favorece la presencia de los EA72.
De igual modo, es posible identificar que algunos estudios mencionan que la sobrecarga laboral es la variable que más influye en el error, dado que las cargas de trabajo excesivas van provocando progresivamente en el profesional, cansancio, bajo rendimiento, fatiga, y todo ello, contribuye al aumento de riesgo de cometer errores73.
Por lo anterior, entre los factores protectores para la prevención de los eventos adversos dentro de la organización, se encontró la posibilidad de llevar un sistema de registro y notificación de EA, el cual, facilita la identificación e intervención oportuna, logrando con ello un sistema de vigilancia y notificación de incidentes de EA, que facilite la detección temprana de los mismos73.
Al respecto, cabe aclarar que los sistemas de vigilancia y notificación también contribuyen a la prevención de otros sucesos adversos, dado que permiten conocer los factores que favorecen la aparición, y establecer acciones preventivas74, por ello, la notificación de los EA, es un instrumento esencial en la gestión de la atención27,74, además, permite a los profesionales asistenciales, compartir responsabilidades con los administradores, para con ello, estimular acciones correctivas, y así, evitar la repetición de los errores y prevenir futuros75.
En otro sentido, para el personal sanitario se identificó que la notificación de los EA, la comunicación efectiva, el profesionalismo y la formación aportan en la reducción de los EA48. Así, se ha observado una relación directa, entre una comunicación clara y efectiva con la atención médica de alta calidad, que, a su vez, garantiza mayor seguridad para el paciente.
Como complemento, en lo que respecta al profesionalismo y formación recibida por el personal de salud, se considera fundamental que las instituciones prestadoras de servicio, busquen profesionales con una formación idónea y se interesen en la continuidad de dicha formación, en la cual prime la responsabilidad en el acto de cuidar71.
Asimismo, se encontró documentos que mencionan la importancia de la comunicación entre los profesionales de la salud y el paciente, ya que, en esta, se genera una interacción que alienta y valora al personal, además, da mayor confianza al usuario76; lo anterior, favorece la transformación del escenario en las instituciones de salud, mejorar la cultura de seguridad, y disminuye la posibilidad de errores relacionados con la asistencia12,77.
Paradójicamente, se encuentra en esta investigación que respecto a la función del talento humano confluyen dos miradas, tener el potencial de ser factores de riesgo o factores protectores según la gestión que se haga, es así que, es fundamental una buena GTH, dado que esta influye de manera directa en una adecuada cultura de seguridad del paciente, aportando en el modo de actuar del trabajador, que permite prevenir la presencia de EA78.
En coherencia, se reconoce que la función del talento humano es punto fundamental dentro de las instituciones hospitalarias, que al no cumplir con su propósito, puede provocar no sólo el fracaso para la excelencia de la calidad, sino también, para el cuidado del paciente79.
En sentido adicional, el proceso de contratación en el sector sanitario deja ver cómo la ausencia de condiciones enmarcadas dentro un trabajo decente80 -que implique una adecuada forma de contratación, salario justo, horas de trabajo apropiadas y condiciones del trabajo favorables-, propician una inadecuada prestación del servicio, y con ello, el aumento de rotación de personal, siendo este un fenómeno creciente, especialmente, en aquellas empresas que tienen como misión la prestación de servicios de salud81.
Aún más, usualmente, el factor más común es la baja remuneración salarial con respecto a la funciones y responsabilidades que se cumplen; lo anterior, afecta de manera negativa a las organizaciones, debido al aumento de los gastos y costos que se generan, aunado a que esta problemática puede llevar a la presencia de accidentes de trabajo, enfermedades laborales, además de dificultades económicas, sociales, familiares, entre otras81.
Como se ha mencionado, se considera imprescindible el talento humano en las organizaciones, por ello, la gestión adecuada es fundamental para el desempeño de las mismas y del sistema de salud en conjunto, es decir, es gracias al talento humano que se alcanzan los objetivos y metas de los sistemas de salud82.
Por lo anterior, atraer perfiles idóneos para desempeñar los cargos es fundamental, y es aquí cuando se dialoga de la relevancia del proceso de selección, medular dentro de la gestión humana, ya que permite a las organizaciones integrarse con personas con competencias y perfiles necesarios para lograr los objetivos estratégicos y planes operativos83.
Es decir, lo anterior, permite contar con un perfil de cargo, identificar requerimientos académicos y de experiencia, con unas competencias requeridas para el desempeño adecuado y relacionarse con el proceso de inducción, el cual, aporta en el conocimiento claro de funciones y roles a asumir82.
Por otra parte, el proceso de capacitación, el cual favorece el desarrollo y perfeccionamiento de competencias y habilidades, y que, acompañado de los procesos de formación y desarrollo permite la actualización, aprendizaje permanente y aporta al personal sanitario en la asimilación de políticas, protocolos y procedimientos.
Lo anterior, fundamenta el hecho de que se ha generado gran interés en el talento humano, en el conocimiento, habilidades y competencias que posee, llegando con ello a implementar los procesos de capacitación y desarrollo como herramienta para el funcionamiento adecuado de una organización en salud; además, siendo un recurso favorable para la prevención y reducción de accidentes laborales, propiciador de bienestar y del aumento de productividad en la organización84.
Finalmente, el seguimiento como una forma de acompañar la gestión del desempeño, permite la valoración de la actuación de los colaboradores en el marco de los procedimientos, además, la revisión facilita la generación de estrategias de verificación constante para la prevención de los EA5, teniendo presente que, la aparición de estos en la atención en salud, se caracterizan por la complejidad, que se traduce en la cantidad de factores que intervienen en la aparición, como se ha mencionado anteriormente, por las complejidades del procedimiento, el diseño del proceso de atención en salud, condiciones humanas individuales de quienes tienen contacto con el paciente, y la tecnología a utilizar.
Por lo anterior, es necesario referir que no debe ser suficiente para las instituciones de salud pensar en una atención de buena calidad, sin evidenciar efectivamente que es así, y para ello, es prioritario hacer un seguimiento de estos procesos de manera planificada, periódica y sistemática.
En consecuencia, la ausencia de una gestión del talento humano o su inadecuado desarrollo, aporta en la generación de EH que conllevan a los actos inseguros, a la falta de adhesión a protocolos, evidenciándose con ello, la presencia de EA, lo cual, no favorece el cumplimento de los estándares del cuidado asistencial; por lo anterior, es necesario trabajar desde la cultura organizacional, las competencias personales y laborales que coadyuven al reporte de EA, el mejoramiento en el diligenciamiento de la historia clínica, la correcta administración de medicamentos, y en especial, reconocer al ser humano que trabaja.
Limitaciones
La ausencia de información proveniente de fuentes escritas en idioma inglés, puede ser un limitante al momento de obtener un panorama más amplio frente a los factores relacionados con la ocurrencia de EA.
Por otra parte, las bases de datos de cobro por suscripción impiden el acceso libre a la información, lo que limita los resultados de búsqueda, y con ello, se excluyen documentos que pueden ser importantes para la investigación.
Asimismo, se encontraron estudios llevados a cabo en América Latina, pero fueron publicados en bases de datos específicas de países europeos, por tanto, no se consideraron para la revisión.
Conclusiones
Los EA son fenómenos complejos que afectan el sistema de salud, sus causas se relacionan con la aparición de múltiples factores, estos, tienen que ver tanto con la organización como con el desempeño del personal de salud, hasta con el actuar del mismo paciente y su familia.
El impacto negativo de los EA no sólo produce un incremento en los costos de la atención en salud, sino que, pone en riesgo el estado de salud del paciente, asimismo, puede ocasionar secuelas emocionales en el personal sanitario. Lo anterior sugiere una adecuada GTH, efectiva en el bienestar laboral de los trabajadores, la calidad del servicio prestado y en la disminución de EA.
Adicionalmente, las estrategias de intervención encaminadas a disminuir la ocurrencia de EA, deben primeramente, comprender esta problemática de forma global, sin desconocer la afectación hacia el personal de salud, identificándose estos como segundas víctimas, para posteriormente, formular acciones que no solo se dirijan al personal sanitario, sino que impliquen a la familia y/o acompañante.
En este sentido, las estrategias de intervención deben articularse con los procesos propios de la GTH, tales como la selección del personal, inducción, capacitación, evaluación de desempeño, entre otras, las cuales permitan generar espacios de aprendizaje y herramientas de acción, con las que se pueda mitigar la ocurrencia de EA.
Pues bien, la prevención de los EA es posible y son numerosas las estrategias aplicadas por los diferentes sistemas de salud: estimular el trabajo en equipo, fortalecer la capacitación del personal, estandarizar procedimientos y protocolos, y crear la cultura del reporte voluntario de errores, así como, mejorar las condiciones de trabajo conjuntamente con el tipo de contratación, esto último en relación con la estabilidad laboral.
Finalmente, es necesario intervenir sobre los factores de riesgo psicosocial y analizar condiciones estructurales de los puestos de trabajo, dado que, mejorar las condiciones de trabajo y tipo de contratación, son aspectos que aportan en la salud y el bienestar del trabajador.