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Historia Caribe
versión impresa ISSN 0122-8803
Hist. Caribe vol.8 no.23 Barranquilla jul./dic. 2013
Reseña
Malkún Castillejo Willian, Educación y política en el Estado Soberano de Bolívar 1857-1885, Editorial Universitaria, Cartagena, 2013 (265). Págs.
Willian Malkún Castillejo es historiador de la Universidad de Cartagena y Magíster en Historia de la Universidad Tecnológica y Pedagógica de Colombia. Hoy está vinculado como docente de planta del Departamento de Humanidades de la Universidad de Cartagena. Es miembro del Grupo de Investigación Frontera, Sociedad y Cultura del Caribe y América Latina, categorizado en A1 por Colciencias.
En su libro, Educación y Política en el Estado Soberano de Bolívar, el autor asocia la actividad política de los radicales al contexto educativo. Lo anterior, debido a que ellos consideraban que a través de la educación se podía transformar una sociedad ignorante en una sociedad culta. Así, los hombres serían capaces de hacer uso de la ciudadanía y de la soberanía popular. Este esfuerzo de los liberales se ve reflejado en la reforma a la educación llevada a cabo en 1870, en la cual se decreta que la educación era una función pública, gratuita, obligatoria y laica; perdiendo la iglesia católica el poder que había tenido en décadas anteriores. Además, se aumenta el presupuesto de la educación y se exonera de impuestos a los trabajadores de este sector con el propósito de fortalecer la instrucción pública.
El libro está dividido en tres capítulos. En el primero, titulado Estado Soberano de Bolívar: organización político-administrativa y comportamiento demográfico, se explican los problemas político-administrativos que tenía la antigua Provincia de Cartagena, debido a que su territorio se encontraba fraccionado por la separación de Mompox en 1826 y de Sabanilla en 1852. Así mismo, atravesaba problemas demográficos, pues, según los censos realizados entre 1825-1870, gran parte de la antigua Provincia de Cartagena continuó despoblada hasta finales del siglo XIX. Lo anterior obligó a las autoridades a hacer leyes que favorecieran económicamente a los foráneos y promover la industria porque la población económicamente activa se dedicaba, en su mayoría, a la agricultura, seguido del comercio y, por último, la industria. El régimen federal se impuso sobre los territorios emergentes y formó una élite con vocación de dominio regional; convirtiéndose así, en la salvación de las élites de la sociedad.
En el segundo capítulo, Política, espacios y sociedad en el Estado de Bolívar, se abordan estos elementos del siglo XIX. En esta época se crea la Ley 14 de junio de 1847, por medio de la cual se establece la libertad de exportaciones e importaciones en el país con el propósito de propiciar el ingreso a la economía global. Este proceso se realizó durante el gobierno de Tomás Cipriano de Mosquera. Con la aplicación de la Ley los artesanos se vieron perjudicados debido a que no contaban con las herramientas necesarias para competir con el mercado internacional. En lo referente a la política rural, el autor presenta las problemáticas surgidas durante la época electoral. Esta situación aparecía en los informes realizados por los gobernadores y perjudicaba la imagen del Gobierno como un ente libre y representativo. Las dificultades, como pleitos y quejas de fraude electoral, se presenciaban en el campo más que en la ciudad porque en esta había mayor presencia de la autoridad estatal.
En el tercer capítulo, Educación en el Estado Soberano de Bolívar, el autor analiza la educación desde la época de la Nueva Granada. En este periodo la educación era dirigida por la iglesia católica quien enseñó sus doctrinas hasta 1700 cuando llegaron los Borbones al trono español. Estos fomentaron las ideas de la Ilustración y conocimientos útiles. Lo anterior se debe a tres razones: la expulsión de los jesuitas en 1767, la expedición botánica y los proyectos de reformas de estudios superiores. Después de la independencia, la educación es entendida como una función pública que debía cumplir el Estado con el objetivo de formar buenos ciudadanos. En 1844, cuando volvieron los jesuitas al país, se da un retroceso en la educación, pues se consideró indispensable el papel de la iglesia en este campo. Con la llegada de José Hilario López al poder se expulsa nuevamente a los jesuitas y se sientan las bases para una educación laica, una sociedad liberal y federalista.
Los radicales consideraban que la educación era importante para formar ciudadanos con principios morales, con amor a la patria, con neutralidad religiosa y con tolerancia; para alcanzar una sociedad culta y democrática y lograr la unificación de la nación. Desde 1865, y gracias al mejoramiento de la economía por las exportaciones de tabaco y quina, el Estado liberal pudo intervenir en la educación y fomentar el aprendizaje de ciencias útiles para el provecho económico, un ejemplo de ello es la creación de la Junta Central de la Agricultura en el Estado soberano de Bolívar, la cual buscaba nuevas técnicas para mejorar la agricultura. La educación era importante, pues si tenían ciudadanos formados, serían ciudadanos republicanos y además tendrían funcionarios públicos competentes, debido a que en algunos pueblos la mayoría de ellos no sabían ni leer ni escribir, o solo sabían firmar.
La reforma educativa de 1870 buscaba ampliar y mejorar la educación al fundar escuelas normales, bajo los métodos de enseñanza más modernos posible. Esto, debido a que la formación de los ciudadanos debía responder a las ideales liberales, a los propósitos de la República, y a los problemas que traía la era moderna. Se estableció el método de enseñanza pestalozziano, para lo cual se trajo una misión alemana que dirigiera las escuelas normales. El 16 de diciembre de 1871 fue contratado Julio Wallner, quien se encargó de manejar la escuela normal en el Estado Soberano de Bolívar. La mujer también fue clave en el proyecto educativo de los liberales, aunque esto generó algunos debates ya que existían sectores que se oponían a que esta saliera de la casa y se volviera productiva en la sociedad. Con la reforma se establece como obligatorio la creación de escuelas de niñas en todos los distritos, accediendo las mujeres de clase media y baja a la educación. Esto causó un cambio de mentalidad de la sociedad frente a la mujer, pues se crearon opciones laborales diferentes a las domésticas; pudiendo desempeñarse como maestras. La educación de la mujer se realizó bajo las doctrinas liberales, pues era quien llevaba las riendas de la moral en el hogar.
El proyecto de la educación de los radicales se enfrentó a una sociedad reacia que se oponía a que los niños, sobre todo los de extracción popular, fueran a la escuela porque dejaban de apoyar a la familia en las labores domésticas. Esto hizo que se creara la policía de escuelas con el fin de sacar a los menores de las casas y llevarlos a las escuelas. A pesar de todo, el proyecto radical de Bolívar pudo establecer un sistema educativo en todo el Estado, aplicando el método de enseñanza pestalozziano y creando escuelas normales como un gran logro en la reforma a la educación.
Elle Aguanche Rangel
Estudiante de Historia
Universidad del Atlántico
Barranquilla, Atlántico - Colombia.
elleli23@hotmail.com