Introducción
La actividad física, el ejercicio y el deporte son hábitos de vida saludable que previenen enfermedades cardiovasculares entre otras y promueven estilos de vida saludable que mejoran una sociedad, al mantenerla más sana y fuerte 1,2.
Actualmente parece olvidarse la importancia de la actividad física y el ejercicio; es necesario tener en cuenta que no son suficientes los movimientos realizados durante las jornadas académicas y laborales, y excluir factores como la edad, el sexo, las creencias y todos aquellos mitos que se anteponen para su realización 2,3,4.
Según un informe de la Organización Mundial de la Salud, OMS, en el mundo se estima que la prevalencia de inactividad física entre los adultos es del 17%, con un margen del 11% al 24% entre las subregiones; las apreciaciones de la prevalencia de cierto grado de actividad física (< 2,5 horas semanales de actividad moderada), se sitúa entre el 31% y el 51%, con una media mundial del 41% en el conjunto de las 14 subregiones 5, constituyéndose la falta de actividad física, como una de las principales causas de enfermedades crónicas no trasmisibles más importantes, que contribuyen sustancialmente a la morbilidad, mortalidad y discapacidad de la población mundial.
En el contexto latinoamericano se hallan cifras bastante preocupantes; se considera que más de un cuarto de la población mayor de 14 años no practica actividad física o deporte. Un estudio realizado en Argentina, encontró que aproximadamente el 60% de los hombres y el 75% de las mujeres, entre 25 y 70 años no realizan actividad física regularmente. Este estudio plantea así mismo, que aquellos que participan lo hacen con una frecuencia o dosificación inadecuada 6.
Según el informe sobre la situación de salud en Colombia del 2011, la enfermedad cardiovascular es la principal causa de muerte en hombres y mujeres mayores de 45 años; y en el departamento del Quindío la situación es similar, teniendo en cuenta que en el 2009 hubo 3226 muertes, de las cuales 971 fueron por enfermedad cardiovascular, constituyéndose como la principal causa de muerte en el Departamento 7.
Varias investigaciones demuestran la importancia de realizar actividad física y proponen encaminar a la población hacia su ejecución y mantenimiento. Sin embargo, se confirma que la población está cada vez más sedentaria, lo cual acelera la aparición de patologías, que se 'justifican' por cansancio laboral, dificultad de transporte y un nuevo tipo de recreación que solo exige actitud pasiva; ya que la naturaleza del ocio en niños y adolescentes ha cambiado drásticamente en las últimas décadas.
Las enfermedades cardiovasculares están relacionadas con el sedentarismo o la inactividad física, donde según el estudio realizado por la OMS sobre factores de riesgo, en el año 1999 el modo de vida sedentaria es una de las 10 causas fundamentales de mortalidad y discapacidad en el mundo 8.
La actividad física se determina por el total de energía que el organismo necesita invertir durante el ejercicio; esta refleja la rata de gasto energético consumida y se puede expresar en m., donde un m. equivale a la energía consumida de aproximadamente 1 Kcal/kg x minuto; por lo tanto se considera sedentaria aquella persona que no realiza una actividad física por lo menos 3 días a la semana, con 30 minutos de duración cada vez, y una intensidad de 4 a 6 m. 1.
En cuanto a los beneficios y barreras de la actividad física, mejora la salud y la calidad de vida de las personas, con el aporte de motivaciones a nivel físico, psíquico y socio afectivo. La evidencia sugiere que el entrenamiento del ejercicio afecta propiciamente el sistema fibrinolítico y a lo largo de seis meses incrementa los parámetros hemostáticos en personas saludables, con una reducción del fibrinógeno plasmático del 13%, aumento al activador del plasminógeno del 39%, acrecentamiento en el activador del plasminógeno en el tejido activo del 141% y una reducción del inhibidor del activador del plasminógeno del 58%.
El ejercicio agudo y crónico afecta la actuación de las plaquetas, importante en los mecanismos fisiopatológicos de síndrome coronarios y el infarto agudo de miocardio; después de doce semanas de realizar actividad física moderada se encontró en hombres obesos e hipertensos una disminución del 52% en la agregación plaquetaria, al parecer el ejercicio agudo puede incrementar la actividad plaquetaria en individuos sedentarios pero el ejercicio regular puede abolir o mejorar esta respuesta 1.
La actividad física tiene otras ventajas psicológicas y sociales que repercuten en la salud; por ejemplo, la participación de los individuos en un deporte o en ejercicio físico, puede ayudar a construir una autoestima sólida 9, autoimagen positiva 10 y mejorar la calidad de vida entre niños y adultos 11. Estas ventajas probablemente obedecen a una combinación de la actividad física y los aspectos socioculturales que pueden acompañarla. El ser físicamente activo reduciría las conductas auto-destructivas y antisociales en la población joven 12.
En el contexto psicológico, existe una gran variedad de situaciones terapéuticas que están asociadas a la práctica deportiva. La actividad física puede considerarse como un aliado en los procesos de intervención de patologías tan frecuentes como el estrés, la ansiedad y la depresión y como un elemento protector para la aparición de trastornos de personalidad, estrés laboral o académico, ansiedad social, falta de habilidades sociales, disminución del impacto laboral, social y familiar del estrés postraumático 6.
En la Cumbre Mundial de Educación Física que se realizó en Berlín (Alemania), se llamó la atención sobre los beneficios de la práctica de actividad física bien orientada, por su estrecha relación con la salud individual y colectiva; en este encuentro se concluyó que a mayor actividad física de la población, menor es el costo en salud y en atención a problemas como la violencia social, la drogadicción y el alcoholismo 13.
En la Constitución Política de Colombia se reconoce la estrecha relación que existe entre actividades físicas y la salud; el Artículo 52, modificado por el Acto Legislativo 02 de 2000, señala que la actividad física, como la recreación y los deportes competitivos y autóctonos, cumplen una función en la línea integral de las personas y permiten desarrollar mejor salud en el ser humano 14.
El modelo de Promoción de la Salud 15, basado en la teoría del aprendizaje social de Albert Bandura, resalta la importancia del proceso cognitivo en la modificación de la conducta; este modelo tiene una construcción similar al estándar de creencias de salud, pero no se limita a explicar la conducta preventiva de la enfermedad, sino que se amplía para abarcar las conductas que la favorecen, e identifica en el individuo factores cognitivos-perceptuales que son transformados por las características situacionales, personales e interpersonales, lo cual da como resultado la participación en acciones favorecedoras de la salud cuando existe una pauta para ella.
La relación entre la promoción de actividad física y salud varía en función de la perspectiva en que se tome: como resultado, depende de las adaptaciones orgánicas ya que pueden prevenirse o curarse enfermedades; desde una perspectiva de proceso, los beneficios de la actividad física para la salud se relacionan con aspectos cualitativos vinculados con la práctica 16.
La actividad física y la salud reúnen un conjunto de factores biológicos, personales y socioculturales, los cuales dependiendo de la forma en que se entienda cada uno de ellos, pueden establecer la concepción y percepción de la actividad física, ya sea para considerarlos como beneficio o barrera. Si bien parece que la actividad física es primordial en la reducción de grasa abdominal y en el mantenimiento del peso corporal, los beneficios de realizarla conscientemente van más allá de lo estético y corporal. Es así que la salud pública debe estar dirigida a crear estrategias que logren una reducción real de estos parámetros, teniendo en cuenta la promoción de actividad física como hábito de vida saludable.
Así se establece la importancia de contribuir en la atención y promoción de la salud, ayudando a mantener, adaptar y promover el bienestar y la salud en general de todas las persona, acorde con sus deseos y valores.
El presente estudio tuvo como objetivo identificar la percepción de beneficios, barreras y nivel de actividad física en los estudiantes universitarios de la ciudad de Armenia, Colombia; se realizó con fines académicos y la selección del tema se debió a la necesidad de profundizar en la promoción de la salud, la prevención de las enfermedades crónicas no trasmisibles y el fomento de estilos de vida saludable, para optimizar la calidad de vida de la población universitaria.
Materiales y métodos
Estudio cuantitativo, que permite a través de una relación estadística, la aproximación ordenada de cada una de las variables, relacionándolas e identificando si se modifican entre sí; determina el nivel de actividad física y la percepción de beneficios y barreras frente a la misma.
Estudio de tipo descriptivo, de corte transversal, que especifica cada una de las variables y determina el comportamiento de ellas, que admitió describir, medir y llegar a un análisis independiente de las cuestiones planteadas 17) (18.
Se realizó una caracterización metodológica que presentó los conceptos generales empleados pero desagregados, pretendiendo dar cuenta del hecho, basándose en un sistema de datos organizados y estructurados, que caractericen el modo en que estos se mostraron (Fig. 1).
La población estuvo conformada por jóvenes de pregrado en la modalidad presencial, primer semestre de 2013, incluyendo todas las Facultades, con un porcentaje representativo de cada una de ellas; la muestra fue probabilística, aleatoria simple, estratificada, integrada por 258 estudiantes universitarios, con un límite de error de 0.5, potencia de .90 y un efecto de .30 y para amortiguar el efecto de atrición, se aumentó en 10%. Como criterios de inclusión se consideraron estar vinculado en uno de los programas de pregrado en modalidad presencial, activos académica y financieramente en el sistema de la universidad, y manifestar su participación voluntaria por medio de consentimiento informado 24) (25.
Los estudiantes seleccionados para el muestreo fueron ubicados en cada uno de sus respectivas facultades, donde se les hizo la presentación del proyecto y posteriormente se obtuvo el consentimiento informado. Para la recolección de la información se utilizó un solo tipo de fuente: información primaria. La recolección de esta información se realizó por medio de dos instrumentos validados: la escala de Beneficios y Barreras de Pender y Pender que determinan sus niveles de percepción, que estarían en un nivel alto los superiores a 81 puntos, en un rango de 29 a 116 puntos. Para las barreras se estableció que fuera mayor a 39 puntos, en un rango de 14 a 56 puntos 1 y el Cuestionario Internacional de Actividad Física versión corta auto administrada - últimos 7 días 19. Para el análisis y la tabulación de los datos se empleó Microsoft Excel 2011 y en IBM SPSS Statistics 21; mediante la estadística descriptiva, se calculó el promedio, la mediana, la desviación estándar, el valor mínimo y máximo de las variables además de la distribución por cuartiles, respondiendo a los objetivos propuestos y de manera específica en función del planteamiento del trabajo. (Figura 1)
Resultados
Para el análisis del estudio se empleó la estadística descriptiva univariada, utilizando medidas de tendencia central, de dispersión, porcentajes, promedios, tablas y gráficos de representación de distribución de frecuencias y medias. El estudio estuvo constituido por 258 estudiantes universitarios (n=258) de los cuales el 52.7% correspondió al sexo femenino y el 47.3% al sexo masculino; de los participantes se estableció un rango de edad de los 17 a 44 años, con una mediana de 20 años. Con relación al nivel socioeconómico, se ubicaron entre los estratos 1 y 6, encontrando mayoría (44.2%) en estrato 3; y con relación a la formación académica se distribuyeron entre el I y el X semestre de formación universitaria, con mayor representación de II, IV y VII semestre (Tabla 1).
Variable | Indicador | Frecuencia | Porcentaje |
---|---|---|---|
Sexo | Masculino | 122 | 47,30% |
Femenino | 136 | 52,70% | |
Edad | 17-22 anos | 189 | 73,30% |
23- 28 años | 52 | 20,20% | |
29- 34 años | 11 | 4,30% | |
35- 40 años | 3 | 1,20% | |
>4I años | 3 | 1,20% | |
Semestre | 1 | 29 | 11,20% |
2 | 38 | 14.70%. | |
3 | 24 | 9,30% | |
1 | 48 | 18,60% | |
5 | 15 | 5,80% | |
6 | 33 | 12,80% | |
7 | 38 | 14,70% | |
8 | 20 | 7,80%. | |
9 | 11 | 4.30%. | |
10 | 2 | 0,80% | |
Nivel Socio Econòmico | 1 | 19 | 7,40% |
2 | 85 | 32,90% | |
3 | 114 | 44,20% | |
4 | 28 | 10,90% | |
5 | 11 | 4,30% | |
6 | 1 | 0,40% |
Fuente: Datos Autores
Para el análisis del nivel de actividad física se depuraron tres conjuntos de datos recolectados por criterios de depuración de información 20 y se encontró para el nivel de actividad física en un análisis de las variables continuas, que el 12.0% de los jóvenes son físicamente inactivos, el 64.7% medianamente activos y el 22.1% altamente activos (Fig. 2).
Del gasto energético utilizado por los estudiantes en la ejecución de las actividades contempladas por el instrumento, se consideraron entre 165m.-min/semana 8747m.-min/semana; aun así hay una moderada dispersión de los datos, ya que el 75% de las personas registran un gasto energético por debajo de 2853 ms-min/semana, la mediana calculada es de 1458m.-min/semana y la desviación estándar de 1846m.-min/ semana.
Cabe destacar que en un análisis categórico por cada uno de los tipos de actividad física, se encontró que en dos de ellos las personas son inactivas; los que manifiestan realizar actividad física vigorosa tienen un nivel medianamente activo, y en ninguno de los tres hay una representación considerable del nivel alto (Tabla 2).
Tipo de actividad | Vigorosa | Moderada | Caminar |
---|---|---|---|
Bajo o inactivo | 7,0% | 54,7% | 53,5% |
Medio | 32,6% | 33,7% | 45,0% |
Alto | 7,4% | 0,4% | 0,0% |
Fuente: Datos Autores
En el tiempo que las personas pasan sentadas, se encontró entre 24 minutos y 15 horas diarias, teniendo como mediana 6 horas, medida de dispersión una, y la desviación estándar de 3 horas. El 25% de los estudiantes están por debajo de 4 horas, y el 75% debajo de 9 horas.
Para el análisis sobre la percepción de los beneficios y barreras del ejercicio, se realizó una ponderación sumatoria de acuerdo a la respuesta obtenida por los participantes que va desde 4 (muy de acuerdo) hasta 1 (muy en desacuerdo); para los beneficios se encontró un rango entre 55 y 116 puntos, siendo la calificación más alta lo más positivo percibido hacia el ejercicio; se presentó un promedio de 91.74 puntos, una moda de 94 puntos y una medida de dispersión de 13.13 puntos; el recorrido intercuartílico está en 18 puntos, encontrándose que el 25% de la muestra se ubica por debajo de 83 puntos y el 75% por debajo de 101.25 puntos, (cuartil inferior y superior respectivamente) (Fig. 3); por lo anterior se observó que los estudiantes tienen una alta percepción sobre los beneficios del ejercicio. (Tabla 2)
Dentro de la tipificación realizada a los beneficios, se halló que los más percibidos son los de tipo físico, ya que el rango de porcentaje en la respuesta de acuerdo y muy de acuerdo, está entre 80.3% - 95.0%, con un promedio de 89.3%. De estos beneficios los que más se destacaron fueron: "el ejercicio mejora la apariencia de mi cuerpo" muy de acuerdo el 60.5% y de acuerdo el 34.5%, "mis músculos mejoran con el ejercicio" muy de acuerdo el 49.6% y de acuerdo el 43.4%, "el ejercicio mejora el funcionamiento de mi sistema cardiovascular" muy de acuerdo el 51.6% y de acuerdo el 41.1%, y "mi rendimiento físico mejora con el ejercicio" muy de acuerdo 50.8% y de acuerdo el 41.9%.
De las barreras se halló un rango entre 14 y 56 puntos, un promedio de 30.79 puntos, una moda de 28 puntos y una medida de dispersión de 7.50 puntos; el recorrido intercuartílico es de 10 puntos, hallando que el 25% de la muestra está por debajo de 25.7 puntos y el 75% por debajo de 36 puntos, (cuartil inferior y superior respectivamente) (Fig. 4). Relacionado a estos datos estadísticos, se observó que los estudiantes universitarios tienen una mediana percepción de las barreras del ejercicio, para la escala de Beneficios y Barreras de Pender y Pender.
Dentro de la tipificación que se le realizó a las barreras, se observa que las más percibidas fueron las barreras físicas, ya que el rango de porcentaje de respuesta entre de acuerdo y muy de acuerdo estuvo entre 27.1% - 60.4% con un promedio de 42.1%. De estas barreras percibidas la más incididas fueron: "El ejercicio me cansa" Muy de acuerdo el 17.4% y de acuerdo el 43.0%, "El ejercicio me fatiga" Muy de acuerdo el 15.1% y de acuerdo el 32.6% y "Los sitios para hacer ejercicio me quedan muy lejos" Muy de acuerdo el 17.1% y de acuerdo 28.3%. (Fig. 3)
Al realizar una correlación de las variables, se encontró que entre el nivel de actividad física y la percepción de beneficios (R Spearman 0.09) no hay un índice significativo de correlación al nivel 0.01, igual que entre nivel de actividad física y percepción de barreras (R Spearman -0.08); pero con la relación puede evidenciarse que aunque no es grande la variabilidad, se percibe cómo a mayor nivel de actividad física mayor percepción de beneficios y menor percepción de barreras (Tabla 4).
Discusión
Los resultados de este estudio fueron similares a los encontrados por Becerra Martínez y Díaz Heredia en el 2008, quienes después de analizar la actividad física realizada por un grupo de empleados oficiales, el 34.4% reportaron sedentarismo o inactividad física y el 65.8% medianamente activos, sin algún reporte de alta actividad física para esta población, y además que las personas con mayor proporción de actividad son los que tienen un nivel de escolaridad hasta secundaria, seguidos por los universitarios 1. En otro estudio realizado en una localidad de Bogotá (2004) entre habitantes de 15 a 49 años de una localidad de Bogotá, se encontró que un 58.7% de los participantes eran inactivos físicamente, que el 21.9% tenían actividades sedentarias, que el 19.4% eran activamente físicos y que los participantes son más activos en los escenarios del trabajo y el hogar 13. En el estudio de Rengifo Arias en el 2011 realizado con jóvenes universitarios entre 20 y 24 años de una universidad pública, la mayor proporción están en un nivel muy activo (62.2%), seguido de los inactivos o sedentarios (24.4%) y los físicamente activos (13.8%), catalogando la actividad física como un factor protector para la enfermedad cardiovascular 2. (Tabla 3 y 4)
Percepción beneficios | Percepción Barreras | |
---|---|---|
Nivel bajo | 87 | 31 |
Nivel | ||
Moderado | 92 | 30 |
Nivel alto | 94 | 30 |
Fuente: Datos Autores
Del gasto energético otros investigadores reportaron, al analizar la actividad física como práctica saludable desarrollada por la población chilena, una mediana de 1600 m.-min/semana para las mujeres y 2150 m.-min/semana para los hombres, puntuación que los ubica dentro de parámetros óptimos de actividad física, 21; un estudio diferente obtuvo para el gasto energético invertido por los estudiantes universitarios en la ejecución de las actividades contempladas en el IPAQ, un rango que osciló entre 0 m.-min/semana hasta 25200 m.-min/ semana, con una dispersión alta en los datos; la mediana calculada fue de 2262 m.-min/semana para la población en general 2. Teniendo en cuenta lo anterior es importante recordar que la mediana del presente estudio estuvo ubicada en 1458 m.-min/semana, no relacionándose con los resultados de las investigaciones mencionadas, pero considerándose como parámetro óptimo de la actividad física, ya que se evidenció que en el percentil 75, la población en esta investigación se encontró en 2853 m.-min/semana.
Es así como se puede considerar que la población tiene un actividad física moderada que le aporta beneficios, ligados principalmente a la cantidad de esta, el gasto calórico acumulado y los minutos invertidos; este gasto energético es suficiente para producir beneficios a nivel de la salud cardiovascular, tales como mejoría en el perfil lipídico en sangre, disminución del riesgo de isquemia miocárdica, disminución media de 5,3 mmHg en la tensión sistólica y de 4,8 mmHg en la diastólica 2; también se obtiene ayuda en términos de calidad de vida, prolongación de la independencia personal, interacción social, aumento de sensación de bienestar 8 y actúa como componente distractor de factores estresantes promoviendo la liberación de endorfinas que producen estados de placer y euforia 2.
Es importante aclarar que aunque exista categóricamente un nivel de actividad física y un gasto energético que lleven a encontrar un factor protector para la enfermedad cardiovascular, es importante realizar una discriminación de cómo se logran estos niveles, para mejorar la actividad física en cada uno de los ámbitos que hacen relación con la vida cotidiana del ser humano. Algo similar se encontró en la investigación con estudiantes universitarios de 20-24 años de edad en el 2011, donde los niveles reportados varían sustancialmente al momento de analizar esta actividad por cada uno de los dominios propuestos en el instrumento IPAQ, para los cuales la población se ubica como físicamente inactiva, siendo el dominio de trabajo el que reporta la mayor concentración de actividades sedentarias 2.
Con relación a este estudio, se encuentra que los niveles de actividad física más bajos están en los que incluyen las actividades del diario vivir moderadas como caminar (que incluye el transporte); las actividades vigorosas reportan un nivel moderado, pero por las características de la misma, donde se involucran las realizadas con el fin de mejorarla. La conducta está determinada por una motivación que indeterminadamente se realiza pese a conocer el beneficio; el interés especial originado por el dominio de actividad física desarrollada durante el tiempo de ocio, radica en que de los cuatro dominios estudiados por el instrumento IPAQ, es el único que involucra intencionalidad de movimiento, los restantes constituyen actividades inmersas en el diario vivir de las personas y se desarrollan entonces como actividades obligantes de la cotidianidad de los seres humanos, sin ser muy claro qué tantos beneficios perciben las personas al realizar actividad física dentro de los dominios anteriormente descritos, y menos si existen influencias situacionales e interpersonales 15.
En cuanto al tiempo que los estudiantes dedican a estar sentados, en un estudio similar se descubrió que el promedio es de 2 325 minutos/semana, es decir, unas 5 horas diarias 13 encontrándonos en valores normales, pero es significativo analizar la minorías, ya que para esta investigación se localizaron rangos con medidas de dispersión muy altas que llevan a tener una población sedentaria con mínimo consumo de energías, transportándolos a un riesgo de enfermedad cardiovascular. Varo, Martínez y Martínez en el 2003, refieren que diversos estudios de cohortes de más de 5000 participantes han demostrado el aumento de incidencia de hipertensión arterial, que aparece en los sujetos sedentarios independientemente de otros factores de riesgo influyentes 22.
Para los resultados de la percepción de los beneficios, se encontró es alta (89.7%), atribuyéndosele mayor a las mujeres que a los hombres, 1; se puede recordar que la puntuación de este estudio se dio para una clasificación alta, encontrándose con una comparación desfavorable entre los tipos de actividad física por estar en una categoría de inactividad, es decir, se evidencia una alta percepción de beneficios sin una consciente práctica de la actividad física.
En cuanto el análisis de las barreras, hay estudios similares que dicen que la percepción de ellas es alta en un 4.5% de los participantes, siendo los hombres con mayor percepción que las mujeres 1; en otra investigación se encontró que la falta de voluntad (41.1%) y falta de tiempo (40.4%) son las principales barreras percibidas por los participante 13) y en un estudio realizado con afiliados al sistema de seguridad social en salud, se encontró que la falta de autodisciplina (32.4%), la falta de tiempo (40.4%) y la necesidad de descanso pasivo (40.4%) fueron las barreras con mayor incidencia en los participantes siendo significativas para la actitud mas no para la práctica 23. Es así que se señala que uno de los factores de riesgo, es no tener conciencia del riesgo, y la principal barrera es la actitud para asumir el cambio de comportamiento saludable; lo anterior posiblemente se debe al hecho de que las personas pueden ser activas en algún momento por condiciones del medio externo y dejan de serlo al cambiar ese contexto 23.
Como se mencionó, la práctica de actividad física produce beneficios significativos a nivel de la salud de las personas, razón por la cual se tiene que considerar como un medio importante al momento de proponer acciones tendientes a mejorar el estado de bienestar y la calidad de vida, durante el diseño de programas de promoción de la salud y prevención de la enfermedad, así como también durante las acciones de tratamiento y rehabilitación, ya que la realización de prácticas saludables relacionadas con actividad física desencadena adaptaciones orgánicas en respuesta al aumento del gasto energético, previniendo la aparición de enfermedades asociadas con el sedentarismo, enfermedades que aumentan dentro de las poblaciones con relación a las transformaciones sociales, económicas y poblacionales vivenciadas a nivel mundial 2.
De la percepción de beneficios y barreras del ejercicio, hay que tener en cuenta que es necesario determinar una motivación para establecer una conducta en salud; además se hace necesario realizar una incorporación de dicha conducta para generar el aprendizaje e información de manera adecuada obteniendo los cambios esperados 15. Entonces se hace importante y necesario evaluar las percepciones de cada una de estas categorías (beneficios - barreras) para realizar una línea base y un punto de partida a las intervenciones que se deben generar por parte del proceso científico del actuar de enfermería 15) (2.
Es allí donde el profesional de enfermería desempeña un papel protagónico mediante la operacionalización del cuidado de enfermería a través del proceso científico: valoración, diagnóstico, planeación, ejecución y evaluación de acciones tendientes a satisfacer y dar respuesta a los asuntos pendientes a trabajar por la Atención Primaria en Salud (APS), los cuales deben apuntar a la generación de intervenciones congruentes con las culturas y formas de vivir de los individuos en las poblaciones, teniendo en cuenta los recursos con los cuales se dispone y la utilización que se les dan a estos, además de la percepción que los individuos tienen del riesgo al cual se encuentra sometidos y de la priorización que dan a sus necesidades.