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CES Medicina
versión impresa ISSN 0120-8705
CES Med. vol.28 no.1 Medellín ene./jun. 2014
Editorial
Crisis en salud y educación: momento para la innovación
Si analizamos la definición de la palabra crisis: cambio brusco, ya sea para mejorarse, ya para agravarse, encontramos que estamos en un momento crucial para potenciar cambios. Por un lado, el sector educativo viene replanteando su quehacer hacia una organización que genere desarrollo cultural, científico y técnico, para abrirse a un mundo contemporáneo con independencia moral y científica; de otro lado, el sector salud viene explorando modelos de protección social que construyan equidad y redistribución en una colectividad que viene proponiendo modelos de desarrollo sostenibles y sustentables.
Nuestra tarea como sector educativo y salud es grande, debemos ser pioneros y participes de los siguientes argumentos transformativos sociales:
1. Repensar la educación y la salud como inversiones sociales, en la cual debemos participar e impulsar estrategias de gobierno participativo y responsabilidad social desde las organizaciones públicas y privadas.
2. Liderar la construcción de modelos sostenibles de desarrollo, donde la ecología y el ambiente sean el centro de soluciones y discusiones académicas.
3. Transformar la investigación hacia la gestión de conocimiento, en los que procesos de búsqueda de explicaciones se transformen en modelos explicativos de problemas y soluciones.
4. Fomentar la búsqueda de la verdad, sin fundamentalismos, sin predominio de escuelas de pensamiento, sino con el único fin de contribuir al bienestar y la felicidad del hombre.
5. Formar seres humanos críticos y constructivos que aporten a las realidades cambiantes del país y el mundo.
Los hábitos generan la cultura, y esta, las costumbres, las cuales nos definen como pueblo o nación. Es aquí, desde el discurso, el ejemplo del día a día, el crecimiento sincrónico con los alumnos, el pensar dicente, el acercamiento docente-alumno y desde la combinación inteligencia-corazón, que debemos apuntalar nuestra labor educativa.
Las instituciones educativas que se centran exclusivamente en lo pedagógico, olvidando lo metafísico del ser, reducen la educación a entrenamiento y bloquean el espacio de creatividad e innovación que se debería gestar en las aulas universitarias.
Es imperativo un compromiso de razón y corazón. Debemos comprometernos en ser artífices del cambio, potenciadores de valores y transparencia, garantes sociales de cambios positivos y en el desarrollo de una fundamentación técnico científica de los alumnos, que los lleve a ser reconocidos como referentes sociales y académicos.
Jorge Julián Osorio Gómez
Decano Facultad de Medicina CES