INTRODUCCIÓN
Para determinar el nivel de conocimiento acerca del COVID-19, se realizaron encuestas digitales a nivel mundial, una de ellas se diseñó en Vietnam1, donde se realizó en línea con todos los estudiantes de medicina y farmacia, evaluándose el conocimiento, actitud y prácticas preventivas hacia la enfermedad COVID-19; casi todos los participantes tenían conocimientos suficientes -86,6%- y buenas prácticas preventivas -92,8%- frente al COVID-19. Este resultado se asemeja con un estudio realizado en Etiopía2, en donde el 88,2% de los encuestados tenían buenos conocimientos y una actitud positiva frente al SARS-CoV-2, así como en un artículo publicado en China3 en el que se indica un buen nivel de conocimientos en médicos, enfermeras y paramédicos. Una vez analizados los estudios sobre el nivel de conocimiento del nuevo virus, se puede definir que es letal, por ello, es necesario conocer sus características, estructura, patogenicidad y vías de transmisión.4
En diciembre de 2019 en la ciudad de Wuhan, provincia de Hubei en China, surgió una nueva enfermedad respiratoria de origen desconocido y ha representado, por el momento, el desafío más importante en salud pública del presente siglo5-7. Después de numerosos estudios se identificó un nuevo síndrome respiratorio agudo severo -Coronavirus (SARS-CoV-2)- como la causa de la enfermedad, y los científicos chinos la denominaron COVID-19 y al coronavirus asociado al síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV) que puede causar síntomas graves de neumonía8-10. Los SARS-CoV-2 son virus de ARN monocatenarios no segmentados, se clasifican dentro del género Betacoronavirus, subfamilia Orthocoronavirinae, orden nidovirales y familia Coronaviridae. Se pueden dividir en cuatro géneros, alfa, beta, gamma y delta, de los cuales, los alfa y beta-CoV infectan a los seres humanos causando graves enfermedades y la muerte; la secuencia del genoma del SARS-CoV-2 es muy parecido genéticamente a un murciélago (Rhinolophus sinicus), indicándose como el huésped natural. El virus pudo transmitirse de los murciélagos a través de hospedadores intermedios como pangolines, para infectar a los humanos11-13, con una susceptibilidad a la enfermedad asociada con la edad, sexo y otras condiciones de salud; se propaga a través del contacto directo o al inhalar gotitas respiratorias o aerosoles en el aire de los pacientes infectados, que se dispersan al hablar14, lo que facilita su transmisión por contacto directo con personas infectadas o indirectamente a través de superficies u objetos contaminados15-19.
El riesgo de transmisión para el profesional sanitario es alto y lo es aún más para el odontólogo, por la generación de aerosoles durante los procedimientos clínicos. El origen de las gotitas puede ser nasofaríngeo u orofaríngeo, normalmente asociado a la saliva, por tanto, es fundamental que los odontólogos optimicen estrategias preventivas para evitar la infección por COVID-19 centrándose en la higiene de las manos, el equipo de protección personal (EPP)20, haciéndose fundamental conocer sus características y su uso en la práctica odontológica para una atención oportuna y eficaz manteniendo la bioseguridad del personal de salud, es por esta razón el interés por adentrarnos en profundizar estos estudios desde la dimensión científica21. Frente a lo expuesto, este estudio pretende determinar el nivel de conocimiento de COVID-19 entre estudiantes, docentes y personal administrativo que pertenece a la Facultad de Odontología de la Universidad Central del Ecuador, en el período Mayo- Junio 2021.
MÉTODOS
Después de obtener la aprobación del Comité de Ética de la Universidad San Francisco de Quito (CEISH-USFQ), se realizó la traducción de inglés a español de la encuesta (COVID-19 Awareness Among Healthcare Students and Professionals in Mumbai Metropolitan Region: A Questionnaire-Based Survey) diseñada por Pranav D Modi15, el mismo que consta de 17 preguntas relacionadas con: los conocimientos sobre el virus, vías de trasmisión, técnicas de higiene, uso de equipos de protección personal (EEP) y medidas de control, prevención e infección, cuyas respuestas son de opción múltiple dando el puntaje de 1 a lo correcto y 0 a lo incorrecto. La encuesta fue empleada previa autorización por parte del autor.
La versión obtenida en español, fue conciliada entre profesionales expertos, realizándose una retrotraducción y prueba del instrumento, para lo cual fue aplicada a un grupo de 20 participantes, ajenos a la muestra principal quienes, tras aceptación de consentimiento informado, evaluaron el nivel de comprensión del instrumento, determinando las preguntas de difícil entendimiento en las que se realizó modificaciones para una mejor compresión por lo que, en una segunda aplicación a los mismos participantes después de cuatro semanas, se evaluó el entendimiento de las preguntas modificadas sin cambiar su contenido, además se estimó la confiabilidad a través del Coeficiente de Correlación Intraclase y el Alpha de Cronbach (CCI= 0,89 y α=0,63), y el tiempo de llenado de la encuesta. Obtenida la versión final del instrumento para ser aplicado en Quito-Ecuador, “Encuesta COVID-19- Ecu” se empleó en 275 participantes entre estudiantes de pregrado-posgrado, docentes odontólogos y personal administrativo de la Facultad de Odontología de la Universidad Central del Ecuador, a través de un muestreo probabilístico aleatorio simple y el tamaño de la unidad de análisis se calculó mediante la ecuación de población finita (N=960).
Se solicitó a través de un oficio dirigido a la secretaria de la Facultad de Odontología la base de datos de todos los que conforman la institución en el periodo mayo y junio del 2021; el cuestionario se elaboró a través de la plataforma Google Forms, mismo que fue enviado mediante correo electrónico y WhatsApp de cada participante por una sola vez. Tras la autorización mediante firma de consentimiento informado se desplegó el cuestionario y las respuestas se enviaban en forma automática a una hoja de cálculo. Los datos obtenidos se analizaron en el programa estadístico SPSS versión 26. Para establecer el nivel de conocimiento, se cuantificó las preguntas desde el 1 al 17 obteniendo un puntaje total de 0 a 17, mismo que se analizó mediante medidas de tendencia central. Los valores superiores a la mediana se catalogaron como un alto nivel de conocimientos y valores inferiores como un bajo nivel de conocimientos frente a COVID-19.
Para las variables como edad, sexo, tipo de actividad dentro de la institución, nivel educativo y tiempo de dedicación, se obtuvo porcentajes y frecuencias; también se ejecutaron pruebas de Chi-Cuadrado con un valor de significancia de <0,05 para establecer la relación con las variables sociodemográficas y finalmente, las variables con un valor de p< 0,05 en la prueba bivariada se incluyeron en un modelo de regresión binomial para obtener valores de riesgo relativo e IC del 95%, considerando la razón de oportunidades o probabilidades (odds ratio).
RESULTADOS
El cuestionario fue enviado a 275 participantes quienes respondieron satisfactoriamente en su totalidad, siendo el de mayor porcentaje los de sexo masculino; los de 18 a 30 años, quienes dedican menos de 8 horas de tiempo a la facultad, tienen un nivel de educación de tercer nivel y los estudiantes de pregrado 19,6%, 56%, 40,7%, 34,9% respectivamente. Además, la edad, el nivel educativo y el tipo de actividad de los participantes se asociaron significativamente al nivel de conocimientos. Aquellos que tuvieron de 18 a 30 años, un tercer nivel de estudios y que son estudiantes de pregrado de la Facultad de Odontología presentaron un mejor nivel de conocimientos de COVID-19 (Tabla 1).
Alto nivel | Bajo nivel | x² | p | ||||
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Variables | n | % | n | % | |||
Sexo | Masculino | 54 | 19,6 | 117 | 42,5 | 0,02 | 0,882 |
Femenino | 32 | 11,6 | 72 | 26,2 | |||
Edad | 18 a 30 años | 154 | 56,0 | 75 | 27,3 | 14,94 | <0,001 |
Mayores de 30 años | 17 | 6,2 | 29 | 10,5 | |||
Tiempo de dedicación dentro de la institución | 8 o menos horas | 112 | 40,7 | 61 | 22,2 | 1,29 | 0,253 |
Más de 8 horas | 59 | 21,5 | 43 | 15,6 | |||
Nivel educativo | Secundaria | 64 | 23,3 | 30 | 10,9 | ||
Tercer nivel | 96 | 34,9 | 56 | 20,4 | 8,70 | 0,014* | |
Cuarto nivel | 11 | 4,0 | 18 | 6,5 | |||
Docente odontólogo | 8 | 2,9 | 15 | 5,5 | |||
Estudiante de pregrado | 147 | 53,7 | 70 | 25,5 | 0,012* | ||
Tipo de actividad | Estudiante de posgrado | 9 | 3,3 | 5 | 1,8 | 17,65 | |
Personal administrativo | 7 | 2,5 | 14 | 5,1 |
x²=prueba de chi cuadrado; p*=nivel de significancia <0,05
Fuente: por los autores
El modelo de regresión final mostró que las variables edad, tiempo de dedicación dentro de la institución y nivel educativo no fueron significativas en el modelo, mientras que los estudiantes de pregrado (OR=5,40; p=0,01) tienen mayor probabilidad de tener un mejor nivel de conocimientos sobre COVID-19, con relación a otros grupos de encuestados (Tabla 2). La razón de oportunidades o probabilidades (odds ratio) fueron empleados pese a la prevalencia tan alta y la posibilidad de sobre estimar el efecto, por considerarse que en estudios transversales o cross sectional pueden ser una alternativa fiable de análisis.
IC 95% Para EXP(B) | |||||
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Wald | p | OR | Inferior | Superior | |
Edad | 0,98 | 0,32 | 0,52 | 0,14 | 1,88 |
Tiempo de dedicación-8 o menos horas | 1,69 | 0,19 | 1,42 | 0,83 | 2,41 |
Nivel educativo-Tercer nivel, Cuarto nivel | 0,34 | 0,55 | 1,18 | 0,67 | 2,08 |
Docente odontólogo | 0,43 | 0,83 | 1,14 | 0,31 | 4,25 |
Estudiante de pregrado | 10,16 | 0,01 | 5,4 | 1,91 | 15,23 |
Estudiante de posgrado | 4,33 | 0,37 | 4,81 | 1,09 | 21,1 |
Constante | 0,64 | 0,42 | 0,56 |
Fuente: por los autores
DISCUSIÓN
El coronavirus ha generado un extenso número de casos confirmados y muertes, esta situación propicia que el profesional odontólogo, personal administrativo y estudiantes deban tener un conocimiento amplio sobre el SARS-CoV-2, por lo que, diversas entidades como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y los gobiernos de cada nación la han estado brindando a través de distintos canales de comunicación22. Esta investigación encontró que el 62,4% de los participantes evaluados cuentan con un nivel alto de conocimientos con relación al SARS-CoV-2 similares a los reportados en estudios previos23-27 pero que difieren con el estudio realizado en Nepal, donde los participantes mostraron deficiencia en el conocimiento con relación a COVID-19, con un 45,7%28, y el ejecutado en Guayaquil, Ecuador en el 2020 ,que mostraron un bajo nivel de conocimiento general en cuanto a COVID-1929, resultados que pueden estar asociados al tiempo en que los instrumentos fueron aplicados, pues resulta innegable que en los primeros meses de la pandemia hubo escaso conocimiento formal de la enfermedad.
Un hecho a destacarse es que este estudio fue ejecutado en 202015, en una población india que ya tenían un conocimiento, aunque básico, de la enfermedad, así se logra explicar por qué los valores de conocimiento, en general, son altos. En cuanto a los estudiantes de pregrado, tuvieron el mejor nivel de conocimientos con relación a COVID-19, lo que concuerda con estudios previos, donde los estudiantes de pregrado tuvieron el porcentaje más alto de la investigación con el 74,10%, pero difiere con otro estudio27 aplicado a 2083 estudiantes de posgrado especializados en ciencias médicas, los cuales mostraron el puntaje promedio más alto de 92,8% en comparación con los estudiantes de pregrado con un 69%. Con relación a las variables sociodemográficas como el sexo, en el presente estudio se encontró que no existe diferencias significativas (p=0,88) concordando con Çalişkan30, donde midieron el conocimiento sobre COVID-19 a 860 estudiantes de salud del último año, encontrando que no existió diferencia entre el nivel de conocimiento y el sexo (p=0,07), lo cual apoya nuestros resultados; y en el estudio realizado a 872 estudiantes de medicina, donde mostraron diferencias significativas por sexo en cuanto al nivel de conocimientos sobre COVID-1923.
Con respecto a grupos etarios, en la presente investigación la edad de 18 a 30 años obtuvo un alto nivel de conocimientos sobre SARS-CoV-2 con un 56,0% encontrando resultados similares a los reportados en estudios previos12, pero difiriendo con el estudio realizado en China16 donde menciona que las personas de 16-29 años de edad presentaban un 97% de acierto en cuanto a nivel de conocimiento sobre COVID-19; así mismo, los de 30 a 49 años un 97,1%, estos últimos datos son contrapuestos a los de la presente investigación la cual encontró que las personas de más de 30 años presentan un porcentaje de acierto del 6,2%; estos resultados se deben a que respondieron la encuesta 217 estudiantes de pregrado con una edad de 18 a 30 años, a diferencia de encuestados mayores de 31 años que tan solo 46 personas llenaron la encuesta.
En el caso de la variable nivel educativo, los docentes odontólogos tienen en su mayoría un nivel educativo de cuarto nivel y obtuvieron un bajo nivel de conocimientos en cuestión al SARS-CoV-2, con un 6,5% (p<0,01), esta información no concuerda con otros estudios donde un título de cuarto nivel fue asociado con un alto conocimiento31 y mejor actitud sobre COVID-1932.
En cuanto a las vías de transmisión del SARS-CoV-2, en la presente investigación se obtuvo un gran porcentaje de respuestas correctas, concordando con varios estudios, uno de ellos ejecutado en India que incluyó a 715 estudiantes de ciencias de la salud, sus resultados mostraron que más del 80% identificaron correctamente la transmisión del virus33. Otro estudio realizado en Brasil34 menciona que encuestaron a 833 estudiantes de odontología obteniendo un 95,2%, mostrando un alto nivel de conocimiento en cuanto a los síntomas y las vías de contagio de la enfermedad, así como en el estudio de Lincango24 en el cual, los estudiantes obtuvieron un buen nivel de conocimientos con respecto a la transmisión del virus.
En contraposición algunas investigaciones refieren que sus participantes no contaron con un buen nivel de conocimientos referente a las vías de transmisión de COVID-19, pese a ser personal sanitario con una comprensión deficiente de la transmisión y el inicio de los síntomas5-35-36.
En cuanto al conocimiento del nombre científico del COVID-19, en este estudio se evidenció un bajo conocimiento coincidiendo con otros estudios ejecutados en India15, sin embargo, no coincide con la investigación realizada en Brasil donde los estudiantes de Odontología evaluados reconocieron el nombre correcto del virus, lo que posiblemente está asociado a que no existe una generalización en la información acerca del nuevo virus34.
Con relación a los momentos de higiene de manos, en el presente estudio se observó un excelente conocimiento sobre normas y reglas, muy semejante a otros estudios,24-28 para quienes el lavado de manos resultaba fundamental, tanto o igual como su frecuencia32-34.
Sobre el uso de equipo de protección personal (EPP), en la presente investigación el 98,5% de evaluados respondieron correctamente, coincidiendo con otros resultados, para quienes un trabajador de la salud debe usar guantes, protector facial, gafas y usar mascarilla tipo N95 durante los procedimientos odontológicos30.
Una de las limitaciones del presente estudio fue que se realizó a través de una plataforma virtual y en pandemia; también la información acerca del COVID-19 es cambiante y se renueva, por lo que el contenido de la encuesta debería ser modificada si se aplica en futuros estudios, además este cuestionario fue la única herramienta disponible, en ese momento. Así como haber empleado en el análisis estadístico el modelo de regresión final y la razón de oportunidades o probabilidades (odds ratio) que pudo ser omitido tomando en cuenta el diseño del estudio y el tipo de medidas estadísticas empleadas.
Los resultados obtenidos de la aplicación de este estudio permitirá tener un panorama del conocimiento y el actuar tanto de docentes odontólogos, estudiantes y personal administrativo de la Facultad de Odontología de la Universidad Central del Ecuador frente a la pandemia del COVID-19 en el ámbito académico y clínico, permitiendo la implementación de nuevas estrategias para el fortalecimiento y difusión de normas que permitan el manejo y control de la enfermedad evitando así el contagio entre los miembros de la facultad y así mismo de personas particulares que acudan a la misma.