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Cuadernos de Geografía: Revista Colombiana de Geografía
versión impresa ISSN 0121-215Xversión On-line ISSN 2256-5442
Cuad. Geogr. Rev. Colomb. Geogr. v.21 n.2 Bogotá jul./dic. 2012
Universidad Nacional Autónoma de México, México
*Una versión preliminar de este documento se presentó en el XIII Encuentro de Geógrafos de América Latina (EGAL) 2011 del 25 al 29 de julio en San José de Costa Rica.
**Máster en Población y Desarrollo de la FLACSO, sede México, y actualmente Doctorante en Geografía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Entre sus publicaciones recientes se encuentra el libro Indígenas en la gran ciudad. Inserción laboral y residencial de los indígenas inmigrantes a la zona metropolitana del Valle de México; la coautoría de Dinámicas territoriales en la Ciudad de México (Publicación en Cuadernos de trabajo de la FLACSO); y "La migración indígena hacia la zona metropolitana del Valle de México", artículo publicado en Migración, cultura y memoria en América Latina. Sus líneas de investigación son la migración internacional, el transnacionalismo y la geografía de la migración.
Dirección postal: Ilama 189 colonia Santo Domingo, delegación Coyoacán, CP.04369.
Correo electrónico: analissa8@hotmail.com
Recibido: 18 de noviembre del 2011. Aceptado: 14 de mayo del 2012.
Artículo de investigación, en el que se busca resaltar la importancia del espacio, desde la geografía, analizando cómo este se ve modificado por la migración, a partir del estudio del flujo en Morelos (México)-Minnesota (EE. UU.).
Resumen
La migración internacional ha sido estudiada desde distintas disciplinas, siendo uno de los aportes más recientes el análisis desde el transnacionalismo, en cuya discusión la geografía ha presentado contribuciones importantes. En este escrito se busca resaltar la importancia del espacio desde la geografía, analizando cómo este es modificado por la migración en el caso particular de los flujos Morelos (México)-Minnesota (EE. UU.). Primero se analizará el espacio desde el componente geográfico; se explicará el transnacionalismo según algunas disciplinas y, finalmente, se hará referencia a la relación entre espacio y transnacionalismo, a partir del caso antes mencionado.
Palabras clave: espacio, geografía, migración internacional, modificaciones espaciales, transnacionalismo.
Resumo
A migração internacional tem sido estudada a partir de diferentes disciplinas, sendo uma das contribuições mais recentes a análise a partir do transnacionalismo, na qual a geografia tem apresentado contribuições importantes para a discussão. Neste artigo, pretende-se ressaltar a importância do espaço sob uma perspectiva geográfica, analisando como este é modificado pela migração no caso particular dos fluxos Morelos (México)-Minnesota (EUA). Primeiro se analisará o espaço a partir do componente geográfico; explicar-se-á o transnacionalismo segundo algumas disciplinas e, finalmente, será feita uma referência à relação entre espaço e transnacionalismo, a partir do caso antes mencionado.
Palavras-chave: espaço, geografia, migração internacional, modificações espaciais, transnacionalismo.
Abstract
International migrations have been studied by various disciplines. In this context, one of the most recent contributions has been the analysis form the perspective of transnationalism, a discussion in which geography has made significant contributions. The paper seeks to highlight the importance of space from a geographic perspective, analyzing how it is modified by migration in the specific case of the Morelos (Mexico)-Minnesota (USA) flows. The article begins by analyzing the geographic component of space and then goes on to explain how transnationalism is understood by some disciplines. Finally, it discusses the relation between space and transnationalism on the basis of the above-mentioned case.
Keywords: space, geography, international migration, spatial modifications, transnationalism.
Introducción
El tema migratorio, dadas las características, la importancia y la intensidad de los flujos, ha hecho que existan diversas teorías que buscan explicar este fenómeno y las implicaciones que ha tenido, tanto en el lugar de origen como en el de destino. Y no solo se ocupan de los lugares, sino, además, de las personas que se desplazan y que deben encontrar la manera de sobrevivir en un ambiente que no es el suyo y en el cual, en muchos casos, no son bien recibidos, especialmente si no se cuenta con la documentación requerida en el destino.
Una de estas teorías es el transnacionalismo, la cual, a nivel general, se ha entendido como las relaciones entre un lugar de origen y uno de destino. Las disciplinas que más han aportado al tema son la sociología, la demografía y la antropología. En este sentido, se considera necesario resaltar la importancia del estudio de este concepto a partir de los aportes que hace la geografía, los cuales están encaminados a demostrar la importancia del espacio en el tema, sin restarle importancia, por supuesto, a otros aspectos, como su carácter social: "[...] el transnacionalismo es un fenómeno que solo puede ser plenamente estudiado y entendido si se contempla también como proceso socio-espacial [...]" (Hiernaux y Zarate 2008, 17).
Teniendo en cuenta lo anterior, en este documento se pretende resaltar la importancia del estudio del transnacionalismo y del espacio, visto desde la geografía, y analizar cómo este espacio puede ser modificado a partir de fenómenos como la migración, a partir del análisis del flujo migratorio que se dirige desde Morelos (México) hacia Minnesota (EE. UU.). Para cumplir con dicho objetivo, en primer lugar, se presentarán, de manera esquemática, las principales teorías que desde la geografía han explicado el espacio; en seguida, se expondrá sobre el transnacionalismo, a partir de las principales disciplinas que han aportado a este tema, y, por último, se intentará hacer referencia a la relación entre espacio y transnacionalismo, a partir de los datos preliminares del caso de estudio antes mencionado.
El espacio y sus principales enfoques teóricos
Actualmente un aspecto general en las ciencias sociales es el significativo reconocimiento que se le está dando al espacio y a la espacialidad de los fenómenos sociales, incluso se ha hecho referencia a que no es posible pensar la sociedad sin comprender su espacio. Es por esto que muchas ciencias sociales se han interesado en entenderlo e integrarlo en sus teorías, pero desde una visión distinta y sin ser su objeto principal de estudio. En el caso de la geografía, al ser su objeto de estudio, le ha dedicado mayor investigación y, por lo tanto, diversas formas de analizarlo, desde aquellas que involucran otras ciencias como las matemáticas, hasta las que resaltan la importancia de su relación con la sociedad. Entender el espacio sin resaltar las perspectivas teóricas –aunque no sean propias de la geografía– puede resultar una tarea muy difícil, pues de cierta manera todas han aportado aspectos importantes para el espacio.
El primer aspecto que se viene a la cabeza, no solo de cualquier investigador social sino de cualquier ser humano, al hablar de espacio, por lo general, es "el espacio físico": esa porción de territorio en la cual se ubican los seres humanos y a la que modifican o adaptan de acuerdo con sus necesidades. Sin embargo, a la hora de analizar la realidad social no puede hacerse referencia exclusiva al espacio objetivo (o espacio físico), aunque tampoco se puede desligarse de él. Más recientemente, la teoría social se ha interesado por el análisis espacial de los fenómenos sociales, lo cual ha significado grandes avances a la hora de definir y comprender, por parte de las ciencias sociales en general, el significado de dicho concepto:
- Los más recientes movimientos de la teoría social hacen énfasis en la importancia de los aspectos espaciales de los fenómenos sociales, se interesan en el análisis de la naturaleza espacial de la realidad social, e insisten en la necesidad de construir una nueva ontología espacial que permita dar un tratamiento teórico adecuado a estas nuevas problemáticas. (Delgado 2003, 18)
Y es precisamente a partir de estas definiciones que se ha empezado a hablar de conceptos como "espacio social". Estas diversas concepciones analíticas para analizar el espacio son relevantes a la hora de intentar relacionar este concepto con un fenómeno como el migratorio, por lo que, a continuación, se intentará presentar un resumen muy esquemático de algunas de las líneas analíticas sobre el espacio.
Es importante comenzar resaltando que es a mediados del siglo XX cuando la disciplina geográfica se introdujo en un cambio de paradigma del cual surgió la geografía como ciencia espacial, geografía cuantitativa o nueva geografía. Con esta revolución científica se dejó de estudiar el paisaje, y los intereses de la geografía se centraron en el espacio, la elaboración de teorías y, por supuesto, la cuantificación. Sus ideas provenían de otras ciencias como la matemática, la filosofía e, incluso, la economía, de donde surgieron vocablos, leyes y modelos que sirvieron de base para explicar los fenómenos geográficos que sucedían en el mundo (Barnes 2001). Este cambió significó asumir el espacio como objeto articulador del discurso geográfico, lo que implicó cambios en las teorías, el lenguaje y las estratégicas metodológicas de análisis, pero también mayores problemas en la teorización y, por supuesto, mayor discusión entre la misma disciplina y otras que se interesan por este objeto de estudio.
Este nuevo discurso espacial es una estructura metafórica asociada al discurso de la economía neoclásica y a la ciencia física, cuyo objetivo principal es la construcción de teorías relacionadas con la organización del espacio; es así como nace la teoría locacional, como una interrelación entre la economía clásica y la geografía (Gregory 1994). Esta forma de entender el espacio "[...] provee una estructura apropiada para analizar e interpretar las decisiones de localización y de movimiento, al igual que las estructuras espaciales relacionadas con patrones de uso de suelo, localización industrial, asentamientos humanos, etc." (Delgado 2003, 42). Esto obliga entonces a los geógrafos a centrar sus esfuerzos en el análisis locacional, en modelos generales, en descripciones de las localizaciones y en la definición de regiones, entre otros aspectos.
Al analizar la geografía cuantitativa y sus contribuciones, se considera que uno de los principales aportes es el diseño metodológico que incorpora, el cual se centra principalmente en los problemas espaciales; y, aunque tiene en cuenta la localización, intenta desligarse de la singularización hacia lo único, hacia entender el espacio como la mera superficie terrestre, aspecto de análisis de la geografía contemporánea. Lo que indica que, en la actual concepción geográfica del espacio, si bien esta revolución geográfica significó grandes aportes, no es exclusiva de este enfoque (Zapata-Salcedo y Gómez-Ramos 2008).
Aun con las aportaciones que hizo esta revolución cuantitativa, y considerando que su consolidación fue rápida, su continuidad como modelo de análisis exclusivo podría pensarse que fue pasajera, ya que para los años setenta inicia la llamada Revolución Radical, cuyas características principales son sus bases liberales, socialistas y, más adelante, marxistas:
- El rasgo distintivo del nuevo discurso geográfico es que privilegia la dimensión social, en la que las relaciones espaciales son entendidas como manifestaciones de las relaciones sociales de clase en el espacio geográfico, producido y reproducido por el modo de producción. (Delgado 2003, 79)
Analizando autores de esta corriente, como Santos y Harvey, se deduce que el espacio de interés no es aquel que se entiende como contenedor de objetos en su mayoría geográficos, y no busca la explicación o localización, como en muchas oportunidades se planteó, en el antiguo discurso espacial; incluso, no se consideran de la misma manera conceptos como nodos, redes y jerarquías, que antes eran temas importantes en la geografía, sino que el espacio de interés es el producido por las relaciones sociales. Dicha visión de espacio resulta de mayor relevancia cuando busca analizar fenómenos sociales como la migración, ya que, si bien los cambios que suceden en el espacio físico (contenedor) son importantes de analizar, es necesario, para tener una visión más completa, analizar, además, el espacio producido por las relaciones sociales.
De acuerdo con Delgado (2003), el problema de esta geografía es que centra su interés en el espacio en sí mismo y no en los procesos de producción social del espacio geográfico. No debe hacerse del espacio un fetiche, y su estudio no debe reducirse a explorar las formas, sin considerar las condiciones sociales que lo producen (Delgado 2003). Esto refleja el valor conceptual que puede tener el hecho de que la geografía se apoye en otras ciencias sociales (como lo hacen otras ciencias con la geografía para explicar aspectos relacionados con el espacio). Para ejemplificar lo anterior, puede pensarse en el tema migratorio, específicamente en las modificaciones generadas en el espacio por la migración internacional, ya que, para su estudio, podrían rescatarse algunos conceptos de las visiones de espacio y de espacio social manifestadas por la sociología y la antropología; e incluso, algunas metodologías para hacer este tipo de análisis pueden ser de gran utilidad en la geografía, sin que ello resulte problemático o que haga pensar que no se está haciendo un esfuerzo geográfico. Así se estaría rescatando la importancia de otras aportaciones que pueden ser de utilidad, adaptándolas a un estudio geográfico.
Uno de los principales representantes de este pensamiento radical es Harvey (2007), quien buscaba involucrar los estudios espaciales con la teoría social, entendiendo, principalmente, al espacio como un producto social. Harvey definió el conocimiento geográfico como aquel que se encarga de analizar la información sobre distribución espacial, involucrando actividades no solo relativas a la naturaleza, sino aquellas causadas por el ser humano, y proporcionando la base para la reproducción de la vida social, considerando además que estas son transformadas a través de la acción de la sociedad. En su discurso, se encarga de desnaturalizar el espacio geográfico, considerándolo como un subproducto social de la producción, considera además a la geografía como una economía política de la producción del espacio (Harvey 1982). Esta visión, además de incorporar lo que siempre se ha considerado como "espacial", es decir distribución espacial, espacio físico, etc., examina además la reproducción del espacio por la sociedad.
Otro de los geógrafos que busca enfatizar la categorización del espacio a partir de la producción del espacio es Milton Santos, quien, desde la geografía crítica –con gran proximidad a la geografía radical–, intenta darle mayor importancia al estudio del espacio como estructura de la sociedad. Considera que la geografía es "viuda del espacio" y una disciplina que se encarga con mayor prioridad de estudiar el suelo que la sociedad. También concuerda con Harvey sobre la producción social del espacio, aseverando que el espacio es una instancia de la sociedad con la misma importancia que otras, como la económica y la cultural. Para Santos,
- [...] el espacio no puede estar formado únicamente por las cosas, los objetos geográficos, naturales o artificiales, cuyo conjunto nos ofrece la naturaleza. El espacio es todo eso más la sociedad: cada fracción de la naturaleza abriga una fracción de la sociedad actual. (Santos 1986, 2)
De acuerdo a esta definición, al hablar de espacio se tiene una configuración geográfica o espacial y el paisaje o la manera como estos elementos son mostrados –lo que le da vida a estos objetos, es decir, las relaciones sociales–. Santos considera al espacio como una totalidad; no obstante, enumera ciertos elementos como marco de análisis para el espacio, entre los que se encuentran: los hombres, las empresas, las instituciones, el medio ecológico y las infraestructuras. Pero es la relación que existe entre todos estos elementos como totalidad lo que definiría el espacio.
Santos denomina estos elementos del espacio como conceptos, producto de la abstracción que resulta de la observación de hechos particulares, y considera como reales los conceptos, más que los hechos particulares en sí mismos. Lo cierto es que estos conceptos o hechos cambian con el tiempo, y este es uno de los aspectos que más resalta Santos, ya que dichos conceptos pueden considerarse sometidos a variaciones tanto cuantitativas como cualitativas; es decir, que se consideran variables que cambian su valor dependiendo del momento histórico y del lugar en el que se encuentren. Cada uno de los elementos que conforman el espacio entra en relación con el lugar en donde se encuentran, adquiriendo características propias, condicionadas por el lugar y por el tiempo. Lo importante, entonces, es reconocer estas variaciones y analizar el movimiento del conjunto, lo que permitirá darle valor a cada parte analizada y reconocer al final el espacio como un todo (Santos 1986).
Esta concepción de espacio como un todo y de la importancia de los elementos como un modelo analítico para estudiar el espacio, presentada por Santos, es de gran importancia a la hora de analizar fenómenos sociales, más aún si lo que se pretende estudiar es un fenómeno específico como la migración y las relaciones que esta tiene con el espacio. No se trata entonces de un espacio limitado a sus características físicas, sino que intervienen directamente otro tipo de relaciones que involucran aspectos económicos, políticos, culturales e, incluso (por las características del fenómeno), simbólicos. Por lo que la forma como se entiende el espacio debe permitir la inclusión de dichos aspectos, sin olvidar que no se trata del análisis particular de estos elementos o componentes, sino de estudiar el espacio, el cual se entiende como la interacción entre ellos.
Esta perspectiva geográfica permite ver la interacción del espacio con otras disciplinas, lo que denota un paso importante para la definición de un espacio con características sociales en el que pueda estudiarse la producción del espacio; aspecto que Santos retoma y reinterpreta para darle mayor importancia. Si bien este autor no se refirió a cuestiones específicas, como la migración, puede resultar enriquecedor analizar su teoría a partir del fenómeno migratorio para indagar sobre otros aportes que la disciplina geográfica puede hacerle a la migración.
Sin embargo, aun cuando aquí se coincida con la concepción social del espacio que plantean Santos y Harvey, es necesario resaltar que, a pesar de los aportes de esta geografía, no puede negarse el hecho de que ha recibido críticas1, especialmente desde el humanismo y el positivismo, encaminadas a destacar su poca utilidad práctica.
A finales de los años setenta aparece, como respuesta a los pensamientos marxistas y positivistas, la geografía humanista, la cual se representa en la fenomenología:
- La fenomenología reivindica la experiencia cotidiana de la gente como algo esencial para la compresión del lugar de los seres humanos en el mundo [...]. La geografía es, desde este punto de vista, experiencia, vivencia y conciencia intencional del espacio y del lugar; y como ciencia, es un estudio fenomenológico, una hermenéutica del espacio y el lugar vividos cotidianamente por los seres humanos. (Delgado 2003, 105)
La geografía humanista, se basa en que "las otras geografías" no consideran al ser humano de manera correcta, dedicándose a la humanización del espacio, sin mostrar al hombre y a la naturaleza en la misma jerarquía, sino otorgándole un peso más importante al ser humano.
En cuanto a las críticas, los mayores opositores son los positivistas, pues consideran a la geografía humanista como una disciplina anticientífica; desconfían de que los conceptos de lugar y espacio sean susceptibles de un tratamiento científico riguroso, además señalan que esta geografía está cargada de subjetividades, lo que hace imposible producir generalizaciones, pues simplemente el espacio es susceptible al individuo y a lo que él piensa de su espacio; pero es a esta necesidad de considerar las opiniones personales a la que se considera como anticientífica (Delgado 2003).
Cuando quiere analizarse el espacio y la migración internacional a partir de la corriente geográfica humanista lo que puede retomarse es la percepción del espacio por parte de los migrantes, cómo perciben o entienden el espacio y, de esta manera, cómo modifican dicho espacio; es decir, un espacio simbólico, sin que, con ello, el análisis se centre en dicha concepción simbólica, sino simplemente como una forma de complementación.
Después de los humanistas, continúa el pensamiento posmoderno, el cual es entendido de diversas maneras. La geografía posmoderna se encarga de criticar los pensamientos y visiones anteriores del espacio, resaltando que no debe tomarse de manera global, sino que los análisis deben hacerse de manera más subjetiva, más local. En esta geografía, por ejemplo, se critica las visiones anteriores que resaltaban las formas de los paisajes por encima de las relaciones sociales, y se afirma que los paisajes no son neutrales y que están intervenidos por las relaciones de poder y las formas de ver el mundo de quienes los produjeron; le da mayor importancia al espacio percibido por el ser humano que a las formas representativas de la naturaleza (Connor 1996). La ventaja principal –y que se considera como uno de los puntos a retomar de esta perspectiva geográfica– es que presenta nuevas estrategias metodológicas que en otras ocasiones fueron trabajadas por otras ciencias sociales. En este caso, el geógrafo empieza a interesarse más por las herramientas cualitativas, la etnografía, las entrevistas a profundidad, la memoria espacial y la cartografía de sujetos (Delgado 2003). Este es un punto a rescatar de los geógrafos posmodernos que puede ser de gran valor, ya que implementan nuevas estrategias que ayudan a comprender el espacio, aun cuando este espacio se entienda desde una perspectiva de la geografía radical, presentada por Santos o Harvey, o desde la geografía humanista.
Retomando todas las visiones anteriores, en este caso quiere darse una mayor importancia a los postulados de la geografía radical para entender el espacio, más precisamente a la forma como Santos lo divide en elementos y a cómo se refiere a la producción del espacio, entendiéndolo mucho más allá que como un espacio limitado por unas fronteras, y considerando que se trata de un espacio conformado no solo por un lugar de origen y uno de destino, sino por las relaciones que allí se desarrollan. Pero, además, puede retomarse la idea de un espacio más humanizado que propone la geografía humanista, en donde el hombre tiene un papel relevante y puede construir su espacio a partir de su experiencia (en este caso su experiencia migratoria, en la que las acciones, los sentimientos y las valoraciones de dicho migrante son de gran importancia para entender este espacio). Si bien lo simbólico resulta un aspecto a considerar, no hace parte del análisis central, sino que complementa la concepción de espacio.
Después de comparar los diversos posicionamientos de la geografía con respecto al espacio, surgen preguntas como: ¿Cómo entienden los geógrafos el espacio en un mundo globalizado, caracterizado por espacios, territorios y paisajes cuyos límites geográficos ya no son los mismos y en donde cada vez más la migración, los medios de comunicación y las nuevas tecnologías cambian las fronteras y disminuyen las distancias?, ¿cómo se pueden diferenciar escalas que para los geógrafos son tan importantes, como lo local, lo global y lo transnacional, en espacios cuyas fronteras, debido no solo a la migración sino a otros aspectos, son cada vez mas dispersas? Estas y otras preguntas, que si bien no podrán contestarse en este documento, son comunes entre quienes estudian el espacio. A partir del estudio del espacio se pueden introducir otros temas referentes a aspectos sociales que, como en el caso de la migración, pueden facilitar el entendimiento de este concepto que para algunos resulta en muchas ocasiones ambiguo.
Después de señalado el anterior recorrido, en el siguiente apartado se analizarán las diferentes definiciones sobre transnacionalismo que han presentado disciplinas como la sociología y la antropología, principalmente, además de algunos aportes a partir del espacio, con el fin de presentar con mayor profundidad el fenómeno social al que aquí se está haciendo referencia.
Espacios transnacionales y migración
Existen muchas teorías y disciplinas que buscan entender el fenómeno migratorio. Entre estas perspectivas se encuentran: las que estudian los individuos y su forma de "adaptación" o "asimilación" al lugar de destino, y aquellas que hacen referencia a las familias como núcleo de la migración, y a la manera en que se toman las decisiones como una estrategia de sobrevivencia. Están además aquellas perspectivas que se refieren al fenómeno como tal y a la manera cómo la migración genera mayor migración (causalidad acumulada), además de a la importancia y a los cambios generados actualmente por la migración ocurrida en años anteriores, lo cual ha permitido nuevos cambios en el proceso y, por lo tanto, la incorporación de nuevas teorías, como el transnacionalismo.
Esta última perspectiva es la que quiere discutirse en este caso, a la cual, si bien no es nueva, en los últimos años se le ha dado mayor importancia. Desde la sociología, Velasco Ortiz explica que el fenómeno transnacional se ha caracterizado como "[...] un campo social que vincula simultáneamente el país de origen y el país de residencia [...]" (Velasco Ortiz 2002, 30). Este fenómeno incluye aspectos como remesas, nuevas tecnologías, aspectos culturales y políticas públicas. En otros estudios, Portes, Guarnizo y Landolt hacen referencia a comunidades transnacionales, entendidas como un fenómeno "[...] compuesto por un creciente número de personas que viven una doble vida: hablan dos idiomas, tienen hogares en ambos países y su vida discurre en un contacto continuo y habitual a través de las fronteras nacionales [...]" (Portes, Guarnizo y Landolt 2003, 15). Estos autores resaltan la importancia de iniciativas económicas, políticas y sociales, entre las que se incluyen negocios de importación y exportación, entre otras iniciativas económicas, además de la participación en campañas electorales, como actividades pertenecientes al campo transnacional.
Faist es otro autor interesado en el tema. Dicho autor considera tres dimensiones: a) los espacios transnacionales como tal, los cuales están vinculados con las relaciones de parentesco; b) los circuitos transnacionales, relacionados con la circulación no solo de personas sino además de bienes, cuyo ejemplo más representativo son las redes comerciales, y c) las comunidades transnacionales que involucran aspectos como la solidaridad y que expresan una identidad colectiva (Faist 2000). Una definición que considere niveles en el transnacionalismo podría resultar la apropiada cuando se trabaja a menor escala2 ya que en todos los casos no se cubren las características transnacionales a que autores como Portes, Guarnizo y Landolt (2003) hacen referencia, quienes le da un lugar preferencial a la parte referente a la economía y a la política transnacional, mientras que las características individuales pasan a un segundo plano.
Al hacerse una revisión bibliográfica sobre migración y transnacionalismo, como se acaba de mencionar, son más comunes los trabajos de origen sociológico, demográfico o antropológico; y desde la geografía también se han hecho aportes al estudio de estos temas. Entre las investigaciones geográficas que trabajan el tema migratorio, aparecen aquellas que resaltan tanto los lugares de origen predominantes como los de destino, y las causas y consecuencias que motivan estos desplazamientos. Entre los aspectos que analiza la geografía como causas de la migración figuran tanto la región de origen como el tamaño, predominando, entre los migrantes internacionales, aquella población proveniente de regiones urbanas, mientras que quienes migran del campo lo hacen en principio de manera interna, antes de hacerlo internacionalmente (Roberts y Hamilton 2007). En cuanto al tema transnacional, la geografía se refiere de igual manera a los espacios transnacionales, e incluso hace referencia a un "tercer espacio o espacio imaginario", el cual hace necesaria la redefinición de los estados-nación, ya que se rompe con las fronteras existentes y se comienzan a dar relaciones en un nuevo espacio que involucra a los dos, tanto al de origen como al de destino (Mendoza 2007). Sin embargo, dado que son comunes los estudios sobre aspectos físicos, esta puede ser la razón por la cual existen más estudios por parte de otras disciplinas que por parte de la geografía, pues el espacio de interés para esta disciplina, resulta complicado de analizar desde una perspectiva transnacional. Sería necesario pensar en un espacio con características distintas, especialmente si se analizan aspectos como las fronteras. Desde la geografía, cuando se analiza esta teoría a partir del espacio, se entiende el transnacionalismo como un conjunto de ámbitos espaciales de relaciones sociales, en el cual están involucrados aspectos económicos, sociales y culturales de trascendencia mundial, de los que hacen parte las localidades, reflejando no solo aspectos específicos de la región, sino pautas a nivel global (Mendoza 2007).
La literatura sociológica también hace referencia a otros conceptos relacionados con el transnacionalismo, distinguiendo en algunos casos ciertos niveles: comunidades transnacionales, campos sociales transnacionales o espacios transnacionales (Guarnizo y Smith 1998). Estos niveles incluso se consideran interconectados, ya que se sintetizan en territorios ubicados en lugares diferentes, carentes de continuidad territorial pero conectados por vínculos sociales intensos (circulación de personas, de bienes y de capitales) en un espacio que puede considerarse "neutro" (Mendoza 2007). Este tipo de definiciones resultan muy convenientes al analizar el espacio a partir de la teoría transnacional, principalmente porque, en la mayoría de los estudios que intentan trabajar este tema, el espacio se ha reducido a traducir los conceptos espaciales a variables que puedan ser operacionalizadas, como: tamaño de la población, población rural o urbana, etc. No obstante, Mendoza hace referencia al concepto de territorio, explicándolo como un nuevo espacio sin continuidad territorial, en donde se considera tanto al lugar de origen y al de destino como las relaciones que, gracias a la migración, se realizan en dicho espacio.
Aun con estas anotaciones, es significativo destacar que existen intentos de la geografía por hacer parte de los estudios sobre migración. Uno de los aportes del estudio migratorio desde esta disciplina, es la caracterización del espacio y las relaciones que se cruzan tanto en el lugar de origen como en el de destino, resaltando además la relación espacio-sociedad-cultura,
- [...] [el transnacionalismo] es un estado particular de la relación sociedad-espacio-cultura que rompe con el modelo tradicional de residencia nacional única, de pertenencia unívoca en una sociedad y de inserción cultural limitada a la del lugar de residencia y de la sociedad de la cual se es originario [...]. (Hiernaux y Zarate 2008, 11)
Sin embargo, debe señalarse que, desde la perspectiva analítica que maneje este tema, las migraciones internacionales han cambiado distintos aspectos tanto de los lugares de origen como de los de destino. Los paisajes urbanos están siendo transformados por migrantes de otras nacionalidades y grupos étnicos, a partir de sus lenguas, costumbres y tradiciones, que traen consigo de sus lugares de origen, encargándose no solo de reproducirlas sino de resignificarlas en sus lugares de destino (Hirai 2009).
Intentar explicar el fenómeno migratorio desde la geografía como algo más que el desplazamiento de un lugar a otro hace que surjan diversos interrogantes –algunos puntuales y otros más generales–: ¿Cómo estudiar el espacio geográfico en un mundo en donde la globalización, la circulación transnacional de bienes y personas, y las nuevas formas de ver las fronteras son parte de la vida cotidiana?, ¿cómo abordar los vínculos, desde la geografía, entre lo local, lo global y lo transnacional?, ¿cómo entender y definir la nueva realidad geográfica del mundo? Para esto será necesario repensar las discusiones en los estudios migratorios, incorporando de manera directa los debates geográficos, así como analizar las dificultades que las perspectivas geográficas presentan a la hora de conceptualizar la migración, permitiéndose así construir un marco teórico y una metodología que admita explorar la formación geográfica dada en el ámbito transnacional.
Por otra parte, la globalización, el transnacionalismo y muchos otros fenómenos sociales hacen que los científicos sociales repiensen la migración y hablen de diversas formas de entender las fronteras. Pero, en un espacio transnacional, dichas fronteras –las cuales son de especial interés para la geografía– no existen de manera incuestionable. Por lo que es necesario pensar el espacio como una totalidad, que no se limita a una porción de tierra sino que va más allá, donde la relevancia y el aporte de la sociedad es evidente, promoviendo un espacio con características transnacionales que pueda ser estudiado desde la geografía.
Después de la anterior revisión conceptual, se presentan algunos resultados previos sobre el contexto en el que pretenden verse estas modificaciones espaciales. Al ser esta una investigación en proceso, los resultados están encaminados a mostrar de manera general cómo se comporta la migración y cuáles son las principales características de la población migrante de la zona. Aun tratándose de información preliminar para un análisis, partiendo de un modelo analítico particular, se ejemplificará cómo es el comportamiento general de dicho flujo.
Caracterización del flujo migratorio Morelos (México)-Minnesota (EE. UU.)
La migración de mexicanos a EE. UU. no es un fenómeno reciente, hace parte de un proceso histórico que ha presentado distintos cambios a lo largo del tiempo. Dicho proceso ha generado diversos estudios sobre casos específicos, entre los que sobresalen, por ejemplo, en México, la migración que se origina en el estado de Puebla y que tiene como destino Nueva York, del cual existen ya varios estudios; o el de la población procedente de Michoacán y que tiene como destino California, entre muchos otros.
Aunque el proceso general de la migración México-EE. UU. es de gran importancia para entender el contexto migratorio, y a pesar de las características generales de la migración de mexicanos a EE. UU. –particularmente aquí se pretende que se presenta uno de los flujos migratorios entre estos dos países: el originado en el estado de Morelos, específicamente en el municipio de Axochiapan, y que tiene como destino Minneapolis y Saint Paul en Minnesota, EE. UU.–, se decidió trabajar en Morelos ya que en los últimos años pasó de ser uno de los estados centrales con relativamente poca migración a presentar un alto índice de migración, según los datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía de México –en adelante, INEGI–; por lo tanto, se comenzó con un análisis previo de los municipios mayormente expulsores de población, entre los cuales sobresalía Axochiapan. En cuanto a los destinos, en un principio la población migraba hacia Chicago, pero por cuestiones laborales (bajos salarios y disminución de la oferta laboral) se comenzaron a desplazar hacia Minnesota, siendo en la actualidad uno de los principales destinos de la población morelense, y más específicamente, axochiapanense. Morelos es uno de los centrales del país, el cual limita con el Distrito Federal, Guerrero, Puebla y el estado de México (figuras 1 y 2).
Como se acaba de mencionar, la migración en el estado de Morelos se caracteriza por su alto grado de intensidad migratoria, pues, en los años noventa, el número de migrantes de Morelos a Estados Unidos pasó de 97 mil a 244 mil, encontrándose en el puesto 17, según el "Índice de intensidad migratoria México-Estados Unidos 2000", con respecto al resto del país; lo cual refleja un aumento del fenómeno migratorio en esta zona (Consejo Nacional de Población –en adelante, CONAPO– 2002). Según esta misma fuente, en este caso se trata mayormente de migraciones por motivos laborales (96,5%), y de personas indocumentadas (97%).
De acuerdo con el Censo de Latinos de Estados Unidos del 2002, en Minnesota existen 143.383 habitantes de origen latino, de los cuales el 66,7% eran de origen mexicano; de ellos un alto porcentaje se trata de migrantes indocumentados que, en su mayoría, provienen del estado de Morelos. Esta migración proviene más específicamente de los municipios de Coatlán del Río, Axochiapan y Mazatepec, entre otros (tabla 1).
Si bien en esta ocasión no pretende hacerse evidente el análisis de la información a partir de un modelo analítico de la geografía radical presentado en el apartado anterior, sí quiere mostrarse que estas características generales de la población podrían ser consideradas como parte de uno de los componentes del espacio, el del ser humano/actor u hombre, como lo denomina Santos. En este caso, sus principales características están referidas al fenómeno migratorio, a cómo está compuesta la población en relación con la migración; es decir, que las características presentadas son intencionalmente resultado del análisis de este fenómeno. Los sujetos analizados aquí están modificando sus prácticas y composiciones debido al fenómeno y, por lo tanto, modificando su espacio.
Continuando con la justificación de las transformaciones que ha vivido el estado de Morelos convirtiéndolo en un lugar en el que en los últimos años se ha incrementado la migración, es necesario reconocer un estudio realizado por Durand y Massey (2003), quienes afirman que, en la migración hacia EE. UU. en los últimos años, se ha observado la consolidación de la región centro de México –a la que pertenece el estado de Morelos– como una zona importante de expulsión de migrantes, o como dichos autores lo llaman, "una zona emergente". Según datos presentados por CONAPO en el 2000, la proporción de migración en la región centro es de aproximadamente 6% con respecto al total nacional, mientras que en Morelos es del 14% (la proporción más alta en la zona centro), lo que significa cambios demográficos importantes para dicho estado. El INEGI por su parte, señala que, en el 2000, en Morelos, el 29% de la población migró hacia EE. UU., mientras que el porcentaje nacional para dicho año fue del 16%. Por otra parte, del total de hogares en el estado, el 6,4% recibían remesas. Otro dato importante es el porcentaje de municipios con despoblamiento (48%), porcentaje que no se explica por la migración internacional, pero que es necesario tener en cuenta al analizar este fenómeno.
Como se mencionó en los apartados anteriores, cuando se quiere hacer referencia a las características del espacio en un flujo migratorio particular, no basta con referirse solo al lugar de origen, es necesario resaltar además aspectos del destino; por esto se quiere destacar a Minnesota como región destino. El estudio de Durand y Massey (2003) explica que las zonas de recepción de migrantes también se han diversificado, lo cual está directamente relacionado con las redes sociales de los migrantes. Estos autores dividen a EE. UU. en regiones receptoras de población, y señalan que Minnesota pertenece a la región de los grandes lagos, la cual es considerada la segunda en importancia en cuanto a destinos elegidos por los migrantes. Dicha región está conformada además por los estados de Wisconsin, Illinois, Indiana y Michigan, siendo la capital regional Chicago, y el primer lugar de llegada de los migrantes de Morelos en años anteriores:
- El asentamiento de mexicanos en Minnesota se remonta a la década de los veinte, cuando las empresas betabeleras trataron de fijar a la población con ciertos incentivos laborales. Durante la cosecha los trabajadores se dirigían a campos de cultivo, pero en el invierno se refugiaban en las ciudades. Con el tiempo se fueron formando barrios mexicanos en las ciudades aledañas. Es el caso de St. Paul, que vendría a ser la capital provincial de Minnesota. (Durand y Massey 2003, 117)
Por el contrario, la ubicación de la población procedente de Morelos, y específicamente de Axochiapan, en Minneapolis es más reciente; se originó por la consolidación de redes sociales, pues uno de los axochiapanenses residentes en Chicago decidió migrar a Minneapolis buscando mejores condiciones laborales, y trajo consigo poco a poco a otros axochiapanenses.
Las anteriores características del proceso migratorio del estado de Morelos y de Axochiapan hacia Minnesota señalan particularmente la importancia de estudiar este nuevo flujo migratorio, dadas sus condiciones de zona migratoria emergente y cuyo proceso en formación presenta características particulares que no pueden observarse en comunidades transnacionales ya conformadas con mayor anterioridad.
Modificaciones generadas por la migración: hallazgos preliminares
La información estadística con la que se cuenta es principalmente a nivel estatal, los datos a nivel municipal sobre flujos migratorios son casi nulos; por lo tanto, mucha de la información específica de Axochiapan se recopiló a partir de visitas y de algunas entrevistas con la población, en este caso, aunque no se hará un análisis exhaustivo de esta información, es necesario aclarar la procedencia de algunos de los siguientes datos.
En Axochiapan las autoridades del ayuntamiento afirman que aproximadamente el 25% de la población actualmente se encuentra viviendo en EE. UU., principalmente en Minnesota, lo cual coincide con lo que comentan algunas de las personas entrevistadas, quienes señalan que la mayoría de las familias tienen algún vínculo con alguien que está viviendo específicamente en Minnesota. Por otra parte, un conteo que se intentó llevar a cabo por parte del municipio arrojó que en las diversas localidades existe un número significativo de migrantes (tabla 2); dicho conteo no se continuó debido a problemas de seguridad en el municipio, lo cual ocasionó que muchas personas decidieran no colaborar con la información.
Conjuntamente con el aumento de la población migrante hacia EE. UU. y con las consecuencias que dicho aumento acarrea, también existen otros cambios, como por ejemplo la incursión de ciertos restaurantes no típicos de la zona –principalmente de comida china y algunas pizzerías–, casas de cambio, agencias de viajes, venta de ropa traída de los EE. UU., salas de internet, entre otros, los cuales modifican la economía del municipio, que por muchos años estuvo basada específicamente en la agricultura y las fábricas de yeso. Estos cambios físicos generados por la migración también hacen parte de uno de los componentes del espacio a los que se hizo referencia anteriormente, por lo tanto, al igual que caracterizar a los sujetos relacionados con este fenómeno, es además necesario hacer evidente los cambios físicos que genera la migración.
Por otra parte, tanto en la cabecera municipal como en otras localidades ha disminuido el número de estudiantes en las escuelas, principalmente porque la población decide migrar desde cuando son muy jóvenes; mientras que en otros casos, debido a las deportaciones que han sufrido en los últimos años, han ingresado algunos estudiantes, hijos de migrantes nacidos en EE. UU., que deben incorporarse a un sistema educativo diferente –el cual se les dificulta, entre otros aspectos, por los problemas que tienen muchos para hablar español–.
Además de los cambios que se generan en el lugar de origen, también pueden observarse algunas modificaciones en el de destino. Las principales actividades desempeñadas por los migrantes mexicanos en Minnesota fueron durante mucho tiempo actividades relacionadas con la agricultura (betabel, fresa, entre otros) (Valdés 2005). Pero, a partir de los años noventa, estas actividades se han desplazado hacia otros sectores, como: la industria empacadora de carne, la hotelería, los restaurantes y los servicios de limpieza (Pew Hispanic Center 2008). Otra de las actividades que ha empezado a desarrollarse es el comercio, a partir de negocios mexicanos, entre los cuales están las panaderías, la venta de artesanías y los restaurantes de comida mexicana, entre otros. Estos negocios en muchas ocasiones se abastecen a través de la colaboración de sus paisanos que viajan con mayor frecuencia a sus lugares de origen, trayendo consigo productos para poner a la venta. Dichos cambios se refieren a aspectos económicos, los cuales, al tratarse de un fenómeno como la migración, son importantes de considerar cuando quieren analizarse las modificaciones espaciales generadas por dicho fenómeno.
Además de las actividades económicas, también se observan transformaciones relacionadas con aspectos sociales. Un ejemplo de esto es la celebración de fiestas mexicanas en los lugares de destino, las cuales son representativas de las comunidades de origen, como es el caso del 16 de septiembre (Independencia de México) y el 5 de mayo (la Batalla de Puebla); se incluye también la celebración de San Pablo Apóstol (fiesta celebrada en Axochiapan, Morelos), la cual se realiza en el mes de enero, y en la que algunos migrantes aprovechan para visitar a sus familias. Esta fiesta también es celebrada en Minnesota, aunque con algunas modificaciones, entre ellas: que solo se festeja durante un día, y no como en Axochiapan, donde se hacen actividades durante el transcurso del mes, ello debido, principalmente, a cuestiones laborales de los residentes en Minnesota y al difícil invierno que se vive durante este mes.
Por otra parte, existe otro componente que es importante analizar: el político, reflejado, por ejemplo, en actividades como la creación de organizaciones de migrantes, algunas de ellas establecidas de manera informal y con la participación, principalmente, de familias que buscan hacer envíos de dinero con el fin de mejorar las condiciones de sus familiares en sus lugares de origen. Un ejemplo de esto es el caso del municipio de Axochiapan, en donde los migrantes se han organizado para mejorar las condiciones de la iglesia principal del lugar, para pavimentar algunas calles y, recientemente, para el envío de camas para los hospitales, tanto del mismo Axochiapan como de otros municipios de Morelos.
Otro tipo de actividades son los envíos regulares de remesas, los cambios en la arquitectura de las casas, el contacto continuo, gracias a la tecnología, entre la población residente en Minnesota y su familia en Axochiapan, entre otras; las cuales, de acuerdo con algunas de las definiciones del transnacionalismo, pueden ser consideradas como transnacionales; se encargan de modificar paulatinamente el territorio en donde residen estas poblaciones, y la relación que tienen dichas poblaciones con sus lugares de origen y de destino, es decir que modifican el "espacio".
Lo anterior permite tener un breve panorama de las principales características de este flujo migratorio y de cómo se ve afectada la población y sus lugares de residencia, tanto en la población de Morelos y Axochiapan residentes en Minnesota como en la comunidad morelense y axochiapanense de origen; además permite pensar en la conformación de una comunidad con actividades transnacionales, lo cual puede corroborarse a través de las diversas prácticas, actividades, experiencias de vida y sentidos subjetivos de estos grupos. Estos cambios se refieren a diferentes aspectos, como los físicos, económicos y políticos, entre otros, que explican las transformaciones generadas en el espacio; que, al estar relacionados entre sí y ser dependientes del flujo migratorio al que se esté haciendo referencia, unos sobresalen más que otros, y, finalmente, que señalan todas las modificaciones que pueden presentarse por un fenómeno como la migración.
Si bien la información presentada es bastante preliminar, se trata de un primer acercamiento a este flujo migratorio, esperando en el futuro poder analizar no solo la información que aquí se presenta, sino toda la que pueda recopilarse en el trabajo de campo, para así analizar las modificaciones espaciales desde de un modelo analítico completo a partir de la teoría radical del espacio. Sin embargo, esta información permitió observar algunas actividades de esta comunidad que pueden considerarse como transnacionales, y las principales consecuencias que estas actividades traen para la población y su espacio.
Consideraciones finales
El fenómeno del transnacionalismo, aunque ha sido criticado por muchos investigadores, si quiere estudiarse desde la geografía –ya que entender el espacio a partir de las relaciones entre dos lugares o territorios diferentes es una concepción aún no aceptada por muchos geógrafos–, resulta de vital importancia para el estudio de la migración y su relación con el espacio, visto tanto desde la sociología, que es una de las disciplinas que más ha aportado en este tema, como desde la demografía, la antropología y la geografía, entre otras; ello permite una visión más global del fenómeno migratorio. Sin embargo, aún faltan muchos estudios por realizar sobre este tema, no solo a nivel general, sino de estudios de caso, los cuales dan un panorama más concreto de lo que sucede, tanto en los lugares de origen como en los de destino.
La complejidad para entender el espacio, tanto desde la geografía, como desde otras disciplinas, ha permitido que el espacio transnacional tenga diversas conceptualizaciones, que incluyen visiones sociológicas, antropológicas y, por supuesto, geográficas. Lo que sí es necesario resaltar, es que el espacio (entendido no solo como un aspecto físico, sino, además, como las relaciones sociales que en este se presentan) es transformado por el migrante y la población relacionada con este fenómeno, en donde, en la mayoría de los casos, intenta reproducir en su destino situaciones de su lugar de origen, y, de la misma manera, el espacio de origen se ve modificado por el contacto continuo entre los migrantes y sus familiares, así como por los migrantes de retorno, los cuales integran algunas de sus vivencias a su lugar de origen.
En el caso del flujo migratorio Morelos-Minnesota, los hallazgos hasta aquí presentados resaltan la presencia de actividades que pueden ser consideradas como transnacionales, además muestran la relación que tiene la población con su espacio y las modificaciones que, a través del tiempo, ha sufrido y seguirá sufriendo (considerando las características particulares de la zona que se está trabajando y las distintas divisiones de transnacionalismo), pues no se puede entender este fenómeno como una fórmula que se cumple en cualquier zona donde exista migración. Si bien es necesario hacer un trabajo más profundo que incluya análisis de información cualitativa, el panorama que aquí se presentó señaló las principales características de este flujo, aunque se dejan muchos interrogantes sobre la forma cómo pueden analizarse las modificaciones generadas por la migración a partir de estudios espaciales. No obstante, pueden resaltarse aspectos como los económicos, físicos, políticos y sociales, los cuales deben considerarse para entender el espacio, pues todos ellos presentan cambios por la migración y son importantes a la hora de analizar este fenómeno desde una perspectiva espacial.
Pie de página
1Si se quiere ahondar más en las críticas que se la han hecho a la geografía radical, se puede leer a geógrafos humanistas como Richard Peet, Edward Relp, David Ley y Yi-Fu-Tuan, entre otros.2En este caso se hace referencia a escala simplemente como a tamaño y trascendencia del flujo migratorio, y no en su definición geográfica como tal.
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