El libro que tengo el placer de reseñar en estas páginas, es decir, de presentar a la comunidad académica y de comentar muy brevemente, es el resultado de una investigación realizada en el contexto del Programa Postdoctoral de Investigación en Ciencias Sociales, Niñez y Juventud, que el autor pudo realizar entre septiembre de 2015 y abril de 2017. En otras palabras, es su tesis postdoctoral publicada como libro de investigación, el cual "[...] no trata de discernir un tramo de la vida del hombre, la primera infancia, sino de probar las estructuras de la conciencia humana desde su origen y qué son ellas, cómo funcionan"1.
En cuanto a la organización formal del texto hay que decir que se compone fundamentalmente de tres partes: las dos primeras son dos meditaciones fenomenológicas tituladas Vida humana fenomenológica. Balance sobre la relación entre el sujeto humano y el sujeto trascendental en la fenomenología de Edmund Husserl, y Fenomenología de la primera infancia y las experiencias fundantes, respectivamente; la tercera es una disertación lírica sobre la educación, la cual se titula El trabajo de ser profesor es convertirse en nuevo Prometeo.
En las primeras dos partes se dialoga mayoritariamente con Edmund Husserl, Franz Brentano y Max Scheler; en la tercera parte con Platón, Hesíodo, Esquilo y Goethe; sin embargo también se encontrarán -a lo largo de todo el texto- múltiples referencias a otros autores, tanto filósofos como literatos.
El lector de esta obra se podrá encontrar allí con algunos tópicos que son pilares en la investigación que presenta el texto, estos son: el a priori universal de la correlación, la paradoja de la subjetividad, y el método fenomenológico, es decir, la epojé o suspensión del "es" del mundo. Para comprender de qué se tratan, así como para conocer qué quiere decir el autor cuando comienza el título con la expresión Psicología pura, más aun, para entender qué es la Psicología pura fenomenológica, se tendrá que hacer una lectura atenta de la exposición realizada por el profesor Andrés López en este libro.
Aparte de los tópicos ya mencionados, hay que decir que existe un concepto fundamental presente en todo el desarrollo temático de la investigación: la vida. Y en orden a él, la posición del autor es la de defender la vida, es decir, estar firmes contra la muerte del hombre?2 "Por eso, suceda lo que suceda, no se puede obrar mal. Porque lo que destruyo no es una vida y otra vida -cosa que es ya mostrenca-, sino el significado de la vida, de lo bueno, de lo hermoso [...]".3Y más adelante afirma con vehemencia: "La pérdida del significado del saber ha devenido en un ocaso del sentido de la vida".4 El autor posee una postura antropológica según la cual el hombre no es una cosa que puede ser usada, maltratada y hasta exterminada; el hombre es una vida, que debe ser amada, respetada y valorada.
Si se analiza la obra del maestro Andrés López, se puede notar -en tres de sus títulos- un hilo conductor, y a la vez una maduración a nivel filosófico y de escritura. En las investigaciones que el autor realizó para sus tesis de pregrado y de Maestría en Filosofía, del año 2009 al 2013, pudo acercarse a la obra del papa polaco Karol Wojtyla, a su concepto de persona humana, a su antropología filosófica personalista, y por ende a la defensa de la dignidad humana -este es el hilo conductor que se pueden notar en los tres títulos: la defensa de la vida, pero sobretodo de la vida humana y de su dignidad-, estas investigaciones están publicadas en un libro titulado Personalismo filosófico y fenomenología de la persona en Karol Wojtyla. Como la tesis doctoral de Wojtyla fue sobre Max Scheler, y este a su vez bebe de la Fenomenología de Edmund Husserl, entonces, creo yo, el profesor Andrés López se siente impulsado a buscar también allí, por eso entre los años 2014 y 2015 escribe su tesis doctoral sobre el fenomenólogo de Moravia, publicada bajo el título Vida humana fenomenológica. Cuatro estudios sobre Edmund Husserl [4, ∞ ). Ya en este texto, en la nota al pie 84 ubicada en la página 275, el autor expresa su deseo de elaborar una Fenomenología de la primera infancia y las experiencias fundantes; este deseo se verá cumplido en el libro que estamos reseñando, el cual -como ya dijimos- es producto de su investigación postdoctoral, entre finales del año 2015 y comienzos de 2017; texto que expresa una maduración filosófica y escritural con respecto a los otros dos títulos ya mencionados, sobre todo en lo que a Fenomenología se refiere.
En la tercera parte del libro Psicología pura, dedicada a la educación y al ser y quehacer de los maestros, el autor va a proponer la figura de Prometeo como imagen del profesor, o en otras palabras: este debe convertirse en aquel, es decir, en bienhechor de la humanidad, "[...] por amor al hombre y a la verdad nos corresponde ser nuevos Prometeos".5 Ser nuevos Prometeos significa luchar por lo que de bueno, bello y verdadero hay en el corazón del hombre; significa dotar de un sentido nuevo la vida humana; significa rehacer al hombre.
En el parágrafo 13, después de hacer la exposición del Prometeo de Platón, de Hesíodo, de Esquilo, y de Goethe, se pregunta:
"¿Qué es lo que como profesores debemos entregar a los hombres, cualquiera que sea el saber y la edad? El bien supremo que es una vida conducida por la excelencia [...] Debemos entregar la rebeldía y la revolución que se alza contra toda injusticia. La tremenda protesta contra los que en conjunto disminuyen la vida del hombre. Debemos entregar la metamorfosis como posibilidad y actividad cuando se hacen mal las cosas [...] Debemos entregar la rebeldía contra la tiranía, los secretos de las artes y el conocimiento de la esencia de las mismas para que la cultura en sus expansiones, se extienda hacia lo que al hombre le hace bien y no hacia lo que lo destruye. Tenemos la responsabilidad de tumbar los ídolos en los que las personas han gastado en vano el tiempo de sus vidas obteniendo apenas fantasmas de lo que la vida auténtica es, que las desvían del camino por el que se consigue lo que es verdadero, bueno y hermoso."6
Unas líneas más adelante el maestro Andrés López pregunta: ¿Cómo hacerlo? ¿Cuál es la forma que toma entregar el fuego de la conciencia, la llama del alma? ¿Cómo hacemos para, tal como Prometeo, fundar la historia, una nueva? ¿Cómo se logra la instauración de un nuevo mundo? Para conocer las respuestas a estos interrogantes -y a otros que se plantean en el libro-, hago patente la invitación a una cuidadosa lectura de la obra en cuestión