Introducción
Positive Behavior Support (PBS) o Apoyo Conductual Positivo (Carr, 2013) es un enfoque preventivo, ecológico e inclusivo que enfatiza en la planificación centrada en la persona para orientar procedimientos de cambio a partir del análisis conductual aplicado (ACA) (Carr et al., 2002; Kennedy et al., 2001). Su objetivo es establecer ambientes de aprendizaje consistentes y seguros, que promuevan una cultura social positiva de respeto por la dignidad y bienestar de las personas, mediante procedimientos de aprendizaje no punitivos que fomentan el cumplimiento exitoso de comportamientos positivos y previenen la ocurrencia de problemas de conducta; en coherencia con las necesidades específicas que se identifican mediante procesos de evaluación continuos (Horner et al., 2010; Horner et al., 2017).
PBS ha tenido un desarrollo importante en entornos escolares, bajo el modelo "Positive Behavioral Interventions and Supports" (PBIS) en Estados Unidos1 (Dunlap et al., 2014; Kincaid et al., 2016). No obstante, PBS también se aplica en contextos naturales familiares y de cuidado social, con poblaciones con o sin discapacidad, a nivel individual, grupal o en sistemas más complejos, abarcando una gran variedad de beneficiarios y agentes de intervención (Sailor et al., 2009).
De acuerdo con Keller-Bell y Short (2019), PBIS puede organizarse en tres niveles de prevención o apoyo: primario o universal, secundario o dirigido, y terciario o intensivo; en cada uno de los cuales se abarca aproximadamente el 80, 15 y 5 % de la población respectivamente. A nivel primario, la finalidad es el cumplimiento de expectativas conductuales y la prevención de circunstancias iniciales que propician comportamientos problemáticos mediante el establecimiento de entornos de aprendizaje adecuados. A partir de una orientación fundacional, permite que una institución brinde apoyos conductuales universales a toda una población de beneficiarios, trabajadores y directivos; entre estos reglas, rutinas y arreglos ambientales (Simonsen et al., 2015; Walker et al., 2005).
El nivel secundario consiste en la implementación de prácticas especializadas de apoyo suplementario dirigidas a personas en riesgo de desarrollar problemas de conducta significativos, entre estas se encuentran: grupos de habilidades sociales, programas de asesoramiento escolar, tutoría entre pares y clubes de tareas extraescolares (Walker et al., 2005). Al suministrar este tipo de soporte se realiza un trabajo de monitoreo progresivo que permite incrementar la retroalimentación y maximizar la efectividad (Swain-Bradway et al., 2015).
Por su parte, en el nivel terciario, se mantienen las estrategias de trabajo primarias y secundarias, pero adicionalmente, se proporcionan apoyos y supervisión intensivos e individualizados a la población que presenta conductas significativamente preocupantes o que requieren atención inmediata (Noltemeyer et al., 2019; Swain-Bradway et al., 2015) . Lo anterior, se logra a través de estrategias guiadas por evaluaciones funcionales de la conducta, con énfasis en la implementación de intervenciones basadas en antecedentes y consecuentes (Scott et al., 2010).
Dada la diversidad de intervenciones basadas en PBS (IB-PBS), los estudios de revisión con rigor científico podrían facilitar la selección de intervenciones enfocadas en la atención de una amplia gama de comportamientos (Bruhn et al., 2014; Wolfe et al., 2016) . Recientes revisiones sistemáticas de investigación experimental o cuasiexperimental centradas en IB-PBS, como: check-in/check-out (CICO) (Hawken et al., 2014), School Wide Positive Behavior Support (SWPBS) (Ógülmüs y Vuran, 2016), Mindfulness-based PBS (MBPBS) (Singh y Hwang, 2020), informes positivos de pares (Murphy y Zlomke, 2014), precorrección (Ennis et al., 2017) y elogio al comportamiento positivo (Ennis et al., 2020); han encontrado resultados de efectividad en la prevención del comportamiento problemático y el mantenimiento de conductas adecuadas. Sin embargo, se han enfocado en intervenciones específicas y no en el amplio espectro de IB-PBS, por lo que no es posible establecer una conclusión en cuanto a las tendencias, la calidad y los logros del modelo en beneficio de diferentes entornos de aplicación y zonas geográficas.
Un estudio cercano a este propósito es el trabajo de Uslu y Baglama (2020), que proporciona una visión general de las tendencias de investigación en PBS y las características de publicación y metodologías que se han utilizado con mayor frecuencia desde 1998 hasta 2019. Sus resultados muestran que la investigación cuantitativa sobre PBS ha ganado relevancia en los últimos años, sobre todo en países de habla inglesa y principalmente en el entorno escolar; no obstante, este estudio no describe el efecto de las intervenciones, ni los resultados de integridad y validez social, que son aspectos de especial importancia en la implementación de intervenciones basadas en evidencia en el campo de ACA y la educación (Park y Blair, 2019; Snodgrass et al., 2018; Rojas-Andrade y Bahamondes, 2019). En consecuencia, la revisión actual ofrece una perspectiva general de las tendencias de investigación en PBS, mediante la organización de estudios experimentales o cuasiexperimentales que han analizado la efectividad de la implementación de diversos tipos de IB-PBS. En este sentido, los objetivos específicos son: a) Describir las tendencias sobre IB-PBS, según las zonas geográficas y las características sociodemográficas de las poblaciones en las que se ha investigado; b) Describir el tipo de entornos en los que se han desarrollado los estudios de IB-PBS y los diseños experimentales que se han implementado; y, c) Analizar los alcances de estudios sobre IB-PBS, de acuerdo con la tipología, las variables dependientes, los resultados de integridad, los efectos y la validez social de las mismas.
Metodología
La revisión sistemática siguió los lineamientos metodológicos de la declaración de ítems preferidos de reporte para revisiones sistemáticas y metaanálisis (PRISMA, por sus siglas en inglés); excepto los ítems 12, 15, 20, 22, 24 y 27 (Page et al., 2021).
Entre los meses de abril y julio de 2020 se realizó una búsqueda electrónica de artículos de investigación en inglés publicados entre 2015 y 2020 en EBSCOhost, ScienceDirect, PubMed y Jstor; utilizando los siguientes términos clave: "Positive Behavioral Intervention and Support" OR "Positive Behavioural Intervention and Support" OR "Positive Behavioural Interventions and Supports" OR "Positive Behavioral Interventions and Supports" OR "PositiveBehavior Support" OR "PositiveBehaviour Support". Los criterios del lapso de revisión e idioma se establecieron teniendo en cuenta la tendencia del año de publicación y país de las investigaciones cuantitativas sobre PBS reportada por Uslu y Baglama (2020).
Posteriormente, dos autores seleccionaron de manera independiente los artículos que cumplieron los siguientes criterios de inclusión: (i) diseño experimental o cuasiexperimental y (ii) IB-PBS como variable independiente. Luego, tres autores adicionales revisaron los estudios en los que se presentaron discrepancias para establecer un acuerdo. De acuerdo con los criterios de inclusión i y ii, se excluyeron trabajos empíricos no experimentales, artículos de divulgación, de reflexión y teóricos, revisiones sistemáticas, meta-análisis, sistematizaciones de experiencias; e investigaciones experimentales en las que PBS era una variable dependiente, o en las que implementaron intervenciones que no se enmarcaban en el enfoque PBS o cuya relación con PBS no se mencionaba explícitamente.
Finalmente, se construyó una lista de chequeo a partir de 15 ítems de la declaración PRISMA 2009 (Urrútia y Bonfill, 2010) y 23 preguntas del Formulario de Revisión Crítica para Estudios Cuantitativos (Law et al., 1998), con el fin de verificar que los artículos incluidos en la revisión cumplieran con los siguientes parámetros de selección: datos de publicación, resumen, introducción, metodología, resultados, discusión y conclusiones. Este instrumento validado por expertos obtuvo un resultado de concordancia excelente (Coeficiente de Validez de Contenido: 0,93; Hernández-Nieto, 2002, citado en Pedrosa et al., 2013). Como resultado de la verificación, se excluyó un artículo que no describía la intervención utilizada y se determinó la inclusión de 33 artículos. El diagrama de flujo de la Figura 1 describe el proceso de selección de estudios.
El proceso de extracción de datos se llevó a cabo por dos autores de manera independiente para garantizar mayor confiabilidad, a través de una matriz electrónica probada y ajustada para registrar los siguientes datos: (a) zona geográfica de investigación según el país en donde se ejecuta el estudio; (b) diseño de investigación experimental o cuasi experimental utilizado; (c) tipos de IB-PBS de acuerdo a la estructura multinivel (multinivel, nivel 1, nivel 2, nivel 3 y prácticas de nivel 1 y 3) o de acuerdo a otros criterios, como el uso de prácticas, programas o estrategias basadas o compatibles con PBS, PBS enfocado en la familia, integraciones de PBS con otros modelos y estrategias o programas de formación de agentes de intervención; (d) entornos de aplicación; (e) poblaciones beneficiarias según su nivel académico, condición de discapacidad y edad; (f) rol de los agentes de intervención, (g) métodos y resultados de evaluación de integridad; (h) tipos de variables dependientes y métodos de medición; (i) efectos de las IB-PBS; y (j) resultados de validez social. Finalmente, los artículos fueron organizados mediante un análisis descriptivo de frecuencias.
Resultados
En este apartado se presentan los resultados de cada una de las variables que fueron analizadas. Adicionalmente, en la Tabla 1 se presentan las características individuales de los estudios.
Notas: EAI= Entrenamiento para agentes de intervención. FBA= Functional Behavior Assessment. I= resultado de integridad. A= integridad alta; R= uso de procedimientos de retroalimentación para asegurar estándares de fidelidad adecuados; A*= integridad menos que óptima, B= integridad baja; N= su objetivo es analizar diferentes niveles de fidelidad de implementación; -= No evalúa la integridad de la intervención. Participantes: IDD= discapacidad intelectual; TEA= Trastorno del Espectro Autista. Medidas de resultado: TRF= Teacher Report Form; ODR= Office Discipline Referrals (referencias por disciplina); SDQ-L= Strength and Difficulties Questionnaire; ABC-C= Aberrant Behavior Checklist-Community; ASM= Active Support Measure; DBRC= Daily Behavior Report Card; PSI= Parenting Stress Index; SIBS= Student Internalizing Behavior Screener; SEBS= Student Externalizing Behavior Screener; PSS-10= Perceived Stress Scale; EQ-5D-Y= EuroQol EQ-5D Youth; Mini PASADD= Mini-Psychiatric Assessment Schedules for Adults with Developmental Disabilities; CSRI= Client Service Receipt Inventory; SABS= Adaptive Behaviour Scale. VS= resultado de validez social. F= validez social favorable; F*= validez social favorable con excepciones; D= validez social con dificultades organizativas; - = No evalúa validez social. ↓ = Disminución estadísticamente significativa. ↓↑ = Incremento estadísticamente significativo.
Zona geográfica
De las publicaciones analizadas, 16 se desarrollaron en Estados Unidos (48,48%) y 1 en Canadá-Estados Unidos (3,03%), 3 estudios en Inglaterra (9,1%); 1 en Taiwán (3,03%), 1 en Finlandia (3,03%), 1 en Noruega (3,03%) y 1 en Países Bajos (3,03%). 9 estudios no reportaron una zona geográfica de investigación (27,27%).
Diseño de investigación
La mayoría de los estudios emplearon diseños de caso único (36,36%) y ensayos controlados aleatorizados (27,27%). Otros estudios utilizaron diseños de grupo control no equivalente (18,18%), diseños de cohortes (6,06%), diseños de medidas repetidas (6,06%) y diseños de series de tiempo interrumpidas (6,06%).
Tipos de IB-PBS
Los estudios examinaron con mayor frecuencia el efecto de IB-PBS de nivel 1 (18,18%), intervenciones que integran PBS con otros modelos (18,18%), intervenciones de entrenamiento para agentes de intervención (18,18%) y PBS enfocado en la familia (12,12%), De manera menos frecuente se encontraron estudios sobre intervenciones de nivel 2 (6,06%), intervenciones multinivel (6,06%), prácticas de PBS (6,06%), estrategias compatibles con principios PBS (6,06%), intervenciones de nivel 3 (3,03%), prácticas de nivel 1 y 3 (3,03%) y programas basados en PBS (3,03%). .
Entornos de aplicación, poblaciones beneficiarías y rol de los agentes de intervención
La investigación escolar es más frecuente, se reportan 20 estudios (60,6%), seguida de la familiar, 7 estudios (21,21%) y los entornos de cuidado social, 6 estudios (18,18%). En el entorno escolar, 11 estudios se desarrollaron con estudiantes de básica primaria (33,33%), 3 de los cuales incluyeron participantes con discapacidades (9,09%); 7 estudios se aplicaron a estudiantes de secundaria (21,21%), 2 de los cuales incluyeron participantes con discapacidades (6,06%), finalmente, 2 estudios se desarrollaron con estudiantes de todo nivel (6,06%). En el entorno familiar y en los de cuidado social, todos los estudios incluyeron participantes con discapacidades, que fueron clasificados de acuerdo con su edad. En el entorno familiar, 3 estudios se realizaron con niños de 5 a 9 años (9,09%), un estudio con adolescentes de 13 a 17 años (3,03%) y 3 estudios con niños y adolescentes de 4 a 16 años (9,09%). En entornos de cuidado social, 6 estudios incluyeron a adultos de 18 a 63 años (18,18%). En suma, 18 estudios incluyeron participantes con discapacidades (54,54%).
Con relación a los agentes de intervención de las investigaciones, 14 incluyeron maestros (42,42%), 8 involucraron padres de familia o acudientes (24,24%), 6 incorporaron cuidadores o terapeutas (18,18%), en 7 estudios, miembros del personal de las escuelas como administradores y secretarios (21,21%) y un estudio incluyó compañeros de clase (3,03%).
Métodos y resultados de evaluación de integridad
Diecinueve estudios obtuvieron niveles altos de integridad (57,57%) y 4 utilizaron procedimientos de retroalimentación para asegurar estándares de fidelidad adecuados (12,12%); estas investigaciones reportaron resultados favorables significativos en al menos una de sus variables de resultado. Por otra parte, 4 estudios obtuvieron niveles de integridad menos que óptimos (12,12%) y 3 obtuvieron bajos niveles de integridad (9,09%). Los artículos refieren que estos últimos resultados podrían relacionarse con: implementaciones incompletas respecto de los componentes de intervención, procesos de entrenamiento insuficientes; conductas objetivo de naturaleza remitente-recurrente y barreras dentro de los entornos de aplicación, como el tiempo disponible para ejecutar las intervenciones (Ryoo et al., 2018; Griffin et al., 2017; Sorlie et al., 2018; Strydom et al., 2020; Hassiotis et al., 2018; Smolkowski et al., 2017; Fallon y Feinberg, 2017). Dos estudios no reportaron evaluación de integridad (6,1%).
Tipos de variables dependientes y métodos de medición
Los reportes analizados midieron el efecto de las IB-PBS a través de diferentes medidas de resultado (Tabla 1). De ellos, 9 estudios utilizaron únicamente observación (27,27%), 6 instrumentos estandarizados (18,18%) y 5 únicamente indicadores institucionales o estatales de rendimiento académico y comportamiento estudiantil (15,15%). Las demás investigaciones utilizaron al menos dos de estos métodos de manera conjunta, entre los que también se incluyeron indicadores de: rentabilidad, rotación y asignación de personal, uso de restricciones físicas, medicamentos de emergencia y prescripciones de medicamentos (n=13; 39,39%).
En relación con los tipos de variables que se evaluaron, 31 estudios abordaron conductas problemáticas (93,93%), 13 variables relacionadas con la salud mental, bienestar y calidad de vida (39,39%), 11 sobre expectativas de comportamiento o comportamientos de reemplazo (33,33%), 9 de comportamiento de agentes de intervención (27,27%); 5 de variables de rendimiento académico a nivel escolar en las áreas de matemáticas, lectura y escritura (15,15%), 4 sobre variables de rentabilidad y variables institucionales (12,12%) y 2 de sintomatología relacionada con trastornos mentales (6,06%).
Efectos de las IB-PBS y resultados de validez social
En la tabla 1, se presenta una síntesis de los efectos de cada uno de los estudios. En general, se reportan efectos de reducción en conductas problemáticas (n=27; 81,81%), incremento de comportamientos de expectativa (n=11; 33,33%), mejoramiento de la salud mental, bienestar y calidad de vida de los participantes (n= 11; 33,33%). Asimismo, se encontraron efectos positivos en el comportamiento de agentes de intervención (n= 9; 27,27%), rendimiento académico en pruebas estandarizadas (n=1; 3,03%) y reducción de conductas de ansiedad (n=1; 3,03%). Además, 4 estudios que evaluaron la rentabilidad de las intervenciones (12,1%) encontraron ahorro de costos (Singh, Lancioni, Karazsia, Chan y Winton, 2016; Singh et al., 2020; Singh, Lancioni, Karazsia y Myers, 2016; Strydom et al., 2020).
No obstante, a excepción de los estudios desarrollados en el entorno familiar, algunos estudios reportaron resultados no significativos en el mejoramiento de ciertas conductas problemáticas (n=5; 15,15%), comportamientos de expectativa (n=1; 3,03%), variables de rendimiento académico (n=4; 12,12%) y otras relacionadas con la salud de los cuidadores y salud mental de los beneficiarios (n= 2; 6,06%). Los estudios refieren que los siguientes elementos podrían haber estado involucrados en la obtención de resultados no significativos: bajo nivel de integridad de la implementación, entrenamiento insuficiente, obtención de datos de referencia o resultados incompletos, movilidad de los participantes, baja confiabilidad de las escalas de medición utilizadas, falta de seguimiento individual a participantes, sesgos de co-intervención y similitudes entre la intervención del grupo experimental y control (Ryoo et al., 2018; Strydom et al., 2020; Hassiotis et al., 2018; Smolkowski et al., 2017; Freeman et al., 2015; Horner et al., 2018; Kennedy et al., 2017).
Por último, 17 estudios reportaron evaluaciones de validez social (51,51%), de estos, 15 presentaron resultados favorables (88,23%) y 2 resultados regulares (11,76%). Dieciséis estudios no reportaron una evaluación de validez social. (48,48%).
Discusión
Este estudio tuvo como objetivo ofrecer una perspectiva general de las tendencias de investigación en PBS mediante la síntesis de estudios experimentales o cuasiexperimentales que investiguen la efectividad de la implementación en diversos tipos de IB-PBS. Los resultados permiten evidenciar un proceso de expansión de PBS en países diferentes a Estados Unidos; pero no en contextos latinoamericanos o africanos, lo cual podría plantear un reto de investigación y difusión para los investigadores y profesionales del campo educativo en estos territorios (Cook et al., 2015; Singh, Lancioni, Karazsia, Chan, et al., 2016).
Por otra parte, los estudios se desarrollan con mayor frecuencia en entornos escolares, aunque existen avances en entornos familiares y de cuidado social, en donde predomina la investigación centrada en participantes con discapacidad. Este hallazgo sugiere la aplicabilidad de PBS tanto en poblaciones regulares como en personas en condición de discapacidad, en cualquier etapa de su vida (Sailor et al., 2009). No obstante, es importante continuar con investigaciones en entornos familiares o en otros campos multidisciplinares que desarrollen tareas de cuidado social, como hospitales, hogares comunitarios y asilos de adultos mayores que cuenten con características socioeconómicas, educativas, culturales y étnicas diversas.
En general, las intervenciones estudiadas en esta revisión se han abordado a partir de métodos experimentales rigurosos, sin embargo, es necesario que se realicen esfuerzos de replicación de los estudios para incrementar la generalización de los resultados, implementando condiciones de referencia adecuadas, asignación aleatoria de participantes e inclusión de muestras de mayor tamaño que favorezcan la validez interna de los estudios (Chu, 2015; Singh et al., 2019; Clarke y Duda, 2019; Haydon y Kroeger, 2016; Singh, Lancioni, Karazsia y Myers, 2016; Cook et al., 2015; Freeman et al., 2015).
Los resultados sugieren que la investigación en PBS puede generar un impacto duradero y sustancial en las comunidades al utilizar metodologías de medición válidas, fiables y rigurosas, como observación, aplicación de instrumentos estandarizados y revisión de indicadores institucionales; ya que el uso eficaz de los datos mejora los resultados educativos y optimiza la toma de decisiones (Horner y Sugai, 2018; Horner et al., 2018; Newton et al.,2012). Por ello, es importante hacer énfasis en la recolección constante de información emergente, a partir de diversos métodos de medición micro y macroanalíticos complementarios, que tomen en cuenta análisis molares, expansión de unidades de análisis y desarrollo de medidas de uso fácil para agentes de intervención (Clarke et al.,2002; Carr et al., 2002).
Los modelos de trabajo relacionados con PBS son diversos, flexibles y están abiertos al cambio (Johnston et al., 2006), por lo cual, existe una amplia gama de posibilidades de investigación futura sobre IB-PBS, por ejemplo: la profundización en implementación de modelos multinivel, el estudio de la efectividad diferencial o la contribución única de cada uno de los componentes de las intervenciones o de su integración con otros para producir efectos inmediatos o a largo plazo, y la comparación de la efectividad de las IB-PBS respecto a otras intervenciones como el entrenamiento conductual estándar o la terapia cognitivo-conductual (Singh, Lancioni, Karazsia y Myers, 2016; Pas et al.,2019; Freeman et al., 2015; Moskowitz et al., 2017).
Las IB-PBS en entornos escolares tienden a ser útiles para el mejoramiento del comportamiento estudiantil y de los agentes de intervención, pero el efecto en las variables de rendimiento académico aún no es claro; aunque es probable que la reducción de conductas problemáticas conlleve a recuperar el tiempo de instrucción y esto mejore el desempeño académico a largo plazo (Harlacher y Rodriguez, 2018). Por su parte, algunas investigaciones enfocadas en el cuidado personal de los agentes de intervención obtuvieron resultados favorables; de manera similar a los estudios de Ross et al. (2012).
Por otro lado, PBS en entornos familiares tiende a ser útil para el mejoramiento del comportamiento adolescente e infantil y en las variables de la salud mental, bienestar y calidad de vida de los miembros de las familias; igualmente con las intervenciones desarrolladas en entornos de cuidado social, en las que además, se reportaron resultados favorables en relación a la rentabilidad de las intervenciones. En general, las IB-PBS desarrolladas en los contextos de aplicación estudiados, tienen en común efectos favorables a nivel conductual y en variables relacionadas con la salud mental, bienestar y calidad de vida de los participantes. Las investigaciones en PBS deben continuar abordando problemas de calidad de vida en contextos típicos y comunidades naturales a partir de intervenciones con validez ecológica (Carr et al., 2002).
Lo encontrado en esta revisión coincide con otros estudios que sugieren que las IB-PBS que se implementan con alta integridad, se asocian con la disminución de las remisiones y suspensiones disciplinarias y otros problemas de conducta estudiantil (Bradshaw et al., 2010; Curtis et al., 2010). Es importante considerar que la diversidad de características, principios y estructura de los modelos, prácticas o sistemas basados en PBS, puede establecer un reto al desarrollar implementaciones con integridad, por lo que es necesario que los investigadores o profesionales del campo educativo lleven a cabo procesos de entrenamiento y retroalimentación constantes con los agentes de intervención, a partir de los cuales, identifiquen, optimicen y solucionen barreras que afecten la integridad (Ryoo et al., 2018; Narhi et al., 2017). En coherencia con este interés, es necesario que investigaciones futuras determinen aspectos organizativos de los entornos de aplicación y necesidades, habilidades, preferencias, metas y creencias de los usuarios beneficiarios, agentes de intervención, entrenadores e investigadores respecto a las estrategias de intervención que podrían moderar los resultados de las intervenciones (Fallon et al., 2019).
Similar a lo identificado en esta revisión, Horner y Sugai (2018) afirmaron que los estudios publicados en el Journal of Positive Behavior Interventions, se enfocaban en la medición de conductas objetivo e integridad de las intervenciones, pero no solían medir si el cambio en el comportamiento objetivo también resultaba en un cambio sustancial en la calidad de vida, lo cual es fundamental para establecer procesos de retroalimentación que generen vínculos con los programas de trabajo y anticipación de posibles rechazos a los programas de intervención (Wolf, 1978). Por esta razón, diferentes autores como Kennedy et al. (2017) coinciden en la relevancia de la medición de la validez social en investigaciones futuras mediante métodos formales, estandarizados, prospectivos y adaptativos que evalúen la viabilidad, aceptación y satisfacción de las intervenciones por parte de los usuarios.
La revisión realizada presentó diferentes limitaciones como una búsqueda exclusivamente electrónica que no incluyó literatura publicada en revistas especializadas o bibliotecas universitarias; esto podría haber implicado un sesgo de publicación. En segundo lugar, algunos estudios no reportaron información de la zona geográfica en donde se desarrollaron las investigaciones o los resultados de integridad o validez social obtenida; por lo que los resultados con relación a estas características pueden ser diferentes. En tercer lugar, en consideración de los territorios de investigación reportados, los efectos de las intervenciones podrían no ser generalizables en contextos latinoamericanos; es así que en próximas revisiones se considera necesario incluir estudios realizados en este contexto y en idiomas como español y portugués. Finalmente, dada la variedad de métodos de medición empleados en los estudios, la posibilidad de comparar los efectos es limitada.
En conclusión, los hallazgos sugieren que la implementación de IB-PBS es creciente, pese a que aún está focalizada en Estados Unidos, y es eficaz en el contexto aplicado tanto con agentes de intervención como con población regular y en condición de discapacidad. Por su parte, las distintas metodologías de investigación muestran interés por el estudio del marco PBS a partir de un enfoque de amplitud universal y de procesos de implementación personalizados centrados en progresos grupales o individuales. Finalmente, se encontró que las IB-PBS que se implementan con integridad, tienen efectos favorables con relación al cambio de variables dependientes y resultados de validez social en entornos escolares, familiares y de cuidado social.
Con el fin de continuar con la estructuración de la propuesta tecnológica de PBS como una práctica basada en la evidencia con amplia difusión en contextos de habla hispana, se invita al desarrollo de investigaciones y trabajos teóricos focalizados en prácticas, intervenciones y procesos de entrenamiento a agentes de intervención en los tres niveles de prevención, que favorezcan la generalización de resultados. Además, es necesario considerar que la integración y la promoción del desarrollo tecnológico y científico de PBS en Latinoamérica puede orientarse a partir de una integración entre entidades gubernamentales, actores académicos, agentes de intervención y comunidades beneficiarias, que sustente la infraestructura organizativa de las intervenciones y el acceso a recursos que faciliten la capacidad instalada.