Introducción
El turismo es una actividad económica y una expresión transformadora de la sociedad, puesto que incorpora al turista en una sociedad receptora (Bustos 2001). Los impactos del turismo sobre la sociedad local pueden ser diversos, dependiendo del tipo de turismo en cuestión: turismo de residencia (Gascón 2016); turismo activo (aventura, deporte, espacial, religioso, etc.); turismo cultural (urbano, arqueológico, literario, cine etc.); turismo natural (ecoturismo, agroturismo, etc.); turismo de negocios y otros. El interés de las personas por la historia, el arte y por algún tipo de producción humana de características muy peculiares, como por ejemplo patrimonio histórico, arquitectónico, museos, eventos -como festivales de cine-, gastronomía, artesanía y otros, ha estimulado el crecimiento del turismo cultural, que representa un contacto directo con diferentes costumbres y poblaciones, generando un encuentro de culturas (Iriarte 2004, Kravets y de Camargo 2008).
Entre los efectos del turismo, en general, se pueden identificar algunos positivos, como mayores fuentes de empleo, el dinamismo económico de la región (UNEP 2003) y el fortalecimiento del desarrollo del territorio. También hay efectos negativos, entre los cuales pueden incluirse impactos ambientales y socioculturales como la degradación de los sitios, aculturación, modificación de la estructura interna de una comunidad (Navalón 1999), y transformación del territorio en cuanto a los usos de la tierra1, los sistemas de producción, las relaciones sociales y la fisonomía del paisaje (Bejarano 2009; López Zapata 2014). Generalmente, las comunidades receptoras son débiles en la interacción con el turismo, y pueden recibir los mayores impactos negativos (Bustos 2001) si no se regula la actividad a través de un proceso de planificación (UNEP 2003).
Entre los impactos sociales, también puede identificarse cómo la competencia por recursos del territorio constituye una amenaza para los productores rurales, especialmente por su influencia sobre suelo, agua, biodiversidad y paisaje, entre otros. La competencia espacial que se genera entre el turismo y la agricultura es un tema relativamente nuevo en Colombia, pero en otras regiones del mundo el turismo ha implicado una transformación de amplias áreas de suelo agrario para darles uso turístico exclusivo y/o para construir residencias secundarias, provocando un aumento generalizado de su valor y un repliegue de la actividad agraria (Gascón 2016; Gómez 1983; Jiménez Olivencia 1994; Mignon 1994; Navalón 1999; Salva i Tómas 1989). Por ejemplo, el censo agropecuario del departamento del Quindío del 2014, muestra que un 37,6% de los predios rurales cesaron su actividad agrícola, y que un alto porcentaje abandonó la actividad agropecuaria para convertirse en fincas turísticas, ocasionando problemas de seguridad alimentaria, pobreza y desempleo (Arias 2014).
Para el municipio de Santa Fe de Antioquia, López Zapata (2014) identificó que los impactos de carácter territorial asociados al turismo constituyen una amenaza debido, entre otras razones, a que esta actividad se ha abandonado al devenir del mercado, no ha sido objeto de reflexión y planificación, y al aumento de su intensidad conforme los factores que lo estimulan mejoran sus condiciones por la dinámica territorial, tal es el caso de las mega obras (como la vía Medellín - Golfo de Urabá, que se cuenta entre las llamadas autopistas de cuarta generación, y la represa HDROITUANGO). Es de anotar que este tipo de turismo -el mismo observado en los municipios de Sopetrán y San Jerónimo-, es de tipo residencial y está referido a la compra de predios individuales o para establecer parcelaciones dotadas de piscinas y belleza escénica (jardines y espacios verdes). Los usuarios de este turismo tienen pocas relaciones con la población local, sus actividades económicas se localizan en sus respectivos lugares de origen de donde suelen traer la mayoría de los víveres y elementos necesarios para la estadía; demandan infraestructura vial y recursos locales como el agua; este tipo de turismo causa inflación sobre el precio de la tierra, por encima de la capacidad adquisitiva del campesinado, y de esta forma lo expulsa de territorio, generando la pérdida de los sistemas de producción agrarios y la desruralización de veredas que antes estaban dedicadas a la producción. En este contexto, el turismo actúa como uno de los vectores de procesos que empobrecen las sociedades campesinas y el mundo rural (Gascón 2016)2.
Lo anterior hace necesaria una evaluación integral y multifuncional del turismo, considerando sus efectos sobre la sociedad local, en términos del riesgo que puede representar para aquellas regiones donde se ve como actividad promisoria, y especialmente -como en este caso- teniendo en cuenta el riesgo de pérdida de los sistemas de producción locales.
Evaluación del riesgo de los sistemas de producción
El riesgo que corren los sistemas locales de producción de ser modificados o desplazados por el turismo podría evaluarse usando la estimación del Riesgo como producto de la Amenaza por la Vulnerabilidad (Riesgo = Amenaza x Vulnerabilidad) (Brooks 2003; Cardona 2001). Ecuación que se expresa como la probabilidad de exceder un nivel de consecuencias económicas, sociales o ambientales en un cierto sitio y durante cierto periodo de tiempo. Esta ecuación ha sido ampliamente aceptada para evaluar el efecto de desastres naturales en ingeniería y en las ciencias sociales (Cardona 2001), pero también se ha usado, por ejemplo, para evaluar el riesgo de llegada de una plaga con implicaciones económicas (Barrera, Herrera, y Gómez 2007) o la presencia de un evento climático extremo sobre la agricultura de una región determinada (AGRIMED 2008).
La estimación del riesgo conduce al análisis de la amenaza y la vulnerabilidad, debido a la coevolución conceptual de ambos términos, ya que no existe una condición de amenaza para un sistema si no está expuesto ni es vulnerable a la acción potencial de aquella (Cardona 2001). La amenaza ha sido definida de diversas formas, dependiendo de los enfoques, disciplinas y ámbitos a los que se refiere el riesgo (Cardona 2001). La amenaza puede considerarse como un peligro latente o factor de riesgo externo de un sistema expuesto, y se puede expresar como la probabilidad de que el fenómeno exceda un nivel de ocurrencia con cierta intensidad, en un sitio especifico y durante un tiempo de exposición determinado.
La definición de vulnerabilidad ha suscitado un importante debate científico. Inicialmente se definió desde el punto de vista de la ingeniería, pero paulatinamente se fueron incorporando otras definiciones sociales que planteaban diferencias entre los grupos humanos ante un mismo riesgo (Ruiz 2009). Aquí se propone una definición de vulnerabilidad centrada en la capacidad diferencial de grupos e individuos para hacer frente a los peligros, basados en sus posiciones dentro de los mundos físicos y sociales (Down 1992, citado por Ruiz 2009). En otras palabras, la vulnerabilidad se considera un factor de riesgo interno del sistema, que se expresa como la factibilidad de que este sea afectado por el fenómeno que caracteriza la amenaza, y puede ser modificada por la voluntad de quienes toman las decisiones. La vulnerabilidad comprende la conjunción de múltiples aspectos sociales, económicos, tecnológicos, culturales y políticos que aseguran la persistencia, estabilidad y capacidad del sistema de perfeccionarse en el tiempo (Cardenal 1999).
En este sentido, la vulnerabilidad de un sistema podría evaluarse desde múltiples niveles a los cuales estará expuesto. Por ejemplo, Wilches-Chaux (1993) asume la vulnerabilidad global como aquella que surge de la interacción de otras vulnerabilidades -natural, ecológica, física, institucional, técnica, política, económica, educativa, cultural, ideológica y social-, teniendo en cuenta que cada una de estas constituye un ángulo particular para analizar el fenómeno global, y usando métodos de estimación diferenciados -cualitativos o cuantitativos- dependiendo de su carácter técnico o social (Cardona 2001). El Proyecto Agricultura, Vulnerabilidad y Adaptación (AVA 2013) propone una metodología e indicadores para la evaluación de la vulnerabilidad, clasificándola en cuatro dimensiones: biofísica, político-institucional, económica-productiva y socio-cultural.
La región del Occidente Cercano antioqueño
Tres municipios de Antioquia, Colombia -Santa Fe de Antioquia, San Jerónimo y Sopetrán-, que abarcan en conjunto un área de 871 km2, conforman una región de potencial turístico promocionada como “La ruta del sol y de la fruta”, haciendo referencia a su clima y a la actividad productiva que le ha dado reconocimiento en los ámbitos departamental y nacional, ya que han sido los principales productores de frutales. En el 2000 esta región aportaba el 100% de la producción nacional de zapote y tamarindo, actualmente, debido al acelerado cambio del uso de la tierra, esta no supera el 30% (AGRONET 2015).
La construcción de megaobras de importancia nacional ha suscitado un mayor interés por cambiar los usos de la tierra en la región. De este modo, ha habido una tendencia hacia el establecimiento de parcelaciones y el uso turístico del territorio, donde antes se encontraban los productores de gran diversidad de frutales y especies de importancia artesanal (Correa 2015). Las instituciones y líderes municipales, regionales y nacionales no han tomado acciones para mitigar los impactos de estas megaobras en las comunidades afectadas. Por el contrario, dichos agentes promueven los cambios, porque atraen más turistas y generan mayores oportunidades de empleos urbanos, desconociendo los efectos adversos sobre la población rural -que paulatinamente abandona el territorio-y sobre la cultura local que se va erosionando. Las administraciones no ven la necesidad de regular y planificar la expansión de la actividad turística en el territorio y desconocen los limitantes o la capacidad de carga -como por ejemplo en el caso de la disponibilidad de agua-.
En el occidente de Antioquia, los sistemas de producción agropecuarios tradicionales -en adelante, SPT- han contribuido a la preservación de especies frutales tradicionales en arreglos diversificados (agroforestales, silvopastoriles y huertos cercanos a las casas), conservando recursos genéticos de alto valor (Álvarez, Muriel y Osorio 2015). Los SPT están adaptados al frágil ecosistema del bosque seco tropical -en adelante, bs-T-, y les aportan a las economías locales mediante la producción, transformación y comercialización de las frutas. De este modo, se ha generado un etno-conocimiento que no se encuentra en manuales técnicos, por lo cual se debe rescatar, sistematizar y proyectar. Además, estos SPT también han hecho aportes sociales -generación de empleo, soberanía alimentaria, identidad cultural- y ambientales -conservación de biodiversidad y fuentes hídricas- para el bienestar de la humanidad. El presente trabajo se orienta y tiene como finalidad responder las siguientes preguntas: ¿constituye el turismo una amenaza para los SPT de la región? ¿Están en riesgo los SPT de la región? Para responder dichos interrogantes se proponen los siguientes objetivos: a) evaluar la intensidad del turismo como factor de riesgo de pérdida para los SPT del Occidente Cercano antioqueño; b) evaluar la vulnerabilidad de estos sistemas ante la amenaza que representa la creciente actividad turística, y c) evaluar el riesgo de pérdida de los SPT del Occidente Cercano antioqueño.
Metodología
Área de estudio
El análisis de la vulnerabilidad se hizo a escala predial, mediante el estudio de seis fincas, seleccionadas a partir de un estudio previo realizado en la región (Álvarez, Muriel y Osorio 2015), en el cual se determinó que estas eran representantes del manejo típico de los sistemas tradicionales y que tenían un alto número de frutales de importancia para el turismo. Estas seis fincas se ubican en los municipios de Santa Fe de Antioquia, San Jerónimo y Sopetrán -la región de Occidente Cercano antioqueño con mayor crecimiento turístico (Gobernación de Antioquia 2002)-, localizados a distancias de 35, 59 y 56 km respectivamente, desde la ciudad de Medellín (Antioquia, Colombia). Cinco de las fincas se localizan en la zona de vida bs- T, con elevaciones que oscilan entre 548 y 840 m.s.n.m. La sexta finca se localiza en el bosque húmedo premontano -en adelante, bh-PM- a una elevación de 1400 m.s.n.m. Dos fincas tienen un área inferior a 2 ha; otras dos tienen áreas de entre 7,1 y 7,2 ha; y las restantes tienen áreas de 16,3 ha y 66,6 ha.
Evaluación del riesgo de los sistemas de producción (SP)
El riesgo de pérdida de los sistemas de producción -en adelante, SP- frente a la amenaza turística se determina mediante la ecuación 1, adaptada de la que referencian Cardona (2001) y Brooks (2003).
Donde:
Rsp |
= riesgo expresado como la probabilidad de que se presente la pérdida del elemento expuesto (spt). |
Am Ti |
= amenaza causada por el suceso T (turismo) cuando alcanza una Intensidad (i) capaz de afectar al elemento expuesto (spt), en un determinado sitio y momento. |
V spt |
= vulnerabilidad, expresada como la susceptibilidad intrínseca de un elemento expuesto spt (sistema de producción tradicional) a ser afectado o sufrir un daño ante la ocurrencia de un suceso T con una intensidad i. |
Evaluación de la amenaza turística (Am Ti )
La amenaza turística -en adelante, am Ti - se relaciona con la demanda por nuevos usos de la tierra, la cual ha estado favorecida por el mejoramiento de factores turísticos. Para determinar la amenaza sobre los spt, se revisaron estudios y estadísticas disponibles de la zona de estudio sobre aspectos económicos, sociales, ambientales, viales, prospectivos, entre otros. Las fuentes consultadas fueron: Gobernación de Antioquia, Secretaria de Agricultura y Oficina de Catastro del Departamento; Corporación Autónoma Regional del Centro de Antioquia (Corantioquia); Instituto Geográfico Agustín Codazzi; y alcaldías de los tres municipios. La evaluación se complementó con trabajo de campo e imágenes satelitales de Google Earth del 2014-2016. La información fue procesada mediante Microsoft Excel 2010, y ArcGIS 10.1.
La amenaza se determinó mediante la ecuación 2 (modificada de Cardona 2001).
Donde:
Int T |
= intensidad del fenómeno que determina la amenaza en el territorio. |
pT |
= probabilidad de que se presente el fenómeno (turismo) en un lugar determinado (área de estudio). |
La intensidad del turismo (Int T) es el grado en que se manifiesta el turismo en la región de estudio, producto de la confluencia de múltiples factores que lo determinan. En la selección de factores y su evaluación se consideraron los estudios disponibles relacionados con el turismo en el Occidente Cercano (López Zapata 2014; Muñeton et ál. 2011; Universidad del Rosario 2012) y se adaptó la propuesta de López Zapata (2014), utilizada para la determinación de impactos generados por el turismo. Los factores son características que propician y facilitan el desarrollo del turismo en la región, y son evaluados mediante subfactores representativos que dan cuenta del grado de intensidad o expresión del factor asociado. Los factores y subfactores son los siguientes:
Factor legislativo (L): normatividad que legisla, reglamenta y promueve la actividad turística en sus diferentes modalidades en la zona de estudio. Los subfactores asociados fueron: normatividad nacional, departamental y municipal respecto al turismo.
Factor infraestructura (IF): infraestructura física que facilita el acceso de la población demandante de servicios turísticos a una zona con potencial para satisfacer la demanda; la mejora de estas condiciones puede actuar como factor detonante de la actividad. El subfactor asociado fueron las vías.
Factor atractivo (AT): serie de recursos y servicios que actúan como atractores, generando corrientes turísticas (Ramírez Blanco 1992), tales como condiciones climáticas, recursos paisajísticos, históricos, gastronómicos, arquitectónicos y los servicios enfocados en el turismo como hosterías, hoteles, fincas, parques, estaderos, camping, entre otros; a estos elementos debe sumarse la imagen turística que se promociona de la región. Los subfactores asociados fueron: clima, histórico-cultural, servicios turísticos y publicitario.
Factor servicio (S): cubrimiento de servicios que condiciona el establecimiento de nuevas ofertas turísticas en la región y que son de importancia para la comodidad del demandante turístico: agua potable, electricidad y alcantarillado, transporte interno, conectividad e industrias conexas. Los subfactores asociados fueron: agua, industrias conexas, transporte y comunicaciones.
Para la valoración de los subfactores se construyó un índice de intensidad, de acuerdo con la cantidad, calidad y/o relevancia. La cantidad hace referencia a que el subfactor exista en un número suficiente para atender la demanda; la condición se refiere a que el subfactor pueda atender la demanda de manera eficiente; y cuando el subfactor se presenta en cantidad suficiente y adecuadas condiciones, la relevancia tiene que ver con su pertinencia para lograr los fines propuestos. A continuación se detalla dicha valoración:
Evidencias de presencia completa de un subfactor de am Ti en cantidad, condición y/o relevancia con respecto a las condiciones promedio (1).
Evidencias de presencia alta de un subfactor de am Ti cuando requiere de pocas mejoras con respecto a las condiciones promedio en cantidad, condición y/o relevancia (0,75).
Evidencias de presencia media de un subfactor de am Ti en cantidad, condición y/o relevancia (0,5).
Evidencias de presencia baja de un subfactor de am Ti , cuando requiere grandes mejoras en cantidad, condición y/o relevancia para alcanzar las condiciones promedio (0,25).
Sin evidencias de la presencia del subfactor de am Ti evaluado (o).
Los índices de los factores se obtienen del promedio de los índices de los subfactores asociados. La importancia de cada factor en la expresión de la intensidad del turismo está dada por un valor ponderado, obtenido a partir de la consulta directa con los actores, la revisión de estudios realizados sobre la región y el trabajo de campo. El valor de intensidad del turismo se estima mediante la ecuación 3.
Donde:
Int T |
= intensidad del fenómeno que determina la amenaza, basada en factores, atractivos y servicios que facilitan y promueven la actividad. |
Pdx |
= el ponderador del factor evaluado, así (en orden de importancia): 0,4 para el factor atractivo; 0,3 para infraestructura; 0,2 para servicios y 0,1 para lo legal. |
Li |
= índice de factor legislativo. |
Fi |
= índice de factor infraestructura. |
ati |
= índice de factor atractivo. |
Si |
= índice de factor servicios. |
La presencia del turismo (pT) se refiere a la probabilidad de que se presente el turismo en un espacio y tiempo determinado. Se evalúa mediante una delimitación del territorio con presencia diferencial de los atractores turísticos, la cual define un índice de mayor a menor presencia, identificando cinco categorías:
Presencia muy alta (1): completa presencia de los factores en la zona de mayor afluencia turística.
Presencia alta (<1 - 0,6): completa presencia de los factores en la zona de mayor afluencia turística, pero estos requieren algunas mejoras en cantidad, condición o relevancia.
Presencia media (<0,6 - 0,3): completa presencia de los factores en la zona de mayor afluencia turística, sin embargo, están en condiciones promedias en términos de cantidad, condición y/o relevancia. Presencia completa o parcial de los factores en cuanto a cantidad, condición y/o relevancia pero en una zona donde solo se localiza entre 20 y el 30% de los atractivos turísticos.
Presencia baja (<0.3 - 0.1): completa presencia de los factores en la zona de mayor afluencia turística, pero los cuales requieren de grandes mejoras en cuanto a cantidad, condición y/o relevancia para alcanzar las condiciones promedio. Completa presencia de los factores pero en una zona diferente a la de mayor afluencia turística.
Ausencia de presencia (<0.1 - >0): no se presenta el suceso estudiado en el territorio, siendo su intensidad igual a cero.
A partir de la ecuación 2 se obtiene un mapa de amenaza turística, representando cinco zonas que varían de muy alta, alta, media, baja y ausencia de amenaza.
Vulnerabilidad de los SPT (V SPT) en el ámbito predial
La estimación del grado de vulnerabilidad de los SPT ante la amenaza del turismo se realizó considerando características productivas y socioeconómicas de los sistemas de producción, así se consideraron los diferentes tipos de vulnerabilidad que se presentan en la tabla 1.
La información sobre las vulnerabilidades productiva y económica se tomó directamente del trabajo de campo realizado en las fincas, siguiendo la metodología para determinar los estilos de agricultura a escala predial (Vélez y Gastó 1999). La información respecto a la vulnerabilidad social e identidad cultural se obtuvo a través de entrevistas semi-estructuradas (McCraken, Pretty y Gordon 1988; Theis y Heather 1991) y observación participante (Kawulich 2005). La vulnerabilidad política se obtuvo a partir de las mismas referencias mencionadas en la amenaza turística (AmTi).
El cálculo de la vulnerabilidad se realizó por medio de la ecuación 4.
Donde:
Vspt |
= vulnerabilidad expresada como la susceptibilidad intrínseca de un elemento expuesto SPT (sistema de producción tradicional) de ser afectado o sufrir un daño ante la ocurrencia de un suceso t con una intensidad i. |
Vx |
= índice calculado para el factor de vulnerabilidad x. |
n |
= número de factores de vulnerabilidad considerados. |
Resultados y discusión
Los resultados se presentan en el mismo orden de los componentes de la ecuación 1.
Análisis de la amenaza turística (Am Ti )
Estimación de la intensidad del turismo (Int T)
La estimación de la intensidad del turismo -en adelante, Int T-, producto de la sumatoria de los valores de los subfactores y factores, se presenta en la tabla 2. El valor de la intensidad del turismo para la región de estudio fue de 0,617, indicando que la integración de los factores turísticos evaluados se encuentra por encima de las condiciones promedio del departamento, y confirmando que el turismo incide en las demás actividades de la región y representa un factor de riesgo para los SPT.
A continuación se presentan los resultados encontrados para cada factor y subfactor.
Factor legal
Subfactor normativa nacional: la Ley 300 (Congreso de la República 1996) modificada por la Ley 1101 de 2006 (República de Colombia - Ministerio de Industria y Comercio 2006) y la Política Sectorial de Turismo - Conpes 3397 (República de Colombia - DNP 2005) destacan la importancia del turismo como motor de crecimiento regional. El municipio de Santa Fe de Antioquia está clasificado como municipio turístico por la Resolución 0348 (República de Colombia - Ministerio de Comercio, Industria y Turismo 2007), y fue incluido dentro de la Red de Pueblos Patrimoniales. Esta resolución incluye a San Jerónimo dentro del grupo de lugares de interés turístico y, aunque Sopetrán no está incluido, es afectado por la dinámica turística de los dos municipios anteriores.
Subfactor normativa departamental: el Plan de Desarrollo Turístico de Antioquia (Gobernación de Antioquia y Ministerio de Industria, Comercio y Turismo 2012) resalta que los municipios de San Jerónimo, Sopetrán y Santa Fe de Antioquia constituyen el “Triángulo de Oro de Occidente”, con una visión territorial donde el turismo es el principal motor económico. Allí se establecen estrategias para articular el turismo con las diferentes actividades económicas locales, fortaleciéndolo desde la riqueza agrícola, cultural e histórica de la región. Sin embargo, estos planteamientos no se concretan en la realidad, pese a plantear perfiles de proyectos como el diseño de los productos culturales, o el desarrollo de la imagen del sol y las frutas.
Subfactor normativa municipal: los planes o esquemas de ordenamiento territorial de los tres municipios tienen una visión generalizada, enfocada hacia el desarrollo de actividades turísticas y agropecuarias; sin embargo; no se establecen objetivos ni estrategias de ordenamiento, articulación y desarrollo económico, y tampoco hay acuerdos u otras disposiciones emanadas de los gobiernos locales, que propicien un crecimiento ordenado y planificado de la actividad turística en cada municipio que integra la región (Municipio de Santa Fe de Antioquía 2010; Municipio de San Jerónimo 2010; Municipio de Sopetrán 2007).
Factor infraestructura
Subfactor vías: se evaluó estableciendo como criterio la conectividad de la capital (Medellín) con las diferentes regiones; se toma como referencia la de mayor conectividad (Oriente Antioqueño), y se registra que la subregión occidente tiene una baja conectividad, pues no llega al 40% de la capacidad referencia (Muñeton et ál. 2011).
Factor atractivo
Subfactor clima: el principal atractivo para el turismo es el clima cálido y seco, que atrae a los habitantes del Valle de Aburra, quienes buscan el sol -con todas las actividades que se pueden practicar en este clima-, y los lugares asociados a la recreación, tales como balnearios, parques recreativos, atractivos naturales y culturales, festividades, etc. Adicionalmente es el clima el que determina la flora y fauna, que junto con su geografía proporcionan un paisaje único característico (Gobernación de Antioquia 2002, Gobernación de Antioquia y Ministerio de Industria, Comercio y Turismo 2012).
Subfactor histórico-cultural: la valiosa infraestructura colonial en el municipio de Santa Fe de Antioquia es uno de sus mayores atractivos turísticos a nivel nacional e internacional; en efecto, sus calles empedradas, casas, iglesias y caminos de herradura coloniales, reflejan el pasado histórico de la región. La producción de frutas también es tradicional y constituye un referente histórico, pero paulatinamente ha ido desapareciendo a causa de una falta de valoración por parte de sus habitantes e instituciones departamentales.
Subfactor servicios turísticos: se presenta una amplia oferta de servicios asociados al turismo como hoteles, restaurantes, cabañas, fincas para alquiler, parques recreativos, zonas de camping y clubes campestres, los cuales en la mayoría de los casos se ofrecen por medio de paquetes turísticos enfocados en la diversión, el ocio y el descanso (Gobernación de Antioquia y Ministerio de Industria, Comercio y Turismo 2012, Universidad del Rosario 2012). Adicionalmente se ofrecen rutas turísticas dirigidas a las zonas de mayor atractivo en la región.
Subfactor publicitario: el circuito turístico de Occidente antioqueño se promueve ampliamente como “La ruta del sol y de la fruta”. El motor de búsqueda de Google (2016) ofrece más de 5.000 resultados, entre los que se destacan publicidad de tours y hoteles, noticias e información asociada a los sitios de interés.
Factor servicios
Subfactor agua: la zona cuenta con un índice de escases inferior al 0,2%, lo cual es crítico por el aumento de parcelaciones donde hay fincas de producción (Domínguez et ál. 2008).
Subfactor industrias conexas: la región no registra información empresarial significativa ni articulación con los clúster estratégicos; solamente el municipio de San Jerónimo presenta algunas empresas comerciales, entre ellas microempresas artesanales y de agroindustrias, que tendrían potencial para hacer parte de la cadena turística. Actualmente su participación en producción agrícola con destino a la Central Mayorista no es significativa (Universidad del Rosario 2012).
Subfactor transporte y comunicaciones: la movilidad y conectividad interna en la región se puede considerar baja, dada la situación socioeconómica, la relativamente escasa población, el mal estado de la red vial (secundaria y terciaria) y los altos costos asociados al transporte. La vía al mar entre Medellín y Santa Fe de Antioquia presenta el flujo vehicular de mayor importancia para la zona, allí el transporte público intermunicipal es ofrecido por tres empresas (Gobernación de Antioquia 2002).
Presencia del turismo (pT) y cálculo de la amenaza turística (AmT)
La valoración (índice) de la presencia del turismo se presenta en la tabla 3, con sus respectivas áreas. Este índice, al ser multiplicado por la intensidad turística, permitió obtener el mapa de amenaza turística definiendo cuatro zonas de amenazas (tabla 3 y figura 1).
La zona 1 es la de mayor afluencia turística, con una amenaza turística alta para los SPT. Comprende áreas de expansión urbana en torno a las cabeceras municipales y vías primarias y secundarias localizadas en la zona de vida bosque seco tropical (bs-T).
La zona 2 presenta una amenaza media, debido a que allí están solamente entre el 20 y el 30% de los atractivos turísticos y los factores asociados muestran algunas deficiencias. Comprende la zona montañosa de la Cordillera Occidental para el municipio de Santa Fe de Antioquia y de la Cordillera Central para los municipios de Sopetrán y San Jerónimo; a pesar de su difícil topografía se presentan algunas fincas de recreo y escenarios naturales de gran interés.
La zona 3 presenta una amenaza baja puesto que tiene un menor porcentaje de atractivos y las deficiencias en los factores turísticos son mayores que en las zonas mencionadas. Comprende las zonas altas de ambas cordilleras en donde el acceso está limitado por la topografía y la distancia con respecto a las cabeceras municipales, así como por la condición de las vías.
La zona 4 no presenta amenaza, ya que no se identifican atractivos turísticos.
Vulnerabilidad de los SPT
Vulnerabilidad productiva
La evaluación de las variables biofísicas arrojaron IRTs entre 0,0509 y 0,0151, ubicando las fincas en la categoría de máxima restricción debido a condiciones como pendientes muy fuertes -mayores al 50%-, presencia de pedregosidad en más del 50% de la superficie del suelo y suelos superficiales o poco profundos. Estas condiciones indican que hay limitaciones, tanto en los tipos de actividades productivas como en el tipo de tecnologías que se pueden implementar, las cuales deben ser compatibles con la protección del suelo y el adecuado manejo del agua para evitar la activación de procesos erosivos o recuperar aquellos que están en proceso de degradación.
La evaluación de la variables relacionadas con los SMA muestra un índice de intensidad tecnológica predial entre 0,001 y 0,298, indicando alta una vulnerabilidad técnica de las fincas, ya que las tecnologías y prácticas implementadas, en general, no son adecuadas para las condiciones físicas actuales. El 66,66% de los predios presentan un IIT entre 0,001 y 0,043, lo cual indica que los SMA no son adecuados para las condiciones biofísicas (IRT) y que por el contrario las deterioran. Esto se explica por la práctica de ganadería de pastoreo con ganado bovino presente en algunas fincas, la cual no es recomendable para estos tipos de pendientes y suelos superficiales; además, se aplican tecnologías sin criterios técnicos ni científicos específicamente en prácticas de fertilización y control de plagas, enfermedades y arvenses con pesticidas, al igual que en el manejo del agua y las prácticas de riego causantes de erosión y formación de cárcavas. Es necesario anotar que, si bien este es el tipo de manejo predominante en las fincas, las parcelas con frutales tradicionales se organizan de modo diferente -excepto en cuanto al tratamiento del agua, que presenta los mismos problemas-, favoreciendo los flujos internos de la materia orgánica para la fertilización y controles naturales para las plagas, enfermedades y malezas.
El 33,33% de los predios presentan un IIT entre 0,25 y 2,98, lo cual indica que si bien no están implementando SMA adecuados para las IRT, estos son de bajo impacto, sin deterioro de dichas condiciones, con baja adopción de tecnologías para intensificar la producción, mínimas labores, muy bajos costos de producción y baja presión sobre el ecosistema. La principal labor es la de riego mediante acequias, en la cual se observó una alta acumulación de hojarasca y matería orgánica que aporta a la fertilidad natural del suelo. Aunque el manejo se hace sin criterios técnicos, los usos y tratamientos se realizan de forma acorde con las características biofísicas y de alta diversidad de los ecosistemas. La producción, aunque baja, satisface las necesidades del agricultor.
En cuanto a la diversidad de flujos, todos los predios presentan alto número de flujos. El 50% de los predios presentan entre 15 y 21 flujos, y el otro 50% entre 10 y 14. Estos flujos están representados en productos que salen al mercado -corozo, café, artesanías de Iraca, leche, carne, queso, arriendo de potreros, maracuyá, tamarindo, cacao, zapote, mango, mamey, cerdos, plátano-, y productos que quedan en la finca para el sustento diario -yuca, plátano, aguacates, leche, mango, entre otros-.
Vulnerabilidad económica
El 50% de los predios presenta altos niveles de rentabilidad económica, con un índice de ingreso real de 0,97; mientras que el 33% presenta un valor medio con índices de ingreso real entre 0,48 y 0,57. En el 16,6% de los predios no fue posible evaluar el índice de ingreso real debido a la ausencia prolongada del productor. Es importante anotar que no hubo relación entre ingreso real y diversidad de flujos, ya que si bien la diversidad fue alta en todos los predios, los ingresos reales no.
Vulnerabilidad social
Ninguno de los predios presentó los tres factores asociados al componente social. Una de las fincas (16,66%) mostró la mayor vulnerabilidad social debido a que los tres factores estuvieron ausentes. Otro de los predios (16,66%) presentó dos factores, al establecer relaciones de confianza con miembros de la comunidad -mediante acuerdos de palabra sobre productos de la finca y arriendo de lotes-, generar permisos de paso con los vecinos para ingresar a sus fincas, y participar en la junta de acción comunal de la vereda, para tratar especialmente el tema de distribución del agua de riego. Cuatro fincas (66,66%) presentan un factor, en tres de ellas es el de redes de confianza, al establecer relaciones con vecinos mediante tratos de cosecha, de trabajo y mantenimiento de las vías; generando vínculos con trabajadores para que reciban productos para el autoconsumo familiar o un porcentaje de la venta de algunos productos; y compartiendo su conocimiento con otros productores. La otra finca presenta el factor de relevo ganeracional, ya que la familia participa en el manejo de la finca y uno de sus hijos está interesado en continuar trabajando en ella. Es importante anotar que este es el único caso en el cual se presenta relevo generacional; para los otros predios la ausencia de dicho factor los coloca en una situación de alta vulnerabilidad. Finalmente, para las seis fincas se identificó la ausencia de organizaciones locales en torno a los frutales tradicionales, producto de la subvaloración o desconocimiento que las entidades públicas tienen de estos sistemas de producción.
Vulnerabilidad de la identidad cultural
El 67% de quienes toman las decisiones en las fincas se encuentra en una condición de alto grado de satisfacción con su trabajo. A este respecto, algunas causas expresadas por ellos son: sentimiento de orgullo por su trabajo, por el diseño de la finca, valoración por el mantenimiento de la tradición y la obtención de beneficios económicos. De estos tomadores de decisión, solo uno manifiestó estar satisfecho porque su hijo comparte el manejo de la finca y se preocupa por investigar y mantenerse actualizado en cuanto a la administración y nuevas oportunidades para mejorarla y darle perdurabilidad. Dos tomadores de decisiones, correspondientes al 33% restante, tienen un grado medio de satisfacción; los motivos expresados por ellos son diferentes: el primero expresa cansancio por su edad avanzada, tiene lo suficiente para vivir y no tiene hijos interesados en continuar con la finca; el segundo es hijo del propietario y el área no le da para vivir, por lo cual tiene que trabajar en otras fincas para complementar sus ingresos.
Estimación de la vulnerabilidad y el riesgo
Los sistemas de producción del Occidente antioqueño presentan un riesgo de desaparición que varía entre el 18% y el 41% (tabla 4). Las tres fincas que tienen el riesgo más alto, presentan una amenaza alta debida a su localización en la zona de mayor intensidad de turismo. En una de estas fincas, aunque la amenaza turística alta, su vulnerabilidad es menor debido al sistema agrotecnológico implementado y las relaciones sociales que ha establecido. En el caso de dos fincas que presentan un riesgo más bajo, esto se debe principalmente a la menor amenaza, producto de su lejanía con respecto a la zona de mayor actividad turística; su vulnerabilidad es media debido a las condiciones agroecológicas en las que se encuentran y el SMA aplicado. La sexta finca presenta un riego ligeramente más alto con respecto a los dos anteriores, producto de su vulnerabilidad, ya que es un sistema de producción en abandono temporal, el cual limita la consolidación de sus relaciones sociales y su identidad.
Conclusiones
El turismo constituye una amenaza para los SPT del Occidente Cercano de Antioquia y el riesgo de desaparición es más elevado para los SPT localizados en las zonas de mayor actividad turística, con respecto a otros que se encuentran a mayor distancia o en sitios a donde las vías no llegan directamente. La vulnerabilidad de los SPT se ve afectada por condiciones internas de los sistemas, cuya producción se basa en el uso de tecnologías inadecuadas para las condiciones biofísicas presentes. Sin embargo, otros factores de igual importancia para la vulnerabilidad fueron, por un lado, el hecho de si el tomador de decisiones era o no el dueño de la tierra, y por otro, la falta de relevo generacional para continuar al frente de la finca. Adicionalmente, la ausencia de planes de instituciones municipales y departamentales también aumenta la vulnerabilidad.
Los SPT se podrían fortalecer mediante su articulación con las nuevas dinámicas económicas de la región, y a través de la promoción de la cultura local en modelos de turismo rural con identidad cultural. También se puede mejorar la producción, transformación y comercialización de productos que son requeridos por los visitantes y nuevos residentes. Sin embargo, para ello es necesario generar políticas públicas para el fortalecimiento de mercados internos y de inserción de los productos en los establecimientos relacionados con el turismo.
En territorios en los cuales el turismo es una realidad, como en el Occidente Cercano de Antioquia, es necesario concebirlo como una actividad estructural ordenadora del territorio y transitar, como sugiere López Zapata (2014), del ejercicio de la planificación sectorial al de la ordenación territorial, de modo que se trabaje integralmente sobre sus efectos. Los SPT además de producir alimento y representar la cultura local, cumplen múltiples funciones para el bienestar de la sociedad y del medio ambiente (Klein y de Souza 2013), por lo tanto su protección es importante. Lo que está en peligro de desaparición no es solamente el sistema de producción, sino también el conocimiento generado en el manejo y uso de las especies, y la captación de recursos escasos como el agua para fines recreativos, cuyas demandas son más altas que las de los SPT.
Desde esta perspectiva, el turismo rural, con identidad cultural y territorial, entre muchos otros tipos de turismo (Kravets y de Camargo, 2008) constituye una oportunidad para el fortalecimiento de los SPT. La Organización Mundial del Turismo (OMT 2013) prevé que en el contexto de la demanda internacional, el turismo cultural crecerá más que las demás tipologías. De acuerdo con esto, las múltiples opciones que ofrecen los SPT del Occidente Cercano antioqueño constituyen una opción de alto valor para el turismo cultural, representado en: primero, la producción de frutas tradicionales que hoy podrían clasificarse como exóticas; segundo, el conocimiento asociado a su producción y transformación artesanal; y tercero, la riqueza fitogenética, por la cual se podría declarar esta región de interés científico.
Finalmente, si bien la metodología propuesta requiere ajustes continuos en los factores y subfactores considerados para incluir de manera más sensible la realidad de los SPT, así como el estudio de un mayor número de casos para la validación, se demostró que dicha metodología puede ser un instrumento eficaz para evaluar el riesgo al que se enfrentan los territorios y las poblaciones que lo habitan, ante las propuestas de desarrollo generadas exógenamente y que constituyen una amenaza cuando no son incluyentes. Así, se propone una metodología para el estudio de riesgos de los SP frente a eventuales amenazas de carácter multidimensional.