1. Introducción
“Todo aquel que contribuya al conocimiento de Santander es santandereano” (Martínez, 1999, p. 92).
“La historia propone, pero el presente dispone, y lo que se sucede es regularmente diferente de lo que se quería” (Nora, 2008, p. 176).
Los estudios sobre las esculturas y los monumentos en Santander están en proceso de construcción. Precisamente, el presente trabajo surge debido a una necesidad y ausencia de estudios (de orden académico y municipal) sobre las esculturas de la provincia de Guanentá, Santander-Colombia. En este sentido, la pregunta ¿Cuánto saben los habitantes de una localidad sobre los personajes exaltados en los monumentos y bustos erigidos en sus parques o plazoletas?, sirvió de orientación para la presente reflexión, y es que, como afirma Rueda, “El pueblo más miserable tiene al menos un monumento a la bandera o de algún hijo ilustre que ya nadie sabe quién es o por qué lo fue, pese al monumento.”1 Precisamente, los monumentos y esculturas surgen como manifestación del hombre en un lugar determinado, y obedecen a intereses de índole religioso,2 político, cultural, estético, entre otros. Por ende, una cosa es emplazar un monumento (el proyecto monumento), y otra, lo que representa el monumento y lo que se sabe de él; ya que, en esencia, se erige para servir de recordación y conmemoración. En este sentido, para la elaboración del estudio, se hizo una revisión a la literatura existente sobre esculturas y monumentos en Santander, que se clasifican en tres grupos: académica, informativa y literatura local. De la primera, de la revisión bibliográfica identificada, se resalta el interés de investigadores del programa de Historia de la Universidad Industrial de Santander (UIS) por adelantar desde el año 2006 reflexiones en torno a la identidad y el patrimonio cultural santandereano, que tiene como eje de estudio las plazas, los parques y otros escenarios emergentes como parques temáticos; no obstante, el foco de trabajo se sitúa en la capital departamental: Bucaramanga. Otros trabajos académicos son las monografías3 y tesis que abordan estudios culturales y patrimoniales4 como el caso de las artesanías en los municipios de Curití y Barichara. Estos trabajos aportan a la construcción de una historiografía regional. Del segundo grupo, se destacan las guías turísticas, que, aunque no hacen una revisión profunda de lo que supone hay en cada municipio, sirven de senda turística e informativa de los escenarios representativos. La del tercer grupo, elaborada en el seno de cada municipio, evidenció la ausencia de estudios locales sobre el patrimonio, la cultura, la historia y el arte. En este sentido, el proyecto es de vital importancia ya que busca aportar a la construcción de estudios sobre historia e historia del arte, particularmente de las esculturas y los monumentos de la provincia de Guanentá; y enriquecer los estudios patrimoniales, culturales e historiográficos de la región, y que sirvan de base para investigaciones desde el turismo, los estudios culturales, la identidad, etc. En este sentido, se relacionan los pueblos abordados5 y los monumentos y esculturas estudiados: en San Gil, el monumento al Cacique Guanentá, y el busto de Carlos Martínez Silva; en Barichara, los bustos de Aquileo Parra, el Capitán de Borja Francisco Pradilla; la escultura de Belisario Betancurt; en Charalá, el monumento a José Antonio Galán Zorro, y el monumento Puente del Pienta; en Pinchote; los bustos de Antonia Santos, Eliseo Quintero Durán, y el monumento de Antonia Santos; en Curití, los bustos de Ismael Enrique Arciniegas y Francisco Santos Galvis; y finalmente, en el Valle de San José, los bustos de Bolívar libertador y Francisco de Paula Santander.
El tipo de investigación es histórica y consistió en la revisión documental en Archivos y Bibliotecas Públicas Municipales, de fuentes primarias y secundarias tales como documentos oficiales (cartas, planos, informes, leyes, entre otros), prensa, imágenes fotográficas, obras de arte, revisión de artículos y libros. Así mismo, se realizó trabajo in situ en cada uno de los municipios estudiados, con el fin de hacer registro fotográfico de los monumentos y esculturas de los parques principales; por último, se aplicaron entrevistas a historiadores y gestores culturales de los municipios con el fin de complementar la información hallada en las publicaciones locales.
2. Antecedentes de la práctica del monumento: su origen
El proceso evolutivo del monumento puede orientarse desde varios autores, por ejemplo, para el austriaco Aloïs Riegl,
en la época del Antiguo Oriente los monumentos respondían por lo general a los designios de individuos (o familias), mientras que con los griegos y romanos surge el monumento patriótico, que desde un principio se situaba bajo la protección de mayores grupos de interesados. […] a partir del siglo XV se vino configurando en Italia un nuevo valor rememorativo. Los monumentos de la Antigüedad Clásica comenzaron a valorarse de un modo nuevo, […] debido a su «valor histórico y artístico». […] y mantendrá su vigencia hasta entrado el siglo XIX.6
Por su parte, el profesor e investigador español Juan Manuel Covelo López, realiza un recorrido por los procesos históricos del monumento, teniendo como eje central de estudio el monumento público, desde sus primeras manifestaciones megalíticas, recorriendo obras egipcias, griegas, romanas, medievales, renacentistas, barrocas, de siglo XIX, hasta llegar al siglo XX. En este sentido, para Covelo, los monumentos tienen sus raíces en prácticas funerarias, (los monumentos funerarios como dólmenes), luego, con el mismo desarrollo de recintos funerarios, la escultura monumental hace su aparición (como en los templos egipcios, en el de Abu-Simbel).
Sin embargo, en simultáneo, se dio interés al monumento público, con el fin de consolidar la memoria de los héroes (como la estela mesopotámica de NaramSin), e influenciando así a Grecia y su escultura (como la Atenea Prómacos de la Acrópolis) monumental, por ejemplo, la escultura de Fidias Atenea Parthénos de 12 metros de alto. No obstante, el desarrollo del monumento público como hoy se entiende, se dio en el imperio romano: diferentes emperadores, estatuas pedestres y ecuestres (como la de Marco Aurelio en el siglo II), y desarrollada bajo un estilo realista e idealizado. Sus formas de expresión son variadas como arcos del triunfo, relieves descriptivos, escultura exenta o de bulto y columnas. En la Edad Media, no abundan los monumentos públicos, en parte por el declive de la idea del ser humano en su individualidad. Sin embargo, en iglesias y catedrales seguirán apareciendo relieves y esculturas.
Con el Renacimiento y el concepto de humanismo, reaparece el monumento público (como las estatuas ecuestres de los Condottieri Gatamellata y Coleoni). En el Barroco aparecerán otros elementos como las fuentes monumentales (como la de Tritón, en la Piazza Barberini). En el siglo XIX, se retomarán aspectos romanos, como el arco del triunfo y se inserta la puerta monumental o conmemorativa (como la puerta de Brandenburgo). Un cambio y aporte se da en la escultura del siglo XIX con la obra de Rodin, quien deja de usar el pedestal, facilitando al espectador recorrerla en su mismo espacio, el monumento se vuelve “más próximo y tangible”, menos sacralizado y lejano al tacto (como la obra Los ciudadanos de Calais).7Parafraseando a Riegl, el siglo XIX fue el que dio “valoración al valor histórico” y su protección legal. Lo cierto es que “el monumento público ha ido adoptando, desde el siglo XIX, la cualidad de configurarse como elemento de identidad de la ciudad”,8 tal y como revisaremos más adelante con las esculturas y monumentos de la provincia de Guanentá.
Por otra parte, a modo de inciso, Covelo delimita los monumentos desde su temática, su morfología, la tipología y la espacialidad, para plantear al monumento como una manifestación básica del hombre, que conforme el tiempo, y aunque adopta ciertas cualidades de la época, su fin primordial es el de perpetuar a una persona o un hecho. En este sentido, parafraseando a Covelo, la temática del monumento se puede dividir en dos tipos: monumento dedicado a un personaje, y el consagrado a un hecho histórico. En cuanto al emplazamiento de los monumentos, Covelo menciona que:
los monumentos pueden dividirse del siguiente modo: Monumentos en jardines, monumentos en calles o monumentos en plazas. La situación de uno u otro, llevará implícita ciertas consideraciones a tener en cuenta por el autor. Por ejemplo, los monumentos en jardines suelen tener una percepción más intimista que los localizados en las calles. Por su parte, los monumentos en plazas, se convierte en el referente del lugar, por lo que su estética debe armonizar con el medio.9
En cuanto a la morfología, la manifestación más simple es:
la placa conmemorativa, localizada en un lugar de especial significación. Otra tipología de relativa simplicidad, lo constituyen los bustos, que pueden ser exentos o formando parte de composiciones más amplias. Un tipo más complejo lo forman las estatuas que, a su vez, las podemos clasificar en pedestres, sedentes o ecuestres. Por otra parte, y como tipologías más complejas, tendríamos las fuentes y los conjuntos monumentales, estos últimos con una gran variedad de posibilidades compositivas.10
La última línea se refiere a arcos del triunfo, dólmenes, templetes conmemorativos y las columnas conmemorativas.
Retomando el proceso del monumento, la investigadora francesa Françoise Choay, en su libro Alegoría del Patrimonio,11 afirma que desde 1820 “El monumento histórico entra entonces en su fase de consagración, que durará hasta 1960 o, tomando una fecha simbólica, hasta 1964, año de la redacción de la Carta de Venecia.”12 Y es que, Choay considera que:
la ruptura que supuso la industrialización se ha mantenido, durante toda esta fase, como la infranqueable línea de separación entre un antes -donde se encuentra relegado el monumento histórico- y un después con el que debuta la modernidad. […] La revolución industrial, como proceso de desarrollo planetario otorgaba virtualmente al concepto de monumento histórico una acepción universal, aplicable a escala mundial.13
Tanto que agilizó la legislación de la protección de los monumentos14, y dio cuerpo a la restauración como disciplina. Con la era industrial surge una ruptura de conciencia debido a los cambios en las prácticas cotidianas y con las transformaciones físicas del entorno; a las que Choay, se refiere como a “la toma de conciencia de un cambio de era histórica” y un “un nunca más como antes”;15 ideas que no distan de las de Covelo, cuando comenta que el monumento público tuvo gran pujanza en el siglo XIX, en parte por las ideas del nuevo hombre y por el progreso.16
Para el caso americano,
se extendió una práctica de mimetismo respecto de las tipologías monumentales europeas. De este modo, se levantaron obeliscos, como en Buenos Aires, Maracaibo, Rio de Janeiro; o réplicas de la Torre Eiffel, como las de Guatemala, La Habana o Mar de Plata, […] con el paso del tiempo las naciones americanas encontraron nuevas fórmulas compositivas y estéticas, aportando ejemplos tan peculiares como el Monumento a la Revolución en México (1932).17
Para el caso colombiano, los monumentos y las esculturas se encuentran principalmente en los parques18 y las plazas19 públicas. Como afirma Reyes, “Nuestros primeros parques, a diferencia de los europeos, fueron el resultado de la transformación de plazas y plazuelas en parques como tal.”20 Incluso, “Hasta el siglo XIX el parque público tomará la forma y la esencia del parque tal y como lo conocemos en la actualidad: como un terreno de uso público, inmerso en medio de desarrollos esencialmente urbanos”.21
El parque jugó un papel desde varios frentes: desde lo estético, lo sanitario, lo simbólico, lo cívico y lo cultural. Los primeros aparecen en Bogotá22, acompañados de objetos y nombres para construir la identidad nacional. En el caso de Santander, puede verse los cambios en la capital departamental:
Las plazuelas, herencia colonial de la ciudad, fueron los espacios elegidos para dar inicio al proceso de conversión. Estas plazuelas carecían de valor estético. El parque-jardín Reyes González, antigua Plazuela de Santa Rosa, hoy Parque Centenario, fue la primera experiencia de la transformación y re-significación de estos escenarios en Bucaramanga. […] Finalizada la primera mitad del siglo XX el centro de Bucaramanga ya contaba con los parques García Rovira, Romero, Centenario, De los Niños, Santander, Antonia Santos y finalmente Bolívar. […] Aun hoy estos siete parques siguen estando presentes en el imaginario colectivo como símbolo y espacios estructurantes de la ciudad.23
En suma, la práctica del monumento ha tenido varios derroteros, entre los que se destaca el servir de andamiaje para la construcción de una identidad nacional; así mismo, con los procesos históricos de progreso, se identificó que dichos objetos son susceptibles de desaparecer, y con ello, generar una discontinuidad de la memoria impartida y construida, lo cual generó la creación de mecanismos proteccionistas. Por su parte, con los parques y plazas, el espacio público, lo ornamental y estético se transforma en unidad simbólica, en el que el emplazamiento del monumento o la escultura, son la manifestación de los proyectos nacionales e identitarios mediante los personajes allí representados.
3. Antecedentes: los estudios sobre la escultura en Santander
El estudio de los monumentos públicos y el patrimonio no ha sido tan estudiado en la historia del arte como afirman varios autores;24 para el caso santandereano, desde el campo del arte, se revisó el trabajo de Betty Gallo Rondón,25Santander y su Plástica, de 1993, el texto tiene un componente biográfico de los artistas y revisa las obras escultóricas y pictóricas; así mismo, se revisaron los trabajos de Andrés Leonardo Caballero Piza,26 particularmente Apuntes para una historia (mínima) del arte santandereano: 1960-2006; y Contemporaneidad en la provincia. Artes plásticas en Santander 1960-1979; publicados en el 2019 y 2015, respectivamente. El trabajo de 2019, es una propuesta a modo de guía reflexiva de las formas en cómo se ha mirado el arte santandereano y plantea otras categorías de estudio desde las diversas fuentes documentales existentes,27 instituciones y artistas. El trabajo de 2015 aborda principalmente la pintura en Bucaramanga entre los años 1960-1970; revisa los antecedentes artísticos de tendencia academicista; las exposiciones y la educación artística,28 e identifica y clasifica en tres generaciones a los artistas santandereanos que estuvieron en el plano artístico nacional.29
Los estudios de corte histórico y patrimonial,30 si cuentan con investigaciones sobre los monumentos en Santander. La mayoría hacen parte de los procesos investigativos de la Revista Cultural de Santander,31 de artículos científicos y trabajos monográficos. A grandes rasgos, los temas se centran en la capital santandereana, con el estudio de los parques, las plazas y las esculturas allí emplazadas; de orden conceptual sobre el monumento y el patrimonio y su relación con la historia regional y local, así como la relación entre monumento e historia; revisión a los planes de desarrollo departamental y políticas públicas; también hay abordaje de monumentos de orden regional como el parque temático Parque Nacional de Chicamocha (Panachi) y su escultura sobre la santandereanidad; el monumento a Nuestra Señora del Socorro, en la provincia comunera, y el proyecto de un parque temático sobre la Batalla del Pienta, en Charalá, perteneciente a la provincia de Guanentá.
En los estudios revisados sobre la historia del arte santandereano no se detectaron trabajos sobre los procesos de las esculturas y los monumentos de la provincia de Guanentá, salvo la mención del escultor Gómez Castro. De igual forma, en las investigaciones historiográficas de Santander, se alude particularmente a los trabajos señalados en Charalá y Socorro, sin hacer énfasis en los monumentos y esculturas de los parques y plazas de la provincia de Guanentá.
En este sentido, se revisaron las guías turísticas del Departamento, con el fin de identificar si en ella se da visibilidad y reconocimiento a los monumentos de los municipios de la provincia de Guanentá: La guía del 201132 es presentada por el Gobernador de Santander, Horacio Serpa Uribe, y apunta a promover las provincias de Santander: Soto, García Rovira, Comunera, Mares, Vélez y Guanentá. El documento menciona los aspectos generales de Colombia desde los símbolos patrios, la biodiversidad, la gastronomía; de igual forma, de Santander se reseñan aspectos como el clima, la hidrografía, las vías de comunicación, la fisiografía, y la historia, de la cual se hace mención de lo prehispánico y la revolución comunera, los caminos reales, el arte, la cultura, las fiestas, el patrimonio cultural, la gastronomía, el turismo de aventura, el Parque Nacional de Chicamocha, la salud y los parques nacionales.
La Provincia de Guanentá es calificada como el “eje turístico de Santander”, en parte por estar ubicada en el centro del departamento, y por el mote que se le ha dado a San Gil, como la Capital Turística de Santander, producto de la oferta en cuanto al turismo de aventura en conjunto con sus municipios aledaños, debido a el factor climático y geográfico que presenta recursos naturales para dichos fines. La guía hace un recorrido por los pobladores Guane, la fundación de la provincia en 1689; la geografía y los ríos. Destaca a San Gil, su capital, por su oferta turística; y de Barichara, se hace gala de su calificativo “el pueblito más lindo de Colombia”.33
La guía utiliza categorías para mencionar lo que posee cada provincia: historia, arquitectura, parques, economía, sitios de interés y festividades, las más recurrentes. En este sentido, por ejemplo, la provincia Comunera tiene adicionalmente las categorías Puentes, Museos, Economía; en Vélez, se destaca la categoría historia; en la provincia de Mares y Bucaramanga, se adiciona la categoría monumentos, entre otras. Las categorías de la provincia de Guanentá son monumentos religiosos, arquitectura, parques, sitios de interés y festividades.
En este sentido, revisando la categoría Arquitectura de la provincia de Guanentá, de San Gil se menciona el monumento al Cacique Guanentá, cuando aún estaba en su ubicación inicial: el Malecón. Sin embargo, pese a señalar una escultura exenta, la guía no hace mención del busto de Carlos Martínez Silva en el Parque la Libertad. De Barichara, se hace mención del monumento a la Hormiga Culona, ubicada dentro del patio de la Alcaldía; el monumento alegórico a los Talladores de Piedra; y el monumento al Buey. Curiosamente, no se hace mención de la piedra de Bolívar, ni del busto de Aquileo Parra en el parque principal.34 En Curití, se mencionan la Casa del Conde de Cuchicute, el cementerio Laico y la gruta.35
En la categoría de Parques, de San Gil se menciona el Parque Gallineral, el Parque Natural la Chorrera (que, dicho sea de paso, no es parque natural, es un pozo), el Parque Ecológico Ragonessi (hoy en estado de abandono total) y, finalmente, el Parque la Libertad, del cual se mencionan sus ceibas centenarias, y la fuente (nuevamente se soslaya el Busto de Carlos Martínez Silva). De Barichara, se menciona el Parque Principal (sin señalar el busto de Aquileo Parra); el Parque de las Artes Jorge Delgado Sierra, construido en 1998, constituido por 22 esculturas de piedra tallada por artistas de 11 países y talladores de la región. De Curití, se menciona el Parque Natural El Santuario, y se omite el parque principal donde están ubicados los bustos de Ismael Enrique Arciniegas y Francisco Santos Galvis. De Charalá, se señala el Parque Principal, el monumento de José Antonio Galán y el Samán; y el Santuario de Fauna y Flora Guanentá Alto Río Fonce.36
Finalmente, en la categoría Sitios de Interés, de San Gil se mencionan el balneario Pozo Azul, el Pozo el Tambor, el Río Fonce y el Cerro de la Cruz, erigido “como recordatorio de la Misión en el año de 1888, la comunidad de los Padres Jesuitas, levantaron altiva y orgullosa la cruz, como símbolo de Cristiandad, amor y paz del pueblo sangileño”.37 De Barichara, se reseña el Mirador, Puente Grande, el Salto del Mico, y del corregimiento de Guane: el Museo Arqueológico y Paleontológico. De Curití, se reseña la Cueva de la Vaca y la Cueva del Yeso, La Cueva del Carme y el Balneario Pescaderito.38
La guía Santander Colombia, Guía Turística,39 publicada en 2013 por el Ministerio de Comercio Industria y Turismo, hace un recorrido por las generalidades de Colombia y de Santander, se reseñan aspectos históricos, la geografía, los recursos naturales, los parques naturales, los recursos humanos y culturales, como la artesanía, y los epicentros comerciales de algunos pueblos; se mencionan los valores culturales como lo musical, las artes y artesanías, los deportes de aventura, los festivales, eventos y lo gastronómico; se describe pueblo por pueblo, sus sitios de interés, tales como lo arquitectónico, artístico, los parques, el patrimonio, lo histórico; por último plantea rutas turísticas desde la relación vial entre cada municipio.40
De San Gil, se hace mención de los deportes extremos, la arquitectura religiosa y civil de manera general, sin abordar casos particulares; se menciona el Parque Gallineral y el monumento a Jorge Villamil, el compositor del pasillo “Si pasas por San Gil”. La reseña sobre el municipio está dirigida a los deportes de aventura y menciona lugares naturales como Pozo Azul; el Parque la Libertad, del cual se menciona la catedral; así como la reseña de la Casa de la Cultura “Luis Roncancio”, con su fecha de construcción y la referencia al pintor bumangués de quien toma el nombre la casa.41 Sin embargo, de los monumentos del espacio público en los parques como la escultura del Cacique Guanentá y el busto de Carlos Martínez Silva, no se menciona nada. Nuevamente, se incluye el Cerro de la Cruz, el cual es calificado de “monumento” que, sumada la cruz y el pedestal mide 15 metros de altura, construido por iniciativa del Club de Leones, que sustituyó “el monumento original erigido en 1888 por la comunidad jesuita”.42
De Barichara, se hace énfasis en el calificativo que tiene el municipio como el más bello de Colombia, además de ser declarado monumento nacional. Se resalta sus calles empedradas, las casas civiles desde sus elementos constitutivos como lo son el bareque y tapia pisada para el techo y los muros respectivamente, los colores de las casas, y en suma, este armazón que “le imprime al municipio un aspecto que, por sí solo, habla de historia, de colonos, de tradición y de cultura.”43 Se menciona la arquitectura religiosa, como la Iglesia de la Inmaculada Concepción, la Capilla de Santa Bárbara, la escultura de los bueyes, el Parque de las Artes Jorge Delgado Sierra; se indican sitios de interés turístico como el mirador, la casa Aquileo Parra, la Escuela taller de artes y oficios de Barichara, el ejercicio de la talla en piedra y la artesanía, tan característica en el municipio; y el corregimiento de Guane.44
De Curití, que fue erigido como municipio en 1877, le mencionan como “la tierra de las brumas y los atardeceres”, la tierra de cuevas, caídas de agua y monolitos, la elaboración de artesanías con fibras naturales, y por ser la cuna del poeta Ismael Enrique Arciniegas. Entre los sitios destacados están los espacios naturales como la Cueva del Yeso, la Cueva de la Vaca, el Balneario Pescaderito y el Santuario; y finalmente la Iglesia Parroquial (1807).45
De Charalá, se señala su legado histórico relacionado con los comuneros; así como su arquitectura civil de balcones en madera, propias de la colonia; los recursos hídricos y naturales. Entre los sitios destacados en la guía esta la Iglesia Nuestra Señora de Monguí, erigida en 1702, posteriormente remodelada en siglo XX; la Casa de la Cultura José Acevedo y Gómez; las cascadas de Juan Curí, y el Parque Principal José Antonio Galán, en el que se destaca el árbol Samán, por encima de la escultura del comunero Galán, que curiosamente, no cuenta con ningún comentario.46
De la revisión a las guías existentes, se evidencia que, en la provincia de Guanentá, no se da la importancia suficiente a las esculturas y monumentos, lo cual imposibilita que sirvan como base para la creación y promoción del turismo histórico de carácter local y regional.
4. Monumentos y esculturas de la provincia de Guanentá
Los monumentos y esculturas de la provincia de Guanentá tienen tres ejes temáticos: conmemorar un personaje o acontecimiento del movimiento comunero o patriótico (Charalá, Valle de San José y Pinchote); conmemorar personajes destacados del municipio y personajes prehispánicos (Barichara, Curití y San Gil). Aunque se advierten otro tipo de esculturas47, se realizará énfasis en los ubicados en los parques principales de cada municipio.
4.1 Charalá
El primer monumento a revisar es el de José Antonio Galán Zorro (Figura 1), ubicado en el parque principal de Charalá y se enmarca en la conmemoración patriótica colombiana, particularmente con la insurrección comunera.48
El texto que contiene la placa reza:
José Antonio Galán Zorro. El gran Capitán Comunero-Precursor de la Libertad de Latinoamérica. Juramento ¡En nombre de Dios, de mis mayores y de la libertad, ni un paso atrás, siempre adelante, y lo que fuere menester... sea! Charalá-Santander 1749- Santafé de Bogotá, 1 de febrero de 1782.
En 1779 fue enviado a servir como soldado en el Regimiento Fijo de Cartagena de Indias a cumplir una condena de 10 años de destierro y trabajo forzado, de donde se escapa en 1781 para liderar la célebre Insurrección de los Comuneros. Galán no acepta las capitulaciones de Zipaquirá firmadas por EL COMUN en cabeza de Francisco Barbero y continúa su campaña en busca de la libertad. Fue traicionado, perseguido y capturado por Salvador Plata, cerca de Onzaga; llevado a Santafé, condenado a muerte y fusilado por la espalda. Su cuerpo descuartizado, la cabeza enviada a Guaduas, la mano derecha Al Socorro, la izquierda a San Gil, la pierna izquierda a Mogotes, la pierna derecha a Charalá lugar de nacimiento y su tronco pasado por llamas.
Esta placa se instaló en recuerdo de sus 236 años de ejecución. Charalá, cuna de la libertad de américa.
Sin embargo, es de anotar que la placa actual (2018) no es la original, empero, tiene más información que orienta a la memoria; la placa original se encuentra colgada en la Casa de la Cultura de Charalá, y tienen consignado “José Antonio Galán, Hijo de Charalá, caudillo que encarnó en toda su grandeza los ideales de la revolución comunera. Año MCMLIX”. Infortunadamente, ninguna de las placas precisa al autor de la obra, ni su fecha de emplazamiento: datos que hacen parte del discurso lúdico y pedagógico de los monumentos, ya que, la información suministrada en las placas debe informar al menos cuatro datos fundamentales: lo conmemorado, la fecha de emplazamiento, el ente patrocinador y el autor material de la obra.
El autor de la escultura de Galán fue el bumangués Carlos Julio Gómez Castro; considerado como un escultor de próceres y de “los valores nacionales, pues buena parte de su obra está dedicada a representar el paso que por la vida y el legado de importantes personalidades colombianas; ejecutó más de 110 obras que se encuentran en sitios estratégicos de Bucaramanga y otras regiones del país.”49 La escultura tiene sus orígenes en la década del 30, cuando Colombia evidenciaba desde los actores sociales, la lucha obrera, los ideales nacionalistas. En dicho marco, surgió un proyecto de gobierno adelantado en 193750, que buscó honrar la memoria del mártir comunero, José Antonio Galán Zorro, en una de las plazas de Bucaramanga. Aunque estuvo proyectado para 1940, solo hasta 1944 se definió que sería el Parque de los Niños de Bucaramanga, el lugar donde se emplazaría el monumento. En ese sentido, en 1947 se encomienda a Gómez Castro su ejecución, para ello “se radica en Lima por dos años, pues allí se encuentra el taller del italiano Bruno Campagnola, que es escogido por el maestro para fundir la escultura en bronce.”51 Sin embargo, el monumento no será emplazado hasta el miércoles 12 de octubre de 1949, en el marco de la celebración del día de la raza.52 Lo cierto es que, en este largo proceso de materialización de dicha escultura pedestre, se fundió una réplica adicional que tuvo como destino el parque principal de Charalá en 1959 (según reza la placa original ya citada), es decir, una década posterior a la erigida en el Parque de los Niños53; otra escultura, a escala menor, actualmente hace parte de la colección del Museo Moderno de Bucaramanga (MMAB).54 De ésta escultura, Reyes, plantea que “La estatua representa al gran charaleño en actitud rampante, y en ella se aprecia la figura legendaria de José Antonio Galán, arrogante y vigorosa; en su mano derecha sostiene una antorcha simbólica, y la izquierda la tiene cerca al corazón.”55 Por su parte, Martínez menciona que “La antorcha que porta en su brazo derecho, el torso desnudo y el grito que lanza relatan una temprana historia de libertad contra el dominio de la Monarquía Hispana. Estamos ante un relato monumental de un “precursor” de la independencia nacional”.56
Dados los recientes proyectos de gobierno en materia de monumentos, se reseña una escultura adicional que no hace parte del parque principal: en la vía San Gil-Charalá, en la curva que separa el puente que da acceso a el municipio de Charalá, se emplazó, el 4 de agosto del 2012, el Monumento Puente del Pienta, Batalla 4 de agosto de 1819, elaborado por el escultor bumangués, residente en Charalá, Jaime Guevara. Inicialmente, el monumento estuvo emplazado al nivel del suelo, y, dicho sea de paso, sufrió daños a causa de las “condiciones climáticas” en el 2016.57 Actualmente, el monumento cuenta con un pedestal de concreto, y frente a este, en una pared natural, yace la placa en piedra que orienta su ejecución.58 Esta obra, sirve de punto de partida para lo que posteriormente será el Parque Temático de la Batalla del Pienta (al estilo Panachi), adelantado por el Gobierno Nacional,59 producto de la Ley 1644 de 2013 60 y la Ley para la celebración del Bicentenario expedida por el Congreso de la República emitida en 2018.61
4.1 Valle de San José
En el parque principal de Valle de San José están erigidos los bustos de Bolívar Libertador y Francisco de Paula Santander (Figura 2), elaborados por el escultor Pedro Julio Cortes Alemán, y donados por María José García Vega, obras emplazadas en el marco del Bicentenario de la Independencia 1810-2010. Los dos bustos están realizados en fibra de vidrio y pintada en color cobrizo, cuentan con un pedestal que tienen dos placas descriptivas que enmarcan lo que se conmemora, el patrocinador y el autor material. Sin embargo, las dos esculturas no tienen relación directa con el municipio, y como bien aparece en la placa, habitan el espacio público del parque principal, producto de una donación; es decir, son primero de orden decorativo, que conmemorativo; sin embargo, esto no resta que los bustos tengan un componente simbólico y pedagógico.
4.2 Pinchote
El municipio de Pinchote tiene dos bustos y una escultura pedestre. El primer busto (Figura 3), posiblemente se enmarca de manera posterior a lo que fue la conmemoración del sesquicentenario de la muerte de Antonia Santos Plata, actualmente ubicado en el costado derecho del Colegio Pedro Santos, precisamente en el pedestal donde reposaba la desaparecida placa (Figura 4)62 conmemorativa que menciona dicho acto: “A la memoria de Antonia Santos Plata, Ilustre hija de Pinchote. Nacida el 10 de abril de 1782 con motivo de Sesquicentenario de su martirio en el Socorro en favor de la Libertad el 28 de julio de 1819. Administración C. Zarate, T Ruiz, J Cristancho. Julio 28 de 1969.” Actualmente, esta investigación desconoce el paradero de la placa, pero aún se puede ver los agujeros que una vez fueron realizados sobre la piedra con el fin de fijarla. No obstante, pese a la sombra de su ausencia, brilla con intensidad el busto de la heroína, que resiste ahora los descuidos administrativos, para no ser olvidada.
La escultura pedestre de Antonia Santos Plata ubicada en el parque principal de Pinchote (Figura 5) fue realizada en yeso y emplazada en un pedestal de piedra, por el escultor boyacense Luis Francisco Toledo Castellanos, e inaugurada el 18 de agosto de 1996. La escultura cuenta con una placa informativa que dice: Antonia Santos Plata. Abril 10 de 1782 - Julio 28 de 1819. Heroica mujer hija de Pinchote, Constructora de la Nacionalidad y ejemplo de Patriotismo. Pinchote. Alejandro Hernández G. alcalde Municipal. Honorables concejales, Lorenzo Díaz, Eliseo Quintero, Héctor Rodríguez, Benjamín Villamil, Lucio Ramírez, Gonzalo Ortiz, Efraín Gómez. Francisco Toledo, Escultor. Pinchote agosto 18 de 1996.
Finalmente, está el busto dedicado al exalcalde de Pinchote,63 Eliseo Quintero Durán (1954-2018) (Figura 6), realizado por el escultor José Ropero Reyes, elaborado en fibra de vidrio, y emplazado en un pedestal de piedra con la inscripción: Eliseo Quintero Duran. Profesor por Excelencia que con su fuerza e inteligencia logró fundar los colegios de Pinchote, Cabrera y Palmas del Socorro, entre muchas obras más que ejecutó en su municipio. Gran líder pinchotano, íntegro y sencillo quien ejerció como concejal y alcalde, seguro que no hay nada imposible para aquel que lo intenta. El profe “Cheo” en su paso por este mundo dejó huella de su amor en el corazón de sus alumnos, familiares, amigos y su pueblo quienes siempre lo recordaremos. Jun. 6 1954 - May. 12 - 2018.
4.3 Barichara
En el parque principal están emplazados dos bustos y una escultura alusivos a tres personajes influyentes para la historia de Barichara. El primero es el del oriundo de Barichara, José Bonifacio Aquileo Elías Parra Gómez (1825-1900), quien fue militar, diputado y presidente de la Asamblea Legislativa de Santander, y presidente de los Estados Unidos de Colombia entre 1876 y 1878, perteneciendo al liberalismo radical.64 La imagen de este hijo ilustre patiamarillo reposa frente al Colegio Técnico Aquileo Parra. Sin embargo, en dicho lugar han estado emplazados dos bustos: el primero, realizado en metal, fue erigido en 1972 por el Instituto Industrial en celebración de sus bodas de plata, y actualmente yace dentro del colegio. El segundo, elaborado en resina plástica, y montado en el 2005 (Figura 7), tiene un nuevo pedestal con la inscripción: “Homenaje a la Resp. Log. “Aquileo Parra Gómez No. 2” del O. de Bogotá D.C. a su mentor y Q. H. defensor de la libertad, la dignidad y la fraternidad de todos los colombianos. Enero 29 de 2005.” Dicho homenaje a Aquileo Parra obedece a que él practicó la masonería.65
El segundo busto pertenece al fundador de Barichara, el Capitán de Borja, Francisco Pradilla y Ayerbe. Dicho busto fue emplazado en el 2015 (Figura 8), y en su pedestal reza: “Homenaje al Fundador del Municipio de Barichara, Capitán de Borja, Francisco Pradilla y Ayerbe. Ramón Gandarias Alonso de Celis, Embajador de España en Colombia. Iván Alonso López Vesga, alcalde de Barichara, agosto 17 de 2015.” El motivo de su estar ahí, obedece la donación realizada por la Ruta BBVA;66 y como nota, cabe decir que el busto tiene su doble en la Ciudad de Borja, España,67 realizado por el escultor madrileño José Torres Guardia.68
Por último, diagonal a la alcaldía municipal de Barichara, está la escultura del expresidente Belisario Betancurt (Figura 9), la cual fue elaborada en impresión 3D, fundida en bronce y emplazada sobre un pedestal en piedra, por el escultor antioqueño Joaquín Restrepo. La escultura se inauguró el 9 de agosto de 2019, y fue develada por el presidente Iván Duque. Aunque Betancurt no es de Barichara, el que esté ahí, obedece a que el exmandatario pasó sus últimos años como residente en la localidad; tiempo que sirvió para que se formara la Escuela Taller de Barichara, a cargo de su esposa Dalita Navarro.69
4.3 Curití
En Curití existen dos bustos alusivos a personajes de una estrecha relación con el municipio. El primer busto pertenece a Francisco Santos Galvis (Figura 10), padre de Eduardo Santos Montejo, expresidente de Colombia en el periodo 1938-1942. La escultura se encuentra al costado izquierdo de la iglesia principal; y se compone de la escultura en granito negro y un pedestal en piedra con la inscripción: “Francisco Santos G 1846-1900”. Infortunadamente la información de la inscripción es incipiente, lo cual impide saber cuándo fue el año de su montaje, el ente patrocinador y el autor material. En este punto, para responder a las tres interrogantes de orden formal de la escultura, se revisó la Alcaldía y el Archivo Municipal de Curití y la biblioteca local, los cuales no tenían documentos ni información al respecto. Sin embargo, se halló la publicación Santander, tierra de historia, leyenda, vida y costumbres70 publicada en el 2018, que orientó el encuentro con la docente de Ciencias Sociales, Ana Isabel Urrea Zafra, al aparecer en dicho texto. En una entrevista realizada,71 Urrea orientó la posible fecha de emplazamiento de la escultura, la cual ubica entre los años de gobierno de Eduardo Santos Montejo, fechas en las que visitó al municipio para llevarse los restos de su padre.72 Ahora bien, quien escribe estas líneas, tras revisar el busto y la firma, indagó sobre las firmas de escultores colombianos. En ese sentido, se encontró en el relieve titulado Homenaje a los médicos de la guerra de Independencia, de 194073 (el cual hace parte del muro de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Colombia), que la firma era idéntica a la consignada en el busto de Francisco Galvis, por lo cual se concluyó que la obra pertenece al escultor boyacense y oriundo de Santa Rosa de Viterbo, José Domingo Rodríguez (1895-1968). Rodríguez fue un pintor y escultor academicista con miras al nacionalismo, y fue profesor de escultura en la Escuela de Bellas Artes de Bogotá, que acentuó su prestigio (sin ánimo de minimizar toda su obra) al ganar el primer premio de escultura en el III Salón Nacional de Artistas de 1942, por su obra Angustia.74
El segundo busto se erigió en homenaje al curiteño Ismael Enrique Arciniegas (Figura 11), poeta colombiano, distinguido por tener un estilo que linda entre el romanticismo y el modernismo. El autor de la escultura fue el santandereano nacido en Bucaramanga, Julio Gómez Castro. La escultura se compone de un busto en bronce y un pedestal con una inscripción que dice: “AL POETA DEL PUEBLO ISMAEL ENRIQUE ARCINIEGAS, Curití, 12 de enero de 1865 Santafé, 23 de enero de 1938. “A solas” ¿Quieres que hablemos?, Está bien… empieza… POETA, PERIODISTA, HISTORIADOR Y DIPLOMÁTICO.” La placa alude a el inicio de su poema más célebre, “A solas”. Por su parte, la escultura refleja las cualidades técnicas de Gómez Castro, así como su línea temática de abordar las esculturas de próceres y personajes nacionales, como los ya citados José Antonio Galán y el General Benjamín Herrera.
4.4 San Gil
Por último, se cierra esta revisión a los monumentos y esculturas de la provincia de Guanentá, con los trabajos actualmente emplazados en el Parque la Libertad de San Gil: el busto a Carlos Martínez Silva (Figura 12) y el monumento al Cacique Guanentá (Figura 13).
El primero, ha estado en el parque desde 1930, cuando llegó de Bogotá, elaborado por la empresa Marmolería Tito Ricci.75 La razón de su presencia en el Parque de San Gil obedeció a que, tras el fallecimiento de Carlos Martínez Silva, en 1903, se expidió la Ley 65 de 1926, que en
el Artículo 2° de la Ley 65 de 1926 ordenó levantar, por cuenta del Estado, dos bustos en bronce o mármol, uno en la plaza principal de la población de San Gil (departamento de Santander) y otro en el Parque de la Independencia de Bogotá, donde actualmente se encuentra emplazado. La ceremonia de inauguración fue realizada el lunes 8 de diciembre de 1930 y contó con la asistencia de los ministros de Relaciones Exteriores y Educación Pública, así como con la comisión del Senado y de la Academia de Historia.76
En este sentido, Carlos Martínez Silva tiene dos parques que le guardan su memoria por ser una figura que aportó al país desde sus diferentes roles: “fue doctor en Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad Nacional. Estuvo a Cargo de los ministerios de Instrucción Pública, de Relaciones Exteriores y del Tesoro. Además, fue rector del Colegio Mayor del Rosario y participó en la redacción de la Constitución de 1886.”77 A modo de nota, el busto de San Gil tuvo una ubicación diferente a su actual lugar: inicialmente se erigió donde hoy está ubicada la fuente central, tal y como puede verse en una fotografía de los años cincuenta78 (Figura 14), y su mención es breve en los trabajos que revisan la historia de San Gil.79
La historia del monumento al cacique Guanentá ha estado rodeado de polémicas e inconformismo de la comunidad80 debido a las acciones que se realizaron sobre la escultura por parte de la administración municipal. Desde 1989 hasta el 2011, el monumento estuvo ubicado en el Malecón de San Gil (Figura 15).
Sin embargo, en el 2012, el monumento fue emplazado en el Parque la Libertad; dicha acción se debió a varios factores: el primero, debido a una serie de remodelaciones que se ejecutaron en el Malecón en el 2007, se decidió cambiar el pedestal en el que estaban emplazados los tres indígenas que componen la escena, dejando las figuras al nivel del suelo. La segunda, que en parte es una consecuencia de la anterior, fue que, al bajar las piezas al suelo, las tres figuras se empezaron a ver afectadas por el público que lo visitaba, ya que manoseaban las figuras dañándolas, e incluso, se orinaban en ella parte de la población flotante y habitantes de la calle. En ese sentido, la administración optó por restaurarlas y emplazarlas con un nuevo pedestal sobre los restos de una ceiba del parque principal. Lo puntual de este caso es que el cambio de pedestal y el cambio del lugar inicial del monumento alteró, en primera instancia, la obra original, la cual iba a unísono con el poema dedicado a los guanes por parte de Enrique Ismael Arciniegas:
Guanentá con su gente el peñascal subía
Haciendo rodar piedra, la ira en la mirada;
Galeano y sus soldados siguieron la jornada
Por entre los barrancos de la agria serranía.
Ante los arcabuces su fila ya deshecha
Subió el Cacique a un risco bañado en resplandores;
Y cuando ya en su aljaba faltó la última flecha,
Su airón de rojas plumas despedazó bravío,
El arco de macana lanzó a los invasores
Y de un salto, sobre ellos, precipitóse al río.81
En segunda instancia, dejó sin la imagen física del Cacique, al lugar que desde su inauguración tuvo por nombre Malecón Cacique Guanentá. Los dos actos señalan un acto arbitrario que arremetió ante un monumento y un lugar de memoria,82 producto del desconocimiento de las dinámicas artísticas y significantes que poseen las imágenes, en donde el monumento es una unidad simbólica de estrecha relación con su lugar de emplazamiento, es decir, “el monumento queda inmediatamente vinculado con el lugar en el que se emplaza, confiriéndole un carácter propio al lugar.”83 Por tanto, como afirma Acevedo, “el valor y estimación que una comunidad otorgue a sus vestigios históricos le permitirán construir su patrimonio”,84 es decir, que es la comunidad quien legitima lo que les representa o significa patrimonialmente. Para el caso del Cacique, aunque hubo un pronunciamiento en desacuerdo de la comunidad, las acciones no cambiaron las medidas tomadas por el municipio.
5. Conclusiones
La revisión bibliográfica evidenció que pese a existir trabajos sobre arte y escultura a nivel departamental, existe una laguna investigativa sobre los monumentos y esculturas en la provincia de Guanentá. La mayoría de los textos apenas hacen mención de aspectos generales, sin mencionar cada una de las esculturas mencionadas en este trabajo (como es el caso de las guías de Santander); por ende, el presente esbozo contribuye en la elaboración de estudios sobre el arte de la provincia de Guanentá.
En cuanto a los monumentos estudiados, tienen sus particularidades y su convergencia; poseen una lógica de emplazamiento que se ha visto determinada por la remodelación de los parques, la promulgación de leyes y por iniciativas locales e incluso foráneas, que buscaron resaltar la memoria de un personaje, y hasta montajes producto de ornato. Los tres ejes temáticos de las esculturas estudiadas fueron: conmemoración de hechos y personajes históricos (Galán y la Batalla del Pienta en Charalá, Bolívar y Santander en el Valle de San José, y Antonia Santos, en Pinchote); conmemoración biográfica de un personaje representativo de vínculo directo con el municipio (Aquileo Parra y el Capitán de Borja, Francisco Pradilla y Ayerbe en Barichara; Enrique Ismael Arciniegas y Francisco Santos en Curití; Carlos Martínez Silva en San Gil), y la conmemoración de personajes prehispánicos, como el Cacique Guanentá, (en San Gil).
Las esculturas y monumentos han tenido una doble función en el espacio: conmemorativa y ornamental. En menor medida, las de conmemoración como razón inicial son las de Carlos Martínez Silva y la de José Antonio Galán, al ir de la mano de una ley que respalda su existencia; en un grado mayor, está el resto, que se inscriben en iniciativas locales de particulares, llamados alcaldes, entes privados o el pueblo. En ese sentido, aparecen la placa, el busto y la escultura de Antonia Santos; los bustos de Bolívar y Santander en el Valle de San José; los bustos de Aquileo Parra y Francisco Pradilla, en Barichara; los bustos de Enrique Ismael Arciniegas y Francisco Santos en Curití; y el monumento al Cacique de Guanentá. La segunda función es consustancial a las esculturas, pero, existen unos monumentos que fueron pensados más desde el ornato, como el caso de los bustos del Valle de San José y el del Cacique Guanentá en el parque principal de San Gil, al ser dispuestos de manera arbitraria y sin intención narrativa desde la pertinencia del lugar con relación a los personajes representados, y desde la pertinencia de los cambios locativos de las esculturas y el nuevo discurso que implica tales medidas, y es que como afirma Covelo, “basta decir que cuando un nuevo régimen político se asiente en algún país, las autoridades se apresuran a erigir nuevos monumentos, al mismo tiempo que una revolución provoca la destrucción de los monumentos levantados por el régimen que se quiere derrocar”.85
La anterior cita aplica de forma símil para los municipios y sus alcaldes, ya que recurrentemente las administraciones incorporan acertada o no tan afortunadamente monumentos y bustos. Sea como fuere, “El monumento, al igual que la escultura decorativa, desempeñarán una función lúdica en el paisaje urbano”,86 y en este punto es donde dichas esculturas adquieren su valor principal: ser referentes visuales de orden local, regional o nacional, para la comunidad, llamando al recuerdo en la memoria colectiva;87 así como, servir de insumo, desde su materialidad, para los estudios de la historia y el arte: por ejemplo, pasar del metal a la resina plástica en la escultura de Aquileo Parra; la impresión en 3D y sus lógicas contemporáneas desde el arte, o por el contrario, la permanencia de otros materiales, como la piedra, producto de prácticas escultóricas tradicionales movidas por la materia prima local; o el estudio biográfico de los escultores y su incidencia regional y nacional.
Estos monumentos y esculturas en los parques constituyen entonces, los lugares de memoria de los municipios estudiados y los altares para el recuerdo, y es que,
[..]la razón fundamental de un lugar de memoria es detener el tiempo, bloquear el trabajo del olvido, fijar un estado de cosas, inmortalizar la muerte, materializa lo inmaterial para encerrar el máximo de sentidos en el mismo signo, está claro, y es lo que los vuelve apasionantes, que los lugares de memoria no viven sino por su aptitud para la metamorfosis, en el incesante resurgimiento de sus significaciones y la arborescencia imprevisible de sus ramificaciones.88